Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wristband (Sarumi) por Fernanda Rojas

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Long time no see.

Worth the time?

Hope you forgive me!!

And enjoy <3

El atardecer comenzaba a llegar, Saruhiko y Misaki habían terminado de comer y el azabache fue a lavar los platos a modo de compensación.

—Saruhiko, cuando vuelvas trae un vaso de agua —grito Misaki desde la sala, viendo un poco de televisión. La ansiedad le carcomía, tenía el frasco con las cápsulas dentro, pero no sabía que tanto trabajo tendría que hacer dentro de unos momentos con el azabache para que se la tomara.

—Está bien —grito en respuesta Saruhiko.

Después de lavar los platos que por suerte no eran muchos, tomo un vaso y lo lleno con agua caminando de regreso a la sala, dejo el vaso en la mesa y se sentó al lado de Misaki mirando el programa que este había puesto.

—Tsk... Estoy cansado —se quejó Saruhiko recostándose en el sofá.

—Nada de dormirse aún. Tomate tu medicina primero —dijo Misaki abriendo la tapa del tarro y dejando una cápsula al lado del agua

Saruhiko soltó un gruñido y con mucha rabia se volvió a acomodar en el sofá, miro la pastilla, con un revoltijo de emociones en él. ¿Por qué? El no deseaba este trato ni este cuidado teniendo en cuenta que lo que deseaba realmente era el morir, lo único en lo cual el castaño podría serle útil para él sería el asesinarle de una vez por todas y Saruhiko era consciente de que su orgullo era el que quemaba todo eso que el otro intentaba hacer como ayuda.

Aunque no solo su orgullo, también su mente, podía escuchar una risita detrás de él que le hacía sentir una opresión en el pecho y un sentimiento inexplicable cargándolo sobre su espalda.

Sin embargo, el no dijo ni reclamo nada en voz alta y solo se la tomo con mucho desgano, para después mirarse disimuladamente sus cortes como habían sido tratados con cuidado y ahora estaban descubiertos y a la vista de cualquiera. Esto le había hecho desquiciarse.

—Eso... Mientras más le muestras esas debilidades tuyas más fuerte te va a lastimar —susurro él en su oído, odiaba que el fuera el único que pudiese oírle y que inevitablemente todo estas palabras que el escupía con veneno siempre acabasen siendo ciertas.

Detestaba como su padre aún muerto, podía destrozarlo; Él y Misaki. Como podían destrozar todos sus sueños frente a sus ojos y no importarles el dolor que el azabache sentía.

—Ya para... Misaki, yo no necesito de tu lastima —dijo Saruhiko con indiferencia, entre más rápido acabara con toda esta farsa que montaba Misaki de nuevo menos lastimado saldría, no dejaría que lo dañase, no de nuevo.

«No puede simplemente volver y pretender que puede ayudarme»

«Demonios, ahora tengo ganas de llorar... Tsk... Necesito mi cuchilla. Lárgate de una vez Misaki»

—No es lastima, es el cariño que te tengo, Saruhiko —murmuro Misaki sorprendido de las palabras del azabache, le provocaba un dolor intenso ver todo el dolor que él estaba cargando consigo mismo y no se dejaba ayudar. ¿Porque todo era tan difícil cuando se trataba con él?

— ¿Todo esto para qué? Si al fin y al cabo me dejaras dentro de un tiempo —dijo Saruhiko chasqueando su lengua

—Eso no es verdad... Me quedare contigo, Saruhiko

—Tsk —volteo su rostro, detestaba ser visto de forma tan débil delante de los demás. Pero siempre había sido así, con Misaki se permitía a si mismo actuar como un niño malcriado o expresar su dolor.

—Anda Saruhiko —El castaño se acercó más a él rodeándolo con sus brazos apoyando su cabeza sobre el hombro del menor. Este quería resistirse pero le era muy difícil pensar con claridad mientras la persona que amabas te ceñía contra si con tanto ímpetu.
Saruhiko solo suspiro acurrucándose más con él, pasando una mano por la cintura de este.

—Misaki —dijo Saruhiko a modo de advertencia sin poder mantener sus ojos del todo abiertos.

—Hm —respondió el castaño en afirmación, dándole a entender que descansara.

Saruhiko solo esbozo una sutil sonrisa y cerró sus ojos una vez más junto al castaño y sin más palabras entre ambos, cayeron en un profundo sueño.

-

Saruhiko despertó un poco acalorado de la reciente pesadilla que había tenido, su respiración se encontraba agitada y sus manos temblaban, recordó que estaba con Misaki cerca suyo dormido y trato de calmar los latidos de su corazón para no despertar al mayor.

— ¿Qué te parece venir a jugar un rato conmigo?~ —Saruhiko al oír aquella voz de nuevo le hizo sentirse un tanto frustrado, poco le costaba el asimilar las pocas horas de felicidad que había tenido y ya venían a destrozarle de nuevo. Siempre el dolor al final volvía con él y eso le desalentaba en intentar mejorar.

— ¿Qué quieres ahora? Déjame en paz de una vez por todas —dijo Saruhiko cansado.

fufu~ No pretenderás que esto va a durar para siempre, ¿verdad? Al final voy a separarte de Misaki-chan~.

— ¡Déjame de una vez! —grito Saruhiko con sus manos volviendo a temblar.

Shh... ¿No querrás despertar a tu amado, no es así? Te tomara como un loco por hablar solo.

—Tsk... Claro que no estoy hablando solo —dijo Saruhiko rodeando los ojos, fingiendo.

Hehe, veo que aún no lo entiendes. Yo soy parte de ti, solo visible para ti, por esa razón puedo hacerte tanto daño. Yo controlo tu mente.

—Tsk... Como un demonio que lo sabía, sabía que su padre estaba pudriéndose bajo tierra como merecía, pero el dolor que le hacía sentir seguía siendo real y por ende el recuerdo de él también.

Mi pequeño mono, este dolor nunca va a cesar.

«Que se callen, todos estos pensamientos»

Que cese todo esto, es lo único que pedía el azabache, toda esa tristeza acumulada que lo hacía aparecer a él.

—Saru... —dijo Misaki en un murmullo distrayendo al otro mientras se estiraba y volvía a recostarse sobre el hombro del azabache.

— ¿Misaki? ¿Te desperté? —dijo Saruhiko tratando de sonreírle.

«Sálvame Misaki»

«Haz que se detengan»

«Ya no puedo más»

—N-No —dijo Misaki un tanto confundido por la amabilidad que estaba mostrando el menor— ¿Te paso algo a ti? Despertaste primero que yo.

—No pasó nada, es la costumbre de despertar primero para ir a Scepter 4.

—Pero es por la tarde...

—Déjalo ir Misaki, nada paso, estoy bien Presiono Saruhiko tratando de no enfadarse.

El castaño le dio una última mirada antes de suspirar —Ya es muy tarde, ¿Quieres comer algo de cena?

—No realmente.

—Está bien —dijo Misaki— Entonces... ¿Dónde voy a dormir, Saruhiko?

—Misaki, yo solo tengo una cama, dormirás conmigo —dijo Saruhiko con simpleza, pero no puedo evitar que una sonrisa traviesa atravesara su rostro.

— ¿Qué? ¿No tienes una habitación para invitados? —dijo Misaki sin ocultar su nerviosismo y el notable sonrojo que empezaba a inundar sus mejillas.

—No necesito una habitación como esas en mi casa, no invito a nadie a quedarse, de hecho, no invito a nadie.

— ¡Deja de ser un maldito antisocial! —replico Misaki, era el colmo que no tuviera una habitación para nadie más excepto él. ¿Acaso esto era una broma?

— ¿Tienes algún problema con eso? De igual forma, casi no toco esta casa tampoco, permanezco haciendo horas extras en Scepter que no vengo aquí a descansar.

—Oye... ¿Cómo es que estas vivo? —dijo Misaki un tanto perplejo, no comprendía como el azabache trabajaba tanto, por Dios, estaba seguro de que el mismo no podría con todo el trabajo del otro.

Saruhiko era simplemente genial, bueno, siempre lo había sido, según el castaño. Tan solo había olvidado estos detalles de él por su odio.

—Bebidas energéticas —respondió con simpleza.

—Tu alimentación es un asco.

Saruhiko se limitó a solo encoger los hombros y pararse.

— ¿A dónde vas?

—Cepillarme, ir a la cama.

— ¡Espérame!

Misaki corrió detrás de Saruhiko gritándole que fuera más lento mientras el otro simplemente seguía su camino sin prestar mucho cuidado a los gritos.

—Tsk Misaki, espero que hayas traído tus propias cosas.

—Claro que sí, ya las deje organizadas mientras dormías.

—Hm.

Ambos no volvieron a dirigir palabra y comenzaron a alistarse para la noche y Saruhiko le regañaba por dejar algunas cosas en este o aquel lugar mientras Misaki le insultaba en respuesta.

Nada fuera de lo común.

Cuando por fin terminaron, ambos se recostaron en la cama.

Misaki estaba bastante incómodo y no sabía cómo actuar al respecto, solo veía de ayuda darle la espalda cosa que a Saruhiko no le gustaba del todo.

—Vamos Misaki, abajo dormiste pegadito a mí —dijo este desafiando al castaño.

— ¡Cállate maldito mono! —vocifero Misaki obteniendo una risilla como respuesta del azabache.

—No me des la espalda, estoy muy cansado como para violarte.

—Tu ni siquiera podrías tocarme, lo intentas y estas muerto.

—Tsk, solo duérmete o si no tendrás que empezar a callar tus gemidos.

— ¿QUÉ? Tu asqueroso mono pervertido te voy....

—Shh —Saruhiko atrajo a Misaki hacia si haciéndolo sonrojar pero logrando callar sus molestos gritos— Duérmete.

Misaki iba a seguir protestando un poco más pero Saruhiko lo apretó y todas sus palabras se convirtieron en un sonrojo más violento, desde aquí podía sentir la respiración y el olor del menor y esto lo arrastraba en una ola de sentimientos nuevos para el que prefería no detenerse a pensar en ellos.

-

 

— ¡Tomate tu jodida pasta! ¿Qué vas a patalear por esto todos los días?

—Efectivamente, Tsk, se está haciendo algo en contra de MI voluntad.

— ¡Es por tu maldita salud!

Seguramente se presentaba la duda de que había pasado justo ahora.

Hace bastante rato ambos jóvenes habían despertado, primero Saruhiko por obvias razones y este se había duchado e ido a la sala de estar, el castaño había despertado después de él y cuando le encontró anuncio que el haría el desayuno después de ducharse cosa que el azabache no objeto y asintió. Después de bastante rato Misaki había hecho el desayuno e inmediatamente obligado al menor a tomar una capsula y el otro se había negado en hacer eso, causando toda esta pelea.

—Tsk.

— ¡Tómatela de una vez por todas!

—Tsk.

—Saruuu, no eres un niño malcriado.

—Tsk, porque no solo te rindes de una vez, Tsk... Tsk, ¿No tienes mejores planes que hacer? Ve y visita a Homra.

— ¡Cuando te tomes la bendita capsula!

—Tsk...

—YA POR UN DEMONIO PARA DE TANTOS TSK TSK TSK ¿¡QUE NO TE CANSAS, NO TE DUELE CHASQUEAR LA LENGUA CADA SEGUNDO QUE HABLAS!?

—Tsk, no.

—Abre la puta boca y te tomas esto por tu cuenta.

Saruhiko al final cedió y se tomó la capsula no sin antes dirigirle una mirada de odio al mayor.

—Voy a ir a Homra, a medio día debes tomarte otra ¿De acuerdo? No podré estar aquí en esas horas pero te encargo a que lo hagas.

—Tsk...

—Saruhiko, vamos confió en ti —dijo Misaki sonriéndole, cogió su skate y acomodo un poco su gorra.

—Está bien.

— ¡Genial! Te veo más tarde, Saru —Dicho esto Misaki se fue hacia Homra.

—Hm.

 

-

 

—Yo, Anna —dijo Misaki apenas entro al bar, encontrándose con solamente la pequeña en el lugar

—Hola Misaki.

— ¿Dónde están los demás? —dijo Misaki mientras dejaba su skate en una esquina y se sentaba al lado de Anna

—En una misión que les asigne.

— ¿Y qué misión hay para mí?

—Lo siento Misaki, no hay misiones recientes, pensé que ibas a estar con Saruhiko todo el día —dijo Anna sonriendo.

— ¡Pero nunca dejaría de lado Homra! —dijo Misaki orgulloso

—No es cuestión de Homra, incluso si faltases una semana seguirías siendo parte de nosotros, entender que un ser querido va primero es algo que hago.

—A-Anna... Saruhiko no es...

—No digas eso, sabes que lo es, sabes que aún le tienes aprecio y no hay nada de malo en eso.

—Supongo —dijo Misaki rascándose su mejilla con nerviosismo — ¿Segura que no hay ninguna misión para mí?

—No, la próxima vez dejare algo para ti. Aun así puedes quedarte un rato aquí.

-

Jugaba con la pastilla en sus manos, viéndola con disgusto, Misaki ya le había obligado a tomar una anteriormente, detestaba el sentirla pasar por su boca, odiaba el ser cuidado de esta forma.

—Tsk... Todo esto es insignificante, solo soy otra persona más, si desapareciese —la lanzo a la basura ocultándolo entre los demás restos rápidamente—... Solo sería otra persona más en morir. No hay razón de mi existencia.

—Esta cosa solo alarga mi vida, y ¿con que razón?

Para hacerte sufrir más tiempo —dijo él apareciendo a su lado

—Necesito desahogarme desde hace bastante rato.

Saruhiko comenzó a subir las escaleras hacia su habitación y busco donde cierto lugar escondía varios objetos.

—No puedo creer que siga haciendo esto.

Quizás porque eres un ser lamentable y solo encuentras esto para poder aliviarte.

—Misaki... No lo entiendo, porque, porque ahora quieres acercarte de nuevo, no ves que ya es tarde, en algún momento terminare asesinándome a mí mismo por mi indiferencia hacia mí mismo. ¿Por qué me intentas ayudar?

Estiro su brazo y empezó a cortarse de nuevo, así esperaba que se callara, junto con el dolor cesara.

Anda, mi pequeño mono, matate de una vez, Misaki solo está mostrando hipocresía. ¿En verdad piensas que él te quiere? Nadie jamás en este mundo querría a un ser tan despreciable y asqueroso.

—Ya cállate...

Le estaba ardiendo demasiado, sentía confusión, como si estuviera traicionando la confianza de Misaki, pero tenía tanto miedo de ser lastimado de nuevo, y sus cortes simplemente dejaban aflorar todo eso.

Deberías lastimarle a él como él te lastimo a ti, hazle sentir todo el dolor.

—No quiero hacer esto... Quiero morir de una vez, estoy empezándome a cansar de todo este dolor, estoy cansado de sufrir por Misaki.

Mas cortes, ya la sangre empezaba a empapar el brazo de Saruhiko, los cortes viejos que habían sido curados volvían a abrirse, la visión del azabache estaba nublosa debido a todas las lágrimas que estaba derramando

Un poco más profundo, solo imagínate muerto, sin todo este dolor que cargas todos los días sobre tus hombros.

—Misaki, Misaki, Misaki. No quiero hacerte daño con mi propio dolor, así que vete, vete y déjame, yo ya me canse de intentarlo todo.

Saruhiko empezó a llorar con más frenesí y angustia impregnadas, su brazo izquierdo ahora estaba lleno de nuevas marcas las cuales delataban la confusión y el dolor que estaba sintiendo con todos estos sucesos.

No entendía del todo, y eso lo frustraba mucho más. No lograba entender por qué sufría aunque Misaki estuviera aquí con él, y porque no podía dejarse ayudar.

El en verdad quería, pero sus palabras nunca eran lo que él quería decir en realidad y terminaba arruinando todo.

—Tsk... La cama esta manchada de sangre. Y yo estoy hecho un desastre.

-

Misaki se encaminaba de vuelta a la casa, ciertamente quería quedarse más rato en Homra pero el nerviosismo y la preocupación por el otro eran mayores y decidió volver antes de lo anticipado, no podía dejar de pensar en si Saruhiko había cumplido lo que él le había pedido o no lo habría hecho. Ciertamente nunca se sabe cómo va a actuar el azabache y eso alteraba un poco más al castaño, que con su poca inteligencia no podía descifrarle.

—Fushimi Saruhiko —dijo Misaki con ira, sabía que Saruhiko haría algo de eso, pero le había tenido un poco de fe en que lo haría bien esta vez. Se dirigió con mucha rabia con la capsula en sus manos hacia la habitación de Saruhiko y encontró a este envuelto en lágrimas que el otro se secó rápidamente al verlo.
Misaki se preocupó enseguida al verle así, esa expresión de dolor y lágrimas en su rostro le hicieron olvidar su ira en unos instantes. — ¿Saru?

—Tsk... ¿En tu casa no te enseñaron a tocar? —dijo Saruhiko volviendo a su expresión de indiferencia cosa que volvió a enfadar al oji-ámbar.

—A mí no me jodas, ¿Por qué no te tomaste la capsula? Te di solo ese pequeño trabajo confiando en que lo harías bien y tu simplemente la tiras. ¿Tanto deseas morir? —dijo Misaki mostrando la capsula que el azabache había tratado de esconder

—Tsk. Vete —dijo Saruhiko fastidiado, definitivamente tenía un poco de ansiedad, no quería que saber qué pasaría si Misaki se encontraba con que se había cortado de nuevo. Ahora no quería ni gritos ni sermones. Estaba desecho como para tener la fuerza suficiente para fingir.

— ¡Deja de echarme! Te voy a cuidar quieras o no, además, creo que es un buen momento para que hablemos. Pero antes tómatela.

— ¿Qué? ¿Acaso planeas que me tome esa capsula? —dijo Saruhiko perplejo, no es que tuviera demasiado asco ni fuera muy quisquilloso pero por el demonio que se iba a tomar eso que había estado revuelto con basura.

— ¡Joder, no! ¡Deja de pensar de una puta vez que intento hacerte daño! ¿Cómo te voy a hacer tomar esto que tiraste a la basura? —dijo Misaki hecho una furia— ¡Para eso hay más! ¡Baja ahora mismo y te la tomas!

Misaki cogió de la mano al azabache y lo arrastro con el hacia el primer piso para luego sentarse ambos.

— ¿Que te crees, mi madre? Además ya me has hecho daño, Mi~sa~kii.

— ¡No vengas con tus estúpidas bromas ahora! ¡En verdad estoy enfadado contigo!

—Tsk... No estaba bromeando —dijo Saruhiko molesto—, por este tipo de cosas no hablo contigo, como odio eso. 0 puntos. —dijo esto último para sí mismo.

— ¿Ah? Llevas todo el rato desde el hospital diciéndome que solo te hecho daño ¿Por qué?

—Nada que te importe realmente.

—Maldición, si no me importara no estaría preguntando mono idiota —dijo Misaki rodando los ojos.

Saruhiko apretó dos dedos sobre su sien, un tanto cansado —Solo hazme tomar esa estúpida capsula de una vez por todas, y cuando las termine vete de nuevo, rómpeme de nuevo, déjame solo en la deriva. Adelante, destrúyeme de una vez por todas, deja de venir a ilusionarme, e irte, y luego intentar volver, solo vete ¡Déjame de una vez por todas Misaki!

—Fufu~ Así se hace mi pequeño mono, ahora simplemente lastímalo antes que él lo haga contigo.

—Ya cállate... Yo no quiero esto.

— ¡Saruhiko como un demonio, estoy tratando de ser amable, incluso intento no mandarte a la mierda porque me preocupo por ti! Podrías ser un poco más condescendiente y dejar de ayudarte por una puta vez, Saruhiko. Estoy empezando a frustrarme al respecto.

—Misaki, te lo vuelvo a repetir, yo no necesito tu ayuda, estoy perfectamente bien sin ti, si tanto te molesto vete. Deja de interceder por mí y ve y bésales los pies a todos en Homra como has hecho en estos años.

— ¿Cómo mierda puedes ser tan hijo de puta? En Homra también se preocupan por ti, tienes a todo el jodido mundo a tus pies y no te das cuenta, no importa que los hayas traicionado, no importa lo mierda que trates a tus compañeros, ellos siguen allí, incluso yo, que fui tu mejor amigo sigue allí para ti.

— ¿Y yo acaso les pedí que estuvieran conmigo? Ustedes son los únicos idiotas que se quedan a pesar del dolor. Yo no necesito de ti y nunca necesite, a diferencia tuya que me necesitaste por quedarte sin amigos al final, ¿Qué acaso ahora te estas quedando sin los de Homra y vienes hacia mí?

—Tú... —dijo Misaki con demasiadas ganas de llorar, toda palabra le atravesaba como un cuchillo directo a su pecho.

—Solo vete por donde viniste, y hazlo rápido que no tengo muchas ganas de verte justo ahora.

—Está bien, si es lo que quieres ¡Me largo! —Misaki se fue dejando allí a Saruhiko, tenía demasiada ira para pensar las cosas claramente, todo estaba en silencio hasta que se rompió con el azote de la puerta y está siendo cerrada con la misma intensidad.

Saruhiko simplemente no dijo nada más, ni antes de que el explotara ni después, sentía que había cometido un grave error pero tampoco podía ir a detenerle, no lo había hecho la primera vez, dudaba que pudiera hacerlo la segunda vez y menos con aquella persona deteniéndole para ir.

Se fue para su habitación donde se resguarda con más cortes que omiten el pensar y callan las voces.

-

Misaki no pensaba con claridad y no sabía dónde ir después de haber salido de esa forma tan acelerada de la casa del azabache por lo que solo le atino al fin de cuentas ir a Homra, no quería que le vieran llorar, y mucho menos si estaban todos, aunque veía esto último muy imposible, a esta hora la mayoría se habían ido.

Cuando llego el bar abrió la puerta rápidamente y se sentó en el taburete tratando de que su rostro no fuese visto.

—Yata-chan, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en casa con Fushimi? ... ¡Yata! ¿Por qué lloras? ¿Qué paso con Fushimi? —dijo Kusanagi sin saber qué hacer, muy pocas veces podías ver a él vanguardista de Homra llorar con tanto frenesí y sin poder calmarse.

—Misaki, ¿Estas bien? —dijo Anna sentándose en el taburete al lado de él.

Había unos cuantos en Homra aun y se habían quedado viéndoles con curiosidad pero tampoco se habían acercado.

—S-Saru —dijo Misaki entrecortadamente, ni siquiera podía hablar porque más lágrimas se derramaban y le impedían hablar.

— ¿Le paso algo malo a Fushimi? —Misaki negó— Venga Yata, primero respira y tranquilízate, te hare una bebida.

Kusanagi se fue a buscar las cosas para hacer la bebida dejando solo a Anna y Misaki.

Todo estaba en silencio, excepto por los sollozos que se oían por parte del castaño, tenía su rostro empapado en lágrimas y la respiración entrecortada, sus lágrimas cedían con tanta facilidad y el calmarse tan difícil.

—Misaki... —susurro la albina, esperando el momento en que el castaño al menos pudiera decir palabra alguna.

—De verdad no puedo, Anna. Vine aquí para despejarme un rato, Saruhiko es imposible, no sé qué hacer. Me lastimo tanto con sus palabras, siempre lo ha hecho. No quiero dejarlo ir, pero tampoco sé cómo mantenerlo conmigo —dijo Misaki tratando de no sonar entrecortado.

Lágrimas en las mejillas de Misaki caían cargadas de impotencia, no sabía cómo calmarlas, toda la frustración que había sentido en estos días le estaba haciendo peso y no quería rendirse así de fácil pero solo quería que tan solo Saru cediera un poco, o entendiese el esfuerzo que hacia el mayor, pero lo uno ni lo otro venían.

Anna solo lo observo entristeciéndose al ver como ambos seguían sufriendo y abrazo a Misaki por el cuello.

—No puedes rendirte, Misaki, Saruhiko tiene un "fantasma" que le destroza, yo sé que sus palabras duelen, Misaki, pero él no quiere decir eso, al menos a ti no, nunca ha querido herirte a ti.

Misaki se sonrojo un poco con lo último— ¿Qué quieres decir con fantasma?

—Algo que no ha podido olvidar, algo que no ha podido dejar atrás, también... —dijo Anna— No puedo decir más, al fin y al cabo no me corresponde, Saruhiko te lo dirá a su tiempo. Solo no lo dejes caer.

Las lágrimas de Misaki no parecían cesar pero le dedico una sonrisa a su pequeña reina—Lo haré Anna, te lo prometo.

—Ya verás Misaki como tu relación con Saruhiko mejorara, más de lo que tú crees.

Anna sonrió y volvió a abrazarlo, consolando al castaño, dándose cuenta que en otro lugar el otro estaría revolviéndose en su dolor y sin su compañero tendiéndole la mano

—Misaki... Deberías irte ya de nuevo —dijo Anna tratando de disimular un poco la angustia en su voz.

El castaño no dijo nada y solo asintió, eran esas pocas veces en las que el entendía a la perfección el comportamiento o las palabras de los demás, se limpió sus lágrimas y se levantó sonriéndole nuevamente a su reina —Te veo luego Anna.

La reina sonrió y vio como el castaño se iba del bar con mayor seguridad.

—Sé que puedes con esto, Misaki —Incluso si Saruhiko seguía sin desear ayuda y solo alejaba al castaño, una pequeña parte de su azul volvía a su tono original, llenando de esperanza a la albina.

-

En un momento lejano.

—Yata-chan, ya traje la bebida.

—Izumo, tardaste demasiado, Misaki ya se fue.

— ¿Qué? ¿Use mis mejores bebidas para él y se va?

Notas finales:

LOS AMOOO <3 JAJJAJA <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).