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"No importa si no le gustas,
Ve y róbale un beso.
Al fin y al cabo, si se enoja contigo,
Ya habrás sentido sus labios."
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Esa fue la frase detonadora, aquélla que Seung le dijo. El pequeño Seungri, como suelen llamarle, le aconsejó en una noche en que veían Iroman.
Seungri era demasiado cínico para su edad, pero Daesung prefería llamar "valentía". Algo que suele faltarle especialmente cuando se enamora de una persona. Justo como en ese momento de su vida, y como suele ser últimamente, el dongsaeng parece ser el único que entiende sus líos mentales, puesto sin decir una palabra al respecto, éste comenzó a hablar precisamente del mal que lo aqueja, sugiriendo llevar a cabo semejante atrevimiento.
Kang regresó a mirar la TV sin responder, ignorando como de costumbre las descabelladas ideas que debido a su cobardía, no realizaría.
No obstante, en silencio, meditaba aquéllo. Era cierto.
La persona que más le gusta en estos momentos, es realmente atractiva, tiene una base de seguidores a temer. Para él, tiene los ojos más bonitos y la sonrisa más encantadora. Es como un ángel. Por ello, es impensable que pudiera ser correspondido, él no es nada guapo.
Y a pesar de todo, se siente atraído cada día un poco más hacia esa persona de ojos tan bonitos y sonrisa encantadora.
Le gusta tanto que inclusive el temor tiembla por acercarse y tocar aunque fuera, la punta de sus dedos. Le gusta tanto que su mente desesperada, pide a gritos terminar con la barrera de la distancia. Un beso, sí, no importa si se trata de uno muy pequeño.
Eso bastaría.
—Tienes razón, Seung... Eso haré.
Seungri, que en realidad no tenía idea de lo que se refería el otro, despegó la atención de la película para mirarlo, después de pensar un poco comprendió el comentario y sonrió.
—¡Muy bien, Dae! —Exclamó entusiasmado.— La próxima vez que le veas, ve y róbale un beso. Pero no un beso miedoso. —Apuntó acusador.— ¡Eso sería vergonzoso! Tiene que ser especial. Debe ser apasionado para que sean obvios tus sentimientos. Luego, puedes huir con el rabo entre las patas si lo deseas, pero lo más digno posible, no queremos dejar una humillante impresión ¿Cierto?
Kang escuchó atento e iba asintiendo lentamente.
—Pienso que si he sido capaz de besarle, debo ser capaz de esperar su reacción, sin importar lo que tenga que perder. —Confesó sonriente e hizo que la sonrisa del menor se ensanchara.
—¡Genial!
—¿Lo crees?
—Por supuesto.
Ambos sonrieron entusiasmados por el plan.
Iroman estaba en la parte más emocionante, Seungri quizo ver la batalla, nunca se cansaría, es su película favorita.
Sin embargo, una mano sujetó su barbilla impidiendo regresar su atención a la escena de acción, un cálido aliento golpeó su rostro y antes de siquiera poder reaccionar, desconocidos labios se frotaron suavemente contra los suyos. Por la sorpresa abrió la boca mas la exclamación quedó ahogada al sentir una lengua intrusa, ingresar a su cavidad para recorrerle sin problemas.
Escalofríos y cosquillas sacudieron su cuerpo. Unas manos acunaron sus mejillas, mientras con una pasión calma, le invitaba a seguir el beso robado.
Su mente hizo corto circuito.
¡Daesung le estaba besando!
Exactamente como le había sugerido.
Cómo no fue capaz de corresponder, el otro se alejó rápidamente, dejando una delicada calidez y humedad. Sin poder evitarlo, casi como un acto reflejo, su lengua relamió los labios para retener un poco ese inesperado beso.
Dae le mantuvo la mirada en la que se reflejaba la incertidumbre y un inmenso terror.
Seungri se sintió demasiado incómodo y tremendamente estúpido porque fue capaz de hilar. Repasó rápidamente los momentos vividos con su amigo, quedando remarcadas las palabras que desencadenaron todo...
"No importa si no le gustas,
Ve y róbale un beso.
Al fin y al cabo,
si se enoja contigo,
Ya habrás sentido sus labios."
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