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Valentín secreto por Ake chan

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Notas del capitulo:

Vengo a dejar un pequeño fic por las fechas espero que les guste x3

 

Se encontraba un muy sonrojado azabache con una  caja roja con un enorme moño dorado en sus manos, este era un obsequio para la persona de la cual se había enamorado varios años atrás, pero el pobre azabache no se atrevía a entregárselo de frente pues le avergonzaba que esa persona especial no solo fuera de su mismo sexo sino uno de sus más cercanos amigos.

Respiro profundo y comenzó a pensar en las distintas posibilidades que tenia, una era armarse de valor pero corría el riesgo de ser rechazado y no estaba preparado para eso al menos no en pleno día de San Valentín. Por ello opto por pensar en otro plan.

El mago de hielo debía idear alguna manera de asegurarse de que le llegara el paquete sin que se enterara que era de su parte, lo único que se le ocurrió fue entrar por la tarde a la casa del pelirrosa mientras este se encontraba en el gremio con Happy y los demás. Lo dejaría en un lugar visible quizá en su cama o en la mesita de noche.

Ese mismo día realizo lo planeado y se metió por una de las ventanas a la pequeña casa, estar ahí fue casi el paraíso para el azabache, se sentía como una colegiala acosando a su objeto de afecto pero no podía evitar emocionarse al sentir el delicioso aroma del otro inundando aquel lugar.

Volviendo su atención a lo que debía hacer comenzó a caminar por la casa deteniéndose cada cuanto para admirar el lugar y conocer un poco más sobre su propietario. Siguió caminando hasta que dio con la habitación del dragon slayer, la cama estaba algo revuelta y había algunas cosas tiradas pero se abstuvo de limpiar el lugar. Ya se estaba arriesgando demasiado a dejar algún rastro de aroma por si solo como para ponerse a tocar las cosas del lugar.

Se decidió a dejar el obsequio en la mesita de noche después de todo era una caja relativamente grande llena de chocolates hechos por el mismo y era lo suficientemente visible como para destacar en el desorden de la habitación.

Poniéndola con cuidado en la superficie del mueble sintió su corazón palpitar rápidamente y no pudo evitar imaginar la reacción del otro al ver el obsequio, seguramente recibiría otros regalos al día siguiente, ya que era relativamente popular entre las chicas, con esa sonrisa deslumbrante y su carácter animado y alegre era imposible que no lo fuera.

En el fondo esperaba que ese regalo descara de los otros aunque sabía que no era algo muy probable mas si ni siquiera sabía quién se lo había dado, suspiro, pero ya había decidido que no era su momento para confesarle lo que sentía por lo que echando una última mirada al lugar salió nuevamente por la ventana y se dirigió a su casa.

No tenía muchas ganas de salir el día siguiente  pues tendría que aguantar a Juvia sobre él y peor aun soportar la visión de distintas mujeres acercándose a su amor platónico mientras le obsequiaban cosas y le profesaban sus sentimientos de amor. Definitivamente no era un panorama muy alentador para el por lo que decidió encerrarse en casa y dejar que el día pasara con cualquier otro.

Lo que el azabache no noto en ningún momento al estar tan metido en sus pensamientos es que había perdido algo muy importante en el lugar que menos deseaba, su brazalete ya no se encontraba en su muñeca sino en el suelo de una desordenada habitación. El chico no noto su ausencia hasta el día siguiente.

Mientras tanto cierto mago pelirrosa llegaba muy cansado a su casa después de haber estado luchando contra todo el que se le pusiera enfrente en el gremio, lo único que le había extrañado fue dejar de ver al azabache en la tarde y que este no volviera en el resto del día. Entro a su habitación y al encender la luz vio algo que definitivamente no se esperaba.

Sobre su mesa de noche se encontraba una hermosa y brillante caja roja con un gran lazo dorado alrededor y un moño del mismo color encima, guiado por la curiosidad comenzó a caminar hasta la caja cuando repentinamente escucho como pateaba accidentalmente algo de metal, miro hacia bajo y se encontró un muy conocido brazalete plateado.

Lo tomo entre sus manos y aspiro su aroma, definitivamente era de Gray pero ¿como había llegado hasta su cuarto? Fue entonces cuando sus ideas se conectaron y volteo a ver la caja de regalo, una enorme sonrisa se plasmo en su rostro acompañado de una gran calidez en su pecho.

Apretando el brazalete entre sus dedos se dirigió hasta la caja y la tomo entre sus manos procediendo a abrirla con cuidado, sus ojos brillaron de alegría al ver el contenido, varios chocolates de distintas formas y colores.

Tomo uno rojo con forma de flama entre sus dedos riendo por la originalidad del chocolate y lo puso en su boca saboreándolo, entonces comenzó a imaginar al chico azabache visualizando su hermosa sonrisa en su mente. Dejo los chocolates y el brazalete en su cama mientras abría el cajón de su mesita y de ahí saco una caja azul con un moño plateado.

Se trataba de un gran chocolate en forma de copo de nieve  que había comprado para el azabache, en un principio había dudado si entregársela o no pues aun si le decía que era un regalo amistoso temía que el chico lo tomara de mala manera, pero ahora viendo los objetos en su cama estaba seguro de lo que haría al día siguiente.

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La mañana llego más pronto de lo que hubiera deseado, abrió los ojos y se dispuso a levantarse aunque sus ánimos no eran los mejores, se encontraba cambiándose de ropa cuando repentinamente noto algo. ¡Su brazalete no estaba!

Lo busco por toda la habitación sin éxito alguno y se sintió bastante deprimido de haberla perdido pues era uno de sus objetos favoritos con el que llevaba muchos años, miro tristemente su muñeca desnuda y suspiro resignado, en ese momento un peor pensamiento le vino a la mente, ¿y si la había tirado en casa de Natsu?

No, era imposible ni siquiera él tenía tanta mala suerte como para que aquello pasara, quizá la había perdido en el gremio o camino a casa. Se termino de vestir y fue a la cocina a prepararse algo de comer, se encontraba desayunando cuando repentinamente escucho un golpeteo en su puerta.

Probablemente era Juvia con algún extraño regalo para profesarle su amor, se vio tentado a no abrir la puerta pero creyó que eso sería algo muy cruel por lo que decidió ir y ser amable con la chica, después de todo en cierta medida estaban en una situación similar, aunque él no se la pasaba acosando al pelirrosa.

Abrió la puerta y en ese instante el tiempo se detuvo, un pelirrosa se encontraba frente a él pero eso no fue lo que lo dejo en shock sino el hecho de que al instante de abrir la puerta ese mismo pelirrosa se le abalanzara y presionara sus cálidos labios sobre los suyos. ¿Estaba soñando? Probablemente, no había otra explicación ¿o sí?

Después de lo que pareció una hermosa eternidad ambos terminaron por separarse lentamente, el azabache se observaba confundido y bastante incrédulo, fue entonces cuando el pelirrosa le mostro la caja que traía entre sus manos junto a un hermoso lirio blanco.

- ¡Feliz San Valentín Gray!

- G-Gracias

Gray tomo con temblorosas manos el regalo, sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho por lo rápido que este latía, un enorme sonrojo surco su rostro sin que se diera cuenta y observo incrédulo al otro al ver el contenido de la caja.

- ¿E-Es para mí?

- ¡Pues claro! Por cierto me encantaron los chocolates.

- ¿C-Como? ¿C-Como supiste que yo...?

- Olvidaste esto - comento mientras le ponía el brazalete en la muñeca

- No entiendo Natsu creí que tu....

- Me gustas y me alegra saber que también te gusto porque tenía pensado invitarte a salir.

- ¿Esto es real?

- ¡Claro que lo es! Puedo besarte de nuevo si quieres comprobarlo

Gray simplemente se sonrojo aun más y bajo levente el rostro mientras asentía a la invitación del otro, ese día fue uno de los más memorables para ambos y el inicio de una larga y hermosa relación.

Notas finales:

Se agradecen milenariamente los reviews :´3 


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