Esto me pasó hace mucho tiempo, han pasado ya varios años desde entonces y aun lo recuerdo, y cada vez que eso pasa no puedo evitar pensar en él.
Recuerdo que aquel año cuando estudiaba en la secundaria llegaron muchos alumnos nuevos, entre ellos estaba él, Koiky, todos en la escuela lo hacían a un lado porque decían que era muy raro, para mí no era nada raro, al contrario me parecía un chico bastante interesante. En ese entonces lo vi tratando de hablar con varios de mis compañeros, pero ninguno le hacía caso, todos lo ignoraban y en realidad no entendía porque, aunque suene raro, él era lindo, tenía el cabello negro y sus ojitos eran de un color café, siempre llegaba alegre a la escuela, con una gran sonrisa pero al final siempre terminaba con pocos ánimos.
Fue entonces cuando me atreví hablarle, lo encontré en la parada de autobuses, jamás olvidare ese instante en que le salude y él levanto su carita para mirarme y responder a mi saludo
—Hola… — fue lo único que dijo y volvió a bajar la cabeza para mirar al suelo
— ¿Te llamas Koiky verdad? —Él solo asintió sin mirarme — ¿te sientes bien?
La expresión en su cara fue de sorpresa y terror
— ¿Por qué estás hablándome?
—¿Por qué no lo haría?
—porque todos piensan que soy raro —decía mientras sus animo se iba al suelo —todos me rechazan
—pues que tontos son, a mí no me pareces raro
— ¿Entonces quieres ser mi amigo? —me dijo como si toda su tristeza se hubiera esfumado a otra parte
Ahora entendía porque todos decían que era raro, pero a mí no me molesto en lo más mínimo su cambio de ánimo así de repente, me pareció gracioso y hasta cierto punto tierno verlo así, hace unos instantes triste y ahora totalmente alegre.
—sí, seamos amigos
—Genial !— dijo, o prácticamente lo grito y luego de eso me abrazo, era más pequeño que yo.
Desde ese entonces se volvió mi amigo, siempre nos encontrábamos en la parada de autobuses para ir juntos a estudiar, en la hora del receso siempre estaba a mi lado y a la hora de salida regresábamos juntos a casa, él vivía un par de cuadras más que la mía. Muchos de mis compañeros me preguntaban el porque me juntaba con él, era simple, les decía que él me caía bien y era una buena persona y cuando lo veían acercarse se alejaban es como si fueran alérgicos a él. Tiempo después descubrí el verdadero porque, al parecer su padre que había estado separado de su madre se había obsesionado con ella, la cuestión era que le tipo maltrataba a su madre a tal punto que cierto día termino matándola y Koiky estuvo en terapia psicológica y se había corrido este rumor y todo el mundo creía que sufría de problemas mentales, lo cual era mentira, se preguntaran como es que lo sé, simple, Koiky me lo conto. Me lo dijo una tarde cuando escucho a un par de chicas murmurar cosas de él, Koiky se había puesto muy mal al saber que nadie quería estar junto a él porque lo creían loco. Me dio mucha rabia que lo hicieran sentir así, le había tomado cariño y hasta un cierto aprecio, a pesar de haber pasado por algo muy feo, la mayor parte del tiempo sonreía y tenía un buen ánimo que me contagiaba y me ponía feliz, eran muy pocas las veces en que lo veía triste desde que éramos amigos.
Recuerdo que él me conto que le gustaba una chica de la misma clase a la que asistíamos, cuando me lo dijo sentí algo estremecerse dentro mío, pero no le tome mucha importancia y quise darle unos consejos para que pudiera acercarse a ella, la chicha se llamaba Kaomi, era muy linda y era inteligente, era muy amable, o eso aparentaba.
Koiky empezó hacerle regalos y tenía muchos detalles con ella, para serle sinceros a ella parecía incomodarle un poco la presencia de Koiky, así que se lo hice saber, pero él estaba tan enamorado de ella que no hizo caso y siguió haciendo lo mismo que hacía. Una tarde a la hora de salida él me dijo que le pediría ser su novia y me pidió que me fuera solo a casa; algo dentro de mí me dijo que me quedara, así que fingí despedirme de él y me quede en la escuela y apoyarlo por si algo salía mal.
Ellos estaban solos en la cancha de futbol, recuerdo lo nervioso que estaba Koiky, aunque aparentaba no estarlo, yo sabía que si lo estaba. Él le había dedicado unas lindas palabras a Kaomi y hasta sentí celos de ella, cuanto hubiera querido yo tener a alguien como Koiky a mi lado y que hiciera todas las cosas que él hizo por ella.
Pero ella lo rechazo de la peor manera, le dijo de todo, le dijo que era muy raro y que si acepto sus regalos fue por pena y lastima, se lo dijo de una manera tan grotesca que hasta a mí me dolió
—Que iluso eres! —le decía mientras se reía de él —Jamás aceptaría salir contigo, quiero que te alejes de mí, puede que seas lindo pero eres muy RARO, además, si yo saliera con alguien seria con tu amigo Jeremy, él si vale la pena, él si es lindo y no es raro, como tú!
Se fue dejando a Koiky solo en la gran cancha, yo que había estado escondido detrás de las bancas del público pude oír y verlo todo, luego de que ella se fue, él se arrodillo al suelo, le dolía y lo supe por su forma de llorar, estaba tan lastimado que no se aguantó las ganas de gritarlo todo, cuanto odiaba yo a esa perra, había sido tan cruel con él.
Después de un rato, se levantó del suelo y se fue a lavar la cara, salió todo cabizbajo y todo el camino no dijo nada, yo iba un par de metros detrás de él, se detuvo en la parada de autobuses, ya se había vuelto de noche, me acerque a él y colocé mi mano sobre su hombro para que notara mi presencia, él solo atino a mirarme y volver la cabeza abajo.
—Koiky… —quise decirle algo para hacerlo sentir mejor pero nada bueno se me ocurrió
—solo quiero ir a casa
Tomamos el primer autobús que pasó, iba vacío a excepción de un par de personas, él se dirigió al mismo asiento de siempre pero antes de que me sentara me dijo—quiero estar solo Jeremy, por favor— entendí perfectamente que no quería que me sentara con él, así que tome asiento detrás del suyo.
Cuando llegamos a la última parada, bajamos juntos y estuvimos callados gran parte del camino, era algo incómodo, ya que siempre solíamos conversar camino a casa.
—oye Koiky, vamos te invitare un helado de chocolate, como el que te gusta —trate de decir con mi mejor sonrisa. Pero de nada sirvió
—no gracias
—¿Qué tal si vamos a jugar un par de videojuegos a la plaza?
—Gracias Jeremy, será otro día
No importara lo que dijera, su ánimo no cambiaba, tanta fue mi insistencia que se hartó de mí y me grito algo que jamás olvidare y que hasta el día de hoy me duele.
—Oye te vas a poner así por una chica, olvídala, es una tonta!
—Ya basta! Tú no lo entiendes!— y nuevamente rompió en llanto —tu no entiendes lo que es ser rechazo por todo el mundo, a ti te quieren todos!, tus padres, tus amigos, las chicas, todos! Todo el mundo te acepta, las chicas se mueren por ti… en cambio a mi… nadie me quiere, ni mi padre, ni mis compañeros, ni las chicas… todos me dicen lo mismo, todos me dicen que soy raro… que no valgo nada— su llanto no lo dejaba hablar —yo… no soy importante para nadie…. Ni siquiera estoy seguro de porque eres mi amigo…yo…no sé qué tiene el mundo en contra mía… no lo sé…
En ese punto no pudo hablar más. Me dolía tanto verlo sufrir así, me partía el alma y no pude aguantar las ganas de tomarlo entre mis brazos y consolarlo, pero él me alejo de su lado
—Aléjate de mí… es mejor que no sigamos siendo amigos… no te trae nada bueno tener un amigo como yo.
Y se fue, solo dijo eso y se fue. Después de eso no lo volví a ver, hasta el día de hoy, no he sabido nada de él y en la casa en la que se hospedaba la mujer dijo que él tomo sus cosas y se fue. He tratado de hallarlo pero por más que busco no le encuentro. El problema es, que nadie más que él me interesa, la única persona que me gustaba y me sigue gustando es él. Mi amigo, Mi Amor.