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Sin escapatoria. por Sheshire

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Notas del fanfic:

Hola jóvenes, ¿Cómo están? Les traigo un fic, un tanto diferente de lo que suelo escribir, sí es sacado de los confines de mi cabeza, espero que les guste, y que se disfruten esto conmigo.

Bueno, todos los personajes mencionados en este fic me pertenecen, no lo he plagiado y ningún suceso lo he sacado de ninguna parte, es decir, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, lo digo enserio.

Notas del capitulo:

Hola, les traigo un fic un tanto diferente, sí, completamente mío, es un poco ¿Tétrico? No sé más que decir, aparte de que los invito a acompañarme en esta “locura” gracias por su apoyo, ya sea porque simplemente leen o porque dejaran un RW.

Sin nada más que decir.

¡A leer!

Tic. Tac. Tic. Tac. CAPITULO I

Abandonado.

 

 

Un reloj imaginario resonaba en su mente, en la oscuridad de esa habitación sin ventanas, sólo con un pequeño cuadro sin cristal con barrotes para evitar que siquiera una mano saliera de allí, en un rincón vacio estaba él, su cabeza estaba apoyada en la pared, sus rodillas recogidas, mientras que sus brazos estaban inmóviles debido a la camisa de fuerza que lo retenía.

Sus ojos estaban apagados completamente, había bolsas negras bajo sus cristalinos ojos que habían perdido brillo al pasar del tiempo, el albino miraba sin espabilar un punto completamente inexistente de la pared, mechones de cabello blanco caían sobre su frente.

Tic, tac, tic, tac, una, otra y otra vez sonaban en su cabeza, los segundos pasaban, lenta y tortuosamente para él, ¿Qué era estar vivo? ¿Libre? ¿Sólo? ¿Acompañado? ¿Amor? ¿Compasión? ¿Alegría? ¿Dulce? ¿Amargo? ¿Salado? ¿Frio? ¿Cálido? ¿Odio? ¿Rencor? Sí, esas dos últimas palabras sí que las conocía, a la perfección,  él jamás había escuchado su significado, pero sabía bien que eso era lo único que se le había enseñado a sentir.

Pasos acercándose se escuchaban tras la gigante puerta de metal, un miedo intenso le recorrió la médula espinal, un frio interno le estremeció, los latidos de su corazón se hacían rápidos, fuertes e irregulares, mordiendo fuertemente su labio, recitaba palabras inentendibles.

La puerta se abrió lentamente con un chirrido tras de sí, y una figura oscura apareció con una sonrisa de lado a lado, caminaba cautelosamente hacia el pequeño en el rincón.

 

***

 

 

-¿Mamá? ¿Dónde vamos? –Pregunta el pequeño niño albino, mientras camina  de la mano de su madre.

-Iremos a jugar fuera, Allen. –Con una voz tétrica responde, mirando hacia el frente fijamente.

-Ellos dicen que no te debo creer. –El niño se estremece, mientras siente como su madre lo sujeta bruscamente de la mano, levantándolo de la tierra, desgarrando poco a poco su brazo.

-¿Ellos? ¡¡Esas cosas no existen!! ¡¡Te he dicho que no hables de eso en público!! –Su madre lo deja caer al suelo, mientras con la mano libre asiste una bofetada directa a la cara del pequeño.

-L-lo siento. –Dice el pequeño peli-blanco mientras roza suavemente su labio, herido por el impacto, mientras con miedo se vuelve a poner en pie.

-Debes ser un niño bueno Allen, ¿Serás un niño bueno que no hace más preguntas? –La madre se arrodilla ante él, quedando a la misma altura, con una sonrisa falsa en los labios.

El niño solo se limita a asentir con la cabeza, pues en su oído, miles de voces le advierten del peligro que corría, que la mujer que estaba al frente no era quien decía ser, ella era su enemiga en ese momento, que debía huir, sin embargo, el pequeño Allen no podía creer que su madre le haría daño, cuan equivocado podía estar.

 

***

 

 

La camisa de fuerza había sido arrebatada por aquel hombre, al igual que sus fuerzas restantes, una potente droga recorría sus venas, de igual forma, Allen no tenía intención de resistirse, pues bien sabia que serian nulos sus esfuerzos; Sus manos estaban atadas a la cabecera de la cama, de igual forma sus pies a la parte inferior, su cabeza colgaba sin ninguna base en que apoyarla, estaba echada hacia atrás, sus ojos sin vida seguían abiertos, mientras en su oído se escuchaban los lascivos gemidos de aquel hombre.

Su interior dolía con cada estocada, sentía que se iba a partir en dos en cualquier momento, asco, era la palabra más cercana a lo que sentía, las manos del “enfermero” recorrían todo su pálido cuerpo, enterrando las uñas fuertemente a la ya débil piel del chico, se hundían ferozmente mientras el liquido rojo salía a flote.

-Él no vendrá por ti Allen. –Esas palabras perforaron en lo más profundo de su ser, el rostro del único hombre que le hizo entender que la humanidad tenia cosas buenas.

>>Él te abandonó, como todos lo han hecho hasta ahora. –Nuevamente dio en el clavo, su mirada se oscureció aun más.

>>¿Por qué no te rindes ya? –Allen se había rendido hace mucho tiempo ya, sólo le hacía falta la oportunidad.

>>Deberías agradecerme, te estoy dando buenos tratos. –Por un instante los ojos del albino volvieron a brillar, esta vez, con una flama de odio.

Allen subió bruscamente sus caderas, haciéndose daño a él mismo, pero más a quien perforaba dentro de él, arrebatándole un grito de dolor y una mirada de furia.

-Calla… Basura. –Apenas consciente de lo que dijo, su voz salió entrecortada.

-¡Mocoso! ¡¿Es eso lo que quieres?! Está bien…  –El hombre arriba de él, aumentó el ritmo de sus estocadas, la fuerza y la malicia, empujando al albino a gritar de dolor.

Las manos del hombre se posaron en su cuello, estrangulándolo durante unos segundos, para soltarlo y volver a hacer la acción, no pasó mucho tiempo para que el delicado albino perdiera la consciencia.

 

***

-No te preocupes, yo te protegeré. –El pelinegro abrazaba dulcemente a Allen, mientras éste solo se limitaba a aspirar su olor.

-Zaid…-En susurros habla hacia él, un sentimiento de protección alberga su ser, llenándolo de una manera indescriptible.

-Dime. –Responde sereno, mientras le regala un dulce beso en la frente.

-¿Podré salir de aquí? –Su voz se tornó triste, enterrando su cabeza aun más al pecho del mayor.

-Yo te sacaré de aquí, Allen. –Tomó el mentón del chico, atrayéndolo al mismo, fundiéndose en un dulce beso.

 

***

-Mentiroso. –Una voz masculina invadió la silenciosa habitación, la exclamación se escucho agria y perturbadora.

-¡Es un mentiroso! –Esta vez, una voz femenina de una niña, seguido de una risa infantil de varios niños.

-¿Mentiroso? ¡Mentiroosoo! Zaid es un Men-ti-ro-so. –La voz de un niño también participó en la batalla de acusación, mientras que varias carcajadas distorsionadas se perdían en eco.

-¡Ah! ¡Cállense! –Grita Allen, su voz suena ronca, y un audible quejido se escapa de sus labios, mientras una mueca de dolor se posa en su rostro, al retorcerse el dolor aumenta, e inevitablemente impacta contra el suelo, la camisa de fuerza volvía estar en su lugar haciendo más incomodo su intento en reacomodarse.

Aquel hombre había desaparecido, luego de haberlo violado lo dejó en su cama, si así se le puede llamar a eso, una bolsa de nailon rellena de poliéster con agujeros tal cual como una malla; pero ese no es el punto, para ellos, Allen era un simple juguete, tanto sexual como experimental, nunca había recibido un trato digno de “un ser humano” no obstante él jamás había sido tratado como un ser humano.

-Allen ¿Estás bien? –Uno de los niños apenas visibles, se acomodó a su lado, preocupado apoyaba una de sus manos en la frente de Allen.

-¿Sabes? Ustedes son los únicos que me tratan como algo que vale la pena, son  los únicos que han visto mi verdadero ser, sin embargo, la vida es cruel, nadie más los puede ver, y yo tampoco… los puedo sentir. –Su voz se cortó, apretando los dientes. –¿por qué? ¿Es que acaso yo no tengo derecho a vivir de igual forma que ellos?

-Cuando vivíamos  todos nos veían, pero bueno, como ves, no tuvimos buena suerte, nuestra vida terminó pronto. –Dice el mayor de todos, esbelto, pelirrojo y con una voz profunda y grave.

-Jake, según ustedes, ya fallecieron hace algún tiempo ¿No? Pff, a veces pienso que en verdad estoy loco, a veces me cuestiono quien está vivo y quien no… tal vez… Zaid. –Su mirada se fija en el techo, su respiración sigue agitada debido al dolor en sus caderas, y en todo su cuerpo.

-¡Él era difereeente! –Dice la pequeña Nancy.

-Diferente… ¿En qué? –Pregunta el albino, sonriéndole amablemente a la pequeña.

-él tenía un color diferente, el que tienes tú y todos los que no nos pueden ver. –Dice el pequeño Dylan.

-Así que él sí me abandonó. –Ríe amargamente, mientas cierra sus ojos, y se dispone a descansar lo más posible, pues lo que le seguía, sabía que sería malo.

Notas finales:

¿Qué les pareció? Soy todo “oídos” para sus comentarios, criticas, insultos, okey no, cero insultos, ya saben, mi autoestima es importante ¿No?

Bueno, les deseo un buen día, noche, tarde o lo que sea, espero sus comentarios con muchas ansias, y nada gracias por leer hasta aquí, y los espero en el próximo capítulo, si dios lo permite.

Nos leemos después. Besos.

PD: 1. Si se dieron cuenta los * son para los flashback :3 al igual que la letra cursiva.

       2.Éste Fic no tendrá fecha fija de actualización, debido a que no sé si pueda llevar el ritmo de dos fics, haha, pero relajados que si lo seguiré.


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