Claro que no, de hecho mi casa mas bien parece un hotel, pueden quedarse el fin de semana insistio el.
La verdad es que si su suposición era cierta no le molestaria pasarla en esa enorme mansión.
Kaleb estaba mas reservado que su hermana la vida le había enseñado que nadie daba nada gratis que siempre había un precio a pagar.
- y asi puedo enseñar mas de nuestra doctrina.
Esto tranquilizo a Kaleb un poco asi que era eso trataría de meterlos a su extraño culto, no estaba mal hotel y comida gratis igual ni el ni su hermana estaban interesados en esa secta. Sus sospechas eran ciertas el era el dueño del palacete que habían visto, ellos entraron y por dentro era mas lujoso todavia además de enorme ellos nunca habían visto algo como eso.
- vaya este lugar es inmenso dijo Paulina.
- bueno yo no puedo darles un recorrido tengo que preparar algo para mañana pero... Gabriel ven.
De las escaleras bajo el hermoso pelirrojo se veía a un mas angelical que con esa tunica negra que usaban.
- Gabriel dales un recorrido a los señores y muestrales uno de los cuartos de huesped donde se puedan quedar les dijo Batista antes de desaparecer en una puerta.
Al quedarase con el muchacho Kaleb pudo mirarlo mas de cerca y contemplar la perfeccion de su rostro.
- hola es un gusto tenerlos aquí comentó el joven instandolos a seguirlo.
- quedate un poco atrás para que puedo seducirlo agusto le dijo a su hermana ella asintio.
- esta es la biblioteca y esta es la sala... El chico siguió mostrando todo a su paso fingiendo no darse cuenta de la mirada lujuriosa del hombre.
Kaleb tenía razón Gabriel era virgen, no solo no había estado con un hombre jamás si no que tampoco con una mujer, hasta su boca estaba intacta lo máximo que había tenido eran leves besos por encima de los labios, pero el no era un tonto claro que sedio cuenta del tipo de interes que le despertaba al moreno no era el primero en verlo asi lo que lementaba era que del que deseaba esa mirada no se la daba. Kaleb le hizo una señal a su hermana.
- disculpa querido pero estoy cansada, podrias mostrarme mi cuarto le preguntó Paulina ya que le señal que le había dado su hermano era para que se fuera y lo dejara a solas con su presa.
- claro les dijo el joven los llevo a una habitación con dos camas era increibles parecia la suite de un hotel de cinco estrellas.
Una vez solo con el muchacho comenzó acercarse claro de manera disimulada conocia a estos santurrones si iba directo lo asustaria tenía que ganarse su confianza.
- como dijeron que te llamabas? Preguntó Kaleb
- Gabriel
- es un nombre hermoso, nombre de angeles.
El chico parecio poner una mueca de molestia.
- me llamo asi por mi padre no tengo nada que ver con esos seres que son nuestros enemigos. - lo siento no quise molestarte es que no entiendo mucho eso de la oscuridad no se tal vez podrias explicarme le dijo aparentando interes, esto parecio funcionar ya que el muchacho lo llevo a una estancia y ambos se sentaron en un sillon.
- Adela! Llamo Gabriel a la que parecia la empleada domestica. Era una niña de no mas de dieciocho años de un aspecto muy corriente.
- se te antoja algo? Le preguntó a Kaleb.
- tal vez un jugo.
- traiga una jarra de jugo de naranja dijo el por la actitud que tenía se le notaba que estaba acostumbrado a dar ordenes esto se le hizo mas llamativo, hace mucho que no se echaba un niño rico y mimado.
- dime, porque adorar a la oscuridad? Eso podría parecer algo sombrío.
- la oscuridad no es mala solo que le gente cree todas las mentiras de que dice la luz, la penunbra nos proteje cuando estamos envueltos en ella nuestros enemigos no pueden tocarnos por que no pueden vernos.
- pero en la oscuridad hay cosas que no pueden verse, como tu belleza.
- pero eso es mejor por que si no puedes ver la apariencia de alguien puedes enamorarte de su alma y sentirlo de verdad. Dijo Gabriel un poco sonrojado por el comentario de Kaleb.
- no me digas que nunca te lo habían dicho, es que se ve a simple vista insistio.
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