Pero Kaleb bien que la reconocía habían comido con ella.
- si, ya me voy acostar le dijo Gabriel zafandose del agarre del hombre.
- espera... Trató de decir, pero antes que pudiera decir mas el chico lo beso muy cerca de los labios.
- ven a mi cuarto mañana en la noche y trae una botella de vino de la cocina, para relajarme sera mi primera vez. Era increible por fin.
Espero como un loco que llegara el momento, el domingo en la mañana se fueron a la iglesia para quedar bien con el muchacho.
Nunca en su vida esto se le había hecho tan tedioso y aburrido solo contaba las horas para que darse a solas con el. Paulina vio como su hermano se arreglaba frente a un pequeño espejo.
- no pensaras dejarme sola? Quién me va ayudar a llenar el carro con los objetos de valor y... - ya, te prometo que cuando terminé con lo que voy hacer regreso.
Ya todo estaba oscuro como siempre se habían acostado temprano se dirigió a la cocina que se encontraba desierta la botella de vino estaba a plena vista la tomó y en unos pocos instantes estaba en la puerta del muchacho no tuvo ni que tocarla. - entra le dijo el chico.
Kaleb se sentó en la cama y se puso comodo.
- hay algo que deseaba preguntar, no eres de por aquí verdad?
- no, soy de una familia acomodada, estoy en este lugar por razones religiosas.
A Kaleb ya no le importaba escuchar mas esas estupideces solo agarró fuertemente a Gabriel y lo pego contra su cuerpo.
Lo lanzó con fuerza a la cama pero antes de poder hacer algo un poderoso mareo lo sacudio tanto que cayó inconciente en el suelo paso una hora antes de recobrar la conciencia estaba en una especie de sótano con los brazos y piernas atadas se dio cuenta que estaba rodeado por personas con capuchas negras a los únicos que reconocio fue a Garbriel y Dante que tenían la cabeza destapada, también se dio cuenta que a su lado Paulina estaba atada como el.
- qué demonios es esto?! gritaba ella.
- sueltenos o...
- o qué? - dijo Batista no dejando hablar a Kaleb y sacando una caja hecha de oro con simbolos grabados de la que sacó dos pulseras iguales a las que tenían en el pueblo - la belleza y la inocencia no siempre van de la mano y es una asociacion que a veces como en este caso es mortal, voy a esplicarte esta pulsera se llama la pulsera de los sueños por que al que se la ponen cae en un sueño profundo, claro los que estan al lado de esa personas solo notan un leve comportamiento extraño ya que los sujetos siempre tienen los ojos abiertos y estan en digamos sonanbulismo.
- es una locura! Gritó Kaleb
- no querido, no lo es la verdad se usa par que mientras la victima se consume toda la energia vital va a quien es dueño de la pulsera.
- comsume? Preguntó Paulina asustada.
- si como saben las personas dormidas no comen y poco a poco mueren al mismo tiempo que mientras lo hacen nos sirven de fachada a viajeros que llegan aquí por accidente.
- ustedes dañaron el auto dijo Kaleb comprendiendo muchas cosas.
- no, lo hizo Ronnie son facíles de mandar en ese estado, lo malo es que solo había una pulsera pero para eso tengo esta caja que multiplica todo lo magico que cae en ella termino de decir Dante.
Los hermanos siguieron forcejeando sin exito.
- Gabriel amor has los honores
-dijo Batista dándole un beso en los labios al chico
- se dulce con el, sera su primera vez le dijo con ironia.
- son amantes? Preguntó Kaleb sintiendose estupido no podía ser que lo engañaran.
- como te atreves? Mi precioso niño es casto ese tipo de relación lo echaría a perder, ya fue suficiente de explicaciones, hazlo bebé dijo y volvió a besar levemente al chico.
Gabriel se acerco primero a Paulina que forcejeaba inutilmente, Kaleb vio con horror como en cuanto le colocaron la pulsera a su hermana quedo ida y parecia una muñeca de trapo entonces fue desatada.
- ve y dile algunos del pueblo que te ayuden a prender fuego a el auto en que vienieron le ordenó Gabriel la muejer se fue a cumplir la orden con paso tambaleante.
- no!, Paulina reacciona! No, no! Notó como ahora venía por el.
- alejate trato de ahuyentarlo sin exito.
El último recuerdo que tuvo fue el perfecto rostro de Gabriel esta vez surcado por un brillo malisioso ahora Kaleb también tendría la mirada perdida y caminaria torpemente hasta morir como los demás habitantes de Villa San Sara.
No muy lejos de ahí algo humeante cayó del cielo poseía dos pares enormes de alas de hierro que perecían estar siempre al rojo vivo una vez paso el humo Tristan alzo su imponente figura y miró con sus dorados ojos la Villa, ya era hora que alguien le diera un buen golpe a la oscuridad y para eso lo habían mandado.
Continuara
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