Kaleb volvio a sentir escalofrios. - disculpe, sabe donde hay un mecanico? le preguntó Paulina al extraño.
- el único que conozco es Ronnie le costestó el desconocido ese modo de hablar pausado lo tenía también el de la posada como si tuvieran alguna incapacidad mental como si hablaran dormidos, encima de todo ese tipo se le hizo conocido a Kaleb pero no lograba reconocer donde.
- y donde esta ese ronnie? Preguntó la mujer.
- pues esta como todos en la iglesia, de hecho yo también voy para allá.
- podrias llevarnos para que nos lo muestre preguntó Kaleb.
- claro les dijo el hombre.
Ambos lo siguieron llegaron y el hombre les señalo al hombre, era un señor maduro, con sobre peso y calvo.
- no creo que interrumpa la misa para atenderlos deberan esperar a que termine.
Antes de poder alegar algo el que los había traído se sentó en una silla mas adelante, no les quedó mas remedio que sentarse en las últimas sillas.
A Kaleb no le hacía nada de gracía escuchar sermones, no era muy creyente es mas le fastidiaban todas esas cosas, al voltear la cabeza al muro de la derecha vio una inscripsión que le helo la sangre "a nuestra amada oscuridad que nos proteje y cubre con su manto, ya que en su infinita belleza nos envuelve".
- oye ya viste lo que dice ahí? Preguntó Kaleb a su hermana señalando el letrero.
- y qué? Otra secta de locos cuales la novedad? No creeras en esa cosas no?.
- no creo que sean ciertas pero y si es alguna de esas cosas en las que sacrifican gente.
- no digas tonterias, mira a tu alrededor.
Era verdad esa iglesia era lujosa y todos parecían normales a simple vista pero había algo que notaba Kaleb todos tenían las mismas caracteristicas todos parecían zombies además noto otras cosas todos tenían una extrañas pulseras de plata.
- todos parecen idos y mira las pulseras...
- ya Kaleb! Deja de cagar el palo todas estas sectas son iguales convierten a las personas en ovejas idiotas y pues a veces le dan un distintivo tal vez las pulseras son... oh pos dios, que hombre! Dijo ella mirando al que daba el sermon, era un hombre alto bien parecido tenía el cabello negro y corto sus ojos de un color verde intenso iba bien vestido con ropa muy costosa tenía buen fisíco sin llegar a ser musculoso ese tipo no combinaba ahí, de hecho no había que ser un genio para deducir que el palacete que había visto era de el, que hacía un tipo asi en un lugar como ese? encima era de un aspecto elegante, pero no era el tipo de Kaleb apesar que el tipo hablaba lo que decían los predicadores normalmente, ya saben de la castidad del cuerpo de que son malas la relaciones hombre con hombres y otras cosas que ya eran clichés, pero a Kaleb no lo engañaba podía distinguir esa mirada zorruna se veía que este tipo era un pillo seguro tenía a estos pobres tontos para sacarles dinero además de la edad, este sujeto parecía de mas de treínta años a el le gustaban jovenes he inocentes.
Miró de nuevo al hombre que los había traído, de donde lo conocia? De repente lo recordo lo había visto en un cartel que la policía puso al parecer el hombre llevaba desaparecido semanas.
- oye Paulina, ese tipo el que nos trajo lo estan buscando lo dan por desaparecido le dijo Kaleb un poco inquietado.
- ya Kaleb! Seguro que llego aqui y cayo en este culto, que mas da le dijo Paulina sin prestar mucha atención al nerviosismo de su hermano, ella estaba muy interesada en el hombre que hablaba el pronunciaba con autoridad y parecía encantador para Kaleb nada de hay le resultaba interesante hasta que.... - muy bien a hora va a cantarnos algo nuestro querido hermano Gabriel dijo el hombre que había terminado de hablar. Kaleb se quedó impresionado con la belleza del muchacho que no podía tener mas que unos veinte años, Kaleb lo detalló bien este niño al igual que el predicador y sus demás ministros no tenía pulseras ni se comportaban de manera erratica como los otros ellos parecian tener un comportamiento normal.
Era impresionante lo bello que era este joven.
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