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I Kissed A Boy por Amy Hatsune de Hamada

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Notas del capitulo:

Aclaraciones: Gravity Falls no me pertenece es propiedad  de Alex Hirsch. Los diseños de los personajes se ven como los de Elentori.

Advertencia: lalalala~ nada por ahora~ solo revelaciones que les dejaran a lo ¿WTF?

 

Nota: continuación por petición de ustedes queridos lectores.

I kissed a boy – part 2

Dipper se levantó temprano, se ducho, se vistió, y bajo a desayunar. Yace una semana desde que “el incidente” ocurrió, desde ese entonces había evitado hablar a toda costa con su novia, su hermana u otro de sus amigos.

Se sentía horrible por haberle hecho eso a Pacifica… pero, esperen… ¡la culpa fue de Bill, no suya! No, no era así… ¡también fue su culpa! Por dejarse llevar por el maldito Bastian. Hoy comenzaría a asistir a la dichosa universidad, Mabel ya estaba preparándose para irse también. Ella se iría junto con sus amigas, y él… bueno esperaba que Wirt aun siguiera vivo para irse con él.

—     Buenos días bro—saludo la castaña

—     Buenos días—

—     ¿listo para lo que viene?

—     No—suspiro el castaño

—     Oh, ¡venga! No te preocupes… yo estaré contigo—sonrió la mayor

—     No lo creo… tus clases no coinciden con las mías—

Mabel mordió su labio inferior, sabía que era cierto. Pero de todos modos siguió sonriendo.

—     Pues me escapo de clases y te voy a ver—

Dipper sonrío, conociendo a su hermana… era capaz de hacer algo así. Mabel le devolvió la sonrisa para tomar un poco de jugo de naranja, sus padres habían salido ese día, lo que significaba que estarían todo el día solos, solos y en la escuela con muchas otras personas que no conocían.

—     ¿enserio debemos ir a la universidad?—pregunto Mabel

—     Si, aunque no quieras hay que hacerlo—contesto Dipper

—     Frutha bidah—

Dipper rodo los ojos, tomando asiento junto con la mayor. Ambos mellizos tomaron el desayuno en silencio, había momentos en los que la castaña sentía como si su hermano le ocultara algo; y como buena hermana mayor que era… lo golpearía hasta sacarle la verdad.

.

.

.

Mientras, en el centro de la cuidad…

La residencia Bastian… una casa “humilde”  de los suburbios de la clase alta. En su interior; la familia Cipher Bastian, desayunaban en familia como todos los días.

A la cabeza de mesa, se podía ver a una mujer fina, de cabellos rubios, piel ligeramente bronceada, de cabellos rubios, y ojos marrones. Y a los costados de la mesa, sus hijos; un joven de porte alto, pelirrojo, de ojos de negros y piel pálida leía el periódico mientras tomaba su taza de café humeante, al otro lado; un chico más joven de cabellos celestes, piel pálida con varias pecas en sus mejillas, y de orbes cobalto terminaba su vaso de jugo de naranja.

—     Buen día familia—

El chico rubio entraba en ese momento al comedor, el pelirrojo le lanzo una mirada de pocos amigos mientras el menor le sonreía amablemente.

—     Buen día, hijo— saludo la mujer

—     Buen día hermano—sonrío el más joven de ahí

—     Bill—saludo el mayor

—     Phillip—saludo

Quizá Bill no se llevaba tan bien con su hermano mayor como su madre y su hermano menor quisieran. Pero… al menos se dirigían una palabra diaria… eso era bueno ¿verdad?

—     Bien, hermanito… prepárate, hoy comienzas tu primer día en el infierno—comento Bill

—     Muy gracioso Bill—le regaño Phillip

—     Ay, vamos… le digo la verdad—sonrió el del medio

—     Bueno, su hermano mayor estará ahí para él ¿no?—dijo la mujer

—     Para nada—

—     Eres malo hermano mayor—le regaño el muchacho peli-celeste

—     Pffff, claro que no — chisto el rubio

Bell Cipher solo rodo los ojos, el hijo del medio tomo asiento al lado de su hermano menor. Ese día William entraría a la universidad; aunque aún pareciera un puberto tenía 18 años, y Bill como su “gentil” hermano mayor seria su guía en esa jungla.

El de orbes doradas sonrío de lado, por un segundo en su mente paso la idea de volver a encontrarse con su PineTree. Si así era, era SUYO; se encargó de hacérselo saber en aquella fiesta, pero como siempre, el universo conspiraba en su contra, no lo había vuelto a ver.

No era que le echara de menos.

Dios eso no, no era de esos tipos que se la pasaban pensando en “una chica” durante horas, si quería a alguien solo lo decía y listo; pero… había algo en ese mocoso Pines que le atraía más allá de su “físico”

Sabía que era un muchacho dulce, amable, inteligente y siempre dispuesto a ayudar a los demás, pensó que sería fácil conquistarlo… pero se equivocó. El chico no era tan social, no tenía suerte en cosas románticas, y quien sabe por qué, tenía como novia a Pacifica Northwest, quizá era brujería… ósea un acto de su hermana melliza; admitía que la femenina de los mellizos era muy linda, pero no era su tipo, muy cursi, rara y esas cosas.

Y ahora tenía un plan.

Separar a “la pareja” y quedarse él, con Dipper. ¿A poco no estaba genial ese plan? Pyrónica lo nombro: “el súper plan de Pyrónica para que Bill se quede con Dipper y así tendrá su yaoi gratis hardcore”le dio un golpe ese día.

Aun no sabía cómo haría que se separaran, pero inventaría algo. Quizá hacer un escándalo a la rubia, o hacer quedar mal a Dipper con ella, o revelar que él se acostó con el menor de los Pines en la fiesta, tantas buenas ideas; no sabía cuál elegir.

La única persona – aparte de Pyrónica – que sabía que se había acostado con Dipper, era Will; ¿Cómo lo supo? Pregúntenle a la chica de cabellos rosados, quien llego gritando a la casa de los Cipher, que Bill había follado con el castaño, y el único que estaba ahí presente era el pobre e indefenso Will, pobrecito, quedo traumado ese día.

Volviendo a la realidad, luego de dejar su desayuno a medio comer, el rubio se levantó de la mesa y arrastro al menor Cipher con él a la salida.

—     Adiós familia—grito el rubio

Luego de eso, ambos hermanos llegaron a la cochera, tomando sin pedir permiso el auto de Phill, - es que a Bill le gustaba más ese auto que el suyo propio – Will aún no comprendía de donde saco una copia de las llaves, solo esperaba que su otro hermano mayor no matara a Bill por chocar el auto como la otra vez.

—     Y…

—     ¿y… que?—pregunto Bill

—     ¿y enserio intentaras separar a Pinetree y Pacifica?—pregunto el menor

—     Pffff, claro que no, ¿Qué clase de monstruo crees que soy?— chisto el mayor — solo quiero que dejen de ser pareja y así Pinetree podrá ser mio completamente.

Un facepalm quedo marcado en la pálida piel del más chico, el mayor subió al auto rojo y abrió la puerta de copiloto para su hermano.

—     Sube antes que te deje—advirtió Bill

Will solo suspiro negando con la cabeza, para poder entrar al transporte, ahora debían ir a recoger a Pyrónica y podrían llegar a la universidad.

.

.

.

Mientras, Mabel salio de la casa seguida de Dipper; afuera por arte de magia, Meh mentira; se estaciono la limosina de la familia Northwest.

—     Mira, Pacifica ya vino por nosotros—sonrió Mabel

—     Ahm, Mabel… mejor me iré con Wirt.

—     ¿Por qué?—quiso saber la mayor

—     E-es que… me siento nervioso y caminar me ayudara—mintió el castaño

—     ¿quieres que te acompañe?—pregunto la castaña

—     N-no, estaré bien… vete tú.

—     Ok.

La primogénita Pines se acercó al transporte, adentro esperaba Pacifica revisando su móvil.

—     ¿y Dipper?—quiso saber la rubia

—     Caminara.

—     ¿Por qué?

—     Dijo que se sentía nervioso y mejor se iría con Wirt—explico la castaña

La de ojos claros torció los labios, para después cederle un puesto a su “cuñada” la de ojos caramelo se sentó junto la Northwest, y la limusina volvió a su rumbo, irían a buscar a Candy y Grenda, y quizá también a Star.

El oji – castaño, suspiro; no podría seguir evitando encontrarse con su novia, y lo peor era que Pacifica empezaba a sospechar que algo le pasaba.

—     Hola—se escuchó a su lado

El menor dio un respingo al ver al mayor de los Cones a su lado ¿Cuándo llego?

—     ¿desde cuándo…?

—     Acabo de llegar, pensé que estabas en otro mundo—chisto Wirt

—     …

—     ¿Por qué no te fuiste con tu novia?

—     ¿Qué? ¿es que acaso no puedo esperar a mi mejor amigo para…?

—     Déjate de discursos… ¿te pasa algo con Pacifica?

—     ¿Qué? Pffff, claro que no. Todo está genial.

—     Aja, y yo me llamo Beatrice—chisto el mayor

—     Hablando de Beatrice ¿Dónde está?

—     Ni idea, pero no cambies de tema Pines… te pasa algo y no te dejare en paz hasta que me digas que te pasa.

—     Ok… te dire, pero… ¡oye, mira es Sara y Jason!—exclamo Dipper

—     ¿Qué?

El castaño mayor volteo, cosa que Dipper aprovecho para salir corriendo. El Cones volteo molesto empezando a seguirlo. — ¡Regresa aquí Pines!

.

.

.

El auto rojo se detuvo frente aquella gran casa, de esta salio la muchacha de cabellos cortos rosáceos, y como se le era habitual casi toda su vestimenta era rosa.

—     Pyrónica… me dan ganas de vomitar cada vez que veo tanto rosa—se quejó Bill

—     Oye, yo no digo nada cuando me dan ganas de vomitar por ver tanto amarillo en tu ropa—señalo aquel sweater amarillo con el estampado de un ojo que el mayor usaba — ¿Qué tienen los Cipher con los ojos?

—     Cállate y sube—ordeno el rubio

La peli rosada subió al auto sentándose en la parte trasera de este.

—     Hola Will—saludo la muchacha

—     Hola Verónica—saludo el peli celeste

La muchacha hizo una mueca al escuchar su nombre real; pero lo ignoro sonriéndole al más joven.

—     Listo para ir al infierno—sonrió Pyrónica

—     No entiendo que tiene de malo la universidad— dijo Will

—     No lo entiendes— pregunto la femenina — en ese lugar te chupan el alma hasta dejar un cascaron vacío—

—     Deja de asustarlo más de lo que lo hago yo— “regaño” Bill

—     Es inevitable no querer asustar a tu hermano ¡Es tan lindo cuando está asustado!—exclamo la pelirrosada

—     ¿ok?—dijeron ambos hermanos

El motor del vehículo produjo el sonido al momento que el mayor Cipher volvió a encenderlo. Ahora sí, podrían irse con “tranquilidad” a la institución.

.

.

.

Ah, un hermoso día en la dichosa universidad, las aves cantaban, el sol brillaba y los maestros se preparaban para recibir a sus nuevas víctimas.

Bill sonrió, amaba el olor del sufrimiento por la mañana.

Pyrónica le miro con cara de “What the fuck” pero ni al caso, el mayor solo le sonrió malicioso, recibiendo la seña de “Fuck you” por parte de la chica de orbes rosáceos. Will solo les miro callado, jamás entendería  a ese par.

—     Bonito día—soltó por fin el más alto

—     ¿Bill Cipher admitiendo que un día es bonito?—dijo la joven — ¿Quién eres y que hiciste con el puto teñido que tengo por amigo?

—     Muy graciosa Py—dijo entre dientes el mayor—pero si, es un bonito día.

—     Tienes razón—admito Will

—     ¿verdad? Un buen día para hacer que una pareja termine.

—     Me retracto—susurro Will

—     ¡ahora tienes razón!—exclamo Pyrónica—es un hermoso día para acabar con una pareja y que tu termines por “consolar” a uno de ellos.

—     Chicos, mejor…

—     ¡calla!—interrumpió Pyrónica a Will— yo tendré mi Yaoi y nadie me detendrá—exclamo

—     ¿Por qué no solo te le acercas y le dices lo que sientes?—pregunto Will

—     Pffff, claro; después de “eso” estará claro que PineTree, me recibirá con los brazos abiertos—dijo el rubio con extremo sarcasmo.

Will decidió mejor decidió alejarse de su hermano, sabedor que eso terminaría en una extraña pelea.

Bill no presto mucha atención a la escapada de su hermano menor, mejor sería ignorarlo; pero estaría en serios problemas si algo le ocurriese, ya casi sentía ser quemado vivo por su madre, a veces esa mujer daba miedo; era como Bill, pero femenina.

.

.

.

Dipper se encontraba sumido en su lectura, a su lado; Wirt se aseguraba que el menor de los Pines no terminara cayéndose de narices por no prestar atención a los demás estudiantes que caminaban a su alrededor.

El mayor de los Cones, suspiro aliviado al llegar a su casillero; toco el hombro de Dipper, para traerlo a la realidad.

El castaño menor reacciono, para luego abrir su casillero que estaba al lado del de Wirt, dejo su mochila y siguió con la lectura.

—     Se te quedaran los ojos pegados—chisto Wirt

—     A ti se te quedaran pegados, por ver tu celular—dijo Dipper

El Cones, rodo los ojos; toda la mañana Dipper había estado de mal humor, y eso que el de mal humor era él. Realmente se le estaba acabando la paciencia, ¡averiguaría que pasaba con Dipper de una buena vez y para siempre! Y si por eso tendría que golpearlo, lo haría.

—     Habla ya Pines—dijo Wirt encarándolo

—     Ya deja eso Cones, no te dire nada… por que no-me-pasa-¡nada!—exclamo Dipper

—     ¿se debe a algo que paso en la fiesta pasada?—pregunto de la nada el mayor

Dipper palideció, cubrió su mirada con la pequeña portada de su libro, y decidió mejor ignorar al más alto.

—     ¿se debe a eso?—pregunto Wirt

—     …

—     ¿te paso algo?

—     …

—     alguien te hizo algo—dijo el mayor, a la vez parecía ser afirmativo y a la vez interrogante

Dipper bufo, ¡¿es que no le podía dejar en paz?! ¡¿Y es que él no podía decir simplemente la verdad?! No, eso nunca; se llevaría eso a la tumba, sería muy vergonzoso contarle a alguien, aunque podría contárselo a Wirt, digo; es su amigo, lo apoya, no le juzgaría, ¿verdad? ¡¿Verdad?!

—     No me paso nada, nadie me hizo nada y no quiero hablar contigo sobre esto—dijo el menor arrojando su libro al casillero

Wirt abrió la boca para llevarle la contraria, pero un objeto cayó al suelo, al parecer había salido del libro, parecía ser de papel; tenía varios detalles en amarillo, y detalles en negro, y azul oscuro. ¿Una tarjeta?

Dipper la recogió rápidamente, pero al tratar de guardarla, Wirt la quito de sus manos para verla mejor.

—     ¿Por qué tienes una tarjeta?—pregunto Wirt

—     Por nada, y eso no te importa, ahora dámela—ordeno Dipper

Wirt la abrió, tenía varios escritos en una caligrafía fina y elegante; no tenía quien la mandaba ni nada.

Dipper la quito rápidamente de sus manos para volverla a guardar entre las páginas del libro, un tenue rubor se lograba visualizar en las mejillas del más chico.

—     Sabes que no te dejare de molestar hasta que me digas que es ¿verdad?—dijo Wirt

El oji-castaño caramelo, mordió su labio inferior, sabía que eso era verdad; e iba  a ser peor cuando Wirt le dijera a Mabel y juntos así le molestarían todo el día, toda la semana, todo el mes, todo el año, toda la vida… quizá exagero.

—     Es una tarjeta—dijo Dipper

—     Ya que es una tarjeta… ¿Quién te la dio?—pregunto

—     Nadie.

—     Okay, y ese “nadie” ¿tiene nombre?

—     …

—     Estoy esperando~

—     Fue hace años, ¿Okay? Tenía 11 años, me la dio un chico que…

—     ¡¿un chico?!—exclamo Wirt

—     Cállate—exclamo Dipper

—     No sabía que le tirabas a ese bando, pequeño Dippy~

Okay, ahora si NO le contaría lo de la fiesta. Dipper le dirigió una mirada acida al más alto.

—     Era un niño ¿bien? Yo Tenía 11 años y creo que el otro chico tenía 13 o 14, me dio esa tarjeta porque no-se-que, y jamás le volví a ver ¿contento?

—     Mucho, pero… ¿no le buscaste o algo?

—     ¿para que buscarlo?—chisto Dipper—solo, recuerdo que era rubio.

—     Hay muchos chicos rubio en el mundo… será fácil encontrarle.

—     …

—     ¿su nombre?

—     ¿es enserio?—pregunto Dipper

—     Yo solo quiero saber quién es—chisto Wirt

—     No le pregunte su nombre, y yo no le dije el mio.

—     Ósea… quedaron en el anonimato.

Dipper sonrió de lado, mas Wirt adopto una pinta “seria” para pensar.

—     Veamos, es rubio… ¿Qué otra cosa?—dijo Wirt

—     No seguiré hablando de esto contigo Cones, nos vemos en la clases—se “despidió” Dipper

Y así, Wirt quedo ahí y Dipper salio huyendo nuevamente; el mayor bufo, necesitaría ayuda para eso.

 

¿Continuara?

Notas finales:

Ehmmm, hola *le arrojan tomates y un refrigerador* lo sé, lo sé…perdón por demorar tanto, había tenido muchos inconvenientes para escribir; pero aquí les traje la segunda parte, y Sip… esta historia está conectada a “Tarjeta de San Valentín” ¬u¬ remontándonos unos años después, espero que les haya gustado, nos vemos la próxima.

#el súper plan de Pyrónica xD

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—     Amy-Chan


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