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Brillas como el sol por dark kirito

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Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.

Espero que no haya quedado muy raro el capitulo, porque los escribo desde el móvil, y como voy de rápido, no tuve tiempo de corregirlos en el inter.

Muchísimas gracias por su apoyo,  no saben lo feliz que me hizo leer sus rw >///< gracias a todos los que leen, en especial a Makechuta, Romi, Ene 125, Alifer Prince y los anónimos, espero que les guste el capítulo de hoy.

-¿Y bien Alibaba-kun qué hace Judal en mi palacio?


-Vamos rey idiota, no seas tan gruñon o te arrugaras más rápido.


-Deja de decirme así ¿y cómo que me arrugaré más rápido? Si aún soy muy joven.


-Es solo que no te has dado cuenta, pero la tierra te reclama viejo.


-¡Judal!!!!!!


Pero a pesar de su queja el rubio no pudo evitar reír por el comentario del oráculo, pero dejo de hacerlo enseguida cuando notó la mirada dorada que prácticamente le apuñalaba, agradecia que el rey de Sindria no tuviera ese tipo de poder, pues no quería morir virgen y sabía que le había provocado.


-Pues veras Sinbad, quería pedirle a Aladdin que me ayudara a revisar a Judal, tiene un problema con su comportamiento.


-Pero si ya sabemos que esta mal de la cabeza.


-¡A mi me respetas anciano!!!!


-¿Ves?


-Ah, no es ese el problema al que me refiero.


-No entiendo lo que me quieres decir.


El unicornio miraba al magi, de verdad quería decirle todo al mayor, pero le daba miedo lo que fuera a hacer el azabache al enterarse del problema que tenía, que el parecer no había notado, y si lo había hecho no sabía exactamente lo que le ocurría, y todo era culpa suya.


Pero cuando seguía con sus dudas el oji rubí se abrazo de él, dejando al rey sorprendido.


-¿Cuándo vamos a ir a jugar con Aladdin?


-¿Estas bien Judal?- preguntaba el monarca.


-Mejor que nunca Sinbad.


-¿Ves? En esta ocasión hablaba el rubio.


-¿Y qué paso Alibaba-kun?


-Pues no se exactamente, estaba buscando a los ladrones de los que me hablaste, y luego el se estrelló conmigo, cuando despertó estaba así, noté que estaba herido y le pregunté, pero parece que no se acuerda de nada.


-¿Y no crees que este fingiendo?


-Lo dudo, no lo creo capaz de algo así, además después de un rato vuelve a la normalidad y se pone tan agresivo como siempre, hasta pensé que me mataría de regreso a Sindria.


-¿Y en que crees que podría ayudarte Aladdin?


-Pues pensé que podría utilizar la sabiduría de Solomon y ver en su interior que le esta pasando.


-Ya veo, es una buena idea- suspiro- bueno, como lo veo, tienes en parte la culpa de su problema.


-Lo sé.


-Permitiré que se quede hasta que resuelvan el asunto , mandaré un aviso a Kou para que no haya problemas y le pediré a Yamuraiha que los ayude.


-¡Gracias!!!!


-Bueno, habrá que darle una habitación.


-¡No te preocupes por eso! Puede dormir con nosotros, en su estado es mejor tenerlo vigilado, no quiero que le pase algo.-¿Estas seguro? Es Judal de quien estamos hablando.-Estoy seguro.


-¿Qué también te golpeaste la cabeza en el accidente?


-¡Claro que no!!!!


La verdad el rubio si se había golpeado, pero increíblemente no tenía secuelas, es solo que en verdad le preocupa el oráculo, y no quiere dejarlo al cuidado del mayor, pues a pesar de todo no confía del todo en el, y en su estado el sol negro es vulnerable, bueno, eso depende de la personalidad que le toque, porque la de siempre es muy agresiva.


-Bueno como quieras, pero te aviso que en un rato es la hora de la comida.


-Si, gracias.


El rubio tomo al mayor de la mano, que en este momento parecía un niño pequeño, y entró a su habitación donde encontró al peli azul leyendo un libro, este al oír la puerta levanto la mirada y abrió lo más que pudo los ojos al ver quien acompañaba a su candidato.


-¿Judal-kun?


-Hola Aladdin.


-Ah bienvenido Alibaba-kun.


-¿En donde esta Morgiana?


-Creo que entrenando, pero...


-Lo sé, es complicado de explicar, pero necesito tú ayuda.


-Te escucho.


-Veras, Judal tuvo un accidente que en parte es culpa mía, y tiene algo así como amnesia y personalidad múltiple.


-¡¿Pues que le hiciste?!!!!!


-¡Nada!!!!!! Bueno, chocamos cabezas.


-¡¿Y tú estas bien?!!!


-Parece que si, al menos hasta este momento no tengo problemas.


-¡¿Pues de que es tú cabeza?!!!


-¡Aladdin!!!!!


-Lo siento, pero es para sorprenderse, casi matas a Judal-kun...


-¡Todavía esta vivo!!!!


-Por eso dije que casi, y no tienes nada, sabía que no me equivocaba al escogerte como mi candidato.


-Ah...no creo que una cabeza dura sea una cualidad importante para eso.


-Claro que si, imagínate que hay un golpe de estado, te quieren derrocar y te golpean en la cabeza, el reino estaría salvado debido a ello.


-¡Aladdin!!!!


-Bueno ya no digo nada ¿pero te imaginas la cara que pondrían si vieran que se rompe con lo que te hayan pegado?


-¡Ya no sigas por favor!!!


-Esta bien...bueno ¿y cómo te sientes Judal-kun?


-Me siento bien, gracias por preguntar.


El oji rubí hizo una bellísima sonrisa, la cuál el pequeño correspondió, pero nadie como el rubio que al verlo se puedo embobado.


<<No puedo creer que pensé que se veía tierno ¿será que después de todo me afecto el golpe? ¿o es porque nunca lo había visto así?>>-A todo esto Sinbad me dijo que casi era hora de la comida.-Cierto, pues vamos.


Ambos se dirigian al comedor, pero notaron que el sol negro no los seguía.


-¿Qué sucede?- pregunto el peli azul.


-Tengo miedo, va a haber mucha gente.


-No te preocupes, todos están ocupados estos días, lo más seguro es que solo estemos Mor-san, Alibaba-kun, tú y yo, tal vez Sinbad-ojisan que quiera vigilarte, pero no creo que haya alguien más.


-Ya veo.


-Entonces vamos.


-Si.


Y así llegaron al comedor, y justo como había dicho el pequeño, ahí solo estaba el rey de Sindria, el peli azul y sus amigos y el sol negro, se sentaron a la mesa y se dispusieron a comer, el oji rubí probaba tímidamente la comida, como si tuviera miedo de algo, el monarca solo le miraba, como que no se tragaba el cuento de la doble personalidad, pero de tanto ver al joven, comenzó a pensar que se veía lindo, y no pudo evitar querer provocarlo para verlo sonrojar.


-¿Esta buena la comida Judal?


-Ah...eh...si gracias.


Había conseguido su objetivo y vaya que a sus ojos se miraba lindo, por lo que quiso provocarle más.


-Pero no te sonrojes, no pasa nada.


-Este...yo...


-A este paso vas a provocar que te lleve a la cama...y te haga...


Pero no terminó de decir la frase cuando un tenedor rosó su mejilla y se incrustó en la pared...


-¿Eh?


-Asqueroso viejo rabo verde ¿qué me vas a hacer qué? !Ya quisieras, estas tan viejo que dudo que se te pare!


-¿Ah si?¿Quieres ver?


-¡Si!


-¡Mejor no!!!


-¡Lo sabía tú pequeño ya murió!!!


El monarca no podía creer a donde había terminado la conversación, se había humillado solo, y mejor salió del lugar, ante la atenta mirada del trío de amigos que lo habían escuchado todo.


-¿Y ustedes que miran con esa cara de tarados?


-¡Nada!- decía el rubio al momento que la varita del oráculo pasaba a su lado y se clavaba en la pared.


-Entonces deja de mirarme y ponte a tragar.


-Si, lo siento.


Y así todos continuaron con la tranquila comida, sin mencionar palabra alguna, cuando se retiraban, el sol negro tomo su varita de donde la clavo y la guardo.


-No deberías hacer eso Judal-kun, un mediador es muy importante para un mago, si algo le pasará...-No me des sermones enano, que a la otra la clavo en tú trasero.-¡Alibaba-kun!!!


-Óyeme como sigas con esa actitud no te ayudo.


-Ni me importa.


El rubio tomo por los hombros al mayor y le estrelló contra la pared.


-¡Maldición deja de ser tan terco!!!


Decía con una mirada furiosa, en verdad lo había hecho enojar, pero era la expresión que el mayor quería ver, una expresión que asustaba más que la del mismo Hakuryuu, pues este podría decirse que estaba en parte loco como el mismo, pero el rubio frente a el, estaba en sus cinco sentidos, lo que le hacia más aterrador, si, era más interesante que el cuarto príncipe que le había traicionando.


<<¿Hakuryuu me traicionó? ¿cuándo pasó? "no quiero volver a verte" ah, es verdad el me dijo esas palabras, pero yo...>>


El azabache comenzó a respirar cada vez más rápido, se había puesto pálido, cayó al suelo de rodillas, pero el rubio fue a su encuentro.


-¿Estas bien?


-Creo que si, es solo que...creo que recordé algo acerca de Hakuryuu- el azabache había cambiado nuevamente de personalidad.


-¿Y qué fue?


-Yo...lo olvide otra vez.


-¿Eh?


-Alibaba-kun, creo que esta reprimiendo el recuerdo para protegerse, seguramente Hakuryuu-onisan le dijo algo que lo lastimó.


-¡Ese desgraciado!!! Ha cambiado mucho, ya no se parece a cuando lo conocimos.


-Eso es verdad, pero lo importante es ayudar a Judal-kun.


-Tienes razón.


-¿Y qué piensas hacer?


-Pues creo que lo mejor sería utilizar la sabiduría de Solomon.


-Pienso lo mismo.


-Entonces regresemos a nuestro cuarto.


Los jóvenes en compañía de la fanalis se dirigieron al lugar, todos se recostaron en la cama, pero cuando el peli azul se dispuso a utilizar su poder, el rubio le tomo de la mano.


-¿Sucede algo?


-¿Crees que podría ir contigo?


El menor se le quedo mirando unos momentos, pero se dio cuenta de que su amigo estaba sonrojado, por lo que suponía que era importante para el.


-Claro que si, pero te lo recuerdo, el rukh no puede mentir, tal vez te enteres de algo que no quieras saber.


-Lo se, pero en verdad es importante para mi.


-¿Sientes algo por Judal-kun?


-No lo sé, tal vez.


-Me da mucho gusto.


Y así los chicos entraron en el rukh oscuro del mayor, poco a poco comenzaron a ver recuerdos del joven, pues si bien es imposible  que recuerde cosas de cuando era muy pequeño, el rukh no olvida, y los recuerdos están en alguna parte.


Es mientras caminan, que ven un pequeño bebé, es muy lindo y tiene unos hermosos ojos rojos, le esta cuidando su madre que le tiene entre sus brazos al tiempo que le canta una canción.-¿Es el verdad?- pregunta el rubio.


-Si.


-Era un niño muy tierno.


El pequeño no dijo nada, continuaron caminando, entre recuerdos felices, que a los chicos hacia sentir mal, pues sabían en donde acababan esos recuerdos, fue cuando por fin llegaron al momento trágico, en donde Al Thamen asesino a los padres del pequeño, y secuestraron al entonces indefenso magi, el rubio corrió con lágrimas en los ojos, intentando hacer algo, pero el peli azul le detuvo, también tenía una expresión de tristeza.


-No hay nada que podamos hacer Alibaba-kun.


El mayor cerro su puño con impotencia y mordió su labio inferior, no dijo nada y siguieron caminando.


Pero llegaron a un recuerdo que les causó dolor en el pecho.


-¿Por qué no quieres hacerlo?- le hablaba un sujeto de la organización a un pequeño azabache que se miraba aterrado, incluso estaba temblando.


-No quiero lastimar a nadie.


-Es su trabajo oráculo-sama.


-Por favor- decía al tiempo que lloraba- no me obliguen.


-Usted sabe el castigo que le espera por desobedecer las órdenes.


El pequeño se cubría  la cara cruzando los brazos frente a ella, como si con eso pudiera hacer algún tipo de defensa, en sus ojos se miraba el terror e incluso las lágrimas corrían por sus mejillas amenazando con no detenerse, el mayor le tomo bruscamente del brazo, poniendolo de pie, y causandole daño al mismo tiempo.


-Por favor...


Pero el sujeto no escuchaba las suplicas del niño, el sabía lo que iba a pasar, sabía que lo castigarían por no obedecer las órdenes, pero no podía, en verdad no quería lastimar a nadie, el pequeño solo era jalado en silencio, ya varias veces había pedido ayuda, y por más que gritaba, nadie lo salvaba, jamás nadie pensaba en él.


...........


El pequeño Judal estaba recostado en su cama, miraba a la nada, las lágrimas seguían saliendo de sus pequeños ojos, pero no emitia sonido alguno, no podía, el horrible castigo de la organización había provocado que lastimara su garganta por tanto grito, incluso el respirar era doloso.


<¿Por qué estoy tan solo? ¿Por qué me lastiman tanto y nadie los detiene? ¿Acaso esto es normal?>>


El pequeño se levanto de la cama, pero su cuerpo le dolía demasiado, ni siquiera recuerda como llegó ahí, camino de manera torpe, no sabía a donde se dirigia, solo quería que alguien le salvará, quien fuera, pero pronto no pudo más y cayó sin sentido al suelo...


El rubio sintió mucha irá, en verdad comenzaba a pensar que odiaba a Al Thamen, pero el pequeño lo notó.


-Calmate Alibaba-kun, entiendo que estés molesto, pero recuerda que el rukh negro puede afectarte, si permites que controle tus sentimientos, podrías caer en la depravación.


-Lo sé, pero no sentir nada es muy difícil.


-Yo también lo pienso- dice el peli azul al tiempo que muerde su labio inferior.


El rubio sentía vergüenza de si mismo, se notaba en la expresión del pequeño que estaba sufriendo, y aún así era tan valiente.


-Tienes razón Aladdin, lo siento.


El menor le sonrió, pero no era la sonrisa radiante que siempre le mostraba, era una sonrisa llena de melancolía.


Siguieron caminando en silencio, mirando recuerdos dolorosos uno tras otro, ninguno de los dos podía creer que el oji rubí hubiera tenido una vida tan terrible, era normal la personalidad tan hostil que había desarrollado por decir lo menos, y llegaron a otro momento clave, el oráculo había recibido otro castigo, pero esta vez estaba en el jardín del palacio, estaba recargado de un árbol, mirando a lo lejos al entonces tercer príncipe y sus hermanos, quienes estaban jugando al tiempo que sonreían.


-¿Por qué siempre estoy tan solo? Ni siquiera ellos notan lo que me sucede, para ellos no existo, estoy cansado, si tan solo hiciera lo que me piden, tal vez podría ser libre.


En ese momento se acercó al pequeño, un rukh negro, el primero de muchos.


-No, no puedo hacerlo, no quiero herir a nadie.


Y se quedó dormido, estaba demasiado herido.


El candidato y su magi siguieron caminando, otro recuerdo se encontraba frente a ellos.


El chico de ojos rubí estaba severamente lastimado, una vez más se había negado a seguir las órdenes, estaba acabando con la paciencia de Al Thamen, esta vez el castigo había sido tan severo que apenas estaba con vida.


-Yo no...quiero lastimar...a nadie...pero ¡nadie va a salvarme!! ¿es que acaso no merezco amor? ¡maldigó mi destino! ¡si nadie me quiere los voy a matar a todos!!!!!


El rukh negro se apodero por completo de su alma, y en ese momento se desmayó, ya no volvería a ser el dulce pequeño que hasta ese momento era.


............


Había demasiados momentos dolorosos, incluso cuando el sol negro por fin seguia las órdenes, estaba solo, incluso a las únicas personas que en verdad quería a su lado le rechazaban Hakuryuu y Sinbad, no entendía por qué ninguno le hacia caso, el era un magi y ni así lograba que se quedaran a su lado.


........


Después de mucho trabajo y arriesgar su vida, el cuarto príncipe por fin le había aceptado como su magi, era la primera vez en su vida que podía presumir de tener a alguien a su lado, pero como siempre todo había salido mal, ahora le odiaba...y el rubio ahora sabía porque estaba llorando cuando lo encontró, pues acaban de ver el momento en que Hakuryuu había lastimado al mayor.


-No hay nada que pueda hacer Alibaba-kun, mientras el se rehuse a olvidar el dolor en su corazón, seguirá igual, todo depende de él, yo...lo siento no pude ayudar.


-No digas eso, es gracias a ti que ahora puedo entenderlo.


-¿Aclaraste tus sentimientos?


-Si.


El pequeño sonrió y salieron de ese rukh oscuro, todos los involucrados despertaron, aunque el azabache se tardó un poco más en hacerlo, lentamente se sentó en la cama con una expresión de confusión, pues se veía que tanto el rubio como el pequeño tenían ganas de llorar.


-¿Esta todo bien?- preguntaba en verdad preocupado.


-Deberías preocuparte más por ti mismo, estas tan lastimado.


El azabache solo se sonrojo y bajo la mirada.


-Yo...estoy bien.


-¡No mientas!!!!


Había gritado el rubio sin tener la intención, el oji rubí, temblo, y cerro los ojos esperando un golpe que nunca llegó, pero lo que sintió le dejo perplejo, pues el rubio le había besado.


-¿Alibaba?


-¡Yo jamás te voy a dejar solo! ¡Nunca te traicionare! ¡No voy a pedir nada! Puedes rechazarme si es lo que quieres ¡pero deja de fingir que todo esta bien! ¡deja de mentirme!!!!


El mayor se abrazo del rubio, por primera vez en su vida, sintió un poco de lo que la gente llamaba amor, comenzó a llorar, pero esas lágrimas no dolían, era un sentimiento extraño que le hacia sentir bien, el rubio le hacia sentir bien, este continuaba besandolo, pronto tomo la cara del mayor entre sus manos.


-¡Por favor, quédate conmigo!!!!


Y volvió a besarlo, pero justo cuando separaba sus labios para escuchar la respuesta del magi, miro que su rostro estaba completamente rojo, pero de la ira, y lo entendío, ese último beso se lo había dado al Judal de siempre, al cuál también amaba, pero sabía que este podía matarlo, y más después de haberlo besado y para variar sin su permiso, por lo que se levanto de golpe, se equipo en segundos a Amón y escapó del lugar.


-¡Ven aca maldito perturbado sexual!!!!


El rubio continuaba con su huida a toda prisa, ni loco regresaba a ese lugar, al menos no hasta que el azabache se tranquilizara, lo cuál podía tardar una eternidad, si, amar a Judal iba a ser tremendamente problemático, pero que podía hacer, se había enamorado pérdidamente de él, y a pesar de que sabía que podía ser peligroso intentar algo con el, no estaba ni un poco arrepentido, estaba dispuesto para dar todo de si y convertir sus deseos en una realidad.


........


El magi caído volaba a toda velocidad disparando estacas de hielo al pobre rubio como si estuviera jugando tiro al blanco, el menor ni siquiera miraba hacia atrás, pues sabía que cualquier distracción sería fatal, por lo que nadie pudo notar que el oráculo estaba completamente rojo, ni el entendía que era lo que sentía en estos momentos, con una mano, lanza su peligrosa magia, mientras que con la otra toca suavemente sus labios.


¿Es que acaso le ha gustado ese beso? ¿Cuál es la verdadera razón de que persiga como loco al príncipe? No, ni siquiera el lo sabe, pero siente algo en su pecho, algo que jamás había sentido, algo que lo asusta y da curiosidad al mismo tiempo...

Notas finales:

Hasta la próxima ¡ >////<


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