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Clematis Blanca por Wispern

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Notas del fanfic:

One Piece no es mio.


*Esta historia es un LuAce (lo que significa que Luffy es el seme y Ace el uke)

Notas del capitulo:

Espero disfruten esta historia.

1

 

 

 

Ace abrió el grifo del agua fría para lavarse la cara, estaba helada debido a las bajas temperaturas que habían estado azotando la ciudad, era perfecta. Doblar turno era agotador, de no ser porque Tashigi lo había cubierto muchas veces, no habría aceptado cubrirla aquella tarde. Trabajar 24 horas seguidas, debía ser ilegal. Apoyo las manos en el lavamanos y se miró en el espejo. Estaba pálido y las sombras oscuras bajo sus ojos parecían haberse vuelto permanentes. Una imagen poco alentadora, se las arregló para componer una sonrisa antes de salir.

 

─¡Maldito mocoso! ¿Dónde te habías metido! ─gritó Dadan al verlo─ Lleva esto a la mesa 6 ─dijo colocando cuatro parrilladas de carne y otros cinco platos diferentes sobre la barra─. Y hazlo rápido, aún tienes que entregar otras órdenes.

 

La mujer continuó quejándose por todo el trabajo que estaban teniendo aquella noche. «Cualquiera pensaría que todos los muertos de hambre decidieron venir a cenar aquí esta noche» escuchó que decía mientras meneaba uno de los guisos que se cocinaba a fuego lento sobre la estufa. La sonrisa de Ace se volvió sincera al escucharla, era obvio que estaba contenta. El restaurante “Corvo” no contaba con un gran prestigio pero tenía una razonable clientela que le permitía mantenerse en pie y dar sustento a 5 empleados más aparte de Dadan, la dueña del lugar, por lo que noches como aquella era cuando estaba de mejor humor, aunque solía ocultarlo tras una falsa molestia.

 

Con la bandeja llena de comida sobre el hombro salió al área del restaurante, había un gran bullicio. Fue hasta entonces que notó que el escándalo no se debía a la cantidad de gente que abarrotaba el lugar, sino que provenía de una mesa, la mesa número 6. Los chicos que la ocupaban habían llegado hacía diez minutos, era un grupo de 9 personas, dos chicas y siete chicos, parecían estar festejando algo, su risa era contagiosa pues incluso la gente que ocupaba las mesas a su alrededor sonreían mirándolos de soslayo. La mayoría no parecía tener más de 20 años, salvo por 3 quienes parecían llegar a los 30, aunque la diferencia de edad no parecía afectar en su convivencia. “Tal vez se trata de un grupo de trabajo” pensó mientras se acercaba a la mesa.

 

─Disculpen la tardanza ─dijo atrayendo la atención de los chicos quienes pararon de reír para mirarlo─. Aquí está su orden ─comenzó a colocar los platos frente a cada uno. Todos le dieron las gracias antes de comenzar a comer.

─¡Delicioso! ─exclamó un chico moreno con una enorme sonrisa mientras introducía grandes pedazos de carne dentro de su boca, sonrió al verlo, con aquella actitud parecía un niño pequeño.

─Mi nombre es Ace, llámenme si necesitan algo. Que tengan buen provecho ─dijo antes de marcharse no muy seguro que lo hubieran escuchado.

 

Para su mala suerte, si lo habían hecho. Apenas terminó de servir el resto de las mesas, una de las chicas lo llamó pidiendo otra ronda de refrescos y comida, anotó el pedido y fue a la cocina para encargarlo y tomar los refrescos. Estuvo haciendo lo mismo durante una hora, sorprendido ante el apetito de aquellos chicos, especialmente del moreno, Luffy, que devoraba la comida como si fuera una especie de aspiradora humana, y por lo que había visto y escuchado también devoraba la de sus compañeros cuando se distraían.

 

Comenzó preguntarse si tenían dinero para pagar todo lo que estaban consumiendo. “Si no pagan, los destrozaré a golpes” había amenazado Dadan cuando entró por octava vez a la cocina con un nuevo pedido. Rogaba porque tuvieran suficiente dinero para pagar, la mujer era capaz de cumplir su amenaza y si eso pasaba le iba tocar a él limpiar todo el desorden, ya suficiente trabajo iba tener lavando todos los platos y vasos como para además agregar limpiar el desorden que causará la ira de su jefa.

 

─¡Oie, mesero! ─llamó uno de los chicos. Ace suspiro y recogiendo los platos de la mesa que estaba limpiando se acercó poniendo su mejor cara.

─¿Se les ofrece algo? ─como por ejemplo, la cuenta, pensó aunque se abstuvo de decirlo en voz alta.

─Podrías traernos más sake, por favor.

 

Si el moreno parecía una aspiradora humana con la comida, aquel peliverde ─Ace seguía preguntándose si era su color natural de cabello o si lo teñía─ era un verdadero pozo sin fondo con respecto al sake. En todo el tiempo que llevaban allí, había bebido más de lo que él bebía en un año. La primera vez que ordenaron sake, les pidió su identificación para asegurarse que eran mayores de edad, para su mala suerte lo eran y las rondas de sake comenzaron a circular como si fuera agua.

 

─Enseguida ─respondió tratando de ocultar el cansancio que sentía. En la hora que llevaba atendiéndolos sentía que había envejecido un año entero.

─Yo quisiera otra taza de café, por favor ─pidió una de las chicas, la morena que parecía ser la más tranquila del grupo.

─Y otro refresco ─pidió el enorme peliazul sentado junto a la chica. “Y yo quiero que se vayan” pensó el pecoso anotando el pedido en su libreta.

─En seguida.

 

Mientras sacaba las bebidas, se preguntó cuánto tiempo más planeaban estar allí. Le dolían los brazos y la espalda de tanto cargar bandejas, sin mencionar las dos veces que se había quemado con la cafetera aquella noche. Los músculos de las mejillas empezaban a dolerle, comenzaba a pensar que la sonrisa se le quedaría congelada en la cara, decidió que no sonreiría más, igual tenía el presentimiento que no se molestarían por ello, parecían estar más concentrados en la comida y bebida que en la persona que la servía. Probablemente estaban festejando algo realmente importante, ¿No podían ir a festejar en otra parte?

 

Poco a poco el restaurante comenzó a vaciarse, de esa forma Ace pudo concentrarse en atenderlo solo a ellos, ya que no parecían querer irse. Seguían hablando y riendo como al principio, tanta energía y felicidad comenzaba a cansarlo, la idea de correrlos desfilo por su cabeza pero sabía que si lo hacía, Dadan lo mataría. El malhumor de la mujer se disipo cuando uno de los chicos pidió hablar con ella para preguntarle por un platillo, la especialidad de la casa. Alguien que sabe apreciar la buena cocina, había dicho la mujer mientras preparaba otra ronda de comida. “Y que fuma como una locomotora” agregó Ace mentalmente mientras recogía los platos para llevarlos a la mesa.

 

Escuchó el ruido de la campanita de la puerta indicando que un nuevo cliente acababa de llegar, lamentó por cuarta vez haber aceptado cubrir a Tashigi aquella mañana, de no haberlo hecho habría tenido más energía, aunque dudaba que le hubiera servido de algo, aquellos chicos parecían drenársela con tan solo verlos. Termino de colocar los platos sobre la bandeja, para dejarla sobre una de las mesas vacías y girarse hacia los nuevos clientes. Se quedó estático al ver al grupo de 5 personas que tomaban asiento en la mesa número 9, justo una mesa antes frente a los chicos escandalosos, mordiéndose los labios se giró y tomó la bandeja para ir directo a la cocina. ¿Qué rayos estaban haciendo ellos aquí? Ace espió a los recientes llegados por la pequeña ventana de la puerta fingiendo acomodar más botellas de refresco en el refrigerador.

 

─¿Qué pidieron los chicos de la mesa 9? ─preguntó Dadan sobresaltándolo.

─No lo sé ─dijo volviendo a su tarea de acomodar botellas─ Aún no tomó su orden ─la mujer frunció el entrecejo.

─¿Y qué esperas para hacerlo? ¿Quieres que esos chicos piensen que no tenemos buen servicio?

 

Ace se mordió los labios, resignado tomó 5 cartas y salió. No podía decirle a Dadan que mandará a otra persona a atenderlos porque era el único mesero en aquel lugar. Si renunciaba, ¿Qué posibilidades tenía de conseguir un nuevo empleo al día siguiente?

 

─Buenas noches ─saludó dejando las cartas frente a cada uno─ Bienvenidos al restaurante Corvo, soy Ace y seré su mesero esta noche.

─¿Ace! ─exclamó uno de aquellos chicos sorprendido mientras lo sujetaba por la muñeca haciéndolo levantar la cara y mirarlo directo a los ojos─ Vaya, casi no te reconozco ─dijo el hombre mirándolo de arriba abajo con sus oscuros ojos grises─. Han pasado tres años desde la última vez que nos vimos ─aquellos ojos se fijaron en su rostro─, el paso del tiempo no parece haberte sentado bien, Ace. Te ves tan… ─frunció su boca como si buscará la palabra correcta.

─Normal ─completó la chica sentada al lado del moreno mientras pasaba su largo cabello rosa tras su oreja, Ace la miró y la chica comenzó a reír─ ¡Cielo santo! Luces patético, espero nunca terminar como tú ¿En verdad ahora te dedicas a esto? ─la chica miró el lugar y sonrió─ Si querías ser un mesero, hubieras elegido al menos un restaurante con prestigio ¿no crees? Esto es una verdadera pocilga.

─¡Oie, mesero! ─el grito interrumpió la conversación y por primera vez en toda la noche Ace agradeció la presencia de aquellos chicos escandalosos.

─Llámenme cuando decidan que van a ordenar ─dijo con una sonrisa forzada antes de girar y dirigirse a la mesa 6.

 

Por alguna razón ya no le parecían tan desagradables, sus risas le estaban ayudando a tranquilizarse.

 

─¡Más carne y sake, por favor! ─exclamó el moreno con una enorme sonrisa.

─Claro ─dijo dispuesto a ir a la cocina, pero antes de que pudiera dar un paso otra voz lo detuvo.

─¡Ace! ─el aludido miró a los recién llegados─ Ya sabemos que vamos a pedir.

 

“¿Tan rápido?” frunció el entrecejo, aquello comenzaba a darle mala espina. Sacó su libreta y pluma para acercarse a la mesa. Tal como pensó, ordenaron de la peor forma posible, pidiendo cada uno de los platillos con alguna variante, quitando o agregando cosas a los ingredientes principales. Ace anotó cada cosa cuidando que no se le pasará nada, sabía que lo estaban haciendo a propósito para que se equivocará. Bien, no iba a darles esa satisfacción.

 

─¿Y de tomar?

─Aún no lo hemos decidido, te avisaremos ─dijo Bunny con una sonrisa.

 

Ace suspiro seguro de que sería una larga noche, apenas tomó la bandeja para volver a la cocina cuando la chica lo llamó.

 

─Ya sé que quiero tomar ─dijo, Ace contuvo un profundo suspiro que pugnaba por salir de su garganta, dejó la bandeja sobre la mesa y regresó─ Quiero un refresco de durazno.

─Enseguida se los traigo.

 

Volvió a la cocina para dejar los encargos de ambas mesas, mientras los preparaban aprovecho para sentarse y descansar un rato. Su hombro comenzaba a quejarse por toda la actividad, junto con sus pies. Miró el reloj que colgaba de la pared, aún quedaban dos horas para que cerraran, era mucho tiempo. ¿Por qué el tiempo no podía correr más rápido?

 

El primer pedido que estuvo listo fue el de la mesa 6 y se apresuró a servirlo, los chicos seguían riendo y comentado unas historias bastante extrañas, algunas tan inverosímiles que Ace se preguntó de dónde sacaba tanta imaginación el chico con la nariz larga que las contaba. Dejo los platillos y las botellas de sake en el centro de la mesa para que ellos mismos se sirvieran. Pero antes que pudiera entrar a la cocina, donde pretendía ocultarse, volvieron a llamarlo haciéndolo regresar, habían decidido que era lo que tomarían. Fue por los refrescos y vasos para volver enseguida y dejarlos sobre la mesa, Bunny se quejó de que su vaso estaba sucio por lo que tuvo que cambiarlo ¡Dos veces! Sabía que no estaban sucios, él mismo los había lavado, pero no podía ponerse a pelear con ella.

 

Law, Bunny y los demás que los acompañaban, habían sido sus compañeros en su anterior trabajo, aunque solo Trafalgar Law, el chico de ojos grises, estaba en su misma categoría. Eran actores, y hasta donde sabía, por lo que le había dicho Perona ─la única de sus ex compañeras con la que seguía en contacto─, iban en ascenso en el mundo artístico, especialmente Law quien dejo atrás las películas AV para comenzar a tomar grandes proyectos televisivos y según la chica había un rumor que actuaría en una película para el cine. Una oferta por la que moriría cualquier actor AV.

 

Durante 5 años, Ace espero una oportunidad como aquella, pero nunca llegó y eso que se presentó en cada casting que tuvo oportunidad, pero el resultado siempre fue el mismo. Tantos fracasos lo hicieron perder la esperanza de conseguir un papel importante y decidió concentrarse en su carrera de actor de películas AV. La llegada de Law a la productora acabo con cualquier oportunidad, el moreno comenzó a ganar popularidad tanto con las actrices como con el público femenino relegándolo poco a poco, los directores dejaron de ofrecerle papeles importantes para dárselos a Law, volvió a interpretar papeles secundarios hasta que al final el director general decidió que su tiempo había pasado, pero “considerando” todo el tiempo que llevaba trabajando  le ofreció trabajo en otra clase de películas y aunque trato de tomar el empleo, no lo consiguió.

 

Cuando abandonó la productora intento encontrar trabajo en otra. Al cabo de 2 años sin conseguir ni un solo papel comenzó a aceptar la realidad, nunca fue un buen actor, y poco a poco su trabajo temporal se fue convirtiendo en su trabajo de tiempo completo, gracias a este podía pagar sus deudas y mantenerse a sí mismo, pese a que era agotador comenzó a tomarle aprecio a lo que hacía.

 

Pasó de tener sexo frente a las cámaras a servir de mesero en un pequeño restaurante al cual, en su tiempo de actor, nunca se hubiera molestado en entrar, tal vez ni siquiera lo habría notado.

 

Y ahora, esos chicos estaban allí para traer su pasado de regreso en menos de un minuto. Law y él siempre fueron rivales y pese a que no recordaba haberle hecho nada malo este siempre parecía querer demostrar que era mejor que él en todos los aspectos, cosa que sin duda logró al ganarle todos los papeles y quitarle la popularidad que con tanto esfuerzo se había ganado, pero eso no pareció ser suficiente para el moreno quien continuó hasta lograr sacarlo de la compañía. Nunca entendió cuál era el odio del otro para con él. «Tal vez me acosté con una novia suya» pensó mientras contemplaba como Dadan terminaba de preparar los platillos que habían ordenado.

 

Cuando la comida estuvo lista la contempló largamente considerando la idea de escupir en cada uno de aquellos platillos, pero al ver que Carmen lo miraba vigilante desistió. Colocó cada uno de los platos sobre la enorme bandeja dispuesto a continuar con su trabajo.

 

Ace pudo sentir con claridad la mirada de todos sobre él mientras colocaba los platos frente a cada uno. Al terminar de servirlos se dispuso a retirarse y refugiarse en la cocina por el resto de la noche.

 

─No me gusta esta mesa ─declaró Bunny─. El aire me golpea cada vez que abren la puerta.

 

¡Nadie más había entrado al restaurante! Además era una gran mentira, la puerta estaba demasiado lejos e incluso abría del lado contrario a donde estaban.

 

─Cambiemos de mesa, entonces ─declaró Vergo, un hombre grande y sin expresión alguna en el rostro, era el villano en casi todas sus películas─. Llévanos la comida a aquella mesa ─dijo a Ace señalando la mesa en el otro extremo del lugar, Ace apretó los puños tratando de contener las ganas de golpearlos a todos.

─Claro ─dijo con una sonrisa forzada.

 

Los muy malditos habían esperado que dejara todo en la mesa para decidir que querían cambiarse, en ese momento lamento enormemente no haber escupido en su comida. Tal vez no era demasiado tarde, si bloqueaba su vista con su cuerpo no lo notarían, suspiro mientras se resignaba y volvía a poner los platos sobre la bandeja. Tal vez ellos no lo notarían pero si los chicos de la mesa 6 que estaban justo enfrente de él. Había perdido su oportunidad en la cocina, tomó la bandeja y se dirigió a la otra mesa para acomodar todo de nueva cuenta y tras desearles buen provecho se retiró.

 

─Esa es Bunny ─escuchó que murmuraba el rubio fumador al pasar junto a su mesa. Nada nuevo, Bunny era muy conocida por sus interpretaciones en series televisivas y sus apariciones en pasarelas de moda.

 

Como parecía haberse vuelto costumbre, apenas iba a entrar a la cocina cuando Trafalgar lo llamó, Ace se dijo que debió haber sido una mala persona en su vida pasada para estar sufriendo aquello, se giró para encarar al moreno, ni siquiera se molestó en sonreír, estaba cansado y su paciencia se agotaba. Se dirigió a la mesa para colocarse junto a Law, quien lo contemplaba con una sonrisa burlona, Ace sintió unas fuertes ganas de estamparle el puño en la cara.

 

─¿Si? ─si lo golpeaba, seguramente, le caería una fuerte demanda. Un actor vivía de su apariencia.

─¿Qué cara? No se supone que los meseros deben ser agradables ─dijo Law con burla.

─Si, Ace, al menos podrías fingir que eres amable ─dijo Bunny tomando un sorbo de su refresco.

─No recordaba que fueras tan mal actor ─agregó Vergo meneando el café que había pedido.

─Bien, por lo pronto lo dejaremos pasar ─dijo Law sin dejar de mirarlo─. Trae una botella de Chauntroe, queremos festejar en grande por nuestro próximo éxito ─Ya lo creí, ese vino costaba muchísimo más de lo que él ganaba en todo el año.

─Disculpa, no tenemos ese vino  ─era demasiado costoso y el maldito lo sabía.

─Entonces un Vezgour ─claro, el segundo vino más caro del mundo, lo tenía en el congelador junto a los pescados, listo para cualquiera que pidiera un buen trago.

─Tampoco, lo siento.

─¿No tienen ninguno de los dos? Entonces ¿Qué tienes que puedas ofrecernos? ─una patada en la cara, pensó aunque se contuvo de decirlo en voz alta.

─Puedo ofrecerles un Negly, cuesta 200 berries.

 

Ace hubiera dado cualquier cosa por tener una cámara en esos momentos, todos lo miraron como si le hubiera salido otra cabeza mientras él se esforzaba por mantener la sonrisa en sus labios y no soltar la carcajada que sentía atravesada en la garganta. Estaban equivocados si pensaban que podían humillarlo tan fácilmente, había pasado 10 años de su vida en medio de la farándula, había lidiado con muchísimas cosas como esas antes, algunas incluso peores.

 

─Ese está bien ─dijo Law con los dientes apretados tratando de contener las ganas de golpearlo.

─Excelente elección, señor. En seguida se los traigo.

 

En la cocina, Ace se dedicó a contemplar la botella mientras se preguntaba su podía echarle un poco de laxante sin arruinar el sabor. Los chicos de la mesa 6 ya no hacían escándalo y tenían la vista fija en Law y los demás, seguramente los habían reconocido, no todos los días veías semejantes celebridades. Ace apostaría su sueldo a que no tardarían en pedirle sus autógrafos.

 

─Si gustas yo les llevó la botella ─comentó Carmen, Ace le sonrió y le dio las gracias, aquel era su trabajo, ella había estado cocinando todo el día y le tocaba descansar.

─Si… ─comenzó dubitativo─ si pones laxante dentro de un vino como este, ¿lo notarían?

 

Carmen sonrió y le dijo que lamentablemente lo harían, suspiro decepcionado mientras sacaba algunas copas y colocaba la botella en un cubo de hielo, sus movimientos lentos le indicaron las ganas que tenía de volver al restaurante. Tanto la cocinera como Dadan se miraron entre ellas, ya todos habían notado lo que aquellos chicos estaban haciendo para molestar a Ace. Dadan incluso quiso salir a correrlos pero todos la detuvieron, optaron por un plan más sutil, un poco de laxante en la comida que tendría efecto al día siguiente.

 

“Solo una hora más” pensó el pecoso sosteniendo la bandeja mientras salía de la cocina, ahora solo se escuchaban murmullos en la mesa 6. Gracias al cielo, si hubiera continuado escuchándolos la cabeza le estallaría.

 

Vergo estaba de pie contestando una llamada sobre algo de unos efectos especiales, probablemente de su próxima película, pasó junto a él y después se encontró de cara al suelo, la botella se hizo añicos y mancho los pantalones de Law, quien se levantó furioso soltando maldiciones. Miró hacia atrás notando el pie de Vergo enganchado con el suyo, levantó la vista y se encontró con su petulante sonrisa, el maldito lo había hecho a propósito.

 

─¡Maldita sea! ¿Qué rayos te pasa? ─exclamó Bonny molesta poniéndose también de pie mientras le pasaba servilletas a Law para que se limpiara.

─¿Qué pasa aquí! ─Dadan salió de la cocina ante el escándalo─ ¡Ace, recoge eso de prisa!

─Si ─al parecer su victoria con el vino iba a costarle bastante caro, 200 berries para ser exactos.

─Mis disculpas, señores y señorita ─dijo haciendo una leve reverencia─. Carmen se encargará de atenderlos a partir de ahora, por favor, disculpen las molestias que este muchacho idiota les haya causado.

 

Ace miró a las dos mujeres sorprendido, ¿estaban tratando de ayudarle? Apretó los labios, solo les estaba causando problemas, Carmen era la cocina en jefe del restaurante, una cocinera de gran prestigio, no podía permitir que se rebajara a servir mesas solo por ahorrarle aquella humillación.

 

No lo permitiría.

 

─No es nada ─se puso de pie e hizo una leve reverencia─. Disculpen mi torpeza, con gusto me haré cargo del costo de la tintorería.

─Claro que lo harás, pero no puedo andar por allí con esta mancha ─extendió la pierna─. Sécala.

 

El silencio se extendió por todo el lugar, el pecoso miró al moreno, quien tenía una enorme sonrisa de satisfacción en los labios, el maldito lo había hecho caer en su juego, mordiéndose el labio inferior sacó la servilleta que lleva en su mandil y se dispuso a arrodillarse para limpiarlo, pero justo en ese momento alguien derramó toda una botella de licor sobre Law.

 

─Oh, lo siento ─dijo la mujer con escasa fluidez y tambaleante, estaba totalmente ebria─. Me resbale, este suelo no deja de moverse.

─¡Estúpida vieja! Tenga más cuidado ─Law se puso de pie al verse empapado con aquel licor barato.

─Disculpa ─la mujer sacó un trapo sucio de entre sus ropas─, deja que lo limpie por ti.

─No me toque ─furioso miró a Ace quien también miraba a la mujer─, también pagarás por el traje.

 

Sin decir nada más, Law miró a todos y se dirigió a la salida tras arrojar el dinero sobre la mesa, obviamente sin propina, el resto lo siguió dejando el lugar en completo silencio, las copas de vidrio acomodadas sobre la barra vibraron cuando la puerta se cerró con fuerza. Ace miró a la vieja que se dirigía a una de las mesas con paso tambaleante sin dejar de reír.

 

─Tengo un poco de hambre ─dijo la mujer cuando logró sentarse y golpeando la mesa con la mano─, ¿la cocina aún está abierta?

─Para ti siempre está abierta, Kokoro ─el buen humor de Dadan parecía haber vuelto, Carmen tan solo esbozo una leve sonrisa y se retiró a la cocina dispuesta a preparar el mejor platillo del día para Kokoro.

─Nyajaja, me alegra verte muchacho ─dijo la mujer mirando a Ace─, cada día estas más guapo.

 

El pecoso esbozó una sonrisa, Kokoro era un cliente habitual del restaurante y era una gran amiga de Dadan, era curioso aun cuando siempre la veía bebiendo jamás la había visto ebria. Era una persona agradable y alegre que no tenía el menor reparo en mostrar su alegría, algunas veces la acompañaba su nieta Chimoney, Ace jamás había conocido a una niña tan inquieta y curiosa como ella, se la pasaba brincando de un lado a otro en la cocina y preguntando por todo mientras cargaba en brazos aquel extraño gato viejo que tenía una forma peculiar de maullar. Desde que conociera a la mujer esta solía apretar sus mejillas con la suficiente fuerza para que le doliera mientras le decía que debía cuidarse porque era demasiado lindo como para andar por allí solo.

 

Dadan se sentó a platicar con la mujer mientras él se encargaba de limpiar el licor derramado y recogía los vidrios de la botella así como la comida que ninguno de esos sujetos terminó. ¿Cómo podía haber alguien tan inconsciente como para desperdiciar comida de esa forma? Qué bien se veía que nunca en su vida habían pasado hambre. Colocó todos los platos sobre una de las bandejas y volvió a la cocina, la gata preñada que había establecido su hogar en el callejón tras el restaurante tendría una buena cena aquella noche, con un poco de suerte tal vez podría llevarle un poco a su vecino, tenía tantos niños que siempre le faltaba comida.

 

Cuando pasó frente a los chicos escandalosos, estos ordenaron otra ronda de comida y bebida, aunque en esta ocasión lo hicieron de forma correcta. Ace se sintió algo incómodo pues estos habían presenciado todo así que se limitó a asentir con la cabeza y prácticamente corrió al interior de la cocina. Carmen estaba terminando de preparar la comida de Kokoro, fue por la botella del licor favorito de la mujer, al fondo de la nevera a la derecha ─lo colocaba allí antes de irse para que estuviera fresco para el día siguiente─. Sirvió la comida de Kokoro tratando de ignorar las miradas que le daban aquellos chicos, incluso una ocasión en que levantó la vista los vio que estaban murmurando algo mientras lo veía. Apretó los dientes y tras desearle buen provecho a la mujer recogió la bandeja y pasó junto a ellos sin prestarle atención, ¿Qué más daba lo que pensarán de él? Ni siquiera los conocía, no tenía por qué importarle.

 

Mientras esperaba que la comida estuviera lista, comenzó a lavar los platos, vasos y sartenes que habían estado utilizando, como habían tenido muchos clientes aquella tarde iba a tener mucho trabajo limpiando, por fortuna había aprovechado cuando limpiará el licor derramado para trapear la mitad del restaurante. Apenas terminó de lavar la vajilla, Carmen le indicó que la comida estaba lista, Ace se sintió verdaderamente agradecido de que aquella era la última comida que serviría ese día.

 

Ace dejo la comida en la mesa y después fue a llevarle la taza de café que había pedido Dadan. Se quedó un tiempo platicando con la mujer antes de retirarse, al pasar junto a los chicos vio que estos tenían platos y botellas vacías así que decidió recogerlas, pronto cerrarían y era mejor avanzar un poco el trabajo. No tenía intención de pasar más tiempo en aquel lugar, estaba verdaderamente cansado y solo quería refugiarse en su cama y dormir hasta la tarde siguiente que fuera su hora de entrada. Pero cuando iba a retirarse, el chiquillo moreno lo sujeto por la muñeca.

 

─¿Es verdad que eres un actor? ─preguntó con la boca llena de comida soltando su muñeca, Ace tardó un poco en comprender lo que había preguntado.

─Algo así ─obviamente habían escuchado todo lo que Law y los otros dijeron.

─¿En serio? ¿En qué películas has salido? ─los ojos del chico brillaban emocionados haciendo sonreír al otro.

─En ninguna que un niño de tu edad pueda ver ─dijo de forma burlona, dispuesto a retirarse.

─¡Eres un actor de películas AV! ─los ojos de Ace se abrieron sorprendidos y el plato se le cayó al suelo, Luffy miró el desastre a los pies del mayor y luego volvió su atención al rostro del chico─ Ten cuidado, se te están cayendo los platos.

─Ah, lo siento ─dijo arrodillándose para recoger las cosas. No esperaba que el chico supiera algo como aquello, acaso era de esos jóvenes precoces, la juventud de hoy en día era demasiado liberal.

─¡Oye! ─Ace levantó la mirada tan solo para encontrarse con el rostro del menor a milímetros del suyo haciéndolo saltar hacia atrás─ ¿Te interesaría salir en una película?

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Continuará.

Notas finales:

¿Que les pareció? ¿Les gusto?

Si alguien gusta dejar un comentario, será bien recibido :D


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