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Rose por lakyday

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Notas del fanfic:

No es muy extenso, sólo tres capítulos. Y no se sitúa en alguna parte en específico de la historia así que no hay spoilers (se supone)

Notas del capitulo:

Pronto subiré los demás capítulos :)

Capítulo 1.-

 

- Dean… tengo que decirte algo…

El menor de los Winchester le habló luego de bajar del Impala frente a las habitaciones del motel. Debía ser ahora. Era el momento indicado, porque luego su hermano se marcharía a la pieza que compartía con Rose y entonces él no podría hacer nada para solucionar esa situación que le molestaba como espina en el dedo. O quizá más bien dolía de esa forma, claro que de ser así era una espina muy, muy grande, que lo desangraba.

- claro, enano… dispara.

- Mejor entremos a mi habitación primero…

- Como quieras.

Últimamente había notado que Dean andaba de muy buen humor, sonreía más a menudo, se notaba muy tranquilo, con una paz implacable que le tenía anonadado. Y todo empezó en la que parecería una cacería como todas, en donde se encontraron con la tal Rose- otra cazadora- y entonces Sam no sabía cómo había pasado. La chica encajó muy bien con Dean. Tenía el cabello negro como el carbón y la piel muy pálida, poseía una elegancia innata, con un cuerpo escultural, muy hermosa, apasionada y no le molestaba hacer el trabajo sucio de la vida de cazador. De carácter fuerte, por eso Dean siempre se entretenía con ella, tratando de dominarla.

Resulta que ella estaba cazando el mismo fantasma y dado que la terquedad del mayor de los Winchester colisionaba brutalmente con la de Rose, habían decidido trabajar juntos. Pero el espectro se les escapó, debido a que estaba atado a un papiro muy antiguo que a la semana de ser identificado como el centro del problema había sido vendido a un coleccionista que se marchó de la ciudad a penas lo obtuvo.

Y ahí estaban. En la misma ciudad que el papiro. Volviendo a las habitaciones del motel luego de haber eliminado al fantasma.

Sam cerró la puerta a sus espaldas sin voltearse. Exhaló. Tenía algo en el pecho que le estrujaba todo dentro, estaba tenso y pensar en lo que estaba a punto de ocurrir hacia que se le revolviera el estómago.

- ¿y?… ¿qué ocurre?…- preguntó Dean impaciente.

Había visto a su hermano. Lo había visto. Estaba enamorado. Dean estaba enamorado. Y las pruebas de ello eran el brillo anormal de sus ojos verdes, el buen ánimo, los continuos recorridos al país del soñar despierto y esa constante sonrisa cada mañana de esas casi tres semanas, claro, cuando lo veía salir de la pieza que compartía con Rose hace dos. Porque en ese poco tiempo habían cambiado muchas cosas. Desde aquella noche en la que tras beber unos tragos, no los suficientes para estar embriagados pero si para romper el hielo, su hermano se había besado con la pelinegra y habían partido muy cariñosos hacia la habitación de la muchacha dejándolo solo en aquel antro de desconocidos. Desde entonces el mayor rentaba pieza con la chica-aunque nunca entendió por qué con dos camas- y el dormía en otra. Además su relación de hermanos estaba también comprometida. Dean no lo trataba como antes, estaba distante, reacio a estar cerca suyo tanto física como emocionalmente, ahora sus pláticas eran prácticamente solo bromas acidas e irónicas por parte del mayor. Estaba reacio a todo trato de compañerismo que viniera de su parte, pero con Rose era todo lo contrario. Y todo mezclado, el trato frío que recibía del mayor, junto con ese mundo de flores y azúcar que le daba a la chica, hacían que se sintiera terrible y abrumadoramente solo, con ganas de reclamar un poquito de amor que el también era persona y tenia corazoncito. Sin embargo, por sobre todo lo anterior, lo que le ocurría- y que había descubierto hace poco- era que le dolía… un montón. Un dolor que estaba muy lejos del que debería sentir, porque había descubierto que por el rubio sentía un amor que cada vez se alejaba más de ser sólo fraternal. Un sufrimiento que le calaba los huesos sin anestesia, le punzaba el pecho y le producía ganas de llorar cada noche antes de dormir. Cuando se veía solo en la habitación, acostado en la incómoda cama. Pero que se las tragaba como el hombre fuerte que era, aunque a duras penas.

Se volteó, sorprendiéndose aún a estas alturas de no encontrar la cama que acompañaba a la suya. Pudo ver a Dean esperando inquieto la respuesta a su pregunta, pero sin mucho interés.

- esto… yo…- caminó lentamente hacia la mesa, tomó una silla y se sentó. El otro lo imitó.

- no tengo toda la noche, Sam.

- sí, sí sé- bajó la vista y sonrió dolido- de verdad que sé- dijo refiriéndose a que Rose seguramente estaba esperando a su hermano en la pieza.

- ehm… mañana me voy- se aclaro la garganta-… a la casa de Bobby.

Dean no contestaba, no decía nada. Levantó la vista tratando de encontrar la respuesta. El mayor lo miraba como esperando algo, entonces preguntó:

- ¿eso es todo?… ¿para eso tanto drama?…

El comentario le calló como patada en el estómago. Definitivamente ya no le importaba ni una mierda a su hermano.

- ¿por qué debemos ir allá?

Sonrió tristemente. No era tan así al menos. Solamente había entendido mal la información.

- no me has entendido… yo- recalcó en esta palabra- me voy a la casa de Bobby, Dean. Yo…-como dolía lo que diría, tal si le cortaran con una fina navaja cada músculo de sus manos, las tenía paralizadas- creo que estaré mejor allá. Comenzaré a cazar por mi cuenta, solo. Estaré nada más un par de días y luego me las arreglaré para viajar a otros lugares para cazar, como ahora…

- ¿de qué hablas, sammy?- estaba atónito y sus ojos revelaban una pizca de incredulidad- digo… ¿por qué?… estamos bien así, ¿no?…

- tú estás bien así- le interrumpió con deje acusador.

Dean le miro sin comprender.

- no importa. Como sea, me iré mañana.

- ¡espera! ¡¿por qué?…

- ¡da igual!

- ¡No, Sam! - exclamó con su voz de soldado.

- Dean, no sé si te diste cuenta, pero no te estoy preguntando, te estoy poniendo sobre aviso.

- no me importa, soy tu hermano mayor y puedo decidir qué haces y que no. Ahora, dime la razón.

- primero que quede claro que tú no condicionas nada. Y…-ahí estaba el problema, la razón, ¿cómo explicarlo?… se sentía solo, echado a un lado, abandonado por él, de quien perturbadoramente se había enamorado. Quería huir de esos sentimientos y de esa relación que mantenía el ojiverdes con Rose, que lo estaba matando.

- ¿y?…

- Dean…-rió, sino lloraba- yo ya no pego aquí… no sé si me entiendes… tú estás bien con Rose…

-¡¿Qué?- le interrumpió bruscamente y con una sonrisa- ¡¿es por Rose?… ¿nos está separando una chica, sammy?

- hermano, no importa, en serio. Se te ve muy enamorado y yo no quiero darte problemas… no quiero meterme entre ustedes…

- enano, tú no te metes en ninguna parte- le dijo con aire superior- no te alcanza.

A Sam de verdad le hirió eso. ¿Tenía que restregarle en la cara lo poco que importaba? Así que se puso a la ofensiva.

- Pues no importa lo que digas, Dean, me iré igual…-le desafió con la mirada afilada.

- ¡TÚ NO TE IRÁS A NINGUNA PARTE, SAMUEL! - le ladró con voz ronca tratando de imponerse.

El menor de los Winchester se levantó y se dirigió a la puerta, colérico:

- ¡¿sabes qué, Dean? ¡Chilla todo lo que quieras! ¡Patalea todo lo que quieras! ¡Insúltame hasta que hayas dicho todas las groserías que sepas, pero me iré de todas formas!

Abrió la puerta.

- ¡y si lo haces afuera mucho mejor!

Dean se mordió la lengua para no darle en el gusto y salió furioso de la habitación, cerrando la puerta de un portazo.

Sam todavía respirando bruscamente, se sentó a los pies de la cama. Exhaló gran cantidad de aire y se ordenó a sí mismo calmarse. Ya había pasado. Todo había sido dicho, aunque no había terminado de la mejor manera. Ahora que lo pensaba, que triste terminar esa parte de su vida así, enojado con su hermano cuando probablemente y según planeaba, no lo vería nunca más.

Una lágrima rodó por su mejilla. El nudo en su garganta era asfixiante. Y todo el cuerpo le dolía como si le laceraran los músculos. Pero se tragaba la pena. La reprimía como había hecho con esos extraños sentimientos que afloraban, cuando estaba cerca de su hermano, desde hace un tiempo. Porque no era normal ni sano sentir dolor, debido a que su hermano tuviera una compañera amorosa, ni sentir celos de ella. Y si alguna vez se permitía querer a Dean de esa nueva forma estaría dispuesto a ser kamikaze y alejarse para siempre de él, para que encontrara su verdadero amor sin tener que preocuparse del extraño comportamiento del pequeño sammy cuando la besara, la acariciara, etc. Como ahora. Eso era lo mejor para los dos y punto.

Se recostó en la cama. Y como si la cabecera tuviera un sedante de la verdad, su rostro se descompuso en una mueca de dolor. Apretó los puños y lucho en contra. Sin embargo, como si ahora que estaba acostado la pena se le acomodara sobre del corazón, no aguantó más y se arrojó al llanto, silencioso y profundo.

Continuará...

Notas finales:

Espero que les parezca interesante! si son tan amables de comentar les agradezco.


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