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Rock you like a hurricane por Athena Selas

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Rock you like a hurricane

Capítulo 11

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Agosto 2010

 

Muy pocos sabían que uno de los ingrediente fundamentales del éxito de Poseidon Marines era la inseparable relación fraternal que los guitarristas de la agrupación, Io e Isaac, habían cosechado a lo largo de los años. Eran una dupla tan unida que cuando Io no se encontraba en sus ratos libres de viaje por su natal Chile visitando a sus parientes, le gustaba vivir con Isaac, quien era huérfano y cuando gozaba de tiempo sabático de la desenfrenada vida de estrella rock le gustaba encerrarse por meses en su casa ubicada en Finlandia, país del que era originario, la cual estaba alejada dos horas en automóvil de cualquier ciudad o pueblo.

 

Debido a la ermitaña naturaleza del segundo guitarrista de la banda, el refugio de Isaac era sin duda un lugar sumamente sereno, silencioso y plácido, únicamente interrumpido por las constantes visitas que recibía de sus dos colegas: Io y Kanon.

 

Justo como aquella soleada y brillante tarde de verano en los bosques del sur de Finlandia en la cual el chileno y el griego se encontraban haciendo el máximo uso del sofisticado equipo de audio y video en la sala principal de la gran casona de Isaac. El escándalo era tal que los vidrios del primer y segundo piso de la espléndida vivienda vibraban peligrosamente.

 

El motivo era el pequeño torneo que Kanon e Io estaban teniendo desde hacía un par de horas sin virtual ganador por el momento. Ambos jugaban Guitar Hero desenfrenadamente e Io se encontraba especialmente obsesionado por ganar al griego aquel reto, pues estaba en juego el honor de demostrar qué tan apasionado era a una de sus bandas favoritas de toda la historia: AC/DC.

 

En el desafío final Io se arriesgó a retar al cantante a ir por el todo o nada en su ocioso desafío con la canción Thunderstruck nivel experto. Kanon aceptó riendo entre dientes disfrutando hacer sudar tanto a su compañero de instrumentos.

 

Isaac llegó a la sala en medio del duelo sin ser notado si quiera y el terrible sonido distorsionado debido al volumen tan inverosímil le causó muchas molestias a sus oídos; sin embargo, el finlandés no detuvo la diversión de sus amigos y, con una taza humeante de té que entre las manos, se sentó cerca de la gran pantalla de 70'' de la sala de su casa a observar cómo Kanon lograba superar por muy poco el puntaje del chileno en aquel videojuego.

 

Finalmente el cantante, triunfante, se regodeó de su victoria mientras el chileno le exigía a gritos una revancha.

 

Isaac meditaba sobre lo ridículo que le parecía que dos músicos tan talentosos mataran su tiempo libre con simulaciones de juguete de instrumentos musicales que dominaban por completo en la vida real.

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Aquel fin de semana sería, sin duda, uno muy agitado en la normalmente apacible casa de Isaac. No sólo su par de escandalosos colegas pasarían unos días con él, sino que en breve se les uniría Thetis, una explosiva colegiala que al finlandés le parecía demasiado precoz para su lozana edad, pero que además era la mejor amiga del mismísimo Kanon.

 

Ante este panorama, el guitarrista más joven de Poseidon agradeció las horas de paz que le brindó el profundo sueño bajo el que cayó presa Io agotado de jugar videojuegos con el griego todo el día; pues después de su derrota en Guitar Hero, tuvieron arduos duelos en Street Fighter IV y FIFA 2010.

 

Isaac se había retirado a su biblioteca personal a disfrutar de una plácida lectura. En algún momento al caer la noche había perdido la noción del tiempo y sólo hasta que Kanon llegó de súbito a su refugio, se sobresaltó al darse cuenta que casi terminaba el libro que se dedicó a devorar: Sorgo Rojo del fabuloso escritor chino Mo Yan.

 

El griego le sonrió amistosamente y comenzó una conversación casual con el finlandés. A decir verdad Isaac y Kanon eran viejos conocidos y el Santuario era una cosa en común de su pasado que ambos compartían de alguna manera, a pesar de no ser contemporáneos durante sus respectivas estancias en aquel hogar de huérfanos.

 

Isaac había escapado por motivos personales siendo todavía un adolescente y, afortunadamente por casualidad, encontró refugio con el gemelo quien junto a Julian Solo se convirtieron en sus protectores y tutores. Les debía todo al Rey de los Mares y al Dragón Marino.

 

— ¿Y has contactado últimamente con Hyoga? — soltó de repente Kanon en su conversación.

 

Isaac se mordió el labio inferior y sus ojos verdes dejaron de mirar directamente a su interlocutor.

 

— ¿Quieres dejar de preguntar eso cada vez que se te ocurre? Entiende, Kanon, Hyoga tiene su vida en el Santuario y ese lugar no me importa más.

 

— Pero te importa Hyoga. Escucha, tengo la odiosa necesidad de ir al Santuario en cuanto me haga de valor, cualquier mensaje que le quieras dar a la eterna causa de tus suspiros puedes dármelo a mí.

 

Isaac, el miembro más joven de Poseidon Marines, no soportaba mucho el tema de Hyoga, su compañero de juegos y entrenamientos durante su infancia en el Santuario bajo la supervisión de su maestro Camus. Cuando el finlandés comenzó a crecer con ello también se intensificaron sus sentimientos hacia aquel debía considerar su hermano: Hyoga. Alguna vez, a la edad de trece años, se atrevió a besar a aquel rubio quien era además dos años menor que él. El resultado fue desastroso: obtuvo el natural rechazo de Hyoga quien aún tenía un pensamiento infantil para asimilarlo. No siendo suficiente con eso, su idolatrado mentor Camus lo reprendió severamente. Meses después de este amargo episodio en la vida de Isaac, ocurrió un accidente mientras nadaba con Hyoga quien salió herido.

 

En aquel entonces muchos chicos del Santuario lo habían estado acosando desde que esparció el rumor de su primer beso no correspondido; luego del accidente, el hostigamiento se hizo insoportable y la solución para un inmaduro chico solitario de trece años fue escapar de su hogar. A pesar de esta historia que Isaac detestaba recordar seis años después, aún su corazón latía ansiosamente con la sola mención del nombre de Hyoga.

 

— Si se me ocurre algo que tenga que decirle a Hyoga, te lo haré saber, Kanon. Ahora quisiera ir a dormir aprovechando que Io esta fuera de combate — solicitó el joven guitarrista, cerrando su libro y poniéndose al mismo tiempo de pie del diván donde descansaba.

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Thetis era una pariente cercana de Julian Solo quien la consideraba alguna clase de hija pequeña adoptiva debido a que sus verdaderos padres apenas le ponían atención a la joven.

 

Ella se había enredado con la banda de Poseidon Marines desde que la idea comenzó en los sueños y planes de Kanon siendo ella todavía una estudiante de la escuela primaria.

 

Ahora, la atractiva rubia contaba con diecisiete años de edad y estaba por terminar la preparatoria. Al ser un miembro de la familia Solo no tenía por qué preocuparse demasiado por su futuro; así que había estipulado que al terminar el bachillerato dejaría la escuela, la cual encontraba fastidiosa, y haría cosas que le placieran como viajar como trotamundos por todo el globo o convertirse en la esposa de Kanon.

 

Con esta eterna declaración Kanon tenía que lidiar constantemente y la primera vez que Thetis Solo hizo pública aquella ambición a la tierna edad de doce años, Julian, furioso, estuvo a punto de eliminar al griego de su vida y de la de su familia por siempre.

 

Curiosamente con el paso de los años, la inquieta y precoz rubia pasó de ser la acosadora número uno del cantante a su confidente de mayor confianza.

 

Por lo tanto, la llegada de Thetis a la casa de Isaac fue recibida calurosamente por parte de Kanon aquella tarde de verano quien la recibió al lado de Isaac e Io en el pórtico de la casona la cual estaba rodeada del fresco y espeso bosque finlandés.

 

La rubia bajó del automóvil en el cual había sido transportada desde el aeropuerto más cercano hasta la residencia del guitarrista. Hastiada de recorrer un camino de más de dos horas sentada, en cuanto el transporte se aparcó suavemente a unos metros de la entrada principal de la casa, la chica abrió la puerta del carro y saltó fuera.

 

Thetis terminó el año escolar aquel mismo día y ni siquiera se molestó en cambiarse de ropa al salir del colegio, inmediatamente se dispuso a viajar de su natal Dinamarca hacia Finlandia. Ella vestía el uniforme del internado religioso al que sus padres la habían metido para controlar un poco a su descarriada criatura. Por lo tanto, la imagen que la jovencita transmitía de alguna manera evocaba una puerilidad que al final no podías creer del todo.

 

La rubia había desatado su largo y dorado cabello sobre su espalda, de esta manera su rostro de muñeca quedaba enmarcado de una manera primorosa; los rasgos naturalmente atractivos de sus facciones no necesitaban el mínimo retoque de maquillaje. Su cutis blanco era sencillamente terso y sin mácula, sus pestañas resultaban envidiablemente espesas y rizadas sin necesidad de algún producto especial; sus labios eran pequeños y de un tono rosa intenso. Sus grandes ojos azul cielo siempre lucían sagaces y a la vez traviesos, deseosos por explorar algo nuevo cada día.

 

Ella vestía una falda plisada a la altura de la rodilla color negro, además de una blusa blanca de manga corta que supuestamente debería estar bien fajada con los botones cerrados hasta el cuello, código de vestir que por supuesto Thetis había ignorado en ambos sentidos. Lucía, además, un listón rojo de seda alrededor del cuello que colgaba a modo de moño sobre su busto, el cual ya era bastante generoso y ni siquiera el uniforme de colegio religioso podía ocultar el hecho. Por último las calcetas las llevaba abajo y calzaba unos costosos, pero sencillos zapatos azabache.

 

Thetis alcanzó el pórtico de la casa de Isaac y mostró sus blancos dientes en una encantadora sonrisa como muestra de total emoción. No pudo contenerse por un segundo más y saltó a abrazar a Kanon primero, quien era por más de una cabeza más alto que ella, y se colgó de su cuello. El cantante, para asegurar el agarre de su querida amiga, la sostuvo por la cintura y de este modo correspondió el efusivo saludo el cual duró largos momentos.

 

Para Isaac e Io era familiar esta situación, por lo que esperaron pacientemente su turno para saludar a la rubia a quien tenían en algún grado de estima por ser una familiar tan apreciada por Julian, hombre al que ambos hombres adoraban casi religiosamente.

 

Luego de los respectivos saludos, la doncella y el mozo que Thetis había traído consigo al viaje desde Dinamarca para que le asistieran en su estancia en Finlandia comenzaron a descargar el equipaje de la joven.

 

— ¿Cumplirás tu promesa de llevarme a dar un paseo en tu motocicleta nueva? — preguntó ella a Kanon mientras observaban la labor de trasladar sus maletas dentro del hogar del guitarrista.

 

— ¡Por supuesto que lo cumpliré! — sonrió socarrón el griego —. No he subido a nadie a bordo todavía, estuve esperándote solamente a ti para ese honor —

 

— ¿Y por qué no me llevas ahora? — cuestionó la jovencita sugerentemente.

 

— ¿Segura? ¿No quieres descansar primero? ¿Cambiarte de ropa a algo más cómodo?

 

— He aguardado meses para este momento, por favor, no puedo esperar un minuto más.

 

Kanon soltó un bufido de resignación, mientras arqueaba una de sus cejas preguntándose por qué Thetis a veces era tan irresistible para él.

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Momentos más tarde una poderosa motocicleta negra Harley Davidson Fatboy salió de la residencia de Isaac y se dirigió Karelia del Sur, provincia vecina de donde se encontraban, y este lugar era muy conocido en Finlandia por ser una región que atraía a muchos turistas debido a su clima cálido, sus versátiles servicios para los visitantes los cuales se ajustaban a todo tipo de bolsillos y, por último, sus hermosísimos paisajes rodeados del bellísimo lago Saimaa. Ambos llevaban bien puestos sus respectivos cascos y Thetis se abrazó con firmeza de la fuerte cintura del griego y aprovechó para descansar su cuerpo en la varonil y masculina espalda durante todo el trayecto.

 

Al llegar a su destino, aprovecharon las pocas horas de sol que aún les restaban para explorar el agradable pueblo turístico que habían alcanzado. Comieron en un restaurante delicias de la cocina finesa, recorrieron juntos a pie un agradable camino que rodeaba un brazo del gigantesco lago Saimaa y ahí contemplaron el atardecer; por último, Thetis invitó a Kanon una cerveza en un café mientras ella bebía té helado.

 

La tarde les supo a muy poco para hablar a solas todo lo que tenían acumulado desde la última vez que se habían visto hacía más de seis meses. Kanon, por supuesto, no se contuvo al hablar sobre Radamanthys, tema al que dedicó más tiempo de lo que le hubiese gustado admitir. Thetis lo escuchó atenta y a veces soltaba alguna burbujeante risa al respecto, pero al final del panorama general presentado por su amigo, la sagaz joven comentó:

 

— Estoy comenzando a ponerme celosa y no hablo por mí; al parecer a tío Julian van a arrebatarle la ambición de hacerse contigo en matrimonio.

 

Ante esta inesperada conclusión por parte de la rubia el griego hizo un ademán de incredulidad.

 

— Sólo quiero acostarme con él, Thetis, no es para tanto — insistió el pelilargo —. Además, creía que tú serías quien se casará conmigo.

 

La chica sonrió juguetonamente.

 

— No tengo quince años para tener esos sueños infantiles todavía; sin embargo, sigo manteniendo el propósito de perder mi virginidad solamente contigo para mi cumpleaños dieciocho, plazo que por cierto se cumplirá en unos meses ¿entendido?

 

Kanon rió nerviosamente ante aquel juramento unilateral que Thetis se había empeñado en formular desde la pubertad, esta vez manteniendo la cautela de mencionarlo bajo discreción únicamente al cantante para evitar la cólera de la familia Solo.

 

— De cualquier modo — cambió el tema la joven nuevamente —. No te entregues tanto a ese hombre llamado Radamanthys. Tengo la impresión, y no lo conozco en persona, de que si te lías con él sería terriblemente desventajoso para ti. Al parecer nunca va a poder aceptar una relación homosexual del todo y tiene alguna clase de incómoda fijación por su jefe Hades.

 

— Tranquila, tengo el doble de tu edad y, por lo tanto, sé lo que hago. Todo está bajo control.

 

Thetis no soportaba esta clase de comentarios por parte de su amigo y comenzó a hacerle un puchero adolescente.

 

Momentos después, ya reconciliados, salieron del café y subieron a la flamante Harley Davidson para regresar a casa de Isaac, pero antes Kanon vistió a la rubia con su chamarra de cuero para protegerla del frío que les esperaba en la autopista.

 

En el camino, sintiendo el pequeño y cálido cuerpo de Thetis abrazando el suyo, Kanon reflexionó en lo mucho que quería a aquella mujer. La rubia era la única confidente que no le juzgaba con aires de superioridad moral o, por el contrario, con lástima, lo cual era lo que más podía enfurecer al cantante. Siempre podía encontrar en Thetis a un ser humano inteligente, determinado y perspicaz, lo que mucha gente etiquetaba hipócritamente como precoz. Ella lo miraba al mismo nivel y desde esta perspectiva podía quererlo limpiamente, aun conociendo todos los fantasmas y podredumbre que albergaba el alma del griego.

 

Su estima por ella tan grande que incluso se había tatuado una sirena rubia de aleta rosa en la pantorilla izquierda en honor a aquella joven tan especial y única en su vida.

 

A Kanon le reconfortaba pensar que la amistad de Tethis estaría a su lado por técnicamente el resto de su vida.


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Noviembre 2012

 

Kanon detestaba su tierra natal, él odiaba permanecer en Grecia cada ocasión que se veía obligado a visitar el país helénico. Aquellas cálidas tierras mediterráneas se empeñaban en ser el escenario de cada episodio trágico de su vida, lo cual comenzó desde su mismo nacimiento al ser despreciado por su madre biológica junto con su hermano gemelo. De acuerdo al patriarca Shion, ambos hermosos bebés recién nacidos habían sido abandonados a su suerte en las puertas de algún pobre orfanato en Athenas.

 

Ahora el destino volvía a burlarse del griego pues le habían roto el corazón en la capital de Grecia, tristemente parecía que estaba atado a una serie de desafortunados eventos que siempre parecían involucrar su lugar de nacimiento.

 

Saga esperó a que su hermano gemelo le rompiera la cara a Radamanthys por algunos momentos más antes de separarlo del rubio. Impresionantemente, el inglés no había hecho nada para defenderse de la golpiza.

 

Luego de esto, Kanon recuperó el aliento, pero no la cordura y a base de agresiones físicas sacó a su mellizo y a Wyvern de la suite que estaba ocupando, se aseguró luego de cerrar con llave la puerta y llamar a recepción para exigir que la seguridad del hotel retirara a estas dos personas del establecimiento.

 

Saga, ya fuera del edificio, amenazó al inglés con no atreverse a volver a acercarse o contactar a su hermano; juró matarlo si se enteraba de que había intentado cualquiera de las dos cosas y en el acto no sintió ninguna clase de simpatía por Radamanthys quien tenía la nariz rota, además de los labios y una ceja partidos.

 

Después, el griego fue a buscar su automóvil que se encontraba en un estacionamiento cercano, en el trayecto hacia su transporte el aspirante a patriarca del Santuario sacó su teléfono móvil y se dispuso a contactar a Kirshna, el manager de Poseidon Marines, para hacerle saber lo delicada que se había tornado la situación y lo seriamente preocupado que estaba por el estado mental y emocional de su hermano menor.

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Diciembre 2012

 

A pesar de todo lo que se solía enlistar largamente para criticar su modo de vida, nadie podía debatir el hecho de que Kanon era todo un profesional. Un día después del desafortunado episodio que involucró a Radamanthys y Saga, el cantante ofreció un espectacular concierto junto con Poseidon en Athenas, el cual fue memorable para todos los asistentes, pues el líder de la banda les habló en su idioma materno con cariño y emoción. Kanon dedicó a su público griego profundo agradecimiento por su asistencia y apoyo, además de realizar gestos y expresiones de fervor hacia sus compatriotas, a lo que sus admiradores helénicos se entregaron con sonoros vítores, aplausos y gritos desenfrenados. Incluso la prensa griega alabó la simpatía que la estrella de rock había mostrado hacia su gente. Nadie se imaginaba la urgencia que sentía el cantante por abandonar Grecia.

 

La gira nunca se detuvo, ni se modificó, incluso la carga de trabajo para todo el equipo detrás de la banda se incrementaba continuamente debido a que en algunos países donde Poseidon era especialmente popular, se exigió la apertura de nuevas fechas de conciertos y eventos relacionados como encuentro con los fans, entrevistas o firmas de autógrafos.

 

Por ello, todas las preocupaciones de Kirshna giraron en torno del impredecible estado emocional del elemento más valioso e irremplazable de la agrupación: Kanon.

 

La gente más cercana al griego y todos aquellos familiarizados con su modo de vida apostaron todo a que el cantante luego de haber sufrido esta decepción amorosa se tiraría a todos los vicios de los que era esclavo antes de relacionarse con Radamanthys: las drogas, el alcohol y el sexo. Ya todos vislumbraban las viejas y nada entrañables escenas del pelilargo siendo arrancado de un pasón de estupefacientes minutos antes de algún concierto o la imagen de Kirshna contactando a Lymnades para que se encargara de evitar por todos los medios posibles de que el último escándalo sexual de Kanon llegara a manos de la prensa.

 

Contrario a todos estos pronósticos, el cantante, por el momento, no recurrió a su antiguo y censurable modo de vida. No obstante, el griego cayó en un preocupante estado de depresión y de apatía en picada. Bajo la luz pública, Kanon seguía siendo el energético y seductor líder de Poseidon, papel que todo el mundo esperaba continuara interpretando impecablemente; sin embargo, en ambientes de mayor privacidad la estrella de rock se deshacía de las máscaras por completo y reflejaba un espíritu enteramente desmoralizado y melancólico. En sus días de descanso el griego no salía de sus habitaciones bajo ninguna circunstancia y podría pasarse la vida encerrado en solitario y hundido en su cama si de él dependiera.

 

Su salud comenzó a mermarse demasiado rápido y la causa principal era su renuencia a comer porque de hecho había olvidado toda clase de apetitos. Había perdido muchísimo peso y las fuerzas se le iban porque también había perdido el interés de seguir entrenando físicamente todos los días.

 

No tardó en aparecer al poco tiempo una dependencia crónica a los medicamentos antidepresivos los cuales necesitaba cada vez más para salir a interpretar el papel que le correspondía en Poseidon Marines.

 

Nadie tuvo éxito de convencerlo de salir de su miserable estado al menos por Navidad o Año Nuevo. Por aquellas épocas, la banda se encontraba en Alemania y la gira tuvo una pausa de una semana de descanso bien merecida para todos los miembros del equipo de trabajo. Kanon permaneció en su habitación de hotel los siete días completos.

 

Julian realizó una visita al cantante un día antes de Navidad y su ego y su megalomanía fueron pisoteados cuando resultó ser uno más del montón que no consiguió que el griego le abriese la puerta siquiera.

 

Empapado de frustración, el billionario formuló la última petición a su Dragon Marino frente a las puertas cerradas de la suite.

 

— Dime al menos qué regalo de Navidad quieres este año de mi parte.

 

Largos segundos transcurrieron sin obtener respuesta alguna del otro lado de la entrada; el Rey de los Mares no podía seguir tolerando aquella muestra de desprecio hacia él, sin embargo, ya se había resignado muchos años atrás a la debilidad, incentivada por sí mismo, que sentía irremediablemente por Kanon.

 

— ¿Dragon Marino?

 

Con un sonido casi gutural que erizaba la piel de lo casi sobrenatural que sonaba, obtuvo la preciada respuesta a su petición.

 

— Thetis.

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Febrero 2013

 

Como ella lo había planeado y continuamente dado por hecho: al finalizar la preparatoria Thetis se emprendió en un viaje con mochila al hombro por todo el mundo. No lo había hecho sola, pues una querida amiga del colegio suya se le unió a esta aventura. Los padres y familiares de ambas chicas, obviamente horrorizados, no pudieron evitar esta ambición juvenil. Así, la travesía de la rubia llevaba un año y seis meses dando la vuelta al globo y en algún punto su paradero fue difícil de localizar, incluso para los padres de las aventureras, pues los retiros a cuentas de banco por parte de las jovencitas se hizo cada vez menos frecuente.

 

Sin embargo, Thetis llamaba a casa de vez en cuando para reportar que se encontraba viva, sana y completa. La última vez que se supo de ella, la rubia estaba cerca de la cordillera del Himalaya en Bután.

 

Cuando la joven partió a su aventura de ensueño, su mejor amigo y ella no quedaron en los mejores términos. Thetis nunca estuvo de acuerdo en la relación que Kanon había entablado con Radamanthys. El griego, por meses, la regañó continuamente con enfado de que estuviera celosa del inglés, ignorando la posibilidad de que su querida sirena hablara sinceramente preocupada por los sentimientos de su amigo y los peligrosos terrenos en los que el cantante comenzara a involucrar a su corazón.

 

La crisis vino cuando Kanon reunió a su mejor amiga y a su amante en la cena de despedida que había preparado para su sirena quien estaba a punto de partir a conquistar al mundo con la mochila al hombro. La noche comenzó mal porque Thetis tuvo un serio disgusto al suponer que la noche sería sólo entre ella y su mejor amigo y, por su parte, a Wyvern le disgustó de inmediato la actitud impertinente y arisca de la jovencita ofendida.

 

Para describir aquella velada, el cantante, en primer lugar, aclaraba que estas dos personas tan importantes en su vida habían nacido bajo el signo de Escorpión de acuerdo al zodiaco griego. Entonces, el pelilargo pedía que imaginaras una pelea entre escorpiones como se les solía ver en los documentales: en actitud defensiva, acechándose sin tregua y con los aguijones hacia arriba en posición de ataque inminente. Por suerte, concluía Kanon al final, no se destrozaron por completo y nadie murió ni resultó devorado como solían culminar las peleas entre estos arácnidos en la naturaleza.

 

Este capítulo deterioró la ya frágil amistad de ambos y cuando Thetis partió hubo una fría despedida por parte de Kanon quien ni siquiera fue a decirle adiós en persona al aeropuerto. Desde entonces ninguno de los dos supo demasiado del otro.

 

No obstante, Julian Solo estaba determinado a reunir a esos dos; no sólo porque asombrosamente su Dragon Marino se lo pidió en medio del vórtice de desesperación que estaba viviendo, sino porque de verdad creía que su sobrina significaría un elemento sustancialmente importante para ayudar al cantante a salir de aquella deplorable depresión.

 

Haciendo uso de todos los medios a su alcance, el billonario localizó a la jovencita pronto; lo difícil vino después: comunicarse con ella y convencerla de que fuera al encuentro del cantante y con ello lograr que ella se tragara su orgullo y viejos resentimientos.

 

Para mediados del mes de febrero, Poseidón Marines se encontraba por finalizar su gira por Europa y se encontraban en Moscú. Desde la capital rusa partirían hacia algunos países asiáticos por algunos meses.

 

Inesperadamente, en medio de una fría noche moscovita, una hermosa joven de veinte años caminaba con seguridad por los pasillos del hotel donde se hospedaban los miembros de la famosa agrupación de rock. Thetis maduraba con suma gracia y el poco tiempo que había pasado valiéndose por sí misma alrededor del mundo le había brindado un aura de seguridad y astucia todavía mayor a lo que era antes. La atractiva rubia llevaba puesto un vestido oculto por un grueso abrigo color rosa, calzaba unas botas altas sin tacón color crema para cubrir sus largas piernas del gélido viento ruso de aquella noche. Un bonito gorro invernal blanco cubría la mayor parte de su cabeza, pero su hermosa cabellera color oro lucía suelta sobre sus hombros.

 

Ella se plantó frente a la puerta restringida del griego, luego tocó fuertemente con ayuda de sus nudillos.

 

— Kanon, sé que estás ahí adentro y me vas a abrir la puerta. No pienso dejarte en paz hasta que pueda verte.

 

Thetis se mordió el labio inferior nerviosa, ya había recibido una larga plática de su tío Julian acerca de lo impenetrable que se había vuelto el griego durante los últimos meses. Al no recibir respuesta, insistió en llamar a puerta.

 

— Escúchame, estoy dispuesta a quedarme sin nudillos de tanto tocar si es necesario.

 

La joven alcanzó a percibir movimiento en la habitación a través de sus perspicaces oídos. Una emoción inexplicable se apoderó de ella en cuanto los cerrojos de la puerta comenzaron a ser retirados lentamente; sin embargo, la expresión de gusto en su rostro se desvaneció al ser testigo del funesto rostro de su mejor amigo. Aquella visión conmocionó a su mejor amiga terriblemente.

 

El griego hizo pasar a la mujer rápidamente y, sin decir una sola palabra, la condujo a la salita del lugar. Thetis tomó asiento, Kanon la imitó.

 

— Hola — saludó la rubia con una sonrisa tímida.

 

El griego giró su rostro y la miró con una expresión dura, pero indescifrable. Lo que vino después fue sumamente inesperado.

 

Kanon se abalanzó sobre Thetis y la abrazó con fuerza. Inmediatamente después hundió su rostro en su cuello y soltó en llanto. Las lágrimas comenzaron a fluir rápidamente acompañadas de quedos sollozos que el griego ahogaba contra la piel y el abrigo de su sirena.

 

La rubia estaba conmovida, sabía que Kanon no se hubiese permitido de ninguna manera llorar delante de nadie y a juzgar por el largo tiempo que permanecieron en esta posición sin que el griego cesara el llanto, el cantante había necesitado urgentemente un desahogo colosal como el de aquellos momentos.

 

Thetis permitió que su ser querido permaneciera así todo el tiempo que él lo necesitara, mientras tanto ella acariciaba la larga melena azul añil del griego y al mismo tiempo emitía maternales sonidos de arrullo.

 

— Estoy aquí — murmuró la rubia con cariño —. No voy a permitir que nada malo te vuelva a pasar.

 

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Notas finales:

La verdad estoy un poco nerviosa por cómo podrán tomar los lectores y seguidores de esta historia la aparición de la controversial Thetis. Creo que muy pocos la venían llegar o, al menos, la figura que ella representa en este relato. Agradeceré mucho que me compartan sus puntos de vista respecto a la impresión que les ha causado y su recepción hacia ella ¿Les gusta el personaje? ¿Le es indiferente? ¿Les causa aversión?

Continúo publicando a través de Amor Yaoi gracias los lectores comenzaron a seguirme gracias a esta plataforma y me han contactado de manera personal para apoyarme a seguir, por favor no se inhiban si desean ponerse en contacto conmigo ya sea a través de un review o de una red social, créanme que es un placer para mí leer su apoyo para la historia, el cual agradezco profundamente y ayuda enormemente a que me motive a continuar la historia hasta el final.

 

Les deseo un espléndido día y gracias por leer.


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