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Rock you like a hurricane por Athena Selas

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Agosto 2012

 

Existía una palabra, solamente una, para desatar la tormenta entre Kanon y Radamanthys. Más que un vocablo común, se trataba de un nombre propio: Pandora.

 

La respetable y adusta vicepresidenta de Elysium era una mujer tan joven como hermosa que controlaba todos los hilos de la firma jurídica aún por encima de su amado hermano menor Hades.

 

Ella y Radamanthys fueron comprometidos en matrimonio cuando apenas habían dejado la niñez atrás bajo las órdenes de Hypnos, uno de los dos concejales más importantes de Hades.

 

Pandora, poseedora de una abrumadora belleza, era una mujer fría y áspera aunque no por eso despreocupada de sus seres queridos. Ella respetaba a Radamanthys y en ningún momento se opuso al compromiso; sin embargo, tampoco dio muestra alguna de entusiasmo al respecto. Por otro lado, Wyvern se sentía absolutamente honrado de poder convertirse futuramente en el marido de la hermana mayor del señor Hades y, por lo tanto, de formar parte de su familia en algún día venidero. A decir verdad, los sentimientos del rubio eran nobles hacia ella, casi idealistas, y él jamás se había atrevido a tener pensamientos impuros hacia Pandora.

 

Aun cuando Kanon había llegado tan abrupta e inesperadamente a su vida, Radamanthys mantuvo intacto su compromiso marital con Pandora y evitaba cuestionarse el asunto seriamente; por otro lado, el griego…

 

"Ambos amantes desnudos se tiraron sobre el colchón casi al mismo tiempo, completamente ebrios de placer, uno al lado del otro.

 

Radamanthys había sido el último en experimentar un explosivo orgasmo, por lo que aún se encontraba completamente aturdido. Todos y cada uno de sus sentidos se hallaban trabajando a mil por hora al mismo tiempo.

 

Kanon, quien había culminado su apogeo algunos momentos antes, aprovechó la vulnerabilidad de su pareja para recostarse a un lado del rubio y colocar la cabeza sobre el pecho de Wyvern, el cual subía y bajaba apresuradamente a causa de su agitada respiración. El griego acarició el torso bien formado de su amante y jugueteó un poco con el dorado vello corporal que era abundante en ciertas zonas de la anatomía de Radamanthys.

 

— ¿Lo hacemos de nuevo? —sugirió el peliazul con travesura, atrapando la rosada tetilla derecha del rubio entre sus dedos.

 

— Probablemente después —musitó Wyvern con los ojos cerrados. A ciegas, tomó con suavidad la mano que torturaba su zona erógena. Luego, con la misma dulzura la llevó hacia sus labios y deposito cortos besos a lo largo de la palma abierta del griego. A continuación comenzó uno de los momentos favoritos de Kanon en todo el mundo: Radamanthys atrajo más el cuerpo de su pareja hacia sí mismo, rodeando la desnuda cintura del pelilargo con su brazo izquierdo, para luego besar la tibia frente perlada de sudor del griego y finalmente comenzó a susurrar muy cerca del oído de Kanon una letanía amorosa y tierna, inspirado absolutamente por el orgasmo que aún no se le pasaba.

 

Las palabras que Radamanthys dirigía a su amante después de hacer el amor eran un secreto que el griego atesoraría hasta el día en que muriera, no permitiría que nadie conociera ese lado de Wyvern, el cual estaba seguro que sólo él había atestiguado y seguramente ni siquiera aquellos que se jactaban de conocer el alma del rubio creerían que él fuese capaz de hablar de esa manera.

 

— Eres lo mejor que me ha pasado en esta maldita vida —fue la sincera respuesta de Kanon al despliegue de sentimientos secretos de Wyvern. Así, para sellar aquel momento de felicidad ambos se besaron perdidamente por varios minutos.

 

— ¿Entonces dejarías a Pandora y te unirías a mí bajo la ley de cualquier país que nos lo permita?

 

— …

 

— ¡¿Radamanthys?!

 

— ¿Mmnh?

 

Kanon, inquieto, se soltó del cálido abrazo que mantenía con su pareja para luego recargarse sobre su antebrazo derecho y así mirar desde arriba al rubio.

 

— ¿Dejarías a Pandora por mí?

 

Nuevamente un silencio inescrutable fue la respuesta del otro.

 

Al griego no le gustó la terrible sensación de dolor que se incrustó en su estómago y que posteriormente comenzó a recorrer el camino hacia su pecho compungiéndolo por completo. Inmediatamente, de acuerdo a su naturaleza, transformó esa tristeza en rabia y se encargó de romper la enamoradiza atmósfera en pedazos filosos que ansiaba clavar sobre la existencia de Radamanthys.

 

— Vaya, qué conveniente sería casarte con una mujer tan frígida pero asquerosamente rica y dar por hecho que estaré esperándote en la cama cada que lo necesites por el resto de mi vida —escupió con la boca llena de veneno y mientras lo hacía se alejó por completo de su pareja hasta sentarse en el borde del lecho.

 

Wyvern tragó saliva con dificultad y emitió un lánguido gruñido.

 

— Kanon, basta, regresa a la cama. Jamás he dicho nada de eso.

 

— ¡Ese es el maldito problema! Nunca dices algo al respecto porque eres una rata cobarde.

 

Furioso, el griego se levantó y comenzó a buscar su ropa a lo largo y ancho de la habitación, intentando recordar dónde había perdido las prendas más elementales de su vestuario mientras murmuraba una sarta de blasfemias en su lengua materna a propósito para que el rubio no pudiera comprender nada.

 

— Eres una criatura increíble —rezongó el inglés incorporándose en la cama y observando al pelilargo. — No hace más de cinco minutos que terminamos de hacer el amor.

 

— Y te juro que es la última vez que me acuesto contigo —amenazó Kanon de pie mientras se enfundaba su entallado pantalón negro para luego sobreponerse un vistoso cinturón de plata sobre las caderas. — ¿Tienes idea de cuánta gente le vendería su alma a Satanás por estar conmigo como lo has estado tú?

 

— ¿Quieres calmarte?

 

— Incluso ese pesado de Julian Solo me ruega casarme con él siempre que está borracho lamentándose por la señorita Saori. Me ha jurado que me dará una isla y un yate como regalo de bodas ¿puedes darme una isla privada, Radamanthys o se la vas a pedir prestada a Hades y a su frígida hermana?

 

Finalmente, el griego terminó de acomodarse una pegadísima playera negra que se ajustaba terriblemente bien a su perfecta figura masculina exquisitamente torneada. Luego se miró en uno de los espejos de la alcoba y arregló lo mejor que pudo su larga cabellera suelta. Se aseguró también de que los piercings de su rostro estuvieran en su lugar.

 

— No, no soy Julian Solo, Kanon.

 

— Qué lástima entonces porque me voy a encargar de que él me ponga un anillo con el diamante más brillante, exótico y grande que pueda solventar su asquerosa fortuna. No te preocupes, Pandora y tú estarán invitados a nuestra maravillosa boda. Seguro que Julian también quiere invitar al gran Hades.

 

A pesar de que Wyvern sabía que todas esas declaraciones simplemente eran producto banal de la colosal rabieta de Kanon, Radamanthys no pudo evitar sentir un ataque de celos espeluznante que empezó a comérselo por dentro, pero no permitiría que el peliazul supiera eso. De ninguna manera.

 

— ¡Me largo! Cuando esté de mejor humor vendré por mis cosas y no pienso avisarte cuándo será —sentenció finalmente el mayor de los dos quien salió de la habitación gritando injurias en griego.

 

El rubio esperó hasta que efectivamente escuchó el sonido de la puerta principal y el pequeño pitido que emitía el sistema de alarma cuando el primer acceso dentro de su departamento era abierto y cerrado. Radamanthys entonces suspiró varias veces hastiado y se llevó el cabello hacia la nuca lentamente con las yemas de los dedos mientras fruncía el ceño. Luego sintió un ansia terrible de beber una copa de whisky en las rocas. Quizás dos o tres en realidad."

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Noviembre 2009

 

El nombre de aquella banda era bien conocido alrededor del mundo contemporáneo, sobre todo entre los más jóvenes que gustaban del rock de corte más comercial. Sus seguidores más fieles conocían el perfil de aquel exitoso quinteto de origen multicultural surgido aproximadamente cinco años atrás teniendo entre manos el proyecto de resucitar los clásicos y poderosos acordes de la década de los años ochenta con un huracán de frescura del nuevo milenio. Su inspiración: bandas de viejo hard-rock como Rainbow, Saxon, Van Halen, Alice Cooper, Dio, Def Leppard, Twisted Sister, entre muchos otros.

 

A pesar del deslumbrante talento de sus cinco miembros y el carisma innato de cada uno de ellos, existían demasiados rumores alrededor de su vertiginoso e imparable éxito global. No era un secreto muy bien guardado que aquella banda de rock había sido apadrinada desde su fundación por Julian Solo, un joven magnate quien era dueño de prácticamente todas las vías y medios importantes de transporte marino y fluvial en Europa, África y una parte de Asia. No en vano el sobrenombre profesional de aquel billonario empresario era el Rey de los Mares.

 

Incluso resultaba cínico el hecho de que la agrupación hubiera tomado el nombre de Poseidon Marinas, seguramente para honrar el ego gigantesco de su mecenas.

 

Los fans preferían llamar a la agrupación simplemente Poseidon y portar orgullosamente el símbolo más distintivo de la banda: un tridente bellamente diseñado que daba la impresión de ser tan viejo e imponente como el que realmente utilizaría el auténtico dios de los océanos.

 

Los cinco miembros fundadores aún permanecían juntos pese a los roces y tensiones que pudieron haber puesto en peligro la unión el quinteto durante su trayectoria.

 

A cargo de la batería se encontraba el canadiense Bian quien era enigmático y resultaba ser el más discreto de toda la banda pues apreciaba mucho la privacidad de su vida fuera del mundo del espectáculo.

 

El apuesto y joven Io, originario de Chile, lideraba el sonido de las guitarras con fuerza y estilo inigualables, no había duda de que el muchacho tenía el rock tatuado en el alma. Su estilo estaba inspirado en Angus Young en el momento de incorporar los solos a sus canciones, así como en Mick Ronson para colaborar con la composición de sus acordes, además el latinoamericano confesó alguna vez con mucho orgullo que su connacional Alejandro Silva era otra pieza de inspiración clave en su formación musical.

 

Era impensable no otorgar el merecido reconocimiento al genio intelectual del éxito acústico de la banda quien era encarnado por el austriaco Sorrento, dicho miembro en el escenario se encargaba de armonizar el brío de la música de los demás instrumentos como bajista. Él además era una pieza clave al momento de componer y escribir canciones. No hubiera sido posible proyectar a Poseidon Marinas hacia la fama sin su talento como músico de carrera.

 

El cuarto miembro era el más joven de todos y uno de los favoritos de sus seguidoras, se trataba del segundo guitarrista: Isaac, nacido en los países nórdicos cuya actitud fría, desinteresada y a veces hasta calculadora hacían suspirar a las damas que tenía cerca. La velocidad de su guitarra era asombrosa, así como su ligereza para cambiar de tono para así poder acoplarse simétricamente a la guitarra líder para acompañarla. Muchas veces era criticado por su juventud y se alegaba su posible falta de madurez en el escenario, pues apenas hubo cumplido los 17 años se unió a la banda.

 

Por último estaba el controversial solista, líder de la agrupación: Kanon Dídymoi. Su voz había sido entrenada como barítono y su estilo era bastante reconocido por su versatilidad para poder alcanzar con suma limpieza tonos altos y a su vez vocalizar sonidos más bajos y graves en ocasiones oscuros y profundos, mismos que personalmente prefería en sus interpretaciones las cuales eran por excelencia vigorosas y contaban con la asombrosa capacidad de transmitir las emociones que Kanon deseaba reflejar en cada canción. Como figura pública, el griego era la clase de influencia que las madres desearían alejar de sus hijos por siempre; para empezar se había declarado abiertamente bisexual desde que se convirtió en una celebridad; siempre era una noticia de espectáculos su entrada a los centros de rehabilitación por las diversas adicciones que padecía; asimismo, hubo una época durante la cual protagonizó algunos filmes pornográficos que se volvieron virales por internet, todo esto por mencionar algunos ejemplos.

 

Julian Solo no había reparado en gastos para el equipo de respaldo de Poseidon Marinas. La mayor parte de las colosales responsabilidades las dejó en manos de Krishna, el representante oficial de la banda, y del viejo Caça Lyumnades quien se movía mejor controlando los hilos por debajo de la legalidad con ayuda de corrupción, sobornos y extorsiones varias. Aunque el billonario prefería prescindir de estos métodos, había ocasiones en que su leal hombre Caça debía intervenir para proteger o favorecer a la agrupación, principalmente de escándalos en los medios de comunicación, entre otros asuntos más adversos.

 

Debido al origen tan multicultural y heterogéneo de la banda, Kirshna y Julian planeaban largas estancias para la banda y su staff en diversas ciudades del mundo para así poder realizar tranquilamente ensayos, creación y composición de música, grabaciones, planeaciones, logística etc. Cuando pasaban están arduas temporadas de trabajo y no había giras, todos podían ir a tomar vacaciones o regresar a casa por algunos meses.

 

Un dato importante a resaltar era que su música estaba escrita e interpretada completamente en inglés con la clara intención de volverse universales rápidamente. El detalle de que Kanon tuviera un ligero y encantador acento extranjero hacía de alguna manera más irresistible el sonido de la banda.

 

Durante la temporada de otoño e invierno del año 2009, posterior a una gira por Estados Unidos, Julian dio órdenes a Poseidon Marinas de trasladarse a Londres, pues además de tener asuntos legales que atender en Inglaterra, Solo estaba ansioso por conocer a un brillante productor y creativo londinense de Voodoo Records para comenzar a proyectar el cuarto álbum de la banda.


 

Caça Lyumnades era un hombre de cincuenta y tantos años. A pesar de no ser tan viejo, la historia de su vida había sido dura y siempre en relación con el crimen y la depravación, por lo que su aspecto físico se había visto sumamente deteriorado por esta clase de trayectoria. Su estatura era pequeña, apenas sobrepasaba el metro con cincuenta centímetros, y su espalda jorobada provocaba que su breve tamaño se acentuara aún más. Su piel era de aspecto ceroso, misma que no favorecían los ridículos y anticuados trajes de color mostaza que siempre gustaba portar. Por último, su rostro era malicioso, lleno de cicatrices causadas por el acné demasiadas décadas atrás. Sus dientes eran pequeños y filosos, los cuales sobresalían cuando sonreía. Además era calvo como una pelota de billar.

 

La presencia de Caça nunca pasaba desapercibida y su actitud pendenciera y bravucona remataba la existencia miserable de aquel hombre.

 

Así, cuando Sorrento y Kanon realizaban un complejo ejercicio para sincronizar el tono de voz del griego con las tesituras más graves del teclado musical, Caça entró a la habitación de práctica acústica sin consideración y de golpe, como una bofetada inesperada mientras estás distraído.

 

— Buenas tardes, mis cachorritos.

 

De inmediato, el teclado de Sorrento desentonó por el disgusto y Kanon esbozó una mueca de antipatía.

 

— No son muy buenas si entras de esa manera en pleno ensayo — replicó Dídymoi sin intenciones de ser amable con esa vieja rana que constantemente trataba de chantajearlo.

 

— Estás hiriendo mis sentimientos, querido Kanon, y eso no es conveniente si quieres que guarde tus secretitos.

 

Ahí iban de nuevo. Sorrento, resignado, tomó la partitura que tenía en el atril sobre su teclado y comenzó a estudiarla en silencio.

 

— ¿Por qué no te atreves a decirme exactamente lo que quieres y dejas a un lado tus estúpidas insinuaciones?

 

— Ah, pero ya sabes que el buen Lyumnades estaría siempre de tu lado y protegiéndote la espalda si el pequeño Kanon fuera más cariñoso con él en todos los sentidos.

 

— He perdido el apetito sólo con escuchar eso, ¿quieres largarte?

 

— Estará bien entonces que deje a los paparazzi hacer un revuelo con el chico con el que sales ahora —. Finalmente el hombre clavó su primera ofensiva. A Caça se le dibujó una cruel sonrisa mientras extendía la mano para darle a Kanon un fardo de fotografías —. Eres un cachorro travieso, estás metiéndote con fuego.

 

El griego, irritado, comenzó a revisar las imágenes en donde salía en el mismo restaurante donde había estado con Minos y Albafica, pero esta vez su único acompañante era Radamanthys.

 

— Esto no prueba nada, asquerosa rana ¿Me ves besándolo, tomándole la mano o fornicando con él? Es una cena perfectamente normal sin nada que reportar. — Lanzó las fotografías al rostro del hombre mayor con la intención de golpearlo y que todas las imágenes cayeran al suelo. — La próxima vez que quieras venir a conseguir que te chupe la polla, será mejor que traigas algo que realmente valga la pena y no interrumpas nuestros ensayos.

 

Lyumnades enrojeció hasta las orejas debido a la rabia. No se molestó en recoger las fotografías del suelo y dedicando una mirada hostil al griego, sus afilados dientecitos se asomaron.

 

— Me vas a necesitar algún día de verdad, mocoso, y vas a lamentar no haberme tratado como debiste. No te conviene tenerme de enemigo, pues el día en que dejes de ser el preferido del señor Julian me conocerás de verdad.

 

Para cuando el calvo hombre vistiendo su traje color mostaza cerró la puerta de la habitación, Sorrento comenzó a interpretar una dulce tonadilla compuesta por él en el instrumento musical abstraído en su propia melodía.

 

— Dime, Kanon —preguntó Sorrento con los ojos cerrados, conociendo a ciegas perfectamente las teclas que sus dedos recorrían suavmente. — ¿Por qué percibí que te desquitabas con el miserable de Caça porque de hecho no había nada que demostrar con sus fotografías?

 

— Son estupideces — espetó de mal humor.

 

— ¿Alguien resultó ser inmune a tu irresistible atractivo sexual? — De golpe, el austriaco dejó de tocar y dirigió su expresiva mirada color rosa hacia su compañero. — Este es un mundo muy grande, supongo que tenía que pasarte algún día. Quizás no le gusten los hombres en realidad.

 

— ¿Quieres dejar de hablar de eso para poder seguir trabajando?

 

Y Sorrento asintió con una expresión totalmente escéptica en el rostro.

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Notas finales:

¿Qué tal les pareció la pequeña descripción de la banda de Julian Solo? Espero no les haya resultado tediosa o, al contrario, sosa. La verdad, los pocos conocimiento de música que tengo son de aficionada y me considero bastante inútil en la materia. Hice una pequeño investigación por ser precisa en las pocas descripciones que pude brindarles.

Por cierto, la voz de Kanon como solista la imagino totalmente como la de Chad Kroeger del grupo canadiense Nickelback. Si tienen curiosidad y no conocen a la banda, les recomiendo escuchar alguna de sus canciones más famosas especialmente "How you remind me", ese tono de voz me pone la piel de gallina personalmente ¿Cómo se imaginan ustedes la voz de Kanon cono solista en esta historia? ¿Algún cantante famoso que quieran compartir conmigo?

Estaré muy contenta de recibir sus críticas, expectativas y especulaciones de esta historia que va tomando forma y cada vez disfruto más creando.


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