Eres un lobo, con mirada feroz y colmillos afilados, listo para saltar y devorarme entero. Con tus ojos me observas, eres silencioso y discreto, pero yo sé que te gusta admirar mi cuerpo, sé que en silencio y cuando me distraigo miras atentamente y tus ojos traviesos se pasean por mi figura, recorriendo mis piernas, porque sé que te gustan mis piernas, sé que las imaginas rodeando tu cintura, alzadas sobre nuestros hombros enmarcando mi rostro, puedo entender que observes mis nalgas, son grandes y sé que te gustaría azotarlas, escuchar cómo suena el golpe de tu mano en mi piel junto con algunos jadeos míos, sé que te imaginas lo que hay debajo de mí camisa, una piel suave y tersa y unos pezones deliciosos que son difíciles de ocultar, apuesto que al verlos puedes imaginar a que saben, como se sentirán en tu cara, en tu boca o entre tus dedos, puedo sentir tus ansias de acariciarlos y hacerme retorcer de placer.
Sí, yo sé que cuando me agacho para recoger algo o me acomodo mi saco me observas discretamente, también sé que hago las cosas a propósito, ansío que me mires, quiero saber que te gustan mis piernas cuando uso pantalones ajustados, me inclino a propósito para que puedas observar mejor mis nalgas, esa hermosa forma de durazno que sé que deseas, uso camisas desabotonadas y playeras con escote para que puedas ver mi piel bajo la tela, quiero que me notes cuando salimos y puedas tener una pequeña vista de mi cuerpo.
Ambos lo sabemos, pero somos sutiles, somos discretos y procuramos ignorarlo, no hacerle caso a nuestros cuerpos, e ignorar la tensión que nos rodea, preferimos mantenerlo así, como un secreto entre los dos, miradas, roces y halagos, el disfrutar de abrazos largos y relajantes juntos.
¿Qué me atrae de ti? No lo sé, tu torpeza y brusquedad tal vez, tienes un encanto infantil y a la vez tan intenso y sexual ¿Por qué otros no te ven así? Si para mí eres irresistible, tu perfume, la forma de tus manos, tu voz tan sensual, suave y sedosa. Bien puedo sentir como me miras cuando me saludas, puedo sentir tu deseo y yo me acerco a abrazarte solo para provocarte un poco más, puedo sentir como siendo tan grande y fuerte cedes ante un cuerpo más delgado y delicado que el tuyo y eso me encanta; sentir que mis gestos te emocionan es más excitante de lo que parece.
Me gusta como haces volar la imaginación, la forma en que vas construyendo el placer en mí a base de palabras, tu actitud traviesa y divertida y la intensidad de tus labios, los besos tan apasionados que arrancan suspiros, el roce de tus colmillos con mi piel, sentir esas manos tan grandes y masculinas agarrar mi piel, rasguñarla y controlarme, tu fuerza que me dice a qué lugar moverme, la forma en que dominas y me pides que te ruegue por sentir más de ti, son muchas cosas, pero puedo admitir que este deseo es grande, es ansioso y está sediento.