Cuando Yamaguchi logró despertar tenía sus manos atadas a la cabecera de su cama, reconocía su habitación, pero no entendía por qué estaba allí, sus piernas estaban entumecidas y le rozaba la atadura en sus tobillos; suspiró pesadamente sintiendo un dolor en su cabeza… recordaba ciertas partes, imágenes confusas y le invadía la tristeza de haber caído en las mentiras de Irina
-me alegra que despertaras –la voz de su padre lo trajo a la realidad, podía ver la herida en su mejilla, una leve cicatriz que seguramente pronto se borraría, claro, si un hechicero especialista lo atendía pronto – perdona por las ataduras, pero necesitamos evitar riesgos innecesarios… intentaste atacarnos algunas veces y en una de esas ocasiones casi logras llegar a donde Irina está prisionera
-no te preocupes oto-san, ¿cómo están los demás? – soltó una leve sonrisa pues aun sentía remordimiento de lo seguramente hizo
-todos estamos bien, sobrevivimos con heridas menores, solo algunos tenían casos de gravedad
-lo siento… ataqué a Kageyama y… herí a Tsuki – apenas lo recordaba pero las pocas imágenes que tenía lograban atormentarlo
-no tienes la culpa de nada, Tada-chan – el pelinegro levantó su cabeza para admirar a Akiteru que se acercaba con una sonrisa – aunque aún no creo todo lo que me contaron
-Akiteru-san, ¿qué hace aquí?
-cuidando de mi hermano, todavía no puede despertar – trató de no sonar preocupado pero al parecer no era buen mentiroso
-¿Qué le pasó? – con miedo miró a su padre en busca de respuestas
-tranquilo – la decisión fue difícil y tuvo que charlar con su esposa pero al final fue la única opción – todo está bien, ya le han aplicado las curaciones a Tsukishima-kun y llamamos a Akiteru-kun para que lo cuidara, tuvimos que contarle todo y hechizar a sus padres para que crea que está en un viaje escolar, es un caos pero ya acabará
-pero,¿qué tiene Tsuki?–tiró de sus ataduras pero el dolor lo detuvo
-le aplicaste un encantamiento poderoso,Oikawa-kun logró curar el cuerpo de Tsukishima que estaba deteriorándose poco a poco… también le colocaste una especie de maldición, así que tienes que deshacerlo para que despierte… pero primero te tienen que ayudar a romper el lazo de tu alma con Irina – acarició los cabellos de su hijo para reconfortarlo, le dolía verlo atado pero era necesario en ese caso
-Irina… ¿está aquí? – aunque ya sabía su respuesta quería quitarse las dudas, podía percibir esa alma oscura a poca distancia
-en la celda, perdió la mayoría de energía en la batalla de hace dos días, le aplicamos una limitante…está bien vigilada no te preocupes, además se la llevaran a el cuartel centralde su país
-qué bueno y… ¿dos días? – su asombro hizo reír a Akiteru
-sí, Shouyo-kun ayudó a quitarte todo el control de Irina sobre tus pensamientos,pero el lazo debes romperlo estando en conciencia y cerca de la persona que te manipuló a la fuerza – habían sido las semanas más duras, tener a un hijo lejos y en peligro no era fácil
-¿y Hinata, está bien?
-está reposando en casa, Kageyama-kun lo acompaña… ha sido mucho esfuerzo para él, sabes bien que aún es un novato y apenas acaba de encontrar a su destinado… será un periodo de adaptación bastante largo
-¿cuándo se puede quitar las ataduras? – preguntó Akiteru un poco incómodo al ver al pelinegro de esa forma
-hasta que Shouyo pueda ayudar o alguno de sus padres se ofrezca a hacerlo – sonrió al recordar el pequeño lio en aquella noche, al parecer a la familia de Hinata no les da gracia que un mortal sea el destinado de su hijo
-¿puedo ver a Tsuki? – Yamaguchi estaba preocupado, necesitaba verlo, verificar que estaba bien… todo parecía una pesadilla
-¿recuerdas el encantamiento? – el mayor de los Yamaguchi suspiró pues el asunto era delicado
-si… creo que puedo deshacerlo, pero no quiero arriesgarme hasta estar totalmente ajeno al corazón de Irina – era consciente de lo difícil que era el momento, todavía sentía la influencia en su mente, una estela de magia negra en su cuerpo, el dolor en su pecho pues Irina lo llamaba constantemente
-no hay problema, mi hermanito puede esperar un poco más, recupérate completamente Tada-chan – Akiteruacarició el cabello de Yamaguchi para brindarle apoyo
El padre de Hinata se ofreció a ayudar a Tadashi a romper el lazo con la hechicera oscura, aun con ataduras fue encaminado al sótano en donde Irina se encontraba, sus padres lo mantenían sujeto con firmeza tratando de no sucumbir al dolor de ver a su hijo como un condenado a muerte. Pero en cuanto la mirada de aquella hechicera cruzó con la del más joven, Yamaguchi perdió su voluntad propia, intentó liberarse y ayudar a su señora, a su dueña… fue horrible escuchar los gritos desesperados del menor mientras lo ataban en frente de aquella mujer que permanecía enjaulada sonriendo levemente “MI SEÑORA, MI SEÑORA… debo ayudarla, mi señora… SUÉLTAME… los mataré a todos por hacerle esto a mi señora” fueron momentos muy difíciles hasta amarrarlo y empezar con el ritual
Fue doloroso para el pelinegro puesto que sentía su vida ser arrancada, escuchaba cada palabra que salía de los labios del señor Hinata, sentía puñaladas con cada letra escrita en el suelo usando una especie de tinta que brotaba de las manos de aquel hombre, su cabeza le dolía horrores al observar a Irina, sus entrañas se estrujaban, sentía que la piel le quemaba en donde esas extrañas marcas iban desapareciendo y en vez de eso una estela dorada que brotaba del adulto, lo envolvía superficialmente… cuando se vio rodeado por completo el aire se fue de sus pulmones, Tadashi rogaba que se detuviera, el sufrimiento era insoportable “me duele… prefiero la muerte… por favor” eran los lamentos, los padres de Tadashi lloraban cerca de allí por ver a su hijo suplicar, era horrendo. Pero valió la pena cuando al fin Tadashi era libre. El par de horas que duró el proceso causó que al final un leve temblor azotara su ciudad, la magia negra que unía ambas almas era demasiada peligrosa.
Yamaguchi no quiso esperar, apenas logró ponerse de pie y respirar con normalidad pidió que lo llevaran con Tsuki, el dolor poco le importaba, necesitaba terminar con aquella tortura mental. Al ver a su amigo en aquella cama, sus culpas lo agobiaron, Tsukiparecía tan tranquilo, como si nada hubiese pasado, pero claramente Tadashi recordaba como lo hirió. Yamaguchi no supo cómo pudo ser tan ingenuo al creer las palabras de Irina, al principio parecía ser una muchacha gentil. Cuando Irina le ofreció hacerle una predicción aceptó con entusiasmo, pero lo que ella le dijo fue devastador, saber que en esa vida solo traería desgracias a la persona que amaba fue la primera mentira, al creer en aquellas frases se condenó y después fue fácil caer en los demás engaños. Yamaguchi solo quería evitar dañar a alguien ¿acaso por desear ayudar a los demás era un crimen?… quería que Tsuki fuera feliz y ahora podía verlo en cama, inconsciente… era patético, seguramente eso le diría el rubio al despertar y tenía razón
Aun recordaba como Irina era gentil al principio, formaron su vínculo, intentaron reconstruir un bosque entero triunfando al primer intento, era maravilloso porque forjaba vida y reparaba errores, la rubia le implantó un hechizo para que lograra hablar y escribir en francés, no sospechó nada, hasta que la propuesta de enlazar sus almas para volverse pareja llegó… eso era algo apresurado, Yamaguchi aun no superaba al amor no correspondido de Tsuki, así que se negó. El caos empezó en ese punto, la insistencia de Irina por ese asunto aumentó con cada díay Yamaguchi se veía agobiado al rechazarla. La manipulación de la rubia lo estaba afectando poco a poco, hasta que cierto día escapando de aquella plática, se encontró con el subterráneo de aquella casa, vio señales de rituales que no conocía, libros con la lengua natal de Irina, una invocación con forma de murciélagos, materiales de tortura en la época de la cacería de brujas… al ver el conjuro en uno de los libros, entendió la oscura sombra detrás de la amabilidad de Irina, intentó irse pero fue inútil… “eres fácil de engañarTadashi, un alma sin mancha como la tuya me servirá mucho… un hechicero de sangre pura… tu alma enlazada con la mía será lo que me falta, es lamentable que Tadashi tenga que matar a sus allegados para completar el ritual” aun recordaba el temor cuando se vio atado en medio de aquel lugar, el dolor cuando las marcas en su cien aparecían, después de eso un arte maligna para atar sus almas sin el ritual tradicional… aun podía sentir el aroma a carbón que Irina desprendía cuando lo besó y terminó de manipularlo, el sabor amargo y la oscuridad… no recordaba qué más de lo que hizo a partir de allí, solo conocía las cosas que los demás habían averiguado.Seguramente Irina tardó en adaptar su cuerpo y apenas lo logró, volvieron a Japón
Con paciencia, el pelinegro reunió las fuerzas necesarias, recitó el encantamiento en una lengua que desconocía pero que por alguna razón podía entender, posó su palma en la frente de Tsukishima para liberarlo de la atadura, el dolor en su pecho lo hizo sollozar… un arte oscuro y el último que usaría en su vida, eso lo juraba. Poco a poco vio al rubio despertar, sus lágrimas se desbordaron ante la emoción de verlo levantarse “lo siento, Tsuki” su pecho le dolía tanto que terminó perdiendo la consciencia, su mala experiencia había finalizado…al fin
Los días venideros…
La normalidad se recobró poco a poco, el regreso de Yamaguchi a las clases y posteriormente a las prácticas fue celebrado por todos, a pesar de que las dificultades para el pelinegro se daban, ya que el tiempo perdido en sus estudios le trajo frustración y estrés, tenía un apoyo bastante especial “te ayudaré, pero debes poner de tu parte” Tsukishima empezó a ser su tutor, el pelinegro no podía estar más feliz. Ese par había tenido una larga plática, disculpas, explicaciones, incluso Tadashi decía no recordar ciertas cosas de aquella noche, el rubio por su parte se decepcionó porque sus palabras expresando sus sentimientos no fueron escuchadas, al final volvían a su antigua amistad.
Hinata era su pequeño acosador puesto que emocionado como estaba, cuidaba de Yamaguchi verificando que no tuviera más síntomas por influencia de magia ajena, sumándole a la amplia sonrisa de Shouyodebido a que sus problemas estaban solucionados, sus padres aceptaron a Kageyama, aunque de todos modos nada hubiesen logrado hacer, los destinados deberían permanecer juntos. Cuando Kageyama se enteró de todo estaba un poco escéptico incluso después de vivir aquella noche lleno de ataques malignos, pero tomándolo con calma y con Hinata como ayuda, terminó aceptando todo el lío sobre sus hombros, además de empezar una relación formal y abierta con el más pequeño, eso les sentó bastante bien a ambos jugadores.
Tsukishima se mantuvo cada tarde poniendo al día al pelinegro, apreciando cada detalle en el rostro adornado de aquellas pecas, apreciando cada sonrisa pues en verdad sintió que lo perdía para siempre, al fin tuvo el peor miedo, no quería que se alejara y a pesar de eso no podía expresarse… ¿cómo iba a repetir esas palabras? Cuando dijo quererlo fue porque salió con naturalidad, sin pensarlo, llevado por el miedo, el momento, pero ahora que estaban en calma, no sabía cómo repetirlo una vez mas
-Tsuki, ¿te sucede algo? – vio a su amigo demasiado centrado en un libro que nunca cambiaba de página, era raro verlo fuera de este mundo
-no… ¿terminaste el ejercicio?
-si… al menos eso creo
-déjame ver – se concentró en su labor de todas las tardes, enseñar a Yamaguchi para que lograse ponerse al día, era la excusa para tenerlo cerca la mayor parte del tiempo – bien hecho… – observó la amplia sonrisa en el más pequeño y compartió esa dicha, sin pensarlo acarició los cabellos oscuros de Yamaguchi logrando que el otro se sonrojara un poco
-es porque eres buen maestro – sentía que el mundo era más amable, solían decir que después de la tormenta venia la calma… su calma tenía el iris dorado, adoraba volver a esa paz en su vida
-sigamos – evitó ver directamente la sonrisa de Tadashi, sino perdería la noción del tiempo
-Tsuki… ¿quieres ayudarme este fin de semana? –
-¿quieres estudiar más?
-no es eso, me dijeron que hay un riachuelo cerca al templo… quiero ver si mis hechizos vuelven a la normalidad – sonrió emocionado pues le gustaba salir con su amigo, poder volver a sus tareas de purificación, era la vida que amaba
-bien… no tengo nada planeado así que te acompañaré
Comprobar que volvía a controlar su magia era algo esencial, hace poco Yamaguchi logró recuperar las energías que gastó con Irina, era un mes desde aquel incidente y ahora sentía que estaba en buena forma, incluso decidió abandonar su búsqueda hasta que en verdad se sintiera capaz de evitar otro engaño. Caminaba junto a Tsuki charlando sobre las materias y el próximo partido de práctica, también mencionó a Hinata pues era la sorpresa de su generaciónya que comodestinadotenía a un mortal, el pelinegro sonreía mientras dejaba que la brisa lo golpeara, por alguna razón se sentía mucho más emocionado que en ocasiones anteriores. Llegaron al lugar y Yamaguchi empezó con su tarea, el hechizo en rima, la brillante magia que brotaba de sus manos, el cambio del agua que se aclaraba un poco más, el cansancio y la sonrisa al ver que al menos logró que las aguas sean cristalinas en totalidad
-aun no entiendo cómo funciona tu magia – mencionó Tsukishima que ahora se arriesgaba a meter los pies en aquel pequeño rio, el agua le llegaba hasta unos quince centímetros arriba de sus tobillos, no era mucho
-tampoco estoy seguro… pero mi padre suele decirme que usamos a la naturaleza y nos conectamos con la tierra
-Yamaguchi… ¿es común que un mortal sea el complemento de un mago? – mentiría si dijera que su esperanza no se avivó cuando vio a Hinata emocionado con su pareja de la realeza
-la verdad no, hemos escuchado de algunos casos en otros países, en diferentes generaciones… no estamos seguros de por qué sucede algo así
-entiendo – odiaba decir que aquel rey le daba esperanza, quizá la suerte podría llegarle también – puedes mostrarme cómo haces el vínculo
-claro, aunque no es muy complicado – ambos se pararon en medio de aquellas aguas – bueno… necesito que te quites la camiseta – sus mejillas se tornaron un poco rojas al notar lo que acababa de mencionar
-¿es necesario? – a pesar de su inexpresividad, el rubio levantó una ceja… no creyó que así sería el proceso
-así nos aseguramos en canalizar nuestra magia directamente… pero como es un ejemplo supongo que no es necesario – al fin se daba cuenta de su error y hablaba con rapidez excusándose, estaba nervioso
-¿eso hacías con todos?
-si – admitió avergonzado, ahora que lo pensaba no era algo que dos desconocidos harían normalmente – lo demás… recitamos el hechizo y nos abrazamos, la magia fluye por nuestros cuerpos y se crea un vínculo, la magia del uno llama a la magia del otro – explicó Tadashi con detalle mientras gestualizaba con sus manos, estaba nervioso al notar la mirada dorada sobre sí
-¿qué se siente? – tenia curiosidad, dejaría a un lado sus celos por el momento
-es algo raro… porque por un instante puedes sentir como si tus latidos se sincronizan con la otra persona–
-¿lo intentarías conmigo? Quisiera saber cómo es
-la verdad no creo que funcione Tsuki, pero lo haré – con un poco de vergüenza se acercó al más alto – ¿puedo? – preguntó admirando la leve sonrisa de su compañero
-sigue – era agradable ver la vergüenza de Yamaguchi reflejada en el rojizo tono de las mejillas, se veía… lindo
-respira hondo – se concentraba e ignoraba el calor en sus mejillas y el latir desbocado de su corazón, necesitaba calmarse –aquí ofrezco mi magia, con humildad pido la tuya… combinemos nuestra fuerza nata y causemos que nuestroscorazones se unan – dejó que sus manos reunieran una pequeña porción de su magia, controló su respiración, se abrazó al cuello del más alto con nerviosismo y al tocar la piel de Tsuki…
-el agua – susurró el rubio al ver que a su alrededor el líquido empezaba a agitarse hasta que algunas gotas ascendían como si flotaran en el aire…. Y en verdad estaban flotando ¡que rayos!
-Tsuki – sintió un calor extraño en sus manos, al ver como el agua flotaba se separó de inmediato – no puede ser – susurró alejándose dos pasos yel agua volvió a caer, su respiración se irregularizó puesto que al sincronizarse con el corazón de Tsuki…. Tsuki¿estaba nervioso?
-creo que sentí electricidad en mi piel – admiró sus manos y todavía sentía el cosquilleo, además esa extraña reacción, la sorpresa en el más pequeño – ¿qué sucede?
-tsuki… tsuki, tsuki… ¡no pude ser cierto! ¡Esto lo confirma! Tsuki… yo… bueno yo… ¡no puedo creerlo! – ni siquiera podía decirlo en voz alta, esa reacción nunca lo vio con nadie, además sus corazones se sincronizaron, todo era un lío, su cuerpo hormigueaba y… – tsuki… es verdad, lo del agua, lo del rio… ¡oh mi cielo!, nunca… yo…
-… - fastidiado por las palabras sin sentido que no le brindaban la explicación que necesitaba trató de callarlo, lo sujetó del brazo pero ni así Yamaguchi dejó de decir cosas sin sentido – Yamaguchi… – advirtió pero el otro solo se reía nerviosamente, movía sus manos erráticamente y el rubio decidió callarlo – ¡Yamaguchi! – tomó ese rostro con ambas manos, conectó sus miradas y juntó sus labios en un suave contacto, le dio un beso dulce, solo unos segundos pero se embriagó con el dulce aroma que percibió, esos suaves labios… – cállate, Yamaguchi – susurró sin separarse mucho, mientras volvía a besarlo con suavidad
-Tsuki… – se quedó estático al sentir como los labios contrarios se movían sobre los suyos ¿estaba soñando? Se aferró al pecho del más alto cerrando sus ojos, era algo irreal y aun así pedía al cielo que no terminara – eres mi…
-te quiero – susurró mientras envolvía su brazo en la cintura del menor, su mano libre se deslizó por el cabello negro completando el abrazo – Yamaguchi – al final simplemente lo dijo, sería la segunda vez que se confesara y como en la anterior, no lo pensó mucho
-eres mi destinado – sonrió Tadashi mientras sentía el calor en sus mejillas, correspondió el abrazo con emoción, escuchó aquellas palabras… podía morirse de felicidad pero quería vivir el momento y un futuro
-¿a qué te refieres?
-también te quiero,Tsuki – se aferró al cuello ajeno siendo él quien empezara un beso, podía sentir el cosquilleo en su piel, la emoción en su alma… era simplemente perfecto – eres mi destinado, la persona que amo y con la persona con quien…
-silencio – fue amable mientras lo callaba con sus propios labios, no quería escuchar más palabras, lo único que sabía era que aquel muchacho le correspondía
Volverse pareja fue sencillo, ¿por qué? Porque ya se amaban, solo que ahora lo declararon abiertamente, la magia los llegó a unir totalmente. Una mala persona llegó a tratar de romper el lazo creado, pero terminó fortaleciéndolo más y cubriendo la última grieta que los separaba… solo faltaba unir sus almas y eso era el secreto mejor guardado entre los hechiceros puesto que la respuesta llegaba sola, como una brisa que revelaba las instrucciones
Un final feliz…
¿Continuará? …