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La Profesora de Matemática por AdaanaCalafell

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fanfic, espero que les guste.

Lo sé, soy un asco haciendo resúmenes.

Notas del capitulo:

Bueno, este es mi primer fanfic, el primogénito. No soy muy buena escribiendo, espero que les guste.

Aquí vamos con el primer cap. Como verán es bastante corto, sepan disculpar.

Estaba durmiendo plácidamente, descansando del nefasto y agotador día que había sido el de ayer, cuando, de repente… ¡Pipip Pipip Pipip Pipip! ¡Pipip Pipip Pipip Pipip!

- ¡Puto despertador! – lo apago, me doy vuelta y me digno a continuar con mi tan preciado descanso, y lo hubiera conseguido si no fuera por la exaltada voz de mi madre.

- ¡Aylén despertate!, ¡ya son las siete de la mañana!, ¡tenés que ir a la escuela!-

¿Escuela?, cierto, tengo que ir. Porque si no asisto voy a terminar siendo una analfabeta drogadicta y alcohólica que pasará el resto de sus días vagando por las calles rogando por dinero, o al menos, eso me había dicho mi padre días atrás, tan simpático él.

Comienzo a despegarme de las sábanas, me levanto entre gruñidos, tomo la indumentaria que llevaré puesta el día de hoy y me dirijo al baño a un paso extremadamente lento, tengo los ojos cerrados, casi en su totalidad, ¡no veo nada!, si logré llegar a mi destino fue por el mero hecho de conocer el camino de memoria, cierro la puerta detrás de mí, me refriego los ojos con el dorso de mis manos y me observo al espejo, ¡soy un asco, parezco un zombi! , mi cabello se encuentra todo alborotado, ¡ni mis dedos puedo hacer pasar!, tengo unas ojeras impresionantes, ¡eso me pasa por leer fanfics hasta altas horas de la noche!, y mis ojos, ¡oh por Dios, mis ojos!, los tengo rojos, me arden, ¡malditos fanfics!, ¡¿por qué tienen que ser tan endemoniadamente adictivos?!

Comienzo a vestirme, me pongo unos jeans, zapatillas de lona, una remera de algodón, y sobre esta, una campera del mismo material, mmm, estoy normal, así me visto por lo general. Inicio con el cepillado de mis dientes, me lavo la cara y doy por proclamada la guerra con mi pelo azabache. Luego de diez minutos batallando con mi cabello, intentando apaciguarlo escucho que mi mamá golpea con brusquedad la puerta.

- ¿Hija y?, ¡hace media hora que estás ahí metida! – de inmediato mi rostro expresa una total mueca de fastidio.

- ¡Ya salgo ma! - ¡Ah!, a veces mi madre puede llegar a ser insoportable.

Mojo mi pelo con agua para aplastarlo un poco y me digno a salir del baño. Doy una última mirada fugaz al espejo, me gusta lo que veo, y salgo.

- Pero hija, ¿por qué estás tan fea hoy?- interroga mi madre con una expresión de completo asombro.

- Gracias ma, haz hecho que mi autoestima suba altamente a niveles nunca antes alcanzados – como siempre mi mamá subiéndome el ánimo y la confianza en mí misma.

- Perdón hija, no fue mi intención, vos ya sabés que por dentro sos hermosa – Gracias mamá (sarcasmo) – Acá tenés tu té cariño – me alcanza una taza marrón, la tomo, le echo azúcar y comienzo a beber.

Todo marchaba bien, yo saboreaba un dulce té de orégano, mi mamá se dedicaba a tomar sus amargos mates, comíamos unas crujientes tortas fritas con miel, mientras que mirábamos las noticias que deban a la mañana temprano. Era la calma antes de la tormenta, porque de inmediato un llanto desconsolado comenzó a escucharse, ¡Argh, mi hermanito!, ¡siempre arruinando todo! Mi mamá bufó y se fue a buscarlo a la habitación, mi hermanito es hermoso cuando está durmiendo, pero cuando sus parpados se abren y sus ojitos ven la luz se transforma en un asqueroso reptil mitad murciélago, en una máquina de defecar y vomitar sin parar, no entiendo como esa criatura puede llegar a ser mi hermano.

- ¡Hija mirá la hora qué es!, teneme a  Ezequiel así pongo en marcha el auto. – mi mamá me entregó a mi pequeño hermano y se fue por la puerta, yo solo mire la hora en mi celular, ¡sí que era tarde!, faltan once minutos para las ocho, y tardamos diez minutos para llegar a la escuela, así que agarré mi mochila, le coloqué una campera a la criatura horripilante que tengo de hermano, apagué las luces, cerré la puerta de mi casa con llave y me fui al auto. Puse a mi hermanito en la sillita para bebés del asiento de atrás y me senté en el lugar del copiloto.

- Mamá apurate, voy a llegar tarde –

- ¡No es mi problema, es tu obligación preocuparte por la escuela! A mí no me vas a apurar jovencita –  ¡Uff! ¡No quiero llegar tarde! ¡Mamá por lo que más quieras, apurate!

Después de unos largos diez  minutos por fin llegamos a la entrada del secundario y escucho el timbre sonar con brusquedad dando inicio a la jornada lectiva, ¡mierda llego tarde! me bajé a toda velocidad,  azoté la puerta del vehículo con fuerza  y me dediqué a correr hacia la entrada, en el camino llegué a escuchar los quejos de mi madre por el azote, pero no le di importancia y empujé la gran puerta de hierro y vidrio que daba paso hacia el interior del establecimiento, ¡bienvenido al infierno!.

Ya todos habían ingresados a sus respectivos salones, definitivamente ¡llegué tarde! Me fui hasta mi aula “5° A”, tomé el picaporte y lo giré, para mi suerte el profesor aún no había llegado, ¡gracias a Dios!, me tuve que sentar en el primer banco, era el único desocupado, una de las desventajas de llegar tarde es que solo quedan lugares delante de todo.  Los lunes en el primer bloque tenemos Matemática, ¡como odio esa materia!, siempre me cuesta comprenderla y lo peor es el profesor, ese viejo gordo es la escoria en persona, te humilla, ¡te maltrata psicológicamente!, y ni hablar de su olor, desprende un aroma repugnante, ¡lo odio, es el diablo de este infierno de institución!

- Chicos hagan silencio, voy a tomar asistencia- irrumpe el preceptor, saca una hoja que tenía bajo el brazo y comienza a pasar lista. Va nombrando alfabéticamente y yo espero mi turno para poder alzar mi mano y decir “Presente”.

De pronto, por la puerta entra una mujer, perdón, no es “una mujer”, es “LA mujer”, o mejor dicho “MI mujer”, ¡es la mujer más bella que eh visto en toda mi existencia!, ingresa al aula así como en cámara lenta, ¡es hermosa!, su cabello castaño cae sobre sus hombros, sus cejas son finas y delineadas, tiene una nariz respingada, perfectamente moldeada, sus ojos parecen de color café, ¡que bellos!, sus labios son rosados y carnosos ¡cómo me gustaría besarlos y acariciarlos! Y su cuerpo, ¡por Dios su cuerpo! Parece tallado a mano por los mismísimos ángeles, como me gustaría recorrer cada rincón de su ser, un momento, esperen, se está sacando el bolso que tiene cruzado, se le enganchó apenas un poco el pelo, deja a la vista su cuello, ¡oh su cuello es precioso! ¡Quiero morderlo ahora mismo, quiero besarlo!, ¡quiero hacerla mía!

- ¿¡Zein, Aylén!?

- ¿Eh?

- Estoy tomando asistencia, tenés que decir presente-

- Ah, sí, sí, presente- ¡puto preceptor!, me sacó de mis pensamientos con Mi mujer, por cierto ¿quién es ella?

- Bueno, solo faltaron tres alumnos. No sé si estaban al tanto, pero lamentablemente el profesor de Matemática tuvo un accidente y se lesionó el brazo derecho- ¡se lo merecía por puto! – Así que van a tener profesora suplente- ¡oh sí! Con que Mi mujer será mi profesora, ya me empieza a gustar esta materia.

El preceptor se retira del aula y Mi mujer se posiciona al centro de esta, ¡qué hermosa que es!, lleva una camisa a cuadros color fucsia, unos pantalones ajustados y zapatos negros, ¡en este momento sería capaz de abalanzarme sobre ella y hacerla mía ahí mismo!, está bien, debo relajarme, inhalo y exhalo, uff, es hermosa.

- Hola chicos, mi nombre es Beatriz Gómez y seré su profesora de Matemática hasta que el profesor titular se recupere de su lesión- ¡por mi podés seguir siendo mi profesora todo el tiempo que desees!- Si alguno tiene preguntas o dudas que consultarme, adelante, soy todo oídos, si no las hay empezaré con la clase-¡haz lo que quieras preciosa! Yo tengo una duda, ¿te gustan las chicas?

-¿Avisará con anticipación las fechas de las evaluaciones? - ¡¿A quién le importa eso?!, maldito nerd, siempre preguntando por los exámenes, ¿cómo podés pensar en pruebas cuando tenés a tremendo bombón delante de tus ojos?, yo la miro y se me olvida el universo entero.

- Buena pregunta, por lo general suelo avisar con una semana de anticipación como mínimo, así que no tienen de que preocuparse- por lo único que yo me preocupo es por tu bienestar preciosa- Si no hay más preguntas comenzaré con la clase. Por lo que pude ver ya habían comenzado a ver los Sistemas de Medición para los ángulos y alcanzaron a ver el Sistema Sexagesimal, así que continuaremos con el Centesimal- ¿con el qué?- ¿Alguien sabe cuál es la unidad de este Sistema?- “Crik Crik Crik Crik” (nadie responde)- Bueno, no importa si no lo saben, lo veremos ahora- en ese momento Mi mujer se da la vuelta para poder explicar en el pizarrón, es la primera vez desde que llegó que la veo de atrás, ¡oh mi Dios!, una profesora no debería de tener permitido usar prendas tan ajustadas, ¡no dejaba nada a la imaginación!, ¡pero qué mujer!, yo no podía apartar la vista de sus largas piernas y su terso trasero respingado.

- ¡Che! ¿Estás ahí? ¡Hola, hola! - ¿qué?, ¿mi mujer me está hablando a mí?, ¡sí!, me está hablando y agita su manos en frente de mis ojos.

- ¿Eh?... ¿sí?, ¿Qué pasa?

- ¿Cuál es tu nombre? - ¡Por Dios!, su voz es tan aterciopelada, siento que acaricia mis oídos.

- ¿Qué?, eh… si, mi nombre es, ¿eh?... ¡AYLÉN!- pero seré pendeja, me olvido de mi nombre, y cuando lo recuerdo, ¡lo grito!, pero que estúpida, de seguro Mi mujer piensa que soy una imbécil, ¡un momento!, ¡logré sacarle una risita!, ¡oh mi Dios!, es la risa más hermosa que eh tenido la oportunidad de escuchar, ¡hasta logré verle un pequeño sonrojo!, ¡YO PROVOQUÉ ESO!, siento que estoy en las nubes, qué bello es el amor.

- Aylén, ¿me harías el favor de traerme tizas de preceptoría? - ¡pero por supuesto  que sí!, haría todo por vos preciosa, ¡TODO!, movería cielo y tierra solo por vos cariño, te rescataría de la torre más alta del castillo más peligroso, te resguardaría en mis brazos protegiéndote de todo ser, te llevaría hasta mi casa y te depositaria suavemente sobre mi cama para luego hincarme sobre vos y hacerte mía con toda la delicadeza posible para que lo único que sientas sea pación y amor en su máxima expresión.- Aylén, hoy necesito las tizas- ¿eh?, ¡ah, sí!, ¡las tizas!, cierto, me había olvidado, es que con tan solo mirarla me pierdo en esos bellos ojos cafés.

-Sí, ya voy- me levanto de mi asiento y me dirijo a preceptoría, allí están todos los preceptores de todos los cursos tomando mates, comiendo facturas y bizcochitos, charlando entre sí, pasándose chismes los unos con los otros, ¡manga de vagos!. Entro con toda la agilidad propia de un felino, tomo un par de tizas y me afano un bizcocho de grasa sin que se dieran cuenta, ¡jajaja, putos! Salgo casi corriendo, me acabo el bizcochito antes de entrar al aula, e ingreso con mi rostro de superioridad, que se torna rojo al percatarme que Mi mujer me esperaba con una amplia sonrisa, ¡pero qué bellos dientes!, me acerco a ella y le entrego las tizas, por la cercanía de nuestros cuerpos pude notar que su perfecta nariz se encuentra adornada por unas delicadas pecas naranjas. ¡Se ve tan tierna!, además ¡no lleva anillo de compromiso!, ¡siiii!, eso es una muy buena señal. Sin querer, casi por accidente, al pasarle las tizas nuestras manos hicieron contacto, y no fue una simple chispita la que sentí, ¡fue una descarga de 1.500 voltios la que recorrió cada rincón de mi ser!, ¡oh cielos!, quede totalmente petrificada de la impresión.

-Ya podés volver a tu asiento Aylén- sin darme cuenta quedé paralizada al frente de todos.

- ¿Eh? … ¡ah!, si, si – salí de mi trance y me fui a mi lugar, el curso entero estallo en risas, pero a mí no me importó, mis ojos y oídos ahora le pertenecen solo a ella y más cuando de sus labios se escapa esa preciosa risita que infla mi corazón y tiñe mis mejillas de rojo, ¿puede una persona tener una risa tan bella?, sí que puede, ella es la prueba, ¡ELLA ES LA BELLEZA EN PERSONA!

La clase continuó, y yo no paré de mirarla, presté atención a cada una de sus palabras y aprendí que la unidad de medida del Sistema Centesimal es el Grado Centesimal (1G), que se obtiene al dividir el ángulo recto en 100 partes iguales, y que sus submúltiplos son el Minuto Centesimal (1M) y el Segundo Centesimal (1S), ¡jajaja!, ni yo puedo creer que me aprendiera eso con tan solo prestar atención, ¡las barbaridades que puede llegar a hacer el amor!. Lamentablemente y para mi mala suerte el timbre sonó, dando fin al primer bloque, Mi mujer se retiró del aula, pero antes de cruzar el marco de la puerta, giró su cabeza y me dedicó una sonrisa, ¡por los cielos!, cada vello de mi cuerpo se erizó, mi corazón comenzó a latir a un ritmo extremadamente acelerado y mis labios no lograron contener el pequeño gemido que logró escaparse, ¡esta mujer no va a para hasta provocarme un orgasmo! Luego de que se valla, el preceptor entra y nos da el permiso para retirarnos a nuestro merecido recreo, por primera vez, en todos estos agobiantes y perturbadores años de educación, decido quedarme en mi salón, eso es raro, suelo ser una de las primeras personas en salir del aula, pero quería quedarme para reflexionar, en estos 15 minutos que tenemos de receso, lo sucedido anteriormente. Nunca me había pasado algo así, nunca me había enamorado de una mujer, si bien yo ya sabía de hace tiempo que siento cierta atracción hacia mí mismo sexo, jamás de los jamases había logrado enamorarme de tal forma como lo había hecho hoy, ¡por Dios, no puedo dejar de pensar en Mi mujer!, ¿ella sentirá lo mismo?, no creo, yo soy algo fea, ¡pero me dedicó una sonrisa antes de irse!, quizás no fue para mí, ¿será lesbiana? ¡Argh espero que sí!, ¿Cómo era su nombre?... ¿eh?...creo que era… ¡Beatriz Gómez!, ¡sí!, la buscaré en el face cuando llegue a casa.

¡Riiiiiiiin Riiiiiiiin Riiiiiiiin!

¡¿El timbre?!, ¿ya, tan pronto?, no puede ser, ya comenzamos con el segundo bloque, ¿qué materia nos toca ahora?, ¡ah, sí!, nos toca con la vieja gárgola de Lengua, ¡mierda, tenía tarea!, bue, ya no importa, en este momento solo pienso en Mi mujer, ¡pero qué linda que es!.

Pasé toda la mañana pensando en mi profesora de Matemática, me llevé un par de gritos, enojos y un que otro castigo de parte de la vieja de Lengua y el profesor de Inglés (con el que teníamos en el último bloque), pero me vale mierda todo eso, estoy tan feliz, sentirme así es fantástico, gracias a Dios y la Virgen que mañana volvemos a tener Matemática, ¡ya no puedo esperar para volver a ver al amor de mi vida!, ¡a Mi mujer!.

Notas finales:

Bueno, como ya les dije, este cap. es muy corto y no sucede nada importante, Ya veremos si hay algo interesante en los próximos cap.


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