Ikki se encontraba en el bar mirando a la nada, sintiéndose irritado por lo que había pasado el fin de semana con su padre y para evitar que se peleara, por el humor que tenía, un castaño lo acompaño y permaneció a su lado sin decir nada, solo lo veía dándole su espacio para que no se enojara y así pudiera sentirse más cómodo para que le hablara del motivo de su terrible humor, mucho peor que en otros días. El peli azul noto la mirada puesta en él y al voltear a ver al dueño de esta sonrió cálidamente, como pocas veces asía.
−Si sigues viéndome de esa forma, terminaras enamorándote de mí –le dijo en tono provocativo sin borrar su sonrisa−, además de que tendrás que vértelas con Shaka y no creo que te convenga.
Los dos comenzaron a reír deshaciéndose del molesto y asfixiante ambiente que momentos antes, se habían apoderado del lugar.
−Vaya si es así, entonces tendría que cambiar de país –le contesto Aioros siguiéndole el juego−. Vamos Ikki terminemos con nuestras cervezas para ir a casa –hablo una vez que paro de reír.
Cuando Ikki escucho “ir a casa” sintió una opresión que casi le corta la respiración, pero logro hacer que pasara desapercibido para no preocupar a su amigo.
−Está bien Aioros, pero antes quiero darte las gracias por tu paciencia –soltó sorprendiendo al otro−, por estar aquí conmigo –continuo−, por ser un gran amigo.
−Ahora que estas más calmado, ¿Me contaras que te está pasando? –pregunto apenas salió de su trance por las palabras de su amigo.
Ikki suspiro con resignación, después de todo le debía una explicación por haberlo arrastrado hasta ese bar para tomar.
−Lo que pasa es que tenemos problemas con el hermano de tu cuñado –le dijo con pesar.
El castaño no vio venir esa respuesta y por unos segundos permaneció en silencio, hasta que una sola palabra, más bien un nombre, salió de sus labios.
−Hades.
−Sí, Hades Omori –aclaro−, le debemos alrededor de un millón de dólares −agrego apretando los puños.
− ¿Qué? –soltó con asombro.
Ikki no dijo nada y solo pago por lo que ambos habían tomado y se levantó de su lugar dispuesto a marcharse. Aioros iba a quejarse pero Ikki lo interrumpió.
−Tranquilo, yo invito esta vez.
−Está bien, entonces vámonos –respondió dándole una palmada en el hombro.
Los dos salieron del bar y caminaron rumbo al estacionamiento donde habían dejado sus autos. En el trayecto Aioros se cuestionaba el decir algo más con referencia al tema y al último decidió hacerlo.
−Siento lo que está pasando con tu familia –le dijo con pena ya que él sabía que no se podía jugar con ningún miembro de la familia Omori.
En eso recordó lo que había pasado con su hermano Aioria un año atrás; por el vicio que tenía por los juego, al igual que su padre Tenma quien ya había fallecido, casi los había llevado a la ruina y después de todo alguien tuvo que pagar las consecuencias, siendo este su hermano más chico, Seiya. Ikki noto el semblante de Aioros y bufo molesto consigo mismo por tocar ese tema, ya que le había recordado a esa familia, quienes también habían sido sus verdugos y su propia familia estaba pasando por algo similar.
−Bueno Aioros, nos vemos mañana –dijo Ikki un poco serio y haciendo un movimiento con su mano, se subió a su auto viendo como su amigo subía al propio y así cada uno se fue por su lado.
Mientras tanto un peliverde no podía creer lo que acababa de pasar, lo que había visto lo dejo shockeado y por más que trataba de quitarse esas imágenes de la mente, no podía, pero aun con todo eso, seguía con el pensamiento de cobrarle a Hades la humillación que le había hecho pasar ya que su orgullo podía llegar a ser igual al de su hermano o incluso peor.
Por su parte Hades, ya más calmado se quedó viendo a Shun y se puso a pensar varias cosas y todas eran con referencia asía el menor quien aún los miraba asombrado pero a la vez indignado; estaba tan sumido en sus pensamientos que no se daba cuenta de la mirada que su acompañante tenia; este tenía una mirada seria y su cara estaba algo roja, pero no por la vergüenza sino por la ira de haber ido interrumpido de esa forma.
¿Quién se cree ese niño para meterse así como si fuera su oficina?
Se preguntaba molesto y el ver que Hades no despegaba la vista de donde estaba aquel chico, lo molestaba y en eso vio que el más alto tenía un brillo especial en sus ojos, un brillo que nunca antes le había visto y lo único que acertó a hacer fue ver al culpable de su cambio de humor, con odio. Shun empezó a sentir que el ambiente se había tornado un tanto incómodo y más al percibir la insistente mirada del peli naranja, sobre él; esa mirada lo desconcertaba y la duda del porque lo veía así, lo asalto pero no era lo único que abarcaba sus pensamientos, puesto que tener a Hades frente a él, desnudo, lo dejaba sin aliento y eso lo hacía sentir como un idiota.
La incomodidad que sentía al ser el objeto de atención de ambos adultos, se reflejaba en como trataba inultamente de desviar su mirada; no sabía qué hacer, si se iba parecería un niño corriendo avergonzado de ver semejante espectáculo y si se quedaba, seguiría sintiendo esa incomodidad, realmente no sabía qué hacer y más porque Hades lo miraba de una forma extraña, de una forma que no podía descifrar por más que quería hacerlo. Hades por su parte, ya se había cansado del incomodo silencio así que hizo lo primero que se le vino a la mente; le extendió la mano a Shun y dijo.
−Ven, no te quedes ahí parado –sonrió con malicia−. Ven únetenos.
Se levantó y sin importarle estar desnudo, se fue acercando al chico quien fue retrocediendo sintiendo su cuerpo temblar de rabia. Estaba más que molesto por el poco pudor que aquel imponente hombre tenía y por tal proposición, pero más que proposición era una orden y eso fue lo que lo enfureció.
− ¿Realmente no piensas vestirte? ¿Y que fue eso de unírmeles? –exclamo sintiendo que su sangre corría mas rápido por sus venas.
− ¿Y para que quieres que me vista? Si para lo que aremos no se necesita ropa –dijo con malicia sin detener su andar.
−Eres de lo peor –rugió sintiendo como su espalda tocaba la fría pared.
Hades noto que Shun realmente estaba molesto y a la vez estaba avergonzado así que decidió continuar con sus insinuaciones para ver hasta qué punto aguantaría y caería ante él. Cuando estuvo frente a él, tomo una de sus manos y aunque el otro se reusara, lo obligo a tocar su hombría la cual estaba palpitante por los pensamientos que el pelinegro tenia; cuando sintió la tibia mano sobre su miembro, no pudo evitar soltar un gemido de satisfacción.
−Solo mira como me pones –dijo lascivamente.
Shun sentía como su cara estaba tan roja que incluso le ardía, pero no solo estaba así por la vergüenza sino que realmente, aquel hombre, estaba logrando enfurecerlo con tales acciones tan vulgares así que decidió darle un escarmiento por obligarlo a tocarlo. Aun con el rostro sonrojado y con el asombro, hizo algo que ni Hades se esperaba y eso fue lo que hizo de su pequeña revancha, algo placentero.
Shun había apretado el miembro de Hades, fuertemente haciendo que este sintiera un escalofrió, pero no de placer y robándole un gruñido de molestia. La mirada desafiante del menor, junto a su sonrisa de triunfo, molestaron a Hades.
−Suéltame –dijo el peli verde tratando de ocultar su ansiedad.
Hades no se sentía para nada satisfecho, pero se las cobraría, así que sin soltar su mano, lo obligo a moverla de arriba abajo para sentir placer, aunque dado a su insistencia recibió varios apretones al igual que el primero, aun así continuo con los movimientos. El más bajo se sentía indignado por ser obligado a hacer tal cosa pero aunque quisiera negarlo, su cuerpo se estaba calentando, eso le molestaba, realmente le molestaba y por eso buscaba alguna forma de salir de aquella situación lo más rápido posible.
−Me gustas mucho mi ángel –dijo el mayor muy cerca de los labios de Shun y antes de que este pudiera replicar, lo beso.
El beso no fue rudo, al contrario, era delicado y lento, lo cual dejaba que ambos saborearan el sabor de los labios contrarios y aunque Shun intentaba inútilmente luchar para separarse, no pudo pero tampoco cedía. No lo aria aunque su cuerpo temblara, aunque su mente quisiera sucumbir y responder aquella caricia, no cedería.
− ¡Basta! –grito Mime quien había sido espectador de todo lo que los otros dos habían hecho sin importarle que él estuviera ahí−. ¿No te cansas de humillarme? –pregunto con lágrimas en los ojos.
El grito había hecho que se separaran y eso molesto a Hades ya que realmente estaba disfrutando el besar al peliverde.
− ¿Por qué me haces esto? –continuo con la voz quebrada−. ¿Ese mocoso es tu nuevo amante? ¿Tu nuevo juguete? –interrogo enojado y por ende, levantando la voz.
−Cállate –ordeno el mayor con seriedad pero sin gritar.
El de mirada jade, fue asía donde estaba su ropa y empezó a vestirse ante la atenta mirada de los otros dos chicos, pero en su mirada se reflejaban cosas distintas. En la de Mime se reflejaba ira y tristeza, mientras que en la de Shun se podía distinguir la confusión.
Una vez que se terminó de vestir, camino quedando frente a Shun quien levanto la mirada sin saber qué hacer, solo tenía en claro que debía irse pero las ganas de saber quién era aquel chico que lo miraba con odio, eran más fuertes y por eso se quedó. Hades al verlo tan confundido, le dio una caricia en la mejilla asiendo que lo viera directamente a los ojos, los cuales tenían un brillo extraño que hizo estremecer al más pequeño.
−Tu, mocoso ni creas que dejare que te quedes con Hades –gruño el peli naranja con tono amenazante.
−Cuidado con tus palabra Mime –interrumpió Hades con un tono de voz que denotaba su ira−. Si le tocas un solo cabello, te vas a arrepentir de haberlo hecho.
−No tienes por qué defenderme –sigo Shun con molestia por ser subestimado de esa forma−, se cómo defenderme solo –aclaro y después dirigió su mirada al otro chico−. Y tu Mime, si ese es tu nombre, te aclaro que yo no quiero quedarme con Hades. Por mi puedes quedártelo y revolcarse las veces que les plazca.
A pesar de saber su nombre, Shun se sentía un más curioso, ya que suponía que Mime y Hades mantenía una relación, por el comentario de Julián y por lo que había sido testigo, ¿Entonces porque Hades lo trataba como si fuera su enemigo? Esa pregunta rondaba su cabeza pero decidió no inmiscuir más en el asunto.
Sin decir una palabra más, salió del despacho molesto porque Mime lo considerara su competencia; el que lo vieran como futuro amante de Hades lo molestaba de sobremanera pero no era que estuviera molesto directamente con aquel chico, solo le había molestado su comentario y su actitud pero en el fondo sentía pena por él, por andar detrás de alguien como lo era Hades. Con esto que acababa de ver, se había dado cuenta que Hades no era de los que tomaran enserio una relación, simplemente los veía como si fueran juguetes y una vez que se había aburrido, los botaba como lo había hecho con Mime, ya que era claro que al engañarlo, daba a entender que se había aburrido y que lo desechaba o quizá nunca tomaba la relación que tenía con alguien como una relación de amantes o pareja.
− ¿Y a ti que te importa si ese tipo toma enserio una relación? –se reprendió en voz alta−. Después de todo es su vida y quien saldrá herido son aquellos que caigan en sus redes.
Aunque sabía eso y sabía que estaba furioso con el pelinegro, una pequeña parte de él había disfrutado del beso e inconscientemente llevo una de sus manos a sus labios recordando aquel contactos que había sido muy diferente de los demás y eso lo inquieto. Sin querer seguir pensando en eso, decidió ponerse a pensar que era lo que aria para desquitarse de Hades, porque aun con todo, planeaba cobrárselas.