Los ángeles no son ni benevolentes y malévolos, por lo que se apegan a la ley de dar y recibir. Por lo que si algo entra a la vida de quien benefician, otra debe salir.
En el caso de traer una persona a su vida, otra debe salir, ya sea distanciarse de modo natural, un viaje inesperado, y en algunos casos llega a la muerte, pero estos son los más raros
takano seguía en la biblioteca, habían pasado como 30 minutos desde el toque de la salida, pero no quería dirigirse al hospital. ¿Sería él aquel que los ángeles se llevaran? podía ser que sí. Su madre no le había dado muchos detalles por lo que no sabía su estado... tal vez no era tan grave, tal vez sí.
Decidió que ya era hora de enfrentar todo ese enredo, pero había comenzado a llover "las cosas no pueden ir peor" pensaba el azabache. llegó a la puerta de la universidad, y ahí estaba ritsu ¿acaso lo estaba esperando? eso lo alegraría sin duda, aunque no le gustara admitirlo por el hecho de ser un hombre quién le hacía sentir así, pero su cabeza no lograba pensar mucho y se entregó a ese cálido sentimiento sin confirmar su sospecha todavía.
- ¡takano san! te estaba esperando - sospecha confirmada, además tenía un paraguas en la mano.
- hola ritsu, ¿pasa algo?
- es que pasé por la biblioteca antes de irme - "ni siquiera lo noté" - y te vi algo triste, fui rápido a mi casa y volví, además parece que va a llover, así que te traje esto - sacó otro paraguas del bolso que llevaba, a pesar de las circunstancias la mente de takano solo se concentraba en el joven, en lo feliz que era con sus pequeños detalles.
- gracias, la verdad ha sido un día largo
- takano san, yo... - su rostro se ponía cada vez más rojo - si tienes algún problema, puedes contar conmigo, adiós - como alma que lleva al diablo salió corriendo de ese lugar, "me pone feliz saber que yo causo ese sentimiento en él”.
"llego al hospital y veo a mi mamá, está llorando, supongo que pasó lo que tenía que pasar, me acerco y ella se da cuenta. Nos entendemos solo con la mirada y nos abrazamos. Nunca antes habíamos tenido esta complicidad, pero en este minuto la necesitábamos, por muy falsa y teatral quesea”.
“nos separamos y mi mamá me ofrece ir a dormir a su casa, pero la verdad no tengo ánimos para eso, quiero ir a mi casa y dormir. Aunque la relación con mi padre no haya sido la más cercana, ni mucho menos la más cálida, uno no puede evitar sentirse vacío, ¿esto es porque llegó ritsu? ¿Qué será él en mi vida?”
“Llego a mi casa, estoy seco gracias al paraguas de ritsu, decido mandarle un mensaje”
Gracias por el paraguas
Pasan unos segundos y llega la respuesta
No hay de qué, ¿hay algo más que necesites?
Tal vez fue por un momento de debilidad, normalmente uno llamaría a sus amigos más cercanos, pero quiero estar con él yo…
Por favor ven – “fue lo último que escribí antes de romper en llanto”
Voy – fue lo último del día después de la dirección n del azabache,
Takano se encontraba solo, con la única compañía de su conciencia y el tic tac del reloj que le recordaba que faltaba cada vez menos para volver a ver al castañio ¿Por qué siento que necesito verlo, estar a su lado y que nunca me abandone, y yo tampoco a él?... "te enamoraste" respondía su conciencia "no podría enamorarme de un hombre" "ya lo hiciste" "eso puede ser verdad" "confiésate " "tampoco te emociones, estoy recién analizando esto... no es tan fácil" "no lo hagas más difícil de lo que es, es muy simple, solo ve y...
El timbre sonó interrumpiendo la conversación interna de takano, el tiempo pasa rápido cuando uno no se da cuenta. Fue a abrir la puerta y ahí estaba el castaño, sin previo aviso lo abrazó, y se sintió infinitamente mejor cuando este correspondió el abrazo, mucho mejor que cuando su mamá le abrazo, al fin y al cabo en ese no existía conexión.
- takano san, aquí nos vamos a enfermar, entremos – takano se corrió unos pasos para dejar entrar al castaño a su hogar, luego cerró la puerta tras de sí, era increíble como esos minutos de lejanía ya le agobiaban un poco. El chico de los ojos verdes no decía nada, suponía que takano debía empezar.
- perdón por llamarte a esta hora
- está bien, si me necesitas, estaré contigo – me mostró nuevamente esa mirada llena de dulzura
- mañana no creo ir a clases. – “supongo que ritsu no quiere preguntar que me pasó, supongo que se me notan los ojos hinchados y rojos por el llanto – ritsu , yo te llame porque…
- takano san, no te fuerzas a decirme algo que no quieres
- quiero decirte, hoy… mi papá tuvo un accidente y m… - no alcanzó a terminar su frase ya que el castaño se abalanzó a abrazarlo, así se quedaron los dos sentados en el sillón, el corazón de takano no podía más, tristeza por un lado, alegría por el otro, su cuerpo solo reaccionaba a corresponder el abrazo y a llorar.
Pasaron las horas y takano logró calmarse un poco, convenció a ritsu de quedarse a dormir, de ese modo se durmieron en los futones, uno al lado del otro, nerviosos por la presencia del otro, conscientes de sus sentimientos y profundamente cansados.
Recién llego a una nueva cede, un lugar donde cambiaré mi vida… onodera ritsu--- no aprendiste nada de tu último noviazgo, ¿Qué parte no me volveré a enamorar fue la que no entendí?
Despierto en la casa de takano, ¿cuándo me embobé de él? No fue la primera vez que lo víi, absolutamente no… es solo que me di cuenta que se veía muy alejado de todos, incluso de sus amigos, y me dieron ganas de acercarme… me di cuenta de sus problemas ese día en el café, poco tiempo después ya me gustaba.
Efectivamente yo no aprendo, haitani ya me rompió el corazón una vez, yo me confesé a él el año pasado, y tiempo después empezamos a salir. Tuve que esperar a que me entregara en cuerpo a él para hacerme entender que solo estaban jugando conmigo… debo ser idiota… muy idiota si contamos que me estoy enamorando otra vez.
De ese modo, y para alejarme de ese recuerdo, planeaba cambiarme de universidad a una que quedaba en Inglaterra, estaba todo listo para irme esa semana, pero el vuelo se canceló, y una tormenta no me permitió transferirme, para cuando intenté irme otra vez, ya era muy tarde como para entrar sin perderme en las materias, por lo que opte por cambiarme de cede de la misma universidad. De ese modo terminé en Tokio, sin conocer a nadie y con un corazón por reparar.
Takano me intriga, quiero saber más de él, siento que oculta algo, que le han hecho daño, dos personas adoloridas ¿pueden quitarse las espinas mutuamente? Sería hermoso decir que sí, aunque, ¿a quién trato de engañar si se nota a leguas que es heterosexual?
Esta vez me voy a tragar mis sentimientos, no los voy a mostrar. Estaré a su lado para calmar estas ansias de verlo, pero no me dejaré pisotear como lo hice hace un año. No otra vez.
Takano despertó solo para darse cuenta que su amigo se había despertado, aún adormilado pudo ver a ritsu levantarse.
- usa primero la ducha, supongo que irás a clases.
- ¿seguro que no quieres que te acompañe? – preguntó clavando sus ojos verdes en los color miel.
- sí, no te preocupes, no creo que quieras ir a un lugar donde no conoces a nadie – ritsu lo miró algo triste.
- está bien, pero no olvides que puedes contar conmigo – alistó sus cosas y se preparó para irse, incluso cocinó e desayuno – nos vemos – fue su última frase y se fue dejando al pensativo azabache solo.
“no durarás mucho tiempo ocultándote” su mente empezaba a fastidiarlo otra vez, “vamos, acéptalo, de ese modo serás feliz más rápido” “no es tan fácil confiar en las personas, nos conocemos hace solo unos días” “es suficiente si es que él siente lo mismo, esos ojos me dicen que sí” “ya cállate” “tan verdes, tan grandes, esa blanca piel, su cabello que cae libremente por su cuello” “supongo que tienes razón, me gusta ritsu” “¡empecemos a planear la confesión” “no ahora”. Mas su mente de todas formas no lo dejaba tranquilo pensando una y otra vez distintas maneras de confesarse, antes de llegar a la iglesia ya había pensado en la mejor de todas… necesitaba la ayuda de misaki y yokosawa.