//Cuanto deseo estar a tu lado…//
Los días, las horas, los minutos, los segundos… ¡TODO! Le molestaba… incluso no era capaz de entrenar y ser el As de su equipo, en esta ocasión sus compañeros lo notaron más deprimido que de costumbre, =y sépase que se dieron cuenta por su cabello, el cual tenía marchito; incluso pensaban que no se peinaba= de una u otra forma trataron de ayudarlo a que fuera el mismo de antes, sin en cambió el peli blanco grisáceo se negaba, diciendo que “era imposible” o “no quiero que nadie lo sepa”…era todo un caso, este chico…
Otro día siendo recogido por sus padres, después del club…
-Kotaro… ¿Qué te pasa?- preguntó su padre molesto, a Bokuto.
-nada…- dijo con sus mofletes inflados.
-no me vengas con tus niñerías- profirió su padre.
-¡ya paso mucho tiempo, desde que me castigaron!- expreso molesto el Búho- ¡ADEMAS!- alzo la voz- ¡Ustedes no comprenden a un joven enamorado- declamo avergonzado y con un poco de ira.
En ese momento su padre piso el freno, causando que Kotaro resbalará de su asiento, estampándose en el asiento del copiloto, donde su madre estaba.
-¿Hablas enserio?- cuestiono su padre.
-si…- respondió secamente con un sonrojo en su rostro.
Su padre comenzó a reír, no es que no le creyera… o más bien ¡No le creía!...
-Cariño, ya deja de reírte…- pronuncio su madre, aguantando su risa.
-¡HAAA!... ¡POR ESO NO QUERIA DECIRLES!- alarido Kotaro.
-eje… lo siento…- respiro su padre calmándose- dime hijo… ¿Cómo es ella?- recito su padre poniendo en marcha el auto.
-diría que es alto, delgado, rubio y sus ojos son dorados cafés… su piel es blanca y tiene un par de orejas de conejo-hablo en un susurro lo último.
-parece ser una chica linda….- comento su madre
-No es una chica, es un chico…- manifestó Kotaro tranquilamente.
Y de nuevo, el padre de este muchacho freno de golpe.
-debe de ser una broma…- pronuncio su padre incrédulo.
-¿Eso es malo?- pregunto inocente el chico.
-¡CLARO QUE NO HIJO!- bramo su madre felizmente- ¡AL CONTRARIO… ES LA MEJOR NOTICIA QUE PODIAMOS HABER ESCUCHADO! ¡¿VERDAD CARIÑO?!- interrogo la mujer a su esposo, quien solo golpeo su frente en el volante, haciendo sonar el claxon del vehículo.
Mientras esta familia pasaban un rato “extraño”; en el cielo teníamos a una madre luna preocupada por su hijo conejito.
-Kei… ¿Qué sucede?- pregunto su madre.
-nada…- respondió Tsukki.
-esa cara me dice todo lo contrario…- comento astutamente su madre.
Tsukishima tomo aire y hablo…
-me enamore, pero, de un momento a otro “él” desapareció… no dijo nada, por más que lo esperaba, nunca llegaba, en verdad me duele, pero quiero ser capaz de verlo, aunque sea una vez… ¿me dejarías bajar por última vez?- rogo con sus ojos llorosos.
Su madre lo escucho atentamente, después dio un suspiro largo y pesado, abriendo sus labios…
-te llenaras de euforia- dijo rápidamente.
Kei empezó a sollozar, mientras su madre le acariciaba la espalda.
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-Bokuto… sé que no puedo acerté cambiar de parecer, pero si tanto quieres a ese chico, pídele perdón por departe nuestra y dile lo mucho que lo quieres- pronuncio su padre pesadamente, no es que le molestara su orientación sexual o el “novio” de su hijo, sino que, no quería que se fuera y creer su pequeño ya comenzaba a ser un hombre…
Kotaro salió del auto como un rayo, corrió con una sonrisa en sus labios, se sentía muy feliz.
Era la hora exacta, el lugar de siempre, y el día perfecto… pero ¿por qué no estaban aquellas orejas de conejo, en ese arbusto que ahora estaba marchito?...
-Kei…- pronuncio débilmente, marchándose de ahí…
Al día siguiente fue al mismo lugar, también el siguiente, y el que seguía y el que seguía… pero nunca encontró a Tsukishima…
El tiempo avanzaba y no se daba por vencido, pues no lo hizo cuando lo castigaron…
Y cuando creyó que no había solución, alguien, apareció…
-¡Tú debes ser Kotaro!- dijo una voz gruesa alegremente.
-¡HEY HEY HEY! ¿Quién eres tú?- dijo asustado, pues encontrarte con un tipo con vestimenta extravagante y que le brille el cuerpo, es algo extraño.
-soy Akiteru, hermano mayor de Kei- sonrió ampliamente- bien solo vengo a explicarte las cosas que van a pasar dentro de poco tiempo- tomo aire- Kei se va a casar con Yamaguchi, la decisión la tomó mi mamá- hablo serio.
-¡¿Qué?!- dijo sorprendido Kotaro.
-sip, así son las cosas, por lo que tienes poco tiempo, debes de convencer al gato que siempre cuida de Kei, el podrá ayudarte a ir a nuestra casa, en verdad me gustaría ser yo quien te lleve, pero mi madre se molestaría mucho conmigo y te mataría a ti… no quiero entrar en detalles- comento, mientras su cuerpo desaparecía.
-¡E…Espera Akiteru-niichan!- grito, pero para ese entonces su cuerpo había sido borrado.
-je… tu eres el humano que quiere a Kei- escucho una voz familiar Kotaro y dándose la vuelta se topó con su… ¿Bro?.
-Bro?...- pregunto el chico, mientras el gato lo miraba perplejo.
-¿conoces mi nombre?- se extrañó un poco el gato, pero después vago entre sus recuerdos y supo por que el “humano” sabia su nombre- estas en lo correcto pero a la vez en lo incorrecto- hizo una sonrisa larga- mi nombre si es Kuroo, pero yo no soy el Kuroo de este mundo…-
-en pocas palabras eres la réplica de mi Kuroo…-
-no soy la réplica más bien soy su doble-
-entonces eres como su hermano-
-más que hermanos somos la misma persona-
-son la misma persona, pero tú tienes orejas de gato-
-¡EXACTO!- abrazo a Kotaro…
-Bien, dejando los abrazos… ¿Qué debo de hacer para ir con Kei?- pregunto Bokuto.
-eso es sencillo…solo tienes que cumplir uno de mis caprichos…- hablo pícaro el gato.
-¡haberlo dicho antes!... dime que quieres?- para Bokuto sonaba fácil.
-¡llévame a Miyagi a Karasuno!- aquellos ojos de felino brillaron de tan solo mencionar aquel lugar.
¿Qué planea este gato?