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Te quiero para mi por ines111

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! :3

¡He vuelto con el nuevo capítulo! Perdón por el retraso, tenía la idea pero no me venía la inspiración de como redactarlo D: Además, no he tenido tiempo por diversas cosas.

¡Muchas gracias por todos los comentarios! ¡¡no esperaba que la historia fuese a ser aceptada de tal manera!! *-*

Bueno ya saben. ¡Espero sus comentarios y opiniones, sino no hay capítulo! ahora mismo respondo los anteriores :')

~Nos vemos!

 

“Buenos días peque. No creía que estabas hecho todo un dormilón, ¿eh?”

Leyó el mensaje y no pudo evitar que una pequeña sonrisa adornará su rostro. Nunca se levantaba tan tarde. Eran las doce de la mañana. Pero, la verdad es que no había podido dormirse ayer hasta tarde. ¿La razón? Por mucho que no quisiese pensar en Aomine no podía evitarlo. ¿Por qué insistía tanto en salir con alguien como él? No tenía nada de especial. No quería pensar tanto en ello, no debía tomárselo en serio pero no podía evitarlo.

“Buenos días Aomine-san.”

Tecleó y frunció levemente el ceño. ¿No era una respuesta muy sosa y simple? Pero, ¿qué podía contestar? No sabía como contestar a aquellos mensajes, nunca nadie le había dado los buenos días. Exceptuando a sus padres cuando se iban de viaje. Decidió dejarlo así y lo envió.

Se levantó y bajó a desayunar. Al llegar a la cocina, visualizó una nota encima de la encimera.

“Sakurai cariño, hemos ido a visitar a la tía. Volveremos por la noche. Hazte lo que quieras para comer.

Te queremos.

Mamá y Papá”

Sonrió. No le importaba para nada hacerse la comida, más bien, le gustaba cocinar. Asique no será ningún problema para él.

Se acercó a la nevera y cogió un tetrabrik de leche. Buscó las magdalenas que desayunaba siempre, se sentó en la mesa y comenzó con su desayuno. Recogió todo y lo dejó en la pila, luego fregaría todo después de comer. Cogió el móvil y había recibido dos mensajes de dos contactos diferentes. El primera era de Aomine.

“No sabes lo que deseo ser en estos momentos el patán con el que vas a salir esta tarde..”

Sus mejillas se sonrojaron levemente. ¿Cómo se contestaba a eso? ¿por qué Aomine lo ponía en ese tipo de situaciones? Nunca había estado entrometido en alguna y no sabía que hacer ante ello. ¿Qué podía contestarle? Estaba nervioso. No tenía ni idea. No quería ser grosero y no contestarle pero ¿qué podía hacer? ¡de verdad que no tenía ni idea! Suspiró y pasó a leer el segundo mensaje. Era de Kuroko.

“¿Preparado para la cita de esta tarde? Ponte guapo para el amigo de Kagami-kun. Hemos quedado a las seis en el parque de atracciones.

¡Hoy pienso decirle lo que siento a Kagami-kun!”

Suspiró, su amigo estaba realmente feliz y se alegraba muchísimo por él. Ahora, ¿qué podía contestar a Aomine? ¿cómo se contestaba a esa clase de mensajes? ¡no tenía ni idea! ¿con un gracias? ¿gracias? ¿gracias por qué? Le había halagado, por tanto, tenía que agradecerle. Tecleó el mensaje y pensó que lo mejor sería que fuese preparando la comida y se vistiese para esta tarde.

 

Aomine estaba tumbado sobre la cama cansado. No le apetecía hacer nada. Solo quería salir con Ryo. Pero no, otro que no fuese él iba a poder disfrutar de una cita con el castaño. Le encantaba, desde que le vio en el metro había quedado embelesado. Su timidez y sonrojo le hacían adorable. Joder, era malditamente adorable. Además, sonrió ante la respuesta del castaño a su último mensaje. Un simple “gracias Aomine-san” estaba seguro de que no sabía que contestarle. Era tan inocente joder. Suspiró, mientras Sakurai estuviese con quien sabe quien, él estaría en una “cita doble” con un total desconocido. Idea cortesía de su amigo para poder quedarse a solas con el chico del que lleva enamorado quien sabe cuanto y aún no le ha confesado sus sentimientos. Y claro, él tenía que quedarse con el amigo de este para que su gran amigo puede quedarse a solas con su gran amor. Al principio no tenía pensado aceptar pero Kagami rogándole había sido una imagen para recordar. Además, no tenía nada mejor que hacer, no gana nada pensando en como alguien estaría con Ryo.

 

Llegó a la entrada del parque de atracciones donde visualizó a su amigo, le saludó con la mano y se acercó. Su amigo estaba bastante guapo, se había arreglado. Estaba vestido con unos pantalones negros, una camiseta blanca de manga corta y una camisa de cuadros azul clarita abierta. Y, unas zapatillas oscuras. Él, en cambio, no se había arreglado tanto. Ya que iban a estar en un parque de atracciones había optado por una camiseta blanca, una chaqueta azul simple abierta, unos pantalones vaqueros y unas zapatillas grises. Además, llevaba una mochila de cuerdas con algo de comida dentro por si le entraba el hambre.

─E-Está muy guapo Kuroko-san.

─Gracias Sakurai-kun. Tu tampoco estás nada mal, ¿eh? ─le guiñó el ojo pícaro─. Casual pero interesante, me gusta.

Sakurai asintió con las mejillas levemente rojas.

De pronto, notó como las manos de su amigo comenzaron a temblar. Estaba muy nervioso.

─K-Kuroko-san tranquilícese, va a salir todo bien.

─T-Tienes razón ─cerró los ojos y tragó aire más relajado─. Gracias Sakurai-kun.

Pasaron alrededor de cinco minutos cuando Kuroko comenzó a visualizar una cabellera roja con otra persona a su lado que no lograba ver bien.

─¡K-Kagami-kun! ─gritó llamando la atención del pelirrojo. Al ver como este miraba a su dirección le saludó con la mano y una sonrisa.

Se comenzó a acercar con su amigo y Kuroko murmuró un pequeño “oh dios” al identificar el color del cabello del que iba al lado de Kagami. Ese color lo había visto antes y ya sabía donde. ¡Oh dios! ¡era Aomine!

Kagami estaba vestido con una chaqueta verde abierta, una camiseta blanca de manga corta, unos pantalones negros y unas zapatillas grises. Aomine estaba vestido con un chaleco oscuro abierto, una sudadera gris debajo de este, unos pantalones negros y unas zapatilles grises.

Se giró para ver a Sakurai viendo como este se sonrojaba poco a poco y tenía la mirada fija hacia delante. Vale, ya no tenía que decirle nada, se había dado cuenta.

Al llegar a su lado, Aomine venía con pereza. Al ver a Sakurai una sonrisa se formó en su rostro. ¿¡Cómo podía tener tanta buena suerte?! Estaba vestido realmente casual y seguía luciendo igual de adorable. ¿Cómo una persona podía ser tan adorable? Maldición.

─H-Hola Kagami-kun ─saludó nervioso.

─Hola Kuroko ─sonrió─. Este es mi amigo AomineDaiki.

─S-Sakurai Ryo, encantado Kagami-san ─se presentó algo nervioso por la mirada tan penetrante del moreno.

─Y tú ─miró a Aomine ─ ¿no te vas a presentar o qué?

─¿No te lo han dicho? Ya me conocen ─sonrió pícaro mirando en dirección al castaño.

─¿Ah sí? ─preguntó confundido─ ¿desde cuándo?

─E-Eso no importa Kagami-kun ─se excusó rápidamente─ Vamos a comprar la entrada.

─¿No crees que el destino quería que nuestra cita sucediese sí o sí peque? ─sonrió tierno─ vamos, ahora tocar disfrutar de la cita.

 

Lo primero a lo que subieron fue una montaña rusa. Sakurai se sentó con Kuroko y Kagami con Aomine.

─Ya decía yo que el nombre de Aomine me sonaba de algo…, se lo había oído a Kagami-kun ─se rascó la nuca con una pequeña sonrisa─. Por cierto, no te ha quitado los ojos de encima, ¿eh? Creo que está verdaderamente interesado en ti.

─Q-Qué dice Kuroko-san ─sintió el calor sobre sus mejillas rápidamente.

─Lo digo enserio ─sonrió enternecido viendo como su amigo agachaba la cabeza avergonzado.

 

Al bajar de la atracción, Kagami sugerió de subir a la lanzadera. Todos le siguieron entusiasmados. Sobretodo Kuroko, ¡era su atracción favorita! Sakurai, en cambio, iba pálido. Había montado una única vez y se prometió no volver a montar en aquella atracción. Sintió que se dejaba la garganta y que el corazón se le salía del pecho, casi le dio algo.

─¿Te pasa algo peque? Te noto pálido.

─Y-Yo..

─Sakurai-kun, ¿estás bien?

─Si, v-vosotros suban. Y-Yo me quedo aquí

─¿Seguro? ¿vas a estar bien tú solo?

─Solo van a ser unos pocos minutos. No se preocupen.

─Kagami-kun, ¿subes?

─Sí. Aomine, ¿vienes?

─Bah, subid vosotros.

─A-Aomine-san no es necesario..

─Me quedo contigo y no se hable más ─se acercó al castaño y revolvió sus cabellos con cariño─ no te preocupes peque.

─¿Quieres que nos sentemos hasta que estos dos vuelvan?

─D-De acuerdo.

Eran alrededor de las seis y media. Se sentaron en un banco que estaba cerca de la atracción. Sakurai tenía algo de hambre asique decidió abrir la mochila y sacar el bento que había preparado. El bento estaba compuesto por onigiri, salchichas en forma de pulpo, pollo en salsa y tortilla japonesa. Además llevaba zanahorias y tomatitos cherry.

Aomine miraba embelesado y embobado aquel bento. Dios, parecía apetitoso. ¿Lo cocinado él?

─¿Lo has cocinado tú?

─S-Sí, ¿por qué?

─Luce terriblemente delicioso

─¿Q-Quiere un poco Aomine-san?

─¿Puedo? ─sonrió.

─S-Sí

Había un pequeño problema, solo llevaba palillos para él. Aomine se dio cuenta de lo que pensaba Sakurai.

─No tienes palillos para mi, ¿verdad?

─L-Lo siento Aomine-san

─No te preocupes.

Acercó su mano y cogió uno de los trozos de tortilla japonesa. Se lo metió en la boca y lo saboreó. En su punto, buena textura, buen sabor.. definitivamente Ryo cocinaba bastante bien.

─Está delicioso Ryo, nunca había probado algo igual.

─G-Gracias Aomine-san.

─¿Sabes? ─ el castaño fijó su vista en el moreno─. No me importaría pasarme toda la vida comiendo platos cocinados por ti.

Sakurai no pudo evitar sonrojarse, ¿qué significaba eso? ¿qué quería decir? Le agarró del mentón para que le mirara a los ojos y con su mano libre acarició su pómulo con delicadeza.

─No sabes lo que me encantaría levantarme todas las mañanas y poder disfrutar de un desayuno hecho por ti peque ─susurró.

─¡¡Tortolitos dejad de coquetear tan libremente con nosotros delante!! ─gritaron sus dos amigos con una sonrisa mientras se acercaban.

Aomine soltó a Sakurai con una sonrisa en sus labios. Este sentía como su corazón latía más rápido. No sabía que contestar, nunca había estado en ese tipo de situaciones y no sabía como actuar. ¿Qué debía hacer o decir?

 

Lo que les quedó de tarde fue normal. Se subieron a bastantes atracciones y estuvieron hablando acerca de sus vidas y de sus gustos. Aomine estudiaba en la preparatoria Too. Mientras que Kagami y Kuroko, los dos, estudiaban juntos en la preparatoria Seirin. No obstante, Sakurai estudiaba en la preparatoria Ishi.

Kagami quedó en llevar a Kuroko a casa mientras que Aomine se ofreció en acompañar al castaño a su casa. Llegaron a la casa de este y cuando iba a entrar el moreno le retuvo sujetándole del brazo.

─¿Saldrías conmigo mañana?

─¿E-Eh?

─Te gusta el baloncesto, ¿no? ─ Sakurai asintió─ quiero jugar contra ti.

─V-Vale

─Paso a recogerte sobre las seis, ¿te parece bien?

─S-Sí

Sonrió y con un pequeño tirón atrajo al castaño.

─Buenas noches peque ─susurró lentamente sobre su oído.

Sakurai entró en casa con el corazón latiéndole rápidamente. ¿Por qué se sentía de esa manera? Era como la sensación que tuvo al montar en la lanzadera, el corazón quería salírsele del pecho. Le daba miedo y se prometió no volver a subir. Pero, ¿por qué esta sensación era igual pero a la vez tan diferente? No quería huir de ella pero tenía miedo. Nunca antes se había sentido de esa manera.


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