CAPITULO 6
Una escalera, otra, otra, la velocidad era mucha, el ascensor no funcionaba, las ansias eran todavía más, el escritor escuchó un estruendo segido de unos rumores o gemidos. Eso le impulsó a correr aún más rápido. Se encontró con la escena más destructiva para él mismo. Misaki estaba debajo de ese tipo, desnudo, y la mano de ese desperciable ser se adentraba en su misaki, mientras este lloraba y pataleaba
Sin pensarlo dos veces fue corriendo para golpear al tipo mientras este estaba desprevenido, misaki no paraba de llorar, mientras veía esa escena.
Llegó el resto. Aikawa llamó a la policía, nowaki se acercó a misaki para ver que él estaba bien, y hiroki fue a calmar a akihiko quien seguía golpeando al desmayado hombre. Llegó la policía y se lo llevaron.
“en otras noticias, el mangaka ijuiin kyo fue llevado a la clínica psiquiátrica por varios motivos, entre ellos la obsesión con el joven yakahshi, este se encuentra ya en su casa…”
Akihiko apagó la radio mientras conducía hasta el pequeño departamento de la persona que amaba.
Habían pasado tres meses desde el incidente, ijuiin fue mantenido en la prisión, hasta que se demostró que tenía una seria obsesión con misaki, al punto que decidieron encerrarlo.
Misaki, por su lado, fue a una terapia por todo lo que le había sucedido, dejó su trabajo y empezó con otro en una florería para cambiar de ambiente, Su avance fue tan rápido que su psicólogo lo declaró sano en pocas sesiones. Asó pudo regresar a la universidad.
Akihiko avanzaba sin apuro hasta el lugar donde se encontraba ese chico de quien se enamoraba cada día más y más, a veces le llevaba un regalo, e incluso, de vez en cuando, él era sorprendido con algún postre casero, o algo por el estilo. Pero hoy sería distinto, pues hoy confesaría sus sentimientos, el día de año nuevo empezaría una vida nueva.
Llegó y ahí estaba frente a la puerta de su casa, se bajó de su auto y se acercó al chico.
- ¿estás listo?
- sí, ¿A dónde vamos a ir? – preguntó el joven
- a ver los fuegos de artificio desde el mejor lugar de todos.
Así, en el auto de usagi subieron un cerro, en la cima se encontraba un pequeño parque, al cual nunca dejan entrar, pero con algunos movimientos del escritor no hubo mayor problema. Bajaron las copas y el champagne, y esperaron pacientemente a que se hagan las doce para abrir la botella. Se acomodaron debajo de una manta en la que cabían los dos. Akihiko no sabía muy bien como iniciar su discurso.
- esto, misaki, ¿tu trabajo te quita demasiado tiempo?
- bastante, pero está bien, no me quejo
- no te sentirías más cómodo… - misaki ya se estaba poniendo algo nervioso “tal vez ya sospecha lo que trato de decirle” pensaba esperanzado el escritor – viviendo conmigo – pasaron algunos segundos en los que ninguno decía nada, pero las mejillas de misaki estaban completamente rojas, no se notaba mucho por la obscuridad.
- ¿no sería una molestia para ti? – “es obvio que algún día tendrá novia, y yo ahí solo sería una molestia”.
- no estás entendiendo, misaki – volteó la cabeza del menor para clavar su mirada en esos ojos verdes, que estaban un poco humedecidos por la sola idea anterior – quiero que vivamos juntos, como pareja – sus orbes verdes se iluminaron mil veces más que lo normal, hasta que finas lágrimas se escaparon dejando ver la felicidad que lo invadía.
Sin palabras, solo entendiéndose con las miradas, se besaron mientras los fuegos artificiales empezaban. El beso se tornó cada vez más y más apasionado, hasta que la falta de aire se hiso presente.
Akihiko abrió la botella y se sirvieron un poco el amargo líquido, deseándose mutuamente un feliz año, solo podían pensar en la vida juntos que estaba por empezar.
Dejaron las copas y la botella medio llena a un lado, para empezar el juego de los besos otra vez, akihiko empezó a tocar la blanca y tersa piel de su novio, el primero que de verdad amaba probablemente. Tocó su espalda, su vientre, sus muslos, todo, pero la ropa ya estaba empezando a molestar
- ha… usagi… aquí no
Pero el hombre de plateados cabellos no podía esperar – misaki, no quiero tener sexo
- ¿de… que hablas? – dijo confundido entre suspiros y caricias superficiales aún, akihiko, con la voz más lasciva que pudo tener, susurró en su oído.
- te voy a hacer el amor – y así se deshizo de la chaqueta, y algunos botones de la camisa, misaki solo reaccionaba a colgarse de su cuello, en situaciones normales se hubiese sentido demasiado incomodo, pero en estos momentos solo podía pensar el hombre frente suyo “me estoy convirtiendo en un pervertido” pero ni siquiera esos pensamientos llegaban con lucidez. Incluso, sus propias manos empezaron a jugar con la camisa de su acompañante, quien recibió gustoso ese servicio, así quedaron ambos con el torso completamente desnudo, intercambiando caricias y miradas de amor.
- usagi san, deberíamos parar - pero no pudo seguir, la traviesa mano del escritor irrumpió en el lugar más íntimo de misaki – mmm, usagi san… aahh – pero los suspiros y primeros gemidos de la noche no lo dejaron formular palabra.
- ¿parar? Pero ya estás así – dijo aprisionando el miembro del menor por debajo de la molesta tela, que empezó a sacar de apoco, al mismo tiempo, ya empezaba a notar como su propio deseo empezaba a molestarlo.
Misaki nunca antes s había sentido así durante el sexo, estaba demasiado excitado, y debía admitir, que estaba ansioso por sentir a usagi en él “nunca habías hecho el amor” le dijo su subconsciente, y de hecho, tenía razón, tan inmerso estaba en sus pensamientos y el placer que para cuando se dio cuenta, la boca e su novio había aprisionado su miembro, dándole nuevas sensaciones que nunca había sentido antes.
- no usagi, eso… hhhaaaggg, es vergonzoso.
- ¿acaso nunca te lo han hecho así? – preguntó el escritor para volver a reclamar l que era suyo
- aahh, no
Usagi san estaba feliz, tal vez no iba a ser el primero en poseer a tan lindo chico, pero si era el primero en brindarle placer de esa manera, era la primera vez que lo hacía con sentimiento, desde un principio, el amor hacia ijuiin era solo cariño por un lado y obsesión por el otro, no quería verlo sufrir otra vez.
- haa, usagi san, me ven… aaahhggg – le pequeño estaba temblando debajo del cuerpo del mayor, era una escena realmente adorable, subió un poco la mirada para ver la cara de akihiko llena de deseo, éste tomo las piernas del estudiante y las separó con mucho cuidado, como si con el más mínimo movimiento brusco éste fuera a quebrarse.
Metió un dedo en esa entrada, que no era virgen, pero sí suya, lubricado con la esencia del mismo misaki, jugó un poco y se deleitó de las expresiones del chico debajo suyo, mientras éste, en un acto de valor, empezó a masajear el miembro de akihiko, provocando excitada expresiones enél también.
Metió otro dedo y los gemidos subían cada vez más el volumen, hasta que el seme consideró que ya estaba suficientemente preparado, con sumo cuidado, como si su compañero fuera de cristal, metió lentamente su deseo. Pudo notar la expresión de dolor en el pequeño que estaba debajo de él, para distraerlo empezó nuevamente el masaje de esa zona que durante meses había deseado tocar.
Empezó un vaivén lento y tortuoso, que aumentaba de velocidad solo cuando misaki se veía más cómdo.
- hha, haa, usagi san… te amo
Eso sí que no se lo esperaba, pero respondió de la manera que siempre se había imaginado – yo también te amo
Bajo la luz de la luna, y cubiertos por el manto de estrellas, terminaron de consumar su amor viniéndose ambos al mismo tiempo, quedaron ambos desnudos, sin nadie alrededor, la temperatura de sus cuerpos empezó a bajar y se cubrieron solo con la manta que habían traído, decidieron la fecha de la mudanza, se vistieron, y fueron a casa, a la casa del escritor.
porque la luz de esos ojos verdes nunca se apagará, porque terminaré con el temor en esos ojos.