Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El tesoro por Alexis sunymoon

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic participó en el primer concurso de fics del grupo “El final de Kishimoto me importa una mierda, yo amo en SasuNaru” (Sí, todo eso es el título) y resultó ganador del primer puesto, estoy muy feliz por eso, ya que no me lo esperaba. Gracias a Takaita y a la Vice Jetza por organizarlo todo y a las personas que me felicitaron. 

Notas del capitulo:

Me divertí y sufrí haciendo esta historia, pero me gustó como quedó y espero que a ustedes también.

Cómo originalmente estaba muy extenso, al final si lo dividí y será un two-shot.

Discleimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de M. Kishimoto.

Dedicatoria: lo pensé bien y para evitarme el drama, mejor no pongo a nadie :3 

El tesoro

La brisa mecía sus brunos cabellos, el aroma de la sal llegaba a sus fosas nasales y el sonido del agua golpeando el casco del barco lo serenaba, pues él, Uchiha Sasuke, reconocido pirata y prófugo de la justicia estaba por iniciar su aventura más peligrosa.

-Todo esta listo, Sasuke-

El aludido sonrió.

-¿No deberías llamarme Capitán, Suigetsu?-

-Te llamaré capitán el día que lluevan peces- reclamó, aumentando la sonrisa socarrona del moreno.

-¿Te comunicaste con Karin?- inquirió más serio

-Sí, nos espera en la Villa de la ola mañana en la noche, nos consiguió una posada. Dice que ya tiene tu encargo-

El capitán asintió satisfecho.

-Jūgo- llamó a su teniente (1) -toma el timón, leven anclas e icen las velas, ¡nos vamos!-

Toda la tripulación vitoreó la orden de Sasuke y presurosamente cumplieron el mandato, con ayuda de la marea y el viento el gran banco comenzó su travesía.

Sin contratiempos llegaron a la Villa de la ola, un poblado a las orillas del mar, pequeño e importante, pues era el sitio de reunión de todos los piratas, de leyes no escritas pero firmes, pues el saqueo, el robo y el asesinato eran castigados, en este sitio se comerciaba con información más que con mercancía y donde los que querían unirse a una tripulación esperaban el arribo de los bandoleros.

Karin, la investigadora, espía y una de las dos únicas mujeres de la tripulación; los esperaba en una posada, había reservado todo el lugar para evitar soplones y a última hora de la tarde su capitán, en compañía de sus otros dos amigos llegaron al lugar. El resto de la tripulación se había quedado en el barco, pues no por estar en territorio neutral el Uchiha se confiaba.

-¡Karin!- gritó ya dentro de la posada, el dueño les había permitido el paso sólo con mencionar su nombre.

-¡Sasuke-kun!- chilló la chica pelirroja arrojándose sobre el moreno.

-No podrías ser más arrastrada, zorra- atacó Suigetsu.

-Cállate, boca de pez- contraatacó la mujer.

-Porque mejor no cierras las piernas-

-¡Basta!- exigió el más alto, Jūgo -los que necesitan una excusa para el sexo de reconciliación son ustedes, por favor absténganse de usarnos como público- sentenció

Los aludidos bajaron la cabeza avergonzados -lo sentimos- dijeron al unísono.

-Como sea, vayamos a la habitación- apuró Sasuke sin poder borrar su sonrisilla de burla.

-Por aquí- los guio Karin hasta habitación del fondo, se instalaron alrededor de una mesa baja llena de libros, mapas, periódicos y notas.

-Mientras nosotros saqueamos ciudades, Karin estaba leyendo cómodamente- reclamó el contramaestre (2), otra vez.

-Suigetsu- siseó Sasuke

-Al menos yo sé leer- contraatacó la pelirroja en voz baja.

-Y bien, ¿qué has averiguado, Karin?- directo al punto, como era la costumbre de Sasuke.

-El Reino del Remolino, es una península ubicada sobre el ecuador, tres partes de su territorio están rodeadas de agua y la cuarta conecta a tierra firme con el país del agua, con una extensión de 70 kilómetros cuadrados, elevados índices en calidad de vida y productividad, prácticamente sin pobreza o problemas sociales, en una palabra...-

-Un paraíso- completó Sasuke, carraspeó -¿y nuestro objetivo?-

-El palacio, casa de los reyes y sede del gobierno, se encuentra ubicado en Konoha, capital del Reino, es una ciudad costera construida de forma concéntrica con el castillo en el centro-

-Un castillo en medio de la ciudad ¿eso no requiere más seguridad? habría demasiados puntos ciegos- opinó.

-No, de hecho, es muy inteligente- respondió Jūgo -muchos creen que lo mejor es tener un castillo aislado, pero en realidad el bosque y la ausencia de personas al rededor es perfecto para escapar, en cambio uno en medio de la ciudad, seguramente rodeado de sitios históricos y turísticos, siempre habría ojos vigilando.

-Sí, es una buena observación- concordó Sasuke. ¿Qué más?- insistió.

-Al ser un círculo perfecto el castillo ofrece acceso desde cualquier punto, sin embargo, esto no es posible. Los muros que los rodean miden aproximadamente 6 metros de alto, con ocho torres de vigilancia alrededor, la puerta oeste sirve para la servidumbre y la entrega de mercancías, la este es para los guardias y la sur da a los establos. No existe puerta norte-

-Eso quiere decir que tendremos que atravesar todo el castillo para llegar a la torre norte- obvio el capitán -esto será más complicado de lo que imaginé- confesó después de un breve silencio.

-¿Complicado? hay que desembarcar, burlar las defensa costeras, recorrer media ciudad, infiltrarnos al castillo, atravesarlo casi al completo y subir hasta la torre norte- enlistó de cabellos blancos.

-Terminaremos muertos- concordó el de cabellos naranjas.

-Debe haber alguna manera, siempre se puede burlar la seguridad- replicó exasperado el Uchiha.

-La hay- expresó Karin captando la atención de los tres hombres -el festival de las luciérnagas-

-¿El festival de las luciérnagas?- repitieron.

-Sí, es famoso a nivel mundial. En él se conmemora la fundación del reino, muchos extranjeros vienen para esas fechas y la celebración se lleva a cabo en los jardines y salones del palacio. Así solucionaríamos lo de la infiltración, mezclándonos entre la muchedumbre, y según un plano que encontré, en la zona norte se encuentran los aposentos de la familia, así que hay varias escaleras que libran el salón principal-

-Tal vez funcione, aunque con tanta gente podrían reconocernos- aceptó el moreno.

-Tal vez unos disfraces- aportó Suigetsu.

-Pero...- habló con inseguridad -hay un problema más grave-

-¿Cuál?- quiso saber Sasuke comenzando a irritarse.

-Este- la pelirroja le pasó unas fotos del reino, todas de las costas.

El Uchiha frunció el ceño con extrañeza pasando las capturas.

-No puede ser- habló finalmente, Suigetsu y Jūgo se apresuraron a ver las imágenes.

-Sin murallas o fuertes- dijo el más alto.

-Esto si es confianza ¿que no tienen miedo de un ataque marítimo?- opinó el otro.

-No las necesitan, yo tampoco lo entendí en un principio, hasta que me topé con un mapa topográfico-

-Explícate- ordenó Sasuke.

-El reino del remolino se encuentra sobre una placa de piedra que emergió hace miles de años, sin embargo, gran parte de esa tierra aún está bajo el agua a poca profundidad, así que si un barco se acerca encalla y el casco posiblemente se haga añicos-

-¿De qué distancia hablamos?- 

-Unos 20 kilómetros Sasuke, por cada lado-

-Definitivamente esto es imposible- sentenció Suigetsu.

-Cállate idiota, algo se nos ocurrirá- regaño la de lentes.

-Permíteme hacer mi testamento- antes replicó.

-¡Silencio!- exigió el teniente -pero este país es uno de los mayores comerciantes a través del mar-

-Hace unos cincuenta años, los anteriores reyes mandaron a drenar una parte de las piedras y construyeron un puente de varios kilómetros para permitir el acceso de barcos, ahí si hay un fortín militar-

-¿Y aguas más profundas?- cuestionó Sasuke

-Al oeste, cerca de la frontera con tierra, pero…-

-¿Pero?-

-Es una zona de arrecifes, así que-

-Encallaríamos- contestaron los tres. 

-Sasuke- habló Jūgo conciliador -esto será más difícil que cualquier atraco que hayamos hecho, tal vez deberíamos planificarlo mejor-

-¡No!- sentenció -tiene que ser para el festival, solo hay que analizarlo desde otra perspectiva. Vayan a dormir, ha sido una larga noche-

En silencio se fueron retirando hasta dejar al azabache solo,

-Siempre se puede, siempre- se dijo a si mismo.

Jūgo, Suigetsu y Karin ya estaban almorzando cuando Sasuke se reunió con ellos.

-Ya tengo un plan- dijo simplemente -avisen a Konan, Nagato, Yahiko, Deidara, Sasori y Kisame que vengan, también manden provisiones al barco- ordenó, tomó un plato con comida y se retiró de nuevo.

-Y bien, ¿qué volaremos?- expresó entusiasmado Deidara -tengo una nueva pólvora-

-No volaremos nada, aun- calmó los ánimos Sasuke.

Se encontraban en la misma mesa del día anterior, solo que ya no estaba llena de notas, sino de vino y comida.

-Esto será difícil- continuó el moreno -pero estoy seguro que lo lograremos, somos piratas y no hay botín tan difícil de robar-

Las palabras del capitán aumentaron el ánimo de sus compañeros.

-La infiltración al castillo está decidida, será durante el festival de las luciérnagas, el cual es dentro de dos meses. Sesenta días es nuestro límite para planear, organizar y conocer nuestro objetivo. El verdadero problema será llegar; con nuestro barco es imposible, la naturaleza juega a su favor, pero podremos aprovecharla. A unas 5 millas al sureste hay unos peñascos. Ahí esconderemos al Sharingan-

-¿Y luego qué, nos haremos pasar por náufragos?- preguntó un hombre mayor, Nagato

-No, desde ahí usaremos otro barco, seremos comerciantes. Karin ¿hay algún requerimiento especial para desembarcar en Konoha?-

-No- respondió -solo avisar al puerto. De hecho, hay un puerto para embarcaciones menores al norte-

-Bien-

-¿Y de dónde sacaremos un barco de comercio, Sasuke?- inquirió Sasori, el maestro de reparaciones (3).

-Ese será tu trabajo- respondió el Uchiha -tienes que supervisar la construcción de un barco de comercio, pequeño pero elegante, el interior no importa, pero por fuera no debe levantar sospechas-

-¿Y de dónde sacaremos el dinero?, ya nos queda poco-

-Creo que es hora de hacer una visita al País del Rayo- sentenció.

-¿¡Estás loco!?- exclamaron todos.

-Sasuke, el gobernante del Rayo es especialmente cruel con los piratas- habló Yahiko

-El barco podría sufrir daños irreparables- reprochó Sasori

-Sin contar que está demasiado lejos, son doce días de viaje para llegar a sus costas, si no ocurre inconveniente- explicó Kisame

-Sé que es peligroso y que está lejos, pero es nuestra mejor opción para saquear-

-¿Y porque no atracamos cerca de nuestro objetivo, como el país de las Cascadas? sugirió Jūgo

-No podemos- respondió

-¿Por qué?-

-La alianza del agua- susurró Karin

-¿Qué?- le preguntaron

-La alianza del agua: el reino del remolino, el de la hierba y el país de las castadas, es un trato comercial y de seguridad, si alguien ataca a cualquiera de ellos, los otros dos responderán también- explicó

-¿por qué no el país de las flores?- inquirió Jūgo nuevamente

-Demasiado cerca- respondió Konan -alertaríamos a la zona de que hay piratas y alzaran sus defensas. Deduzco que Sasuke está apostando por el factor sorpresa-

El aludido asintió.

-El país del Rayo está demasiado lejos como para alguien sospeche de dos atracos en tan poco tiempo, además sus gobernantes no se llevan, puede funcionar- reconoció Nagato -aunque es riesgoso, pero ¿cuándo no corremos riesgos?- Dejó la pregunta al aire, uno a uno los tripulantes fueron asintiendo.

-Esto haremos: Sasori se quedará para supervisar la construcción del otro barco, Konan fabricará dos velas, una blanca para el sharingan que usaremos mientras lo escondemos y la otra para nuestro disfraz-

-¿Algún diseño en particular?-

-Un pai pai, el símbolo de los comerciantes, en blanco y rojo; Karin conseguirá joyas, telas y demás cosas para apoyar nuestra farsa. Los demás iremos por el botín, Nagato reúne provisiones y medicinas suficientes-

-¿Si sabes que si no consiguen dinero no podremos liquidar tus encargos?- opinó Nagato

-Si no funciona nuestro atraco al país del rayo, posiblemente no saldremos vivos- respondió

-Solo era una observación- continuó el mismo hombre -¿para cuándo quieres las provisiones?- 

-A más tardar mañana, partiremos al alba en dos días-

-Cuenta con ello, Yahiko acompáñame- pidió el condestable (4).

La tripulación del Sharingan acotó rápidamente las ordenes de su capitán, y como había planeado Sasuke, al despuntar los primeros rayos del sol soltaron amarres e izaron velas, para dejar atrás la pequeña Villa de la ola, con algunos de sus colegas con tareas específicas y surcar el mar hasta el lejano y peligroso país del Rayo.

A través de los mares y las naciones, en dirección opuesta al destino del Sharingan; un muchachito se escabullía entre los túneles del imponente castillo, su ropa estaba raída y vieja, portaba una capa ocultando su rostro y cabello, estaba por salir hacia las caballerías cuando una mano lo sujetó firmemente del hombro izquierdo.

-¿A dónde vas, Naruto?- preguntó el hombre divertido.

-Oh, Iruka-sensei. ¡Me atrapaste!- se quejó el menor, quitándose la capa y revelando sus rubios cabellos, los ojos azules y las características marcas de sus mejillas.

-No es difícil, tu pasatiempo favorito es intentar escapar-

-Solo quiero ir al pueblo, eso no tiene nada de malo-

-Si deseas salir, déjame llamar a un escolta y daremos un paseo- propuso

-¡Pero no quiero un escolta!- reclamó -me gustaría poder conversar con los demás, ver jugar a los niños, probar las frutas del mercado y si voy con escolta no podré hacerlo- dijo triste

-Es por tu seguridad- sentenció el mayor.

-Si en este lugar nunca pasa nada- respondió el rubio

Iruka suspiró resignado -Por qué no volvemos a tu habitación, te das un baño y te llevo un gran tazón de ramen- ofreció ante el puchero del rubio -¿te gustaría?-

-Lo que me gustaría es poder viajar a lo ancho del mundo y vivir aventuras- respondió soñador Naruto, Iruka solo pudo suspirar y rogar por paciencia.

Con el favor del viento y aprovechando las corrientes marítimas, los piratas del Sharingan habían llegado a su destino la mañana del décimo día del viaje, ahora solo observaban la costa desde una distancia prudente, usando como camuflaje la espesa neblina.

-Entonces, ¿esperamos la noche para atacar?- pregunto Suigetsu; él, Jūgo, Deidara y Kisame estaban reunidos con  Sasuke, ideando un plan.

-No se adelanten- dijo Kisame, el navegante del barco -a las diez de la noche, la marina inicia su recorrido a todo el perímetro y justo a media noche, alzan una red submarina de metal; no hay forma de escapar-

-Entonces tenemos que atracar al atardecer- sentenció el capitán -¿conoces bien este lugar?- le inquirió

Negó con la cabeza como respuesta.

-Aquí perdí a mis anteriores compañeros, el capitán fue colgado y su cabeza está en el muelle, como trofeo del Raikage-

Algunos tragaron saliva visiblemente, los demás solo guardaron silencio.

-¿Algún consejo para triunfar?- continuó Sasuke después de la estupefacción

-Si, el muelle y el puerto son imposibles de penetrar, un fortín militar a cada lado, custodiado a toda hora, todo completamente rodeado de un muro de 10 metros de alto. Los comercios están tierra adentro protegidas por otro muro- 

-No lograremos salir- opinó Jūgo

-¿Salir? ni siquiera entraremos- reclamó su compañero de cabellos blancos.

-No será necesario- continuó Kisame -el tesoro y todas las joyas no están en el puerto, están escondidas en un bunker fortificado al este, sin más custodia que un pequeño barco de la flota- 

-¿Y cuál es la trampa?- dedujo el Uchiha

-La isla no es natural, fue construida por el Raikage y por debajo está llena de explosivos, no le importa perder su tesoro si con eso nos manda al otro mundo-

-Kisame, acércanos lo más que puedas a la dichosa isla. Necesito verla-

Sasuke observó por un par de horas el lugar que resguardaba el botín, la única seguridad que había eran unos guardias en el barco de la costa, se notaban aburridos, pues jugaban cartas o dormían.

-Tengo un plan- anunció a su tripulación que esperaba impaciente -aten unos barriles de nuestro mejor vino, haremos un regalo-

-Hey ¿qué es eso?- acertó un marinero desde la cubierta, media docenas de barriles eran arrestados por la cortante hasta dar con el casco 

-¡Ustedes dos, vayan a revisar!- ordenó el capitán señalando a dos marineros

Los hombres cumplieron la orden y prontamente regresaron al barco con el cargamento-

-¿Pólvora?- preguntó inmediatamente el de mayor rango.

-No señor, suena líquido-

Con cuidado hizo un hueco en la madera y el olor a licor inundó el ambiente.

-Vino- corroboró tras probarlo.

-¿De dónde habrá salido, capitán?-

-Tal vez de un barco que se hundió, pero no importa, no podemos desperdiciar algo así- concluyó sonriente, más animados todos rodearon los barriles y comenzaron a beber el licor, sin saber que eran observados desde otro barco.

-Perfecto, funcionó- anunció Yahiko que la hacía de vigía.

-¡Andando, Jūgo, Suigetsu y Nagato!- Ordenó -Deidara prepara los cañones, Kisame, alerta para irnos lo más pronto posible-

Todos asintieron conociendo el plan, los primeros cuatro se subieron en parejas a dos de los botes salvavidas, con cuidado soltaron las amarras hasta tener contacto con el agua y remaron hasta la isla.

Llegaron sin problema, dejaron los barcos en la orilla y se dirigieron a la montaña empuñando sus armas, pero no encontraron ninguna resistencia. 

-Vigilen- ordenó Sasuke encendiendo una antorcha para adentrarse a la cavidad con Jūgo.

Todo estaba en silencio y obscuro, pero el fuego de Sasuke comenzó a reflejarse en las gemas iluminándolo todo, ambos hombres abrieron la boca sorprendidos al ver la magnitud del botín.

Después del asombro, con un silbido llamó a Nagato y Suigetsu, el segundo ahogó una exclamación al alcanzarlos.

-¿Nos lo podemos llevar todo?-

-No creo que tengamos suficiente tiempo- respondió el pelirrojo

-Además nos hundiríamos por tanto peso extra- dijo el moreno -¡apúrense!- insistió entregándole un par de sacos de mimbre que tenía en el cinturón, no tardaron en tener cuatro bolsas llenas.

-Llévenlas al Sharingan- ordenó, entre todos arrastraron su botín por la playa hasta uno de los barcos -no nos queda mucho tiempo-

Los dos hombres cumplieron la orden, quedándose Sasuke y Nagato a seguir llenando sacos de oro y gemas preciosas; ese sería el quinto y último viaje, ya todos volverían a la embarcación.

Sasuke le daba un último vistazo a la cueva cuando un brillo llamó su atención, se acercó a un pequeño hueco encontrando diminutos diamantes rosados.

-Ya está todo- apuró el más alto.

-Un segundo-

-¿Qué haces?- le cuestionó, el azabache señaló las diminutas joyas.

-Son muy pequeños- gruño Suigetsu

-Si y aun así son valiosos, estos diamantes son muy raros. Pagaran una fortuna por ellos- 

De uno de sus bolsillos sacó un paquetito de terciopelo y hecho un puñado de las piedras, de regreso a la salida fue experimentando meter su mano en diversos hoyos, encontrándose más piedras diminutas y extrañas, todas exageradamente valiosas, también esas se las llevó.

Ya en los botes, el ruido del barco que debía vigilar el tesoro demostraba que se había salido de control, lo que no le gustó a ninguno, así que decidieron remar más rápido hasta su barco.

Terminaban de subir el último de los botes cuando el cañonazo sonó, después otras explosiones le siguieron. Sin duda eso había venido del barco custodio, pero no porque los hubieran descubierto. Sin embargo, todos notaron como las luces de la ciudad se encendían y la alarma era disparada.

-¡Vámonos!- gritó Sasuke sobre todo el estruendo, no tardarían en descubrirlos y perseguirlos

Aún estaban cerca, demasiado para su gusto, cuando la montaña del tesoro con todo e isla explotó, al igual que el barco de la custodiaba.

-Sacrificó a sus hombres- musitó Yahiko sorprendido, pues desde su puesto lo vio mejor que nadie-

La bala de cañón que rozó la cubierta los regresó a la realidad 

-Se acercan barcos a estribor (6), son tres- informó a gritos 

-Deidara los cañones ¡fuego!- ordenó Sasuke, las explosiones no tardaron en sonar y ser contestadas por la guardia 

-¡Cúbranse! les mandaré un obsequio- anunció el rubio, un cañón más delgado escupió su carga cayendo la bala en la cubierta del barco más cercano, al principio no pasó nada hasta que el proyectil comenzó a desprender humo y explotó, incendiando todo-

-Eso nos dará tiempo, bien hecho niño- reconoció Kisame -Sasuke toma el timón- 

El moreno llegó al puesto de mando y sujetó la guía de todo el barco.

-Al este hay unas rocas, es peligroso, pero es nuestra mejor oportunidad- sugirió Kisame -te guiaré-

-De acuerdo, sujétense-

-¡Derecha!-

-¡Izquierda!-

-¡Mantente y quiebra a 100 metros!- ordenaba el veterano

Pese a las turbias aguas y las afiladas rocas, la tripulación del Sharingan creía que el mayor peligro había pasado, hasta que las pesadas bolas que disparaban los cañones surcaron al aire.

-¡Contraataquen!- rugió el capital

Apenas dispararon su carga cuando un fuerte impacto sacudió todo el barco, dejándolos casi a todos en el piso.

-Nos dieron- informó Jūgo

Sasuke rápidamente volvió al timón y estabilizó el barco.

-¿Rompieron el casco?- preguntó

-No, pero otro impacto así y dormiremos con los peces-

-Sasuke- llegó a su lado Nagato -Da la vuelta y estabiliza el barco lo más que puedas-

-¿Qué?- 

-Deidara tiene un plan-

El capitán asintió y giró rápidamente el timón.

-Te juro que si por culpa de la rubia nos hunden, lo mataré- amenazó Suigetsu

-¿Qué diablos espera?- reclamó el Uchiha, viendo como las dos embarcaciones de militares se acercaban.

El sonido de los disparos atronó y los tres observaron como las bolas evitaban los barcos y se impactaban en un peñasco.

-¡Falló!- exclamó el vigía

-Lo mataré- pensaron moreno y pelirrojo al mismo tiempo, no pudieron seguir con sus planeaciones de muerte por la sacudida que experimentó el barco. 

-¡Vámonos! ¡vámonos!- apremió Yahiko desde lo alto.

Sin dudar en su vigía, Sasuke puso de nuevo rumbo hacia mar abierto, aun con la tierra experimentando temblores.

El deslave los sorprendió, justo en la zona de los impactos de Deidara, las grandes piedras deslizándose hacia abajo y cayendo sobre el barco más cercano a ellas, gritos, caos y confusión provenían de ahí.

-¡Ese loco!- reconoció Sasuke -solo a él se le ocurriría algo tan arriesgado-

-Aprovechemos esto y larguémonos de una vez- insistió Suigetsu

Sin confiarse, el Sharingan siguió con un ritmo firme hasta casi media noche, cuando se aseguraron de estar lo suficientemente lejos y sin que los siguieran.

-Fue divertido- reconoció Jūgo

-¡Divertidísimo!- respondió sarcástico Suigetsu 

Sasuke solo sonrió arrogantemente, su plan estaba funcionando casi a la perfección.

-Suigetsu deja de quejarte y toma el timón, Jūgo vamos a revisar los daños-

Ordenó el capitán dirigiéndose cubierta abajo.

Cuando llegaron, Kisame y Deidara inspeccionaban el golpe que había recibido el casco.

-¿Es muy grave?- preguntó el Uchiha

-Un poco- reconoció Kisame -no perforó el casco, pero si lo debilitó- 

-¿Deberíamos desembarcar para repararlo?- habló por primera vez Deidara

-Si no hay ningún otro incidente y evitamos el oleaje más fuerte debemos lograrlo, pero tú decides, Sasuke-

-Navegaremos así, instalaremos vigías y si detectamos que el casco puede ceder, iremos a un puerto, pero con todo el oro que tenemos preferiría llegar lo antes posible- sentenció. Los demás aceptaron.

Sin incidentes y después de catorce días de viaje, el Sharingan arribó a las costas de la Villa de la Ola, sus compañeros en tierra los esperaban en el muelle.

-¡Suban rápido!- gritó Jūgo desde la cubierta

Una vez en el barco, Karin, Konan y Sasori se sorprendieron al ver el botín que traían, tanto que quedaron sin habla hasta que Sasori exclamó:

-¿¡Qué le hicieron al barco!?- pues se fijó en el golpe que tenía

-No es mentira lo del Raikage y su flota anti-piratas- dijo Sasuke simplemente -debes repararlo- 

-No será fácil, ni barato- respondió el carpintero

-El dinero no será problema. Apúrense a bajar todo- ordenó 

Ya con su botín resguardado y después de una abundante comida, la tripulación del Sharingan se ponía al día con sus planes.

-Las velas y las ropas que usaran ya están listas- habló Konan -al igual que los productos que supuestamente comerciarán-

Sasuke asintió, dirigiendo su vista ahora al experto en naves.

-El barco señuelo estará listo pronto, en una semana. El sharingan llevara más tiempo, tal vez unos veinte o veinticinco días-

-Tienes 17 días para arreglar el barco, el Reino del Remolino está a diez días de aquí y tenemos que llegar antes para inspeccionar el terreno-

-Haré lo que pueda- aceptó Sasori

Sasuke asintió

-Karin, ¿has planeado como llegarás a Konoha?-

-Si- respondió la de lentes -Del país de la hierba sale un crucero turístico rumbo al Reino del remolino, pienso que sería mejor ingresar así para no levantar sospechas-

-Es un buen plan y como tenemos dinero suficiente podemos hacerlo- aprobó la idea el capitán

Después de un breve silencio el moreno habló de nuevo.

-Descansemos por hoy, mañana comenzaremos a prepararnos para nuestro mayor atraco-

Toda la tripulación gritó de júbilo ante la idea del robo.

Sasuke revisaba en su camarote las últimas fotos que Karin le había enviado desde el reino del Remolino, tendría que memorizar los lugares importantes para usarlos de referencia, el suave balanceo del barco le daba el ambiente propicio para pensar, hasta que unos golpes en su puerta lo distrajeron.

-Adelante- permitió sin dejar de mirar las imágenes, Jūgo entró y llegó a su lado.

-Lindo lugar, tal vez algún día podamos vivir así- comentó el más alto.

-Tú, tal vez- respondió Sasuke recargándose en el respaldo de su silla -Yo no soy hombre para quedarme en un solo lugar, me aburriría-

-Sabía que me responderías algo así- restó importancia.

-¿Ya estamos cerca?- cambió de tema el azabache, pues conocía el porqué de la visita de su teniente.

-Sí, Kisame y Suigetsu concuerdan de que al atardecer estaremos llegando a los peñascos, Yahiko ya puede verlos con el telescopio-

-Perfecto ¿alguna alerta de guardia costera o marina?-

-Ninguna-

-Tal como lo dijo Karin. Continúen así y cualquier cambio avísame- 

El pelinaranja asintió y se retiró.

-Ya estamos más cerca, ya estoy más cerca de ti- susurró para sí mismo

-¿Y ahora?- preguntó ante los peñascos,

-Deberíamos rodearlo, para encontrar el mejor lugar para esconder el barco- sugirió Kisame

Sasuke aceptó la idea dando vuelta al timón.

-Lo mejor sería no quedar frente al Reino, podríamos levantar sospechas o ser vistos por la marina- aportó Nagato. La tripulación estuvo de acuerdo.

En el extremo sur encontraron el lugar perfecto, dos acantilados formaba un ojo de agua; con las indicaciones de Kisame y Suigetsu fue adentrándose entre las rocas hasta el casi perfecto circulo que formaban las piedras.

-Es perfecto- admitió Sasuke, la marea no nos golpeará y desde fuera no se ve, pero entra suficiente luz-

-Lindo lugar, lástima que no podamos desembarcar- lamentó Deidara.

El rubio tenía razón, pues a su alrededor solo había agua y rocas.

-Eso es lo de menos, nos las arreglaremos- restó importancia Konan -¿qué sigue capitán?- preguntó.

-Cenar y descansar. Mañana iré con Jūgo y Suigetsu al Reino para reunirnos con Karin, si no tenemos inconvenientes en una semana estaremos zarpando con el mayor botín de nuestras vidas-

El júbilo invadió a la tripulación que se dio un festín con marisco, pan y licor, hasta que se durmieron en la cubierta.

Con cuidado soltaron las amarras y depositaron en el agua a Taka el barco camuflaje que había pedido Sasuke. Sasori había hecho un trabajo sorprendente, pues nadie dudaría de la autenticidad de un barco que se veía tan lujoso. En sus respectivos camarotes se cambiaron sus ropas de piratas por las de comerciantes.

-Les enviaré suministros. Manténganse en contacto con los halcones, pero escriban en clave para no levantar sospecha- Sasuke daba las ultimas indicaciones en la cubierta, a sus pies estaba la escalera de cuerda que usaría para bajar del Sharingan, pues Jūgo y Suigetsu lo esperaban ya en el otro barco.

Ya en Taka y con Sasuke al timón, los otros dos comenzaron a remar hasta salir del ojo de agua y poco a poco dejaron atrás los acantilados. Cuando la marea cambió su dirección el Uchiha desplegó la vela. 

-Hay demasiadas embarcaciones- notó Suigetsu.

-El festival de las luciérnagas es demasiado popular ¡ahí, Sasuke!- exclamó Jūgo.

En efecto, en aquel muelle hondeaba un banderín con el mismo símbolo que el de su vela, por lo que sin dudarlo se dirigieron ahí, encontrándose con Karin esperándolos.

-Buenas tardes Sasuke-san- saludó la pelirroja inclinándose en una leve reverencia -sus órdenes se siguieron al pie de la letra y ya está preparada su habitación-

-Excelente, bajen las maletas- ordenó el Uchiha para los otros dos con un falso acento del país del fuego.

Un carruaje esperaba por los recién llegados, abordaron y en el trayecto a su posada todos admiraban el paisaje, aunque Sasuke estaba más interesado en repasar los edificios que había memorizado.

Por la cantidad de personas tardaron un poco en llegar hasta la céntrica posada donde se quedarían, como Karin ya había hecho los arreglos ingresaron rápidamente hasta una de las lujosas habitaciones del fondo.

-Vaya Karin, no sabía que fueras tan educada- se burló Suigetsu por su actuación en el muelle.

-¡Cállate idiota, no pueden sospechar!-

-Pero…-

-¡Basta!- con voz firme el capitán detuvo otra disputa -¿qué más has averiguado?- cuestionó hacia la pelirroja.

-Nada nuevo, pero mañana regresan los reyes de un viaje, así que habrá más seguridad y patrullas marítimas todo el día-

-Avísenle a los del barco de esto en la noche cuando les lleven provisiones, que tomen precauciones- los otros dos hombres asintieron.

En los cinco días siguientes Sasuke se dedicó a inspeccionar los alrededores del castillo de Konoha, comprobando sus conocimientos y posibles rutas de escape o escondites, mientras que su tripulación preparaba todo para la huida. El día anterior al robo, descubrió que había un recorrido por el castillo, así que siguiendo su papel de turista se unió al grupo de personas que interesadas deseaba conocer aquella importante estructura.

Recorrió los jardines tomando nota de que al este estaba la zona de los guardias y al sur las caballerizas, dentro intentó memorizar los largos pasadizos, pero al ser circulares se confundía, aunque descubrió que los vitrales le daban una perfecta visión de los edificios circundantes y así lo aceptó, ellos serían su guía.

El recorrido finalizaba con una comida en la sala oeste, no les prestó mucha atención a los platillos pues estaba más interesado en recordar lo que había descubierto, pero la visión de unos onigiris atrajo su atención.

Rendido ante la visión de la comida decidió que podía permitírselo, y supo que estaba en lo correcto cuando descubrió que estaban rellenos con aceitunas en escabeche. 
Recorría la sala observando las pinturas que lo decoraban mientras continuaba comiendo, solo que ahora degustaba una ensalada de tomate con cilantro, cuando sintió unos ojos clavados en él, esa sensación la había tenido muchas veces a lo largo del recorrido, y cuando volvió la cabeza observó un par de ojos azules mirándolo, sus miradas se cruzaron un segundo antes que el portador de los ojos claros desapareciera.

No le dio mayor importancia, solo era un mozo curioseando.

La gran noche llegó, en el transcurso del día todos habían tomado sus lugares y al atardecer Sasuke entró como un turista más a los jardines del castillo y con calma se fue adentrado hasta el salón principal que estaba casi vacío, con cautela se acercaba a una de las salidas cuando una mano en su hombro lo detuvo.

-El festival es afuera- habló el desconocido, el Uchiha se giró y vio a un hombre alto y de cabellos grises, casi toda su cara estaba cubierta con una mascada de seda

-Sí, pero busco un sanitario- se excusó con tranquilidad

-Claro- respondió el mayor -pero están en el lado contrario, sígueme- indicó comenzado a caminar hacia otra puerta, como no quería levantar sospechas, Sasuke no tuvo más remedio que seguirlo

-Aquí es- habló de nuevo, abrió la puerta cediéndole el paso al Uchiha 
Sasuke entró al espacioso cuarto dividido en cuatro cubículos seguido del guardia

-Tuviste suerte que te encontrara, porque hubieras terminado en las caballerías- comentaba alegre el de cabellos grises entrando a uno de los privados

-No es cierto- pensó Sasuke -las caballerizas están al sur, no al norte-

Dentro de su cubículo Sasuke pensaba como deshacerse del guardia, pues oía su silbido.

-Deberías comer más fibra, es bueno para aliviar el estreñimiento-

-Gracias, lo tendré en cuenta- respondió con los dietes apretados, el otro lo tomó como muestra del esfuerzo realizado, cuando en realidad el pirata contenía su furia.

Sopesaba matar al entrometido guardia cuando el sonido de la puerta de la habitación le alertó.

-¡Kakashi, deja de vaguear!- regañaba otro hombre, al parecer enojado.

-Pero Iruka-sensei, estoy acompañando a un nuevo amigo. El pobre sufre estreñimiento- dijo en voz baja.

-No me importa, eres el capitán de la guardia real, tu lugar es afuera con los otros- 

-Oh, vamos. Minato-sama y Kushina-sama salen al jardín hasta el anochecer y para eso falta mucho-

-Kakashi- siseó Iruka.

-De acuerdo, de acuerdo, ya voy- accedió alzando sus manos en son de paz -lo siento amigo, el deber llama-

-No te preocupes por mí- respondió Sasuke aliviado por deshacerse de Kakashi.

Dentro de su privado, Sasuke escuchó la puerta abrirse y a los dos hombres discutiendo antes de que el silencio reinara.

De prisa salió y comprobó que no había nadie, sin embargo, observó que en el salón ya había muchas personas, principalmente servidumbre. Pensaba en un nuevo plan cuando reconoció donde estaba, en esa zona había visto al chiquillo de ojos azules. Con cautela cruzó el arco que separaba ambos pasillos para descubrir unas escaleras, así que sin más opciones comenzó a subir por ellas.

Las escaleras eran de caracol, pero pasaban por varios pisos así que usando las ventanas y la vista exterior se pudo ubicar. Llegó a la tercera planta, comprobó con su brújula y en efecto, la dirección que buscaba estaba a su izquierda.

En el norte, su camino seguía por una torre; de entre sus ropas afianzó su espada, iniciando su ascenso con cautela, llegó a una puerta de madera, suspiró y la empujó para entrar. 

Una intensa luz lo cegó, pero no tardó en acostumbrarse. Así que su sorpresa fue máxima cuando se fijó que estaba en una alcoba, cama con cobijas a la izquierda, mesa de té y sillón de lectura, librero y alfombra al centro. A la derecha había dos puertas, pero lo que captó su atención fue el balcón, estaba abierto ya que una persona disfrutaba de la brisa estival, le daba la espalda así que solo notó una cabellera rubia, una túnica naranja chillón y botas negras. El ocupante de la habitación habló mientras se volteaba hacia el pirata:

-Regresaste pronto Iruka-sensei- parpadeó unas veces -tú no eres Iruka-sensei- acusó el rubio.

Sasuke no respondía, estaba hipnotizado por los azules irises que lo miraban curioso, por lo que el otro se acercó lo suficiente y pasó una mano frente a los ojos oscuros. 

-¿Qué?- preguntó bruscamente Sasuke.

-No deberías estar aquí, el acceso a esta zona está restringido-

-¿Dónde está?- exigió saber. 

-No sé, aquí no- respondió el de ojos claros.

El Uchiha perdió la paciencia y desenvainó su espada, amenazando el cuello canela del rubio, que era unos centímetros más bajo que él.

-¿Dónde está el tesoro?- inquirió.

-¿Tesoro?- preguntó sin miedo. 

-No te hagas el idiota, joyas, oro, todo eso- 

-Así que no eres más que un ladronzuelo- se burló.

Sasuke ejerció un poco más de presión con su espada.

-De acuerdo, la puerta de la izquierda- contestó.

El pirata arrastró al rubio del brazo y lo arrojó a la cama.

-No te muevas- amenazó con su arma.

Sin quitarle la vista de encima a su prisionero se dirigió hacia la puerta indicada, la abrió y se encontró con un cuarto de baño. Fue un susurro, pero reaccionó rápidamente para bloquear el cuchillo que el desconocido dirigía hacia el moreno.

-Muy estúpido de tu parte, ahora tus posibilidades de sobrevivir se han reducido a cero- le dijo arrogantemente blandiendo la espada.

-Yo no disfrutaría mi victoria tan rápido- respondió afianzando su cuchillo.

Al mismo tiempo se lanzaron a atacar, demostrando el buen control de sus armas, chocando con las paredes o los muebles y botando con lo que se toparan.

-¡Hey, ese fue un regalo!- reclamó el más bajo cuando el moreno atravesó un muñeco en forma de zorro.

-¿No eres mayorcito para peluches?- se burló.

-Lo dice el ladrón que no encontró sus joyas-

-¡Oh, te arrepentirás de eso!- amenazó lanzando otro corte. 

-No desquites tu frustración conmigo, pero debes admitir que te vieron la cara- 

-Ya me vengaré del gusano rastrero que me dio mal la información, la torre norte del tercer piso- repitió sus instrucciones -le cortaré la lengua-

-Vaya, te mandaron justo aquí-

-¡Hmp!- replicó Sasuke -una joya difícil de obtener, intensa como el sol y profundo como el mar más cristalino- el resto de sus indicaciones le vinieron a la mente y lo comprendió.

-Si soy un idiota- concedió -no me di cuenta antes-

El pirata soltó su espada y se abalanzó sobre el rubio, que por la sorpresa perdió su arma quedando apresado por el cuerpo del moreno, intentó defenderse, pero el otro atacó directamente a su garganta, apretándola y bloqueando el paso del aire, la desesperación se hizo presente.

Cuando Sasuke vio a su víctima caer en la inconciencia, la soltó.

Rápidamente el Uchiha miró a su alrededor pensando como saldrías de ahí con el rubio, sin muchas opciones arrancó las sábanas de la cama y envolvió con ellas a su víctima atando la tela con el cordón de las cortinas.

Se hecho su paquete al hombro y emprendió la huida, estaba en el norte así que fue a la izquierda para llegar a las caballerizas, no podía ir muy rápido por el esfuerzo de cargar al otro, por lo que cuando llegó con los corceles estaba agitado y sudado, rápidamente ubicó a un hermoso ejemplar blanco, sin necesidad de silla, solo con las riendas, lo montó y ordenó al cuadrúpedo correr.

Con la distracción del festival nadie notó su salida, así que a todo galope se dirigió a una playa rodeada de jungla, poco a poco divisó una lámpara, ahí lo esperaba Jūgo con un bote.

-¡Tardaste!- reclamó a su capitán.

-Lo sé, hubo algunas complicaciones, ayúdame- apuró.

Ambos bajaron lo que parecía únicamente un rollo de tela, con cuidado lo subieron al bote. 

-¿Qué es esto?- inquirió.

-Te cuento luego, ¡vámonos!- exigió.

Ambos hombres empujaron su nave al agua y remaron por una ruta prevista.

La luna estaba en lo alto del cielo cuando llegaron al Sharingan, el barco ya estaba listo para zarpar, solo esperaban a su capitán. Aseguraron el bote y con la polea los ayudaron a subir a cubierta. 

-¡Leven anclas, Kisame llévanos lo más lejos posible, pero ya!- rugió.

-¡Si, capitán!-  

Solo cuando el barco comenzó a moverse, Sasuke se permitió recurar el aliento.

-¿De qué tamaño es la joya?- preguntó Nagato, pues él y Suigetsu habían colocaban el revoltijo de tela en cubierta.

-Se sorprenderán- respondió el moreno.

Con más curiosidad todos rodearon su botín, lentamente Jūgo removió las sábanas; todo quedó en silencio ante la visión del cuerpo, hasta que Karin exclamó:

-¡El príncipe!- todos los ojos se posaron en ella.

-¿Estás segura?- le preguntó Deidara.

-Me pase un mes leyendo todo sobre el Reino del remolino, él es Naruto, el príncipe heredero a la corona- explicó.

-Definitivamente nos colgaran- dramatizó Suigetsu.

-Un secuestro a la familia real, todas las naciones pedirán nuestras cabezas- opinó Nagato.

-¿En qué pensabas Sasuke?- preguntó Sasori.

Todos miraron a su capitán.

-Es a él a quien necesitamos, la torre era su habitación- 

-¿Y qué hacemos?- preguntó Deidara.

-Enciérrenlo en un camarote, con un poco de suerte no nos dará problemas esta noche. Yahiko, estate alerta, cuando se den cuenta que el príncipe no está, recorrerán todo el mundo para recupératelo. Kisame, ya sabes a donde, estamos muy lejos de nuestro destino. Quiero a todos alerta, puede haber un ataque en cualquier momento-

Como la tripulación vio que ya no había más órdenes, se apresuraron a cumplir lo dicho.

Continuará…

Notas finales:

Notas:

  1. Teniente: Segundo al mando, la mano derecha del capitán, ayudará cuando haya mucho trabajo y sustituirá al capitán en caso haber algún problema o en su ausencia.
  2. Contramaestre: Se encarga de transmitir los deseos del capitán al resto de la tripulación. Su rango es menor que el teniente.
  3. Maestro de reparaciones: carpintero.
  4. Condestable: Se encarga de supervisar las reservas de alimento y de armas.
  5. Navegante: Persona que lee los mapas y dirige al lugar al que quieren llegar teniendo en cuenta también el tiempo.
  6. Estribor- derecha, babor- izquierda.

¿Lo vieron muy extenso? Fueron 22 páginas y prometo que el siguiente estará mas largo.

Espero haya sido de su agrado, ¿comentarios?

Dedicatoria: A mi bola de pelos adorada que me ayudó con la corrección, Sapphir. Y a la bola de grasa de Naru por siempre querer más de mí. ¡las amodoro!

P.D. Más al kitsune que a la vaquita marina. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).