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El tesoro por Alexis sunymoon

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Notas del capitulo:

Este fic participó en el primer concurso de fics del grupo “El final de Kishimoto me importa una mierda, yo amo en SasuNaru” (Sí, todo eso es el título) y resultó ganador del primer puesto, estoy muy feliz por eso, ya que no me lo esperaba. Gracias a Takaita y a la Vice Jetza por organizarlo todo y a las personas que me felicitaron.

Discleimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de M. Kishimoto.

Aquí traigo la segunda (y ultima) parte del fic, y como prometí, está un poco largo

Muchas gracias a las personas que leyeron y comentaron, ni pude responderles, pero espero hacerlo pronto

El tesoro
(Continuación)

-¡Sasuke!- llamaron -¡Sasuke!- el grito a su lado despertó al capitán.

-¿Qué? ¿qué?- preguntó desorientado, se había quedado dormido en su escritorio y por unos momentos observó confundido a Karin -¿qué pasa?-

-Ya despertó- respondió simplemente.

-¿Se puso a llorar?-

-No, nunca imagine que un príncipe tuviera un lenguaje tan soez, le recordó todos sus antepasados a quien lo encerró y ahora esta golpeado la puerta gritando que lo saquen-

-Vamos- sentenció el moreno.

Los gritos del rubio se escuchaban por toda la cubierta, toda la tripulación se encontraba frente al camarote donde Naruto estaba prisionero.

Con molestia Sasuke se acercó la puerta y gritó:

-¡Ya cállate, Naruto!-

Los golpes cesaron, pero no los gritos.

-¡Tú! ¡Te mataré maldito bastardo!-

-Abre- le dijo a Deidara, el más cercano a la puerta.

-No creo que sea una buena idea, Sasuke-

-Abre, yo le enseñaré a ese niño quien manda-

Con duda el rubio abrió la puerta, inmediatamente Naruto salió con fuerza y se abalanzó sobre Sasuke, que quedó desorientado por el impacto, así que no pudo evitar que el puño del príncipe golpeara su mandíbula.

-¡Malnacido, idiota!-

-¿Qué te pasa animal?- reclamó el Uchiha

-¡Me asfixiase!-

-Solo te deje inconsciente-

Soltando insultos, inició una pelea entre Naruto y Sasuke que rodaban por todo el piso del barco. 

La furia de Naruto fue decisiva para que apresara al azabache bajo su cuerpo.

-¿Ahora quién es la presa?- se burló. 

-No pensarás lo mismo cuando te ate al mástil- replicó Sasuke.

-¿Mástil?- preguntó curioso, solo después de eso notó el suave movimiento bajo el, miró al rededor y reconoció el interior de un barco, para sorpresa de todos Naruto salió corriendo rumbo a la cubierta.

-¡Síganlo!- ordenó Sasuke -es capaz de lanzarse al agua-

Rápidamente todos siguieron el camino del rubio, también el capitán, pero se sorprendió al ver a Naruto sonriendo ampliamente, disfrutando de la brisa marítima en su rostro.

-¿A dónde vamos?- preguntó con una voz en exceso estridente -¿estamos ya muy lejos de Remolino?-

-¿Si sabes que eres nuestro prisionero?- obvió Sasuke como respuesta

-Si me hubieras dicho que eras un pirata, con gusto te hubiera acompañado. Siempre he querido recorrer el mundo y que mejor que como un filibustero-

-Tú no eres un pirata, eres nuestro prisionero- recalcó.

-Pirata, prisionero ¿cuál es la diferencia? estoy aquí- respondió feliz

Sasuke no podía creer la inocencia con la que el otro le respondía, por suerte Konan lo saco de su estupefacción.

-¿Y qué hacemos con él?- preguntó.

-Llevando al camarote- 

-¡No!- pidió Naruto -no me encierren, puedo ayudarles en lo que sea; me portaré bien- prometió.

Las miradas de la tripulación se posaron sobre el capitán.

-De acuerdo- accedió de mala gana -denle ropa o nos delatara y te lo advierto niño- amenazó -si me causas problemas no dudaré- 

-Si, si me encerarás- completó Naruto fastidiado.

-Venga con nosotros príncipe, le encontraremos algo- intervino Konan ante la posibilidad de una nueva pelea.

-No me digas príncipe- respondió -Mi nombre es Naruto. Además, técnicamente ustedes no me deben ningún respeto- 

-Ven Naruto-kun- se corrigió la mujer, a lo que el aludido la siguió sonriente.

-Que botín tan peculiar nos conseguiste, Sasuke- se burló Suigetsu.

-¡Cállate!- exigió.

Naruto regresó corriendo a la cubierta, su túnica y pantalones de seda habían sido sustituidos por unos sencillos pantalones negros, camisa holgada blanca y un cinturón de tela roja, lo único que conservó fueron sus botas.

-Ahora pareces una persona normal- comentó Sasuke observándolo -no te acerques a la borda, que si caes al agua nadie te rescatará-

-¿Acaso me crees idiota?- preguntó enojado.

-No lo creo, estoy seguro- respondió.

-Serás...-

-Luego discuten y se pelean- alzó la voz Nagato -ahora tenemos problemas más graves, no nos queda mucho dinero y después del atraco al Raikage no sabemos cómo estarán las defensas de las otras naciones-

-¿Ustedes fueron los que le robaron al viejo amargado?- preguntó el rubio sorprendido.

-Si- respondió Deidara orgulloso -yo hundí dos de sus barcos-

-¡Genial! estaba furioso, incluso se tragó su orgullo para pedirle ayuda a papá- 

-¿Sabes porque no se llevan sus naciones?- preguntó Karin.

-Si, por mamá-

-¿Se enamoró de ella y la quería para esposa?- propuso Konan ansiosa.

-Algo así. En el Reino del remolino no hay ley sálica(1), así que mamá podía ascender a Reina por sí misma. Pero en una reunión de dirigentes el Raikage afirmaba que una mujer nunca podría con un gobierno y bla bla bla, pero enojó a mamá, la gota que derramó el vaso fue cuando se atrevió a pedir su mano, ella explotó, le gritó, insultó y le lanzó una tarta antes de retirarse furiosa. Desde eso las relaciones son un poco tensas, papá es el que ha intentado arreglarlo, pero sin éxito- 

-Yo creía que tu padre fue el príncipe heredero- comentó Deidara.

-No, él y mamá se conocieron de niños, pero no se llevaban; fue hasta que hubo un intento de secuestro a la princesa con papá como héroe, que se conocieron mejor, salieron y se casaron-

-¡Que romántico!- exclamaron Konan y Karin emocionadas.

-Lo que digan- interrumpió Sasuke -Pero los chismes de cámara no nos darán dinero-

-Si quieren pueden usar las joyas de mi ropa- ofreció Naruto.

-¿Las joyas de tu ropa?- repitió Jūgo, el príncipe asintió con su cabeza.

Konan fue rápidamente por las prendas que el prisionero había dejado, cuando volvió y las examinó, se sorprendió.

-Los botones son de oro y los detalles son de rubíes y zafiros-

-Nada ostentoso- comentó Sasuke inspeccionando también.

-Era por el festival, prefiero la ropa ligera- se defendió -vestir con joyas es muy incómodo-

-También podrías donar esos lindos brazaletes- retó Sasuke, pero se sorprendió al ver como Naruto se despojaba de todas sus joyas y se las lanzaba -nunca esperé esto- musitó para sí.

-¿Algo más?- replicó Naruto. 

-Y ese collar-

El rubio sujetó la piedra verde que estaba en su cuello -En realidad es sólo un cuarzo, no tiene mucho valor monetario... pero fue un regalo- 

-No nos sirve entonces- concluyó Sasuke -Konan quita las joyas de las ropas, los demás hagan algo útil y llévense a Naruto con ustedes- ordenó.

El día había pasado sin complicaciones, en realidad se divertían viendo al príncipe explorar el barco y pelearse con Sasuke.

Ahora al capitán le tocaba el primer turno de la noche para navegar, se dirigía a su timón cuando encontró a Naruto sentado en el suelo recargándose en el mástil, al parecer durmiendo.

-¡Hey, despierta!- regañó -ve al camarote- exigió pateándolo levemente.

-¡No, quiero quedarme aquí! Me gusta el viento y el sonido del mar- se excusó.

-Tendrás muchos días para eso, ahora vete- exigió.

-No te afecta en nada que este aquí- se defendió sin abrir los ojos.

-No entiendo porque no quieres ir a un camarote- 

-Tal vez porque si despierto esté de nuevo en casa y no quiero- confesó.

-¿Tan mala es la vida de la realeza?- se burló.

-No es mala, es solo que no es completamente tuya. Demasiadas reglas y expectativas, sientes que te atrapan-

-Entonces te la pasas encerrado en tu cuarto-

-Tampoco soy Rapunzel- reclamó -El problema no es salir, sino la forma: siempre con escolta. He visitado varios países, pero siempre de manera oficial, me gustaría conocer la realidad de los lugares y no solo lo que nos quieren mostrar, también meterme en algunos problemas-

-Problemas no faltarán- prometió Sasuke divertido.

-Lo sé, mamá estará furiosa. De todas formas, pensaba intentar escapar de nuevo, me espera una buena reprimenda- rio un poco nervioso.

-Vamos- llamó Sasuke -te enseñaré a guiarte por las estrellas y la luna-

-¿Me dejas guiar el barco?- pidió.

-Jamás- sentenció Sasuke, Naruto respondió con un puchero infantil.

-Naruto limpia la cubierta- ordenó el capitán.

-¿Qué?-

-Dijiste que ayudarías en el barco, así que limpia-

-Es tu venganza por los tomates de anoche ¿cierto bastardo?-

-Eran los últimos tomates y los aplastaste, agradece que no te eché al mar-

-Eres demasiado rencoroso, te morirás joven- 

-No me importa, ahora ponte a limpiar y no comerás hasta que todo mi barco quede reluciente-

-¡Pero me tomará todo el día!-

-Pues empieza de una vez-

Murmurando insultos, Naruto fue por un balde y un trapeador.

Al anochecer solo le faltaba pulir las escaleras, así que se coló a la cocina donde furtivamente le dieron unas cuantas galletas, volvía a la cubierta cuando un fuerte golpe se escuchó.

-¡Dobe!- gritaron.

Al Pie de las escaleras Sasuke estaba en el suelo, al parecer se había resbalado con la cera. Se levantó furioso, Naruto intentó escapar, pero el moreno fue más rápido, lo sujeto del cuello y lo arrastró a un camarote.

-¡No Sasuke, fue un accidente! ¡Sasuke!-

De nada sirvieron las disculpas del príncipe, pues el pirata lo empujó dentro y cerró por fuera.

-¡Ni piensen sacarlo!- amenazó a su tripulación antes de irse furioso.

El día siguiente Sasuke sintió las miradas de reproche y disgusto sobre sí, después del almuerzo hasta su conciencia le decía que había exagerado, así que mientras nadie lo veía se dirigió a la prisión provisional de Naruto.

-¿Por qué me detestas?- le preguntó apenas entró al camarote -después de la primera noche te la has pasado insultándome- 

-No te detesto- respondió pausadamente -Solo que eres demasiado escandaloso y torpe. Me gusta tener las cosas bajo control y contigo no puedo-

-Y tú eres demasiado serio y un poco amargado. No sé qué te haya pasado para que seas así, pero si fue culpa de mi reino. Te pido disculpas- 

-No es tu culpa, solo intenta no destrozar el barco- le ofreció un cuenco del estofado que habían comido como señal de paz.

-Volveremos al atardecer- indicaba Sasuke, pues habían desembarcado en la pequeña aldea de para vender algunas joyas y conseguir más suministros -Suigetsu y Karin se quedan y no Naruto, no puedes venir- le dijo al rubio que hacia pucheros.

-¿Por qué no?- se quejó.

-Porque te podrían reconocer- 

-Nunca he estado aquí, no sabrán quien- soy rebatió.

-¡No!-

-¡Teme!-

-¿Quieres ir? Bien, lava todas las patatas que tenemos y puedes ir-

-Son como dos toneladas-

-Partimos a la atardecer- se despidió agitando su mano.

-Bastardo amargado- insultó entre dientes.

Unas horas después, Naruto se escabullía en la cubierta, no había rastro de la pareja de piratas así que sin dudarlo se dio a fuga.

 

-¡Sasuke, Sasuke!- gritaba Karin histérica.

-¿Qué sucede!- el susodicho compraba su dotación de tomates antes de volver al barco.

-Naruto no está- 

-¿¡Qué!?-

-Suigetsu y yo nos... distrajimos. Ya lo buscamos por todo el barco y nada, debe estar en la aldea-

-¡Mierda!- masculló -ve por los demás y diles que busquen a ese dobe. Nos vemos en dos horas en el barco- ordenó.

Al moreno casi se le terminaba el plazo estipulado, recorría una calle comercial apartada y sin muchas personas cuando una estridente carcajada llamó su atencion a un puesto de ramen, entró y su ceja tembló, pues en la barra estaba su dolor de cabeza personal.

Sumamente enojado, se acercó al rubio y aprovechando que sorbía sus fideos alegremente empujó su cabeza intentando ahogarle con el caldo, iniciando un forcejeo.

-¿Qué te pasa bastardo?- reclamó Naruto.

-Eres un idiota muy terco, te dije que te quedaras en el barco-

-No era justo, solo quera dar una vuelta- respondió sujetando de nuevo sus palillos.

-Ya deja de comer o te lanzaré al mar- amenazó.

-¡Pero Sasuke!-

-¡Ahora!- ordenó dirigiéndose a la salida.

-Emm… Sasuke- lo llamó el príncipe un tanto nervioso.

-¿Qué?- escupió.

-Yo no tengo dinero, así que tienes que pagar la cuenta-

La cara del pirata era un conjunto de tics, así que el de ojos azules huyó al barco apenas pudo, fue otra noche de gritos, maldiciones y amenazas en la nave.

Naruto no sabía que rumbo tenían, pero esa noche estaba siendo muy calurosa. Sin poder dormir, decidió subir a la cubierta para refrescarse; avanzó por los camarotes de los otros piratas, pero un quejido en uno de ellos llamó su atención, con sigilo se acercó a donde dormían el experto en explosiones y el maestro de la madera, abrió levemente la puerta y vio a Deidara boca abajo en la cama con Sasori detrás de él, ambos estaban desnudos y el movimiento del pelirrojo era rítmico, los ruidos salían de la boca del rubio. El príncipe no tardo en comprender que ellos estaban teniendo relaciones sexuales, así que muy avergonzado y con el rostro rojo salió al exterior.

La noche estaba fresa, aunque intuía que el calor estaba en sí mismo, se dejó caer en medio de la cubierta y regular su respiración. Sintió un cosquilleo en el abdomen y con pena miró el bulto que se formaba en su pantalón y tragó duro. 

-¡Mierda!- masculló.

Observó a su alrededor para asegurarse que no había nadie antes de dirigir su mano derecha a su erección, se estremeció cuando la sujetó y sintió un gran alivio cuando la liberó de la tela. Mordiéndose los labios inicio la fricción de su miembro y no mucho después su semen salió expulsado.

-Debí lanzarme al mar- se quejó sintiéndose un pervertido -lo bueno es que nadie me vio- se consoló a sí mismo, sin saber que un par de ojos obscuros observaban cada uno de sus movimientos.

-¡Puerto a la vista!- anunció Yahiko, desde arriba

-Preparen los botes- ordenó el capitán -Deidara, Sasori y Kisame van a ir por municiones, Konan y Nagato por comida; yo buscaré información-

-¿Puedo ir?- preguntó Naruto.

Todos estaban reunidos en la cubierta, Sasuke respiró ante la pregunta.

-Si, dobe. Irás conmigo-

-¿Porque contigo?- reclamó el rubio.

-Porque eres capaz de perderte o hacerme perder hasta el barco por tu consumo excesivo de ramen-

-¡Qué el ramen es delicioso!- aseguró, pero nadie lo apoyó.

-Si no estás conforme, te quedas-

-Voy contigo, teme- masculló.

Se encontraban en el puerto de la niebla, un lugar frecuentado por piratas y bandoleros; la ciudad era pequeña y estaba sucia, a Naruto no le gustó. Entraron a un bar y Sasuke tomó asiento en la barra, el príncipe se situó al lado.

-Dos cervezas- pidió el Uchiha.

Mientras bebían el Uchiha escrudiñaba el lugar hasta que en una esquina observó a un individuo vestido con yukata blanca, Sasuke se acercó al desconocido y le entregó una bolsa con oro.

-Dile al Reptil que ya tengo su encargo- dijo simplemente y volvió a su asiento.

-¡Otra!- pidió y aprovechó la cercanía del cantinero para cuestionarle.

-¿Las moscas libraron el fuego?-

-Lo de siempre- respondió desganado -aunque los estirados mandaron con los peces a algunos, nadie ha venido con algo interesante-

Sasuke dejo un brazalete de joyas en la barra, pero antes de marcharse el mayor habló de nuevo.

-El clima no es favorable, es época de tormentas. No es fácil llegar a las costas-

Asintió y el moreno se dirigió a la salida seguido de Naruto.

-¿Esa fue tu búsqueda de información?- preguntó Naruto, ya lejos del establecimiento

-Me dijo lo necesario- respondió el pirata.

Ante la mueca de duda del ojiazul explicó:

-Para llegar a las costas del país del fuego hay que pasar uno zona donde se juntan corrientes marítimas del norte y del sur, lo que crea inestabilidad y al parecer ahora hay fuertes tormentas, lo que ha causado que no haya ataques a sus puertos en un tiempo, lo que dignifica que habrá un buen botín, e infiero que la flota militar ha mejorado si ha hundido barcos o eran piratas muy idiotas-

-Entonces planeas atacar al país del fuego-

-Si-

-No entiendo, hemos pasado por zona muy ricas y ni siquiera nos acercamos ¿porque atacar el país del fuego? sus joyas no son las mejores-

-Pero tienen el puerto de los Minerales, el más grande de esa zona y exhiben joyas del país del viento. Como el viento no tiene mares siempre pagan mejor por los botines de ahí, además está a medio camino de donde vamos-

-¿Y a dónde vamos?- 

-No preguntes Naruto, no te diré-

-Tengo una duda- expresó.

-¿Solo una?- se burló.

-¡Teme!-

-De acuerdo, ¿qué quieres saber?-

-Tu eres originario del país del fuego ¿cierto? tus rasgos y tu acento, aunque diluido, es de ahí-

Sasuke detuvo su andar y miró fijamente a Naruto antes de responder:

-Sí, ahí nací y antes de que preguntas, esa es una de las razones por la que lo atacaremos- 

Ante tal respuesta, el príncipe guardó silencio y se limitó a caminar junto al moreno.

 

-Sasuke- habló Kisame mientas todos cenaban -¿escuchaste lo de la tormenta de bahía luna?-

-Sí, pero no será la primera tormenta que enfrentemos-

-Lo sé, solo convendría tomar precauciones-

-Lo haremos, está a cuatro noches de distancia- sentenció.

 

-Curioso- comentó Suigetsu desde el mástil de vigía, acompañado de Naruto.

-¿Qué es curioso?-

-No hay nubes- señaló el cielo.

-¿Significa algo?-

-Sí, que la tormenta debe ser grande para succionar todas las nubes-

-¿Y tenemos que atravesarla?- preguntó nervioso.

-No te preocupes, la libraremos-

 

El barco se sacudía violentamente, las olas golpeaban fuertemente el casco y la cubierta se comenzaba a inundar, pues la lluvia caía sin piedad, alimentando la fiereza del océano.

-¡Sosténganse!- advirtió Sasuke intentando mantener estable al Sharingan -ya debemos estar cerca del borde-

Una nueva ola sacudió todo y un grito de dolor resonó; Karin se había golpeado con el mástil y se desmayó.

Naruto, que era el más cercano a ella la socorrió, sin saber que más hacer desató la soga que rodeaba su cintura y sujeto a la pelirroja, así ella no caería.

Una imponente ola se formó y atacó el navío, todos perdieron el equilibrio, pero Naruto no pudo sujetarse y al no estar atado cayó al mar.

-¡Naruto cayó al mar!- gritó Jūgo.

-¡Hombre al agua!- secundó Yahiko.

-¡Kisame!- gritó Sasuke para dejarle el timón, como sabía que su amarre era largo se tiró al mar.

El agua estaba helada y el oleaje le dificultaba ver y respirar, pero tenía que encontrar al rubio.

-¡Naruto!- gritó -¡Naruto!- instintivamente empezó a nadar contracorriente.

-¡Ayuda!- escuchó que gritaron a su derecha se dirigió a esa dirección.

-¡Naruto!-

-¡Sasuke!- respondió.

Con dificultad lo ubicó y llegó hasta él.

-Sujétame- 

El príncipe rápidamente sujeto la muñeca del pirata para nadar juntos, ya estaban cerca del barco cuando una nueva ola los empujo hacia abajo y la presión aumentó tanto que se vieron obligados a separarse.

Sasuke salió a la superficie, pero Naruto no, se sumergió de nuevo y a pocos metros halló un cuerpo desesperado por salir, lo sujetó por la cintura y se impulsó hacia arriba.

-¡Naruto, vamos!- alentó, pero el rubio no respondió, así que tiro de su soga para que su tripulación ayudara.

Unos pocos minutos después se dejaban caer en la cubierta del barco.

Sasuke recuperaba el aliento cuando Konan habló:

-¡No respira!-

Inmediatamente la peliazul inició el RCP.

-¡Vamos Naruto, quédate con nosotros!- alentaba.

Después de lo que parecieron horas, el menor escupió el agua de sus pulmones y boqueó en busca de aire.

-¿Estás bien?- le preguntó Deidara.

-Si- respondió.

-Vayan a descansar- sugirió Nagato -nosotros nos encargaremos-

Sasuke asintió y se puso de pie.

-Vamos torpe- llamó.

El príncipe se levantó con cuidado y dio un traspié, pero pudo seguir al capitán,
entraron al camarote que estaba en la misma planta.

-¿Qué hacemos aquí?- cuestionó Naruto, pues sabía que esa era la habitación de Sasuke.

-Dormiremos- respondió mientras se despojaba de su ropa -eres libre de irte, pero todo en la cubierta inferior debe estar mojada y te ofrezco una cama caliente-

Desnudo, Sasuke se metió a la cama y se cubrió con las sabanas.

-Tú decides-

Sin pensarlo realmente, Naruto hizo lo mismo que el moreno y en igualdad de condiciones se acomodó en el lecho.

-Solo espero no ronques- amenazó el pirata antes de darle la espalda a Naruto y conciliar el sueño, el otro hizo un puchero y siguió su ejemplo.

 

El sol en su rostro obligó a Naruto a despertar, con pereza se talló los ojos y después de unos minutos se fijó en su acompañante, Sasuke tenía el rostro relajado, su abundante cabello negro estaba enmarañado y sus largas pestañas sobresalían de su blanca piel.

-Así no pareces un amargado- dijo.

Más animado Naruto se levantó y se estiró, como su ropa seguía mojada decidió prestarle algunas prestadas al capitán. Ya vestido salió a la cubierta donde un despejado cielo y un brillante sol le dieron la bienvenida.

-Después de la tormenta viene la calma- recitó el popular dicho.

Como su estómago rugía, se dirigió a la cocina donde Karin lo envolvió con un abrazo.

-¡Gracias!- expresó la mujer -me salvaste-

-No fue nada- respondió el príncipe con una sonrisa y todos se sentaron a comer, Sasuke apareció poco después y sorprendió a su tripulación al verse tan relajado.

Un mapa en la mesa ilustraba su objetivo.

-El país del fuego- reconoció Naruto -¿qué significan estas marcas?- preguntó. 

-Lugares donde hemos atacado, esta vez le toca al puerto comercial de los Minerales, ahí pasa todo tipo de joyas-

-¿Y cuál es el plan?-

-Llegamos, robamos y nos vamos- 

-¿Así de fácil?-

-Sí, Naruto así de fácil-

Los establecimientos comerciales más importantes estaban en dos largas calles, así que era fácil ir de uno a otro en poco tiempo, solo debían ser cuidadosos de no activar alguna alarma, después de todo era de noche y la población dormía.

-Al barco- le entregó el capitán su botín a sus compañeros -solo falta un lugar. Que Deidara prepare los cañones. Naruto ven conmigo-

Recorrían las calles iluminados por las lámparas de aceite.

-Pensé que encontraríamos más resistencia- comentó Naruto.

-El gobernador de este sitio es un idiota, en realidad todos en este país lo son. No construyen muros porque dañaría la imagen de la ciudad, su marina no vigila las costas para no atraer piratas, pfff... ilusos-

-¿A dónde vamos?-

-Hay una joyería más, casi en el centro de la ciudad, pero es donde hay más piezas del país del viento y con un poco de suerte hallaremos algo del principado                                                                              de la Arena-

Siguieron caminando hasta un elegante local, el color no se distinguía, pero Naruto juraría que era rojo, el ventanal de exhibición estaba vacío.

-Aquí no hay nada- murmuró Naruto.

-No pensarás que el gobernador dejará a la vista sus tesoros- respondió Sasuke mientras forzaba la cerradura con su daga.

-¿El gobernador?- repitió el rubio.

-Si, Danzo. Un ser despreciable y corrupto, he querido hacer esto por años-
Con un clic la puerta cedió.

-¡Vamos!- apuró el capitán, caminaron por un pasillo y abrieron varias puertas hasta una habitación llena de pías en diversas vitrinas.

-La seguridad es escasa- se alarmó el príncipe.

-Es obvio. Hay orden de ejecución al que intente robar aquí. Nadie es tan estúpido-

-¿Y porque tu si?-

-Yo soy demasiado inteligente, además esto es una venganza-

-¿Venganza?-  

-No es de tu incumbencia; rápido busca joyas de la arena, oro obscuro con-

-Con esmeraldas- completó -ya sé cómo son-

-Date prisa, yo tengo que encontrar algo-

Sin saber cuánto tiempo pasó, Naruto llenó su mochila con el botín, mientras Sasuke rebuscaba por todo el lugar.

-Ya terminé- informó.

-Yo igual- respondió el moreno, en sus manos tenía únicamente un brazalete formado por flores de pequeñas piedras rojas en un hermoso acabado en oro.

-Rubíes de fuego- acertó Naruto -nunca los había visto, son muy extraños-

-Posiblemente es la pieza con más de ellos en el mundo-

-Es hermosa- reconoció Naruto.

-Como sea, vámonos-

Ya fuera de la tienda, Sasuke sacó de su bolsillo una pequeña esfera con una mecha.

-¿Listo para correr?- inquirió el Uchiha, encendió la mecha y tiró la bomba dentro del local. Naruto no lo pensó antes de iniciar la carrera hacia el puerto, a pesar de que ya estaban a unas calles escucharon la explosión y aceleraron el paso.

En la bahía encontraron el barco con la escalera de soga extendida, se sujetaron de ella y el navío comenzó a moverse, pues la ciudad estaba ya despierta y las alarmas sonaban.

-¡Los cañones!- ordenó Sasuke apenas llegó a cubierta, tomó el timón para mantenerse relativamente cerca de la orilla y así destrozar algunos muelles y puentes, después se internaron en el mar abierto perdiéndose entre la niebla.

-Fue una buena noche- reconoció la tripulación, aun debían estar alertas por si los perseguían, pero el atraco salió a la perfección. 

-¿Ahora hacia dónde?- preguntó Suigetsu.

-A la isla del sonido- informó el capitán y el júbilo cesó; Naruto lo notó, pero no preguntó suponiendo que ahí guardaban sus tesoros.

A la mañana siguiente la tripulación se repartía parte del botín, como de costumbre(2), dejando al último las valiosas joyas de la arena. Todos concordaron en que Naruto debes ser el primero en escoger, pero se negó rotundamente.

-Ya eres parte de esto, y tú escogiste el botín, adelante-

Todos parecían estar de acuerdo, así que del pequeño montón seleccionó un sencillo brazalete, con una pequeña esmeralda octagonal.

-Lindo- reconoció Karin, pese a ser discreto la joya era bellísima.

-¿Es para alguna nena?- preguntó Suigetsu abrazándolo por los hombros con camaradería.

-Algo así, tal vez con esto mi madre se ablande un poco- 

-¿Tu madre?- preguntaron todos.

-Sí, debe estar furiosa y conociéndola, ya habrá ideado una decena de castigos por escapar- explicó nervioso.

-Fuiste secuestrado, técnicamente no es tu culpa- recordó Sasuke.

-Si bueno, supongo que te querrá dar unas palmadas en el trasero. Solo no la encabrites más, que luego me tocara a mí también-

-Tu madre es estricta- concordó Nagato.

-No, en realidad es amable y dulce sino la haces enojar. Tiene un carácter fuerte y es muy voluble. Una vez mi padre la enojó y le lanzó el cuchillo, estábamos cenando. Otra vez mi hermano y yo nos escapamos a una dulcería y cuando nos encontró, nos llevó de la oreja hasta el palacio, estuvimos lavando pisos por dos semanas-

-¿Tienes un hermano?- preguntó Deidara.

-Si, Menma. Somos mellizos-

-Otro príncipe revoltoso- opinó el Uchiha.

-Es muy serio, pero divertido. Es muy bueno es historia y en ajedrez, le interesa la milicia-

Naruto estuvo contando anécdotas familiares por varias horas, casi todas graciosas en donde el salía castigado.

Los días pasaban tranquilos, se habían abastecido en un pequeño puerto y ahora solo los rodeaba el mar. Esa noche habían anclado cerca de un archipiélago y hacía calor, así que Naruto fue a buscar algo para beber, paso por los camarotes de sus compañeros, pero un gemido atrajo su atencion, con cautela se acercó a la habitación que compartían Nagato y Yahiko, estaba entreabierta la puerta y miró dentro.

La luz era escasa, pero notó como Konan, con su cabello azul suelto estaba sobre un cuerpo tumbado y por detrás un hombre de cabellera naranja la abrazo, así que dedujo que el otro era Nagato. Los tres estaban desnudos y lo comprendió, avergonzado corrió a las escaleras hasta la cubierta.

-¡Ellos mantienen relaciones!- exclamó en voz alta -¡ellos, los tres!- se repetía.

-¡No te escandalices!- lo reprendieron, volteó y vio a Sasuke cerca del timón.

-¿Lo sabes?-

-Por supuesto, es mi barco, así como sé que una vez te masturbaste-

Naruto sintió sus mejillas enrojecer.

-¿Cómo?- 

-Te vi ¿quiénes fueron Deidara y Sasori; Yahiko y Nagato con Konan o sin ella; Suigetsu y Karin o Kisame y Jūgo?-

-Kisame y Jūgo ¿enserio?- preguntó un poco asqueado.

-Ellos era broma ¿y bien?- mientras hablaba el moreno había llegado frente al avergonzado príncipe.

-Sasori y Deidara- confesó. 

-Sus encuentros son más frecuentes de lo que te imaginas, mantienen una relación de matelotage(3)-

-No pareces sorprendido que en tu tripulación haya amoríos-

-En realidad Suigetsu y Karin están casados, pero se supone que nadie lo sabe. Y respecto a los demás, existía el mito de que las mujeres en los barcos atraían los desastres, así que es común que entre los marinos haya relaciones homosexuales ¿te escandaliza? ¿acaso está prohibido en el Reino del Remolino?-

-No, mi tutor está casado con el capital de la guardia.

-¿Y tú estarías dispuesto a probar?- insinuó rodeando su cintura con su brazo derecho.

-¿Escaso de mujeres?-

-No, no me atraen las mujeres. Aunque si admitiré que hace mucho que no estoy con alguien- 

-¿Porque yo?-

-Eres mío, te robe. Quiero disfrutarte-

-¿Y si me niego?-

-Te echaré al mar para bajar la excitación que tienes y yo tendré que arreglármelas solo- 

-¿Y si acepto?- 

-Te haré sentir placer como nunca antes- aseguró.

-¿Es un reto? 

-Por supuesto-

Para cumplir sus palabras Sasuke cazó los labios del príncipe en un beso, sintió la sorpresa del otro y después su respuesta, incluso como su lengua se movía tímidamente para enredarse con la suya, cuando se separaron un hilito de saliva los conectaba.

Sin decir nada sujeto la muñeca de Naruto y lo llevó hasta su camarote, abrió la puerta y lo empujó dentro.

-Creí que tendría que ahogarme otra vez para volver aquí-

Para callarlo, Sasuke lo besó nuevamente, guiándolo para que cayera en la cama.

Aprovechó que el menor se recorría hasta la cabecera para quitarse su abrigo, la camisa y las botas.

-¿Me desnudo?- preguntó.

-No, solo quítate las botas-

Naruto obedeció rápidamente y pudo contemplar el cuerpo del capitán; años de trabajo en el mar habían hecho de él un hombre fuerte.

-Deja de comerme con la mirada- 

-Tú me ofreces la vista-

-No solo la vista-

Rápidamente se lanzó sobre el cuerpo moreno, apoyándose en sus brazos y rodillas para no aplastarlo, rozó sus labios con los contrarios suavemente, después se dirigió al cuello.

-¿Por qué?- preguntó y Sasuke gruñó -¿porque sigo vestido?-

Sasuke se alzó para contemplar los ojos azules.

-Porque los tesoros se buscan, se descubren y se disfrutan. El placer de desnudarte es solo mío-

-Eres demasiado posesivo- respondió Naruto en un suspiro, pues el pirata había atacado su cuello de nuevo, incluso lanzó un gritillo cuando el moreno lo mordió.
Sasuke guió sus besos del cuello hasta la clavícula, desabrochando la camisa lentamente para abrirse paso, llegó hasta los rosados pezones y succionó el izquierdo, el más cercano al corazón y escuchó el pulso de Naruto acelerarse más.

-¡Ay!- exclamó el rubio al sentir los dientes de Sasuke sobre su botón, también había comenzado a masajear el derecho con su mano libre. Como no podía tener las manos quietas, el príncipe enredó sus dedos en el cabello negro, bajando sus extremidades hasta los hombros y volviéndolas a subir.

Sasuke continuó descendiendo lentamente por el abdomen de Naruto, escuchando una leve risa.

-Me haces cosquillas- dijo.

-Álzate un poco- pidió, cuando Naruto obedeció le quitó el pantalón junto con la ropa interior.

-Tienes poco vello- observó

-Es de familia- respondió avergonzado -tú no estás desnudo-

Sasuke se levantó sonriente y sin más ceremonia se deshizo de sus propias ropas, ahogó un gemido cuando una mano comenzó a tocar su pene.

-Niño travieso- reprendió en broma antes de comerse la boca del príncipe de nuevo. 

Sasuke continuó con los pezones del rubio mientras su mano sujeto el miembro de su acompañante, podía sentir la punta húmeda y como Naruto era asaltado por el placer cuando estrujaba su pene, poniéndolo más cachondo.

Sintió el pene del rubio solar liquido pre seminal y él sabía que tampoco le faltaba mucho para correrse, así que sujeto ambos penes con su mano y siguió con la estimulación. Naruto estaba gimiendo más fuerte y no necesito mayor placer para dejar salir su semen manchando ambos cuerpos, Sasuke sujeto el miembro del rubio mientras se descargaba para después seguir frotando y finalmente alcanzar el clímax, el orgasmo lo asalto con fuerza para después dejarse caer sobre el cuerpo del abajo.

-Sasuke- habló más calmado y el aludido gruñó -no llegamos al final-

El pirata rodó para dejarse caer en la cama.

-No te penetraré, Naruto-

-¿Por qué?- 

-Eres virgen, así que sería una muy mala idea-

-No te entiendo-

-No quiero que después me recrimines por eso, los vírgenes tienden a atesorar su primera vez-

-¡Eres un idiota!- gritó indignado -ni que fuera una chica o me quisieras violar- se levantó y comenzó a buscar su ropa.

-No te dije que te fueras-

-No pienso quedarme aquí a ser objeto de burla-

-No eres un objeto y no me estoy burlando- 

Naruto lo miró fijamente.

-No soy un bastardo y nunca tomaría a nadie por la fuerza, por eso te digo que te reserves para cuando estés enamorado y no a un calentón-

-Entonces eres un romántico bajo capas de arrogancia-

-No me hagas atarte a la cama y violarte- advirtió

-De acuerdo, pero aun así me voy a dormir-

-Mi cama es más cómoda que tu futón y aún quiero enseñarte algo-

-¿Qué?-

-Siéntate-

Con Naruto en el borde de la cama, Sasuke se inclinó y le separó las rodillas para exponer su virilidad.

-Aprende bien, que luego te toca a ti- le digo antes de humedecer sus labios e iniciar una felación.

Para la tripulación fue normal ver que Sasuke y Naruto se fueran en las noches al camarote del primero. 

Según le habían dicho a Naruto, estaban a cinco días de la isla del Sonido y Sasuke se comportaba un poco más posesivo con él, ya que no solo durante la noche se encerraban para darse placer.

Estaban plácidamente dormidos cuando un rugido rompió el silencio despertando a ambos.

-¿Tormenta?-

-Puede ser-

Se escuchó de nuevo el ruido y el barco se sacudió.

-¡Nos atacan!- gritaron desde fuera.

Rápidamente se vistieron y salieron a la cubierta.

-¿Quiénes son?- preguntó Sasuke a Kisame, que maniobraba el timón.

-El país del fuego, es su marina especializada-

-¿Cuántos son?- 

-Dos barcos- respondió antes de otra sacudida.

-¡Quieren hundirnos!- gritó Suigetsu

-No, parece que quieren derribar el mástil y las velas- respondió Nagato

-Nos quieren capturar- dedujo Sasuke -Danzo es un ser sádico, debe querer una ejecución pública-

-Entonces debemos huir- sugirió Karin

-No, solo nos perseguirían. Tenemos que hundirlos primero- sugirió Jūgo

-Kisame, ayuda a Deidara y Sasori con los cañones- ordenó el capitán -los demás prepárense para enfrentamiento directo-

El siguiente impacto los dejo en el suelo unos instantes.

-Eses malditos nos golpearon- dijo Nagato

-¡Quieren atarnos!- informó Yahiko cuando unos ganchos con cuerda se sujetaron a la borda.

-¡Córtenlos!- ordenó Sasuke.

Se apuraron a cumplir la orden, pero se llevaron otra sorpresa.

-Son de metal- informó Naruto. 

-¡Mierda, nos rodean- maldijo Sasuke al ver como por cada lado un barco impedía el paso.

-Nagato ve a los cañones y dile a Deidara que tiene que hundir el de la izquierda-  

-Se preparan para abordarnos- informó el príncipe. 

-Nosotros combatiremos aquí, están demasiado cerca para usar los cañones sin que exploten también- ideó el plan.

El pelirrojo obedeció y los demás asumieron posición de ataque

-Vaya Uchiha, ahora si metiste la pata- comentó el hombre de impecable uniforme blanco.

-Sai Shimura ¿otra vez lamiendo el culo de papá?- lo enfrentó.

-Especialmente pedí esta misión, la gloria de capturarte será mía-

-Qué bueno que tengas tanta confianza, espero te dure cuando vuelvas con la cola entre las patas-

Sai sonrió falsamente y ordenó:

-¡Ataquen!- mientras el mismo comenzaba a combatir con el capitán -intenten no matarlos, Danzo-sama quiere jugar con ellos-

El rugido de los marinos fue su muestra de acuerdo y la batalla comenzó, por toda la cubierta había duelos de espada y las maldiciones flotaban en el aire

-Vayan abajo y revisen si no hay más tripulación-

Cuatro hombres se dirigieron a la escalera.

El combate entre Sasuke y Sai era el más fiero, pues la antipatía que sentían el uno por el otro los obligaba a dar lo mejor; una sombra se posó sobre el pirata, pero antes de voltear Naruto ya le cubría la espalda.

-No es honorable atacar por la espalda- dijo el príncipe.

-Tu nueva mascota ¿eh?- preguntó el militar.

-No te importa-

-Es lindo ¿ya lo estrenaste?, tal vez me lo pueda quedar mientras a ti te torturan-

-Papi Danzo ya aceptó que a su hijo le gusta que le den por el culo- se burló -¿cómo lo llamaban? ¡sodomía! tuvo que derogar la ley o hubiera tenido que azotarte en público-

-¡Bastado!-  chilló Sai arremetiendo contra el Uchiha de nuevo, los combates continuaban hasta que una explosión los sorprendió, más otras dos le siguieron y en el barco que estaba en la se desató el caos pues el impacto había dado de lleno en el casco y sin duda se hundiría.

-¡Disfrutare tu suplicio!- gritó Sai y antes de volver a atacar el segundo barco comenzó a arder                                                   

-Un barco y su tripulación por intentar capturar a un pirata, muy mal Sai-

Los gritos del navío llegaban a pesar de la distancia. 

-¡Lleven los botes salvavidas!- ordenó el capital de la marina.

-Al menos aprecias la vida humana- aceptó Sasuke -vete a ayudar a tus hombres y no hundiré también tu barco- 

-Te atrapare Uchiha- prometió conteniendo la rabia -¡retirada!- ordenó el Shimura.

Los uniformados obedecieron, soltaron los ganchos que mantenían unidas las naves y fueron a socorrer a sus compañeros.

-¡Icen las velas, vámonos!- apuró el moreno -Naruto, peleaste bien- reconoció

Esa noche nadie de la tripulación durmió por si ocurría otro ataque, así que fue lógico que al ocaso siguiente todos descansaran menos Sasuke, que dirigía el timón.

En la madrugada contemplaba las estrellas desde las escaleras de la nave

-¿Te sientes culpable?- preguntó Naruto sorprendiéndolo -por Nagato- aclaró

El pelirrojo había recibido un corte en el hombro mientras le daba tiempo a Deidara para disparar, ya había sido atendido por Konan y Karin

-No, todos sabemos los riesgos, pero es fuerte, se repondrá- respondió el capitán

-Fue muy humanitario lo que hiciste con eso marinos, estoy casi seguro que no hubo muertes-

-No soy un asesino, saqueo y destruyo, pero respeto la vida-

-Lo sé- concordó; se fijó en el moreno y en sus manos vio la pulsera de rubíes que con tanto empeño había buscado.

-¿Es muy valiosa?- dijo de nuevo. 

-Si, pero sobre todo por lo que representa-

-¿Hay alguna leyenda entorno a ella?- preguntó emocionado. 

-Más bien una maldición-

-¿Sasuke?-

-Era de mi madre-

-¿Qué?-

-Mira- le mostró la flor que tenía como dije y en el reverso a bajorrelieve un abanico de pai pai había sido grabado

-Este es el símbolo del clan Uchiha y la pulsera ha pasado por generaciones en mi familia-

-Esto es confuso-

-Yo nací en el País del fuego, en el puerto comercial de los Minerales, fui el segundo hijo. Tenía a mi padre, a mi madre y a mi hermano mayor; mis padres eran comerciantes de joyas, los últimos de una larga tradición. La tienda a la que entramos en el centro era nuestra, pero los tratos más importantes los hacían en persona; tenía unos siete años y nos dirigíamos a Suna, la capital del Principado de la Arena, ya cerca de la frontera decidimos acampar y en medio de la noche nos atacaron, mis padres y todos los que nos acompañaban fueron asesinados. Mi hermano me llevó al bosque y huimos en medio de la noche, dejando todo. Tardamos cerca de un año en volver para llevarnos la sorpresa de que habíamos sido declarados muertos y todo lo nuestro había pasado a manos del gobierno, nos mandaron a un orfanato. Mi hermano, Itachi, creía que todo estaba muy raro y que algo no cuadraba, era un genio y yo un niño asustado que no comprendía. A los nueve, una noche nos levantaron y nos guiaron al puerto donde un barco nos esperaba, en medio de burlas nos subieron y vi cómo le pagaban al encargado del orfanato- 

-¿Piratas?- preguntó Naruto en un susurro.

-Si, era la tripulación de la serpiente rastrera de Orochimaru y nosotros su próximo botín. Le gustan los niños. Después de unos días en el mar se armó una trifulca cuando se embriagaron e Itachi aprovechó que estábamos cerca de la costa para lanzarme al mar, estuve dos días a la deriva cuando un barco me rescató, me cuidaron y me uní a ellos, así comencé como pirata y en los puertos escuché rumores sobre el asesinato de los comerciantes, como le decían a mi familia, y que todo había sido planeado por el gobernador del puerto junto con otros comerciantes menores. Investigué y fue cierto, casi todas las joyerías de ese país tienen piezas de mi familia, algunas las llevábamos en aquel viaje así que decidí vengarme, los haría pagar. Me esforcé y cuando tuve mi propio barco comencé a buscar las piezas de los Uchiha, destruyéndolo todo a mi paso, pues esas joyas las presumían como su gran tesoro y esta pulsera es posiblemente la más valiosa, porque recuerdo que madre la tenía puesta-

-¿Y tu hermano?-

-Me salvó y ahora yo lo salvaré, sigue con Orochimaru. Uno de sus subordinados me intercepto en el país de la niebla y me entregó una carta en donde decía que si le entregaba lo que pedía me lo devolvería-

-¿Y qué quiere?-

-Una joya que estaba en la torre norte del palacio de Konoha-

-Yo soy tu pago- comprendió

-Tengo que hacerlo- se excusó -es mi hermano y se sacrificó por mí-

-Lo comprendo- respondió Naruto tranquilamente -yo haría lo mismo. Lamento todo lo que te ocurrió, hablaré con mis padres para ver si se puede hacer algo-

-No me interesa- replicó -me gusta el mar y esta vida-

Se acercó al mar y contempló por una vez más la joya, arrancó el dije de flor y lanzó al océano su herencia.

-Puedo decir que he enterrado a madre como corresponde-

Naruto lo alcanzó y pasó su brazo izquierdo por nos hombres del moreno en un abrazo.

-Espero que todos descansen bien esta noche, mañana no saldremos de la cama- comentó el Uchiha solemnemente para dar por terminado el asunto.

-No me gusta este lugar- comentó Naruto mientras Kisame y Jūgo colocaban la rampilla.

La niebla en la isla del Sonido era muy densa y su única guía para llegar a aquel muelle había sido un viejo faro.

-¿Estás seguro que quieres ir solo, Sasuke?- preguntó Karin preocupada.

-Las ordenes de Orochimaru fueron claras solo yo y el botín-

-Podría ser una trampa- concordó Nagato.

-Estaremos bien, pero si escuchan disparos o no volvemos en dos horas váyanse. Es hora, Naruto-

Toda la tripulación estaba en la borda, pues estaban en su destino, cada uno se despidió del rubio conscientes de que no lo volverían a ver

-Este lugar es horrible, pero veras que pronto estarás en casa- animó Konan.

El capitán y el príncipe descendieron del barco y continuaron por el sendero que escasamente se veía.

La pequeña isla estaba completamente amurallada, dándole aspecto de una fortaleza.

No hablaron en todo el trayecto, y sin darse cuenta llegaron a la puerta de la guarida de Orochimaru, los esperaba uno de sus hombres.

-Kabuto- reconoció el Uchiha

-Orochimaru-sama no se equivocó contigo- le dijo cuando vio al rubio tras él -¿no debería estar amarrado?- preguntó al ver las manos del supuesto prisionero libres.

-Eso no es necesario- respondió simplemente.

Sin importarle, el hombre mayor abrió y los otros dos lo siguieron.

Olía a humedad y desperdicios humanos, Naruto arrugó la nariz ante la pestilencia y se acercó más a Sasuke, el hombre llamado Kabuto los guio a una habitación similar a una sala del trono donde un hombre maduro los esperaba.

-¡Lo lograste Sasuke!- dijo a modo de saludo. 

-Cumplí mi parte, ahora mi hermano-

-Por supuesto- hizo una seña con la mano y uno de sus cómplices se perdió en uno de los pasillos.

-Vaya Naruto-kun los años te han sentado bien- comentó viendo al príncipe.

-Supongo que ya tendrás planeado cuanto quieres de rescate, los reyes del Remolino deben estar desesperados- habló el Uchiha.

-Pero si no negociaré un rescate- aclaró.

-¿Entonces porque me hiciste secuestrar a un príncipe?-

-Venganza-

-¿Venganza? pero si no lo conozco- habló por primera vez Naruto

-Oh mi querido príncipe, eras muy pequeño y no lo recuerdas; yo fui consejero de tu abuelo, pero tu madre siempre tuvo sus reservas conmigo. Después Minato descubrió mis negocios privados y me desterraron del Reino, sin embargo, nunca pude olvidarte, eres precioso y ahora serás mi nueva mascota-

-¿Qué?- exclamó el pirata

-¿No me digas que te encariñaste con tu rehén Sasuke-kun?- preguntó sarcástico.

-Yo no...- la respuesta fue interrumpida por el regreso de Kabuto con otra persona.

-Itachi- reconoció a su hermano.

Orochimaru sujetó al Uchiha mayor hasta ponerlo frente a su pariente.

-Me trajiste lo que te pedí, te devuelvo a tu hermano. Ven Naruto-kun- llamó

Con paso vacilante el rubio llegó a la altura del maleante, satisfecho Orochimaru empujó a Itachi que cayó al suelo, Sasuke corrió a su lado.

-Perdona que no te acompañe, peto tengo unos preparativos que hacer. Te aconsejo que no te vuelvas a cruzar en mi camino- amenazó

Mientras el mayor se llevaba a Naruto por el pasillo pudo notar en el de ojos azules algo que no había visto en todo el viaje: miedo.

Concentrándose, levantó a su hermano y avanzó lo más rápido que pudo, evitando ver hacia atrás.

 

En su cama, el aspecto de Itachi era aún más demacrado, su piel estaba en exceso pálida y tenía muchos moretones y heridas, su cabello, aunque largo era áspero y su complexión era sumamente delgada; Sasuke contemplaba a su hermano en una silla junto a él, había hecho lo correcto.

-Ototo- apenas fue un murmullo, pero lo escuchó claramente.

-¡Nii-san!- respondió, lo mirándolo a los ojos, igual de negros que los suyos.

-No debiste intercambiarme por ese chico- reprendió 

-Tenía que rescatarte- se excusó.

-¿Entonces porque tus ojos están llenos de culpa?-

-Voy a volver...-

-Imagino lo que deseas y es muy peligroso, también será la única oportunidad que él tenga de sobrevivir-

Sasuke asintió y con una resolución en mente se encaminó a la puerta.

-Estoy orgulloso de ti- le dijo antes de que abandonará la habitación.

-¿¡Qué!?- exclamaron todos.

-Voy a ir a rescatar a Naruto-

-¡Te matarán!- expresó Suigetsu.

-No, Itachi dijo que cada noche se embriagan y descuidan la defensa, puedo hacerlo-

-Iremos contigo- afirmó Nagato.

-No, ustedes protegerán a mi hermano. Déjenme uno de los botes, vallan al puerto más cercano y manden un mensaje al Remolino, una armada nos sería útil-

Ya con las órdenes dadas, Sasuke inició su rescate. Siguió las instrucciones de su hermano y pudo colarse fácilmente, tuvo que esconderse un par de veces, pero consiguió llegar hasta los aposentos del líder, abrió con cautela y no vio a nadie pese a que la alcoba estaba iluminada.

Ingresó y lo encontró en la cama, atado, amordazado y desnudo, pudo ver como sus ojos se alegraban de verlo, se apuró a liberarlo empezando por su boca.

-Volviste- dijo como si no creyera que el moreno estuviera con él.

-No te robé para entregarte tan fácilmente- 

-Gracias- 

-Naruto ¿te hizo algo?-

-No-

-Vámonos- instó deshaciendo el último amarre, al no tener ropa le dio su gabardina para que se cubriera.

-¡Corre!- ordenó

Siguieron por los pasillos tomados de la mano cuando la alarma rompió la calma, no tardaron en oírse gritos, maldiciones y disparos. 

-¡Nos descubrieron, tenemos que ser más rápidos!- indicó Sasuke

Siguieron con su huida cuando una bala alcanzó a Sasuke en el costoso izquierdo, pudo dispararle a su atacante antes de desplomarse.

-Ve al muelle, hay un bote para ti. Les dije que alertaran a tu país, vete-

-No te dejaré- sentenció Naruto, ayudó a Sasuke a ponerse de pie y siguieron avanzando; ya estaban rodeando la muralla exterior cuando un derrumbe sepultó una pierna del pirata y dejó inconsciente al príncipe.

-Naruto- murmuró Sasuke intentando alcanzarlo, antes de desmayarse.

-¿Qué pasó?- se preguntó, lo último que recordaba era haber sido aplastado por una muralla, abrió los ojos y vio todo negro, su vista tardó un poco en adaptarse, pero reconoció una celda .

-Genial- masculló sarcástico, cuanto intento moverse descubrió que sus manos estaban encadenadas sobre su cabeza, maldijo en voz alta, eso lo dejaba indefenso.

Forcejeaba y sentía que se hacía daño, pero no le importo, debía intentarlo, la celda se abrió de un golpe y un pudo dividir una imponente silueta acercarse.

-¿Porque estoy encadenado?- exigió saber

-Así se trata a los prisioneros- respondió el extraño con voz grave y golpeó fuertemente el abdomen de Sasuke, dejándolo sin aliento.

-¿Dónde está Naruto?- preguntó con dificultad.

Recibió un puñetazo en mejilla izquierda.

-Debes hablarle con respeto al príncipe-

-¿Dónde está?- repitió, vio cómo su verdugo preparaba otro golpe, cuando una voz lo detuvo

-¡Basta Ibiki!- 

-Pero Minato-sama-

-Fui muy claro con el trato que debían recibir estos navegantes y aprovechaste mi ausencia para traer a este joven al calabozo ¡libéralo!- ordenó

-¡Es un criminal!-

-Ibiki, es una orden-

Refunfuñando el hombre obedeció y Sasuke se deslizó por la pared hasta el piso, refunfuñando Ibiki se retiró.

-Perdónalo- se disculpó ayudando al pirata a ponerse de pie y avanzando hacia la puerta -te trae ganas desde que raptase a Naruto-

-¿Quién eres?- preguntó 

-Soy Minato, el…-

-El rey de Remolino-

-Sí, pero iba a decir que soy el padre de Naruto-

Habían dejado el calabozo atrás y ahora subían por la escalera de caracol

-¿Estamos en el Reino del Remolino?-

-Sí-

-¿Qué pasó?- inquirió

-¿Desde qué secuestraste a mi hijo o durante el asalto a la isla del Sonido?-

-Lo segundo, ¿me está llevando al patíbulo?- preguntó un tanto preocupado.

-No Sasuke-kun- aseguró -en realidad nos dimos cuenta esa misma noche que Naruto no estaba, creímos que había escapado otra vez, pero uno de mis guardias te reconoció y no fue muy difícil unir los puntos. Sabíamos que Orochimaru quería venganza y mi esposa decidió seguirlos hasta su guarida, funcionó. Apresaron a esa vieja serpiente y a varios de sus cómplices; ustedes estaban gravemente heridos cuando los hallaron, estuviste inconsciente todo el trayecto-

-¿Naruto está bien?- ya habían llegado al salón principal, pero el rey continuó por las escaleras. 

-Si, sus heridas no eran profundas, él nos contó todo. Aunque me parece curioso que por lo primero que preguntes sea por mi hijo, capitán-

-Mi tripulación, ¡mi hermano!-

-Tu gente está bien, están en uno de los chalets del palacio, pero tu barco se hundió-

-¿Qué?-

-Quedo en medio de los disparos de los cañones-

Sasuke comprendió.

-¿Itachi?- murmuró

-Las heridas de tu hermano son serias y su cuerpo no está en las mejores condiciones-

-¿El…?- preguntó con terror

El mayor no contestó, se limitó a abrir la puerta a la que habían llegado y le cedió el paso para entrar detrás.

El cuarto era blanco, estaba completamente limpio y olía a desinfectante, en la cama estaba Itachi, con expresión de dolor en su rostro. Sasuke intentó acercarse, pero la mano del rey en su hombro lo detuvo; desde su sitio vio a doctores y enfermeras trabajar, lo único que desentonaba con la pulcritud de la habitación era la bella mujer que estaba junto al Uchiha, con un paño para limpiarle el sudor y sosteniendo su mano. Su cabello rojo caía por su espalda y gritaba a los médicos para que se apuraran.

-Un poco más Itachi-kun y te darán algo para el dolor- dijo para consolarlo.

El rey le hizo un gesto para que salieran.

-Ella es Kushina, mi esposa, fue la que organizó la búsqueda de Naruto y decidió usar eso para capturar a Orochimaru, me contaron que lo noqueó de un solo golpe-

-Naruto me dijo que la Reina es de temer-

-No lo dudes-

-Majestad ¿soy un prisionero?-

-Dime Minato y bueno, tu situación es difícil, eres un pirata y hay unas cuantas órdenes de aprensión que llevan tu nombre, sígueme- indicó, caminaron en silencio hasta lo que parecía un despacho, el rey se acercó a su escritorio y le entregó un pergamino a Sasuke.

-Mi sentencia- aseguró

-No, es el indulto real-

-¿Indulto?- repitió

-Ayudaste a capturar al criminal más buscado del mundo, pero, sobre todo regresaste por mi hijo, me contó como volviste por el cuándo no tenías porque y eso te lo agradeceré siempre-

-Pero yo lo secuestre primero-

-No te fijes, Naruto hizo lo suyo con tal de no volver, así que digamos que fue una travesura-

-Sus aliados no estarán contentos cuando sepan que me liberó-

-Fue difícil, pero ahora eres completamente libre, sobre todo con el Raikage aunque aceptó de buena gana a Orochimaru en tu lugar, aun así no te acerques al País del Rayo en un buen tiempo-

-No sabía que el Raikage tuviera asuntos con un ser como ese-

-Sucedió hace años, pero su hermana fue secuestrada, la encontraron en un bote a la deriva muerta, con signos de tortura y abuso. Algo espantoso. Ahora se lo hará pagar.

-En verdad era un hombre desalmado, Orochimaru- concordó.

-Mucho. Pero dejemos ese tema, me preguntaste por mi querido hijo, te sabes el camino-

Con un asentimiento se retiró y corriendo llegó a la torre norte, abrió la puerta y lo vio de espalda, observando los jardines en el balcón.

-¡Dobe!- dijo

El aludido se tensó, dio la vuelta y sonriendo se lanzó sobre Sasuke a besarlo largamente, siendo correspondido de igual forma.

Sasuke pasó el resto del día con Naruto, por lo que en la noche es escabulló hasta la habitación de su hermano, no se sorprendió de verlo dormido, aun así, se sentó en la cama.

-¿Porque no estás en la cama?- habló el mayor.

-Creí que dormías-

-Ven- Itachi le hizo espacio a su hermano para que se recostara junto a él.

-¿Cómo te sientes?-

-Bien, encontraste a muy buenas personas-

-El rey me dio el indulto, somos libres-

-¿Y te gustaría quedarte aquí?-

Tras un breve silencio contestó:

-No lo sé, es un lindo lugar, pero me gusta el mar, aunque si tú quieres podríamos establecernos aquí- dijo rápidamente.

-Cualquier lugar estará bien- respondió simplemente.

Los hermanos continuaron con su charla hasta quedarse dormidos.

-Me gusta la forma que tienen sus ojos, sus pestañas son largas y tupidas y la nariz es recta- escuchaba que hablaban, pero no quería despertar aún.

-Se los heredo a mi madre, se parece mucho a ella- respondió Itachi.

-Debió ser una mujer hermosa.

Con curiosidad abrió sus ojos, encontrándose con un par de irises verdes 

-Hola- saludó la mujer alegremente, cuanto más la veía, más familiar se le hacía su rostro

-¡Kushina!- exclamó reconociéndola

-¡Sasuke!- lo regaño Itachi -es su majestad, muéstrale respeto-

-No te preocupes Itachi-kun, ya te dije que me llames por mi nombre-

-Pero...-

-Sin peros. Perdona que te despertáramos, pero Itachi debe comer antes de tomar su medicina-

-Yo puedo ayudarlo, no es necesario que se moleste- 

-No es molestia, pero ¿me haces un favor? Ve a desayunar con Naruto algo que no sea ramen y mi otro hijo, Menma, llegó anoche, arrástrenlo con ustedes, detesta levantarse temprano cuando no está en la Academia, así que se aferrará a su cama-

-Claro, nos vemos al rato- se despidió de su hermano y partió a cumplir el pedido de la Reina, menos diez minutos después se escucharon gritos, maldiciones y cosas cayendo.

La tripulación del Sharingan era tratada con cordialidad en el Reino, sobretodo Sasuke e Itachi quienes continuaron con su estancia en el castillo, por eso se tomaron con cautela la proposición del Rey de darles un nuevo barco, lo discutieron tranquilamente, pues se tardaron dos días en dar una respuesta.

Mientras el tiempo transcurría, Sasuke estaba siempre con Naruto, incluso había sido obligado por Kushina a tomar clases, ahí entendió porque el rubio le decía que su madre podía dar mucho miedo.

Naruto se encontraba en el jardín, enfrascado en un duelo de espadas con el antiguo pirata, cuando el moreno ganó se dejaron caer en el césped.

-¿Que harás?- preguntó el príncipe, pues sabía del dilema del moreno.

-No puedo quedarme, mi lugar está en el mar-

-Fuiste perdonado, podrías entrar a la marina-

-No soy bueno recibiendo órdenes-

-Entonces volverás a tus atracos como pirata-

-No, seguiré con la tradición familiar y seré comerciante, tu padre fue muy generoso al darme un barco y la primera inversión para empezar-

-Me gustaría ir contigo- 

-No. Tú debes quedarte y convertirte en rey, continuar con el trabajo que están haciendo tus padres-

-¿Y tu hermano?-

-Él se queda, no está en condiciones para viajar, además le gusta estar aquí-

-Mi padre planea convertirlo en uno de sus asesores, tantos años con Orochimaru hizo que aprendiera mucho- 

-Si, podrán ser provechoso tantos años con ese canalla-

-Además se lleva bien con Menma, no muchos pueden ganarle en el ajedrez o en las cartas- guardó silencio -entonces nos volveremos a ver cuándo visites a Itachi-

-Si-

-¿A qué hora zarpan?-

-Al medio día; ven, vamos a comer algo y a dormir- sugirió.

Esa noche la pasaron abrazados y casi en vela, Sasuke se levantó antes de que despuntara el alba, besó a Naruto en la frente, su último beso, de uno de sus bolsillos saco un fino brazalete de oro del que colgaba una flor de rubíes escarlata, la dejó en la mesa de junto y salió sin mirar atrás.

-¡Suelten las amarras, leven anclas e icen las velas!- ordenó el capitán a su tripulación     -¿Qué?- preguntó al notar que todos lo observaban.

-¿De verdad nos vamos así? sin despedirnos- inquirió Konan.

-Si nos despedimos- alegó.

-Sasuke, Naruto no se lo merece- comentó Deidara.

-Así será más fácil y a callar, todos a sus puestos- ordenó.

Como Kisame manipulaba el timón, Sasuke contemplaba desde la cubierta el muelle, poco a poco el mar movía el barco y se iniciaba un nuevo viaje.

-¡Sasuke!- escuchó -¡Sasuke!-

Por el muelle venía corriendo Naruto, no se detuvo en el borde así que saltó, como aún estaban cerca cayó sobre el antiguo pirata.

-¿Qué crees que haces, Naruto?- le preguntó al rubio que lo aplastaba

-¡Me voy contigo!- aseguró.

-No, no quiero a tu madre persiguiéndome por todos los mares, además tú tienes una obligación aquí-

-Renuncié-

-¿Qué?-

-Renuncie a mi título de príncipe-

-¿Porque hiciste eso?-

-Porque yo no quiero ser rey, siempre he deseado viajar y ahora podré hacerlo-

-Desatarás una guerra por el trono-

-No, resulta que Menma si quiere gobernar, solo que no lo decía para no crear conflicto. Será un buen rey-

-¿Y tú?-

-Pues quiero iniciar como comerciante, hay un nuevo barco del Reino del Remolino que transporta joyas ¿crees que el capitán acepte a un socio?-

-Aprendiz y ven acá- ordeno para después jalarlo y obligar a besarlo, porque nunca podría olvidar el sabor de esa boca, siempre desearía probarla.

Los silbidos de la tripulación los hizo separarse, se levantaron del piso y Naruto habló:

-Vinieron a despedirnos- señaló al muelle y ahí estaban los reyes Minato y Kushina, el príncipe heredero Menma y el nuevo consejero del rey agitando su mano diciendo adiós.

-Volveremos- aseguró el rubio -no importa el tiempo que pase, aquí tenemos parte de nuestro hogar-

-Si- concordó Sasuke -algún día-

Juntos iniciaban lo que sería la aventura más maravillosa de su vida.

Epílogo

Se despertó en medio de la noche, simplemente sentía que no podía dormir, así que prendió la lámpara de aceite que estaba junto a la cama y recordó las cartas que Naruto le había entregado, una era de su hermano y la otra de Minato.

Leyó primero la de Itachi:

Ototo, hay lazos que son imposibles de romper, pero ahora ya no tienes obligaciones ni conmigo ni con nuestros padres, así que busca tu felicidad y disfruta tu vida junto al rubio que te complementa, no hay prisa, te esperaré el tiempo necesario aquí, en este sitio donde se han preocupado más por nosotros que en nuestro propio país, así que trabajaré para que este Reino siga floreciendo.

Itachi

Cuando terminó de leer no pudo más que sonreír, las palabras de su hermano le confirmaron que todo estaría bien.

Tomó la misiva del rey para leerla:

Sasuke, te confió una de las joyas más preciadas que tengo: Naruto. Sé que lo cuidaras, tus acciones han hablado por sí mismas. No estoy en contra de su relación, lo único que te pido es que mantengas la pureza de mi hijo, pues desearía que llegara virgen al matrimonio, como es la tradición.

Sasuke apartó la vista del papel y la posó en el cuerpo que dormía desnudo a su lado, su piel canela mostraba las marcas que le había hecho; así como las cicatrices de su espalda denotaban que se había aferrado a él durante la penetración.

-Ahora no se puede hacer nada- pensó, ya buscaría la forma de que su suegro no lo asesinato o castrará, y siempre se podían casar en algún país bonito. Pero en algo tenía razón el rey, Naruto era una joya y para él era su todo, su tesoro más preciado.

Fin

Notas finales:

Notas:

1. Ley Sálica: Básicamente, regulación de la sucesión monárquica a favor de los varones. En ausencia de esta, una mujer puede asumir el cargo de monarca en caso de ser la primera sucesora. Ejemplo de ley Sálica: Francia, monarquías que no la establecieron de forma constante: Inglaterra y España.

2. Se conoce como código de conducta pirata, código pirata o Charte Partie, al acta firmada entre filibusteros para fijar las normas y castigos a ser implantados en un barco para mantener la convivencia a bordo. En términos generales, tal carta incluía el lugar y la fecha del acuerdo, nombre del barco, objetivos de la operación a realizar, reparto del botín, compensación para los piratas heridos y el establecimiento de la obediencia a los superiores. Cada tripulación pirata podía tener que honrar su propio código.

3. Matelotage: Unión contractual entre dos hombres, que incluía la herencia de los bienes en caso de fallecimiento de uno de los cónyuges. El “matelot” era generalmente el pirata, pareja sexual o compañero más joven o económicamente desfavorecido.

Fueron 37 páginas esta vez, gracias por leer.

Espero haya sido de su agrado, ¿comentarios?


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