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Verte. por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia no me pertenece, son solo usados por diversion y sin intención de lucrar 

Notas del capitulo:

Hola, les dejo mi aporte para la convocatoria, finalmente cambie mi idea original y resulto en esto, en fin 

 

Nos leemos 

Su cuerpo estaba extraño pesado, todo lo que pasaba a su alrededor era como una terrible pesadilla, solo deseaba despertar en su cama, junto a esa bella silueta de su futura esposa a su lado, pero por más que lo intentaba realmente no lograba despertar.

 

Sintió la voz del médico nuevamente en su cabeza, era como si una sentencia hubiese sido puesta sobre su cabeza, su mundo todo se había acabado, apretó nuevamente los ojos, no quería despertar.

 

El pelinegro camino pesadamente, sintió la música desde el interior, Tomoko debía estar cocinando, Himuro respiró pesadamente sintiendo que las fuerzas se le iban del cuerpo, no tenía como idea decirle eso a la chica, pensó en el anillo que con tanto esmero había guardado entre sus ropas para poder pedirle a la mujer en las mejores circunstancias que se quedara en su vida para siempre.

 

La chica lo había recibido con un gran beso, pero al notar la palidez en el rostro del varón simplemente se alejó esperando que el moreno le explicara que estaba pasando.

 

Tatsu, amor ¿qué pasa?

 

Estoy enfermos, lo de mis ojos es peor de lo que espera, al parecer es degenerativa, avanza demasiado rápido, es probable que quede ciego.el ambiento se volvió denso y silencioso, la morena miraba fijamente el cuerpo frente a su ojos sin reaccionar realmente.

 

¿Y la operación?

 

El médico cree que por ahora no es prudente, que lo más sano en mi caso es tener un periodo de evaluación, para revisar el grado de avance.

 

Tatsuya, lo lamentó.el moreno por un segundo espero sentir el cuerpo de la mujer a su lado, pero repentinamente el sonido desde la habitación lo obligo a levantar la vista, notando por fin que Tomoko ya no se encontraba a su lado.

 

Tatsuya no la siguió, ni pregunto nada cuando la vio salir del departamento con sus maletas, la mujer no se despidió, simplemente se fue dejando que una profunda soledad llenara al moreno.

 

Himuro se metió en su cama sintiendo cansado y con un opresión en su pecho que iba creciendo, repentinamente ya no podía respirar si quiera, simplemente podía sentir como el cuerpo se le entumía, era un frío que lo estaba recorriendo no solamente su cuerpo,  se dejó llevar por los brazos de Morfeo, mirando, memorizando, sintiendo que la próxima vez que abriera sus ojos probablemente solo sería oscuridad.

 

Una suave caricia lo estremeció, sentía que el calor de alguien a su lado lo llamaba, su cama no estaba solo, había alguien más a su lado, por un segundo creía que cierta morena estaría a su lado.

 

—Tomo…

 

—Sorry Bru. — Himuro se quedó en silencio, el solo oír la voz de su hermano, en como este se disculpaba, dejaba más que claro que todo era una terrible verdad.

 

— ¿Cómo lo supiste? — el moreno simplemente se acurrucó contra las piernas del pelirrojo.

 

—Midorima, llamó a Kazu ayer, no nos dijo mucho, solo que debíamos venir, te llamamos y no contestaste, nos preocupamos. —Kagami sonaba  preocupado. — ¿qué tienes hermano?

 

Himuro abrió los ojos por primera vez, llevaba un tiempo notando como su vista se tornaba borrosa y los dolores de cabeza terminaron alertándolo, se había dejado estar un par de meses pensando que un par de anteojos arreglarían el problema, para su desgracia los exámenes y las palabras de Midorima habían pronosticado algo completamente diferente.

 

—Hermano, dime algo, no me dejes así, ¿Dónde está tu novia? ¿Estas enfermo? Es por eso que viste a Midorima verdad, vamos Tatsuya mírame.

 

Repentinas lágrimas salieron de los ojos del moreno, mirar, sonaba terrible, la idea de no volver a ver el rostro de su hermano, de no volver a ver a nadie, dejó salir el llanto y su frustración, mientras los grandes brazos del tigre lo rodeaban, entre sollozos Himuro había logrado contarle todo lo sucedido a su hermano, quien simplemente había lo había escuchado sin alejarse de su lado, en un completo silencio.

 

Había sido una larga tarde, Takao y Kagami se habían quedado en el departamento del mayor a pesar de que este había dormido gran parte del día, estaba triste, sobrepasado, enfermo y solo.

 

El tigre había llorado en la sala, mientras Kazunari trataba de consolarlo, se sentía impotente, no había nada a su alcance que pudiera hacer por el dolor de su hermano.

 

Los primeros meses de evaluaciones y medicamentos habían sido tortuosos, nada parecía detener el avance de la ceguera, si la enfermedad era tan agresiva ni siquiera una operación podría solucionarlo,  era eso de lo que Midorima más miedo tenía, por lo mismo lo había obligado a estar en una constante revisión y control del grado de avance que presentaba la enfermedad.

 

Himuro había notado como una suave capa gris quitaba día a día un poco de claridad a su mundo, poco a poco las cosas y las personas perdían su definición, simplemente pasaban a ser borrosos cuerpos en tonos opacos que a veces se acercaban y a veces se alejaban.

 

Repentinamente las tareas más fáciles, comunes, simplemente cotidianas se volvieron difíciles, se había caído en la calle tropezando con quien sabe qué cosa, en el trabajo reconocer algo en su escritorio ya era imposible, hasta en su propio departamento se había vuelto un terreno desconocido, Kagami le decía que necesitaba a alguien viviendo con él, al menos mientras se acostumbraba, pero Himuro se había negado de manera rotunda.

 

Fue una mañana de domingo cuando todo termino por colapsar, en su trabajo le habían dicho que como estaban las cosas era necesario contar con los servicios de alguien más, ya que no era factible que el hiciera las cosas como siempre, lo había sacado de la empresa donde había dedicado los últimos años de su vida, simplemente así, no podía quedarse sin ingresos, por lo mismo ese fin de semana iría a encontrarse con Murasakibara, odiaba tener que usar a su amigo de esa forma, pero si no encontraba trabajo no podría costear la operación, quizá el gigante o el mismo Akashi le pudieran darle algo que hacer.

 

Repentinamente la alarma de incendios comenzó a sonar en los pasillos, el edificio de departamentos parecía estar en llamas aunque él no sentía más que el ruido y los murmullos de las personas tras su puerta,  trato de encontrar su billetera y celular, pero término tropezando con una silla, yéndose directo al suelo, se sentía mareado y no lograba distinguir bien nada a su alrededor, se puso de pie con dificultad, sintiendo como el tobillo le punzaba.

 

Había encontrado la billetera y el celular en la habitación, como pudo llegó a la puerta, su tobillo reclamaba  ante el esfuerzo demás que estaba realizando, se obligó a estar de pie para poder salir del departamento.

 

No había nadie en el piso, Tatsuya se sorprendió había demorado tanto en salir que ya todos habían evacuado, sintió un fuerte olor a quemado, se le hacía difícil respirar probablemente el pasillo se encontraba repleto de humo, debía apurarse y llegar a la escalera de emergencia.

 

Abrió la puerta notando como las escaleras estaban completamente oscuras, probablemente era luz de emergencia demasiado tenue para sus ojos débiles, busco su celular, debía llamar a su hermano o a Takao, eran cuatro pisos que  le estaban pareciendo imposibles de bajar.

 

Estaba asustado, le contaba respirar y no sabía que tan lejos estaba la escalera, se apoyó en la pared, el tobillo le estaba doliendo demasiado,  trato de iluminar un poco más con su celular, pero aun así no lograba distinguir nada, repentinamente sus pies se alejaron del suelo, había llegado al primer peldaño de las escaleras, pero su reacción fue demasiado lenta, haciéndolo  perder el equilibrio, su cuerpo rodo escaleras abajó.

 

Tatsuya abrió los ojos con pesadez, había llegado al descanso de la escalera, noto como a su alrededor el humo se volvía más y más denso, trato de ponerse de pie cuando una fuerte puntada en las costillas lo obligo a recostarse nuevamente, había soltado su teléfono y aunque gritara por ayuda ya no quedaba nadie en el lugar, la vida a veces era demasiado injusta, pero quizá este era su final, cerró los ojos dejándose ir, prefería morir ahogado que calcinado por el fuego.

 

Himuro abrió los ojos sintiendo nuevamente una luz cálida, no podía ver nada, pero parecía un lugar pulcro, limpio, quizá un hospital.

 

—Despertaste, que alegría.- Una cantarina voz lo saludo, pudo distinguir una silueta a un costado de la camilla en la que se encontraba. — Dime, ¿Cómo te sientes? ¿Sabes dónde estás?

 

—En el hospital. —le dolía la garganta. —Agua. —era como si le quemara, se sentía extraño, quería saber que había pasado, una de la maquina comenzó a sonar, eran sus latidos.

 

— Ya, ya, tranquilo. —Himuro sintió como un suave calor recorría sus brazos, era una suave caricia, una mano suave buscaba calmarlo. —ven, bebe. — el muchacho le dio un poco de agua y agregó. — efectivamente estas en un hospital, el edificio en el que te encontrabas el día de ayer sufrió un incendio y lo evacuaron, pero al parecer tú no pudiste hacerlo y caíste por las escaleras.

 

—Mi tobillo.

 

—Sí, es una pequeña torcedura, además de unos raspones por rodar por las escaleras, tendrás una linda marca en tú costado, pero no parece nada de gravedad,  pudiste quebrarte una costilla, Kagami te trajo, él fue el bombero que te encontró en las escaleras, casi llegó corriendo contigo en los brazos, está afuera, llamaré al médico para que te revise y  le diré que entre luego.

 

—Gracias. — Himuro sintió las manos del enfermero alejándose de él y una repentina sensación de frío, de esa soledad, lo recorrió, instintivamente sostuvo la muñeca del otro.

 

— ¿Ocurre algo?

 

—Yo…— dudaba, ni el mismo sabía lo que quería. — tú y yo nos conocemos, tú voz, siento que la he escuchado alguna vez.

 

—Lo siento, olvide el problema de tus ojos, soy Izuki, Izuki Shun, era compañero de equipo de Kagami en Seirin, jugamos una vez, yo era el de las bromas.-pero las repentinas palabras de Tatsuya lo interrumpieron.

 

—El ojo de águila.

 

—Sí, el mismo. — asintió el pilar de Seirin, mientras agradecía que el moreno no estuviera molesto por su pequeño error, como podía haber olvidado que un paciente presentaba ceguera.

 

—El traje de enfermero debe vérsete muy bien, gracias por todo Shun. —Himuro estaba coqueteando, logrando de esta forma alivianar un poco el ambiente que se había posado en la habitación simplemente lo había sentido necesario solo al recordar como a él mismo le habían temblado las piernas al ver de ver a Shun moviéndose y bailando en la pista años antes, cuando su hermano había cumplido 21 años.

 

Shun sonrió alegre de ver que a pesar de todo Tatsuya seguía siendo el mismo, hasta cierto punto se alegró de que Himuro no pudiese verlo, su cuerpo y su rostro ya no eran los de antes, salió del cuarto dejando a un Tatsuya extrañamente calmado y feliz.

 

Kagami había entrado de forma desesperada, seguido de Takao, cuando Midorima les había dicho que estaba bien y que no era necesario que pasara la noche internado.

 

—Tatsuya, Kazu y yo lo estuvimos hablando y creemos que lo mejor es que te mudes con nosotros.

 

—No hermano, no seré una carga. — Himuro estaba realmente reacio a la idea de vivir con su hermano y su cuñado, después de todo ellos era una pareja joven, que necesitaba intimidad.

 

—Bruh, do not worry, nunca serás una molestia.

 

—No estoy tan ciego aun, además si me opero…

 

—Midorima aún no está seguro de que sea inviable y lo sabes, solo por tú insistencia que se está evaluando la posibilidad. —un pesado silencio llenó la habitación, Kagami sentía que había sido demasiado duro, hasta que la voz de su hermano lo trajo de regreso a la realidad.

 

—Si alquilo mi apartamento, podría ayudarte con algunos gastos, aunque no sé si el incendio destruyo mi casa.

 

Himuro había aceptado, aunque en el fondo el pelirrojo sabía  que  su hermano estaba más afectado de lo que se veía, Tatsuya siempre mantendría ese frío semblante ante todos, no se dejaría ver por nadie de forma tan débil, ni menos necesitado.

 

Pasaron varios meses y con la medicación Himuro aún era capaz de distinguir ciertas cosas, a pesar de que Midorima le daba esperanzas ante los cambios que estaban teniendo sus ojos, el simplemente se había dejado consumir por la tristeza y el dolor que lo estaba aquejando, solo salía de la casa de su hermano cuando tenía que ir al hospital, pero el resto del tiempo simplemente se sentaba en la habitación que Taiga y Kazunari  habían adaptado para él.

 

Siempre que tenía revisiones con Midorima era Takao quien lo llevaba, pero ese día las cosas habían sido diferente, Kagami había dejado olvidadas unas cosas en casa y Takao se había ofrecido a llevárselas, pero el tiempo no le daría para volver a casa y llevar al hospital al moreno.

 

—Llamaré a Kagami, le diré que no puedo, que venga por las cosas.

 

—Pero… —Himuro odiaba sentirse de esa forma, odiaba darse cuenta de la carga que estaba siendo para su hermano y para su cuñado. —Puedo ir solo Takao y tú me recoges cuando termine, es solo una revisión de rutina con Midorima, no me pasara nada.

 

No muy convencido Kazunari termino aceptando, realmente no quería dejar a Himuro solo, pero tampoco podían obligarlo a seguir sus ideas.

 

Himuro no era muy feliz de llevar un bastón, le habían enseñado como usarlo, esperó no confundir las calles, cuando lentamente comenzó a caminar, tropezó con unos tachos de basura y un par de piedras, pero felizmente no termino en el suelo.

 

El sonido de los autos y el bullicio lo alertó, estaba cerca de la avenida principal, luego de eso solo tres calles más y estaría en el hospital,  siguió derecho hasta que unas luces lo deslumbraron, un fuerte tirón lo llevó derecho al suelo, mientras el sonido de un motor se alejaba.

 

—Gracias yo…—se quedó mudo cuando unos brazos lo rodearon fuertemente.

 

—Himuro, Dios sentía tanto miedo cuando el imbécil dobló, pudo herirte, debí tomar la matricula, pero es que me asuste demasiado. — Himuro sentía que su corazón latía a mil por hora, solo escuchar la preocupación de Shun mil y una sensación recorrieron su cuerpo.

 

—Izuki, gracias. —agregó depositando un beso en la mejilla del otro,  Himuro no podía verlo, pero estaba seguro de que el rostro de Shun estaría sonrojado.

 

Shun decidió acompañarlo  a la cita con Midorima, se suponía que ese día Izuki no tenía turno en el hospital, pero había olvidado unas cosas en su casillero e iba por ellas.

 

Shun se quedó con Himuro hasta que Takao llegó, quien no podía parar de llorar cuando le habían contado el incidente con la motocicleta, Himuro le pidió que no le dijera nada a Taiga, no quería que su hermano reprendiera al moreno o que esté se sintiera aún más culpable.

 

Shun aprovechó un descuido para marcarse a sí mismo desde el teléfono de Tatsuya, la verdad es que la sola idea de volver a tener al moreno cerca le agradaba y estaba seguro que Himuro sentía lo mismo.

 

Habían pasado dos días cuando Shun había conseguido el valor necesario para poder llamar al del lunar.

 

—¿Hola, quien habla?

 

—Himuro-kun, soy Izuki, Izuki Shun, bueno yo…—Estaba claro que ni el mismo sabía que quería, pero le había tomado dos largos día de cuestionamientos y estaba seguro, tenía interés en el moreno, quería arriesgarse, por primera vez sabía que no lo mirarían raro. —Solo quería saber de ti, después de lo de la moto.

 

—Hola Izuki, que sorpresa. — la voz de Tatsuya repentinamente se escucha animada o al menos eso escucharon Taiga y Takao desde la habitación de junto. — no uses honoríficos conmigo, después de todo creo que ya podría decirse que somos amigos, pero no recuerdo que me pidieras mi número.

 

—No, no lo hice. — Izuki se golpeó mentalmente, era un idiota, era obvio que Tatsuya recordaría si le pidió su número o no. — yo me marque desde tú teléfono y bueno finalmente conseguí tú número, demonios sueno como un acosar, olvida que te llame, en serio me alegra que estés bien, lamento las molestias adiós.

 

— ¡NO! Te lo pido, no cortes, si llamaste, supongo que necesitas algo importante, pero que te parece si mejor nos reunimos y podemos conversar.

 

—Vernos sería ideal. — Shun volvió a  sentir que había metido la pata. — no, quiero decir, reunirnos y…

 

—Tranquilo Shun, estoy ciego, pero no significa que la palabra ver me traume o algo así, sería muy bueno que nos viéramos. — una suave risa junto con un brillo inusual se veía por todo el rostro del  antiguo miembro de Yosen. — hoy Taiga tiene turno y Takao estará de tarde, me gustaría cenar contigo.

 

—Iré por ti. — Shun había hablado rápido, sonrojándose al notar su propia desesperación por encontrarse con el moreno. — es decir, sé cocinar y puedo hacer algo para ti, claro si quieres, mi casa queda cerca de la estación donde trabaja Kagami, puedes venirte con él o yo puedo pasar por ti, lo lamento estoy nervioso, suelo hablar mucho cuando estoy nervioso.

 

—Yo estoy feliz Izuki, hablaré con mi hermano, nos vemos en tú casa.

 

Se despidieron y la sonrisa en el rostro de Himuro solo se hacía más y más grande, tenía una cita con uno de los únicos chicos que realmente había deseado en su época escolar y al único que no había podido conquistar jamás.

 

Se acercó a un espejo esperando poder dilucidar su figura, no pudo verse,  pero sabía que no solo su cabello había crecido demás, si no que su barba estaba bastante desastrosa, debería pedirle ayuda a alguien para afeitarse sin sacarse la mitad la nariz en el proceso.

 

—Te arreglare el cabello Tat-chan y te ayudaré a afeitarte. — Takao no importo que él moreno supiera que lo habían espiado, después de todo para eso eran los cuñados.

 

—Tengo miedo Takao ¿y si estoy malinterpretando las acciones de Izuki y solo quiere que seamos amigos?

 

—Bueno, puede ser, pero no lo creo, Izuki ha cambiado mucho en este tiempo, ha vivido cosas que lo han cambiado realmente Tat-chan y si el realmente está corriendo el riesgo de salir contigo, es que realmente tiene interés.

 

Muchas cosas pasaban con la cabeza del moreno, la verdad es que desde que se había mudado con su novia había perdido contacto con muchas de las personas que formaban parte de su vida en sus tiempos de instituto.

 

Aunque no pudo verse Himuro confió en el estilo de Kazunari, quizá su hermano tenía razón y se había dejado morir por el tema de la ceguera, cuando no era algo más que una prueba que debía superar.

 

Taiga había sido el encargado de dejarlo en la puerta de la casa de su antiguo sempai, pero Himuro le pidió que se fuera antes de tocar el timbre, no quería sentirse como un adolecente en su primera cita.

 

Izuki lo había recibido con un temblor muy tierno en su voz. —Himuro, bienvenido, pasa. — los había tomado de la mano para ayudarlo a entrar, el olor de la cena llenó los sentidos de Tatsuya, parecía que Shun realmente era un cocinero de primera, las luces del hogar estaban todas encendidas, podía distinguir el brillo del lugar, se sentía extrañamente cálido, era algo tan familiar, que deseaba que la noche jamás terminara.

 

Esa noche se sintieron maravillosamente bien, Himuro había chocado con una par de muebles en el transcurso de la velada, pero las risas habían suavizado el ambiente y habían dejado sin importancia el accidente, Shun incluso había reñido con una de las plantas de la sala, por cruzarse en el camino de Tatsuya.

 

Al terminar la cena Himuro solo deseaba acercarse al moreno, como en esos viejos tiempos donde era capaz de llegar al otro sin ayuda de nadie,  camino tropezando con una de las sillas de la sala, yéndose  directo al suelo, cuando una mano tomo su muñeca de forma brusca moviendo su cuerpo en otra dirección y cayendo sobre algo realmente suave.

 

— ¿Shun? — Himuro había apresado con sus brazos el cuerpo del otro, las costumbre jamás se olvidaban. — pudiste lastimarte.

 

—Quería evitar. — Sus rostros repentinamente acortaron el espacio. — que tú te  lastimaras Tatsuya.

 

Sus labios se rozaron de forma suave, imperceptible para cualquiera que pudiera presenciar la escena, menos para ellos,  había un fuerte calor, algo que sus cuerpo quería sacar rápidamente.

 

Shun abrió sus labios para oprimir suavemente el labio inferior del mayor, su respiración estaba caliente, Himuro sintió su cuerpo vibrar mientras la lengua de Shun comenzaba un delicado juego de suaves roces y contactos.

 

Las lenguas de ambos juguetearon en la boca del otro, abriéndose paso una y otra vez, era un juego suave y delicado, algo tierno, lleno de pasión natural.

 

Sin aumentar la intensidad ambos pelinegros se separaron, recuperando el aliento poco a poco, Himuro no necesitaba verlo para entender las señales que las acciones de Shun le estaba entregando, aunque el fondo deseaba ver ese sonrojo que probablemente se había posado en las suaves mejillas del otro, deseaba poder ver el rostro de Shun cuando hicieran el amor.

 

Himuro se inclinó besando la mejilla del ojos de águila, siguiendo su camino por el cuello, sus manos habían comenzado a temblar ante la sola idea de tocar esa suave y blanca piel, un pequeño gemido se escapó de los labios de Shun, mientras ambas entrepiernas se rozaban de forma involuntaria.

 

Shun tembló y apretó sus ojos cuando Tatsuya abrió su camisa y toco su piel, mientras esas grandes manos tocaron esos grandes costrones, no quería que Himuro sintiera esa parte de su cuerpo, esa deforme parte que a pesar de no poder ver probablemente le produciría mucho asco.

 

—Shun si esto no te gusta, puedo detenerme.-el pelinegro  abrió los ojos notando en como su cuerpo había reaccionado.

 

—No, yo quiero, es que de verdad…

 

—Es por la marcas ¿verdad?, las sentí hace mucho Shun, aquí en tú cuello, no preguntaré hasta que tú quiera contarme.

 

Tatsuya siempre era considerado con él, incluso aunque estaba sintiendo su cuerpo marcado y no lo rechazaba, Shun sintió como todo su control se iba al caño, tomo el rostro del otro simplemente devorándolo, un beso pasional, algo lleno de deseo, Izuki oprimió suavemente los labios del más alto con sus dientes, mordiendo una y otra vez.

 

No paso mucho para que las manos de Tatsuya tomaran nuevamente el control de la situación, la ropa poco a poco se les volvía una tranca, Shun pudo sentir parte del suelo y la alfombra en su espalda cuando su camisa voló en alguna extraña dirección, mientras su cuerpo simplemente se dejaba amar por el otro.

 

Por su parte Tatsuya estaba perdido en lo nuevo de ese acto, podía sentir el calor fluyendo a su cuerpo desde Shun, podía notar las gotas de sudor formando cuando el contacto se volvía permanente,  Himuro apretó las cadenas del más bajo y hasta sus oídos llego un suave, pero cantarín gemido ¿siempre se oían tan suave los gemidos o era por ser de Shun?

 

Himuro no podía verlo, pero en su cabeza estaba cada gesto y cada movimiento, todo iba quedando guardado en él,  era mágico, realmente diferente, habían detalles que nunca en su vida había notado, su propio cuerpo era un misterio ahora que solo reaccionaba a Shun.

 

Himuro preparo el cuerpo entre sus piernas, fue un movimiento delicado, suave, algo impropio de la misma pasión que ambos estaban dejando fluir en la sala de la casa, se abrió paso en la apretada entrada de su compañero, sintiendo como un extraño calor lo iba envolviendo.

 

No necesitaron muchas embestidas y ambos terminaron con un fuerte temblor de sus cuerpos, Himuro no quería dejar el cuerpo de su compañero y Shun lo que menos quería era de dejar de sentir el extraño calor que subía por todo su ser, esa noche unas blancas sabanas los contuvieron toda la velada,  varias veces el amor había fluido sin reparo de ninguno.

 

Fue el comienzo de una bella relación, que según Shun que iba de lo mágico a lo carnal en cosa de segundos.

Himuro había notado en como el rostro, el cuello e incluso partes de su pecho y espalda tenían una textura diferente a la que podía reconocer en el resto del cuerpo de Shun, eran como grandes costras, ásperas  y duras al tacto, en la espalda de este eran grandes, en pocas partes podía sentir su piel, mientras que en su rostro eran más pequeñas pero no menos duras, ni escamosas. No quería preguntar nada, ni mucho menos estar indagando por terceros en la vida de su novio.

 

Himuro podía escuchar como muchas veces el ojos de águila se quejaba del dolor en su cuerpo al moverse o cualquier cosa, a veces decía que le costaba respirar del dolor, quería relacionar, pero no tenía idea de cómo hacerlo.

 

Fue una tarde, luego de una cita con Midorima en donde Tatsuya decidió era minuto de tocar el tema, más ahora que las buenas nuevas estaban a puertas. —Shun. — Himuro lo nombro sabiendo que este estaba en la cocina preparando la cena, pero en último minuto se arrepintió, quizá lo más sano era darles las noticias que el peliverde le había dado. — Midorima cree que puedo recuperar la vista, la operación es factible, no cree que sea un 100%, pero al menos podré ver mucho más. —Termino la frase sintiendo los platos quebrándose en la cocina. — ¿Shun que ocurrió?

 

—No vengas, dejé  caer un plato, limpiaré primero, no quiero que te lastimes. — La voz del ojos de águila se entrecortaba.

 

—Shun, ¿te sientes mal?

 

—No, solo es felicidad, por la operación. — era una mentira, Himuro lo sabía, simplemente con oír su voz lo sabía.

 

Esa noche Himuro había dormido con Shun apretado a su pecho, el ojos de águila había llorado toda esa noche mientras se acostumbraba a la idea de alejarse de su novio, de alguna forma debería olvidarse de ese calor, de esa amor que por todos esos meses le había pertenecido.

 

Himuro notó que con el paso de los días Izuki estaba más  triste, en cómo lloraba a escondidas en el baño o como le repetía que lo quería más veces al día de lo que lo hacía antes, cada noche hacían el amor e Izuki terminaba llorando desconsoladamente apretándose contra el pecho del más alto, casi con desesperación.

 

—Shun, demonios, basta dime que está pasando, vas a enfermar si sigues de esta forma. — esa noche iban a cenar con Kagami y Takao, ya que la fecha de la operación estaba más que cerca.

 

—Yo…—La duda se sentía en la voz del ojos de águila, un extraño miedo llego hasta el pecho de Tatsuya. — Himuro lo siento, pero ya no puedo estar contigo, creo que es mejor terminar ahora.

 

Shun se levantó y salió sin esperar respuesta de nada, Himuro simplemente se quedó sintiendo como el pecho se le partía por la mitad, nuevamente lo habían abandonado ante la adversidad, al igual que cuando Tomoko lo había dejado se quedó en silencio, no reaccionó, simplemente se quedó en silencio.

 

El moreno no lloró ni nada, simplemente se mantuvo callado, sereno, para sorpresa de Taiga y Kazunari, quienes esperaban verlo nuevamente quebrado, pero nada de eso paso, simplemente fue como que su vida continuo.

 

La operación había salido bien y 5 meses más tarde Himuro caminaba por la ciudad pudiendo ver todo nuevamente, aunque su vista no se había vuelto de manera total, solo debía llevar los lentes oscuros para no dañar sus ojos, ya no necesitaba el bastón.

 

Tenía control con Midorima cuando una cantarina voz lo obligo a detenerse, por meses se había prohibido si quiera pensar en Izuki, pero el escuchar su voz, la sola idea de pensar en cómo debía verse el moreno lo obligaron a cambiar su rumbo, los pasillos del hospital lo llevaron rápidamente con la persona que tanto anhelaba en su vida.

 

Por el contrario Izuki se encontró de frente con la persona que menos deseaba ver, Himuro aun llevaba los lentes de sol, pero no llevaba bastón y sabía bien que la operación había sido un éxito, ya no podría ocultarse, ya no había nada que hacer, solo podía esperar.

 

Himuro lo analizó, su cuerpo,  miro su cabello, sus manos, sus ropas, finamente su rostro y su cuello, notando esa marca roja que se extendía por su mejilla y descendía probablemente hasta su pecho y espalda.

 

—Supe que la operación fue un éxito, felicidades, me alegra que puedas ver. — Shun se giró buscando alejar la herida en su cuerpo de la vista del más alto. — Sé que debe parecerte asqueroso, estoy marcado y además con estas horribles cosas por todo mi cuerpo, darte cuenta que tuviste que tocarlas debe ser realmente desagradable para ti.

 

—Shun…-—pero Izuki simplemente no lo dejó continuar.

 

—No me busques Himuro, te lo pido, ya tengo suficiente dolor como para soportar el que me mires con asco.

 

El ojos de águila se alejó de él, sin dejarlo decir nada, Tatsuya simplemente suspiro y se fue con Midorima.

 

—Psoriasis. — Takao se miraba las manos. — eso son las costras y antes que me lo preguntes, él fue quien me pidió que no mencionara nada.

 

—Pero, es que no lo entiendo, está enfermo, no es contagioso, que lo lleva a huir de mí, de verdad cree que voy a sentir asco de él, nunca había estado tan enamorado de alguien. — Tatsuya se dio cuenta de lo que había dicho, había aceptado sus sentimientos por el otro.

 

Takao simplemente le había sonreído, esas respuestas le correspondían a Izuki, nadie más sabría nunca las verdaderas razones.

 

Tatsuya entró a la casa de su ex novio, nunca le había devuelto la llave, lo encontró en el cuarto llorando, mientras pasaba una sustancia blanca contra las costras en sus brazos.

 

Por primera vez pudo ver como se veía el cuerpo de Shun, en algunas partes la costra se había caído dejando a la vista pequeños rastros de sangre, otras partes estaban blancas y escamadas, se veían como resecas, hasta podía decir que dolorosas.

 

— ¿Te duele? — Himuro se acercó temiendo que en realidad estuviera sufriendo.

 

—A veces duele, a veces solo da una comenzó horrible, puedes…—Shun señaló su espalda pidiéndole su ayuda, Himuro se fue al baño para lavarse las manos. — no tengas miedo, no duele cuando me tocas, solo no pases las uñas.

 

Himuro fue delicado, mientras Shun dejaba las lágrimas bajar por su rostro, hipaba sintiéndose molesto y triste a la vez, cuando estuvo más tranquilo continúo. — Lamento haber sido un idiota contigo, sé que te deje cuando más me necesitabas, pero estaba asustado, es que realmente no quería que me vieras, he aprendido a aceptar mi enfermedad, pero aún me cuesta mostrarle al mundo esto.

 

—¿Cuándo empezó?

 

—Cuando cumplí 23, estaba cerca del término de mi carrera, los internados,  todo lo que debía hacer  terminó por saturarme y de un día para otra simplemente aparecieron, dijeron que simplemente el estrés la hizo aflorar, luego me enteré que mis abuelos tenían y la genética hizo de las suyas.

 

— ¿Y alguna cura?

 

—Tiene tratamiento, se controla bastante bien, en mi caso estuvo bien hasta que nos reencontramos, empecé a tener brotes y cuando te deje simplemente volví  a descuidar todo y broto en más lugares.

 

Himuro miro las piernas de su compañero notando que unas pequeñas costras se formaban.

 

—Sé que no debó, que soy enfermero y debó comprender que esto no es más que una enfermedad, pero me siento repulsivo, mi piel es diferente y los niños, incluso las personas se acercan a preguntar que tengo a veces hasta se asustan cuando los brotes en mi rostro son demasiados. — Nuevas lágrimas bajaban por las mejillas del antiguo pilar de Seirin. — hay gente que no se atreve a acercarse, no me dan la mano o no quieren que los toque en el hospital, como si fuera contagioso o algo así, es realmente terrible.

 

Himuro se mantuvo en silencio sin saber bien que hacer o que decir en un momento como ese.

 

—Cuando supe que estabas ciego, pensé que al menos podría salir contigo sin producirte repulsión, siento que me aproveche de tú enfermedad, creo que soy una escoria terrible.

 

—Basta, no digas eso, no eres una mala persona, simplemente estas asustado. — Himuro lo miró, simplemente acercó su frente a la de su compañero. — no me importa nada de esto Shun, ni me importará jamás, lo físico cambia con los años, todos seremos viejos y nos llenaremos de arrugas, pero tus sentimientos, tu corazón jamás dejaran de ser maravillosos, te lo pido permite continuar a tú lado, permíteme hacerte feliz.

 

Shun sabía que a pesar que dijera que no Himuro no lo dejaría, no era una pregunta, era una orden, era el siendo autoritario, poniéndose firme ante esta relación.

 

—Claro Tatsu, quédate a mi lado para siempre. — Agregó antes de acomodar su cabeza sobre el hombro de su pareja.

 

Esa noche no hicieron el amor, simplemente se acostaron uno junto al otro, simplemente se observaron, se sintieron nuevamente, reconociéndose.

 

Himuro beso las heridas de su compañero, pues para él, no había hombre más hermoso que el que descansaba hoy entre sus brazos, ya no importaba si no volvía a ver jamás, mientras el cuerpo de Shun fuera el que se mantuviera entre sus brazos el resto de su vida.

Notas finales:

comentarios y consejos siempre serán bien recibidos 


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