Iban dos chicos caminando a casa después de un largo día de trabajo, estaban cansados y lo único que podría quitarles ese cansancio era aquella personita especial que tenían ambos esperando en su hogar.
— ¿Oye Bakagami que te parece si un fin de semana nos vamos con los chicos a la playa? — Pregunto un moreno alto, de ojos y pelo azul eléctrico.
—No estaría nada mal Ahomine — Respondió el pelirrojo a su lado, de piel tostada y ojos rojos — A Tetsuya le encantará ha estado decaído estos días, dice que se siente cansado.
Justo en ese momento su celular sonó alertando la recepción de un mensaje, se trataba justamente de su esposo, Kagami Tetsuya hace un par de años atrás había tomado ese nombre cuando en un hermoso día decidieron unir votos para permanecer juntos por la eternidad.
— ¿Que sucede? — Pregunto Aomine al ver la cara de su amigo.
—Nada, sólo me dice si le puedo llevar un batido de vainilla… bueno creo que nos separamos aquí — Se despidió para cambiar el rumbo.
—Nos vemos mañana saluda a Tetsu de mi parte.
—Y tú a Ryouta — A Kagami aún le costaba decir aquel nombre a pesar de que casi había pasado un año desde que la otra pareja también se había casado.
Cuando llegó a casa vio a su chico en el sillón, pero no lo recibió como de costumbre, ya que el pequeño peliceleste dormía plácidamente, por lo cual lo tomo en brazos llevándolo hacia la habitación que compartían, lo acomodó en la cama y depósito un beso en sus labios, en ese mismo momento sintió como los brazos de su pequeño se enredaban en su cuello alargando el beso.
—Eres un tramposo Tetsuya — Habló el tigre cuando finalmente se separaron.
—Es que me encanta estar entre tus fuertes brazos — Lo abrazo jalándolo a la cama en el proceso.
—No te cansas de decir cosas vergonzosas ¿Cierto?
—Jamás mi tigre salvaje — Comento mientras se acomodaba al lado del pelirrojo — Te extrañe mucho.
—Y yo a ti.
— ¿Cómo estuvo tu día?... ¿Aomine-kun molesto mucho? — Pregunto mientras acariciaba el pecho su esposo, le encantaba sentir sus pectorales.
—Sabes que aún no madura —Hablaba Kagami mientras enredaba sus dedos en el suave cabello celeste.
—Igual que tu — Bromeo la sombra.
—No es gracioso...por cierto deje tú batido en la mesa para que después…
Comenzó a explicar pero antes de terminar la frase el chico ya se había levantado para desaparecer tras la puerta.
—Estábamos tan bien, pero en ocasiones pienso que su amor por el batido en más grande — Expresó mientras se levantaba para ir a cenar.
~*~
— ¿Qué crees que pida hoy? — Pregunto Aomine durante la hora de colación a su compañero de trabajo.
—No lo sé espero que no sea nada complicado y difícil de conseguir — Llevó un bocado a sus labios.
—Lo que pasa es que lo tienes demasiado mimado, aunque te pida la luna… ¡Se la irías a buscar! — Imitó al tigre y comenzó a comer.
—Bueno que esperas si Tetsuya lo merece... ¿Acaso no haces lo mismo por Ryouta? — Bromeó con la boca llena.
—No seas marrano y traga antes de hablar — Las palabras de Aomine no convencían para nada ya que estaba en las mismas.
Ambos amigos comenzaron a discutir después de cuál de los dos chicos era el más tierno y que era lo que llegarían a hacer por cada uno.
Eran las siete de la tarde cuando un nuevo mensaje de Tetsuya llegó a su celular, esta vez le pedía una torta de fresa.
—Ohh Dios a Tetsuya le pasa algo — Dijo preocupado al ver el mensaje.
— ¿Que le sucede? — Pregunto el moreno asustado.
—Pide torta de fresa — Explico mientras mandaba un mensaje a su sombra… ” ¿Estás seguro, donde quedo la vainilla?”
A los pocos segundos llegó otro mensaje “No se te ocurra traer nada relacionado con vainilla”
—Eres un idiota ¿Lo sabías? — el moreno le dio un golpe en la cabeza mientras emprendía el rumbo a su hogar.
Más o menos estuvieron en aquella situación por dos semanas lo peor es que cada vez pedía cosas más extrañas de conseguir.
—No puede ser ahora quiere comer mango con chocolate... ¿Dónde demonios le consigo mango en este tiempo? — Kagami volvía a leer el mensaje de su chico.
—Te acompañó si quieres Ryouta llegara tarde así que tengo tiempo — Se ofreció Aomine.
— ¡Qué gran amigo! — Exclamó abrazándolo.
— ¡Suéltame idiota!
Ambos jóvenes se separaron para comenzar a buscar el dichoso mango, pero después de casi una hora sin resultados volvieron a juntarse.
—Lo siento no pude encontrar nada — Dijo el moreno resignado.
—Yo tampoco.
—Bueno no hay nada que puedas hacer dale un batido y se le pasa… O prueba haciéndole mimos — Comenzó a mover las cejas en forma pícara.
—... mmm...verás… — Antes de que pudiese hablar un nuevo mensaje llegó a su celular este decía lo siguiente.
“Por favor vuelve a casa perdón por hacerte pasar por esto, pero mi querido tigre eres más Bakagami de lo que pensé, ahora me doy cuenta de que si te pidiera la luna no volverías a casa hasta conseguirla, por lo cual tendré que decirlo claramente para que lo entiendas...Estoy embarazado tu hijo y yo te estamos esperando”
—Puedes leer el mensaje y decirme que es lo que entiendes — Sus manos temblaban y esto Aomine lo pudo notar.
—Ok… — A decir verdad a Aomine no le impresionó mucho, la verdad es que lo sospecho pero quería esperar a ver qué pasaba — Veamos aquí dice que eres un idiota… bueno no con esas palabras pero estoy seguro que Tetsu no quería ser tan directo.
— ¡Eso no Ahomine! — Exclamó enojado.
—Bueno y dice que serás papá — Le pasó el celular como si no fuera nada importante.
— ¿Seré padre? ... !!Aomine seré padre!! — Gritaba emocionado, no podía creerlo...tomo por los hombros al moreno y lo miro a los ojos —!!Seré padre!!
—Hombre te escuche a la primera, enserio estoy feliz por ustedes y…
— ¡Tetsuya! Tengo que ir a su lado — Interrumpió al peliazul sin siquiera despedirse salió corriendo hasta su casa.
Al abrir la puerta de su hogar su esposo lo esperaba sentado en la entrada.
—Al fin has llegado — Se levantó de su lugar y se acercó hasta su tigre quien no perdió tiempo y lo abrazo.
— ¿Por qué no me dijiste antes? — El pelirrojo pregunto mientras besaba su cuello.
—Taiga me haces cosquillas — El fantasma se revolvía en los brazos de su esposo intentando alejarse.
—No crees que mereces un castigo peor, le has ocultado información importante a tu esposo — Ahora besaba su mejilla.
—No estaba ocultando nada, sólo quería saber hasta dónde podía llegar — Se alejó un poco y levantó la vista para toparse con aquellos ojos rubí que amaba tanto — Pero me di cuenta que si te esperaba podía llegar a los nueve meses con facilidad...Eres todo un Bakagami.
El chico sonrió divertido, amaba cada parte de su esposo y aunque fuera lento en algunas cosas no lo cambiaría jamás, lo amo desde que lo conoció y así sería hasta que fueran viejitos.
—Te amo Tetsuya — Declaró Kagami uniendo sus labios en un beso que sólo expresaba amor.
—Y yo a ti Bakagami — Bromeó el joven abrazándolo nuevamente y escondiendo su rostro en el pecho del mayor — Ya quiero que llegue el día cuando esos mensajes cambien a un “Recuerda traer pañales”
—O un “Vuelve pronto, tu hijo te espera” — Agregó el tigre.
—Eso será perfecto — Mencionó el peliceleste tomando la mano de Taiga para comenzar a guiarlo a la habitación y celebrar como corresponde la noticia.