CAPITULO TRES.
La fiesta de Halloween habia comenzado hace una hora y aun con todas las quejas de Vic, Rubiel se salió con la suya.
El disfraz de Vic solo cubría parte de su cuerpo e iba complementada con unas zapatillas negras de tacón de aguja. Vic sentía que iba a caerse en cualquier momento.
Rubiel por su parte llevaba unos pantalones de cuero negro y un top, una especie de cola y una diadema con unas pequeñas orejas de gato. Como lo dijo, se veía divino.
La fiesta era en la casa de Marcos Jiménez, uno de los hombres más ricos del pueblo. Según sabia Vic, uno de los hijos de Marcos era gay, Mesac, y vivía con su pareja, Bruno, en el pueblo. No sabía bien la historia, pero según parece, Mesac y bruno son policías, y se conocieron en una misión que tuvieron hace años de tráfico de drogas. A Mesac le gustaba travestirse cuando era un adolecente, y debido al respeto que el pueblo le tiene a Marcos, ninguno se atrevió a rechazarlo. Vic sabía que si se hubiera tratado de cualquier otro muchacho no hubiera sido aceptado tan fácilmente. Todo era el poder del dinero. Al menos el pueblo se habia convertido en el refugio para homosexuales o algo asi.
Fue la razón por la que eligió el pequeño pueblo en primer lugar, habia escuchado sobre el pueblo de un ex novio que vivió aquí con anterioridad.
No habia tenido la oportunidad de conocer a Mesac y a Bruno, pero decían que ambos eran muy atractivos. Y claro tenían una hija.
-Baby quiero un trago. –Vic no era aficionada a las bebidas alcohólicas, siendo el colmo que trabajaba en un bar, pero se permitía un trago de vez en cuando a diferencia de Rubiel.
-Solo uno, no quiero llevar tu culo borracho a casa, no con estos zapatos.
Rubiel solo le puso los ojos en blanco.
La fiesta no parecía tan aburrida como Vic habia esperado teniendo en cuenta que era en un rancho junto a las vacas. Pese al olor a estiércol se la estaba pasando bien, habia saludado a varias personas y conocida a un montón más. Vic era sociable por naturaleza, en la escuela era de los chicos amigos de todos.
Hacia un rato que no veía a Rubiel, conociéndolo no le extrañaba que estuviera con los pantalones abajo siendo empujado por uno de esos vaqueros. Vic se sentía envidiosa.
Aunque Vic soñaba con el hombre perfecto, con tener una casa y vivir una vida tranquila, era consciente de que un buen polvo no se le niega a nadie, el hombre perfecto aun no llegaba pero como cualquier persona en sus veintes tenia necesidades.
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Anthony se encontraba al acecho, hace unos meses habia encontrado a su pareja, era uno de los hijos de Marcos, Sadrac, el humano era sexi. Anthony tenía un fetiche con los pelirrojos.
Sadrac era veterinario, y solo por eso Anthony habia comprado ganado recientemente, con la esperanza de tener la visita del humano. Lo malo es que Sadrac no parece ser gay, y por más intentos de Anthony no lograba nada.
Al menos no era el único que sufría de amor, vio a lo lejos a Daniel, que cuadraba la mandíbula, y sonrió. La pareja de Daniel estaba coqueteando con uno de los vampiros. Le sorprendió ver que no solo había vampiros, si no también otras criaturas, no podía distinguir el olor de algunas, pero avían otros cambia-formas, sintió cambia-formas Toro, Oso, Venado, Tigre y otros que no reconoció. También sintió el olor de un Hada o quizás era un Elfo.
Pensaba ir a joder a Daniel pero su propia pareja estaba solo. No perdería la oportunidad.
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Daniel no lo podía creer, su pareja estaba de zorra con un chupa sangre. Bueno él no podía enojarse, su pareja no sabía que era su pareja y el chupa sangre no sabía que era su pareja, eso no evito su enojo.
Justo cuando se dirigía a donde estaba su pareja un rayo cayó en un árbol cerca de donde estaba la fiesta. La gente empezó a gritar y los niños corrieron asustados.
-Deberías alejarte. –Susi era la nieta de Marcos, hija de Bruno y Mesac. Daniel la habia conocido cuando era una niña, la traviesa descubrió que Daniel era un lobo y prometió guardar el secreto.
-Creo que eso debería decirlo yo. Vamos. –Daniel apenas noto a Laura, la otra nieta de Marcos, hija de su hija Mary.
-No. –Susy le soltó la mano- esto se está poniendo divertido. Quiero ver más. Deberías ir con tu pareja se fue con el vampiro o debes ir a ver a Sú.
-¿Quién? ¿Espera como sabes de mi pareja o de los vampiros?
-Daniel, tantos años conociéndonos. –Susi le dio palmaditas. La ya ahora señorita, solo suspiro- Anda con tu pareja yo iré con Sú.
-¿Quién es Sú?
-El hada que vive en tu casa. –Susi tenía la habilidad de ver a los paranormales y saber que especie eran. Un día solo se le acerco a Daniel y le pregunto que sí que se sentía ser un lobo. Daniel casi se traga su propia lengua mientras veía a la niña de coletas verlo fijamente. No le respondió, su papi Mesac llego corriendo y se la llevo, disculpándose con Daniel. Susi lo siguió un día hasta su casa, después de entrar por la fuerza le hizo la misma pregunta a todos en su manada, “¿Qué se siente ser un lobo?”. Daniel aun no sabía quién era Sú. Vio alejarse a Susi y a Laura.
Busco a su pareja, pero no podía encontrarla, no fue hasta que choco con un alto hombre que se dio cuenta que los únicos que quedaban en el lugar eran cambia-formas, el tipo era un toro.
Vio a un tigre, un venado y a un… ¿Dragón? Daniel no habia visto uno hace siglos, se vio tentado a sacar su teléfono celular y tomarle una foto para subirla a Facebook pero sería descortés de su parte.
-¿Tu eres Daniel? ¿El Alpha de este pueblo? –el toro llevaba un traje de vaquero, Daniel se quería reír en su cara pero estaba preocupado por su pareja.
-Sí, soy yo. –el toro alzo una ceja.
-Soy Marcus. Perdón por no presentarnos contigo en primer lugar pero no sabíamos dónde estaba la casa de la manada. Mis hermanos, mi cuñada, mi sobrino y yo tenemos viviendo seis meses aquí.
-¿Cómo no sabía nada?
-No quiero ser irrespetuoso pero es deber de tus hombres mantenerte informado de lo que pasa en tu pueblo.
Daniel no lo tomo como una falta de respeto, de cierta forma es lo que Anthony le venía diciendo desde que se mudó con su manada al pueblo.
Daniel tenía mucho que cambiar.
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Vic iba arrastrando a Rubiel por un sembradío de maíz, le era difícil caminar con los tacones y eso sumado a que Rubiel estaba borracho.
La fiesta se habia arruinado y ella perdió su oportunidad de estar con ese sexi doctor, mientras que Rubiel alardeaba de la follada que un vaquero le avía dado.
Vic pocas veces se enojaba y justo ahora estaba furiosa. Quería estrangular a Rubiel en estos momentos. Sería fácil, ya que Rubiel estaba borracho y no se podría defender, estaban en un lugar oscuro y casi abandonado, pasarían semanas antes de que encuentren su cuerpo. Si tan solo fuera tan fácil.
-Hola.
Vic miro sobre su hombro, el sexi doctor estaba detrás de ellos.
-Hola, Doc. –Rubiel arrastro las palabras.
Antes de que Vic fuera capaz de decir algo fue interrumpida por otro hombre, un leñador- No te acerques.
-Aléjate. –para su horror Vic vio como los ojos del doctor se tornaron rojos.
-Es mi pareja –dijo el leñador, Vic ni siquiera lo conocía.
-Te equivocas es la mía.
-Joder que se están peleando por ti. –aplaudió Rubiel.
-cállate Rubí. –Vic vio los colmillos del doctor, tenía dudas de si eran parte del disfraz.
El leñador aulló y garras salieron de sus manos.
Vic se prometió nunca más tomar una sola gota de alcohol.
En poco tiempo otras personas se les unieron, entre ellos Vic vio a Sebastiano, su jefe, de la mano de su novio.
-¿Estas bien Vic? –pregunto Sebastiano.
-No –susurro, yendo a donde estaba Sebastiano con su novio.
-¿Qué es esto, Joseph? –dijo el novio de Sebastiano.
-El perro está molestando. –la manada de Daniel gruño. En algún momento se vieron rodeados de más personas.
-Par de idiotas. –todos vieron a donde estaba Susi con Laura de la mano.
-Largo, niña –gruño el novio de Sebastiano.
-Cállate. –Susi lo miro enojada- ella es tu pareja Daniel.
-Pero… -trato de habar el vampiro.
-Déjame hablar, carajo. El amigo de Víctor es tu pareja.
-Imposible, huelo a mi pareja en él. –señalo a Vic.
-Es ella, tarado. Huele bien.
El sexi doctor se acercó a Rubiel y gruño. Si bien era cierto que el olor era el de su pareja, también olio a otro hombre en él.
-Puta, hueles a otro –el sonido del golpe que Rubiel le dio a el vampiro sono fuerte y claro, nadie se movió.
-Puta. Tu puta madre, cabron. No sé qué carajos está pasando y no me importa. Me voy.
Vic suspiro. Esto estaba mal, en todas formas. No sabía en que ocuparse primero. Su amigo ebrio, el que era pareja de uno de los dos hombres más sexis que haya conocido o que existían hombres lobos y vampiros.
-Mierda. –el vampiro-doctor trato de tomar la mano de Rubiel pero este solo lo empujo y al hacerlo callo de boca al piso. -¿te has caído? –el hombre se agacho para levantar a Rubiel.
-No imbécil, me ha dado sueño y pienso dormir aquí. –el vampiro tomo a Rubiel lo más delicado que pudo y lo cargo como una princesita, susurrándole que lo perdonara. El hombre realmente se veía arrepentido.
Vic se dio cuenta que su amigo iba a estar bien, la pregunta era ¿ella iba a estar bien?
-Hombres, no puedo con ellos. –Dijo Susi llevándose a Laura.- No lo arruines. –le advirtió al leñador.
Vic estaba confundida, muy confundida.
-Preciosa creo que debes de dejar que Sebastiano te explique lo que ocurrió aquí. –un hombre rubio se le acerco y acaricio el brazo. El leñador gruño. –calma hombre. Deja que se valla y luego hablas con ella.
Sebastiano la tomo por los hombros y la empujo suavemente.- Vamos Vic ha sido una noche muy larga.
Daniel volvió a gruñir, lo estaban alejando de su pareja.
-Tranquilo. Mañana podrás hablar con ella ¿no crees que tiene mucho que asimilar? No todos los días descubres que existen lobos y vampiros.
-Eres molesto –gruño- pero tienes razón.
-A que sí. Mejor descubramos que paso.
En el lugar solo estaba su manada y la manada de Anthony.
-Que sabes.
-No mucho. Que tu hada lanzo un rayo o algo asi.
-¿Qué hada?
-La pequeña mierda que roba nuestra comida. –dijo Joaquín.
Qué raro, Daniel siempre pensó que era un elfo. Las hadas no existen o hace siglos no se sabe de una.
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Como era costumbre de Anthony el meterse donde no lo llaman. Todos se reunieron en su casa, a petición de él. Si bien era cierto que la casa de Daniel no estaba en condiciones de hacer una reunión tampoco era tan malo.
Todos estaban en la sala de estar de Anthony, Daniel tenía el presentimiento de que en cualquier momento uno de los gatos llegaría con té y galletas de mantequilla.
Noah, el príncipe de los vampiros explicaba algo de las hadas y sus sub especies derivadas que ya estaban extintas. Daniel estaba más ocupado criticando la decoración de la sala como siempre hacia cuando por alguna razón iba a casa de Anthony.
-Daniel. –Anthony lo miraba con desaprobación, le recordó a su madre cuando se dormía en las clases que su padre le daba para su formación de Alpha.
-¿Qué? –todos lo miraban; los gatos, los chupa sangre, los toros, el oso y su manada.
-Señor. Ponga atención por favor. –dijo Diego, uno de los tigres. El hombre parecía hermoso pero era tan gordo que Daniel pensó que cuando cambiaba a tigre era una bola con patas y cola.
-Bueno. ¿Qué pasa?
-Daniel, Sú está en algo asi como la adolescencia para las hadas. Y según el príncipe Noah está desarrollando sus poderes de hadas. –dijo Anthony.
-No entiendo.
-Es que no estabas prestando atención ¡joder!
-Tal vez si no tuvieras tantos adornos en tu casa no tendría con que distraerme.
-¿Qué carajos tiene que ver mi casa?
-¡Todo!
-Lo repetiré.
“Hay distintas especies de hadas, hubieron tantas que se dice que eran miles las especies. La leyenda dice que las lágrimas de un hada se volvían plata, su sangre oro, o que su carne te daba más poder. Las hadas no eran seres problemáticos, aun que tenían gran poder no sabían cómo defenderse. Fueron capturadas, asesinadas, violadas y un sinfín de atrocidades mas. La ambición de otras criaturas las llevó a la extinción. Quedando solo en historias que relataban como era su forma de vida.”
-¿Eso es cierto, oro, plata? ¿Es verdad? –la voz de Sú reflejaba su miedo, no lo culpaba.
-Si. Yo mismo vi como mataron a una. Es todo un ritual para que funcione. Vi como su sangre se volvió oro líquido y sus lágrimas de plata quemaban su rostro. –Noah tomo una respiración. Esa hada habia sido su amante durante mucho tiempo. Sad era un joven tan hermoso, frágil. Él juro protegerlo pero no pudo. Sad fue capturado y torturado en frente a sus ojos. Aun podía oír sus lamentos en las noches cuando trataba de dormir- de otra forma no funciona. ¿No sabes qué tipo eres tú?
-No. Fui criado por humanos. No sabía que era un hada hasta que mi abuela humana me lo dijo. Dijo que era peligroso que estuviera en la ciudad y me mando a aquí. Mi familia tiene una casa de campo en este lugar.
-¿Por qué carajos robas mi comida si tienes una familia?
-Lo siento.
-Eso no importa. Tienes que estar en un lugar seguro. Te ofrecería mi ayuda, chico, pero la casa de Sebastiano no es muy grande.
Si bien habia amado con toda su alma a Sad ahora tenía a su pareja, Sebastiano, el humano era todo lo que siempre espero tener en una pareja. Daría su vida por él. Dejo la ciudad por él, su puesto como líder del Aquelarre, su negocio, todo. Y no se arrepentía. Solo su hermano Joseph y sus amigos habían ido con él.
-Se queda conmigo. –Sú hiso una mueca.
-¿En tu nido de ratas? El niño se queda aquí.
-¿Puedo llevarlo a mi habitación? –Ham miro con ojos de gatito a su hermano.
-No. –la voz de Alex fue firme y miraba con enfado a Ham.
Ham resoplo- supéralo.