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Talvez por Reiga

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Notas del fanfic:

 

Ah~ La idea era escribir un Drabble de alguna pareja que nos costara y en donde no estuviera metido el bias (kagami XD), así que elegí esta que ya que es rarita para mí por lo que creo que posiblemente esto esté horriblemente OOC.

Espero que no tanto y les guste, denle una oportunidad (?) algún fans de ella?

Los personajes no me pertenecen

¡A leer!

 


~MuraMido~


 


Confundido. Así se encontraba desde ya unas semanas, unos de sus amigos. Si es que lo eran, se estaba comportando de manera poco usual y eso le tenía desconcertado.


Primero habia pensado que solo era un gesto simpático. Que al más grande se le habia escapado sin siquiera darse cuenta. Por el mismo motivo habia ignorado aquel bonito gesto de despedirse con un beso en la mejilla que nerviosamente el peli morado habia justificado.


 


Luego, en otras de sus juntas con toda la kiseki, se dieron otras circunstancias que lo estaban poniendo nervioso. Su cercanía ya le era extraña, le invitaba a comer, trataba de hablar más con él y ya no era tan pesado, se vio a si mismo tratando de ser más tolerante. Lo último que le habia desconcertado de sobremanera fue un día en que le habia dedicado una sonrisa que no sabía que poseía y que sin darse cuanta le acelero el corazón.  


Seguido de un beso que encontró de lo más absurdo. Solo se habia limitado a acomodarse sus gafas para luego mirar si habia alguien atrás suyo  y para tranquilidad de su razón se encontraba Akashi, si… seguramente aquellos gestos habían sido para molestar a su ex-capitán.


Cuando se dio cuenta de que las cosas estaban verdaderamente raras fue cuando de casualidad se encontró Murasakibara en el metro, de solo recordar ese día se le revolvía el estómago.


Una hora pico en donde prácticamente era hacinamiento, demasiada gente y poco espacio. Aferrado un fierro como soporte, lo único que deseaba era llegar a su estación y poder respirar con tranquilidad. La gente a los lados y casi pegándolo a la puerta, el olor  que no era agradable y ver la ciudad pasar a una gran velocidad le tenía mareado.


Abrió los ojos con verdadero  susto al sentir una mano en su trasero. Espero un momento podía ser casual. Al diablo con eso, no era accidental, pues esa mano le apresaba y masajeaba con brusquedad.


Cerro los ojos de dio rabia, quiso detenerlo con su mano pero esta fue agarrada, el solo hecho de pensar en hacer un escandalo le avergonzaba, no faltaba mucho para que se pudiera bajar y esperaba poder hacerlo con el cretino que tenía detrás para darle su merecido, nadie le corría mano a Midorima Shintaro.


Pero antes de que eso pasara le quitaron al animal aprovechado, alguien lo habia tomado, no podría ver quien, pero lo tenían agarrado de su cabeza la misma que habían estampado en el ventanal. Miro sorprendido la expresión de dolor del hombre mayor y luego siguió esa mano hasta llegar al hombre grande de ojos y cabello color hermosamente violeta.


Aun podía recordar la mirada furiosa de Murasakibara mientras tenia sujeto al hombre, parecía estar conteniéndose, recordaba que habia intentado hablarle pero no respondía. Ese día lo habia ido a dejar hasta su casa pero como ya era tarde le pidió que se quedara. Ninguno de los dos toco el tema del metro. Midorima pensó que no habia querido incomodarle. Tampoco tenían una relación muy cercana así que solo se limitó a darle las gracias. Ni siquiera le pregunto qué hacía ahí.


Entre tanto pensar  uno de sus pensamientos le arrojo algo que no tenía ni pies ni cabeza.


Midorima enrojeció, aquello era absurdamente improbable, ellos jamás se habían llevado bien a excepción de este último tiempo, por más que pensaba en una razón lógica siempre llegaba a la misma conclusión. Murasakibara debía estarse divirtiendo a su costa. Y cada vez que lo hacía le dolía más que la ves anterior.


Ya no tenía ánimos de nada, muy en el fondo y por frio que pareciera le tenía aprecio a cada uno de sus compañeros, el solo pensar que Atsushi estuviera jugando con él le hacía sentir mal, quizá hace un tiempo atrás le hubiera dado lo mismo pero ahora...


—¿Qué tienes?


Miro hacia adelante y se encontró con el dueño de su pesar. Ni siquiera se habia dado cuenta de que estaba saliendo del su preparatoria.


—Nada —se acomodó sus gafas y sin expresión aparente se fue por el lado contrario.


—Oye midorima vine a buscarte — se apresuró a seguirle el paso.


—¿Que es lo que quieres? — no se detenía y Murasakibara se sintió un poco incómodo, pero no se arrepentiría.


—Quiero hablar de algo contigo. ¿Puedes detenerte?


—Lo siento pero no tengo tiempo ahora.


—Shintaro, perdí clases para poder venir hablar contigo podrías siquiera mirarme —eso le detuvo. Bien sabía que el trayecto era largo.


—¿Qué quieres?  


El más alto suspiro, sabía con quién estaba tratando, así que sabía que si quería poder tener una conversación pacifica con el de lentes tendría que ser el mismo quien cediera un poco. Miro por los alrededores y cuando hayo un lugar más privado lo tomo del brazo y lo jalo hacia una especie de callejón.


—¿Qu-que haces? —Pregunto asustado por el repentino acto. Aunque más bien por su tacto. — ¿Sabes qué? estoy casado Murasakibara — dijo recuperando la compostura y el control. Se acomodó de brazos y con una mano se ajustó sus gafas — realmente no sé a qué juegas, pero ya te has divertido lo suficiente a mi costa y sabes que…


—¿Enserio no lo sabes? A demás de que no estoy jugando voy bastante enserio.


—¿¡Enserio con que maldita sea!?... no — puso una mano enfrente — ni siquiera me interesa, enserio Atsushi tu y yo jamás nos hemos llevado bien ¿Por qué te estas comportando así ahora?


El peli morado dudo un segundo nunca fue bueno hablando y menos con Midorima además de que ni él sabía cómo responder a esa pregunta.


—Supongo que quizás… talvez… podría ser porque… — a cada palabra se acercaba más al peliverde que retrocedía a la par hasta que ya no tuvo más escape — creo que es porque me gustas.


—¿eh? ¿Acaso te estas escuchando? Deja de hablar idioteces y lárgate de una vez —logro reponerse del impacto que esa confesión le habia provocado. Se dio vuelta dispuesto a irse, pero murasakibara con temor y seguridad tomo su mano —no juegues conmigo Atsushi ya suficiente te he aguantado —su mente era un torbellino de pensamiento y emociones que se reducían ante la alegría de que aquello fuera verdad y la tristeza que suponía que el más alto estuviera jugando con él.


—Midorima, quiero suponer de que algo me conoces, sé que de nosotros seis nosotros somos los menos cercanos. Tampoco sé porque me gustas, solo estoy siendo sincero conmigo mismo. Puedo reconocer que un principio solo era atracción y quizás curiosidad, pero con el incidente del tren me di cuenta de que era algo más serio. Enserio tuve ganas de matar a aquel tipo.


Midorima sintió ese apretón involuntario en su mano, se dio vuelta y vio una expresión nunca  antes vista por él. Pero que sin embargo le llego a su según él frio corazón.


Murasakibara avanzo un paso y se sintió con más confianza al ver que midorima no se movió, solo le miraba perdido en sus propios pensamientos y contradicciones. Sus ojos se abrieron de sobre manera al sentir el cobijo de eso grandes brazos y la calidez de esos labios sobre los suyos. Un tímido y gentil tacto hiso que su cuerpo sintiera toda esa calidez que en el fondo sabia poseía el de ojos violetas.


No cerró los ojos de la impresión que no le permitía hacer nada, solo sentía. Luego de esa gustosa calidez vino lo frio de una lenta separación, sus ojos se perdieron en el profundo violeta.


—Estaré esperando tu respuesta Shintaro — le dijo soltándolo, dándole un beso en su frente para luego alejarse con las manos en los bolsillos.


A midorima lo ataco el carmín en sus suaves mejillas mientras sus pies retrocedían, chocaba contra la pared y se deslizaba por ella.


—¡Una respuesta a que maldita sea! — gritó frustrado y confundido por todo lo que acaba de pasar. Su celular sonó y saco viendo el mensaje.


 


“¿Serias mi novio?”


 


Midorima sonrió espontáneamente, habia teniendo el valor de declararse y besarlo, pero sin embargo su valor no habia alcanzado para hacerle esa pregunta directamente.


—Idiota —susurro mirando su celular. Sus dedos funcionaron de manera autómata y se acurruco en sus rodillas rojo hasta las orejas después de haberlo enviado.


Murasakibara iba camino al autobús cuando su celular vibro. No habia esperado una respuesta tan rápido y de solo ver el remitente se habia asustado, lo abrió y luego… sonrió.


 


 


“Talvez”


 


 


Fin.

Notas finales:

Gracias si leyeron esto y díganme qué tal si?.

Debo reconocer que me gusto escribirlo tuvo su algo (?) XD

En fin lindas que tengan una excelente  semanita!

Nos estamos leyendo!! *W*


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