Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sigo aquí. por Harskyum

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este Fanfic es una contribucion para el grupo KagaKuro is love(Español) en facebook, en la primera ronda de ''El Mensaje de una Mariposa''.   Los personajes no me pertenecen (por desgracia T.T) son de su respectivo autor Tadatoshi Fujimaki-sensei n.n.   Esta de mas decir que es la primera vez que publico un fanfic :$, pero me alegra que sea de esta pareja UvU, sin mas que decir, disfruten... o algo asi, de la lectura. One-shot algo larguito TvT

Sigo Aquí.

"-Adiós, Kagami-kun.

-No, Kuroko por favor no te vayas, perdóname.

-No hay nada que perdonar, pero ya debo irme...

-No, no te vayas, no me dejes, ¡lo prometiste! Tú...tú dijiste que esperarías, que estaríamos juntos de nuevo. Y ahora tú eres el que me deja, yo...

-Pero, ¿de qué hablas?, Kagami-kun, aún sigo aquí, esperándote.

Después de eso tu imagen se empezó a desvanecer mientras veía como te alejabas de mí, mientras con desesperación y en un intento inútil trataba de alcanzarte para que no te acercaras a aquella puerta que, no tenía ni la menor idea de a donde llevaba...para luego ponerse todo en un fondo negro en un silencio asfixiante..."

Abro mis ojos, ya algo ojerosos, con una lentitud y un gran cansancio que puedo sentir desde las primeras horas del día. -Otra vez, esa pesadilla-susurro con voz ronca al mismo tiempo que llevo una mano a mi rostro para notar que nuevamente y, como todos los días desde aquellohabían lagrimas que hacían un limpio recorrido desde mis ojos hasta mis mejillas; restriego mis ojos con las yemas de mis dedos para limpiar los restos de mi llanto nocturno.

-Tan callado, tan…solitario-pienso para levantarme a duras penas de la grande cama que solíamos compartir.

 Salgo de la desordenada habitación para dirigirme a la cocina, ya estando ahí me doy cuenta que a pesar de que yo sabía que tenía que comer algo, lo que fuera, no tenía ni el más mínimo apetito de nada, y cuando digo de nada a eso me refiero; no solo a la comida no tengo ganas de salir, ni siquiera de jugar…todo aquello ahora me resultaba inútil, me trae recuerdos, dolorosos recuerdos que antes fueron alegrías que recordaba con una sonrisa junto a ti.

-Solo preparare algo de café, supongo- coloco algo de agua en la pequeña cafetera mientras espero a que esta esté lista, manteniendo mi mirada fija en un punto a la nada. Tomo una taza y me sirvo un poco para darle un pequeño sorbo.

 -Todo sabe tan insípido, hasta el café-suspiro dejando de lado la taza. Después de mi fallido intento por comer algo decido ir  a tomar una ducha, a tratar de despejarme y espabilar un poco, que apenas son las 8:00 de la mañana y solo quiero volver a tirarme en la cama.

Dentro del baño puedo sentir las gotas resbalar por mi cuerpo, es relajante al menos para el cuerpo, porque mi cabeza para nada lo está. Toda ella se encuentra atorada, tratando de averiguar la manera más rápida de salir de esta tormenta de recuerdos, nostalgia pero sobre todo dolor… y un gran arrepentimiento.

-Ja, pero ¿qué clase de hombre soy, si cada momento me la paso llorando?-me interrogo con una sonrisa irónica, notando como lagrimas perdidas entre el agua de la regadera caen al suelo.

Dicen que cada persona tiene un límite, algo así como un frasco de lágrimas que si llegas a agotar, te vuelves alguien diferente; alguien que ya no puede llorar ni por la más grande tristeza o la mayor alegría, por nada. Te vuelves alguien que ya no puede sentir el dolor de la misma manera que los demás, nada te hace daño, me pregunto, ¿Cuántas más tendré que derramar yo para llegar a ese punto?, a ese punto en el que ya no tenga que refugiarme bajo el agua de la regadera o bajo mis sabanas para llorar por ti, por nosotros; por todo lo que vivimos y lo que ambos soñábamos vivir, por tu muerte…

La razón de mis pesares es algo tan simple y normal, pero al mismo tiempo algo que te cuesta demasiado creer, que duele, que te cansa, te desespera, cambia por completo tu mundo, algo que repercute tanto en ti que dejas de ser el mismo. Ese motivo tan simple y complicado a la vez es que; Kuroko Tetsuya ha muerto.

Salgo de la ducha, aun con esos pensamientos en la cabeza, esos que me causan pesadillas a diario desde aquel fatídico día en que todo se acabó, y no me refiero precisamente al día en que te fuiste de este mundo, no, desde días antes todo se había derrumbado…

;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;

‘’-¡No puedo creérmelo!

-Kagami-kun, por favor, tranquilízate.

-L-lo siento, pero realmente estoy muy molesto, ¿Por qué justo ahora que acabamos de regresar hasta nuestro hogar suceden las cosas?

-Te entiendo Kagami-kun, para serte sincero estoy algo desanimado…sin embargo, no puedes hacer nada, después de todo son tus padres los que te pidieron con urgencia que regresaras a América ahora mismo, no puedes negarle un favor así a tu familia, ellos te lo dieron todo y además te apoyaron siempre; hasta con lo nuestro, así que no lo veas como una obligación el ir hasta allá, velo más como un pequeño favor que le harás a esas personas que harían lo que fuera por ti.

- Kuroko…

-Así que, no lo pienses más y prepara tus cosas para irte de una vez, mientras más rápido cumplas ese favor más pronto estaremos juntos de nuevo ¿No?-esa sonrisa, esa pequeña sonrisa con la que me decías aquello, fue la que me convenció de hacerlo, de irme lejos de ti para ayudar a mi familia, sin saber lo que ocurriría, solo por esa sonrisa que transmitía todo lo que sentías y que también te dolía el hecho de que me fuera, por todos los planes que teníamos.

Prepare todo para el viaje e irnos al aeropuerto esa misma tarde, el camino allá fue silencioso pero no era un silencio incomodo, no del todo, era más bien un silencio que nos decía a ambos que tendríamos que despedirnos, por un tiempo pero igualmente era una despedida, y las despedidas siempre son tristes, por eso el ambiente que se formaba. Al llegar compre el boleto con el vuelo que salía a América en tan solo 20 minutos, muy poco tiempo para despedirse.

Los primeros minutos de aquellos, nos mantuvimos sentados uno a lado del otro, tomados de las manos, sin decir palabra alguna solo sintiendo la tranquilidad de estar al menos por este corto tiempo de esa manera, juntos. En los altavoces de la sala se escuchó una voz que anunciaba la primera llamada para abordar el avión del vuelo en que me iría a mi destino.

Nos levantamos al mismo tiempo aun con las manos agarradas, apretando cada vez más por la despedida que nos daríamos.

-Kagami-kun...-me llamaste parándote en seco justo antes de salir para tomar el avión.

-¿Qué pasa Kuroko?- voltee a mirarte inclinando un poco mi cabeza, claro que se lo que pasa, yo me siento igual, nunca antes nos habíamos despedido de esta manera, realmente se sentía como un Adiós definitivo, algo dramática la analogía, pero así se sentía…

-Yo…Tu…a-ah, que tengas un buen viaje-tus ojos, esos hermosos ojos ya tenían rastro de querer explotar en lágrimas, estaban rojos y acuosos, tu sonrisa, ya no era la misma que la de hace unos momento, era una sonrisa triste.

-Kuroko, no llores ¿si?- pose una de mis manos en tu rostro ya con pequeñas lágrimas discretas cayendo, para limpiarlas con mis dedos y después darte un simple pero cargado de las mismas emociones que tú, beso en tu frente algo roja.

-Lo siento, yo, yo sé lo que dije, pero, no puedo evitarlo, lo siento de verdad.- yo lo siento aún más…tome tu rostro para hacer que me miraras.

-Kuro…Tetsuya, escúchame, yo… no tengo la menor idea de cuando pueda regresar aquí, no sé si regrese en una semana, o un mes, no lo sé, pero, volveré, de eso puedes estar seguro, volveré por ti y por todos aquellos planes que tenemos juntos, te prometo que todos los días te llamare, te escribiré y pensare en ti, así que yo solo te pido una cosa, que esperes, que esperes todo el tiempo que sea necesario para volver a vernos, entonces…¿Me prometes que seguirás esperando por mí?...-todo lo había soltado de golpe, sin titubear, con la cara algo roja pero mirándote a los ojos.

-Taiga-kun…yo, te lo prometo…esperare por ti, todo lo que haga falta.

Después de eso nos quedamos abrazados por un tiempo, ambos con unas inmensas ganas de llorar y dejar todo esto, pero eso no era lo correcto, eso lo harían un par de idiotas adolescentes como lo éramos hace unos años, pero ahora somos adultos y tenemos que tomar decisiones difíciles. Nos despedimos con un beso que fue largo pero parecía todo lo contrario, y me dirigí al avión, ese día nos dijimos adiós, ese día tuvimos nuestra primera despedida real.

Mi estadía en Estados Unidos fue larga, mis padres me necesitaban ahí para ayudar con los negocios de la familia porque mi padre había enfermado de repente, más que para ayudar con el dinero, yo creo que me llamaron porque tenían miedo de que algo grave pasara y yo no pudiera estar con ellos para apoyarlos.

Me alegro bastante estar con mi familia, hacía ya tiempo que no los veía, a pesar de que el ambiente no era de lo mejor por los problemas de mi padre, tratamos siempre de estar unidos y ver el lado positivo de todo, para mí, uno de esos puntos positivos, era el saber que tú me estarías esperando en nuestro hogar, saber que estabas bien y recibir tus cartas que me enviabas de vez en cuando; como esa en la que me contabas que por fin te habían aceptado para dar clases en esa escuela preescolar en la que tanto querías trabajar, me sentía feliz y orgulloso por ti, pero también tremendamente triste e impotente por no poder estar junto a ti para celebrarlo.

Los días siguieron pasando, convirtiéndose en semanas, meses, hasta llegar a dos años, dos largos años sin poder verte, sin poder tenerte aquí. Uno de esos días, mi madre hablo conmigo y me dijo que ya era tiempo de que yo regresara, después de todo mi padre ya había mejorado bastante, y me dijo que no te hiciera esperar más, y que la próxima vez que viniera te trajera aquí, estaba más que emocionado, por fin podría volver. Entonces se me ocurrió algo, ya casi se acercaba tu cumpleaños, así que ¿Por qué no darte un regalo?, y yo sabía perfectamente que obsequiarte, un anillo, para demostrarte que a pesar del tiempo, seguía amándote igual y que esos ‘’planes’ ’que teníamos no se iban a arruinar por la distancia; estaba decidido: el 31 de enero estaré de vuelta, para pedirte que nos casemos.

Ese era el plan, se supone que todo debía salir bien, pensé en avisarte, pero preferí que fuera algo así como una sorpresa, eso, fue lo que debió pasar. Sin embargo, las cartas no estaban a mi favor. Justo el día que planeaba mi regreso, ocurrió. Tal vez todo fue mi culpa, si hubiera estado más concentrado, si hubiera tenido más cuidado,  si no hubiera estado tan ansioso y nervioso por verte de nuevo, todo, hubiera sido diferente.

Esa tarde, lluviosa, con algo de neblina y con carreteras resbalosas, tuve un accidente. Ocurrió cuando íbamos hacia el aeropuerto, venían mi padre y mi madre, ambos insistieron en ir conmigo a despedirse, yo venía conduciendo, y mientras iba perdido en mis pensamientos, paso el desastre. Dicen que fue un accidente realmente aterrador, que el impacto fue tan grande que pareciera como si nadie hubiera salido vivo de ahí; todo estaba borroso y la verdad no recuerdo mucho de lo que paso, pero podría jurar que, por un momento escuche tu voz…¿acaso tú me salvaste o algo parecido?; jamás lo sabré.

Lo que supe después es que estaba en el hospital, y que ya tenía tres semanas sin dar respuesta alguna, dijeron que el hecho de que despertara fue ‘’un milagro’’; todo mi cuerpo estaba lleno de vendas y no podía articular ninguna palabra clara. Dure una semana más en ese estado en el que apenas y podía respirar. Cuando empezó a dar respuesta de poder moverme y hablar más, fue también que recordé porqué estaba ahí; en ese momento me alarme y empecé a gritar por mis padres, no tenía idea de cómo estaban, una enfermera entro totalmente asustada pidiéndome que me calmara a lo que yo solo le lanzaba gritos desesperados.

-¡¿Dónde diablos están mis padres?! ,  ¡¿Qué les hicieron?!-no podía dejar de gritar, pero es que todo me lego de golpe y estaba asustado.

-Joven, por favor cálmese, le explicare todo lo que ocurrió pero primero debe tranquilizarse-hablo un doctor entrando a la sala. Y comenzó a contarme desde el principio, me dijo que mi madre está bien, que aún sigue en recuperación pero está en condiciones estables y que saldría muy pronto; eso me relajo bastante, pero entonces siguió, y me dijo que por desgracia…mi padre no había sobrevivido, que hicieron lo posible por salvarlo, pero que su enfermedad, aunque ya estaba más controlada, no ayudo mucho a su mejoramiento y que no resistió el tratamiento…yo estaba en shock.

-¿Cuándo murió?-pregunte con una voz apenas audible, y que no sonaba para nada bien.

-El Señor Kagami falleció hace exactamente una semana, realmente lo siento, mi más sincero pésame joven, si quiere puedo hacer  que venga su madre, para que la vea-no conteste nada, no podía, mi voz no salía, sentía que si hablaba me asfixiaría.

Me quede sentado en la cama mirando un punto en la pared, sin saber que pensar, ’’todo fue mi culpa’’. Mi madre entro a los pocos minutos, vistiendo una bata de hospital también repleta de vendas y heridas por todo su cuerpo, me miro con una sonrisa triste acercándose a mí para abrazarme y yo, no pude más, me derrumbe en los brazos de mi madre, llorando como un niño pequeño. Esa noche, nos quedamos los dos juntos así, consolándonos mutuamente, y sin poder dormir.

El tiempo fue pasando, tratando de llevarse las heridas. Ya no quería seguir ahí, pero los doctores dijeron que necesitaba quedarme unos meses para recuperarme y para la rehabilitación de los daños que había sufrido, no tenía otra opción. Mi madre también se quedó un tiempo en el hospital pero fue dada de alta antes que yo, aun así siguió viniendo a verme todos los días; una vez mientras hablábamos abrió los ojos de par en par y pego un grito diciendo:

-¡Taiga, no puede ser, el anillo!-¿anillo?...anillo… ¡el anillo!, no puedo creer que me había olvidado de algo tan importante, tampoco había hablado con Kuroko desde que todo esto paso, soy el peor.

-Mama, tienes razón, ¿tienes idea de dónde está?, yo… no lo tenía conmigo cuando desperté, tal vez se perdió en el accidente…-realmente el peor.

-Tranquilo hijo, ya recordé donde está, yo lo tome, y cuando llegamos aquí le dije a mi enfermera que lo guardara, le pedí ese favor y ella prometió cuidarlo, iré a buscarla ahora mismo.- y así lo hizo salió corriendo con una sonrisa a buscar a aquella enfermera que tiene el anillo que te daré, pronto, muy pronto, solo que toda esta situación pase e iré por ti.

Después de tres largos meses de rehabilitación en el hospital desde que ocurrió el accidente, por fin pude salir. Durante todo ese tiempo no había recibido noticia alguna sobre ti, tampoco pude llamarte o escribirte, estaba preocupado, tantos días sin saber nada de ti fueron toda una agonía, pero me convencí a mí mismo que todo estaría bien cuando regresara y que podríamos estar juntos como antes.

Cuando Salí del hospital, me entregaron mis pertenencias, pero por alguna razón mi teléfono no estaba entre ellas, supongo que se perdió en el accidente, pero que más daba, me compraría otro después. Lo primero que hice saliendo fue ir a casa para decirle a mi madre que al día siguiente compraría un boleto para regresar a Japón, ella me sonrió pero al instante se puso a llorar, y no es para menos, la estaba dejando sola en esta grande casa, pero necesitaba irme cuanto antes, no podía perder más tiempo, le prometí que la visitaría más seguido y que pronto te llevaría con migo para celebrar nuestro compromiso.

-Hijo… ¿Quieres ir a ver a…a tu padre?, yo iba de salida para visitarlo, y como te vas tan pronto y no has podido ir…

-Está bien mama, te acompaño, necesito decirle que pronto Tetsuya será parte de nuestra familia- le dije esto con una pequeña sonrisa nostálgica, me hubiera gustado habérselo dicho antes.

La tarde ese día nos la pasamos juntos, los tres. Visitamos la tumba de papa y no pude evitar que se me salieran algunas lágrimas mientras ‘’hablaba’’ con él emocionado por mi regreso. Volvimos a casa ya tarde y prepare todas mis cosas, y también ese anillo que hace ya tanto tiempo pensaba darte. Al día siguiente mi madre me acompaño al aeropuerto despidiéndose como mil veces de mí diciéndome muchas cosas, con lágrimas en sus ojos y una sincera sonrisa. Me subí al avión y mire por última vez en dirección a mi madre despidiéndome de ella con una mano, ‘’tranquila mama, pronto volveremos los dos’’…

El viaje fue largo, alrededor de 13 horas, pero por la ventanilla del avión ya se podía ver aquel paisaje de Japón tan característico en estas épocas de primavera, simplemente hermoso, casi algo mágico.

- Un ambiente perfecto para volver a verte- pensé algo avergonzado pero ansioso por verte después de tanto.

Camine por esas oscuras calles de la ciudad que tanto conocíamos, pare en una florería para comprar un ramo, al cabo y sabía que a ti te encantaban todos esos detalles románticos pero bastante vergonzosos. Seguí caminando con el ramo en manos y el anillo resguardado en el bolsillo de mi saco; así es, traía un traje puesto, quería verme diferente, después de todo no todos los días vuelves a Japón  después de tanto tiempo para ver a esa persona que tanto te hacia falta para pedirle matrimonio. ¿Qué cara pondrías?, ¿Estarás feliz?, ¿emocionado?, tal vez ¿molesto por haber tardado tanto?, la ansiedad y la emoción me comían vivo.

Perdido en mis pensamientos, me distraje y a penas y alcance a quitarme del camino al ver que un loco casi me atropellaba.

-¡Oye!, ¡ten cuidado grandísimo idio…-¿Qué?, ¿Qué diablos? Podría, podría jurar que el ‘’grandísimo idiota’’ que iba conduciendo ese auto como un maniático, era Kise… ¿habrá pasado algo?...tal vez…ese Aho…

Aleje esas dudas de mi cabeza, después hablaría con esos idiotas que siempre tienen problemas, a veces me pregunto cómo Kise lo soporta tan bien, pero bueno, yo también tengo mis asuntos que arreglar.

Estaba tan cerca de aquella casa en la que solías vivir con tus padres, hasta que te propuse el mudarte con migo, sin embargo recuerdo que en alguna de tus cartas dijiste que de vez en cuando te quedabas ahí; pero tal parece que hoy no fue así, ya que la casa se veía completamente sola, así que di la vuelta y camine un poco más rápido hacia nuestro departamento, de seguro ahí estabas, dormido, o jugando con Nigou, esperándome.

Llegue algo agitado, ‘’arreglando’’ un poco mi cabello para dar unos pasos más y aventurarme a abrir la puerta con mis llaves, pero, entonces escuche unas voces, las dos tan familiares, una, era la tuya, se te escuchaba algo afligido, para después escuchar otra voz que si bien no entendía que hablaban en concreto, sentí que te estaba consolando, también escuche ese característico sonido que se oye cuando, cuando besas a alguien… ¿Qué es esto?

Abrí la puerta con cuidado, con el corazón latiendo a mas no poder sintiendo un miedo enorme por encontrarme con algo que no quería ver, y así fue, la escena era bastante dolorosa, yo seguía parado ahí en la entrada de la sala sin hacer ni un solo sonido, no podía ni moverme, ni hacer nada, en serio, ¿Qué es esto?, si es una pesadilla, que alguien me despierte lo antes posible.

-Ku-kuroko…- fue lo único que mi voz pudo articular al sentir como mis ojos abiertos de par en par,  ya estaban acuosos, y mi respiración se cortaba.

-¿¡Kagami-kun?!, tu que, por-por qué…-gritaste aquello alejando a Aomine de encima de ti, mientras el solo se me quedaba viendo, como no creyendo que realmente era yo…

-Bakagami, ¿Qué haces aquí?-en serio, no se lo creían ninguno de los dos, ambos estaban con la boca abierta, tratando de averiguar que hacia ahí.

-Kagami-kun, yo, yo crei que tu…-¿Qué yo que?, ¿porque Kuroko?, ¿Por qué de esta manera? ¿No prometiste esperarme?...yo.

-Oye, Kagami, no sé porque de repente apareciste de la nada sin decir nada, pero esto no es…-No escuchaba nada, no me importaba ya nada, solo atine a darle un golpe en el rostro de este idiota, con lágrimas de impotencia y dolor, cayó al piso sin más y yo salí corriendo de ahí, tirando todo, junto con las flores y el anillo; escuche un sollozo y un grito con mi nombre viniendo de tu boca, pero eso no me detuvo y seguí corriendo sin saber a dónde ir. Esa noche me quede en un hotel, pero la verdad hubiera dado igual dormir en la fría calle, justo acababa de llegar a Japón y ya quería irme justo en ese momento. Trate de dormir, pero cuando cerraba mis ojos solo veía esa escena repitiéndose en mi cabeza una y otra vez, provocando que no pudiera dejar de llorar y terminar con un tremendo insomnio.

No dejabas de llamarme o enviarme mensajes, no tenía idea de donde habrás sacado mi número, de seguro te lo dijo Tatsuya, con él fue con el único que hable al llegar a Japón, cuando hable con él tampoco podía creerse que era yo, estaba completamente sorprendido, y me dijo que cuando estuviera mejor lo llamara o fuera con él, me dijo que tenía algo importante que decirme, pero ya nada era importante para mí.

Solo dejaba pasar todos tus intentos de comunicarte con migo, por más que me doliera, porque no quería escuchar tus excusas, con lo que vi fue más que suficiente. Una semana paso así, y yo solo evitaba cualquier contacto contigo, no quería verte, me dolía el solo pensar en ti, ni siquiera podía regresar a mi departamento porque estaba seguro que ahí estarías tratando de excusarte por lo que mis ojos vieron esa fatídica noche. Estaba decidido, me largaría de aquí, de nuevo, no necesito de esta mierda, sé que está mal, y que tal vez me estoy comportando como un niño, pero dolía tanto, dolía tanto el saber que rompiste nuestra promesa, que no esperaste por mí.

Otra semana más paso, sin saber nada el uno del otro, pensé un montón de veces en ir contigo, perdonarte y pedirte que nos fuéramos a casar para terminar con esto de una vez por todas; pero mi orgullo era más grande y me decía que no debía perdonarte, y que lo mejor, por más cobarde que fuera, era irse de este lugar, así que dentro de dos días partiría de nuevo, dejándote aquí para siempre, con todos mis recuerdos y todos esos planes junto con ese anillo.

Decidí en ir a visitar a Tatsuya antes de irme y dejar todo, pero entonces recibí una llamada de Akashi..., la cual con algo de desconfianza tome.

-Taiga, soy Akashi, le pedí a Daiki que te llamara, pero…parecía que no estaba en su mejor estado, así que lo hice yo, bueno, basta de rodeos, iré al grano y no quiero que preguntes nada, solo, escucha; Tetsuya está en el hospital, está muy grave, lo encontraron esta mañana en el departamento que solían compartir con signos de…con signos de suicidio, llama a Shintarou, él te dará los detalles, y te dirá en que momento puedes ir a verlo. Eso es todo, nos vemos.

Colgó la llamada, ni siquiera me dio tiempo de exhalar el aire que se había atorado en mi pecho, de nuevo, esa sensación de inquietud y esa punzada aparecieron en mi cuerpo, Dios, que está pasando.

Llame a Midorima, y me dijo que podía ir en ese instante, pero me lo dijo con un tono que me hizo pensar lo peor, no, Kuroko, por favor, dime que no lo hiciste. Llegue al hospital y rápidamente, me dirigí a la sala en la que se supone que estabas, entre, y te vi, con una cara apacible pero al mismo tiempo….angustiada, tenías una manta cubriéndote casi por completo, me acerque lentamente hacia ti sin saber cómo sentirme, tome tu mano que estaba totalmente helada, al acercar tu mano a mi rostro note dos cosas; la primera, que en tu pequeño dedo anular de la mano izquierda, llevabas puesto el anillo que esa noche deje caer, ese anillo que nos traería felicidad a ambos prometiéndonos estar juntos siempre, y que ahora solo significarían recuerdos y deseos incumplidos, y la segunda cosa que note, fue que ya no sentía tu pulso.

En tu funeral, todos esperan que yo dijera algo, que te dedicara unas palabras, las que fueran pero que lo hiciera, sin embargo no lo hice, y ya no era por esa tontería del orgullo, era porque no tenía palabras ni voz, simplemente, todo era tan irreal, no podía ser cierto, llegue a pensar que en cualquier momento te aparecieras de la nada, sacándome un tremendo susto como siempre lo hacías, pero eso nunca volvió a pasar, ese dolor era real, y se quedaría ahí para siempre, como una sombra que te sigue a donde quiera que vayas, tal y como tú lo eras con migo.’’

;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;-;

-Qué recuerdos tan amargos-digo en un susurro mientras me encuentro sentado en el sofá, mirando fijamente al reloj, esperando que las horas avancen mas rápido o que el tiempo regrese. Doy un gran suspiro sintiéndome aun peor que cuando me levante esta mañana.

-Tal vez, sea mejor volver a dormir, quizás pueda pasar que ya no despierte nunca para seguir viviendo esto.- pensando esto me levanto del sillón para ir de nuevo a ‘’dormir’’, como si realmente pudiera hacerlo. Pero entonces escucho unos fuertes golpes afuera del departamento, voy algo molesto a abrir, no tengo humor para tratar también con vecinos molestos.

-Ya voy, ¿Qué diablos qui…-cuando abro la puerta lo primero que siento es un puño en el rostro, un golpe certero y que me tiro al suelo sin cuidado alguno.

-¡Eres un idiota Kagami!, por tu culpa… ¡Por tu culpa Tetsu ya no está aquí!-Aomine entro cerrando la puerta tras de sí levantándome del cuello de la camisa para volver a plantarme otro golpe en la cara.

-¡¿A ti que te pasa bastardo?!,  ¡¿Quién te crees para venir hasta acá, golpearme y decirme esa clase de cosas después de lo que hiciste?!-lo tome también de la playera para darle un golpe con igual fuerza que él.

-Eres un idiota sin cerebro Bakagami, ni siquiera escuchaste a Tetsu ni una sola vez, el trato de explicarte y ¿Qué hiciste tú? ¡Nada!, salvo esconderte y huir del como el cobarde que eres, aparte de regresar sin dar ninguna explicación lo culpas a él y a mí de toda esta mierda.-Me dijo esto mirándome a los ojos con una mirada llena de enojo pero también de tristeza, lo solté al escuchar todo eso que me dijo, dejándome pensando lo que estaba a punto de decir.

-Ya lose, ya sé que la culpa es mía, que debí de afrontar todo esto, pero, no tienes ni idea de lo que pase, tanto aquí como las cosas que pasaron en América, nadie tiene idea y es por eso que me ven a mi como el malo en la historia, cuando, cuando yo solo quería regresar y estar con Kuroko para olvidar todas las situaciones que ocurrieron allá, enserio Aomine, no me vengas a decir cosas que ya sé cuándo no tienes ni la más mínima idea de lo que yo pase.-lo último lo dije con la voz ya algo entrecortada sintiendo como pronto todo se vendría abajo.

-No fuiste el único que paso por tanta mierda durante tanto tiempo, idiota. Tetsu, Tetsu ya no podía más, él también la paso muy mal, y  lo que paso esa noche…no fue absolutamente nada, y otra cosa, tal vez no estoy del todo seguro de cómo es que te sientas, pero algo te digo; yo también perdí algo importante, a alguien más bien, y tampoco volverá.-me dijo todo eso sin mirarme a los ojos, sacando de su suéter una carta, me la entrego y salió de mi casa sin decir ninguna palabra más. No pude evitar quedarme pensando en que habrá pasado, acaso, esa noche, esa noche que un idiota casi me arrollaba, ese idiota que estaba del todo seguro que era Kise, ¿Qué paso entre ellos dos?

Me dije a mi mismo que después trataría de llamar al idiota de Kise, él puede decirme lo que paso sin que haya golpes o insultos de por medio.

Desvié mi atención de ese tema para mirar el sobre que me había entregado Aomine. En él estaba solo una frase: Para: Kagami-kun. El solo leer esa simple oración me había puesto tenso, Kuroko me había dejado esta carta a mí, solo para que yo la leyera, y ahora la tenía entre mis manos, abrí el sobre con cuidado y saque la carta, me quede un rato mirándola, estaba escrita del puño y letra de Kuruko, y se podían notar unas manchas casi al final de esta, eran manchas de lágrimas; deje de observarla para comenzar a leerla:

‘’Hola, Kagami-Kun, ¿Cómo te encuentras?, supongo que si estás leyendo esto es porque mi intento funciono, después de varios para serte sincero. Escribo esta carta para que solo tú la leas, nadie más, más te vale que solo tú la leas Kagami-kun, si no me molestare.

 Aun no puedo entender cómo fue que llegaste esa noche a nuestro departamento, cuando te vi realmente crei que no era real, que estaba soñando o que era otra persona, me quede tan impactado que no pude procesar bien mis pensamientos, por un lado, estaba feliz, no me lo creía, estabas ahí, justo ahí en frente de mí, después de tanto, tanto tiempo más de dos años, y por otro tenía miedo, miedo por la situación que presenciaste, miedo de tu reacción, de que te fueras de nuevo, y así lo hiciste; pero no te culpo, nunca te culpare de aquello, yo te entiendo, también me eh sentido con ganas de dejar todo de lado, para ya no sentir más dolor; como aquella vez hace casi cuatro meses, cuando HImuro-san me llamo totalmente alarmado diciéndome que llamo a tu teléfono y tú no contestaste, contesto una mujer que el dedujo que era una enfermera por lo que le dijo, -lamento decirle que en estos momentos, el joven Kagami acaba de sufrir un grave accidente, los doctores no creen que pueda salvars…- y ahí se había cortado la llamada, dijo que intento llamarte más veces pero que simplemente las llamadas no entraban, que llamo a tu casa, a tus padres, y nada, en ese momento sentí que todo se venía abajo; paso justo el día de mi cumpleaños, unos días antes había escuchado tu voz diciéndome que tenías algo que decirme, como una sorpresa; jamás me imagine que esa seria tu sorpresa.

Pero me contuve, trate de mantener la compostura y pensar de manera positiva, era imposible que te hayas muerto. Seguí enviándote cartas cada que podía, pero no las contestabas, entonces comencé a enviarte cada vez más y más, te llame un millón de veces, pero nada servía.

Comencé a creerme aquello que tanto negaba y que Himuro-san me había dicho, cada que me preguntaban por ti decía que todo estaba muy bien y que pronto regresarías; hasta que simplemente ya no pude con mis propias mentiras, con el propio engaño que había creado para mí, para mi bienestar, para seguir teniendo razones para vivir, para seguir cumpliendo nuestra promesa; finalmente caí en la cuenta de que ya no regresarías, aunque te esperara una eternidad, nunca podrías volver.

Estos últimos meses fueron los peores, ya estaba totalmente hundido en una depresión, me despidieron de mi trabajo y mis padres no estaban cerca para consolarme, no tenía nada, salvo mis amigos que siempre trataron de animarme, me salvaron de todos aquellos intentos de terminar con todo, ellos seguían ahí.

Aomine-kun y Kise-kun eran los que más me visitaban, venían casi a diario, se quedaban toda la tarde y algunas veces la noche junto a mí para hacerme compañía, ellos dos realmente debían estar juntos, pero de un tiempo para acá comenzaron a tener problemas, nunca supe las razones concretas del porque tenían tantas discusiones, solo sé que esa noche todo se salió de control, comenzaron una pelea que termino con gritos, insultos, golpes y un Kise-kun saliendo del departamento desconsolado, realmente molesto pero sobretodo decepcionado y triste; se notaba por demás en sus ojos ya rojos y con gruesas lagrimas saliendo de ellos.

Le insistí a Aomine-kun que fuera a buscarlo, que Kise-kun no estaba del todo sobrio y que era muy peligroso que saliera de esa manera y en ese estado; pero Aomine-kun es demasiado terco y orgulloso negó rotundamente mi oferta y siguió bebiendo.

No pude evitar en ese momento pensar en ti, en que tal vez Kise-kun se iría de la misma forma en que tú te fuiste, pero no, aun me negaba a aceptar aquello, aún tenía una pequeña esperanza de que algún día regresarías, o que me responderías las cartas, lo que fuera, aún seguía esperando por ti; sin darme cuenta había comenzado a llorar, en frente de Aomine-kun, fue realmente vergonzoso, pero él me miro, y me abrazo tratando de consolarme, acaricio mi cabello con delicadeza mientras yo  soltaba sollozos bastante fuertes en su pecho, ya no podía, definitivamente no podía con esto.

-Aomine-kun, ¿Cuánto más tendré que aguantar?, esto, esto que está pasando es demasiado para mí, estoy sufriendo demasiado y-y ya no sé qué más hacer, salvo llorar por Kagami-kun-recuerdo que le dije aquello, entonces sentí sus manos en mi rostro limpiando los restos de lágrimas.

-No tienes por qué seguir así Tetsu, ya no hay nada que puedas hacer, solo, sal adelante, sigue cumpliendo tus sueños, encuentra a otra persona que te haga feliz.

No entendía porque Aomine-kun me decía aquello, hasta que vi como su rostro se acercaba al mío, creo que tal vez fue culpa del alcohol porque él nunca haría eso, nunca besaría a nadie que no fuera Kise-kun, pero lo hizo me beso, y yo lo permití, porque me sentía perdido, porque en ese momento recordé cuando tú me besabas.

Y bueno lo que paso después tú ya lo sabes; después de ver cómo te ibas me sentí tan impotente por no poder perseguirte y tener el valor para explicarte todo; pero Aomine-kun estaba herido, debía quedarme con él y llevarlo a un hospital.

Durante toda una semana trate de hablar contigo, no podía dejar las cosas así, por fin te tenia aquí de nuevo tenía que arreglar las cosas; pero al parecer tu realmente no deseabas aquello, y yo lo entiendo, después de lo que viste, como podría pensar en recuperarte, en darte la cara para pedirte perdón y lanzarme a tus brazos para volver a como era antes.

La desesperación y la ansiedad se apoderaron de mí, simplemente ya no sabía qué hacer, tu no querías verme y yo tuve la culpa de arruinar todo, ya no había razones para seguir esperando, y al escuchar de Himuro-san  que te irías de nuevo, y esta vez en verdad no volverías, fue lo que termino matándome por dentro, definitivamente ya no había nada que perder, porque ya había perdido lo más importante, la esperanza, la esperanza de que todo se arreglaría y volverías conmigo, ya solo quedaban las promesas incumplidas.

Sin embargo, Kagami-kun, no quiero que te culpes de nada, yo fui el que decidió esto, tal vez, estando en otro lugar pueda encontrar de nuevo aquella razón para seguir esperándote…

Pdt: espero que no te importe, pero el día que regresaste dejaste caer una pequeña caja, cuando lo abrí vi su contenido y al ver que era un anillo, me lo puse, sé que es una falta de respeto, lo siento, pero quiero que lo consideres como una nueva promesa, una que esta vez cumpliremos, porque te prometo, que aunque ya no podamos estar juntos, aquí estaré, aguardando por tu llegada.

Kuroko, Tetsuya’’

Cada palabra, toda la carta, me hizo sentir tan idiota, fui un estúpido egoísta, siempre vi solo mis problemas, y nunca mire la otra cara de la moneda, aquella que Kuroko tenía que sobrellevar solo, al acabar de leerla llore como nunca había llorado, por todos los sucesos que pasaron desafortunadamente llevándose nuestra felicidad, era injusto, pero así es la vida injusta, te pone pruebas para que las pases y así descubrir la verdadera felicidad; pero para nosotros ya es muy tarde, yo por mi orgullo y mi egoísmo, y Kuroko por la ignorancia y la angustia.

Esa tarde, después de llorar a mares, fui a ver la tumba de Kuroko, deje sobre ella un ramo de rosas rojas y azules, y sonreí al recordar aquel sueño que tuve esta mañana.

-Ahora lo entiendo, por favor Kuroko, encuentra aquello y vuelve a tener esperanza, solo un poco más, ya no te pediré nada. Solo espérame un poco más…

Notas finales:

Bueeeno, me disculpo si hubo alguna falta de ortografia, espero y no me quieran matar TuT, como dije en las notas de arriba, esta es mi primera vez publicando un fanfic asi que me gustaria que me hagan saber si tienen alguna sugerencia, critica o tomatazos ;v;

Todos son bien recibidos n.n, me despido y que tengan un lindo dia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).