Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tu mano por RyoMoon

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Tampoco les diré mucho, porque prefiero que lo lean

Notas del capitulo:

Ya ven, que más les digo, sólo que continuamos con el cumple de Eijun 


Diamond no ace le pertenece a Yuji Terajima

Sawamura Eijun no era el mismo, había cambiado mucho en los últimos años, sobre todo después de su salida de la preparatoria Seido, ahora mismo no parecía ni remotamente el chico al que habían conocido en aquel entonces, y tampoco era el joven del que todos se expresaban como “escandaloso”, “alegre”, “sonriente” o “sol”.


Considerando su actual forma de ser y su carrera, ahora era parte de un hospital muy importante, conocido por ayudar a deportistas a recuperarse de lesiones; han pasado tan solo 7 años de su salida en Seido y Sawamura es conocido como un excelente terapeuta. Se esforzó por salir con un promedio decente.


No es que se hubiese forjado su reputación sólo con estudio, más bien se debía a dos casos que recibió que nadie quiso atender, estas le dejaron como recuerdo su actual reputación en el mundo de los terapeutas y rehabilitadores, sobre todo porque los atedió a inicio de temporada y logró hacerlos volver antes de que la temporada culminara.


Dentro de su actual conducta, había un detalle muy importante, la razón por la que él se había vuelto tan serio se refería al rechazo de alguien, un superior al que el admiraba por su forma de ser, esa mirada relajada al batear, sus ojos agresivos cuando buscaban a su presa y la forma en la que siempre se desempeñaba, cuarto al bate en ese entonces, pero… esa persona no sintió nada por él, fue la última vez que lo vio, Yuuki Tetsuya, le dijo con una sonrisa


-Algún día te enamoraras de verdad, lo que sientes por mí, no es amor, y yo tampoco puedo enamorarme de ti-


Dejando de lado que eran hombres, el problema realmente correspondía a que Yuuki salía con otra persona, y pensó que pasaría el resto de su vida junto a ese ser, aunque Eijun no lo sabía, esa persona cambio de parecer y comenzó a salir con el mayor de los Kominato, dejando a su líder en un estado deprimente del que recientemente había salido, aunque la suerte no le duró porque…


Apenas recordaba las palabras de Yuuki, los ojos de Eijun se nublaban, brillaban de la tristeza a causa de las lágrimas contenidas, a pesar de sus múltiples intentos por olvidarlo, no había podido conseguirlo, dejando ese enorme vacío en su corazón del cual nadie había podido sacarlo.


Sus recuerdos le rodeaban en esos momentos, hasta que alguien tocó la puerta para avisar que iban a entrar, salió de su ensoñación y sentándose correctamente, ajustando sus lentes indicó que entraran.


-Pase-


-Buenas tardes doctor Sawamura-


Era la hora de la comida, y a pesar de que siempre despreciaba las invitaciones para salir a comer, sus colegas seguían invitándolo, así que pensó que iban a invitarlo de nuevo, así que pensaba rechazar la oferta cordialmente.


-Me preguntaba si tienes tiempo de revisar a un nuevo paciente-


Falló en su pensamiento, pero… ¿Había alguien que solicitaba sus servicios?


-¿Ir?-


-Si… bueno, todos los jugadores que han recibido tus tratamientos, siempre te recomienda, así que alguien le dijo a este que vinieran al hospital y preguntaran por el “rehabilitador de los milagros”, así que ha venido y está esperando que aceptes siquiera verlo-


-No estoy entendiendo, ¿Por qué no habría de recibir un paciente?-


-Sawamura… este chico… es un beisbolista, a quien juzgaban como muy prometedor, y ningún terapeuta, hasta ahora, ha sido capaz de recibirlo o de siquiera revisarlo para darle un diagnóstico, así que… vino aquí tomándote como su última esperanza-


-¿Es tan grave su condición?-


-Lo es realmente es triste, el verlo de esa forma, en esa silla de ruedas-


-¿En silla de ruedas? ¿Qué pasó?-


La curiosidad por el caso estaba haciendo que olvidara aceptar el ver al paciente y diagnosticarlo.


-Tuvo un accidente automovilístico, creo que por no atropellar a alguien su automóvil se fue a una barranca, de milagro no murió en el accidente, pero quedó invalido-


-Vamos, no puedo abandonar a un lesionado-


Era bien sabido que jamás había despreciado un caso por muy simple o complejo que este fuera, y mucho menos el caso de un beisbolista, sobre todo, porque todos sabían que él había sido un pitcher en su adolescencia.


Tomando su bata y caminando a la salida, apagó la luz de su oficina personal y bajo al que era su consultorio, le habían dado una oficina para que fuera libre de estudiar sin interrupciones.


Al entrar a su consultorio, pudo ver a lo lejos a dos personas, una de ellas se le acercó.


-Buenos tardes señorita-


-Buenos tardes-


-Dígame, ¿él es el paciente?-


-Usted… ¿podrá atreverse a revisarlo?-


-Para eso estoy aquí-


Eijun regalo una pequeña sonrisa a la mujer que soltó unas lágrimas que se cubrió con la mano derecha, para después acercarse a la persona que esperaba en la silla, sin mirar hacia el doctor para no desilusionarse si le decía que no, esa persona de cabello negro y piel ligeramente morena, donde su espalda le pareció conocida a Eijun.


-¿Has escuchado Yuuki? ¡Él dijo que va a revisarte!-


-Sí, lo he escuchado-


Dijo con la voz llena de desesperación y un poco de ilusión porque alguien iba a revisarlo.


Esa voz le pareció más conocida y se acercó temiendo que sus pensamientos pudiesen acertar, y tal como imaginó, realmente era él, era nada más y nada menos, ese hombre que rompió su corazón, Yuuki Tetsuya, su excapitán de Seido.


-Capitán…-


Yuuki fijó la mirada en la persona que le hablaba, para él era lo peor que le podía pasarle, aparte de que no deseaba que ningún conocido se enterase, tenía que ser precisamente la persona a la que había rechazado el que tuviera que enterarse y ser su terapeuta.


Recordaba vagamente como era Sawamura en aquel entonces, así que desconfiaba de su capacidad, aparte de que con lo escandaloso que era podía contarle a alguien más de su condición.


-Lo siento… vámonos Aky-


-Pero… él va a revisarte-


Sus sentimientos se fueron por segundos, habló como médico y dijo


-¿Por qué no quiere que sea yo él que lo cuide?-


-No quiero que le digas a nadie-


-Descuide Yuuki-san, no voy a decirle a nadie, ese es mi deber como terapeuta, guardar silencio de lo que veo-


No había notado el cambio en el menor hasta ese momento, realmente era diferente a quien él conoció, sus ojos eran cubiertos por unos lentes, aparte… el brillo de sus pupilas era muy tenue, casi extinto, lo recordaba más alegre y sonriente, ya no habían estrellas en sus ojos, sólo una enorme seriedad.


Sawamura lo llevó y lo recostó en una cama, donde pidió permiso para retirar su ropa y se deshizo de la playera y sus pantalones, dejándolo en ropa interior, tocó con suavidad ese cuerpo, aunque no pudiese sentirlo, vio los golpes y moretones que el mayor tenía; después de un largo mes de estudios, decidió una alternativa para ayudarlo.


-Escucha Yuuki-san, existe la posibilidad de que se te realice una operación, conlleva muchos riesgos, aunque, le he pedido a un amigo mío, que es doctor, el Dr. Bryan Wenstal que te opere, para estar seguros de que será un éxito-


-¿Qué pasará después de la operación?-


-Todo dependerá del resultado y de tu esfuerzo, pero… conociéndote regresarás en 1 año más o menos, a un campo de béisbol-


En realidad no había mucha comunicación entre ellos, porque hablaban sólo cuando era forzosamente necesario; sin embargo, se veían continuamente.


-La operación fue todo un éxito, daremos tiempo a que descanses de la cirugía y empezaremos con tu rehabilitación, iré a agradecerle al doctor Bryan-


En la conversación el doctor le dijo algo que jamás había dicho a ningún menor, ya que su dignidad no le había permitido reconocer a menores.


-Muchas gracias por haberla hecho-


-No Sawamura, soy yo quien te agradece, el logro no es mío, cuando me enseñaste las radiografías pensé que no tenía remedio, pero estudiaste duramente y me dijiste puntos clave que yo no habría podido notar sin tu esfuerzo, por eso ha sido todo un éxito-


Los dos volvieron a sus respectivos lugares, y finalmente al ver a Yuuki después de haber descansado recibió la cruel realidad


-Siempre es mejor tener un buen terapeuta, no uno irresponsable-


-Me juzgas incapaz-


-Lo eres… así que…-


-Entiendo, un terapeuta no puede ayudar a un paciente que no confía en él, te canalizaré con un compañero-


-Agradezco tu atención y el apoyo-


“Yuuki-san, te has vuelto cruel y amargado, tu igual has cambiado mucho”


Definitivamente le dolió la desconfianza pero lo dejó ir


-El doctor Sawamura me canalizó con usted-


Le miró las piernas y habían mejorado mucho a comparación de las fotos de su expediente; sin embargo, aún no se sentía capaz.


-En realidad no sé porque lo hizo, sabe que no soy capaz de ayudarlo, lo siento-


Volvió a visitar a muchos y ninguno quiso atenderlo, así que no le quedó de otra más que volver con el castaño.


-Debería ver al especialista Sawamura Eijun-


-Vaya con el médico de los milagros-


-Lo siento Sawamura-san, es un terco, he pasado por alto sus deseos de no regresar aquí, porque yo quiero volver a verlo jugar-


-No se preocupe Aky-san-


Nuevamente lo revisó y ya estaban desinflamadas, lo suficiente como para empezar a tratarlo, en realidad fue más a fuerza que por voluntad, ya que se negaba a que le quitara la ropa y lo miraba agresivamente.


-Has recuperado la sensibilidad, sólo están débiles tus extremidades, así que trabajaremos juntos para que vuelvas a caminar, crea en mí, no como persona, como doctor y eso me será suficiente-


La mirada madura del menor hizo que a regañadientes aceptara darle su confianza.


Al principio inició con masajes, que el mayor recibía 3 veces al día, siempre se hacía un espacio para atenderlo como se debía.


Aunque no lo parecía, estaba muy ocupado, siempre terminaba muy cansado y estaba desesperado por la mirada de desaprobación del mayor, así que


-No has sonreído ni una vez-


-Usted no ha sido amable ni una sola vez-


Cortó la plática rudamente y siguió moviendo sus manos con habilidad, ahora que Yuuki podía sentirlas, su cuerpo sentía un pequeño cosquilleo sólo con él.


Sus cabellos húmedos, como posaba la parte superior de la mano sobre su frente, sus rosadas mejillas, incluso su mirada al ver su cuerpo, todo le llamó la atención, hasta que posó su mirada en sus labios sin que el menor lo notara, y le causó curiosidad saber que sabor tenían esos labios.


El silencio era incomodo, no habían congeniado desde que se volvieron a ver, y ahora que había pensado esa tontería, le era más difícil hablar con él.


-Desde mañana alguien vendrá a suplirme, mi asistente sabe qué hacer, tengo mucho trabajo, necesito que ella venga, póngase de acuerdo con ella para las horas de terapia-


-Tienes cosas importantes-


-Estarás más cómodo con ella-


Realmente no refutó la idea, estaba muy seguro de que pasaría mejores momentos si lo dejaba a cargo de otra persona, y abría continuado feliz de no ser por lo que sus ojos vieron.


Eijun atendía a otro paciente frente a sus ojos, sus manos recorrían muy dulcemente el cuerpo de otra persona, sus ojos parecían más relajados, le regaló una pequeña, muy diminuta sonrisa a otra persona, cosa que no había recibido de él, un impulso apareció en sus manos, llevándolo a apretarlas con fuerza y mirarlo seriamente.


-¿Cómo se siente?-


-Mucho mejor, doctor, siempre que me toca, me siento más feliz-


-¿Qué dice?-


La diminuta sonrisa continuó por más tiempo, los dos platicaban con un ambiente al que él no podía entrar.


-Joseph, siempre te burlas de mí-


-No es burla, su rostro alegra mi día-


-Te crecerá la nariz-


-No sin que antes aceptes salir conmigo-


Un pequeño sonrojo y un puchero se hicieron presentes en el castaño, que a veces podía sonreír sinceramente, aunque fuesen contadas.


Yuuki le dio la vuelta a su silla, no quería seguir mirando esa escena que se presentaba con otra persona, el vacío de su estómago le caló todo el cuerpo.


El menor siempre que se acercaba a ese paciente tenía que cuidarse porque era un atrevido, y había intentado infinidad de cosas, como besarlo, bajarle el pantalón, o lamer su cuello, cosa que no había conseguido.


-Espere, no puede besarme, ya se lo he dicho muchas veces-


Al escuchar eso, por segundos dejó de mover su silla, hasta que enfadado se fue lejos de allí.


La actitud del paciente tan alterada y violenta asustó a la asistente, que se negó a ir de nuevo a atenderlo. Nadie lo sospechó, Yuuki no era violento, estaba realmente molesto y buscaba llamar la atención.


-Dr Sawamura…-


-Dime Mia-san-


-El paciente Yuuki-san… se ha comportado muy agresivo, me asusta y yo no puedo seguir atendiéndolo-


La respuesta de su enfermera no era lo que esperaba, jamás pensó que su excapitán pudiese maltratar a una mujer.


-No te preocupes, te moveré para que ayudes al doctor Dickson-


-Gracias doctor-


Cuando Eijun volvió a ver a Yuuki, este parecía más relajado


-Vamos a ver el avance de tus terapias-


Ahora ya aguantaba la flexión de sus rodillas, no se agitaba con el movimiento; mientras miraba al doctor, inspeccionaba cada movimiento, y sus ojos se detuvieron en su cuello.


El sonido de una puerta lo distrajo y volteó para ver a un hombre con muletas que entraba por la puerta, esa persona era aquel hombre que lo hizo enfadar con su acercamiento desquiciante al menor.


-Joseph ¿Qué haces aquí? Ya sabes que no debes venir cuando estoy en una sesión-


-Vine a decirte que ya puedo usar muletas más fácilmente, estaba feliz porque lo logré por ti-


-Qué bueno, me alegro mucho-


Le brindó un cálido gesto al paciente mientras lo acompañaba fuera de la habitación en la que estaba trabajando.


-Espero que ahora no te de vergüenza ir a cenar conmigo-


Le tocó la cara antes de salir de la presencia de Yuuki.


-A mí no me avergüenza salir contigo-


Su mirada fue fija y sincera, en otro mundo.


-Entonces… ¿saldrá conmigo?-


-El hospital no me lo permite, es regla de médicos y pacientes-


Joseph era un hombre atractivo, pero con el problema de su pierna que sufrió una fractura, pensó que nadie se fijaría en él, problemas de autoestima, así que bajó la mirada con tristeza, y Eijun, con su noble corazón oculto, no pudo negarse.


-Está bien, un café y ya-


-Te esperaré sentado afuera-


Contestó más enérgico, y tratando de salir despacio. A Yuuki no le gustó la idea, se desesperó de entender que el menor iba a salir con otro, y agarró lo que encontró a su alcance, uso vendas y las charolas para arrojarlas con fuerza a donde el doctor y aquel hombre se encontraban, Joseph trató de proteger a Eijun y recibió un golpe en la cabeza, cayó al suelo desmayado, sin lastimarse la pierna, por suerte.


De inmediato recibieron ayuda y lo recostaron en una cama para atenderlo, al salir de esa revisión, fue con Yuuki molesto.


“¿Por qué?” su cabeza daba vueltas con esa pregunta, aunque no le dijo nada, ni un regaño, estaba molesto pero optó por guardar silencio.


Las sesiones continuaron, poco después de una semana, su paciente salió sano del hospital y podía caminar correctamente, así que volvería a su vida normal, no sin antes hacer una travesura.


Yuuki miró por el vidrio de la habitación como le robaba un beso a Eijun, cosa que amargó su tarde y volvió a ser grosero.


-¿Qué demonios te pasa Yuuki? Tú no eres así-


-Aky, déjame solo-


-Está bien, no volveré, no voy a soportar malos tratos por más tiempo-


Eijun vio salir a la mujer y al mirar al mayor, este le esquivó la mirada.


-Iniciemos ya-


Colocó su mano en el pantalón para bajarlo y hacer los masajes de siempre, con el gel para desinflamar sus músculos, y cuando iba a hacerlo, el mayor le tomó la mano y lo jaló para dejarlo cerca de su rostro.


-Tanto te gusta tocar el cuerpo de otros-


-No te entiendo-


-Parece que disfrutas acariciar extremidades-


-Cumplo con mi trabajo, nada más-


-Entonces ¿Por qué lo miraste así?-


El castaño se quedó perplejo nuevamente al ver como se acercaban peligrosamente a sus labios y eran invadidos por otros, su mano fue puesta en la pierna de Yuuki, que de inmediato trató de retirar, aun cuando el mayor no había hecho ejercicio por un tiempo, seguía teniendo fuerza en los brazos, así que lo aprisionaba fuertemente mientras iba descendiendo de sus labios a su cuello para besarlo y abrazar su cintura mientras estaban en la cama, dejándolo en una posición complicada.


-Ahhh… Yuuki-san, suéltame-


Algunas lágrimas cayeron en su cuello, estaba debajo de ese cuerpo


-¿Por qué no soporto verte mirar a alguien más?-


Estas palabras resonaron en la cabeza del terapeuta que se paralizó y rompió en llanto con la confesión


-No juegues conmigo, dijiste que nunca ibas a enamorarte de mí-


-Yo no…-


-Suéltame, jamás me toques así de nuevo-


-No has sonreído para mí una sola vez-


-Ni lo volveré a hacer-


Yuuki no fue capaz de resistir esas palabras, no podía soportar que alguien le quitara el corazón de ese castaño dulce, a quien en aquella ocasión vio llorar por su rechazo y se dio cuenta de que algo en el sollozaba.


-Yuuki, busca a quien sea que te haya robado el corazón, me he dado cuenta de que dejaste de amarme, y la persona que está en tu mente, sólo esa persona podrá hacerte feliz-


Los labios del castaño fueron invadidos nuevamente, mientras acariciaba su cuerpo con delicadeza y dulzura, su corazón palpitaba llamándolo, la escena en la que alguien más lo había besado volvió a su mente y le abrazó fuertemente tratando de borrar aquel beso en el que había sentido que su corazón se rompía en pedazos.


-Yuuki… por favor, no me mientas-


-No me has olvidado ¿verdad?-


-Yo, te olvide…-


-No lo hiciste, lo sé, lo siento cuando evitas que te mire-


El castaño evadió su mirada aunque sentía el cuerpo del mayor muy pegado al suyo, incapaz de gritar, incapaz de ser un escandaloso como solía ser, otro beso volvió a atraparlo


-Mírame, no me evites Eijun, no hagas lo mismo que en ese día-


-¿Qué esperabas que hiciera? ¿Qué te mirara hasta el último segundo? ¿Qué sufriera por ti por siempre?-


-No quiero que ese tipo te bese de nuevo-


-Eso y esto no tienen relación, ahora suéltame, ya-


-Quiero saberlo, ¿Quién se llevó el derecho de verte sonreír? ¿Quién hizo que dejaras tu inocencia detrás y te volvieras así?-


El menor seguía evitándole la mirada, había perdido la cuenta de la cantidad de besos que le estaba robando, había olvidado que estaba debajo de su paciente hasta que una mano se coló por su ropa.


-Yuuki Tetsuya, deja de tocarme, somos paciente y doctor, no hay nada entre nosotros dos-


Usó toda su fuerza y lo alejó, se levantó de la cama y salió de la habitación dejando al mayor decepcionado, por una semana se mantuvieron fríos entre los dos, y Eijun recibió una visita.


-Señorita Aky-


-He venido a preguntar cómo sigue-


-Está recuperándose-


La mujer sintió la necesidad de decirle algunas cosas a Sawamura


-Sabe doctor, jamás había visto a Yuuki comportarse de esa manera, y todo esto empezó desde que usted empezó a tratarlo, aunque… cuando su novio lo dejó, él no le lloró a él, en sus pensamientos había alguien más-


-¿Por qué me lo cuenta?-


-Es… la mirada que él tenía cuando recordaba, una vez la vi en sus ojos cuando me dijo que usted era una persona alegre, aunque yo no lo he visto sonreír ni una sola vez-


-No…-


-Sus pacientes dicen que sufre de amor, no lo tome a mal, no lo he investigado, me lo dijo un paciente cuando esperaba a que Yuuki saliera de la terapia-


-Se inventan cualquier cosa-


-Entonces… porque parece que la persona a la que él le sufre tanto es usted-


-Eso es imposible-


-¿Por qué?-


-El me rechazó cuando estábamos en la preparatoria-


-Perdóname, no debí alejarte de mí, quiero ver tus ojos, y esa sonrisa-


-Señor… ¿sucede algo?-


-Nada Aky, recordaba a alguien que tenía una mirada tan brillante como el mismo sol-


-¿Quién era?-


-Alguien a quien alejé de mi porque no me di cuenta… de lo mucho que me importaba, no presté atención a él, hasta que salí de la preparatoria, y jamás pude volver a verlo-


-Pero siempre…-


-Aky, ¿Qué haces aquí?-


El hombre que estaba en la puerta usando su bastón para sostenerse miró a la mujer e hizo que ella dejara el tema, los dos caminaron a la salida.


-¿Qué pasa Yuuki?-


-Dijiste que no volverías-


-Ya estás de nuevo con esa actitud que jamás te conocí-


-Mañana es 15 de Mayo…-


-Sí, ¿Qué hay con eso?-


-Ayúdame… a recuperarlo-


-El chico de tus pensamientos es él ¿verdad?-


-Si-


-Entonces, ¿Por qué parece un amargado?-


-Me enferma pensar que alguien más lo lastimó, o que estuvo con alguien más, así que ni lo menciones-


La mujer se encargó de buscar muchas cosas y arreglar la habitación de Yuuki de forma romántica, aunque lo último le sorprendió, pues era un pastel de cumpleaños.


-¿Estás seguro? En su expediente dice otra fecha-


-No sé porque lo oculta, pero su cumpleaños es hoy, estoy seguro-


La mujer fue y pidió hablar con Sawamura diciéndole que era una emergencia, a lo cual el castaño corrió para tratar de ayudarla; cuando llegó a un departamento, las luces estaban apagadas y su corazón se preocupó más, la mujer salió de la habitación cerrando con llave por fuera, para no dejarlo salir.


-¿Qué clase de broma es esta?-


-No es una broma-


-Yuuki… ella dijo que…-


-Fue una mentira-


-Quiero salir, deja que me vaya-


-Pero yo no quiero que te vayas-


-Olvida que nos conocemos, cuando tu terapia termine en 1 mes, no volveremos a vernos-


El mayor sintió que su corazón volvía a romperse, pero antes de volver a dejar que esas palabras salieran de su boca, lo besó con premura y lo hizo retroceder para tirarlo en su cama.


Al notar el aroma de una rosa que podía visualizar, sus ojos se abrieron, más cuando el mayor volvió a abrazarlo y suspiró el aroma de su cuello.


-¿Por qué lo ocultas?-


-¿Qué?-


-Que hoy es tu cumpleaños-


-No es cierto-


-Te conozco desde hace años, el 15 de mayo es tu cumpleaños-


-Quizá porque detesto ese día-


-¿Por qué?-


-Por una tontería-


-Ahora que lo pienso, el día en el que me confesaste tus sentimientos también era 15 de Mayo, no vas a decirme que por eso detestas ese día-


Sonrojándose ante la mirada del contrario y haciendo un puchero infantil contestó


-¿Qué tiene de malo?-


-Mírame, te diré la verdad, no me di cuenta de que me importabas hasta que fui a la escuela y te vi abrazado a alguien más, Furuya era tu rival, jamás pensé que te abrazaría y saldrías con él, no pude volver porque no hubiese soportado que te abrazaran frente a mí-


-¿Qué estás diciendo? Furuya y yo jamás salimos, me pidió consejo sobre Haruno, pero no salió conmigo-


-Estas diciendo que te importa lo que yo piense de ti-


-No dije eso-


El menor se removió incomodo con nerviosismo al ver las intenciones del mayor.


-No huyas más de mí, quédate a mi lado, para siempre-


Los besos dulces continuaron, una que otra caricia en sus mejillas, el sonrojo visible, el cómo se tensaba ante el contacto ajeno, todo atacó a Sawamura, sus ojos se ablandaron en ese momento.


-Quiero hacerte mío, lo he deseado los últimos 8 años-


Una mirada brillante y sensible salió inocentemente, esa mirada que aquel chico recordaba.


-No deberías… aun estas lesionado-


-No me importa, si puedo tenerte-


Los ojos del castaño se llenaron de estrellitas de miles de colores, su dulce e infantil rostro volvió a ser el mismo de antes, con la inocencia, haciéndolo “apetecible”.


Nuevas caricias acompañaron el inicio de esa noche, besos apasionados que debilitaron al menor, poco a poco fue retirando su ropa, por ultimo le quitó esos lentes que le pintaban una barrera para entrar en su corazón.


Delineando suavemente las líneas poco marcadas de su cuerpo logró que el menor se arqueara y ocultara su cara debajo de una almohada, le pareció lindo, pero lo dejó porque sabía que le daría pena mostrar su rostro, sobre todo cuando no pudo evitar succionar un botón rosado con fuerza y se encogió más, hasta que ya no resistió y comenzó a masturbarlo lentamente esperando ver más de esas expresiones en el menor. Cuando Eijun sintió su mano, se destapó la cara y trató de detenerlo, pero…


-No voy a detenerme, por ningún motivo-


-Ahhhh… ahhh… nh… aaaahhhh… espera… ya… por favor… aaaahhh…-


Poco después se despojaron de la ropa completamente, y el mayor invadió el cuerpo del menor, provocándole más placer y descargas eléctricas por todo el cuerpo, hasta que estuvo listo para ser penetrado de una sola vez.


-Ghhhh...-


Yuuki dejó salir un gemido ronco de la emoción que le provocó el entrar en el menor y sentirlo lo más cerca de su cuerpo, moviéndose lentamente y luego rápidamente sus ojos volvieron a ser los de la fiera a la que conoció cuando bateaba, esa fuerza, esa dulzura, esas miradas que se dedicaban.


-¿Puedes ser mío siempre?-


-Pero dijiste que…-


-Entonces ¿Por qué te entregaste a mí?-


-Es que…-


-Me sigues amando ¿verdad?-


-Nunca dejé de amarte-


-Sonríeme, quiero ver la enorme sonrisa sincera de la que me enamoré-


Por fin dejó salir esa sonrisa inocente, completa, la que tanto ansiaba volver a ver.


-Tu cumpleaños, desde hoy será un día para los dos, este día te regaló la vida y me regaló un amor, no pensaré en nada más que en ti-


Mientras se sentaban, Tetsu le cortaba un trozo de pastel y con una pequeña cuchara le dio de comer en la boca, el chocolate dulce con una fruta.


-Está muy rico-


-No tanto como tú-


El sonrojo de sus mejillas volvió a asistir


-¿Y?-


-¿Qué?-


-¿Me darás una oportunidad?-


-Yuuki… te quiero-


-Yo te amo-


-Eso no es justo-


Se escondió en los brazos del joven que permanecía en la cama recostado a su lado y abrazándolo le contestó


-Yo también te amo, con todo mi corazón-


Al mes, las terapias concluyeron y fue capaz de volver al mundo profesional, Eijun se convirtió en el terapeuta del equipo, aunque su novio era un poco celoso, llegaron a un arreglo y al final pudieron tener una vida feliz.

Notas finales:

Gracias por leerlo, el ultimo será publicado mañana, es mi especial favorito :D


Hasta pronto


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).