La suave piel de Shaka hacia querer a Mu, expresar con palabras lo que sentía, lo que ese contacto tan discreto le había hecho sentir. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal y su corazón latió con más rapidez de lo normal; la adrenalina corría por sus venas en una razón que no encontraba una respuesta pronta. Sus sentidos estaban nublados y al final, sus labios se curvaron en una sonrisa de pureza que de haber sido vista por Shaka, este se habría sentido hechizado por tanta inocencia y belleza mezclados en forma equivalente y armónica
Shion, ajeno a todo. Observaba con suma fascinación el contacto que se regalaban los dos menores el uno al otro y no podía más que sentirse feliz de que su pequeño Mu pudiera tener una buena relación con el rubio ya que al conocerlo desde ya algunos años. Podía afirmar que era un gran chico así como su padre.
Los chicos se soltaron del agarre, tan lento, como si doliera. Mu tras esto, llevó su mano a su pecho aun con la sonrisa iluminando su lindo rostro y la mirada verde puesta en el hindú. Shaka por su lado, acariciaba su mano como grabándose la textura ajena, resguardando el calor. El dulce calor.
-Espero podamos ser muy buenos amigos, Mu.
El rubio sonreía sincero y Mu asintió aun a sabiendas de que el otro no le veía.
-A Mu le gusta la idea Shaka. Ustedes son jóvenes y muy listos, estoy seguro que ya encontraran la manera de platicar.
-Cuenta con ello, Shion.
Los tres hombres en la habitación se sentían en un ambiente agradable, que cada uno disfrutaba a su manera. Shaka le ofreció a Mu la posibilidad de poder leer alguno que otro libro de su librera al frente de la cama, era allí donde el rubio tenía aun sus libros y obras literarias con narraciones fantásticas que solía leer cuando aún conservaba su vista. El peli lila, aceptó más que gustoso y se dispuso a perderse en esas letras brillantes que lo transportaban a mundos maravillosos y pintorescos mientras Shion hacia su trabajo.
Alrededor de unos minutos, alguien tocaba a la puerta de Shaka, este con su voz, invitó a pasar a la que ya había identificado como Saori. Y no se equivocaba en lo absoluto.
-Disculpen, me he tomado la libertad de traerles un poco de café. –informaba entrando con una charola de carretilla donde se apreciaban tres elegantes tazas y demás. –Shion, no sé si Mu beba café, así que le he traído un té. ¿Está bien?
-Te lo agradezco mucho Saori, en efecto, a Mu no le gusta el café, es muy amargo a su parecer. –rió y Mu hizo una mueca de amargura.
Esto hizo sonreír a la muchacha que distribuía las tazas.
-Me alegra haber hecho la elección del té entonces. Aunque ¿Sabes Mu? A mí tampoco me gusta mucho el café. –dio una sonrisa que Mu correspondió.
La peli morada le tendió a Shaka la taza, y el joven la tomó con maestría y elegancia. Conocía bien lo que tenía en sus manos y sabía perfectamente como tomarlo y demás. Los que conocían a Shaka por primera vez se imaginaban a primera vista que el chico si miraba dado a la precisión de sus movimientos, no parecía tener algún problema y de hecho era lo que el oji azul trataba de aparentar, no le gustaba que lo trataran como si fuera un moribundo sin esperanza porque de ninguna manera lo era.
-Te estamos agradecidos Saori.
-Lo hago con gusto joven Shaka. Si necesitan algo, solo toquen la campana.
La chica se retiró con una sonrisa, dejando la charola con la tetera, las tazas y unos panecillos que fueron el placer del oji verde. Y de ese modo, entre charlas informales y datos curiosos entre los menores, pasó la mañana hasta que el reloj marcó las doce del mediodía.
-Es interesante saber todo lo que le gusta y disgusta a Mu. Me alegra poder conocerle.
-Él también está muy contento Shaka, y sin duda, a ambos les hará bien tener a un amigo que sea contemporáneo.
-Es una buena terapia, estoy seguro que nos ayudaremos mutuamente.
-Así será.
-Supongo que ya es mediodía ¿No es verdad?
-Estas en lo correcto.
-Ya veo.
-Bien, hemos concluido la revisión de hoy. Tus ojos particularmente no presentan ninguna alteración o cambio, de algún modo eso es bueno pero a la vez no lo es tanto. Pero sé que encontrare tu padecimiento y hare lo posible para regresarte la vista Shaka.
El nombrado sonrió esperanzado y asintió.
-Confio en ti Shion…
Mu al escuchar la conversación de su nuevo amigo y su padre, cerró el libro lentamente con la mirada triste fijada sobre el de ojos azules. Le encantaría poder ver alguna vez la belleza de los orbes de ese hermoso hombre y saber si su reflejo podía perderse en ese azul inmenso que los parpados guardaban celosos. Deseaba tanto darle unas palabras de aliento al chico, pero al intentarlo, ningún sonido salía de su garganta, frustrándolo en sobremanera y haciéndolo sentir inútil.
En ese momento, Saori volvía a hacer acto de presencia para informar que el almuerzo estaba listo.
-Joven, la comida esta lista ¿Ira al comedor?
-No es mala idea… Shion, tú y Mu quédense a comer. –ofreció, Shion meditó.
-¿No te causara molestias?
-En lo absoluto. Además, será benéfico para todos, hágannos compañía en la comida. Además, Shaina cocina delicioso, a Mu le gustara.
Shion miró a su hijo, buscando su aprobación con una sonrisa.
-¿Tu qué opinas Mu?
El chico asintió con alegría y entonces Shion tomó su decisión.
-A Mu le agrada la idea. Te lo agradecemos Shaka.
-Yo les agradezco por aceptar acompañarnos. Vemos al comedor.
Shaka se puso de pie del sofá donde había estado e inicio el camino hacia la estancia del comedor. Impresionando a Mu quien miraba al rubio ir de manera natural. Era algo increíble que él pudiera ir y venir de esa manera tan natural, sin dudas era alguien muy independiente.
Shion notando la sorpresa del menor, le aclaró en susurro lo que el otro no comprendía.
-No te preocupes Mu, Shaka en verdad no puede ver, pero sus sentidos se han desarrollado el doble del de las demás personas. Es como si hubiera creado una especie de poder psíquico que le permite ser como cualquiera de nosotros.
Mu asintió con mueca preocupada.
-Muy probablemente ustedes dos, se ayudaran mutuamente. Ven, vamos.
El oji rosa, abrazó por los hombros al más pequeño yendo detrás del rubio impasible.
El pequeño tibetano sentía una gran fascinación por el de Virgo. Algo en su interior estaba despertando por su nuevo amigo y lo que el peli lila más quería, era poder conocerle profundamente y perderse en el azul de sus ojos.
Todos llegaron al comedor guiados por Shaka, pero al llegar, se encontraron con una sorpresa un tanto inesperada para el rubio.
-Primo, hasta que te animas a venir. Fue el saludo con el que fue recibido el chico por parte del menor de sus primos.
-Kanon, pensé que vendrías hasta más tarde.
-Creo que no es bueno que estés solo mucho tiempo Shaka. –se escuchó otra voz parecida pero un poco más profunda.
-Saga… no sabía que también estabas aquí.
El nombrado se levantó de la silla, fue hasta donde el rubio estaba y le abrazó con fraternidad. Shaka respondió el gesto.
El acto del gemelo de nombre Saga provocó un extraño sentimiento en Mu, que no había sentido antes. Una combinación entre molestia e incomodidad, aunque más que nada, molestia.
El otro peli azul, al ver al peli lima, se levantó también y fue a saludarle.
-Shion, que gusto me da verte.
Kanon le dio la mano al mayor, que de igual manera le saludó.
-Lo mismo digo Kanon ¿Cómo has estado?
-No me quejo. –se encoje de hombros. Mira detrás de Shion. -¿Quién es tu acompañante amigo?
-Oh. –se hizo a un lado para que pudiera ver a Mu. –Él es mi hijo Mu, lo traje conmigo hoy para que conociera a Shaka.
Kanon miró de arriba a abajo a Mu quien se sonrojó por el escrutinio de ese apuesto y desconocido hombre.
-Mu, él es Kanon, es primo de Shaka, lo conozco desde pequeño, al igual que a su hermano Saga.
Saga al escuchar su nombre, volteó de hablar con el rubio, a saludar a Shion.
-Shion, cuando quieres te desapareces. –saludo el peli azul mayor con una sonrisa. –Así que este lindo pequeño es tu hijo…
-Así es, Mu, él es Saga.
-Mucho gusto Mu. –sonrió Saga ofreciéndole su mano a Mu. Este la acepto más por cortesía que por otra cosa.
-Mmmm, ¿Chico de pocas palabras?
-Saga, en realidad, Mu no puede hablar.
-Vaya. –acotó Kanon. –No hay problema, puede escribirnos ¿No es así pequeño?
Mu asintió sonrientemente.
-Me alegra saberlo, es bueno que Shaka tenga amigos, aunque, me imagino que será difícil la comunicación con él.
-Es verdad Saga, supongo que entre los dos encontraran una manera de comunicarse.
-Yo podría ayudarlos. –Saori se acercó a donde los hombres se encontraban congregados.
-¿Cómo es eso? –Shaka alzó las cejas.
-Es fácil joven. Vera, mi abuela era no vidente, así que aprendí a leer y escribir en método braille; podría enseñarle a Mu a escribir y leer en este método y de esa manera podrá escribirle y usted podrá leerlo fácilmente.
-¡Eso sería magnífico Saori! –Shion estaba feliz. -¿Te gustaría aprender método braille Mu?
Mu respondió en señas lo que Shion y Saori entendieron como: “Estaría mas que feliz de aprenderlo para que el joven Shaka me entienda.” Mu, estaba emocionado ante la idea de conversar con Shaka y conocerlo más profundamente, no podía esperar para que Saori le enseñara aquella manera para llegar hasta el fondo del de ojos azules.