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La voz del corazon, la mirada del amor. por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Hola ¿Cómo están? Este es el capítulo dos de esta historia especialmente dedicada con mucho cariño a mi hermosisima amiga: leo no cassiopeia. Espero te guste linda.

Quiero agradecer también a las bellas personas que me dejaron su sexy review en el cap. Anterior, me hicieron muy feliz, muchísimas gracias. x)

Bien sin nada más que agregar, les dejo leer siempre recordándoles que ni Saint Seiya ni sus sexys personajes me pertenecen.

Disfruten la lectura.  

     

 

 

      Y de ese modo, corrió la noche triste y sollozante para dar paso a un amaneces frio y opaco. Probablemente llovería en la tarde, no importaba, igual algunos no podrían verlo y otros… no podrían comentarlo.

 

      Shaka en su habitación, ya estaba despierto. Pero como de costumbre, sus ojos estaban cerrados. Se acomodó hasta sentarse sobre la sabana de seda color vino, quedando con la cabeza caída hacia adelante; pensaba… pensaba en sus amaneceres pasados. Sabía que afuera el día era gris por la temperatura de la tela bajo el tacto de sus manos. Cuanto le gustaban a él esos días opacos y fríos.

 

      Dos toques en la puerta lo sacan de sus recuerdos, y con su voz autoritaria, contesta desde su posición:

 

 

      -Adelante.

 

 

      Quien esperaba del otro lado, obedece sin esperar más. Gira la manija e ingresa a la habitación del joven de la casa.

 

 

      -Buenos días joven Shaka. –saluda alegremente una chica de cabellos morados vestida de maid.

 

      -Buenos días Saori ¿Cómo amaneciste?

 

 

      La chica contesta en lo que empuja una bandeja de carretilla con alimentos hacia la cama del rubio:

 

 

      -Muy bien joven. Gracias por preguntar. –sonríe. –Le he traído su desayuno favorito.

 

      -Te lo agradezco mucho. –Alza el rostro, olfateando. –Huele bien…

 

 

      Saori, ha levantado la tapa de la bandeja, misma que contiene un fino plato de porcelana blanco, con panqueques bañados en crema de fresa y jugo fresco de naranja. Dejando escapar el dulce olor que inunda la habitación.

 

 

      -Es verdad, Marín los preparo. Ella es una estupenda cocinera.

 

      -Tienes razón. Hace los mejores postres.

 

 

      La peli morada colocó la bandejilla sobre las piernas del chico, seguido de los panqueques y una humeante taza de café y el dulce jugo.

 

 

     Shaka agradeció a Saori por la atención y esta indagó:

 

 

     -¿Al joven le gustaría que me quedara?

 

 

     El rubio entendiendo lo que la chica quería decir. Dejó sus cubiertos sobre el plato y sonriendo respondió:

 

 

      -Agradezco sinceramente tu ofrecimiento. Pero no quiero causarte molestias Saori. Además tú también debes ir a desayunar.

 

      -No es molestia joven, yo lo hago con mucho gusto.

 

 

      Y la jovencita no mentía…

 

 

      -Te creo… pero yo estaré bien. Supongo que alguno de mis primos vendrá para molestarme el resto del día, por favor, ve a desayunar.  

 

 

       Saori suspiró con tristeza.

 

 

      -Está bien joven… por favor, si necesita algo solo llámeme.

 

      -Cuenta con ello.

 

 

      Shaka le sonreía, no le gustaba que Saori pensara que él necesitaba de alguien las 24 del día. Además, le preocupaban sus empleados, porque para él no eran solo empleados, sino que eran sus amigos, su familia.

 

      La joven no muy convencida, dejó la habitación. Shaka sintió cuando se marchó y suspiró. Agradecía que las personas a su alrededor le apoyaran pero prefería ser independiente y que lo consideraran de ese modo; porque el que no pudiera ver, no significaba que tendría que ser tratado con el doble de cuidado que un recién nacido. 

 

      Así en completa calma, el hindú tomó sus alimentos con tranquilidad y en silencio; justo como le gustaba.

 

      A diferencia de lo que muchos pensaban, Shaka podía valerse por sí mismo. Extrañamente, él podía ubicarse y moverse como si tuviera los ojos abiertos. No le había dicho de eso a nadie; no por tener atención, sino por no tener que ir y venir de exámenes médicos interminables y tediosos.

 

      Se dispuso a leer su libro favorito. El que no pudo terminar la noche anterior por la visita de Kanon. Quizás no puede ver las palabras pero podía sentirlas: su padre había mandado hacer muchos de sus ejemplares favoritos en modo braille para que los pudiera leer con sus manos. Una muy buena manera de pasar el tiempo cave decir.

 

       El timbre de la casa, aquel que imitaba las melodías de una caja musical. Resonaba en toda la casa. Fue Saori quien se dirigió a ver de quien se trataba, debido a que si el guardia del enrejado principal, le había dejado llegar hasta el pórtico, tendría que ser alguien ya conocido.

 

       Al abrir la puerta, la chica de morada cabellera, vio frente a ella al doctor personal de Shaka: Shion de Aries.

 

      Una sonrisa cálida se formó en los labios de la chica, misma que el mayor imitó al verle.

 

 

      -¡Oh! Buen día señor Shion. –saludó con energía.

 

      -¿Qué tal Saori? Vine a la visita de rutina del pequeño Shaka. –habló con familiaridad.

 

      -Claro, pase adelante.

 

 

      Saori, se hizo a un lado para dejar pasar al peli lima. Aunque cuando este entró, la maid miró sorprendida al hermoso joven que aún se encontraba de pie afuera. Shion dándose cuenta de un incómodo silencio, volvió sobre sus pasos hacia la entrada donde Saori veía con suma curiosidad a su hijo.

 

 

      -Lo siento Saori. Él es mi hijo Mu, lo traje conmigo porque no quería que estuviera solo en casa el resto del día. 

 

      -¿Su hijo? –preguntó la chica con ojos brillantes y una dulce sonrisa. Shion asintió.

 

      -Así es, vera, a él no le gusta estar solo o tiende a deprimirse. Por eso lo he traído, tal vez la compañía de otro joven cercano en edad le ayude.

 

      -Ya veo ¿Cómo estas Mu? –sonrió la mujer.

 

 

      Más Mu a la respuesta de la interrogante, movió sus manos formando señas de las cuales Saori pudo entender la situación. 

 

      La peli morada volteó hacia donde el médico se encontraba.

 

 

      -Señor Shion… Mu, no puede hablar ¿No es así? –el nombrado asintió tristemente.

 

      -Es verdad Saori, Mu no puede hablar producto de un trauma que le genero un importante bloqueo verbal.

 

 

      Saori al escuchar esto, sintió una terrible pena. No indagaría más en el asunto, estaba segura de que incomodaría a Shion, y no quería eso. Sin más giró un poco el rumbo que llevaban las cosas.

 

 

      -Bueno, eso no será problema para que Mu y yo podamos ser muy buenos amigos. Yo puedo entender el lenguaje a señas.

 

      -Me alegra saberlo. –celebró el peli lima. –Aunque de igual modo, Mu hubiera podido escribirte. Él siempre lleva una libreta consigo para poder comunicarse.

 

 

      Mu asiente, mostrando una pequeña libreta que sacó del bolsillo delantero de su pantalón de mezclilla color negro. 

 

 

      -No te preocupes Mu. –respondió la maid. –Tú y yo nos llevaremos muy bien. –sentenció con sinceridad y Mu sonrió asintiendo con la cabeza. 

 

 

      A Saori, Mu le parecía un joven muy pero muy lindo, parecía su hermano menor y estaba segura que así llegarían a quererse conforme pasara el tiempo, aunque apenas lo acababa de conocer, y ya sentía que lo quería.

 

      Saori, era una chica emotiva y amigable. Conocía bien el código braille y el de señas, pues su abuelo era sordo – mudo y su abuela era no vidente. Pero aun así, a la muchacha le encantaba pasar tiempo con ellos, no por obligación; sino porque la peli morada tenía un espíritu bondadoso  y le gustaba dar apoyo y cariño al necesitado. Su madre había trabajado para la familia de Shaka por años, hasta que se hubo retirado y ella como buena hija y para ayudar a su madre, había tomado su lugar en aquel trabajo el cual desempañaba en la actualidad con buena energía.

 

      Tenía 28 años de edad y aun con esos años, seguía teniendo el espíritu y la alegría de una niña pequeña. Shaka la había aceptado de buena manera y la joven también quería al rubio como si fuera ese hermano menor que nunca tuvo. Se llevaban bien y Saori siempre estaba pendiente de él desde que perdió la visión aunque el chico dijera que podía valerse por sí mismo aun en su condición.

 

 

      -Te lo agradezco mucho Saori.

 

 

      Shion estaba agradecido con la menor, y esperaba que entre ella y su hijo existiera un especial lazo de amistad.

 

 

      -No tiene por qué agradecerme señor Shion, estoy segura que Mu es amado por todo el que lo conozca desde el primer día. –opinó alegremente. Mu, sonrió nervioso y sonrojado, a Saori le pareció más adorable todavía ese gesto.  –Bueno, será mejor que vaya a avisarle al joven Shaka que usted ha llegado. Vuelvo en unos minutos, con permiso.

 

      -Está bien, esperaremos aquí.

 

 

     Dicho esto, Saori se marchó no sin antes dedicarle una dulce sonrisa a Mu, quien respondido de la misma manera.

 

     Llegó hasta la habitación del dueño de la casa y tocó tres veces la fina madera de la puerta con los nudillos.

 

      Shaka que paseaba sus dedos por sobre los puntos en relieve que marcaban las páginas de su libro, levantó su mano, interrumpiendo su concentración y fanatismo. Alzando su rostro, respondió con voz relajada.

 

 

      -Pase.

 

 

      La oji azul, entró al interior de la ya tan conocida habitación. Shaka estaba sentado sobre un bello sofá color caoba junto a la amplia ventana. Al escuchar los pasos sobre la alfombra, reconoció a su visitante.

 

 

      -Saori ¿Qué se te ofrece? –preguntó, cerrando su libro que yacía sobre sus piernas.

 

      -Lamento si lo interrumpo joven, pero venía a avisarle que el señor Shion ha llegado para su consulta.

 

       -Entiendo, es bueno volver a tener a Shion por aquí. Hazlo pasar por favor.

 

       -Como usted diga joven Shaka.

 

 

       Saori aprovechó para recoger los platos y demás utensilios que el rubio había usado en el desayuno, los acomodó en la carretilla y abandonó la habitación con destino a la sala donde sabia estaban Shion y Mu.

 

        Al llegar la joven mujer informó:

 

 

        -El joven dice que pase señor Shion, le alegra que haya venido.

 

        -Shaka es un buen muchacho. Estoy haciendo todo lo posible para poder descubrir su padecimiento y brindarle una cura.

 

 

         La empleada suspiró.

 

 

        -Yo también ansío que se recupere… que sus ojos azul cielo vuelvan a reflejar al mismo cielo…

 

        -Daré todo mi esfuerzo en ayudarlo. Iré a verlo, conozco el camino.

 

       -Por supuesto, sigan ustedes.

 

       -Gracias.

 

 

       El peli lila escuchaba el tono nostálgico y triste que tenían Saori y su padre al hablar del padecimiento de ese chico Shaka. Era algo grave, no cavia duda, pero… ¿Tan azules como el cielo serían sus ojos? Debían ser hermosos, y algo en su interior deseo con fuerza poder verlos y ver si se reflejaba en ellos.

 

       Shion, tomó a Mu de la muñeca y camino con él por el pasillo en el que Saori se fuera la primera vez. No tardaron mucho en llegar a la habitación del hindú donde Shion tocó con suavidad la puerta. Shaka sabiendo de quien se trataba, indicó a que entrara.

 

      El oculista obedeció a la indicación, y entró con un tímido Mu tras él. Shaka, reconoció los pasos de su médico pero no supo identificar los otros pasos lentos  que acompañaban a los del peli verde. Además de que el aire olía diferente, como… dulce.

 

 

     -Shion. –llamó con una sonrisa leve. El aludido respondió.

 

     -Buendía Shaka ¿Cómo has estado?

 

     -Se puede decir que bien. Dime amigo, vienes acompañado ¿Verdad?

 

 

      Mu, tras Shion se puso bastante nervioso. Asomó un poco el rostro desde el escondite que le brindaba la cabellera de su progenitor y vio ahí junto a la ventana a un joven de largos cabellos rubios, de tez un poco más morena que la suya y un atractivo físico imposible de creer; pero sus ojos estaban cerrados, negándole la privilegiada apreciación de sus orbes apagadas.

 

 

     -En efecto Shaka, veras. –avanzó hacia el oji azul. –Traje a mi hijo Mu conmigo, no quería que se quedara solo en casa porque se deprime profundamente.

 

     -…Comprendo. –no le podía ver, pero no por eso iba a dejar la cortesía de lado. –Hola Mu, espero te sientas cómodo mientras tú y tu padre estén aquí.

 

 

     Shion invitó a Mu a que se acercara a Shaka. El peli lila aceptó con nervios la invitación y se posó al frente del rubio. Mu pudo ver más de cerca al otro y dedujo que era el hombre más guapo que hubiera recordado ver alguna vez. Sus pupilas se dilataron ante la claridad que se colaba desde el exterior por la ventana, aun estando opaco el día, pero que a Shaka le creaba un halo de luminiscencia, pareciendo este una figura angelical.

 

     Mu no sabía cómo responder lo que Shaka le había dicho con tanta amabilidad. Miraba a Shaka  y sabía que este no podría ver sus señales ni sus letras. Estaba preocupado y lo hizo saber mirando a su padre con dudas en sus verdes ojos.

 

     Shion al darse cuenta de que Mu quería responder pero no sabía cómo, aclaró su garganta para hablar por su hijo.

 

 

     -Mu te lo agradece sinceramente Shaka. –pronunció el médico y el rubio frunció el entrecejo.

 

     -¿Por qué no me ha respondido? –quiso saber con tono serio.

 

     -Disculpa Shaka… Mu no puede responderte ya que él es mudo…

 

 

      Las facciones del de Virgo cambiaron a signos de sorpresa ¿El chico no hablaba? Sería difícil que se comunicaran entonces…

 

 

      -No te angusties Mu. –sonrió más tranquilo. –Encontraremos la manera de poder comunicarnos, podemos ser amigos si tú quieres. Dame tu mano si te gustaría, el que no pueda ver, no significa que no pueda sentirte ¿Verdad?

 

 

      El hindú estiró su mano hacia el oji verde. Mu, se asombró de la precisión  con la que el rubio lo ubicó a pesar de no verlo. Y analizando lo que Shaka le había dicho, el peli lila tomó la mano del otro joven en un suave contacto. Elegante si se puede decir de alguna manera.

 

      Provocando una extraña descarga eléctrica que recorrió con entereza ambos cuerpos. Shaka quedo impresionado al sentir la suavidad y calidez de esa mano un poco más pequeña que la suya. Era tan delicada y fina, que sin pesar en más, llego a la conclusión de que el joven Mu debía ser alguien muy bello. Y no se equivocaba… lástima que no pudiera verlo. 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bien acá se acaba el capítulo dos. Espero poder subir rápido el tercero.

Si tienen alguna observación para mí, un consejo o me quieren dar su opinión sobre algo, siéntanse libres de dejar un review el cual yo responderé con respeto y prontitud. Bien hermos@s lector@s nos vemos en otra actualización puede ser de este fic o de los que tengo en proceso. Gracias a los que leen.

 Sigan bellos.    ;)


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