Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algo entre tú y yo por Higary

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Como parte de mi semana de festejos (porque mañana 18 será mi cumpleaños), finalmente puedo traer lo que he denominado como “Proyecto 100” (explicación más abajo), que fue una odisea terminar, pero valió la pena porque… ¡mi cuenta de Amor Yaoi ya tiene 100 fanfics publicados! ¡Yeaaayy!

Cofcof, una vez pasada la emoción, hablemos específicamente de este oneshot, un nuevo charamen que NO está ubicado en el mismo universo que “Girasol” y los demás fics, lo cual me dificultó un poco las cosas porque ya estaba acostumbrada a esa saga u.u En fin, espero que el fic (junto con los demás del proyecto) sea de su agrado, ya saben, esperaré con gusto sus comentarios, saludos, golpes, pedradas, regalos, amenazas, felicitaciones, pastel, cebollazos, tomatazos, flores, bombas y demás. Ahora sí pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Proyecto 100: Este proyecto consta de subir el mismo día los 5 fanfics que faltaban para que mi cuenta en esta página llegara a los 100 publicados (¡éste sería precisamente el 100!). Los oneshot que conforman este proyecto pertenecen a diferentes fandoms: Kyou Kara Maoh, Sekaiichi Hatsukoi, Slam Dunk, Avengers y Naruto.

 

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Kishimoto. La idea es un nuevo intento por hacer crecer el fandom charamen.

ALGO ENTRE TÚ Y YO

 

Era un hermoso y tranquilo día en la aldea de Konoha. Uchiha Sasuke y Uzumaki Menma recorrían las calles luego de haberse despedido de su compañera de equipo, Haruno Sakura, y de su sensei Hatake Kakashi, pues los cuatro acababan de regresar de una misión que los tuvo fuera por dos semanas. La verdad ninguno tenía prisa por llegar a casa, así que optaron por pasear un poco. Más bien fue Sasuke quien insistió en que debían pasar tiempo juntos, pues ambos eran pareja.

 

A pesar de sus personalidades tan opuestas (Menma era serio y reservado, mientras que Sasuke un coqueto nato),  habían terminado en aquél intento de relación. ¿Cómo pasó? Si le preguntan al pelinegro Uzumaki, responderá que ni él se dio cuenta del cambio en su relación de compañeros de equipo y amigos de infancia a algo más, pues simplemente un día Sasuke empezó a denominarlos como una pareja y a él le dio igual, ya que no veía caso a perder el tiempo alegando con él, sobre todo teniendo en cuenta lo testarudo e irritante que el de ojos negros podía ser en ocasiones. En cambio el joven Uchiha afirmará que desplegó sus encantos hasta que Menma se dio cuenta de todas sus maravillosas virtudes, que no encontraría a un compañero sentimental más fantástico que él y por lo mismo se volvieron pareja. Por fortuna no le habían dicho a nadie sobre su nuevo estado civil, pero eso no significaba que algunas personas a su alrededor no sospecharan de ello.

 

-¿Qué te parece si comemos algo de ramen? –propuso el ojinegro- Yo invito.

-Hum.

Sasuke sonrió de medio lado. Tal vez Menma no era la persona más expresiva del mundo, pero el simple hecho de que no lo hubiera mandado al diablo ni hubiera desaparecido como antes solía hacer, ya era ganancia. A veces le costaba creer que el rebelde y enérgico niño rubio con el que solía jugar se convirtiera en ese reservado y orgulloso pelinegro.

 

Asumiendo su aceptación, ambos ninjas se detuvieron en Ichiraku a comer un tazón de ramen cada uno. El dueño, Teuchi-san, siempre era muy amable con ellos, pues los conocía desde que eran pequeños y se escapaban de la Academia para ir a comer al local, al menos hasta que la madre de alguno de ellos se daba cuenta e iba a buscarlos. Pasaron muchas tardes castigados por ese motivo; era mejor cuando quien notaba su ausencia era el hermano mayor de Sasuke, Uchiha Itachi. Él en lugar de delatarlos tomaba asiento a su lado y también pedía un tazón, mientras se ponía al día con los niños.

 

Pese a que al entrar la adolescencia ambos chicos se habían distanciado un poco (sobre todo por lo reservado que se volvió Menma), lograron mantener su peculiar amistad que, gracias a soportar sus personalidades tan dispares, se volvió algo más.

 

Tras la comida retomaron su paseo por la aldea. A Sasuke le gustaría poder tomar la mano de su pareja, o al menos mantener una charla amistosa y sin sentido sólo para hacer ameno su tiempo juntos, pero esperar algo así del Uzumaki era casi imposible. En ocasiones eso frustraba al Uchiha, pero desde un inicio sabía que las cosas con el otro no serían nada fáciles. Iba a hacer un comentario cuando notó que el de ojos claros miraba hacia el frente con el ceño fruncido, así que prestó atención en la misma dirección. Ahí se encontraba Yamanaka Ino, la tranquila y agradable rubia compañera de Nara Shikamaru y Akimichi Chouji. La chica lucía algo ansiosa y preocupada, cosa extraña en ella. Desconcertados, ambos jóvenes se le acercaron, pero al parecer Ino estaba demasiado concentrada en sus pensamientos, porque se sobresaltó cuando ellos se colocaron a su lado.

-L-Lo siento –se disculpó por su reacción

-¿Mataste a alguien o qué? –preguntó el Uzumaki con poco tacto

-Claro que no, Menma-kun –respondió, sin embargo seguía nerviosa-. No se trata de nada de eso.

-Debo aceptar que luces demasiado sospechosa, por eso Menma lo preguntó.

La chica suspiró  y procedió a platicarles su problema (se conocían desde niños, así que no le vio problema): resultaba que Ino estaba tratando de llevar a cabo un jutsu secreto de transfusión mental, el cual pocos de su clan dominaban. Y su insistente padre, terco como ninguno, afirmó que ella mostraría que era capaz de hacerlo en la próxima reunión de los Yamanaka.

-Pero Shikamaru y Chouji se negaron a ayudarme a practicarlo –suspiró con desánimo-. Dijeron que no querían ser parte de un nuevo experimento.

Menma arrugó el ceño tras escuchar sus palabras. Se suponía que esos dos eran sus compañeros de equipo y mejores amigos, ¿no? Si él, a pesar de su poca efusividad, en alguna ocasión había podido practicar sus nuevas técnicas contra sus compañeros de equipo, y eso que Sakura llegó a afirmar que algunas eran un poco escalofriantes. Bufó un poco y luego intercambió miradas con el ojinegro, quien asintió al entender lo que deseaba.

-Vamos, Ino, cambia esa expresión que no le sienta bien a alguien tan linda –dijo Sasuke, guiñando un ojo-. Menma y yo te ayudaremos a perfeccionar ese jutsu.

-¿Están realmente seguros? Será la primera vez que lo lleve a cabo –la chica volteó a ver al de ojos claros, quien asintió afirmando las palabras del otro. Ino sonrió aliviada e hizo una reverencia-. De verdad se los agradezco mucho, chicos.

-Agradécenos después de que funcione –comentó él

La verdad es que tenía curiosidad por saber cómo era esa técnica secreta de los Yamanaka. Nunca estaba de más observar los jutsus especiales de los otros clanes de la aldea; esa información bien podría servirle en un futuro. Vaya, como bien le comentó Sasuke en alguna ocasión, de verdad que había desarrollado una mentalidad malvada. Él prefería pensar que simplemente estaba siendo precavido; además conocía bien a su compañero de equipo y sabía que él también estaba ansioso por ver la técnica. No por nada era un Uchiha, su clan también tenía genes malvados aunque fueran los fundadores de Konoha junto con el clan Senju.

 

Los tres fueron a un lugar más apartado donde Ino dio una última leída al pergamino que su padre le entregó. Quería estar totalmente segura de los sellos que necesitaba emplear para no provocar algún error con sus amigos. Estos aguardaban con algo de aburrimiento, pero si lo expresaban lo más seguro es que pondrían nerviosa a la rubia y todo terminaría en desastre.

 

-Listo –declaró, enrollando de nuevo el pergamino-. De acuerdo, chicos, este jutsu consiste en que puedan entrar en la mente del otro, pero sin opción a poder manipularla o controlar su cuerpo, por lo que ninguno quedará inconsciente, como me pasa a mí cuando realizo el Cambio de cuerpo y mente.

-Sería algo así como “espionaje mental”: sólo observar –comentó Sasuke

-Puede ser una forma de describirlo –aceptó ella-. Colóquense frente a mí, por favor.

Ambos acotaron la indicación y tomaron posiciones. Ino comenzó a realizar los sellos con sus manos, todo iba de acuerdo a lo que había estudiado, pero justo cuando estaba realizando el último, unos gritos y un par de empujones la desestabilizaron, haciendo que terminara en el suelo.

-¡Menma! –exclamaban dos voces

-Oh, lo siento, Ino –se disculpó Sakura, tendiéndole la mano para levantarla

Tanto Haruno Sakura como Hyuuga Hinata habían hecho acto de presencia y, para no variar, iban discutiendo por Menma. Era notorio que a ambas les gustaba el pelinegro, pero esa competitividad sobre quién tenía más derecho a estar a su lado sólo provocaba dolores de cabeza a los demás.

-Oh, cielos… -murmuró la rubia

Frente a ellas ambos jóvenes seguían con los ojos cerrados, pero de pronto Menma se tambaleó un poco, apoyándose en el cuerpo del Uchiha. Antes de que alguna de las recién llegadas pudiera decir algo, la rubia se apresuró hacia ellos, realizó unos jutsus y sujetó a Sasuke para desaparecer con ambos. Necesitaba verificar qué había ocurrido con sus amigos.

 

Aparecieron cerca de los campos de entrenamiento, los cuales ella sabía de antemano que estaban desocupados. Ayudó a ambos chicos a sentarse sobre el césped, parecían estar mareados, no sabía si por el jutsu que había estado llevando a cabo o por la forma tan drástica de teletransportarlos.

-Menma, Sasuke, ¿me escuchan?, ¿cómo se sienten?

El primero en espabilarse fue Sasuke, quien cruzó sus miradas con ella y su expresión claramente reflejaba enfado. Esto la desconcertó: el ojinegro era conocido por su amabilidad (coquetería) hacia las chicas.

-Rayos, Ino, ¿qué demonios fue eso? Siento que mi cabeza me da vueltas.

-¿S-Sasuke-kun?

-Dime –fue Menma quien contestó, también incorporándose

-… ¿Eh?

Ambos chicos intercambiaron miradas por unos segundos, evaluándose, y de repente pegaron tales brincos que se alejaron un par de metros al tiempo que se señalaban.

-¡¿Qué hace mi cuerpo ahí?! –gritaron ambos

-Oh, cielos –murmuró Ino-… Tú eres Menma-kun, ¿verdad? –señaló al Uchiha, quien asintió- Y tú Sasuke-kun –ahora fue el de ojos claros quien asintió

Poco le faltó a Ino para sufrir un ataque de pánico. Al parecer debido a los empujones que recibió y que le hicieron perder la concentración, lo que había provocado es que sus amigos intercambiaran cuerpos. Parecía una locura, pero sólo hacía falta ver el rostro amenazador de Sasuke mientras Menma, con una expresión un poco más relajada, se revisaba de arriba abajo con interés y hasta curiosidad.

-¡Lo siento muchísimo, chicos! –exclamó la rubia, haciendo una reverencia tras otra- Todo esto es mi culpa, no debí perder la concentración en un momento tan delicado como ese.

Era evidente que ella estaba muy alterada, se notaba que en cualquier momento rompería a llorar mientras repetía que su padre se enfadaría muchísimo por semejante error. Al verla tan desesperada y arrepentida por algo que no fue enteramente su culpa (mucho tenían que ver Sakura y Hinata con todo eso), además de saber que ella era bastante sensible, ambos suspiraron con frustración.

-Cálmate, por favor –pidió Sasuke en tono amable. Lo cual resultaba un poco escalofriante teniendo en cuenta el cuerpo en el que estaba

-Lo que debes hacer es revertir el jutsu cuanto antes –ordenó Menma, cruzándose de brazos

 

Ino trató de cancelar la técnica, pero no funcionó. Sacó de nueva cuenta el pergamino y lo leyó detenidamente tratando de encontrar alguna pista, pero no parecía explicar nada en caso de que se cometiera algún error de ejecución u ocurriera alguna situación imprevista. Al informar de esto a los jóvenes, ambos gruñeron en frustración, sin embargo no podían hacer nada.

-Iré con mis familiares, les explicaré la situación para que me ayuden a solucionarlo. Mientras tanto… ¡por favor, mantengamos esto como un secreto! –dijo en tono suplicante- Sé que les pido demasiado, pero a mi familia no le hará gracia que se ande ventilando una falla como esta, especialmente tratándose de una técnica secreta.

Menma bufó, aunque asintió. No quería que los demás se enteraran que estaba en el cuerpo de Sasuke, seguro se burlarían y no pensaba tolerar nada de eso. El otro accedió también, pero pensando en los beneficios que obtendría estando en el cuerpo de su pareja. Ino les echó una última mirada preocupada antes de marcharse a toda velocidad; mejor se daba prisa, no quería que esos dos se mataran.

 

Una vez se quedaron solos, ambos se contemplaron con expresiones de congoja y desagrado… o al menos así era hasta que Sasuke se quitó el abrigo y sin pudor comenzó a toquetear su nuevo cuerpo.

-¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?!
-Aprovecho la oportunidad.

Menma estuvo tentado a atacarlo por tal atrevimiento, pero se recordó que el idiota estaba dentro de su cuerpo, así que se lastimaría a sí mismo. Sin embargo eso no evitaba que mirara de forma asesina cómo el otro sujeto palpaba su abdomen sin ningún reparo.

-¿Terminaste tu inspección? –le preguntó

-Me falta lo que hay bajo el pantalón –declaró con una maliciosa sonrisa

-Atrévete a hacerlo y, cuando regresemos a la normalidad, te asesinaré.

-… Vaya, cuando me pongo serio realmente tengo una expresión intimidante. A ver, Menma, utiliza el Sharingan. Seguro que eso me da un aire más aterrador.

Si el Uzumaki fuera otra clase de persona, se habría golpeado la frente ante los exasperantes comentarios de su compañero de equipo. No sabía si sentirse halagado u ofendido porque fuera precisamente ante él que Sasuke mostrara su lado cínico y despreocupado.

-No sé por qué te soporto.

-Porque me amas y adoras, cariño, eso es evidente –y le guiñó un ojo

-… Pensándolo bien, las heridas de mi cuerpo sanarán rápido gracias a Kurama –murmuró, tronándose los dedos

-Tranquilo –pidió, alzando las manos y retrocediendo unos paso-, no hay necesidad de ponernos violentos.

 

Una vez las cosas se calmaron, Sasuke insistió en que recorrieran la aldea para no aburrirse mientras esperaban a Ino. Conforme avanzaban, algunas personas los observaban con curiosidad, ya que resultaba extraño que Uzumaki Menma caminara de forma tan relajada (él siempre parecía estar alerta) y que Uchiha Sasuke luciera una expresión tan aterradora (como si te invitara a conocer el Infierno en caso de que te le acercaras).

-¿Qué quieres hacer mientras esperamos? –preguntó el Uchiha, arremangándose el abrigo- No sé cómo no mueres de calor con esto puesto.

-Autocontrol –dijo y suspiró-. No podemos ir a nuestras casas, lo mejor será buscar un buen escondite hasta que Ino encuentre la solución y nos regrese a la normalidad.

-Me parece buena…

-¡Menma!

El grito lo interrumpió y segundos después una hermosa pelirroja se colgó del cuerpo Uzumaki. No era difícil saber de quién se trataba.

-Ku… Digo, mamá, hola –saludó Sasuke a punto de sonreír, pero una mirada de advertencia del otro chico lo detuvo, recordándole en el cuerpo de quién estaba metido.

Uzumaki Kushina, la madre de Menma, se apartó de él y sonrió de manera radiante mientras lo examinaba minuciosamente, al parecer en busca de heridas.

-Qué bueno que regresaste, hijo. Igual me alegra verte, Sasuke-kun.

-Eh… Sí, Kushina-san, lo mismo digo.

-¿Te sientes bien, querido? Pareces… diferente.

-N-No, claro que no, me encuentro perfectamente –y soltó una risita bastante falsa (en opinión de Sasuke), pero que logró tranquilizar a la mujer

-Es bueno escucharlo –dijo y agarró el brazo del cuerpo de su hijo-. Anda, Menma, vamos a casa. Necesito que me ayudes con unas cosas antes de que Minato regrese de su misión.

-Pero… Le prometí a Me… digo, a Sasuke que lo acompañaría a… un lugar.

La mujer observó al de ojos negros con expresión suplicante. Más tarde Menma hablaría con ella sobre esa manía de poner pucheros a su edad, aunque de momento tendría que dejarlo pasar.

-Adelante –les dijo-, ve con… tu madre.

Sasuke le lanzó una mirada de auxilio antes de ser arrastrado por Kushina. Menma sonrió con maldad e incluso alzó la mano para despedirlo, fingiendo sonreír alegremente. Oh, sí, estaba disfrutándolo como venganza porque el otro le metiera mano a su cuerpo. Lástima que se perdería el verlo seguir las órdenes de Kushina. A pesar de ser supuestamente “encantador” con las mujeres, lo cierto es que al Uchiha no le agradaba que ellas lo obligaran a hacer cosas ni obedecerlas, a menos que estuvieran en alguna misión y fuera una kunoichi quien diera las indicaciones. O fuera su madre, Uchiha Mikoto, la que ordenara.

 

Menma no deseaba ir a casa de Sasuke, no sabría cómo comportarse frente a la mamá de su compañero, de modo que decidió perder el mayor tiempo posible caminando por la aldea. Era incómodo que por donde pasara, las chicas le sonrieran con coquetería. Juraba que incluso hubo una que se inclinó un poco para resaltar su escote y ciertos… atributos que prefería ignorar. Quiso creer que con la expresión homicida (según palabras del propio Uchiha) que lucía, ninguna escandalosa chica se le acercaría, pero como parecía que de verdad ese no era su día, se equivocó. Un grupo de cuatro chicas lo rodearon; siendo sincero realmente eran guapas, pero tomando en cuenta a quién “supuestamente” se le estaban aproximando con esas sonrisas tan seductoras, bufó y se cruzó de brazos.

-Hola, Sasuke-kun.

-Hum –gruñó

-Ohh, pareces estar de mal humor hoy –dijo otra, tocándole el brazo

-Apenas el otro día eras tan encantador, llamándonos “koneko-chan”.

-Seguimos esperando una cita, últimamente nos has tenido muy abandonadas.

El Uzumaki estaba apretando los dientes para no soltar alguno de los numerosos insultos que clamaban por salir de su boca. Aquello era el colmo, estaba más que claro que el  imbécil de Uchiha Sasuke seguía coqueteando y siendo demasiado agradable con cuanta chica bonita se le aparecía enfrente. ¿No era él quien insistía tanto en que ambos estaban saliendo juntos? Porque justo ahora no parecía que lo estuviera diciendo en serio. Menma se odió por sentir esa molestia que sólo crecía conforme las chicas seguían hablando y sonriéndole, tratando de impresionarlo… Corrección, tratando de impresionar al dueño de ese cuerpo. Ya se las pagaría el estúpido que se autodenominaba su pareja. Nadie se burlaba de Uzumaki Menma y vivía para contarlo.

 

Mientras tanto en la casa Uzumaki, Kushina puso a su hijo a hacer un montón de quehaceres mientras ella peleaba con la cena (su talento culinario requería mucho tiempo y concentración). Él ya sabía que a pesar de su actitud tan altanera y orgullosa, en realidad Menma hacía caso a su madre y no le gustaba preocuparla, razón por la que Kushina era muy afectuosa y algo sobreprotectora con su único hijo. Verlo con sus propios ojos resultaba una experiencia única y lo único que provocó es que sintiera más afecto por ese chico del cual irremediablemente se había enamorado tiempo atrás. Menma era su mejor amigo, pero llegó un punto en que aquella amistad ya no bastaba y fue cuando comenzó su peculiar relación. El hecho de que el de ojos claros nunca lo hubiera rechazado tenía un gran significado.

-¿Sucede algo, Menma? –preguntó la pelirroja

-Nada, sólo estaba pensando –y sonrió levemente

Al ver que la convenció y volvió a sus labores en la cocina, Sasuke se puso a reflexionar sobre cómo reaccionarían ella y su esposo si se enteraran de la relación que él mantenía con Menma. Conociendo a Minato-san, seguro que él sólo comentaría que mientras fueran felices siguieran adelante, pero su mujer era tan impredecible.

 

Un rato después Kushina le pidió que fuera a dejarle un poco de comida a Kakashi, pues como vivía solo (y sin ningunas ganas de casarse o al menos tener pareja), ella se preocupaba porque comiera bien. Sasuke no tenía ganas de ver a su escandaloso maestro, no fuera a ser que sospechara algo de lo que estaba ocurriendo (aunque lo dudaba, Kakashi era un poco despistado). Por fortuna él no estaba en casa porque había ido a retar a Gai en una competencia, así que entró por la ventana del departamento, dejó el paquete sobre la mesa y salió de ahí. Iba tranquilamente en el camino de regreso a la casa Uzumaki cuando fue abordado por dos presencias conocidas.

-¡Hola, Menma! Te estaba buscando –saludó Sakura, intentando sonar dulce

-¿Dónde te habías metido? –exigió saber Hinata

Ambas frases enfurecieron al Uchiha. Él, mejor dicho, Menma no tenía por qué darle ninguna explicación a la ruda Hyuuga Hinata. Aprovechando que estaba en ese cuerpo y ya que su pareja no pensaba gastar energía innecesaria poniéndoles un alto a esas chicas, sería él quien pondría un freno a los coqueteos poco discretos de Sakura y a la posesividad de Hinata. No le hacía nada de gracia que casi se le estuvieran ofreciendo a su novio.

-No les importa lo que haga con mi vida –dijo con voz seria

Sakura se cohibió ante tan duras palabras, mientras que la Hyuuga se cruzó de brazos y frunció el ceño, tratando de no dejarse intimidar. Sasuke tenía algo de condescendencia a la chica de cabello rosa porque era su compañera de equipo y una de las pocas en resistir a sus encantos, en cambio la otra, a pesar de ser tan guapa, era realmente molesta siempre queriendo quitarle la atención de Menma y eso no iba a permitirlo (aunque en realidad fue gracias los celos que ella le provocaba, que se dio cuenta que ya no miraba al Uzumaki sólo como un amigo).

-Escúchenme bien ambas: ninguna me interesa como pareja. Punto. No importa cuánto se esfuercen, no voy a cambiar de opinión.

-M-Menma… -balbuceó Sakura, con los ojos humedeciéndose

-No lo acepto –declaró Hinata-. No mientras no haya nadie quien te guste.

La cínica sonrisa que adornó su rostro era exactamente igual a la que el dueño de ese cuerpo mostraba cuando podía utilizar sus técnicas más peligrosas contra los enemigos.

-¿Cuándo he dicho que no haya nadie que me guste?

 

Fue al atardecer cuando Sasuke se desocupó de los deberes impuestos por Kushina. De inmediato salió de la casa y se concentró hasta localizar el chakra de Menma… Bueno, en realidad sería su chakra, pero de alguna forma sabía que se trataba del pelinegro. No tardó en llegar al muelle, donde el Uzumaki estaba sentado mirando el agua con la expresión indescifrable de siempre. Se colocó a su lado y tras unos segundos de silencio, ya no pudo contenerse.

-¿Sabes? Hace rato tuve una interesante charla con Hinata y Sakura. Ambas parecían pensar que tarde o temprano elegirías a alguna de ellas como pareja.

-¿En serio? –sonrió de medio lado- Es curioso que lo menciones, yo también me vi rodeado por varias chicas que no dejaban de mencionar los comentarios que al parecer les hice la última vez que nos reunimos, la cual por cierto fue hace poco tiempo.

Sasuke se quedó callado unos instantes, meditando, antes de volver  a hablar.

-Bueno, jamás has dicho algo sobre que pueda o no tener amigas que sean afectuosas conmigo, ya que no son temas que te interesen.

Debía admitir que él tenía un punto. Jamás le había dado un gesto cariñoso en el tiempo que supuestamente llevaban de relación. Sus esporádicos besos y caricias siempre eran iniciados por el Uchiha… Sin embargo eso no significaba que le hiciera gracia el que ese idiota anduviera coqueteando a sus espaldas con todas las féminas de la aldea.

-Rayos –gruñó Menma-… Bien, puede que sea cierto, pero si tanto insistes todo el tiempo en que soy tu novio, ¡entonces al menos seme fiel, carajo!

Quiso golpearse por permitir que esas palabras escaparan a través de sus labios. Sí, llevaban molestándole desde hace horas, pero no tenía planeado soltarlas de esa manera (ni nunca, si era sincero). No le quedó remedio más que girar el rostro para contemplar al Uchiha, quien tenía la boca abierta y parecía estar en shock. Apenas se estaba planteando la opción de decir que era una broma (aunque él no solía hacer bromas) cuando gracias a la última declaración y después de procesarla, Sasuke no pudo contener la enorme sonrisa que adornó su rostro (y que le daba un aspecto encantador al rostro del Uzumaki).

 

Para Sasuke no podía haber mejores palabras que aquellas… Bueno, tal vez un “te amo”, pero ni él era tan idealista. Sin embargo era evidente que el de otro estaba furioso por esas chicas que seguían coqueteándole y no podía haber nada más halagador que lograr poner celoso al orgulloso Uzumaki Menma. Sasuke aceptaba su parte de la culpa, era cierto que de vez en cuando platicaba con ellas, aunque lo hacía para despejar un poco la frustración ante los nulos avances con su novio. Claro que ahora no se arrepentía absolutamente de nada si podía escuchar tales reclamos del siempre apático Uzumaki de ojos claros… aquél de quien se enamoró a pesar de lo difícil que en ocasiones era tratarlo.

-Espero que sepas que ni aunque me golpees en la cabeza con todas tus fuerzas voy a olvidar lo que acabas de decir, cariño

-¡C-Cállate!

-Por supuesto que no voy a callarme –siguió hablando sin borrar su victoriosa sonrisa-. Acabas de aceptar abiertamente que sí somos pareja. ¿Tienes idea de lo que eso significa?

-¿Qué ya me volví loco y estoy listo para suicidarme?

-No –se acercó a su oído para susurrarle-. Que ahora estoy más que listo para entregarte todo mi cuerpo, así como reclamar ese escultural trasero que tienes.

-… Me retracto. Mejor ve y ponme los cuernos con quien te dé la gana.

-¡¿Qué?! ¡Es demasiado tarde! ¡No puedes arrepentirte ahora, cariño!

 

En medio de tanta euforia, Sasuke tenía enormes deseos de besar a Menma, pero se detuvo porque seguía en su cuerpo y besarlo así sería… raro (y escalofriante). Sin embargo al observar fijamente los ojos del otro, pudo ver que a pesar de no ser los azules a los que estaba acostumbrado, ahí en el fondo estaba ese brillo que, aunque fue más notorio durante su infancia, seguía bañando sus ojos cuando trataba de ocultar que se sentía feliz. Sí, esa seguía siendo la mente de su querido Menma, así que dejándole de importar en qué cuerpo estaban, jaló de él para besarlo con todas sus ganas.

 

Menma correspondió al beso, tornándolo posesivo. Realmente pensaba dejarle claro a ese idiota Uchiha que no toleraría que siguiera yendo tras curvas y senos; aunque con ese beso también le estaba dejando en claro que no le iban a quedar ganas de estar con alguien que no fuera él. Apenas se separaron unos centímetros y se miraron a los ojos, se percataron de que finalmente habían regresado a la normalidad. Menma de inmediato se tocó la cara para comprobar que realmente estaba de nuevo en su cuerpo y por fortuna así era. Sasuke soltó una ligera risa y apoyó su cabeza en la contraria.

-No cabe duda  que fue el poder del amor –declaró-… Eso sonó horriblemente cursi.

Hizo un gesto de desagrado, provocando una pequeña sonrisa en su compañero, quien en ningún momento hizo intento por apartarse. Se quedaron así, con sus cabezas juntas, acurrucados y disfrutando por un rato el calor del otro.

 

Ninguno se percató de que minutos antes Ino había llegado, pues los estaba buscando para decirles la solución al problema con su jutsu. Así que tras presenciar toda la escena entre esos dos obstinados, la rubia simplemente sonrió, tomando la decisión de dejarlos solos. Ya hablaría con ellos al día siguiente.

 

Fue temprano por la mañana cuando la rubia Yamanaka los citó en los campos de entrenamiento antes de que los tres tuvieran que partir a las misiones que les asignarían. Ino sonrió al ver a Menma tan tranquilo y hasta relajado, mientras que Sasuke no borraba para nada la expresión de satisfacción de su rostro.

-Uno de mis tíos investigó y dijo que los efectos serían temporales, se pasarían al cabo de unas cuantas horas. Ayer quería decírselos, pero cuando los encontré estaban un poco… ocupados, así que preferí dejarlos en paz.

Fue encantador ver que ambos desviaron los rostros en sentidos opuestos y sus mejillas se sonrojaron un poco.

-Lamento mucho lo que les hice pasar, chicos, cuando ustedes sólo me estaban ayudando a practicar. Si hay algo que pudiera hacer…

-No hay problema –afirmó Menma

-Puede que… nosotros debamos darte las gracias –dijo el Uchiha, guiñándole un ojo a su compañero quien arrugó el ceño y le volteó la cara

-Entonces me alegra que todo saliera bien al final –declaró Ino

Fue Menma quien se percató que Pakkun se acercaba corriendo, seguramente traía un mensaje de Kakashi sobre su próxima misión, así que fue de inmediato con el pequeño can. Los otros dos lo contemplaron alejarse varios metros y agacharse para escuchar las palabras del perro ninja. Sasuke suspiró y amplió su sonrisa sin dejar de observarlo en ningún momento.

-Una de las grandes razones por las que me enamoré de él fue porque a su lado puedo ser yo mismo, no como con todas esas chicas con las que debo aparentar ser encantador. Menma soporta mis defectos, virtudes e incluso mi real y retorcida personalidad. Aunque no lo creas tengo un lado cínico y oscuro.

-Ya veo –rió un poco-. En ese caso atesóralo bien, Sasuke-kun.

 

-¡Hey! Debemos reunirnos con Kakashi y Sakura –llamó el Uzumaki

-Entendido –contestó y miró a la rubia-. Nos vemos, Ino.

La rubia contempló cómo Menma esperaba a que su pareja llegara a su lado. Menma hizo un gesto con la cabeza en señal de despedida hacia la rubia para después marcharse junto con el ojinegro. Ino sonrió ampliamente al verlos alejarse, preguntándose cómo es que los demás no se habían dando cuenta de lo que había entre ellos si era evidente por la forma en que se les iluminaba la mirada cuando estaban juntos. Como en cualquier relación no todo sería miel sobre hojuelas, pero no tenía dudas de que, sin importar lo que pasara, ellos estarían bien. Al final fallar ese jutsu especial no fue tan malo.

 

FIN

THE END

OWARI


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).