- Bien ya te dije mi nombre ahora libérame- dije enojado pues ya las cuerdas me estaban lastimando, y la verdad odiaba estar en esta estúpida e incómoda posición.
- Umm… no lo creo- dijo con cinismo mientras tomaba una silla y se sentaba delante de mí, maldito tramposo desgraciado.
- No dijiste que si te decía me soltarías- gruñí con el ceño fruncido, aunque este parecía disfrutar ver mi cara de enojo.
- Lo dije, tal vez era una posibilidad- dijo mientras se recostaba en la silla y me miraba retadoramente esperando que dijera o hiciera algo.
- Eres un cabron- murmure con calma haciendo enojar a los estúpidos gorilas que estaban esperando a su jefe afuera, estos entraron dispuesto a callarme la boca a golpe limpio.
- Vuelve a decir eso- me amenazaron y Kuran no pareció inmutarse en nada, solo me veía con sumo interés como si fuera una especie de joya en bruto.
- Dije que tu jefe es un maldito cabron- lo solté, solo para recibir un fuerte puñetazo que me volteo la cara por atrevido, escupí un poco de sangre al parecer me habían roto el labio.
- Basta- hablo Kaname enojado, ¿Por qué? No lo sé, este se levantó y me detallo cada parte de mi cuerpo, mi rostro, mis ojos todo.
- Definitivamente eres la puta más hermosa que allá visto- esperen, esperen el malnacido ese me llamo puta.
- Como te atreves maldito imbécil ¡puta, puta será tu abuela!- grite enojado tratando de patearle cosa que me es imposible y creo que lo divierte.
- Acuéstate conmigo- me acaba de proponer sexo el maldito arrogante este, ja ni de coña no me lo creo no puede ser posible.
- Púdrete- grite y recibí otro fuerte golpes de los gorilas es que no se cansan de molestar, porque no se van a comer una banana o que se yo y me dejan en paz.
- Sabes quién soy- me pregunta seriamente mientras se señala, lo mire unos instantes, a quien diablos le importaba.
- Pues si eres un maldito imbécil, secuestrador, cabron, idiota mal nacido y todos los insultos existentes en el mundo y en cualquier idioma posible- gruñí desafiante mientras trataba de liberarme.
- Soy dueño de las empresas Kuran C.A, soy socio de todas las universidades más prestigiosas del país, y para que lo sepas soy el narco más poderoso en el país, al igual que el de Italia, Francia, China, Japón- rayos este imbécil es peligroso.
- O disculpa- dije y vi como una sonrisa aparecía en los orangutanes- me imagino que también debes ser el idiota número uno en todo lo que nombraste, narco de cuarta- gruñí- tienes unos hombre inútiles que me secuestraron a mí en vez del que deberían, mira que eres bien eficiente- dije con sarcasmo y el orgullo siempre por delante; espere que se enojara más este simplemente sonrió.
- Suéltenlo- ¿Qué? Me va a liberar no lo creo, lo mire confundido al igual que sus gorilas pero estos obedecieron- tienes agallas niño supongo que jugar contigo será divertido- dijo con una sonrisa maliciosa.
- A qué diablos te refieres- dije nervioso pues algo en su mirada no me gustaba, este me tomo del brazo y me obligo a seguirlo quise golpearlo pero los orangutanes iban atrás de mí y cada uno tenía un arma.
- Eres hermoso te lo han dicho alguna vez – dijo mientras me acariciaba lo que me molesto, me mordí el labio inferior y aguante mis ganas de alejarlo.
- Podría soltarme ya- dije con veneno lo que lo hiso reír, parecía demasiado interesado en mí.
- No – mascullo con una sonrisa, mientras caminábamos podía escuchar los gritos de los desesperados prisioneros rogando por clemencia.
- ¿Qué es lo q?- no termine de hacer la pregunta cuando dos fuertes disparos se escucharon, decir que no me asuste seria mentir, a pesar de todo me controle.
- Y dime Kiryuu como conoces a Kain- pregunto Kuran mientras caminábamos hacia lo que parecía la salida, mi corazón latía con fuerza y aun que trataba de calmarme no podía evitar sentir los nervios.
- Es mi amigo- dije y él se detuvo me miro unos instantes y luego prosiguió.
- Sabes Kain no tiene familia y me debe mucho demasiado dinero diría yo- dice serio mientras caminaba tranquilamente.
- Y eso que- digo tratando de parecer indiferente aunque sé que si me lo dice es por algo, tengo el leve presentimiento que no será nada bueno.
- Pues cuando el mure siempre la familia deber heredar la deuda, pero como él no tiene familia y tú eres su único amigo pues tú me debes ahora mucho dinero- me soltó de golpe lo que me hizo parar y él también lo hizo.
- Estas bromeando cierto, eso estas- técnicamente se estaba buscando alguien que le pagara y si Kain no lo hacía, yo como un completo imbécil iba a tener que hacerlo.
- Cuanto- pregunte esperado que no fuera mucho, su mirada seria me decía que no estaba para juegos, este me miro y sonrió.
- 3.000.000$ dólares – abrí mi boca sin poder creerlo era imposible que yo pudiera pagar tanto dinero, si apenas sobrevivía para pagar el alquiler del departamento y la comida.
- Es imposible, no puedo pagarte eso- dije pues sabia lo cortado que estaba de dinero, no podía ni imaginarme reuniendo esa cantidad, aun que trabajara toda mi vida.
- Lo sé es por eso que tienes otra opción- dijo con una sonrisa, lo mire interrogante y solo basto verlo para saber lo que diría- acuesta te conmigo y te pagare 50 $ por cada vez- lo mire enojado ofendido y asustado.
- Primero muerto- dije orgulloso aunque, temblara por la mirada tan fría y asesina que me dirigió.
- Cuidado con lo que dices puede que se vuelva realidad- dijo mientras salíamos al fin de ese lugar, era como un galpón abandonado pero dentro había un pasadizo donde llevaba a donde me encontraba minutos atrás.
- Puedes pagarme por partes, este mes necesito que me des mínimo 1.000$ dólares si no lo puedes pagar pues te lo cobrare de una manera muy especial- dijo mientras me daba una nalgada, me trague mi orgullo y maldije mi suerte cuando viera a Kain definitivamente lo iba a matar, este tipo no se quedaría quieto y tenía el leve presentimiento que quisiera o no este me haría pagar con mi cuerpo.