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El regalo más especial por ToadThearian

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Notas del capitulo:

2/6 

Si, al final tuve que dividir este capítulo en dos, y es que con solo esta parte se me hicieron como dos mil y pico de palabras. Una barbaridad y aun así siento que no conté todo lo que quiero contar de la cita de ellos dos. Pero no importa, después de todo, siempre he defendido que la duración de una historia tiene que ceder al contenido de esta. De hecho, ahora me doy cuenta que esto es mejor siendo un fic multichapter, porque como one shot sería muy largo y cansado para leer.

Y aunque no lo sé por mi misma, creo que tiene un ritmo correcto. Lo que menos quisiera es apresurar las cosas o meter cosas que no van en la trama para alargarla. Todo lo que metí es algo que tenía que estar y valla que me costó de escribir. Todo gracias a los que dejaron sus reviews, ya que por ellos trato de hacer el mejor trabajo que pueda. Aunque al final de seguro termine editando el capítulo 20 veces más a causa de la ortografía o mi manía para comerme las palabras. Aunque viendo a la hora que publico esto no me extraña.  

Solo espero que disfruten este fic al menos la mitad de lo que he disfrutado concibiéndolo. 

—Wow— fue lo único que salió de la boca de Gold al ver tal escena frente a ellos. Silver por otra parte se golpeó la frente con la palma de su mano mientras por dentro se recriminaba de no haberlo visto venir.

 

El centro comercial de ciudad Cañadorada no solo tenía el título de ser el centro comercial más grande de toda la región de Jotho, sino también el más concurrido gracias a la variedad de artículos que ofrecían para todo público (aunque a los entrenadores solo importaran los artículos concernientes a los pokémon). Silver pensó que era lógico que se llenara el día antes de navidad, por lo que previo ir un día antes de eso. Lo que no esperaba era que el lugar estuviera tan lleno toda la semana. Pero ya que estaba aquí no iba a hacerse para atrás.

 

—Si te pierdes no voy a buscarte— le advirtió con una mirada fiera al otro joven que pareció reaccionar como si sus palabras hubieran sido golpes críticos hacia él.

 

—¡Eh! Yo…—trato de justificarse cohibiéndose por un momento para de inmediato saltar a cuestionar al pelirrojo—No es cierto, digo ¿Por qué iba a perderme?—

 

—Tienes la capacidad de atención de un magikarp—sentencio Silver mientras ya entraba a  la tienda esquivando el mar de personas que empujaban y forzaban a ir más rápido, el menor lo seguía casi corriendo en un intentando de no quedarse atrás ni perderlo de vista entre la maraña de gente— Nada más encuentres algo que te llame la atención te vas a terminar perdiendo. 

 

—¡No es cierto! Yo…— antes de siquiera poder defenderse usando como ejemplo la vez que derroto al equipo Rocket el de ojos rojos lo interrumpió. 

 

—¿Recuerdas el bosque Viridian?—ni  siquiera se dignó a devolverle la mirada.

 

Solo de recordar aquello Silver se volvía a molestar, sin embargo Gold se defendió al instante.

 

—Esa no cuenta,  tenía una razón importante—

 

—¡Me abandonaste en ese asqueroso bosque lleno de insectos por seguir un asqueroso caterpie!—el pelirrojo prácticamente le salto al otro entrenador quien no tardo nada en responder. Después de todo esa conversación ya la habían tenido antes.

 

Una conversación de la que había obtenido apenas una disculpa por haberlo abandonado, pero nada por haber seguido como obseso uno de los pokémon que Silver juraba era de los más inútiles de toda la pokedex nacional. Y peor, la razón por la cual Gold se esforzó tanto en capturar un pokémon que ya había capturado y evolucionado con anterioridad era porque:

 

— ¡Era shiny!—

 

Silver rodo los ojos con la decisión de ignorar definitivamente al niño que lo seguía. No había algo que le parecía más absurdo que capturar pokémon inútiles solo porque tenían un color diferente. Nunca había entendido como en el mercado negro se podía pagar tanto por un rattata solo porque era de color, ¿Verde? La verdad no le interesaba.

 

—Lo que sea, iba a evolucionar en una inútil mariposa— bufo tratando de poner fin a la conversación.

 

Gold también desvió la mirada molesto. A veces le molestaba mucho que Silver no entendiera que cualquier pokémon podía ser fuerte si solo se le entrenaba adecuadamente (bueno, talvez delibird era un poco bastante inútil). Si se ponía a pensar eso fue el principio de su rivalidad como entrenadores, aunque al menos su rival ya no veía a los pokémon como herramientas y se veía más afectuoso con su equipo.

 

Ahora que lo pensaba mejor ¿Exactamente que era una…”mariposa”?

 

Lo llego a leer en la pokedex, pero no entendía exactamente a que se referían con eso ahora que lo pensaba. Fue algo que trato de discutir con el pelirrojo hasta que noto que no podía ver o si siquiera lograr distinguir su cabeza entre la multitud.

 

Se rio amargamente ante lo que parecía ser simplemente un mal chiste.

 

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El pelirrojo apretó la mandíbula enojado cuando noto que el moreno ya no lo seguía. ¿Cómo carajos había logrado hacer eso si hacia menos de un minuto estaba hablando con él? ¿Cuándo? Un fuerte impulso de volver hacia atrás y buscarlo para darle una paliza lo estaba tentando demasiado, sin embargo pensó que era mejor así. Si el tonto no podía seguirle el paso él no iba a seguir con su promesa de estar con el todo el día. Así que con eso en mente siguió mirando lo que pudiera en la tienda para comprar el maldito regalo y abandonarla cuanto antes.

 

Y es ahora que se recrimino por no haber pensado antes exactamente que regalarle.

 

¿Y podían culparlo? Es decir, tenía muchas cosas en la cabeza y fue muy repentino el saber que no solo vería la cara de Lance después de cómo un mes de no verlo, sino además tendría que regalarle algo. Tenía la tensión al límite solo con eso, más si le agregamos el estúpido incidente con las barcas y el tener que soportar la charla de Gold todo el camino.

 

Su único amigo.

 

Suspiro un tanto derrotado.

 

Lo único que sabía era que no podía regalarle algo relacionado con los pokémon. El tipo prácticamente ya tenía todo lo que quería. Podía hacer el esfuerzo sobrehumano de conseguir un pokémon tipo dragón, pero eso era estúpido cuando el hombre los tenía prácticamente a todos. A veces incluso llegaba con unos de regiones que ni siquiera sabía que existían.  Si hablaba de artículos, el tenia de sobra incluso para regalar, de mucho mejor calidad que el que dinero de un niño que escapo de casa como él podría conseguir.

 

Si iba a regalar algo tenía que ser algo para él.

 

Y eso resultaba condenadamente más difícil de lo que esperaba.

 

Esto último tenía más que ver con un problema que el de ojos rojos no era capaz de aceptar a plenitud. Lance era un adulto hecho y derecho, lo cual hacía difícil de predecir a los ojos de Silver. No entendía que podría gustarle a alguien como él.

 

Llego a charlar con él, pero la mitad de las veces eran sermones o felicitaciones acerca de lo mucho que había mejorado en su entrenamiento (a pesar de haberle ganado al más joven por paliza). Entendía su carácter y el cómo era con otras personas aparte de él, pero, no lograba entender que le gustaba.

 

Aquello lo hacía sentir impotente pues abría una brecha entre ambos. Su relación no era cercana y él no se sentía capaz de cambiar aquello.

 

Paso su mano por su cabello recordando las veces que el mayor pasaba su mano sobre su cabeza con una sonrisa orgullosa mientras le repetía —lo estás haciendo bien—. El menor no podía estar seguro si de verdad estaba avanzando tanto por su cuenta (a veces creía que incluso retrocedía), pero cuando el mayor lo decía, podía creer en verdad en sus palabras.

 

Incluso si le avergonzaba darle nombre a lo que sentía, quería hacer las cosas bien.

 

Por eso lo que le regalara no podía ser cualquier cosa.

 

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Decepcionado salió de la tienda liberando a su vez a su fiel Sneasel para que pudiera acompañarlo y disfrutar del frio que su entrenador apenas soportaba gracias a un pesado abrigo que usaba encima de su ropa regular. No había podido encontrar algo que le convenciera, y cuando lo hacía de algún lugar salía una ancianita a arrojarse contra él y quitárselo de las manos. No era que Silver tuviera problemas peleándose con mujeres, pero aquellas perras lucían tan frágiles que confundían al pelirrojo. No podía pelearse con ellas o pegarles, talvez molestarse mucho e insultarlas mentalmente, pero no hacer nada más.

 

Había demasiadas personas observando.

 

Recapacito sus opciones antes de que su pokémon llamara su atención.

 

El Sneasel apuntaba a las espaldas de un niño que reconoció de inmediato como Gold, el cual para su sorpresa no estaba solo.

 

Allí a su lado se encontraba una joven que parecía estar disfrutando demasiado la compañía del campeón aun a pesar del frio que hacía. Por la distancia no alcanzaba a escuchar de que hablaban, sin embargo podía ver la sonrisa de la joven que parecía solo ensancharse ante cualquier cosa que dijera Gold. En un principio pensó que se trataba de Kris, pero mientras más se acercaba pudo notar el color de cabello castaño debajo de aquel gran sombrero, un traje y una chaqueta en la que predominaba el color rosa y azul, y en sus brazos un Marril.

 

Pero lo que más lo desconcertaba era la sonrisa y la mirada de la joven, la cual no parecía solo sonrojada por el mal clima. Misma que parecía haber visto antes en el rostro de alguien más, pero que no era capaz de descifrar.

 

No tardó mucho en llamar la atención de la chica a la que estaba analizando, misma que cambio de expresión inmediatamente al ver al siniestro pelirrojo, por lo que llamo la atención de Gold.  Y la reacción de este no fue la esperada por ella.

 

—Entonces, nos vemos en la fiesta Lyra— se despidió casi de improviso, la chica apenas si había sido capaz de levantar su mano para despedirse cuando este ya se dirigía con Silver.

 

Este no pudo ignorar el rostro de la chica que tenía fija su mirada en él, analizándolo con una expresión que parecía debatirse entre el dolor y la ira, todo dirigido contra el pelirrojo que aparte de verla podía jurar que no había hecho nada contra ella. ¿Talvez fue de esos entrenadores a quienes había humillado en los inicios de su viaje? No lo sabía, y no era capaz de recordar el nombre de entrenadores mediocres. Bueno, talvez uno con un Rattata que no paraba de fastidiar sobre lo buen entrenador que era por capturar al pokémon mas fácil de capturar en las primeras rutas.

 

Finalmente la nombrada Lyra decidió gritarle el adiós con una amarga sonrisa a Gold quien miro hacia atrás para regresarle la despedida con una sonrisa que casi tranquilizo a la joven del Marril la cual por fin se retiró.

 

—Qué bueno encontrarte— le sonrió el joven sonrojado por el frio.

 

—Ojala no lo hubieras hecho— le respondió el otro quien se alejó un paso algo avergonzado, sentía que Gold estaba demasiado cerca.

 

—Que malo— sobre reacciono riendo ante lo que podría haber sido otro insulto de Silver.

 

Y este reprimió una sonrisa ante eso. A veces Gold podía ser demasiado molesto e impredecible.  

 

—Entonces, ¿Encontraste lo que buscabas?—le pregunto el moreno cambiando de  tema. 

 

—¿Tu qué crees? No había nada bueno— suspiro y entonces observo que el otro llevaba una bolsa de plástico en la mano— Parece que tu si encontraste algo bueno.

 

—¡Oh sí!— recordó y saco de la bolsa una pequeña caja colorida la cual abrió para acercar al rostro, una especie de dulce de color rosa chillón— Pruébalo.

 

Gold trato de dárselo al más alto en la boca quien de inmediato se alejó.

 

—No te atrevas— le amenazo cubriéndose la boca con el brazo.

 

—Bueno, pero al menos pruébalo—

 

Al final el pelirrojo cedió, tomo el dulce con ambos dedos y entonces se lo comió. Al contacto con la lengua el dulce se deshacía en la boca dejando un sabor tal vez un poco empalagoso. Por supuesto que era delicioso y le encantaba, pero al pelirrojo no le sabía bien (por irónico que suene) gustar de algo que le parecía tan… ¿infantil?

 

—¿Y bien?— le pregunto con expectación.

 

—Estamos muy grandes para esto— bufo con superioridad.

 

—¡Pero Silver somos niños!— y no estaba mal, después de todo Silver tenía como 11 años y era apenas un año mayor que Gold.

 

—Eso no es verdad, es decir, en comparación a otras regiones salir de casa a viajar y apostar en el casino—

 

—Sí, pero las fichas no las podemos cambiar por dinero.

 

—Lo que sea— el pelirrojo estaba cansado y simplemente no le interesaba esa discusión.

 

Con una mano se tallo los ojos cansado por toda la presión que estaba tenía que soportar aquel día. Gold tomo en otro caramelo de la caja y se lo llevo a la boca mientras pensaba en alguna idea para ayudar a su amigo.

 

—Sino encontraste nada aquí, talvez podíamos ir al mercado subterráneo—

 

—Nunca hay nada bueno ahí— le respondió interrumpiéndolo mientras se recargaba en un poste— Al menos no un regalo para un adulto.

 

“Adulto” En cuanto escucho eso se llevó otro dulce a la boca.

 

Silver no le había dado muchos detalles, solo sabía  que tenía que comprar un regalo urgente.  Ahora tenía otra idea, la persona era un adulto, y podía saber quién era solo con eso y la actitud de su rival. Porque, sabía que a Silver le molestaban los sermones de su maestro (con los que Gold usualmente estaba de acuerdo para pesar del pelirrojo), pero parecía más presionado y solo observándolo era capaz de saber a quién le quería conseguir ese regalo. También entendía el cómo se sentía, más de lo que Silver podía notar.

 

Se llevó un par de dulces a la boca para calmarse y entonces le volvió a sonreír al niño a su lado.

 

—¿Quieres ir a Kanto a comprar algo?—el pelirrojo le iba a contestar que era un idiota por pensar que tenían tiempo para ir y venir de Jotho a Kanto en unas horas, pero Gold lo detuvo— Podemos ir en el tren magnético, tengo pases. Sería una hora de camino a Kanto y allí usando vuelo podemos ir a un par de tiendas en ciudad Azulona que te podrían interesar—tomo su brazo suave y disimuladamente mientras hablaba—¿Esta bien?

 

Silver se le quedo observando un poco indeciso, sin embargo al final asintió y termino dejándose llevar por Gold hacia la estación de tren.

 

No estaban tomados de las manos, pero a Gold le bastaba tener sujeto a Silver aunque fuera de su muñeca. Para él era un paso delante incluso si eso no significaba tanto para el pelirrojo.

 

Aquello lo hacía muy feliz. 

Notas finales:

Agradecimientos a Abyss, Luis sama, FoxyLove y a Visi por sus adorables comentarios. En serio, no me esperaba tener tantos solo para el primer capítulo (no me esperaba reviews si soy sincera). Así que, muchísimas gracias por su apoyo, lo valoro mucho más de lo que se imaginan.  

Espero leernos pronto. Tratare de traer la siguiente parte lo antes posible.

Mis mejores deseos a todos  ~


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