Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La razón de mi odio por kurerublume

[Reviews - 259]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lamento la espera, la semana pasada tuve que irme al cerro a cuidar a mi abue y no me dio tiempo de escribir. Y ayer mis papás andaban de molestones jaja

Agradezco el apoyo a LocaSuelta, Darkfairy, I am Panda Kawaii, Ciel Michaels y al anónimo por sus reviews. Me encantaron y saben que aprecio mucho su entusiasmo con este fic.

Como dije, ya estamos en la recta final. Dos más y acabamos.

DISFRUTEN :)

CAPÍTULO XXX: Sacrificio

 

-¡Basta! – no quiero, no quiero esto.

 

-Quédate quieto, Kian.

 

-¡Yamir, basta! ¡Suéltame, no quiero irme! – en eso, siento cómo suaviza su agarre para darme media vuelta y verme directo a los ojos.

 

-¿Estás loco? Escucha, sé que hay muchas cosas que no entendemos y que pueden resultar muy raras, pero atractivas; lo sé. Pero tienes que comprender que nada de esto está bien. Tu lugar está con nosotros, con tus padres… conmigo – puedo notar cómo su expresión cambia de una enojada a una triste. No me gusta verlo así – ponte esto – me lanza mi pantaloncillo y decido ponérmelo. Una vez vestido, decido responder.

 

-Yamir, sé que no es, como tú llamas, algo “sano”, pero soy feliz. Quiero que entiendas cómo me siento. Desde que pude entenderme con Shere Khan, es como si hubiera surgido algo hermoso y mágico.

 

-¿Entenderte o conversar con? – suelta con reproche y abro muy grande mis ojos por eso – sí, lo sé. No tienes que mentirme.

 

-¿Pero cómo es que lo sabes?

 

-Porque así se dieron las cosas, llámalo por un acto divino. Si esto fuera para bien, jamás me hubiera enterado de nada y seguramente nadie intentaría disolver esto que es enfermizo – suspira pesadamente – escucha, todo esto lo hago por tu bien, así deben de ser las cosas y no como ustedes quieren. Apenas tienes 14 años, y no digo que yo por ser mayor sepa más, pero lo que sí sé es que, por mucho que lo desees, esto no puede continuar; no debe – vuelve a tomar mi muñeca para seguirme jalando por la selva.

 

-¡Yamir! ¡Detente! – comienzo a llorar, su agarre me está lastimando y sus palabras me dolieron mucho. No tiene por qué interferir en mi felicidad, ya sabré yo qué hacer si algo pasa. Pero él insiste en decir que es por mi bien y que todo esto es casi antinatural. ¿Habrá visto que Shere Khan ya es humano? - ¿sabes? Sí lo llamo un acto divino, los dioses han permitido que se vuelva una persona, como nosotros – se detiene de golpe y aprieta más mi brazo.

 

-No me quieras ver la cara de idiota. Tengo una misión, y pienso cumplirla así llegues a odiarme – sigue jalándome, no me escucha. Bien, yo mismo me liberaré - ¡ahhh! – escucho su grito antes de echarme a correr en dirección contraria; le mordí el brazo - ¡Kian, vuelve! – esta vez no puede alcanzarme, ya no estamos jugando. Debo correr lo más rápido que puedo - ¡Kian! – su voz me aterra y hace que mis pies respondan solas; huye de él, ya no es tu amigo.

 

Ya no lo es.

 

-¡ahh! – algo me ha tumbado feamente en la tierra. Abro mis ojos, listo para largarme de ahí, pero un peso me obliga a quedarme quieto - ¿qué?

 

-¡Indira, déjalo! – Yamir ha llegado. ¿Indira? Es imposible, es imposible. Esto no puede estar pasando.

 

-Entonces haz tu parte, humano inútil – su voz sale tan dominante y veo que también está muy molesta, pero no entiendo por qué están haciendo esto juntos. No comprendo – y tú –dice mirándome fijamente – si no quieres que te desgarre la pierna para que no huyas, mejor empieza a portarte bien, maldito cachorro humano.

 

Yamir jala nuevamente de mí.

 

-Indira, será imposible que lleguemos a tiempo. Lo mejor será quedarnos aquí hasta que amanezca.

 

-¿Qué? ¿Ni eso puedes hacer? Mejor me lo llevo yo misma.

 

-¿Acaso quieres que te cacen? No, yo lo haré, pero mañana. Si seguimos puede ser peligroso, además, si llega a venir ese estúpido tigre, estoy seguro que podrás con él, ¿cierto? – no reconozco a Yamir, nada.

 

-Creo que tienes que enterarte que ya no es un tigre. Así que podré con él sin problema alguno, pero eso no es lo que planeé – en eso, comienza a susurrar- debe haber alguna forma de volverlo a como antes.

 

-¿Qué? – pregunta sorprendido Yamir.

 

-Lo que escuchaste, humano. De alguna forma logró… hacerse como tú; es despreciable. Si no logro regresarlo, yo misma me desharé de semejante aberración – mi respiración se detiene al escuchar eso. No permitiré que le hagan daño a Shere Khan.

 

-Haz lo que quieras. Como acordamos, yo me haré cargo de Kian y tú de ese tigre – reina el silencio durante unos minutos –bien, cuida rápido de él. Iré por algo para hacer una fogata – Indira acepta, molesta al saber que tiene que cuidarme.

 

-I-Indira – le susurro lentamente para llamar su atención - ¿por qué...?

 

-Silencio – me ordena rápidamente y decido quedarme calladito… un tiempo.

 

-Por favor, dime –sin querer, comienzo a llorar – sé que nadie pide ser encerrado, pero jamás te maltratamos… yo…

 

-¡Que te calles! – se lanza hacia mí y logra tumbarme de espaldas – es por eso que no te asesiné. Si me hubieras lastimado, créeme que ya no estarías respirando. Esto lo hago por mi beneficio, sólo sé vivir de una manera y esa no incluye nada de lo que, por tu culpa, pasó. Todo tenía un orden, normas. Estaba dispuesta a dejar todo atrás, pero eso cambió al saber lo que sucedía entré Shere y tú; algo abominable y que tiene que borrarse para siempre. Nadie jamás debe saber de esto y pienso asegurarme de que así sea. – no miente, cada palabra la ha dicho con tanta seguridad.

 

-¿Y qué es lo que piensas hacer? – decido preguntarle, no pierdo nada por intentarlo.

 

- Cachorro humano, será una sorpresa – sonríe espantosamente mientras se aleja lentamente de mí. Su problema es conmigo y con Shere, ¿pero qué hará? De verdad deseo tener la fuerza suficiente para actuar cuando sea necesario; sin miedo y sin duda. Además, dijeron que Shere tal vez venga, yo espero que no. Yo solito podré con lo que venga con tal de volver a estar a su lado. No quiero perderlo.

 

Shere Khan, no vengas.

 

                                                                                ***

 

Mi garganta me está quemando, siento que mis pulmones van a estallar en cualquier momento por tanto aire que estoy jalando.

 

Pero no puedo rendirme, no cuando mi pareja está en peligro. Es mi obligación salvarle, así me cueste la vida.

 

De repente, mis rodillas ceden; caigo directo en el piso sólo sostenido por mis manos. ¿Qué está pasando? Esta velocidad, resistencia… es tan mínima. No sé si porque aún no me acostumbro por completo a mi cuerpo, pero en serio, me siento tan inútil.

 

En eso, veo una pequeña llama, muy minúscula. ¿Ahí estarán ellos? Ya anocheció, tal vez pensaron que no podría alcanzarlos y se confiaron. Bien, tengo que acercarme cuidadosamente.

 

Procuro que mis patas no hagan mucho ruido, me he revolcado en tierra y hojas para aminorar mi aroma. Aunque no sé si Indira ya me percibió.

 

Sigilosamente me voy acercando a ellos. Me toma bastante tiempo ser silencioso con este cuerpo y poder estar lo suficiente cerca para saber de quiénes se trata. Pero lo veo, Kian está ahí, hecho bolita, abrazando sus rodillas y con los ojos hinchados. También está ese molesto amigo suyo, Yamir; Indira no está cerca, ¿dónde estará?

 

En cuestión de minutos, estoy más cerca. Debo pensar bien esto, quizás rodear todo para tomar a Kian por la espalda. No, ir a la espalda de ese humano para atacarlo y que no nos siga después; es un mejor plan.

 

Todo hubiera salido perfecto, de no ser por esos grandes colmillos que se insertaron en mi cuello. Obligándome a acercarme al fuego.

 

-¡Suéltalo! – grita Kian, intentando acercarse a mí, pero es retenido por ese otro humano -¡lo estás lastimando!

 

Sí, duele como mil demonios. Pero eso no es lo que importa en estos momentos.

 

-Shere, querido – habla Indira con su tono fastidiosamente sarcástico – qué bueno que llegaste. Un poco antes de lo planeado, pero estás aquí – la veo acercarse a Kian a paso lento - ¿recuerdas que te dije que no podrías protegerlo? Bueno, no lo dije por decir. Oh, no, lo dije muy en serio. Pero verás, lamentablemente llegué a un acuerdo con este humano idiota que ves aquí. Él se hará cargo de Kian, y yo de ti – veo cómo acaricia con su cola el pecho de Kian.

 

-¡No lo toques! – me levanto, preparado para atacarla. Pero todo su peso de repente está sobre mí. Me cuesta respirar – ni se te ocurra – es difícil tomar aire – tocarlo. Es mío – la miro completamente furioso para seguidamente mirar a ese tal Yamir – mío.

 

-¿Tuyo? No. Ahora es mío – grita ese humano – lo llevaré a salvo a casa – toma con fuerza la cabecita de mi cachorro humano para pegarla a su pecho. ¡Lo está tocando! ¡Lo está tocando y Kian realmente no quiere!

 

No, no lo obligarás.

 

Mi enojo está a niveles desconocidos. Tomo a Indira de la cabeza para voltearla y obligarla a bajarse de mí; funciona. Suelta un rugido. Me posiciono detrás de ella para comenzar a apretarle el cuello, si no puedo morderla, al menos esto será útil. Se remueve inquieta debajo de mí, sus garras buscan algo que arrancarme y yo no puedo dejar que me alcance. Sus movimientos comienzan a ser más torpes, lentos… hasta que finalmente, la dejo inconsciente.

 

Con rapidez, corro hasta Kian. Pero algo me deja ciego.

 

-¡Shere Khan! – escucho su grito para observar su cara aterrada. No veo bien, así que comienzo a tallarme mi ojo izquierdo, pero está sangrando y arde.

 

-¡ahh! – suelto un grito al saber lo que me ha hecho. Con un maldito tronco de la fogata me ha herido - ¡maldito! – suelto con furia hirviendo en mi ser. Como puedo comienzo a limpiarme todo lo que me está cegando, mi otro ojo lagrimea y realmente no logro observar nada. No puedo dejar que esto sea todo. Pero un golpe que se escucha hueco, me deja inconsciente.

 

Al despertar, ya ha amanecido. Indira ya no está. Vaya, al menos ya puedo ver con mi ojo derecho, eso es suficiente. Me incorporo con un dolor de cabeza terrible. Ese humano realmente lo logró, y me las pagará.

 

Con torpeza comienzo a correr, pero al poco tiempo, vuelvo a caer sobre mis rodillas.

 

-¡Maldición! – grito totalmente furioso. Ya no sé hacia dónde se fueron, existen dos aldeas humanas cerca, pero ¿a cuál fueron? Podrían ir a donde vivían, pero también a la otra con tal de despistarme – Brahma, por favor, ayúdame – comienzo a llorar – quiero a Kian a salvo. Lo quiero… lo amo. Te daré mi vida si así lo demandas – le susurro al bosque. Me siento tan impotente, tan inútil y solo – Brahma, por favor.

 

De repente, una voz me dice que tendré que sacrificarme, pero no cualquier cosa… tendré que sacrificar mi propia felicidad.

 

-¿Lo deseas?

 

-Sí – digo mirando al suelo – sí, hazlo.

 

Mi cuerpo vuelve a arder, me quema. Mi cabeza va a explotar, mi espalda cruje con fuerza. Y cuando reacciono, no logro moverme un buen rato, volví… volví a ser un tigre.

 

-Cuando lo encuentres, será el final – es lo último que escucho antes de encontrar ese rastro e inmediatamente comenzar a correr, ese olor tan delicioso sólo puede ser de él.

 

¿A qué se referirá con que será el final?

 

No me importa con tal de salvar a Kian. Seguro Indira sólo está actuando y planea asesinarlo frente a mí, después de traicionar a ese otro humano.

 

No lo permitiré.

 

Si he de sacrificar mi propia felicidad, que así sea. Porque mantener a Kian a salvo y feliz es lo más importante para mí; si con eso lo logro, gustoso le daré mi vida si así lo requiere.

 

Cualquiera que sea el sacrificio, no puede ser tan malo como perderlo para siempre.

Notas finales:

¿Qué les pareció? La verdad me costó bastante escribir este cap, más que el lemon y que cualquier otro jaja

Nos vemos el próximo miércoles.

Y si gustan leer:

Eternos Enemigos (criaturas mitológicas x humanos)

¡BESOS!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).