CAPITULO IV: Instintos
Admiro a mi papá, por eso, desde hace años me he decidido a estudiar lo mismo que él, también quiero estudiar a los grandes felinos. Pero no necesito esperar años para tener a uno de cerca ¡Oh, no! Estoy bendecido, tengo a uno más cerca de lo que cualquier otro niño de mi edad, soy afortunado. Y por fin estuvo lista la sorpresa de mi papá para Shere Khan… eso suena raro.
-¿Y bien? ¿Listo para verla?
-¿tú crees? ¿Qué no se nota en todo mi rostro? ¡Rápido, papá!
Lo acompañé a inspeccionarla, ver que todo estuviera en orden, mi papá me explicó por qué la mandó a hacer de esa forma y también, que íbamos a traer otras especies de animales para ver cómo se comportan entre sí, obviamente no vamos a traerle la cena o algo así, sólo a otros animales que se supone podrían tener una “buena convivencia”. Me parece muy interesante, ya quiero ver la reacción de Shere Khan, espero le guste y también, que no haya problemas.
Para toda esta investigación mi papá se unió con otros investigadores, y son ellos quienes van a traer a los otros animales: dos cocodrilos, 10 aves y tres hipopótamos, esos no tengo idea si son carnívoros, le preguntaré a mi papá después. A algunos obviamente costará más traerlos hasta aquí. El primero al que metimos en esta clase de “hábitat” fue a Shere Khan, lo veo paseando tranquilamente, así que decido verlo más de cerca.
Explicaré cómo está constituido este lugar, la parte central y la que ocupa más espacio es el hábitat, hay un segundo piso que permite a los investigadores observar y ver las cámaras que están grabando día y noche, pero en la planta baja hay un cuarto con algunas jaulas y comida para los animales, una puerta con barrotes es lo que separará ese cuarto de los demás animales en el hábitat.
En pocas palabras, es ahí a donde decido ir para poder observar mejor a mi precioso tigre, me acerco sigilosamente tropezando con una cubeta llena de agua, muy sigiloso. Shere Khan sigue algo distraído, lo veo en esa enorme roca, recostado. De repente se pone de pie y comienza a caminar, no lo creo cuando está a unos metros de mí, decido acercarme más y entrelazar mis dedos a los barrotes.
-Hola, no te preocupes, ya no tendrás que soportar mi presencia. Vendrán más animales a hacerte compañía, estarás viviendo aquí durante un tiempo y después te liberaremos en la selva, donde tienes que estar- lo noto algo ansioso, comienza a caminar de un lado a otro sin dejar de mirarme, corre tan rápido hacia mí que no reacciono y su rostro está pegado a mis dedos, pareciera que he dejado de reaccionar, sólo siento su cálido respirar sobre mi piel, sobre mis manos que han empezado a sudar, no deja de verme, ni yo a él.
No sé cuánto tiempo nos hemos quedado así, sus enormes y claros ojos no se despegan de los míos, es como si, no sé, creo que no me quiere hacer daño, tal vez…y justo cuando quiero tocarlo, da un rugido que genera que mi rostro se deforme por completo, con una de sus garras ha logrado perforar mi piel, la sangre comienza a salir de mi mano, empiezo a llorar por el susto y por el dolor. Vuelvo a mirarle, e inmediatamente me pongo de pie, tengo que atender esta herida.
-¡Aaghh!- grito cuando vuelvo a tropezar con esa estúpida cubeta, logrando estampar ambas manos en el frío piso, volteo y un camino de sangre se ha formado, me asusto mucho más, vuelvo a incorporarme para poder salir de ahí.
***
No era mi intención, es sólo que ningún humano ni algún otro animal me ha tocado antes con mi consentimiento, sería vergonzoso, humillante que ese cachorro lo hiciera. Tenía que ponerlo en su lugar… aunque no pretendía herirlo, sólo quería asustarlo, sus reflejos e instinto de supervivencia están por los suelos: en primera no debió de haberse acercado cuando yo lo hice, era obvio que estaba marcando territorio y le advertía que mantuviera un poco su distancia. Me acerqué hasta tener mi hocico cerca de él, no sé por qué, tal vez eso fue lo que hizo pensar al cachorro que podía tocarme. ¡Maldición! En serio no quería lastimarlo, su rostro lleno de miedo, en otros momentos me causaría satisfacción, pero ahora no es así, me arrepiento.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando ese cachorro cayó, fue ahí cuando mis fosas me fallaron y empecé a jadear, que la sangre inundara mi olfato sólo provocó que mi gesto se hiciera más agresivo, pero entonces volví a mirar a ese humano, su rostro lleno de lágrimas y esa expresión, ni siquiera me miró cuando volvió a incorporarse para salir corriendo de ahí. Espero que esté bien, odiaría no volverlo a… ¿Qué? ¡No! Shere, cálmate. Además, Kian dijo que iban a traer más animales y que ya no tendría que soportar su presencia. No me molesta que esté cerca de mí, no me molesta su voz, y lo peor de todo, no me hubiera molestado que él me tocara.
***
-¡Por Dios, Kian! ¿Qué te ha pasado?
-¡Mamá! Me asustaste. Caí en la planta baja, estaba mojado y no me fijé.
-Luego me dices la verdad, ven, déjame ayudarte.
¡Bueno! ¿Es que tengo una cara especial cuando miento que sólo mi mamá puede ver? Tan típico, tendré que practicar.
-¡Ouch! ¡Con delicadeza!- ahí va su mirada de mamá enojada- por favor.
Después de una que otra lágrima derramada, porque obvio no me puse a chillar de dolor, obvio no, al final me vendó mi mamá y bueno, tuve que decirle lo que en realidad había pasado y sí, sus regaños salieron a la luz. Le expliqué que había sido mi culpa, que Shere Khan sólo había actuado por instinto y me hizo jurarle que no volvería a acercarme tanto a él, que sólo podría verlo desde el piso de arriba. Salí molesto del baño, me sentí tan idiota, es que me encanta platicar con él pero se me olvidó que después de todo, sigue siendo un tigre.
Al día siguiente todos me regañaron, hasta Yamir, y eso que él es tranquilo. Últimamente me estoy llevando mejor con él, es agradable, me trata bien y siempre me trae comida típica de aquí para que la pruebe, es divertido estar con él. Además de que será de gran ayuda, porque en dos días entraré al colegio, eso me pone muy nervioso a pesar de que he mejorado con mi pronunciación y siempre intento aprender al menos 4 palabras nuevas para mi vocabulario, a petición de mi madre claro. Deseo que todo vaya bien.
-Entonces ¿ya no verás de nuevo al tigre?
-¿A Shere Khan? ¡Claro que lo veré! Sólo que no enseguida, deja que se le pase el susto a mi mamá.
-Es que fuiste muy…
-¡Idiota! Lo sé, fui un idiota. Pero es que te juro hay algo en él que me llama y siento que puede entenderme, literal.
-¡Oh! Bueno, ha de ser porque también eres una bestia
Comienza a reírse demasiado fuerte, me ha insultado pero realmente no puedo evitar reírme yo también, su risa es contagiosa. La tarde pasó sin más problemas, cayó la noche y yo estaba algo inquieto después de haber cenado, no ha pasado ni un día y ya quiero volverle a ver, en definitiva esto es sólo una probada de lo que haré cuando sea grande. Al final, logro quedarme completamente dormido, el sonido de algunos insectos nocturnos que antes me molestaban, ahora parecen arrullarme.
En mis sueños, Shere Khan me visita, pero no tengo miedo. Puedo acariciarle sin problema, de hecho se recuesta a mi lado y comienza a lamer mis dedos, acaricio su cabeza y antes de que pueda hablar, me pone sobre su lomo. Comienza a correr a toda velocidad y yo tengo que aferrarme a él con fuerza para no caerme. Cuando reacciono ya estamos en la selva, me ha traído a una cascada y sin pensarlo dos veces, me quito la ropa para poder sumergirme en el agua. Y ahí quedo, flotando, escuchando cómo Shere Khan comienza a nadar hacia donde yo estoy.
Despierto con una sonrisa en mi rostro, ha sido el sueño más extraño y hermoso que he tenido hasta ahora, eso sólo hace que quiera ver a ese hermoso tigre. ¡Torpe Kian! De acuerdo, ¿cuánto tiempo necesita mi mamá para superar eso? Dos días… una semana. ¡Espero no sean meses! Comienzo a revolcarme en mi cama, no me he percatado que mi mamá me está observando.
-¿Dormiste bien, hijo?- dice con una sonrisa burlona.
-¡Dios! ¡Mamá! ¿Siempre tienes que asustarme así?
-Pues así tendrás la conciencia, Kian Blaine. Ya a desayunar, intenta no bajar las escaleras como acabas de hacer en tu cama ¿quieres?
Se ha ido riéndose, parece que por aquí el más chistoso y molesto de todo el mundo, soy yo. Yo y sólo yo ¡perfecto! Así jamás podré tener novia, sólo he dado mi primer beso pero fue un fiasco y desde entonces… ¡nada ni nadie! ¡Ni a la pared! … De acuerdo, suficiente drama por esta mañana, además ya me rugió mi pancita, quiero comer. Quiero estar listo y limpio lo antes posible, después de todo, en unas horas más llegarán los nuevos compañeros de Shere Khan.