CAPITULO VIII: Dudas
He pasado los últimos 4 días siendo alimentado por Kian, no sé cómo decirlo, pero hace que ese momento sea tranquilo. Siempre me habla y me pregunta cómo estoy, si me estoy llevando bien con mis “nuevos amigos”, yo más bien diría: compañeros obligatorios; no me quejo, pero sigo pensando si eliminar el problema de raíz será la mejor manera de borrar toda esta confusión que se genera cada vez que veo los ojos de este cachorro humano.
-Shere, oye… yo, ¿quieres hablar conmigo? Lo he estado pensando bastante tiempo, aquella noche que vine y salí corriendo, quiero creer que fuiste tú el que me habló. Que pediste disculpas por haberme lastimado, y lo hiciste lamiendo mi herida. Yo, no lo sé. Sólo quiero que sepas que puedes hablarme, por favor, hazlo.
¿Qué significa esto? ¿Quiere que le hable? Bueno, era obvio que algún día lo soltaría, pero me ha tomado por sorpresa porque se tardó bastante. No sé qué hacer, sólo me quedo observándolo, esperando que haga algo más. Su mano comienza a acercarse despreocupadamente hacia la jaula, en eso se detiene y retrocede.
-Yo, digo puras tonterías ¿cierto? Shere, creo que me gusta alguien. Quería que lo supieras, eres el primero al que se lo cuento.
¿Qué dices cachorro humano? ¿Gustar de alguien? Y antes de que se vaya, no sé cómo pero mi pata da contra los barrotes, es imposible que me deje solamente así. Voltea algo asustado y sonríe, entiendo lo bajo que caí con esto, así que le doy la espalda, sólo quiero que se vaya.
-Shere, me gusta alguien, pero no te preocupes que por ahora tú me gustas más.
¡Qué clase de comentario es ese! ¿Yo le gusto a esta peste? Seguro sólo es por mi pelaje, es tan típico de los humanos, no soporto tener que convivir día tras día con este cachorro tan inocente. Algún día crecerá y hará lo que todos los de su clase hacen, para entonces él ya no querrá conversar más conmigo, ni con nadie de mi especie.
-Mentiroso- inevitablemente eso sale en la lengua irania, Kian levanta la vista, observo cómo su pecho sube y baja intentando conservar la calma. ¡Maldición! Lo dije sin pensarlo bien, lo mejor será que haga como si nada hubiera pasado.
-¿Shere? Tú… Yo…- se ha puesto de rodillas frente a mí, su rostro refleja mucha ilusión o algo así, no puedo, no volveré a hablarle. Eso causaría más problemas. En eso, regresa el humano que ha estado acompañando a Kian los últimos días- luego hablamos ¿vale?
Se marcha y vuelven a dejarme con los demás, además… ¿qué es eso de que le gusta alguien? ¿Quién?
***
Estos últimos días he estado haciendo equipo con unos compañeros, hay una niña muy bonita llamada Adrika: tiene el cabello negro y ojos iguales, es linda y siempre hablamos. Ayer me tomó la mano delante de mi mamá, me puse muy rojo y me dio mucho calor.
-¿Y bien Kian? ¿Te gusta esa niña? Es linda
-N-No sé, mamá
-Pero si te pusiste tan rojo cuando te tomó la mano- comienza a reírse, no sé a quién le incomodó más esa situación, porque yo me siento muy avergonzado.
-¡Claro! Si lo hizo delante de ti, mamá.
-¿Y te gusta, hijo?
-No sé
Después de eso no me molestó… mucho. Así que decidí que alguien más me diera su opinión, Yamir, él siempre da buenos consejos y seguro a su edad me dirá si estoy o no enamorado de Adrika. Apenas tengo 14 años, ni siquiera había pensado en tener novia, sólo amigos. Además las niñas luego son ruidosas, aunque ella no lo es y siempre me da notitas muy lindas. ¡Como sea, tengo que hablarlo con mi mejor amigo!
-¿En serio?- se queda callado, pensando.
-Sí, digo, no sé. Es linda y me divierto con ella.
-Pero también conmigo ¿no?- vaya, no me había puesto a pensar eso. Tiene razón, pero no es lo mismo.
-Sí, pero es diferente.
-¿En qué sentido? Si te pasa lo mismo conmigo, entonces igual y también estás enamorado de mí ¿no?
-¿Cómo? ¡Claro que no! Tú eres mi amigo, pero ella es niña y siento cosquillas cuando la veo.
-¿Dónde? ¿Aquí?- pone su mano sobre mi pancita, es justo donde siento que toda la emoción se forma.
-S-Sí, ¿a ti también te ha pasado?- su rostro se acerca demasiado al mío, su cara, parece que está triste.
-Por supuesto
-¿Sabes? Aunque también lo siento cuando veo a Shere, es casi igual. Supongo que me gustan los dos- digo emocionado, es que de verdad no veo diferencia, siempre me emociono cuando voy a darle de comer a mi precioso tigre. Yamir se aparta un poco y suspira.
-No sé por qué te hicieron tan bobo, en fin. Supongo que lo que sientes por Adrika es cariño, al igual que por Shere, te encariñaste con ambos. Pero ojo, que no es lo mismo, ella es una persona y el otro no.
-Ya entiendo- bueno, un poco. La verdad aún no veo muy bien la diferencia, digo ¿no es lo mismo? Es la misma palabra, sin importar de quién se trate- Aunque hay personas que quieren más a los animales que a las personas ¿no?
-Sólo mírame a mí, encariñado con semejante animal llamado Kian
-¡Hey! Que aquí el más bruto eres tú
-Igual y tienes razón- ¿por qué ha dicho eso? Me da una palmadita en la espalda, tan leve y con tanto cariño, que casi me caigo de boca. Sólo se aprovecha porque soy algo delgado, ya verá que me haré muy fuerte y seré yo quien lo ponga en su lugar.
No puedo esperar, porque hay algo que no le he dicho a nadie y es que Shere puede hablar. Supongo que no lo puedo contar a ninguna persona, no es algo que veas a diario, no sé, algo me dice que es mejor intentarlo esta noche para comprobar que no estoy loco. Bueno, si realmente quisiera saber que estoy bien de la cabeza, le diría a alguien más, pero no lo haré.
Como hace mucho, espero que sea de noche y que mis papás estén bien dormidos, y sólo hay una manera de saberlo: los dos roncan como si estuvieran ahogándose. Bueno, sólo a veces roncan, no siempre o sino no me dejarían dormir. Ya parece que soy experto en esto porque llego muy rápido.
***
Por alguna razón, no me sorprende oler a Kian cerca. Esta vez tengo que comprobar que todos estén dormidos, una vez hecho eso, avanzo con algo de lentitud hasta donde sé que el cachorro se pondrá. Una extraña sensación invade mi cuerpo… ¿emoción? ¿Estoy emocionado por verle? Imposible, a lo mucho será porque lo veo como un pedazo de carne listo para devorar. En fin, ya estoy aquí y escucho cómo se va acercando.
-¿Shere?... he venido, a verte- dice eso y se agacha, volteo un poco. Este es un momento decisivo, lo tengo tan cerca que bien podría atravesar esa hermosa garganta que tiene… o bien, podría…Esto es peligroso, más de lo que pensé, Suria tenía razón:
-Hola, Shere. Oye ¿puedo hablar contigo?
-Claro- una vez alejados de los demás, es cuando se quedó callada un buen rato… no sabía si era porque se había quedado en blanco- ¿Y bien?
-¡Ahh, sí! Disculpa, es sólo que no sé cómo decirlo.
-Entonces no me hubieras pedido hablar ahorita, sólo haces que pierda tiempo.
-De acuerdo, de acuerdo. Escucha, tengo que advertirte
-¿De qué?
-Yo, tuve un presentimiento… sobre ese cachorro y tú- eso sólo generó que mi corazón brincara, y fue ahí cuando supe que no serían buenas noticias- Shere… tú, ¿le has hablado al humano?
-¿Qué?
-De eso mismo se trata, quiero saber si le has hablado a ese cachorro humano en la lengua irania.
-No veo una razón válida para responder a eso, sé que no está permitido hacerlo, ¿por qué me arriesgaría? ¿Eso es todo?
-Tienes que saber, si lo haces te meterás en graves problemas. Ni siquiera podré apelar por ti.
-No lo haré.
-Pero Shere, lo poco que te conozco ha hecho que tenga esta incómoda sensación. Siento que al final no podrás resistirte a esos extraños encantos que tiene Kian.
-De verdad que me sorprendes, querida amiga. No podría caer ante él, mucho menos porque humanos, peor al ser un cachorro.
-Precisamente es lo que creo que te atrae de él, que es inocente, o algo así. Sólo quiero recordarte que si llegas a hablarle a esa cría de humano, tendrás que pagar por ello. No quiero ver que te hagan daño, no podría Shere- sus palabras parecían tener algo de pesar, Suria estaba muy preocupada por mí, y lo comprendo.
Esa plática causó que toda la tarde estuviera inquieto, paseaba de un lado a otro sin mirar bien por dónde iba. Suria ha hecho que esa sensación de miedo se haga más grande, porque tiene razón, porque ha podido ver a través de mí.
Y ahora frente a este cachorro todos esos recuerdos han regresado, dejándome con la gran duda de qué hacer. Porque a pesar de que sé que está mal, quiero hablarle, quiero saber. Sigo en mis pensamientos cuando esa suave voz retumba en mis oídos.
-¿Shere Khan? Háblame, por favor. No le diré a nadie más, por favor… por favor- esa clase de súplica me molesta, es como si estuviera desesperado y eso es frustrante. Todo en mi cabeza está muy mal, no sé si quiero perforar su cuerpo o hablar con él, la segunda opción es la peor eso es seguro, ¿entonces por qué la estoy considerando?- por favor, Shere Khan- volteo y me ubico frente a él, nos quedamos mirando. Toda duda se ha evaporado.
-Kian