CAPITULO III: El saludo
Ya amaneció, lo sé por ese extraño olor que proviene desde el otro cuarto. Usualmente huele así cuando los humanos despiertan, comienza a haber más ruido y la voz, algo aguda por cierto, del cachorro retumba en mis oídos, simplemente nunca para de hablar. Desde aquella primera noche, ha venido todas las demás, creo en total ya van 5. Lo malo es que todo lo que dice no logro entenderlo ¿no le enseñaron a hablar correctamente? Como todos los demás humanos de por aquí.
En eso llega el macho, el padre de ese cachorro humano, retrocedo pues no puedo dejar que vuelva a insertar ese objeto afilado en mi lomo, no es que me lastime, pero nada bueno puede pasar cuando no estás despierto y los demás parecen querer algo de ti. Últimamente duermo demasiado, me siento algo débil, por lo que al final ese humano logra clavar en mí ese objeto y el sueño se apodera inevitablemente de mí.
Vuelvo a despertar, cansado como siempre. Y como siempre, a mi lado está el cachorro humano, trae un objeto en sus manos y comienza a hablar, pero esta vez….puedo entender lo que está diciendo, eso me deja algo sorprendido, mi atención está centrada en ese pequeño humano. Es una historia sobre el origen de la selva y la vida que hay en ella, ya me la sé, fue con ella con la que crecí, todos los animales la saben pues nuestros padres nos la contaron desde cachorros, algo así como la historia general. Incluso los humanos la saben, después de todo… se supone que antes, animales y humanos podíamos vivir en armonía, existía una especie de código y un ser que regía todo. Sin pensarlo mucho me recuesto para escuchar esa historia, la voz del cachorro ya no suena tan molesta ahora que lo oigo mejor, podría quedarme así un buen rato.
-¿Sabes? He pensado en ponerte un nombre- dice el cachorro en la lengua que entiendo- Apenas estoy aprendiendo el idioma de aquí, ha sido difícil. Y resulta que encontré un nombre perfecto para ti que espero te guste. No es tan original pero me gustó y en serio, es perfecto.
Hace una pausa demasiado larga, se da cuenta que le estoy mirando y sus ojos verdes se juntan con los míos, nos observamos y yo, no puedo evitar sentirme atraído por este humano tan hermoso. Por lo visto los humanos han creado más lenguas que los animales desconocemos, hablo por mí, pero saber que ese cachorro está aprendiendo hace que lo odie un poco menos.
-Shere… Shere Khan- dice finalmente y me pongo sobre mis cuatro patas, ha dicho mi nombre es cierto, excepto por el “Khan” pero lo ha dicho. Hago una especie de inclinación con mi cabeza, se supone que así se tenía que hacer cuando un humano mostraba respeto y decía tu nombre. Independientemente de que por su culpa me hayan capturado tan fácilmente, él no ha hecho nada contra mí. Cuando levanto mi cabeza ese pequeño está sonriendo, hace mucho que no veía a un humano hacer eso, yo no puedo claro está pero estoy seguro que podemos sentir lo mismo.
Baja la mirada y lo noto algo nervioso, continúa con aquella historia, ya casi la va a terminar así que yo simplemente me vuelvo a recostar para seguir escuchando. En eso se levanta y me hace una reverencia, agachando un poco su cabeza, exactamente como yo hice hace un rato.
-Shere Khan, nos vemos mañana. Yo soy Kian Blaine. Supongo que esto cuenta como un saludo. Descansa.
¡Pero claro que ha sido un saludo humano! Se supone que debiste de haberme dicho tu nombre desde antes, pero bueno, a veces me pregunto quién sabe cómo comportarse. Es fastidioso decir esto, pero algo en mi pecho duele cuando se va ese humano, Kian. No es como que le quiera o algo parecido, hace mucho tiempo que los animales dejaron de querer a esa peste, pero su compañía me agrada. Después de todo, siempre estoy solo en esta jaula, soñando con estar libre de nuevo, poder correr y cazar todo lo que yo quiera. Me pregunto qué quieren de mí y qué harán conmigo una vez que obtengan lo que quieran. Sé que no son cazadores o de lo contrario ya no estaría aquí, pero todo lo demás no lo comprendo. Lo mejor será que vuelva a dormir, en serio que últimamente me siento tan agotado todo el tiempo.
*******
-¡Papá, es en serio! ¿Cuándo van a liberarlo? Ha pasado casi una semana.
-Kian, todavía falta para eso. No le estamos lastimando.
-Pero sabes que Shere Khan es como cualquier otro animal. Necesita correr, respirar aire fresco.
-¿Shere Khan?
-S-Sí, así quise llamarlo.
-Es un nombre muy acertado, me sorprende que lo llamaras en el idioma de aquí. Creí que escogerías algún nombre ridículo como se los ponías a tus mascotas- comenzó a reírse, y de acuerdo, nunca he escogido buenos nombres para los animales, doy asco en ese asunto. Pero no tiene por qué burlarse de mí ¿cierto? ¡Yo también merezco respeto! Nota que estoy enojado – De acuerdo, a pesar de que sabes que tengo razón, no debí reírme tanto, tanto.
Me guiña el ojo para seguir molestándome, ese “tanto” no fue para nada sincero. Bueno, qué le voy a hacer, tiene razón. Pero no se libra del tema central, eso sí que no.
-¿Entonces?- arqueo la ceja
-Estoy trabajando en ese asunto hijo. Sé perfectamente lo que cualquier animal necesita, escucha, mi estudio consta de observar cómo se compartan los tigres, primordialmente. Por eso, para esa parte están terminando de construir algo para Shere Khan. Mañana mismo estará listo.
-¿En serio? ¿Y qué es?
-Será sorpresa, no será lo mejor pero será suficiente para mantenerlo ahí durante unos meses y poder hacer lo que yo quiero. Te juro que no le lastimaré, soy zoólogo después de todo.
-Lo sé, pero espera, ¿meses? Papá… ¿cuánto tiempo estaremos aquí?- empiezo a jugar con mis manos, me pone algo nervioso todo este asunto.
-Depende, alrededor de un año. Pero si te agrada aquí podríamos quedarnos más tiempo, si eso quieres.
-Pues, por ahora realmente me está agradando vivir aquí, ahora ya estoy empezando a llevarme mejor con Yamir y sigo aprendiendo muchas cosas día con día.
-Lo sé, yo también. ¿Para qué traes eso ahí?, ¿Le leíste ese cuento al tigre?
-Sí, como quería practicar mi pronunciación decidí leerle esto, más que nada para distraerme y también a él. De hecho funcionó, porque cuando le dije que le llamaría “Shere Khan” él hizo una…
-¡Kian! Ven hijo mío.
-Mamá, ¿qué pasa?
-Ayúdame con esto, por favor.
Al final no pude contarle a mi papá que Shere Khan hizo una especie de reverencia y que eso me gustó mucho. Le ayudé a mi mamá y casi de inmediato me mandó a dormir. Pero es que no puedo, estoy tan emocionado por Shere Khan, en definitiva seguiré practicando hasta hablar perfectamente la lengua irania y el hindi, de esa manera haré más amigos por aquí, qué bueno que tengo a ese hermoso tigre conmigo para practicar. La lengua irania es una de las más antiguas y es con esa lengua en la que estoy hablándole al tigre, pero lo haré con las dos, será mejor.
Pero siento que, es que hace rato es como si me hubiera entendido o algo así. ¡Ohh, rayos! No puedo evitarlo y decido salir de mi cama, con mucho cuidado por supuesto, no quiero que mis padres me descubran. Bajo las escaleras y llego hasta ese cuarto, abro la puerta y lo tengo una vez más frente a mí. De acuerdo, sé que ha notado mi presencia porque levantó la cabeza hacia donde yo estoy. Me voy acercando y él simplemente vuelve a recostarse, momento de la verdad Kian.
-Shere Khan- e inmediatamente vuelve a levantar su cabeza, me mira fijamente con esos enormes ojos que tiene – buenas noches, yo…hola.- ¡serás idiota Kian! No es como que esté hablando de verdad con él, pero es que no sabía qué más decirle, se suponía sería algo casual, qué vergüenza, ahora ha de pensar que soy estúpido. ¡No, espera! ¿Qué? Estoy tan nervioso por algo que ni siquiera cuenta, soy un niño todavía después de todo. Escucho un gruñido, volteo y Shere Khan ya está de nuevo, de pie… no sé si usar esa expresión porque en sí él no tiene pies. Está moviendo su cola como si fueran ondas.
-….- un silencio después de ese gruñido, bueno tampoco esperaba que me contestara.
-¿Cómo estás? Yo, sólo quería venir a verte, ver si estabas bien.
***
¿Ver si estoy bien? Bueno, no hay mucho que decir ¿o sí cachorro humano?
-Y ya eso es todo, vuelve a dormir. Lamento haberte despertado Shere Khan- y así como si nada, se volvió a ir ese humano, me pregunto por qué hizo algo así. Hasta yo sé que acaba de quedar como un idiota, lástima que no se lo puedo hacer saber… todavía.
A la mañana siguiente despierto en un lugar nuevo, tiene algunos árboles y hay más luz a la que me he acostumbrado estos días. Me desagrada menos esto, sé que sigo bajo el control de los humanos, esto no es la selva. Como sea, espero esto no sea permanente, así que darle una vuelta a este lugar es lo mejor que puedo hacer en estos momentos. Me recuesto sobre lo que parece ser una roca enorme y mis fosas perciben un olor muy conocido, Kian está cerca.