-Recuerdo el día en que lo conocí, era perfecto, ese tono de piel, ese porte pero sobre todo esa personalidad que enamora a cualquiera.
Aquél día mi madre y yo salimos al juego de cada ocho días, solíamos salir mucho juntos después de la muerte de papá, siempre traté de apoyarla y de recordarle lo mucho que la amaba, eso la hacía sonreír y eso bastaba para mí. Yo soy un chico normal, estudio y me encanta la fotografía, tal vez algún día vaya a la Universidad de Tokio a estudiar. Suelo tomar fotos a la mayoría de las cosas, con el fin de que los demás puedan apreciar lo hermoso que es todo alrededor.
Tengo dos amigos en la preparatoria, son mis confidentes, les cuento todo, y claro que no iba a pasar por alto semejante suceso.
Conocí a alguien en aquél partido de tenis, y me puso demasiado feliz el ver que ella también estaba contenta, estaba resplandeciente, es justo que después de tanto sufrimiento empiece a mostrase como era antes, con mucha energía, incluso cuando sonríe se ve más joven.
-¿Y qué tal?
-Es asombroso, él es tan perfecto que no sé cómo describirlo, su sonrisa, su cabello, su porte, él es tan genial.
-Por Dios Taka, ya dinos quién es.
-Es un secreto, pero ya le he tomado fotos, son estas- extendió la mano enseñando el rostro del perfecto hombre, del que tanto hablaba.
-Es guapísimo-dijo Uruha.
-Sí que lo es-dijo un rubio con un peinado medio loco.
-Por Dios ya dejen de babear los dos, ya no se los enseñaré, que tal que hasta me lo quieren robar.
-Igual y te tomo la palabra pequeño-dijo el castaño revolviendo los cabellos del más bajo con un tono de risa.
-Ya vamos a comer que me muero de hambre.
-Ay Akira siempre le quitas los emociónate a las cosas.
-Vamos ya, que enserio me estoy muriendo, durante el almuerzo puedes decirnos todas las maravillas de ese tipo.
-Está bien, vamos que después nos quedamos sin nada.
-¿Y ustedes cuenten, ya son novios?
-¿De qué estás hablando Takanori?
-Por Dios todo el que los vea se va a dar cuenta de lo mucho que se niegan ser felices.
-Si Taka, Akira y yo solo somos amigos, y siempre lo vamos a ser.
-Claro, como ustedes lo digan.
-Ya quiero que sea domingo otra vez, ya quiero verlo de nuevo.
-Qué desesperado eres, ya lo verás de nuevo.
-Lo sé estoy muy nervioso.
-Ahora vayamos a clase-dijo el rubio.
Últimamente todo era tan pero tan largo para que lo volviera a ver, los días iban tan lentos, las horas eran eternas, todos los domingos eran geniales, mi mamá se veía muy interesada en ese moreno con bonito rostro, eso me hacía muy feliz, al igual que yo, creo que ambos estamos enamorados.
Cuando conocía Yutaka todo iba muy bien, teníamos mucho en común y algunos gustos muy parecidos, no solo en música también en arte, aunque él prefería más la historia y el dibujo; salíamos cada que podíamos, su padre y mi madre también se habían vuelto muy cercanos se frecuentaban con más y se veían muy bien juntos. Mientras que nosotros avanzamos más y más en nuestros asuntos.
Un día fuimos a un parque y ahí Kai me tomo de la mano, eso fue algo que en realidad no me esperaba, pero se sintió bien. Aunque Japón es muy grande por alguna extraña razón vi a Akira y Shima muy juntitos, no es que esté mal, de hecho es perfecto pero me resulta muy extraño el que nieguen algo que es tan obvio, si yo fuera alguno de los dos, dejaría de hacerme el tonto y enserio aprovechar todo lo que juntos pueden llegar a sentir y lo felices que serán.
Yo no quería molestarlos pero fue Uruha el que volteo y me vio a un lado de Kai y su sonrisa se ensanchó demasiado y corrió hacía donde nos encontrábamos.
-Taka-chan hola-dijo muy efusivamente.
-Hola Shima- hice como si no hubiera notado que iba con Akira- ¿Qué haces aquí?
-Vine con Aki, no te hagas el desentendido que bien que lo notaste, ¿Quién es él?-dijo volteando a ver al moreno de sonrisa bonita.
-Él es Kai
-Así que tú eres el famoso Kai.
-¿Famoso?
-Sí, Taka no ha contado varias cosas sobre ti.
-Vaya, eso no me lo esperaba.
-Bueno vayamos con Akira, deberías conocerlo también, es muy divertido, te va a caer muy bien.
Ese día nos la pasamos muy bien los cuatro juntos, tomamos muchas fotografías juntos, fueron muchos momentos memorables que siempre guardo en mi mente. También ese día cuando Kai me llevó a la casa me tomo de la mano, y cuando se despidió me dio un suave y muy corto beso, se sonrojó y solo se fue sin más, es muy bueno incluso para mí, es todo un caballero.
Cuando entré a la casa mi mamá estaba con Shiroyama Yuu, él es quien le roba el sueño, es alto de complexión delgada pero con músculos bien marcados, sus ojos es lo que más luce en él, ese negro intenso, parece que cuando voltea a verte puede adivinar lo que estás pensando. Su piel es un poco tostada al igual que Kai, ambos son muy pero muy guapos, de tal padre tal hijo. Otra de las cosas que me dejan un poco desconcertado pero es algo que le queda es su locura, siempre hace reír a la gente, en las pocas cenas siempre está hablando y bromeando, eso hace que las reuniones se vayan rapidísimo y son muy pero muy amenas.
Siempre está sonriendo, nunca está enojado, sé que no es jovencito pero está inyectado de energía siempre, ni siquiera yo sé cómo hacerlo, como tener el ánimo por lo cielos, todo ese entusiasmo lo contagia con el simple hecho de verlo.
Ella está con esa sonrisa con la que veía a mi padre, a veces siento celos de él, pero en mí no cabría el odio porque él la hace feliz y para mí eso es más que suficiente. Subo a mi habitación y empiezo a imprimir la fotos de hace rato y las de él, debo confesar que una de las veces que fuimos al club donde los veíamos jugar cada ocho días ellos estaban en el vestidor sin camisa, y mi curiosidad me traicionó y no pude evitar verlo, su tordo era marcado, estaba perlado por el sudor pero era hermoso incluso así se veía como una pieza de arte. No quise pero tuve que hacerlo, tome una foto de él.
Siempre que me iba a acostar pensaba en él, era una droga que me consumía, esa adición que se estaba volviendo no era buena, o tal vez sí, pero incluso el amor en demasía hace tremendo daño.
A la mañana siguiente me levanté tarde, la noche anterior no podía dormir y eso fue lo que ocasionó que llegara tarde a la escuela, iba demasiado tarde, no puse mucho interés alrededor, solo corría para no perder la siguiente clase.
Mientras me dirigía al salón no pude notar que alguien venía hacía mí, ambos chocamos y mis libros salieron volando, al igual que las fotos que guardaba ahí, cuando reaccioné era Kai, eso me dejaba petrificado, no sabía qué hacía él ahí, iba a ver mis fotos y eso no podía pasar por nada del mundo, porque si pasaba todo estaba arruinado y entonces que diría a mi defensa, estaba perdido.
-Espera te ayudaré.
-Noo, No, yo lo hago.
-Claro que no, fue mi culpa.
-No Kai, déjame.
Entonces ya era demasiado tarde para mí, tomo alguna fotografías, estaba más que muerto. Ya todo se había ido al carajo.
-¿Qué significa esto?-dijo en tono molesto
-Yo, Kai, déjame explicarte no es lo que estás pensando.
-¿Enserio? Entonces dame una respuesta que te crea ¿Qué haces con estas fotos? Ahora lo entiendo todo, porque siempre estabas al pendiente de todo, fui un imbécil.
-Kai por favor.
-¿Todo fue por él?
-No Kai puedo explicarlo.
-No, no puedes, está más que claro.
-Apoco no es una eminencia, es tan guapo siempre que lo veo no puedo, incluso hasta tengo pensamiento no sanos.
-Ay Takanori, esa parte de ti no la conocía.
-Por Dios Uruha tú eres igual
-Claro, pero la diferencia es que no lo escondo.
-¿Y cuándo piensas decirle?
-Nunca, es mayor que yo, aparte no soy capaz de quitarle la felicidad a mi madre.
-¿Y ese chico Kai?
-Shima todo es muy confuso, no sé nada en este momento, Kai es adorable, pero no siento nada de eso cuando me besa, no puedo sentir que el corazón se me desboca cuando lo veo, me siento muy mal por engañarlo de esa manera ¿Qué me aconsejas?
-Taka seré sincero, si no quieres a Kai ya no lo lastimes, si se llega a enterar, aparte de que sufrirás harás que tu mamá muera de tristeza.
-Lo sé, siempre que pienso en él, ese miedo y ese cargo de conciencia llega a mí.
-Entonces olvídalo y no sigas dañando a terceros.
-Eso haré.