Ayer te vi otra vez, tan lindo como siempre, esperando en la parada del autobús. Tus pequeños ojos color café, tu hermosa nariz, tus labios gruesos e irresistibles… Pronto serás mío, te haré mío. Sólo espérame, amor.
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Era una mañana como todas las otras anteriores, terriblemente frías. Tenía intenciones de ir a esperar el bus para ir al colegio, pero decidí caminar hasta allí y de paso comprar un sándwich, no desayuné.
Cuando pasé por aquella parada, visualicé a un chico, un poco pequeño y lindo… No, lindo no, hermoso. En definitiva, fué amor a primera vista. Sentí unas fuertes ganas de comerle la boca al verle aquellos hermosos labios, y llevármelo a mi casa… pero no, no podría, tengo que calmar estos impulsos. Estaba tan embobado mirándolo que, cuando dirigí mi mirada a sus ojos, estos estaban clavados en mí… Menudo idiota Jungkook, de seguro te viste bastante estúpido.
Me sonrió, aquél chico me sonrió. Inmediatamente me hice el tonto y desvié la mirada hacia otro objeto que estuviese cerca de él para, lentamente, poder irme y escapar de esa situación sumamente incómoda.
Es la primera vez que me pasa algo así, observar a un muchacho como idiota, pero creo que muchos lo harían al ver semejante belleza, y esa palabra aún le queda muy corta.
Continué mi camino con la mirada puesta en el suelo. Choqué con alguien, estaba a punto de gritarle que tenga cuidado hasta que me di cuenta de que era TaeHyung, mi mejor amigo desde que éramos pequeños, hasta ahora él es el único que ha aguantado mis tonterías, berrinches, accidentes, etc.
— ¡Hey, Jungkook! ¿Qué te pasa? ¿Por qué tan distraído? Que raro de ti. - Me preguntó. No sabía qué responderle… “Hey, Tae, me enamoré de un lindo enano” “TaeTae, sólo me quedé pensando en un chico que acabo de ver. ” … No, nada de eso…
— Tae… ¿Tú crees que una persona pueda enamorarse de otra a simple vista?... - Respondí con aquella pregunta, espero que al menos se de idea de lo que trato de decir.
Él sólo explotó de la risa, qué lindo mejor amigo.
— Pero qué cosas dices, Kook. El frío te congeló el cerebro, vamos… entremos de una vez. - Terminó por decir, me agarró de la mano y caminamos lo poco que quedaba para entrar al Instituto.
Cuando volteé, me di la sorpresa, y qué gran sorpresa, de que mi lindo chico de la parada del autobús estaba allí, pero venía acompañado de otro rubio, pálido y flaco.
¿Acaso estarán en una relación? No, imposible. Dudo que tenga esos gustos tan horripilantes.
— Jungkookie… ¡Jungkook, deja de mirar a ese chico y préstame atención de una buena vez! - Gritó TaeHyung, haciendo que todas las personas que estaban a paso lento nos miraran, incluyendo el lindo enano y su amiguito.
— ¡Maldita sea, no grites TaeHyung! Dios, qué vergüenza… - Llevé mis manos hacia mi rostro para cubrirlo, mis mejillas ardían, de seguro estaba rojísimo.
— Park Jimin, bebé.
— ¿Qué?...
— Kookie, ese chico es Park Jimin, y el de al lado es Min YoonGi. - Comentó Tae en voz baja y apretó mi mano con fuerza mientras se dirigía a paso rápido a nuestro curso. — Son sólo un año superior a nosotros, Jungkook, ¿Por qué lo miras tanto?
— No sabía que asistía a nuestro mismo instituto.
— Kook… Ellos vienen aquí desde hace ya tres años. ¿Cómo es posible que nunca lo hayas visto? ¡Sí que eres un idiota perdido!
Jimin, Jimin. Qué lindo nombre, tan lindo como su portador. Ahora que sé su nombre podré acercarme un poco más a él, en estos momentos amo inmensamente a este alíen que tengo como amigo.
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Las clases terminaron muy rápido para mi parecer. TaeHyung me acompañó hasta la salida y luego nos separamos.
Me pregunté por un momento si mi lindo Jimin se iría por el mismo camino, si subiría al autobús o tomaría otro camino… Lo mejor sería seguirlo, ¿No?, de paso le conozco la casa desde afuera.
Jiminnie salió. Era mi oportunidad para seguirlo desde escondidas, y no dudé ni un segundo en hacerlo o no; lo seguí.
Había caminado unas buenas cuadras, pasé de mi casa, al parecer Jiminnie vivía por la vuelta.
Escuché que se rió un poco, qué hermosa risa. Se dió vuelta lentamente y me miró con una sonrisa.
— Gracias por acompañarme, supongo. Necesitaba a alguien que me cuide durante el camino. - Dijo con gracia y volvió a reír. Yo aún no podía creerlo, ¿Ya sabía que lo estaba siguiendo? Pensé que no…
— Ah, bueno… no es así. Estoy de camino a la casa de mi abuela, está por aquí cerca. - Me excusé y elevó una ceja, al parecer no le convenció del todo.
— Mh, está bien. - Dudó, y muchísimo. — Por cierto… ¿Cuál es tu nombre, pequeño? Te vi un par de veces, incluyendo en la parada. Me parecería genial que seamos amigos, no tengo muchos por aquí y voy de camino solo…
¿Iba de camino sin compañía? Creía que ese tan… YoonBi, YoonGi… Como sea, pensé que él lo acompañaba.
— Jeon Jungkook, un gusto, supongo.
— Park Jimin, el gusto es mío.
Ya lo sabía.
Guiñó un ojo. Y al parecer no se cansaba de sonreír… ¿No le dolerán sus mejillas?
— Debo seguir, adiós. - Traté de parecer lo más serio posible, pero no quiero que termine odiándome por el tono que utilicé. — Nos vemos luego.
— Claro, claro. Nos vemos, Jeonggukie. - Lo escuché cuando comencé a caminar.
¿Jeonggukie? ¿Ya tanta confianza tomó? Vamos bien.
Adelanté un par de cuadras y luego retomé el camino a mi casa, espero que mi madre no me regañe por quedarme fuera un par de minutos. Se podría decir que fué un día mejor que los anteriores. A penas llegue la noche dormiré soñando con mi lindo enano.