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Save ME por MhmPanda

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Notas del capitulo:

HE REGRESADO DESDE LAS PROFUNDIDADES DE LA ESCUELA~

¿Cómo han estado?

He tenido la oportunidad de terminar este oneshot justo hoy, que es donde Bangtan cumple 3 años en esta industria del kpop, o sea, estaba emo y dije ¿por qué no terminarlo?

Eso si, este me quedó bien poop así que, como verán, no está finalizado.

De hecho, creo que lo dejé con final abierto, otra vez. 

Habrá un epilogo y espero que sea satisfactorio para ustedes, que son las que se toman el tiempo de leer estas locuras mías ; ;

También corregiré cada uno de los oneshots anteriores de esta serie y, en caso de que me lean en wtt, pondré portadas nuevas e imagenes porque se siente super fome sin ellas dghef

Sin más que decir, felices tres años para ustedes, bonitas mías y espero que no me olviden mientras termino el epilogo j3j3

x.

Y Jimin despertó.

Yoongi creyó oír como su respiración se atascaba en sus pulmones y el pelinegro se giraba tratando de acomodarse en la cama suya. Fueron segundos eternos y llegaron a su fin cuando el rostro del menor enfrentó al de pecas, pestañeando para quitarse el sueño y ajustar su vista nublosa.

Jimin, sinceramente, veía que Jungkook estaba un poco distinto- más pálido quizá, no lo sabe; la vista estaba del asco.

—¿Jungkookie?

El peligris quería reír por lo descarado que estaba siendo Jimin con él. —Jungkookie no está hoy y probablemente nunca.

Sólo entonces, Jimin restregó sus puños en los ojos y los abrió lo más que pudo, dándose cuenta que la voz profunda e irónica salía de forma natural de la boca de Yoongi. Su corazón se detuvo mientras procesaba todo y daba una mirada asustada al cuarto de Yoongi, con los dedos apretándose en las sábanas y con ganas increíbles de llorar.

De no ser por eso, no hubiese agachado la mirada para incluso ver de paso que estaba con el torso desnudo. Parece haberla cagado en grande. —¿Por qué estamos así?–, pregunta el pelinegro temeroso, señalando al mayor que ya estaba dándole la espalda con su cuerpo desnudo.

—Los tragos estuvieron fuertes.

Jimin mordió sus labios mientras trataba de recordar algo y como si una lluvia de conocimientos llegasen a su cerebro, tuvo dos de ellos pero tan distintos entre sí.

No comprende que tiene que ver su Jimin anterior besando al otro Yoongi en la bañera llena de serpentinas con ellos bebiendo en la pista de baile, solos y llegando a casa de Yoongi con las manos toqueteando por completo.

¿Será por que eran del cumpleaños suyo y del otro Jimin? No quiere saberlo pero le es inevitable sollozar cuando recuerda también tener a Yoongi entre sus piernas.

Tan joven y tan desmedido.

—¿Qué haré a-ahora?

—Lo único que no tienes que hacer es acercarte a Jeon—; Jimin, con sus ojos hinchados del sueño y lágrimas, mira confundido a Yoongi quien le entrega su celular con algo abierto en su pantalla.

Cuando sus manos tocan el aparato, el nombre de Hoseok se destaca y el mensaje le daña como mil dagas en el pecho.

«Espero que estés contento, Yoongi. No te acerques a Jungkook»

«Y dile a Jimin que él tampoco se acerque ¿entendiste?»

Los sollozos pasaron a llantos que el jovencito trataba de acallar pero era tan imposible a esas horas, con esta situación.

Yoongi no sabe que hacer más que acercarse nuevamente a la cama y envolver al pequeño en sus brazos delgados.

—N-No me toques...

Oh, ahora estaba en modo defensivo el crío. —Lo necesitas Park, no me pidas que te suelte ahora.

Sabe que el chiquillo está desesperado y carcomiendo su cabeza pensando en cómo arreglar las cosas; está consciente también de que si dejó que estás cosas pasasen es por los Jimin y Yoongi anteriores.

Si debían arreglar las cosas, debía ser ahora, que toda la mierda se puso complicada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jimin sabe que el momento más duro se avecinaba a sólo unos pares de metros, justo cuando entrara a la escuela. Aprieta sus manos sudadas en espera de reconfortarse un poco y camina con la cabeza gacha, evitando mirar hacia sus lados.

Su único refugio es su salón y tiene pensado ir corriendo hasta él. Para su mala suerte, siente las miradas y murmuros de algunos sobre él, recordándole lo idiota que fue y su corazón se aprieta en arrepentimiento mientras sube las escaleras.

Su salón quedaba pasado el salón de los cuatro hyungs y su querido Taehyung, pero la vergüenza es tanta que no sabe cómo escabullirse de ahí porque de seguro ya habían llegado todos y él era el último junto a Jungkook.

Jungkook...

Su pecho duele al imaginarse lo mal que debía estar su pequeño con todo esto, lo afectado que está con todo lo sucedido. Él era siempre el último en llegar y no sabe que esperar a cambio de sus sonrisas y besos como los días anteriores.

Pero no puede acobardarse ahora que mientras pasaba por el salón de sus mayores, Taehyung y Hoseok salían por la entrada a ella, encontrándose con el pelinegro de frente.

Jimin no sonríe y mucho menos lo hará cuando nota la mirada decepcionada de Taehyung sobre él. Hoseok era algo distinto y más duro con él; el repudio y el asco en sus ojos era algo que no podría aceptar a largo plazo.

Sigue sin saber que hacer así que traga el nudo en su garganta y les mira lo más tranquilo posible: —Hyungs...

—¿Cómo te atreves a hablarnos después de lo que has hecho, Park?

Hoseok se impone con rudeza y sin cuidado, tan distinto al sutil y cariñoso Hoseok que lo caracterizaba.

—No era m-mi intensión, ustedes deben saberlo-

—Pero lo hiciste—; Jimin nota la tristeza en la voz de Taehyung y sus manos se aprietan en sus costados, agachando la mirada porque su mejor amigo lo odiaba y nunca esperó eso. —¿Sabes lo mal que estaba Jungkook? Lo encontramos en un parque llorando y lo tuvimos que llevar destrozado a mi casa y ¿donde estabas tú?

—T-Taeh, no seas así conmi-

—Seguramente estabas entregando el culo a Yoongi, maldito idiota, gritando como una zorra más mientras tu novio se rompía la garganta llorando por ti.

Su flequillo oscuro cubrió sus ojos y a pesar de que estaba rodeado por los demás estudiantes, las duras palabras de Taehyung le hirieron de sobremanera y fue cosa de segundos ver sus pequeños espasmos a causa de las lágrimas contenidas.

Hoseok, a pesar de que Jimin hizo algo que nadie debería perdonar, tomó la mano de Taehyung y le miró, pidiendo en silencio que ya no hablase más y se retiraran.

Por mil errores que pasaran, Hoseok aún sentiría ganas de proteger a Jimin, pero no se lo merecía y detener a Taehyung era lo menos que puede hacer.

Ambos se fueron, Jimin siendo golpeado por un choque de hombros entre su mejor amigo y se quedó ahí, llorando con la cabeza gacha a vista de todos.

A vista de Seokjin y Namjoon que miraron toda la escena desde sus puestos en la ventana del pasillo y a la vista de Yoongi, quien estaba con ojos hinchados y llorosos sentado en la esquina, al fondo del salón y la culpa bañándolo por completo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El mayor estaba completamente seguro de que Jimin y Jungkook ya no compartirían puesto desde la semana pasada, como suponía, pero se sorprendió un poco cuando vio que ambos muchachos estaban en los lugares de siempre, como si nada hubiese pasado.

O casi como si nada hubiese pasado.

Notó desde su lugar en el pasillo a Jimin hablando, probablemente diciéndole algo a Jungkook y él no se inmutaba y simplemente miraba al frente y entonces comprendió que a Jimin le duele más que le ignore y hacer pasar de él que Jungkook lejos de él. —Una puta tortura—, concluye Yoongi caminando hasta esconderse al lado de uno de los casilleros. 

Había salido antes de la clase y decidió esperar por los menores del grupo de amigos y comer juntos- Yoongi no sabe que pasará con ello, pero sabe que Hoseok estará atento a lo que suceda. 

Diez minutos después, la campana suena y Yoongi está un poco adormilado, pero no lo suficiente para no ver a Jimin salir después de que todo el salón corriese al comedor. Se levanta asustando a Jimin en el proceso, quien se veía más deplorable de lo que vio hace unos minutos desde la ventana. 

Era incómodo pero Jimin era su Jimin después de todo. Se acercó hasta el chico y acarició su hombro. Por supuesto que el pelinegro se alejaría pero al menos está al tanto de que no le dejará solo.

La culpa, como es de esperarse, es de ambos.

Caminó siempre detrás de Jimin, procurando matar con la mirada a quienes osaban murmurar cosas del pelinegro y se detuvo justo detrás de él cuando vio que el muchacho quedó de piedra al ver que la mesa del grupo de amigos estaba casi completa y Yoongi sintió pena, por primera vez en su vida y luego de todo lo que sucedía, por Jimin al ver que su lugar estaba siendo ocupado por alguien que no conocen, ninguno de los dos.

Al parecer, Jungkook si lo conocía y muy bien, pues se dejaba acariciar y abrazar por el sujeto.

—Creo que ya lo he perdido...

Yoongi deja de ser la sombra del chico y se planta frente a él, mirándole desesperado a los ojos. Sus manos por instinto se van a los hombros temblorosos de Jimin e intenta hacer que no se aleje por el momento. —Estoy aquí, estoy para que no estés solo.

Hoseok y Namjoon le dejaron muy claro en la hora anterior que ni se les ocurriese venir ambos a la mesa; Jungkook podría sufrir viéndoles la cara y el resumen de toda la historia: Jimin y Yoongi estaban solos.

Jimin necesitaba que alguien le tomase la mano y le dijese que todo estuviese bien. Pequeños recuerdos del chico de cabellos naranja y el de cabellos menta vienen a la cabeza suya y seguramente a la de Yoongi, pues a pesar de sus quejas para que el mayor no le acercase, el de pecas tomó su mano y lo llevó a otra de las mesas alejadas.

Con aquella acción, Jimin se convencía de que Yoongi estaba destinado a estar a su lado, de alguna forma. 

De todas formas, si no podían estar tranquilos y bañándose en culpas en el comedor, siempre estaría la azotea, que curiosamente dejó de ser el cuartel de turno para el grupo de Hunchul.

Hoseok desde la distancia solo podía poner su fe en que las cosas se solucionasen, porque un Jimin en depresión junto a un Jungkook frío no era la imagen que se prometió hace un tiempo en la playa y sus mariposas de papel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para Jungkook, las cosas no podían ir tan mundanas. Es que vamos, Jungkook siempre tuvo presente que su vida era una película, y se lo recuerda cada vez que el hecho de que Jimin le puso el cuerno junto a Yoongi se le viene a la cabeza.

Pero está bien con ello. O por lo menos así lo aparenta. 

No dejó que las emociones interrumpiesen su día a día y su trabajo como el nuevo presidente del consejo estudiantil, pues su promesa de no defraudar a Seokjin estaba aún tan clara como el agua. 

Sin embargo, Jungkook es solo uno de los tantos chiquillos adolescentes con problemas en el mundo y esa era la justificación más buena que tiene para hacerse bolita en su cama y llorar cada noche por recordarse todo lo malo. Todas las mañanas siente que tiene futuro como actor cada vez que se maquilla las ojeras y camina a la escuela, pasando por el salón de sus hyungs saludando a todos menos al idiota de Yoongi y va a hablar de cualquier cosa del momento con Taehyung. 

Hoseok le ha dicho que su nueva imagen de chico frío no le estaba agradando pero el castaño se convence que es lo mejor de todas las opciones que ha pensado porque a pesar de todo, Jimin sigue siendo parte de su vida, su compañero de clase y su compañero de puesto y sabe también que no hay mejor tortura a Jimin que pasar de que existe. 

Recuerda que hace unas semanas, luego de todo el infierno vivido, un bello día Lunes, vino Jaein a su salón, pidiendo prestada su presencia pues tenían una reunión de último semestre con los presidentes de las clases. Como presidente, era su deber el tener que conocer el rostro de la gran mayoría de la escuela así que empezar por esta reunión parecía ser buena idea.

Lo que menos había esperado era conocer nuevamente a Suwoong, el presidente de la clase C de tercer año. "Por supuesto que no lo iba a conocer antes; Taehyung y él no son compañeros". 

La reunión fue de maravilla: lograron hablar de sus metas para finales de año, el baile de graduación y conocerse más entre todos, congeniando de inmediato con todos los estudiantes.

Jungkook no le había dado muchas vueltas al asunto, si se preguntaban. Así que cada vez que se encontraban en los pasillos durante la semana, solo eran pequeños saludos y despedidas. Pero al paso de los días, Seokjin lo veía dudoso de preguntar en la hora del almuerzo. 

—Yah, hyung ¿ocurre algo?

El rubio mordió sus labios y luego de un par de segundos asintió leve con una sonrisa adornando su bonito rostro: —¿Por qué no traes a tu amigo y comemos juntos? Nuevas amistades no vendrían mal ¿cierto?

Oh~ —¿Suwoong?—, preguntó preparando una cucharada de arroz para comer. —Si lo veo le diré. Esperemos a que mañana esté con nosotros hablando—, termina por responder antes de enterrar la cuchara en su boca.

Siguiendo con eso en mente, Jungkook se ve a la semana siguiente pasando de largo su salón para ir unas puertas más adelante, con la convicción de que a los chicos como grupo no le harían mal un cambio de ambiente. 
El letrero colgando con letras blancas mencionando el "S.107 - 3°C" le saluda y sabe según su ficha de presidentes que Suwoong es perteneciente a este salón. Se siente extranjero en todo ello, todo un año donde su caminar se limitaba al salón de Taehyung para después volver al suyo, tendría que acostumbrarse. Quedan diez minutos para que la campana interrumpa la tranquilidad a esas horas de la mañana y se adentra sólo un poco para mirar a los estudiantes hablando entre ellos.

Estaba ansioso con todo esto, debe reconocer Jeon. Sus pulsos se aceleraron en expectaciones cuando nota la cabeza de cabellos oscuros y el cuello largo de Suwoong.

No se le ocurre ninguna otra forma de hacerse notar más que entrar sigiloso y tocar el hombro desde su poca distancia a la espalda contraria. —¡Oh! Jungkook ¿cómo estás?

La familiaridad y comodidad con la que se dirige a él lo hace todo más fácil aunque eso no evita sonrojarse un poco por su atrevimiento.

—Estoy... bien supongo, eh, vengo a preguntarte algo.

—Escucho, señorito presidente.

Jungkook haría como que no le ha causado ternura y nervios lo dicho por el muchacho y retomó su compostura rápidamente; Suwoong esperaba apoyando en la mesa con sus manos tras la altura de sus hombros.

—A los chicos les ha entrado curiosidad así que vine a invitarte participar en nuestra mesa en los almuerzos.

—En otras palabras ¿quieres que almuerce contigo?

—¡Y con los chicos!—, gritó avergonzado el menor cuando el tono juguetón volvió a aparecer.

Suwoong simplemente ríe y acaricia la cabellera castaña de Jeon y el chiquillo sólo termina por irse corriendo y recordándole al mayor que se verían en el comedor.

Esa tarde de almuerzo se sentó junto al mayor y para sorpresa suya, los chicos parecieron acoplarse al nuevo amigo aunque de todas maneras, Suwoong no podía llenar el vacío que dejaron Yoongi y Jimin. 

Su ramen estaba entibiándose sumergido en sus pensamientos como de costumbre cuando sintió su brazo ser acariciado de forma reconfortante por alguien a su lado. Se giró y notó la sonrisa y mirada preocupada de Suwoong en él.

—¿Estás bien?—, le pregunta el mayor.

—Si, sólo estaba... estaba pensando en tonterías.

Suwoong relajó su expresión y golpeó su lado de la mesa con los palillos: —Entonces come pequeño saltamontes.

Suwoong le causaba gracia y de alguna forma sabe que el muchacho hace que el intento por mantener la apariencia dura se debilite casi en su cien por ciento. Reflexionaba en ello cuando girándose para comer su comida vio de reojo dos presencias a la lejanía.

Su garganta se cerró por unos segundos al reconocer que probablemente eran los que fueron alguna vez su novio y hyung. Pero estaba loco porque no hay nadie en la entrada del casino.

O eso quiso creer pero Hoseok miraba a la misma dirección de forma discreta. Lo mejor sería olvidarse de ello por el resto del día.

—Hoseok hyung ¿Ocurre algo?

La voz preguntona era Suwoong y Hoseok saltó un poco asustado.

—N-No...—; Jungkook sintió la mirada temblorosa del cabellos miel sobre él por un lapso de segundos. —Sigan comiendo chicos.

Tal vez si eran ellos.

Para cuando salía de clases por fin unas semanas después, sólo quería ir a casa y terminar la tarea de biología para el día siguiente y eso era lo que tenía en mente pero un peso ligero extra y un jadeo a su lado lo detuvieron.

—Yah~ vamos juntos...

Nunca pensó en Suwoong como un compañero de caminatas a sus hogares pero resultó ser alguien bastante agradable para pasar el rato. Al igual que en la fiesta, se dice Jungkook con algo de optimismo.

—¿Vas directo a casa?—, pregunta el pelinegro y Jungkook asiente distraído a ello. —Entonces mejor te invito a un puesto de comida en la zona industrial.

Jungkook por supuesto que negaría de inmediato porque, primeramente, sus tareas eran más importantes y porque la zona industrial es lo que Hoseok, Taehyung y -aunque no quiera pensar en él, es inevitable- Yoongi le han prohibido en pensar, imaginar y curiosear.

Aún con las salchichas en mano no sabe cómo es que se dejó convencer en ir allí, bebiendo jugo de uva y naranja en la maldita zona industrial. Suwoong le miraba tentado en hacer miles de preguntas y Jeon pensó que si iban a hacerse amigos y pasar tiempo juntos, debían conocerse.

Suwoong ya pensaba en eso.

—¿Me dirás qué te ocurre? Más bien, que me expliques que pasó el día de la fiesta.

Sin censura y con tono cauteloso, Jungkook escuchó la pregunta. Sería un buen comienzo pero fue demasiado directo.

Nada que hacer, se dice Jungkook mientras se prepara para contar su historia.

—Bueno...—, suspiró antes de mirar la calle, los autos y demás andando. —Yo tengo un novio- tenía un novio y éramos felices ¿sabes? No sé si habrás escuchado su nombre o algo pero de seguro lo conocerás tarde o temprano. Ya conoces a los chicos; a Seokjin hyung, a Nam hyung junto a Taehyung y Hoseok. En realidad, faltan dos personas ahí, juntando al novio...

»¿Recuerdas la fiesta en la que nos conocimos? Estábamos ahí pues era el cumpleaños de mi novio y decidimos pasarla bien. Hubo un lapso de tiempo, sólo unos segundos antes de chocar contigo donde mi novio había desaparecido junto a este hyung y no sabíamos donde estaba. Nam hyung estaba encendiendo el escenario con su rap y yo estaba sin aire por todo y decidí ir a refrescarme afuera y me encontré contigo. No esperaba que fuésemos los dos al mismo lugar.

»Ah... ese lugar... antes de la fiesta, todos íbamos ahí, era nuestro lugar favorito. Creo que recordarás que saliendo a ese lugar, viste a dos chicos a punto de tener sexo ahí mismo ¿no?—; Jungkook rió con aires amargos, aún sin creerse que de verdad sucedió lo que venía a continuación: —Corrí apenas vi que era mi novio y ese hyung idiota que tanto apreciaba. No pude resistirlo, fue... ese impulso de correr así sin más. Fue tonto al final; terminé llorando en un parque y me llevaron a casa de Taehyung. 

—Ah~ ese día...—; Suwoong asiente bebiendo de su lata de jugo de uva, mirando la calle sin mayor detalle a la vista. —Me preguntaba si iba a encontrarte de nuevo.

—Pues parece que el destino quiso que nos viéramos otra vez—, comenta Jeon un poco sonrojado.

Escucha la risa pequeña de Suwoong y sabe que puede estar tranquilo respecto a lo que se hable aquí; lo siente.

—¿Sabes? He pasado por algo similar.

Jungkook gira su rostro para ver el perfil tranquilo del chico a su lado. La verdad es que no cree que ese muchacho haya pasado por semejante drama como el suyo.

—Yo llegué a esta ciudad hace dos años- contando este, claramente. Venía de Jeju y ahí también tuve un novio; fueron bonitas experiencias la verdad. —Comenta Suwoong con despreocupación.— Se llamaba Wonjun, era y es especial para mí. Llevábamos tres años juntos y de un día para otro, descubrí que se veía a escondidas con otra chica y cosas por ese estilo. Resultó ser cierto y habíamos terminado de manera abrupta y sin explicaciones.

»Me había dicho a mi mismo que nunca hablaría con ese bastardo de nuevo, nunca, jamás en mi vida. Pero hace dos años que sentía que estaba cometiendo un error y mis padres me habían dado la noticia del traslado de mamá a una empresa y que nos iríamos al mes siguiente. Para serte sincero, Jungkookie mío, Wonjun nunca había dejado de insistir conmigo y buscaba mi perdón. Pero ¿sabes qué? Me di cuenta que tenía que vivir feliz, seguir adelante o sino estaría ahogándome en algo que no identificaba hasta que logré reunirme con él, el día donde me iría de la isla. Sólo entonces supe que la respuesta a la tranquilidad es perdonar a quienes te hicieron daño y lo merecen por sus méritos ¿comprendes? 

Jungkook agachó su mirada cuando escuchó lo que Suwoong daba como lección de vida. Se sentía tan pequeño y tan ignorante en todo por no haber pensado en ello. Haber ignorado a Jimin cada día con sus disculpas- tan justificado pero tan infantil de su parte.

—¿Has pensado en hablar con el novio que tanto me mencionas?—, sugiere Suwoong.

—Lo pensaré. Eso es lo que único en lo que estoy seguro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seokjin llegó a casa y se sorprendió un poco cuando vio a su madre esperando en el sofá. La casa pasaba gran parte del tiempo sola de no ser por su presencia o la de Namjoon cuando venía de vez en cuando a hacer compañía.

—Hijo...

Su madre se levantó y para aún más sorpresa suya, la mujer le ayudó con sus cosas y lo arrastró al sofá, justo a su lado.

—¿Ocurre algo, mamá?

—Tenemos que hablar, cariño.

Habían galletas, jugo y demás picadillos. Se le hacía extraño que su madre hubiese preparado tanto por algo que parece ser sencillo.

—¿Ya han hecho el formulario de vocación en tu escuela?

Oh, el momento ya había llegado.

—Hace unos meses... si.

—¿Qué has puesto?

Seokjin es alguien con muchos talentos y habilidades, lo reconoce. Tiene un álbum de fotografías que algún día se animaría a compartir. También cocina excelente. Durante su rol como presidente tuvo un gran reconocimiento en su redacción y convencimiento. Pero había algo que ponía su corazón a latir en emoción y lo conversaba bastante con Taehyung en los tiempos libres.

—He puesto leyes, educación parvulario y música.

La expresión de su madre le ha asustado un poco. Vio que la mujer se acomodaba en el sofá y trataba de mantener la compostura.

—Parecen ser buenas opciones pero ¿cuál es la decisión definitiva?

El rubio ya se estaba haciendo la idea sobre el camino que toma esta conversación. Se le hacía genial que su madre se tomase esas preocupaciones pero era el hecho de ser presionado a algo que la haga contenta lo que le molesta en demasía. —Creo que definitivamente será música—, le responde el joven con convicción.

—Seokjin, creo que deberías elegir algo que sea productivo y te ayude a sobrevivir. ¿No estás siendo egoísta contigo mismo?—, dice su madre, esperanzas puestas en que el rubio elegiría algo que sirviese en el futuro.

—¿Productivo? ¿Cómo qué?—, dice el rubio desafiante.

—Medicina, algo militar- has puesto leyes, ¿Por qué no vas a estudiar eso en vez de profesor o ser como... como esos muertos de h-

—¡Te prohíbo referirte a ellos de esa forma!

Su madre saltó en su lugar, ojos abiertos de par en par cuando se impuso violento ante ella. Seokjin se decía que tenía que mantener la calma, no perder los estribos pero su madre no iba a decir absolutamente nada de los músicos, sabiendo que Namjoon será uno de ellos. De alguna u otra forma había asustado a su madre por su sorpresivo ataque de temperamento y así, Seokjin no tenía ánimos de continuar estos tipos de conversaciones.  

—Lo hablaremos en otro momento, mamá, yo- perdón.

Se levantó dejando a la mujer anonadada y corrió en busca de su celular para finalmente salir de casa y a esas horas, afuera estaba un poco fresco y le daba escalofríos. Lo que ocurrió fue tan rápido que no pudo siquiera agarrar un sweater o algo para cubrirse. 

Se sentía como si estuviese en el mar y el agua estuviese bajo su barbilla, en el cuello, a punto de ahogarse en cualquier segundo. La verdad es que al momento de pensar en su futuro y al realizar el jodido examen de vocación, no estaba del todo preocupado- su prioridad parecía ser ayudar a Namjoon aquellos días a que sus padres aceptaran su amor por la música pero más lo recuerda y más tonto y despreocupado se siente al no ver que él también estaba pasando por lo mismo. 

Caminó sin rumbo exacto, pasando por las tiendas 24 horas y le habían dado unas ganas de comer ramen. Recordó que no salió con nada más que su celular así que se aguantaría el antojo por un momento. 

Diablos, no quería ir a molestar a Namjoon por estas cosas. 

Tomó su celular y estaba entre llamarle y pedirle que viniera a buscarlo o mandarle un mensaje para finalmente venir a buscarlo: todas llevaban a lo mismo, una corta sesión de mimos y amor no le haría mal en estos momentos. 

Como si de una cosa telepática se tratase, su celular cambió pantallas, mostrándose en la llamada el nombre de Namjoon con un corazón al lado. Suspiró antes de contestar.

¿Jinnie?

—Namjoonie, justo a tiempo...

Yah, te oyes mal ¿ocurrió algo?

—No te preocupes, solo ven a recogerme a la esquina de mi casa.

¿Jin? ¿Seguro-

—Sin preguntas, por favor...

Media hora después, Namjoon besaba su cabeza mientras eran arropados por mantas en el sofá del living en casa del menor. Sin preguntas, como él había dicho antes. Aunque en su interior, Seokjin solo estaba esperando a que el moreno se atreviera a preguntarle algo.

—Sé que me pediste que no te preguntara nada pero ¿es grave?

Ahí estaba; la sutileza que necesitaba de Namjoon.

—No lo sé. ¿Recuerdas lo que pasaba contigo y tus padres?

—Ah... 

Los brazos del menor apretaron con más fuerza su cuerpo y el calor se hizo más fuerte, más agradable. Seokjin soltó un suspiro antes de contar todo desde el comienzo; sus pensamientos antes del examen y sus decisiones. Namjoon escuchaba con adoración cada palabra soltada de los labios del rubio, quien hablaba con especial entusiasmo del arte de la enseñanza y la música, algo que no lograba notar cuando Seokjin se refería a la justicia. 

Sus buenos minutos habrán pasado, seguramente. Namjoon le miraba con una sonrisa boba y Seokjin creyó haber dicho algo tonto, preparándose para un regaño divertido o una burla. Aunque más bien, era un incentivo. 

—¿Te has escuchado?—, pregunta Namjoon.

—Creo que no...

—Cariño—; Namjoon logró acomodarse, tomando las manos del mayor entre las suyas y con sus rostros aún más cerca, sonriendo al rostro confundido del muchacho. —Me he creado una imagen mental de ti, enseñando las notas musicales a unas bolitas de amor con patas—, comenta el peliclaro con diversión.

—Nam, son niños, no bolitas- oh...

—Sólo debes saber que te apoyaré sea cual sea tu decisión ¿sí?

—Pero tengo miedo...

—Debo decir que esto suena como si fuéramos a tener bebés ahora.

El comentario de Namjoon lo hizo reventar en carcajadas hilarantes pero de las más sinceras que ha tenido hoy. Lo ha relajado de sobremanera, sin embargo, no puede quitar de su cabeza el pensamiento equívoco de su madre sin importar que decisión tome. —A mamá no le gustará.

—Oye, mientras estés satisfecho con lo que elijas, nada importa—; Namjoon besó la punta de la respingada nariz con ternura y se encerraron en su burbuja de amor a través de las miradas que se regalaban. —Los chicos y yo te daremos un fighting. Seguramente tu madre te apoye con el tiempo. Ser profesor de música para pre-escolares no suena malo. 

—Suena adorable—, comenta animado el rubio.

Por este día, iba a olvidarse de la discusión que ha tenido con su progenitora y disfrutaría las caricias que su novio tenía para ofrecerle. El resto del día, Seokjin daba por asegurado que, se iría hablando de cosas como el futuro. 

Como de Namjoon siendo un artista famoso y Seokjin el guapo profesor de pre-escolar.           

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

Miró el calendario en la pared junto a la pizarra y un pequeño apretón en su estómago se hizo presente. Una semana antes de salir de esta cárcel llamada escuela, se recuerda Yoongi sentado en su puesto acostumbrado desde hace un tiempo- desde lo de la fiesta de Jimin, se recuerda arrepentido.

Parece que sus intentos por retomar la amistad en el grupo han sido en vano. Los de Jimin para disculparse con Jungkook también. Durante el paso de los días, el grupo parecía haber aceptado muy positivamente el ingreso del chico pelinegro al circulo de amistad y sabe que Jimin debió sentirse como la peor escoria del planeta al darse cuenta que estaba siendo reemplazado. 

Yoongi no estaba muy lejos de esa sensación. Lo ha intentado por mucho tiempo y por variados métodos sutiles, que no lograsen molestar al resto de sus amigos. Pero si quería que por fin lo escucharan, tenía que ser rudo, otra vez. Faltaban dos minutos para que la campana sonara, invitando a los estudiantes a guardar un puesto en las mesas del comedor, como todos los días. El de pecas saldría corriendo a buscar a Jimin apenas la maestra de inglés se fuese y esperarían a los chicos para hablar. Suena efectivo, o eso cree Min apenas suena el timbre y la maestra se retiraba. Dejó todo en su lugar, corriendo como nunca antes hasta salas más atrás de la suya.

Taehyung rosó su hombro sin darse cuenta, más no le importó. Cuando llegó a la entrada del salón de Jimin, vio a Jungkook guardando sus cosas. Jimin parecía hacer lo mismo. Era ahora o nunca.

—¡Park Jimin!

Los estudiantes que aún estaban dentro del lugar, se giraron a enfrentarle al igual que el pelinegro y el castaño, notando la sorpresa en el más bajito que en el afectado de esta historia. —¡Sólo ven, mocoso!

El pelinegro corrió torpe hasta él y Yoongi no dudó en más cuando tomó su mano y corrieron hasta el lugar que tenía pensado el mayor- cambio de planes en el camino, decidió Yoongi cuando giraron en una esquina subiendo por las infames escaleras que alguna vez él también pisó para malos propósitos.

Jimin estaba aún más confundido cuando sintió el aire golpearle la cara enrojecida; tomó un respiro para recuperarse mientras la azotea le daba la vista general de toda la zona aledaña a la escuela. 

—¿Hyung?

El pelinegro estaba un poco preocupado; Yoongi no había ninguna palabra durante el tiempo en que han llegado a este lugar y no sabe que esperar. En realidad, estaba esperando algo. Algo como una respuesta a todo lo que ha estado sintiendo, aunque no se sorprendería si llegase a sentir algo- estar juntos por casi el resto del semestre les ha permitido cosas nuevas.

Yoongi aún pensaba como diablos iba a decir lo que tenía que decir ahora; el maldito Yoongi le sigue atormentando, recordando cada segundo de su tiempo con Jimin que debe hacer la jugada ahora. 

Ambos, en silencio, esperaban que todo lo que pasase, valiese la pena.

—Jimin, yo- 

—¿Sí...?

—Diablos—; Yoongi comenzó a caminar nervioso en su eje. Jimin tenía el aliento encerrado en su garganta con ansías. —No soy bueno con las palabras.

—Pero eres Min Yoongi, sé que hallarás una forma—, murmura el menor.

Y es verdad. El de cabellos grises nunca fue bueno con las palabras al momento de hablar. De haber pensado lo que estaba haciendo con más anticipación, hubiese creado unos lindos versos para Jimin pero no, y ahora estaba a punto de saltar al vacío si no movía ni un puto musculo de su boca. 

Jimin, quieto y expectante, estaba ahí frente suyo. No sabe como es que lo hizo, pero lo hizo. Se acercó hasta el menor y por inercia, sus manos delgadas fueron a las cálidas mejillas del pelinegro. Se inclinó un poco solo para regar besos en su frente, nariz y mejillas y Jimin estaba cerrando sus ojos dejándose caer por los besos del mayor. —De verdad que tengo que intentarlo- tenemos que intentarlo—, susurra el mayor, tan cerca de sus labios que el pequeño puede sentir la piel de gallina en su nuca cuando el aliento de Yoongi choca en su piel. —Por la paz del otro mundo y la de nosotros.

—¿Cómo harás eso?—, pregunta Jimin confundido.

—Debemos hablar con Jungkook pero primero...

El mayor dejó los juegos y la palabrería de lado, acariciando con sus pulgares los pómulos rosáceos del pequeño mientras sus labios delgados chocaban con los gruesos y esponjosos. No era nada del otro mundo, por supuesto. Yoongi ya había probado esos labios el día del suceso anterior, pero no sabía como responder a esa pregunta tan peculiar y cursi como el porqué se siguen sintiendo únicos los labios del pelinegro. Movimientos suaves, apenas lo notan y Jimin ya tiene sus brazos alrededor del cuello del chico de pecas. 

—Lo intentaré—, susurra tembloroso el pelinegro.

Eso es todo lo que ambos necesitaban, parecen creer apenas sienten sus pechos un poco más hinchados y los hombros menos pesados. ¿Felicidad?, no es de saberse aún. Yoongi tomó su mano y emprendieron una nueva carrera pisos abajo. 

Esquivando a los demás estudiantes y escuchando sonidos de sorpresa en los demás, llegaron por fin al bendito comedor y Jimin nota que Yoongi ya comienza su viaje a la mesa donde los chicos estaban. Podría decirse que estaba asustado y bastante nervioso- el chico pelinegro que abrazaba a Jungkook, nunca lo conoció y teme saber quien es.

Sus pies dejaron de moverse cuando escuchó a Yoongi mencionar el nombre de Jungkook. Alzó la mirada, fijándose en los rostros sorprendidos de sus amigos y la confundida del chico pelinegro. Jungkook parecía estar afectado. 

—¿H-Hyung?

—Jeon, necesitamos hablar—, menciona Yoongi mirándole a los ojos. 

El pelinegro que ocupaba su lugar lo miraba de pies a cabeza y Jimin, sinceramente, estaba un poco intimidado. Jungkook tiene buenos gustos, al parecer.  

—¿Jungkook? ¿Estás bien?—; escucha al pelinegro preguntar.

Jungkook, a pesar de estar medio ido y sin poder moverse del todo, respondió: —Lo estoy...

—Por favor Jungkook—, se atreve a hablar por fin. Sintió un empujón de confianza cuando el menor le dirigió su mirada. —Necesitamos explicarte lo sucedido y que nos perdones.

—Explicar qué ¿uh?

Ambos forasteros alzan la mirada, encontrándose con la oscura y profunda de Taehyung. El chico había alzado la voz como nunca antes y Jimin sintió miedo. El de cabellos teñidos se levantó de su asiento en la mesa, sin importar que incluso Hoseok se aferrase a su camisa para volver a sentarlo y calmarlo. Jimin observó a Yoongi tensarse y supo que las cosas quizá se descontrolarían un poco.

—Taehyung, te pido que te mantengas fuera de esto—, le responde lo más respetuoso que puede el de pecas.

—Disculpa, pero Jungkook es mi amigo y lo alejaré de ustedes si se me da la puta gana.

—Taehyung... 

—Te sugiero que tomes a este idiota que está a tu lado—; Taehyung señala a Jimin con su dedo, tan indiferente y rudo. —y den media vuelta y no se acerquen más. 

—Taehyung, no es necesario, yo-

—¡Jungkook! ¡Entiende!

—¡Deja que Jungkook decida por si solo lo que quiera hacer, niñato de mierda!—, grita Yoongi perdiendo por completo la paciencia.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Jimin presenció la pérdida de compostura.

Taehyung se levantó de inmediato saliendo de la zona de la mesa, Hoseok y Namjoon gritando de inmediato para que volviera y su mano perdió el calor que lo albergaba cuando notó a Yoongi ser empujado por el teñido. Jungkook gritó asustado y el pelinegro desconocido trató de alejarlo para no verse involucrado. 

Jimin no puso hacer nada cuando Taehyung cayó en la mesa que estaba a un par de pasos y Yoongi comenzó a lanzar puños a diestra y siniestra. 

Los estudiantes dejaron de comer para tomar una distancia prudente y exclamar absortos en la pelea que estaba ocurriendo. Se escuchaban los gimoteos y alaridos de ambos chicos y Jimin no podía sentir ningún músculo. 

De pronto, cerró sus ojos cuando un dolor de cabeza le invadió y no pudo mantenerse de pie. —¡A-Ah!

¡Debes crecer y aprender a defenderte, niñato de mierda!

—D-diablos...

Jadeaba pero sabe que es un recuerdo cuando ve al pelimenta gritarle a Jungkook. Sintió un grito que no era de los chicos que hablaban a través de los puños, pero logra abrir un ojo y ver de reojo a Jungkook apretar su cabeza mientras gimotea. 

Parecía estar teniendo el mismo recuerdo. 

Para cuando las cosas no podían ir peor, en medio de sus iluminaciones mentales, ve a Hoseok y a Seokjin tratando de alejar a Taehyung del cuerpo de Yoongi. Se levanta para ayudar a los chicos pero cuando trata de ponerse de pie luego del shock en su cabeza, ve a los inspectores de pasillo entrar y gritar para calmar la situación, levantando el cuerpo del peligris y a Taehyung para detener la pelea. 

Lo última que recuerda es a Yoongi soltarse de los adultos y gritar su nombre. Luego de eso, todo se volvió negro.

Aunque vio entre sus párpados al pelimenta y al pelinaranja compartir un beso en una bañera. 

 

 

 

 

    

 

 

 

 

 

 

 

Escuchaba voces, tan lejanas y suaves. Abrió sus ojos y las luces blancas junto al techo del mismo vacío color le saluda. Gira su cabeza a la izquierda y ve las cortinas que separan las camillas- hay sombras, pero no puede notar qué es. Se dio cuenta que estaba en la enfermería. 

—Dormiste mucho, Jimin.

Se giró de inmediato cuando escuchó un susurro a su derecha. Jungkook tenía su índice en sus labios, pidiendo silencio y Jimin agudizó su oído. —No quieres que nos escuchen ¿verdad?—, vuelve a susurrar el menor.

Dejó de respirar por unos segundos y escuchó gimoteos y sonidos húmedos. Fue entonces que se volvió a girar a la izquierda, prestando atención a las sombras en las cortinas y sintió sus mejillas calentarse en demasía cuando escuchó y supo enseguida que Taehyung estaba gimoteando el nombre de Hoseok. 

—Se tomarán su tiempo, así que duerme.

A Jimin le entró la duda -a pesar de los sonidos incómodos que estaban a un par de metros-: ¿Cómo es que Jungkook estaba cuidando de él? Es más, ¿donde estaba Yoongi?

—Te he perdonado—, le susurra una vez más el castaño, como si escuchase sus preguntas en la cabeza ajena y acariciando sus cabellos. —Y a Yoongi hyung también...

Jimin sintió que todo el resto del peso en sus hombros e incluso el dolor de cabeza, nunca existió en su cuerpo. Cerró sus ojos tratando de concentrarse en sus caricias y olvidar cualquier sonido extraño. 

Se sentía completo y feliz. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoseok hace un recuento de lo sucedido y sonríe mientras escucha el seseo de Taehyung al contacto del alcohol. —Ni siquiera te quejes jovencito, es un castigo a cambio de no haber sido expulsado—, regaña el de cabellos miel. 

—Hubiese valido la pena- ¡Aw! Hyung~

—Claro que no Taehyung. No era asunto tuyo.

—Pero Jungkook es mi amigo-

—¿Y?—; Taehyung cierra un ojo cuando presiona con más fuerza en aquella herida cercana. —No hubiese funcionado, solo hubieses atrasado las cosas entre los tres.

—¿De qué hablas?

—Jungkook habló con Yoongi hace poco, se han pedido perdón y ahora son todos felices comiendo perdices. Eres el único busca pleitos aquí.

Observa a su moreno por unos segundos, soplando la herida que acababa de desinfectar y no puede estar enojado con él por mucho. Besó su mejilla y dejó sorprendido al de cabellos teñido. 

—Ahora, niño malo, debes descansar un poco antes de irnos. 

—¿Dónde está Jungkook?—, pregunta Taehyung ignorándolo. Frunció sus labios de forma graciosa y se acomodó en la camilla, recostado mirando al menor.

—Está cuidando a Jimin, debió pegarse bastante fuerte en la cabeza cuando se desmayó.

—Pero... Jimin está bien ¿no?

Hoseok se dio cuenta que a pesar de todo lo malo ocurrido estos meses hasta ahora, no eran motivo suficiente para producir resentimiento o indiferencia en Taehyung con su mejor amigo. Estaba contento de eso. Asintió respondiendo a la interrogante de su novio y palmeó el lado vacío de la diminuta camilla. A los segundos, Taehyung tenía su rostro escondido en su cuello y él solo acariciaba los cabellos cortos de su nuca. 

No sabe como pasaron las cosas pero luego de un par de caricias, comenzaron a besarse y luego de ello, ya tenía a Taehyung de piernas abiertas, sentado aún en la camilla mientras él estaba de rodillas al suelo, desabrochando el pantalón del menor mientras acariciaba los costados del muchacho. 

—H-Hyung, hay gente...

—Si te mantienes callado nadie se enterará—, le responde con esa sonrisa traviesa suya. 

No bajó el pantalón y la ropa interior del todo, solo lo suficiente para tomar el miembro semierecto del chiquillo y comenzar a mover su mano para endurecerlo del todo. Fue cosa de minutos y cuando sintió la firmeza del miembro ajeno, su lengua entró en acción, dando pequeñas lamidas en la punta y finalmente tomó por completo el trozo de carne. 

Escuchó los jadeos de Taehyung y como sus cabellos eran apretados por alguna de las manos del chico- no pudo darse cuenta, mucho menos cuando su propia mano estaba abriendo paso entre la camilla y Taehyung para indagar entre las nalgas del teñido.

—A-ah, Hoseok~

Su índice llegó al capullo tenso del menor y sin más comenzó a acariciar con rapidez, sintiendo como se expandía y apretaba al aumentar la fuerza de sus succiones y la presión de su dedo contra la entrada ajena. 

No debían demorarse mucho porque Hoseok olvidó comentarle a Taehyung que Jimin y Jungkook estaban solo a una cortina de distancia así que introdujo el dedo en un solo movimiento y pudo sentir como Taehyung se ahogaba con su propia saliva. 

—H-Hyung, oh...

Alzó su mirada y notó como el moreno mordía sus labios heridos y como su vientre se contraía; estaba cerca y nada le satisfacía como Taehyung en éxtasis lo hacía.                              

Sacó su boca del pene del menor y tomó un respiro antes de susurrarle: —Córrete en silencio, niño malo. 

Cuando volvió a introducir el miembro goteante en su boca, fueron solo un par de succiones las que detonaron el gemido ahogado de Taehyung y la corrida chocando contra su paladar. Su chico estaba cansado, pero le obedeció tan bien. 

Taehyung cayó de costado y él aprovechó de acomodar su ropa y hacerlo descansar al notar que estaba con sueño luego del orgasmo. —Duerme TaeTae...

Esperaba que Jimin no se hubiese despertado, ni que Jungkook lo hubiese notado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para Jungkook, los tres días posteriores al incidente en el comedor, habían quedado en el olvido. 

Mañana salían de clases, por fin y estaba un poco triste, pues para Namjoon, Seokjin; Hoseok y Yoongi, era su último año. Ya no podría compartir los recesos con ellos.

Habían tocado hace unos minutos el timbre para ir a comer y Jungkook esperaba en silencio a que Jimin y Seokjin llegasen con sus chatarra para comer este almuerzo. Vio el rostro de todos sus amigos; no se le hizo incómodo después hablar con Taehyung y Hoseok, de hecho, estaba agradecido con ellos así que las bromas sobre la enfermería se tomaban a la ligera y era un orgullo de anécdota para el grupo. 

Namjoon cada vez se enfocaba en sus audífonos y su pequeña libreta; de vez en cuando notaba a Seokjin cantando con él y ayudándolo con sus versos. Los iba a extrañar, llegaron a ser algo como sus segundos padres. 

Hablando del diablo, vio al rubio y a su -ahora- amigo llegar llenos de vida y de comida, por supuesto. Vio a Yoongi ayudar al pelinegro con su bowl de ramen y a Seokjin dejar un caramelo de piña en la boca de Namjoon. 

Yoongi. Pensar que creyó haberlo odiado un poco junto a Jimin.

Recuerda que después de salir de la oficina del director, se quedó hablando con él, parados en el pasillo. Todo cobraba sentido cuando Yoongi le contó la misión que el sujeto de la fábrica le había encomendado y se dio cuenta que no podía hacer nada contra el destino de esos dos. Aún recuerda las pequeñas lágrimas que soltó el mayor cuando compartieron un abrazo y eso no pudo alegrar más al castaño.

Estaban todos reunidos, como en los viejos tiempos, pero se le hacía inevitable no pensar que estaban incompletos.

—¡Oh! Ya llegó Suwoong~

Cuando Taehyung soltó el chillido burlesco, Jungkook se giró en su lugar y vio a Suwoong llegar todo sonrisas a su lado. Como era costumbre en los últimos días, el pelinegro mayor se hizo espacio entre Jimin y él, y finalmente lo atrajo a su cuerpo cuando el alto pasó su brazo por los hombros. 

—Yo ya comí así que no se preocupen—, dice de inmediato el chico cuando ve a Jimin ofrecerle un paquete de sus galletas. 

—Te demoraste—, hace notar el menor del grupo al mayor.

Suwoong sonrió en disculpas y besó su cabeza. Pudo ver de reojo a Jimin y Taehyung secreteándose mientras los miraban. 

—Sip, me pidieron que te avisara que los presidentes tenemos reunión luego del almuerzo, tu sabes, por lo del baile.

Jungkook recordó repentinamente que pasado mañana es el baile de graduación de los de último año; tenía que hablar con el resto de los presidentes de clase pues se había acordado que todos ayudarían con el baile. —Lo había olvidado...

—¿Ves?—; Suwoong rió mientras atraía su cabeza entre sus brazos y pronto sintió su cabello ser revuelto. —¿Qué harías sin mí?

—Tengo una pregunta—, escuchó a Yoongi decir. —¿Seguro que no son novios ustedes dos?

Jungkook creyó que Suwoong eliminaría el contacto entre ellos y actuarían de forma incómoda, que vendría siendo lo más normal pero ¿cómo ser normal si tiene a estos amigos suyos?

—Me pregunto lo mismo—, murmura el pelinegro.

Sus ojos se abrieron en demasía, Jungkook pensando que sus globos oculares saldrían disparados de su cara. El pelinegro sonrió de lado y se dispuso a ver las bocas abiertas de todos los chicos en la mesa.

—Por mi parte, no me molestaría que fueras el novio de Kookie—, comenta Seokjin después de su estupefacción, comiendo la cucharada de ramen que tenía sostenida hace un rato.

—¡Hyung~!

Estaba en una situación vergonzosa, pero Seokjin y el resto de sus hyungs estaban en su derecho; sería la última vez que lo avergonzaran en esta escuela. 

—Pues yo tampoco, pero debes cuidarlo ¿entendido?

Jimin se había hecho presente, mirando con ojos filosos el rostro de Suwoong. 

—Bueno, bueno ¿alguien más que quiera decir algo?—, comenta divertido el muchacho mirando a los demás. 

—Hablo por todos. Sólo dale amor al pequeño...—, susurra mosqueado con la situación el moreno de cabellos verdes claros. 

Jungkook se juró vengarse de Namjoon, de Yoongi- de todos.

—Entonces, Jeon Jungkook ¿serías tan amable de concederme un lugar en tu corazón?

Jungkook escuchó los latidos de su corazón, golpeando con fuerza sus oídos. Sus ojos no caían en otro lugar más que el rostro y los ojos brillantes de emoción de Suwoong.

Miró de reojo y pensó por largos segundos cuando notó que Yoongi y Jimin alzaban sus pulgares en señal de acceder. 

Jungkook estaba nervioso y un poco atontado con la situación pero parece ser que su respuesta era obvia. 

Bastante obvia, pensó sin darse cuenta de la sonrisa que florecía en su rostro.

Nada costaba intentarlo. 

Notas finales:

Nos veremos en el epilogo~ 

Recuerden dejar un rw porque sus rw serán importantes y son los que me demuestran que hice bien esto, o que hice mal, depende de ustedes.

Comentenme lo que les gustó o algo, hagamos conversación ashgdas

Muchas gracias por todo, de antemano <3

x.


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