Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Giro de 360° desde que te conocí" por lanekorubia

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!!!!! adore sus comentarios!!!! gracias por apoyarme con esta historia n.n

me animan un montón!!!!

Kagami nunca había tenido un viaje tan incómodo como aquel.

Y eso que una vez tuvo que viajar junto a una mujer que hacía lo posible por devestirlo, camino a una comisaría con un Himuro y Kise destornillándose de risa a su lado. 

Pero esto…realmente lo superaba.

-Ya casi llegamos-dijo, tratando de romper el silencio y que los ojos de Akashi se apartaran de él.

Aquel pelirrojo lo había estado viendo fijamente y casi sin parpadear desde que salieron del hospital.

Seijuro no contesto. Se quedó callado y apenas asintió.

-¿Cómo estuvo tu cita con el doctor?

Nada.

-¿Tienes hambre? Debes estar agotado…

Nadax2.

-Supongo que estas feliz de poder llegar a casa. Pensé en cocinar algo de curry, ¿Te gusta?

Nadax3.

“¡No está funcionando!”  Se desesperó. “Espero que Tatsuya tenga más suerte que yo…”

Kagami estaciono el auto frente a la mansión, decidiendo que primero llevaría al pelirrojo adentro antes de guardarlo en la cochera.

-A Reo le gusta el curry, y mi hermano y yo solemos prepararlo a menudo-le contaba Kagami al adolescente mientras se acercaban a la entrada- espero a que tus otros hermanos también les…

Antes de que pudiera seguir hablando, la puerta principal se abrió y salió disparado un asustado pelinegro.

-¡CORRE TAIGA! ¡NOS LARGAMOS AHORA!-chillaba Himuro para luego abalanzarse a su hermano- Agarre las cosas de valor que vi más a mano, así que no te preocupes…-le susurro en el oído. 

-¿Eh? ¿Tatsuya?-Kagami lo miro confundido- Dime que no mataste a nadie.

-¡No lo hice!-se indignó separándose del pelirrojo y cruzándose de brazos- Más bien alguien se nos adelantó…

-¿Qué?

-¡Hay un puto fantasma en la cocina!

-¿Fantasma?

-Sí.

-¿En la cocina?

-Exacto.

-….¡WAAAAAAHHHHHHH!-chillo esta vez Kagami de una forma bastante femenina (cabe aclarar) para luego empezar a correr hacia el auto.

Himuro siguiéndolo.

-¡Esperen!-exclamo una voz que hizo que ambos dejarán su carrera- ¡Himu-chan! ¡Taiga-chan!-grito Reo desde la entrada. Ni señales de Akashi (aparentemente, este había entrado a su hogar, importándole poco la fuga que intentaban protagonizar sus nuevos guardaespaldas)-¡No era un fantasma lo que estaba a la cocina! ¡Era…

Antes de que pudiera terminar de hablar, un joven de pelo celeste y bellos ojos haciéndole juego, apareció en la entrada. Mirándolos con sorpresa.

-…mi hermano, Kuroko Tetsuya!-termino de decir Reo.

Himuro se desmayó. 

Kagami hizo lo mismo.

Solo que antes de caer, se quedó hipnotizado con aquellos ojos. Y el pensamiento de que eran los ojos más hermosos que jamás había visto.

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

 -¡Estoy tan cansado!-dijo Takao mientras se arrojaba a la cama de su mejor amigo.

Kouki se preocupó-si estás tan cansado, puedo decirle a mi madre que cenaremos aquí y traerte la comida para que no tengas que bajar.

-¿Harías eso?-pregunto el pelinegro incorporándose hasta sentarse como indiecito en la cama mientras abrazaba una almohada- Kou-chan, eres un ángel-casi ronroneo.- no deberías malcriarme demasiado…

-No hables de esa forma-murmuro el castaño, abochornado- haces que tenga escalofríos…y probablemente pesadillas en la noche-añadió mientras se abrazaba a sí mismo.

Takao soltó una carcajada.

-Kou-chan es tan lindo

-Enserio, basta,-pidió Kouki, sonrojado- no poder dormir tranquilo sabiendo que estas en mi habitación si sigues hablando así…

-Cálmate-rio Takao, juguetón- no planeo asaltarte mientras duermes. Necesito que estés consciente para que podamos disfrutarlo…

 -¡Basta!-chillo el castaño antes de desaparecer de la habitación corriendo- ¡Iré por la cena!

Kouki sabía que Takao bromeaba (las insinuaciones lascivas formaban parte de su sentido del humor), pero no podía dejar de sentirse avergonzado solo con escucharlo.

El pelinegro se recostó en la cama y soltó varias risitas.

-Qué fácil es ruborizarlo-murmuro- más vale que la persona que este con él lo cuide-agrego con voz amenazante.

Kouki era su mejor amigo, y una de las pruebas de ello era que lo había aceptado en su casa a pasar la noche.

Se suponía que iría con Kise…pero Himuro había pegado la vuelta al ver a un tipo con una computadora sentado en los escalones de la casa del rubio.

“-Volverás a su casa mañana-“le había dicho Tatsuya antes de dejarlo en la casa del castaño.

Pero no solo por darle alojamiento era su mejor amigo. Sino que lo era porque siempre había estado con él. Porque Kouki jamás se había alejado a pesar de su horrible historial que asustaría a cualquiera. Se preocupaba por él y además hacía lo posible por cuidarlo.

Takao era consciente de eso.

Por otra parte, Kouki también consideraba al pelinegro como su mejor amigo. Takao lo había protegido y defendido de todas las personas que lo molestaron en su infancia por su timidez. Además de que siempre estaba ahí para él.

Kouki admiraba la fortaleza y él optimismo del pelinegro ya que conocía su pasado. Takao , a su vez, admiraba la lealtad y bondad del castaño.

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

Kise bufo cuándo vio al cobrador sentado en las escaleras de su hogar.

-¿No sé iba a ir a las ocho mami?-pregunto el pequeño Ryu con inocencia.

-Aparentemente se modernizo y ahora ve sus telenovelas desde la netbook-respondió el rubio entre dientes. Luego suspiro- Afortunadamente, tengo un plan b-sonrío esta vez mirando a su hijo-¿Te gustaría hacer un campamento frente al Maji Burguer? Podemos cenar ahí y escuche que sirven desayunos en la mañana.

-¡Sí!-asintió el pequeño, emocionado-¿Nuestra carpa está en el auto?

-Así es-asintió Kise- igual que nuestra extra grande bolsa de dormir. Tengo un par de juguetes, libros y una linterna…-le explicaba el rubio a su hijo mientras agradecía mentalmente que fuera verano.

Y que el cheque que debía recibir llegará mañana por la mañana.

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

Cuándo Himuro volvió a abrir los ojos, sintió que alguien le hacía cosquillas en el cuello.

-Hmp…-soltó un gemido involuntario, aún sin distinguir bien dónde se encontraba o que estaba pasando.

Lo único que sentía era una traviesa lengua recorriendo la fina línea de su cuello.

-Mmmm…--suspiro- No sé quién eres, pero no te detengas.

-No quiero hacerlo. Muro-chin sabe bien…

Eso le hizo soltar un jadeo…que lo volvió a la realidad.

-¿Qué? ¿Muro-chin?-Himuro se incorporó de golpe, empujando a la persona que minutos antes había estado encima de él.

Se contuvo para no gritar de la impresión.

Había estado acostado en la cama de un cuarto que no recordaba haber visto nunca, pero la persona que ahora mismo se encontraba en el suelo por culpa de su golpe, era nada más y nada menos que el adolescente de pelo lila que había recogido esa tarde de una clase de natación.

-¡Tú!-casi chillo Himuro al darse cuenta que tenía un par de botones de su camisa abierta-¡¿Qué se supone que estabas haciendo?!

El pelilila se levantó del suelo, lamiéndose ligeramente el labio inferior mientras lo observaba fijamente.

Himuro sintió que su piel se erizaba ante ese gesto.

-Yo solo quería probar a Muro-chin-explico el adolescente sin ningún signo de arrepentimiento en su voz.

-Tú…eh…-Himuro no sabía que decir. Se había acostado con varios, lo admitía, pero jamás había estado en una situación semejante.

¡Dejando que un chiquillo lo tocara!

-…Sí sabes que soy demasiada carne para tu asador, ¿Verdad?-pregunto el chico del lunar.

“¡Pero qué buena forma de matar pasiones, Tatsuya!”  Se felicitó mentalmente.

-No sé bien que quisiste decir, Muro-chin-replico el adolescente con tranquilidad mientras se acercaba al pelinegro- pero quiero que sepas que eres mío. Lo decidí desde que te vi hoy. ¿De acuerdo?-dijo antes de juntar sus labios por unos segundos. Para luego alejarse de él camino a la puerta- Por cierto, Muro-chin, estas en mi cuarto. Le dije a Reo-nee que te traería aquí hasta que te recuperarás, pero no me molestaría dejarte dormir aquí…

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

Cuándo Kagami abrió los ojos, casi salta de su lugar al ver el rostro de Reo a pocos centímetros del suyo.

-¡Taiga-chan!-le sonrío Reo-que bien que ya hayas despertado…pero, ¿Podrías dejar de arrastrarte lejos de mí?

-¿Qué? Ehh…-Kagami se detuvo en sus intentos de alejarse lo más posible de aquel chico de labios rojos- pensé que se me había caído algo…

Reo soltó unas risitas.

-El golpe que te diste en tu cabeza al desmayarte te dejo mal, ¿Eh?-le pregunto divertido.

-¿Desmayarme?

-Sí, ya sabes, tú y Himu-chan se desmayaron cuando vieron a mi hermano Tetsu-chan-explico- De eso ya pasaron dos horas.

-¡¿Dos horas?!-Kagami se levantó del piso- ¡¿Y la cena?! ¡¿Y Tatsuya?!

-Pedimos pizza así que no te preocupes, y Atsu-chan llevo a tu hermano a su cuarto para que descansará y estoy seguro de lo cuido bastante bien…

-Oh…-asintió Kagami.

-Bueno, ahora que veo que estas mejor, supongo que podré irme a dormir…Sei-chan ya está acostado y Atsu-chan dijo que dormiría en la sala de huéspedes si tu hermano no reaccionaba así que…-Reo se encamino hacia las escaleras- por cierto, la próxima vez que vean a Tetsu-chan, traten de no gritar, ya que lo asustaron y además…es tan tímido-murmuro antes de ir directo a su cuarto.

Kagami sintió una punzada de culpabilidad al escucharlo.

¿Qué imagen le habría dado a aquel chico peliceleste cuándo grito como niña antes de desmayarse?

La vergüenza se apodero de él.

-¡TAIGA! ¡EL PLAN DE LARGARNOS SIGUE EN PIE!-grito Himuro mientras corría por las escaleras-¡CUÁNDO ME DESPERTE UN CHICO ESTABA ENCIMA DE MÍO Y…¿Por qué parece que quieres ahogarte con la almohada?

-¡Cállate! ¡Acabo de hacer el ridículo con lo que aparece ser el amor de mi vida!

-¡Eso no es novedad! ¡Te estoy diciendo que casi abusan sexualmente de mí!

-¡Cómo si eso fuera novedad…!

-¡¿Qué estás insinuando?!

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

En la mañana, Ryu se sentó frente a  Kise en su mesa con una seriedad que hizo al rubio mayor soltar una carcajada.

El pequeño hizo un puchero por unos segundos para luego volver a su pose “seria”

 -Mamá, hice una lista de cosas que necesito de la ferretería. Quiero que construyamos una casa del árbol.-dijo juntando sus manos y apoyándolas en la mesa como si se tratara de todo un ejecutivo cerrando un trato.

-Está bien- consintió Kise, imitándolo-pero primero dime dónde vamos a conseguir el árbol.

-Mamá-objeto el pequeño-No tenemos que tener un árbol. Puede estar en el piso. ¿Podemos intentar? ¿Por favor?

Al rubio todavía le costaba dominar el arte de decirle 'no' a su hijo, pero no sabía nada acerca de construir una casa del árbol. -¿Tienes ahora mismo la lista? ¿No está sólo en tu cabeza?

El pequeño le dio la dicha lista.

-Bien, pero deberíamos conseguir algunos albañiles por si acaso.-opino el ojidorado.

 

Nunca había visto comer a Ryu tan rápido en su ansia por ir a la ferretería. Y él no conocía la mitad de las cosas que estaban en esa lista.

Tampoco Ryu, pero eso no hizo nada para frenar su entusiasmo. Prácticamente corrió dentro del negocio una vez que estuvieron ahí. Kise considero ponerle una correa, pero decidió caminar detrás de él, empujando el carrito.

Un chico agradable que trabajaba ahí le dio un vistazo rápido a la lista de la casa del árbol antes de ir a la parte trasera  por la madera. Le di al pequeño un par de lentes y Kise lo dejo mirar mientras el chico cortaba la madera en tablas. Eso le permitió al ojidorado encontrar las otras cosas.

-¿Qué rayos es una viga?- refunfuño Kise, mirando la lista.

-Pasillo tres- respondió alguien.

Se giró para encontrar a un chico de cabello castaño detrás de él. Lucía un poco avergonzado.

-Lo siento, señor. No pretendía escuchar a escondidas.

-Dime dónde encontrar un serrucho, y con gusto te perdonaré- respondo el rubio.

-Pasillo seis-entonces el tímido castaño sonrío-Parece como si tuvieras un proyecto muy serio ahí- dijo señalando la cantidad de cosas que ocupaba su carrito.

-Mi hijo insiste que él y yo podemos construir una casa del árbol. No sé cómo me convence de estas cosas- confeso, entonces le extendió su mano alegremente-Hola, soy Kise Ryouta.

Sus ojos se abrieron de par en par. “Eso no puede ser algo bueno”

-¿Kise Ryouta? ¿Cómo el infame secuestrador…? ¡Lo siento!

Kise hizo un puchero y cerro sus ojos. Nunca iba a conseguir que eso se olvidara…

-En mi defensa puedo decir que las alimenté con helado y las regresé.

-Lo sé y lo siento- se rió, abochornado- soy Sakurai Ryo y trabajo con Aomine-san, soy como el tío de Mei-chan y Satsuki-chan. Aomine-san está por aquí…-comento.

-¿Aomine? ¿El furioso padre? Gracias por la advertencia. ¡Fue un gusto conocerte!-dijo mientras empezaba a empujar el carrito tan rápido como podía. Pero…la estúpida cosa era más pesada de lo que pensaba.

-Gusto en conocerte también-le sonrío Sakurai con amabilidad.

La huida del rubio fue a terminar de pronto.-¡Mamá!

 

Ahí estaba Ryu, seguido de un carrito lleno de madera, el cual estaba siendo empujado por nada menos que Aomine Daiki.

-Mierda.

Ryu dio un grito ahogado y agito su mano. Kise resoplo y le dio un dólar.

-Kise-dijo Aomine, interrumpiendo el silencio incómodo.-No había tenido oportunidad de disculparme por la forma en la que reaccioné ayer.-balbuceo…se notaba que no estaba acostumbrado a pedir disculpas.- Estoy agradecido contigo-dijo recordando como Midorima le había ayudado a ensayar aquella frase para el rubio- por haber intervenido y haber ayudado a mis hijas-concluyo. Luego la comisura de su boca se curvó en una sonrisa burlona- incluso si las secuestraste.

 Kise se contuvo para no maldecir de nuevo.

-Enserio, no lo menciones. Vamos, Ryucchi.- Tomo ambos carritos, planeando empujar uno y jalar el otro. Pero…

“ Nada resulta en la forma que lo necesitas.”  El carrito de la madera no cedió.

-Déjame-ofreció el moreno caminando junto a él y empujando el traicionero carrito con facilidad.

Bastardo presumido.”

El rubio lo siguió con el otro.-No tienes que hacerlo. Simplemente regresaré por ese. No es gran cosa.

-No seas terco- respondió.-Es lo menos que puedo hacer.

 Lo empujó directo hacia la caja registradora, y el rubio lo siguió irritado.

-No eres muy bueno evitando a la gente-dijo un tipo rubio y alto que a Kise le pareció haber visto junto a Sakurai, pero que sinceramente no le había prestado atención.

El castaño apareció segundo después echando algunas cosas en su carrito.-Olvidas las vigas y el serrucho-le dijo antes de que el tipo rubio lo tomara de la mano.

-Gracias-refunfuño Kise.

-Lo siento…

Kise lo miro con confusión pero antes de decirle que no tenía la culpa de nada, el tipo rubio hablo.

-Soy Wakamatsu, el esposo de Ryo, un placer-le dedico una sonrisa torcida-Ahora, si te apartas, los hombres nos ocuparemos de esto…asumo que eres doncel, ¿Verdad?

 

Antes de que Kise se diera cuenta, estaba siguiendo a Wakamatsu y Aomine  afuera junto a su camioneta para cargar las cosas. Dejaron que Ryu los ayudara, y al ojidorado le indicaron que se hiciera a un lado en lo que ellos hacían lo que llamaron 'trabajo de hombres'. Lo cual era una completa estupidez.

Él Iba a ser el que construyera la estúpida casa del árbol, o intentara de cualquier forma.

-Ya está todo- anunció el moreno cerrando la puerta de la caja de la camioneta. -Ten un buen día, Kise- Desordenó el cabello de Ryu y se alejó despacio con Wakamatsu y Sakurai siguiéndolo. Increíble.

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

Ryu parloteó emocionado todo el camino a casa (afortunadamente el cheque que le había llegado permitía pagar el alquiler atrasado y ahora no debían ingeniárselas como entrar a su hogar como ninjas).

No tomó mucho descargar todo. Kise sonrío. Era perfectamente capaz de hacerlo sin la ayuda de nadie. Ambos decidieron esperar para la construcción al siguiente día, y optaron por ir al parque.

Kise empaco algunos bocadillos y una manta mientras Ryu agarraba un Frisbee y sus patines. El parque no estaba lejos, así que estuvieron ahí pronto. Era un agradable lugar con carriles para bicicletas, un estanque y un área de juegos. Había muchos niños ahí, así que Ryu hizo nuevos amigos mientras el rubio extendía una manta y abría un libro.

Estaba tan perdido en las páginas que ni siquiera escucho cuando su hijo corrió hacia él.-Mamá, ¡mira a quién encontré!

Kise levanto la vista.

-Hola, Satsukicchi-sonrío.

-Hola Ryou-chan-respondió, algo tímida.

-Mamá, necesitas rescatar a Satsuki y Mei otra vez. Su niñera está de miedo- informo Ryu, Satsuki asintió, de acuerdo.

-¿Qué quieres decir con 'de miedo'?- pregunto el rubio mientras se levantaba.

-Está tratando de hacer que nos agrade, así ella puede ser la siguiente novia de papá, y está intentando que Mei la llame 'mamá'-explico la pelirrosa-¿Podemos ir a casa contigo?

 

-Chicos- el rubio suspiro. -Lo siento, pero no puedo simplemente robarlas de la niñera sólo porque no les agrada.-Las caras de ambos lo hicieron sentir peor. -Mira, prometo llamar a tu padre después y ver si pueden venir, ¿está bien?

Satsuki asintió triste.-Está bien- dijo bajito.

No podía soportarlo más. Tenía que irse antes de que se derrumbara y accediera.

-Ryucchi, voy a guardar las cosas en la camioneta. Necesitamos llegar a casa, y poder empezar a preparar el almuerzo.

-Ok, mamá- respondió, con la vista baja.

Rápido recogió todo antes de que pudiera cambiar de opinión.

Ryu estuvo en silencio todo el camino a casa. Se incorporó y encendió la radio, sin siquiera mirarlo. Él nunca permanecía molesto por mucho, así que Kise espero que se le pasara pronto. Cuando Kise estaciono el pequeño saltó rápidamente de la camioneta.

-Yo bajaré las cosas, okasa. ¿Por qué no entras?-ofreció.

-Está bien, Ryucchi- dijo, alcanzando la manija de la puerta trasera.

El niño de ojos chocolates entró en pánico. -Mamá...

Muy tarde. Kise abrió la puerta para encontrar a Satsuki y Mei escondiéndose detrás de su asiento. El rubio se había fijado tanto en su triste niño que ni siquiera se dio cuenta que había dos fugitivos en el asiento trasero.

-Shh-susurró Mei, con un dedo en los labios.-Nos estamos escondiendo.

Satsuki se veía nerviosa y culpable.-Lo siento, Ryou-chan. Le dije que estábamos jugando. Por favor no te enojes con Mei. Es mi culpa.

-Fue mi idea- confesó Ryu para salvar a su amiga- Pero es que no conociste a la niñera, okasa. Teníamos que hacer algo.

Kise arrugo la nariz… tenía que llamar a Aomine y decirle que tenía a sus hijas... otra vez.

-Vayan adentro. Ya veré que hago con ustedes luego.- Satsuki y Ryu corrieron dentro. Tomo a Mei en brazos y los siguió.-Estos chicos están en muchos problemas-le dijo.

La pequeña le sonrió.-Hola, Ryouta.

No pude evitarlo y se rio. –Hola, Mei.

 La llevo adentro y la sentó en la barra de la cocina antes de tomar el celular.

-Tengo que llamar a tu papá, de nuevo…-le informo mientras esperaba a que el otro contestara. Luego de dos timbres, lo hizo.

-Aomine Daiki.

-¿Aomine? Hola. Soy Kise, de la ferretería- dijo por si acaso no recordara el nombre del chico que había secuestrado a sus hijas.

-Hola Kise, ¿Necesitas ayuda para descargar todo?

Él era tan malditamente petulante.

-Para tu información, yo solo lo descargué todo muy bien, gracias-respondió  frunciendo el ceño por la risa que se escuchaba de parte del peliazul-En realidad te hablo porque Mei y Satsuki están en mi casa, y pensé que tal vez quisieras saberlo.

-¿Secuestraste a mis hijas otra vez?

-¡No!-repuso ofendido.- No había por qué-agrego- Aparentemente la niñera las estaba asustando, así que se metieron a mi camioneta. No las encontré hasta que ya estaba en casa.

Kise lo escucho suspirar.

-Lo siento, Kise. Iré por ellas.

-No te preocupes. Sólo no quería que llamaras a la policía cuando la niñera se asustara. Satsuki y Mei serán bien recibidas hasta que vengas. Prometo mantenerlas con vida hasta que llegues aquí.

-¿Estás seguro? No quiero molestarte.-y sonaba sincero.

-Eso no te detuvo en la ferretería- le recordó.

El moreno volvió a reír. 

Notas finales:

espero que les guste!!! y sus lindos rws n.n

nos leemos!!!

facebook: tami neko.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).