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"Giro de 360° desde que te conocí" por lanekorubia

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Notas del capitulo:

Holi!!!!! gracias a todas las que se toman la molestia de comentar!!!!

las adorooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! son ustedes las que me inspiran n.n

espero que les guste!!!

 

-Entonces, ¿Ustedes me aseguran que todo está en orden?

-Completamente.

-…¿Creen que estar en orden significar atar a Murasakibara a una silla, colocarle un chip con sonido a Kuroko para saber su ubicación, dejar que Reo se meta al congelador y que Akashi duerma todo el día en el sillón?

-ehh…-el pelirrojo estaba bastante nervioso como para responder algo coherente.

-Créame que ese pervertido está perfectamente en la silla-intervino Himuro con seguridad- no queremos que Kuroko se nos pierda en el supermercado o algo así; la estación favorita de Reo-nee es el invierno y Akashi, pues…¿Dejémoslo ser?

 Hyuuga suspiro mientras se acomodaba los lentes.

-Por lo que veo, ninguno de ustedes dos sabe nada acerca de todos estos niños…

-… ¿Tanto se nos nota?

-Sí, y como sé que el anterior guardaespaldas se fue antes de explicarles algo, lo dejare pasar.-dijo con severidad- Pero será la única vez. Así que presten atención.

Hyugga abrió su maletín, en dónde se encontraban algunos papeles, pero sobre todo estaba lleno de fotografías de la familia Akashi.

-¿Eres una especie de acosador o algo?

Jumpei se dio una palmada en la cara. Iba a ser más difícil de lo que pensó.

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-Me voy a cambiar de ropa-aviso Kise mientras caminaba por el pasillo, en dirección a su habitación.

-¡Realmente no hay nada malo con lo que llevas ahora mismo!"-dijo el moreno con una sonrisa burlona, provocando que el rubio le enseñara su dedo medio.

Ryu abrió los ojos y luego le sonrío a Aomine-Tendría que deberme un billete por eso.

El moreno asintió. Sabía exactamente lo que significaba ese gesto en particular, y él estaría dispuesto a ponerlo arriba de él… Negó con la cabeza para despejar sus pensamientos.

-Vamos a decirle a Mei y Satsuki a dónde vamos.

 

-¡Está bien!-sonrió el pequeño rubio.- Sígueme, están en mi habitación-guio mientras miraba por encima del hombro para asegurarse de que el moreno seguía ahí.-Aquí esta- abrió la puerta y le indicó que entrara.

Aomine sonrío a lo que encontró. Su dulce pequeña Mei estaba de pie sobre una cama en forma de un barco pirata. Llevaba un parche en el ojo y una espada de plástico. Satsuki estaba de pie encima  del nido de cuervos de juguetes construido en una de las esquinas. Tenía un pañuelo sobre su cabello y lo miraba a través del telescopio. -¡Ahoy matie!-gritó.

-¿Qué están haciendo?

-Las convertí en piratas-contesto Ryu con naturalidad mientras corría hacia su cama.-Muéstrale lo que te enseñamos, Mei.

Ella extendió la espada. -Arrrrr-gruñó.

Rápidamente el peliazul la levanto haciéndola girar.

-¿Qué cosa dejaste que te hicieran estos niños, princesa?-pregunto divertido.

-Papi, soy un pirata no una princesa- ella rió y él froto su nariz contra la suya.

-Pero eso es una gran idea, Aomine-kun- dijo Ryu, arrugando el rostro ante sus pensamientos. -Me pregunto si mamá nos podría conseguir armaduras. Podría ser un caballero y Satsuki la reina… necesitaríamos un dragón también.

-¡Mi tío Midorim podría ser el dragón! Él es muy grande y sería más divertido tener un dragón verde-opino Satsuki.

Alguien carraspeo, causando que todos voltearan a la vez hacia a la puerta. Kise estaba ahí de pie con una mirada divertida en su rostro.-Está bien, bribones, muévanse.

Satsuki bajó rápidamente la escalera y corrió hacia él.

-Me alegro de que estés bien, Ryou-chan.

Kise sonrió-Gracias, princesa. ¿Su padre les dijo que todos vamos al cine?-Sus ojos se iluminaron y  negó con la cabeza. El ojidorado lo miró con un suspiro.-¿Qué estuviste haciendo aquí arriba, Aomine?

-Me distrajeron- se defendió el peliazul-nuestros niños convirtieron a Mei en un pirata.

La pequeña salió en su defensa-¡Yo ho ho!

-Ella estará bien.-replico Kise-Crecí con una mayoría de chicos igual de revoltosos  y mira lo bien que me resultó.

Aomine empezó a decir algo, pero el rubio no lo dejó.-Vamos chicos, antes de la boca de Aomine lo meta en problemas.

Satsuki corrió a sostener su mano mientras salían de la habitación.

Ryu lo miró con simpatía-Mi boca me mete en problemas todo el tiempo también.

-Está bien, Ryu. Creo que es una cosa de hombres-le aseguro-¿Estás listo para ir?

-Sí, señor-sonrió. Fue entonces cuando el moreno noto que Ryu poseía el mismo brillo travieso y desafiante que Kise.

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-Tengo hambre…-decía el pelinegro por décima cuarta vez. Midorima ya tenía un serio tic en su ojo izquierdo-Mínimo si piensas encerrarme en prisión deberías alimentarme. Es una regla básica de amabilidad, ¿No te lo enseñaron tus padre o…-

-¡Cállate!-exploto el peliverde.

Estaba harto. Completamente harto.

Desde hace tres horas había tenido a aquel “delincuente” a su cargo sin saber qué hacer…pero negándose rotundamente a dejarlo escapar sin darle su merecido. Lo único malo, era que en cualquier momento el que iría a prisión sería él mismo por asesinato llevado a cabo por un pico de estrés.

-Relajate…-Takao lo miro detenidamente unos segundos. Estaba en el asiento de copiloto y sus manos estaban esposadas (Makoto les había tirado unas al peliverde con tal de poder echarlo lo más rápido de la oficina policial).- Shin-chan.

-¿Qué?

-¡Shin-chan!-repitió el pelinegro mientras señalaba su bata de médico, en dónde tenía su propia ficha con su nombre. 

Midorima suspiro.

-No tienes derecho a cambiar mi nombre. ¿Entendiste?

-No necesito un derecho para hacerlo-bufo Takao- Pero enserio tengo hambre y estoy cansado, ¿Por qué no dejamos de perder el tiempo y me dejas ir de una buena vez?

-No te irás de aquí hasta pagar tu intento de robo, delincuente. Te dije que te llevare a prisión…

-Como si no hubiera escuchado eso antes- rió, sin darle mucha importancia al asunto.- Llamaré a Kise. Él me saco de problemas peores.

Midorima se quedó estatil unos segundos. ¿Kise? ¿Kise Ryouta? ¿El doncel que había rescatado a sus sobrinos de Tara?

-¿Kise Ryouta?

-¿Lo conoces?-Takao arqueo una ceja. El peliverde pudo notar verdadera confusión en su rostro.

Afortunadamente sabía la dirección gracias a Aomine, así que con un suspiro condujo el auto en dirección a la casa de Kise.

-No me respondiste la pregunta-dijo Takao con seriedad.-¡¿De dónde lo conoces?!

 No dijo nada.

-¡Contéstame!-grito con verdadero enojo y…¿preocupación?

Midorima freno de golpe. Tomo la llave que Hanamiya le había lanzado junto con las esposas, y las ajusto más.

Takao emitió un quejido de dolor.

-¿Todos los conocidos de Kise son maltratados así, o solamente es mi día de suerte?- preguntó sarcásticamente.

El peliverde volvió a ignorarlo.

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 -Bien, ¿Él es…?

-Alguien que se me hace muy familiar…-susurro Kagami achinando los ojos.

-¡Yo lo sé! ¡Es el vecino!

-¡TOMENSE ESTO EN SERIO!-grito Hyuuga dándole un golpe en la cabeza a cada uno con las fotografías.

-Esta bien, ese es Akashi Seijuro-contesto Kagami protegiendo su cabeza.

-Sí, no te espojes-bufo Himuro.

Hyuuga suspiro mientras se pasaba una mano por su cabello, en clara señal de desesperación.

Llevaba la última hora enseñándoles fotos e información de los cuatro adolescentes que se supone, ellos dos debían cuidar.

-¿Cuánto años tiene?

-16.

-¿Sufre de…?

-Esquizofrenia.

-¿Es alérgico a…?

-Pelo de gato.

-¿Y su pasatiempo es…?

-Dormir.

-Muy bien, Himuro.

-Gracias.

-¡Está haciendo trampa!-exclamo el pelirrojo señalando a su hermano, indignado-¡Estaba leyendo las respuestas de la hoja!

-¡Cállate Taiga!

Hyuuga volvió a golpearlos.

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-¿Qué es lo que quieren ver chicos?-pregunto Aomine cuando llegaron.

-¿Podemos ver Buscando a Doris?-preguntaron Satsuki y Ryu, emocionados.

-Si está bien con los demás-respondió. Ambos se volvieron hacia Ryouta y Mei.

Kise miró a la multitud de gente entrando y saliendo del cine.-Por mí está muy bien, con una condición- dijo-Aprovecharé uno de mis besos.

Ryu arrugó la cara cuando el rubio le plantó un sonoro beso en la mejilla. Cuando Satsuki se rio, él se volvió hacia ella.

-Creo que también necesitas uno- Y se lo dio después. A la pequeña pelirrosa no parecía importarle tanto. Tenía una sonrisa alegre en su rostro.

Mei lo miró ofendida.-¿Y yo qué?

-Oh, lo siento mucho-se rió Kise mientras la levantaba y la besaba en la mejilla.-¿Está mejor, señorita Mei?

-Es tu turno- respondió la peliazul de rizos, sorprendiendo a Kise con un beso.

Él sonrió suavemente antes de buscar a Ryu y Satsuki con la mirada.-Ustedes, chicos, deberían prestar atención. Podrían aprender algo de esto.

Tan pronto como entraron Aomine pago por los boletos de cada uno, mientras que Kise llevaba a los niños a la dulcería. El moreno estaba bastante seguro de que los obligaría a escoger más de lo que querían sólo para que pudiera gastar más. Sabía que no había manera de que Mei fuera capaz de comer tantos nachos.

Ya tenían a los niños sentados, Kise estaba a punto de sentarse al lado de Ryu, pero el moreno lo detuvo.-¿Qué estás haciendo?

-Tienes razón-respondió el ojidorado-sentarse es tan sobrevalorado...

Aomine lo tomo de la muñeca y lo llevo a la fila detrás de los niños. -Tenemos que sentarnos aquí para que podamos cumplir con nuestro deber de padres y lanzar palomitas sobre ellos si se ponen a hacer escándalo.

-¿Y no podemos hacer eso si nos sentamos al lado de ellos?-respondió levantando una ceja.

-No es tan eficaz si te sientas al lado-le informo.

Kise dudo unos segundos antes de lanzarle una palomita a una mujer que estaba sentada junto a ellos.

-Tienes razón, no es tan eficaz-asintió para luego sentarse al ver que la palomita solo había rebotado en el hombro de la mujer que seguía hablando con sus hijos- Ni siquiera se dio cuenta de que fue víctima de una munición.

Aomine negó con la cabeza antes de sentarse junto a él.

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-Por lo que veo después de haber perdido tanto tiempo con ustedes-dijo Hyuuga con seriedad- es que no tienen idea acerca de cómo ser niñeros y se toman a chistes la responsabilidad de trabajar aquí. Por lo que decidí que me quedare con ustedes hasta que aprendan mínimamente algo y tenga la seguridad de que todos estarán bien y…¡¿Por qué están llorando?!

-¡Es que…-Sollozo Himuro- ¡Nadie nos había dado una oportunidad así, jefecito!

-¡Nos echaban sin consideración!-asentía Kagami, lloriqueando.

Hyuuga volvió a golpearlos.

Del otro lado del living, escondidos en la cocina, se encontraban Kuroko, Murasakibara y Reo.

Escuchando con atención todo lo que pasaba.

-Por mi está bien que se queden-rompió Murasakibara el silencio con sus hermanos-hay un dulce nuevo que quiero probar.

Kuroko lo miro confundido. “¿Cuál?” se podía leer en su mirada.

El pelilila sonrío- Se llama Muro-chin bañado en crema…

En ese momento las puertas de la cocina se abrieron y Kagami entro. Aún con los ojos humedecidos.

Murasakibara lo ignoro olímpicamente mientras salía rumbo a su habitación.

-Hola…-saludo el pelirrojo al verlos. Un cosquilleo se hizo presente al notar al peliceleste.- ¿Cómo durmieron anoche…? Cocinare algo, porque nos pasamos la hora del almuerzo y… ¡¿Tienes fiebre?!-pregunto preocupado mientras se acercaba a Reo. Quién parecía una estufa viviente- no debiste meterte en el congelador…

-¿Hyuu-ga vend-rá a vi-v-vir con no-s-sotros ver-da-d?-tartamudeo sonrojado.

Kagami arqueo una ceja.

-Sí, ¿Por qué? ¿Te preocupa o…?

Pero se detuvo al notar que Reo…

-¡¿Se desmayó?!

Kuroko tomo el cuaderno que siempre llevaba consigo y se puso a escribir algo ante la perpleja mirada del pelirrojo. Desde la primera vez que vio al peliceleste se había preguntado que había en ese cuaderno para que lo llevara a todos lados.

Luego de unos segundos, Kuroko le mostró lo que había escrito: “Llevare a Reo-nee al congelador”

Kagami había quedado tan sorprendido por la forma de comunicación de Kuroko que apenas pudo reaccionar cuando este se llevó a rastras a Reo.

-Parece que a alguien le gusta el jefecito-comento Himuro desde la puerta- Iré por preservativos. Los míos se acabaron…

 Kagami negó con la cabeza, pero decidió ignorarlo. Estaba demasiado ensimismado en ese momento como prestarle atención a algo que no sea aquel peliceleste.

-Kagami, iré a instalarme a mi cuarto y… ¿Qué te pasa?-Hyuuga entro a la cocina y observo confundido al pelirrojo parado en medio del lugar.

-Kuroko…-susurro- ¿Él que tiene?

-Ah, Kuroko. Sabía que me faltaba alguien-se reprendió a sí mismo- Bueno, él fue testigo de cómo violaban y asesinaban a su hermana melliza cuando tenía cinco años. A pesar de que sufrió varios golpes durante el secuestro que tuvieron él y su melliza logro recuperarse. Sólo que se volvió extremadamente tímido. No sale de casa y no tiene amigos. Toma cursos por internet y no le gustan los desconocidos…tampoco habla. Desde que lo conozco yo, hace doce años, jamás pronuncio una palabra…

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Kise se congelo cuando escucho una familiar voz aterciopelada.

-¡Nos está regando!-explico Mei.

Se giró y sonrío.-En serio, Aomine, ¿cómo permites que tus hijos vayan por la vida sin haber tomado un baño afuera? Es inconcebible.

-Ellos están naranjas- contestó el moreno-Me voy por media hora a buscar algo para la cena y me encuentro con esto…

Kise se encogió de hombros- Pintamos el cuarto de juegos. Ahora toma algo de jabón y ayúdame.

Ryu y Satsuki encontraron divertido cuando él cepillaba sus cabezas como si fueran sus mascotas o algo así. El rubio tomo una toalla y envolvió a Mei en ella. Entonces los niños entraron con sus dientes tiritando, así que los ayudo a abrigarse también. Aomine decidió que iba a cocinar la cena mientras todos ellos se ponían ropa seca.

Cuando Kise regreso a la cocina, escucho a Satsuki contarle a Aomine sobre el tiempo en el que no estuvo presente-Ryou-chan puso a Mei en sus hombros para que pudiera alcanzar hasta arriba. Así fue como cayó pintura sobre él. Debiste haber visto, papá. Ryou-chan dijo que Ryu y yo hicimos un buen trabajo…

El sonido del timbre lo sacó de escuchar a escondidas. Pero cuándo abrió la puerta se encontro con el rostro serio y molesto de un peliverde en uniforme de doctor.

-…¿Pasa algo malo?-pregunto. Su primer impulso había sido el de cerrarle la puerta en la cara, pero se contuvo.

-Atrapé a un delincuente que dice que te conoce-respondió, buscando a su lado y jalando al pelinegro-¿Te parece familiar?

Kise miro a Takao.

-No lo conozco.

-Es bueno verte también, Mariquita- el rebelde adolescente contestó con una sonrisa natural.

 

-¿Mariquita?-Kise se sobresalto cuándo escucho las voces del médico y  Aomine hablando al unísono. No sabía que el moreno estaba detrás de él.

Ryu bajo saltando las escaleras. Sus ojos se abrieron con alegría cuando vio quién estaba en la puerta.-¡Tío Takao!

-¡Ryu-chan!- gritó de vuelta, imitando su tono emocionado.-Te abrazaría, pero este simpático médico sintió la necesidad de esposarme…. ¿Un poco de ayuda por aquí, Ki-chan?

-Midorima-dijo el rubio al leer el nombre del peliverde en la bata- puedes soltarlo. Este chico es Kazunari García Takao. Mi hermano menor.-arqueo una ceja en dirección a su hermano-¿Qué se supone que estás haciendo aquí, Takaocchi? ¿No se supone que estabas en el internado?

-Hubo un par de problemas y digamos que no soy apto para compartir habitación desde que a mi compañera de piso se le quemo todo el armario por accidente- anunció con aires de suficiencia mientras Midorima la desposaba de mala gana.-Sólo necesito un lugar para quedarme por unos meses hasta que el servicio comunitario termine y pueda inscribirme en otra preparatoria.

-No quiero saber porque el servicio comunitario-Bufo Kise con resignación-Aquí están las reglas: No fumar, no beber, y no maldecir en frente de los niños a menos que quieras perder todo tu dinero. Si nos arrestan por alguna de tus brillantes ideas, tú tendrás que sentarte junto a la marimacha la próxima vez.

Takao lo miró confundido- ¿Niños? ¿Hiciste aparecer otro mientras estaba en el internado? ¿Y quién es el bombón que no se decide si mirarme a mí o a tu culo?

Aomine se acercó entonces. -Soy Aomine Daiki. Tu hermano secuestra a mis hijas de vez en cuando- sonrió.

-Él siempre ha tenido formas extrañas de conocer hombres-contestó Takao.

Kise solto un grito ahogado. -Tú, pequeño…

-Oh, en serio- interrumpió Aomine el intento de amenaza del rubio- Bueno, justo estaba haciendo la cena. ¿Por qué no vienes y me cuentas todo al respecto? Hay suficiente por si quieres unírtenos, Midorima. Estoy haciendo omelets. Y la verdad es que prefiero llegar a casa para que me cuentes como acabaste aquí, hermano…no sería bueno que maldijeras en frente de los niños.

-Creo que he tenido suficiente por un día, gracias-dijo el peliverde mirando fijamente a l pelinegro. Kise los observaba con curiosidad.  

-¿Por qué estás tan desquiciado?- preguntó Takao-Yo era la que tenía su trasero perseguido por la calle porque te negabas a creer que no era una criminal.

-¡Tu trasero estaba en mí auto que tú robaste!

-Tomé prestado-corrigió suavemente.

-¿Eso es un no para el omelet?- preguntó Aomine, claramente entretenido con la situación.

-Mete tu trasero en la cocina- contesto Kise claramente no muy entretenido con la situación.

-¿”Desquiciado” es una mala palabra?-preguntó Ryu.-Si es así, tengo cinco dólares ganados.   

 

Notas finales:

espero que el cap les haya gustado!!!!!!!!!!!!! si fue asi espero sus bellos rws n.n

nos leemos!!!!

facebook: tami neko. 


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