Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Segunda oportunidad. por DanTamMu13

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Chicos, he llegado con la actualización a la historia :3

 

Personitas hermosas, dejenme decirles que, por nuevo horario escolar, además de nuevos cursos impevistos que deberé tomar de ahora en adelante las actualizaciones se realizarán ahora de la siguiente manera:

Lunes - Segunda Oportunidad.

Miércoles - Fan número uno.

Viernes - El comienzo de nuestra historia.

Además, tengo un nuevo proyecto en puerta que pensaba añadir, y si se llegara a hacer les avisaría del nuevo horario.

 

Con esto en mente tengan en cuenta que los cambios a los horarios se realizarán a partir de la semana siguiente.

Listo, les dejo la historia para que la disfruten ;)

La semana siguió su curso del mismo modo. Visitamos a Sai, y Naruto había elegido que leyéramos “El profesor”, cosa conveniente, pues era uno de los libros favoritos de mi hermano.

Finalmente llegó el viernes y cuando la hora de la salida se hizo presente, pudimos notar como muchos salían del campus casi automáticamente. Regresamos a la habitación, y me senté en la cama, tomé las llaves del auto y lo miré fijamente.

 

-        ¿Irás este fin de semana? – pregunté cómo ofrecimiento.

-        ¿Aún me quieres allá? – preguntó sorprendido.

-        Si tú quieres ir, siempre serás bienvenido. – agregué justo antes de levantarme con toda la intención de marcharme.

-        Espérame. – pidió.

 

Me quedé parado cerca de la puerta, viendo sus acciones y repasándolas para evitar que olvidara algo importante. Una vez estuvo listo salimos de la habitación, cerrándola nuevamente. Salimos el edificio y cruzamos el campus, dirigiéndonos al automóvil, subimos juntos y encendí de inmediato el motor, para poner música y amenizar el ambiente.

 

-        Lo siento. – dijo mientras yo manejaba acercándome a la carretera.

-        ¿De qué hablas? – pregunté sin mirarlo, subiría un poco más la velocidad, por lo que no quería distraerme mucho.

-        Actúe como si estuviera molesto, cuando la verdad es que no sabía qué hacer. – admitió.

-        Bueno, ya somos dos, así que dejémoslo de lado.

 

Naruto guardó silencio apenas entramos a la carretera, me fijé apenas en cómo estaba y noté su tensión. Miré el tablero del auto, que marcaba 200 km/h, cosa que ya era lenta para mí, pues en el Bugatti manejaba a 300 km/h.

 

-        ¿Mejor? – pregunté bajando a 180.

-        Un poco, lo siento, me da nervios.

-        Descuida. Conduzco así desde que recuerdo, deberías confiar en mí, a esta velocidad llegaremos en 4 horas, aunque si te parece mejor, puedo intentarlo.

 

Naruto guardó silencio unos minutos, meditando su respuesta, pensando en las consecuencias de cada una de las decisiones que podía tomar, hasta que finalmente se relajó, soltó el auto, manteniendo sus manos entre las piernas.

 

-        Muéstrame. – pidió.

-        ¿Seguro? Contigo no he manejado como suelo hacerlo solo. – avisé.

-        Seguro, quiero verlo, prometo no hacer nada.

 

Respiré profundamente, bajé el volumen de la música, y él entendió que necesitaba concentrarme un poco más que de costumbre. Comencé a acelerar, y no dejé de hacerlo hasta llegar a los 300 km/h que solía hacer. El ruido del motor era estruendoso; pero hermoso, Naruto se esforzaba por mantener las manos entre las piernas, pude darme cuenta que era su intento a confiar en mí.

Dejé de fijarme en él para evitar cualquier accidente y presté total atención al camino. Habíamos salido del campus a las 4, y a las 5 ya habíamos entrado a la capital, donde ya había bajado la velocidad a unos prudentes 80.

 

-        Así manejo cuando viajo solo. – avisé mirándolo.

-        Me pone de nervios la velocidad; pero eres bueno. – me dijo relajándose.

-        Nunca he chocado, al menos no a una velocidad mayor a 70, siempre ha sido por errores ajenos y cuando apenas arranco, así que no me ha sucedido nada grave. – expliqué.

-        Eso es bueno. – dijo tranquilo.

 

Llegamos a la casa y repetimos lo de la semana anterior, cenamos y luego de eso miramos un poco de televisión, haciendo tiempo para poder pensar en algo que hacer. Me alejé en determinado momento, entrado al baño más cercano de la cocina.

Mientras estaba yo ahí, llamaron a la puerta y pude notar que Naruto no estaba acostumbrado a tener un servicio, pues corrió a la sala en busca de la puerta, aunque, claro, le habían ganado. Escuché unos murmullos hasta que finalmente Naruto se acercó a la puerta.

 

-        Te buscan. – dijo de manera cortante.

 

Salí del sanitario, buscando con la mirada al rubio, sin éxito. En su lugar estaba Gaara acompañado de Yumiko, esperando por mí.

 

-        ¿Qué haces aquí? – pregunté confundido.

-        Vine a hablar contigo, te he buscado; pero hasta hoy no te había encontrado. – explicó acercándose a mí.

 

Naruto salió de la cocina, ignorando la escena, subiendo las escaleras para entrar a su habitación; pero antes de que llegara al piso, Gaara habló.

 

-        Él no es parte de tu servicio, ¿quién es? – preguntó con un tono molesto.

-        Estudiamos juntos. – aventuré.

-        ¿Qué? ¿Ahora estudias? ¿Y con gente como él?

-        ¿Qué quieres?

-        ¿Sólo estás con él? – adivinó. – Entonces es mi reemplazo. – dijo riendo.

-        Te hice una pregunta, Gaara.

-        Oye, niño, puedes regresarte por dónde has llegado, ya volví, así que ya no te necesita. – le habló directamente a Naruto, ignorándome. Escuchar aquello no sólo me había molestado, había molestado a Naruto.

-        ¿Y tú eres? – preguntó Naruto bajando nuevamente.

-        Su novio. – se presentó intentando abrazarme. La cara de sorpresa de Naruto fue impresionante.

-        Mejor prueba con exnovio. – añadí alejando al pelirrojo.

-        Soy amigo de la familia, íntimo. – agregó Naruto al presentarse.

 

Gaara lo miró con disgusto, cosa que Naruto ignoró por completo, y entonces noté lo divertido que se sentía el rubio. Después de todo, era la primera vez en años que no se dejaba de alguien.

 

-        Sasuke, iré a la piscina, cuando termines, acompáñame. – invitó.

-        Sí; pero antes llama a tu padre, querrá saber que llegamos. – añadí, notando la sonrisa de satisfacción en su rostro me tranquilicé.

-        ¿Con él te juntas? – preguntó Gaara molesto.

-        ¿Qué carajo quieres? – pregunté ya exasperado.

-        Pensé mucho lo que me dijiste antes de irte ese día de mi casa. – explicó con detalle a propósito, buscando molestar a Naruto, que estaba al otro extremo de la sala hablando con Minato.

-        Eso fue hace dos meses, Gaara. – anuncié.

-        Dicen que más vale tarde que nunca. – atajó con voz seductora.

-        ¿Sabes algo? Estoy realmente ocupado para tus visitas. Además, tengo compañía.

-        ¿Y cuándo podría verte a solas? – preguntó con la misma voz, mientras miraba de reojo a Naruto, quien ya había colgado y ahora caminaba hacia mí.

-        Nunca está solo, siempre estoy con él. – comenzó Naruto sonriéndole al pelirrojo. – Y dice mi padre que quiere cenar con nosotros mañana. Platicar con nosotros. – me dijo mirándome fijamente.

-        Seguro, ¿lo invitaste a venir? – le pregunté alejando al pelirrojo nuevamente.

-        Sí, llegará a las 8.

-        Perfecto. – agregué. – Ve a la piscina, ya llego.

 

Naruto en esta ocasión si subió a su habitación, dispuesto a cambiarse la ropa por el traje de baño, y yo tenía que apresurarme a deshacerme de Gaara, o sería más que evidente para él, y por la situación, probablemente gritaría a los cuatro vientos cuánto me gustaba el rubio.

 

-        Será mejor que te marches. – le dije recordando esa noche en su casa.

-        ¿De verdad arrojaras a la basura nuestros dos años? – preguntó atónito.

-        Eso lo hiciste tú. Yo seguí mi camino, y mi camino, justo ahora, se encuentra allá arriba. – le insinué de mi situación con Naruto.

 

Gaara estaba más que molesto, por lo que me acerqué y le abrí la puerta, y antes de que pudiera decir algo más, Gaara se marchó realmente furioso. Había tenido mucha suerte de que lo dejara tan fácil y no hubiera hecho ningún comentario extra.

 

-        Yumiko, hazme el favor de avisar al personal que él ya no es bienvenido en esta casa, no importa la circunstancia.

 

Yumiko sólo había asentido y se había alejado. Yo caminé rumbo a mi habitación, para cambiarme; pero antes de llegar Naruto salió y listo.

 

-        ¿Se fue? – preguntó sin mirarme.

-        Ya, lamento eso. – dije sincero.

-        No, está bien. Te veré allá. – apenas comenzó a andar detuve su brazo antes de que bajara las escaleras. – No entraré a lo profundo si no estás, lo prometo. – dijo adivinando mi preocupación.

 

Lo solté y lo miré bajar, lo contemplé sin pudor o vergüenza alguna, no podía evitarlo, me tenía loco ese rubio, loco por él. Todos mis sentidos se disparaban cada vez que hablaba; pero el verlo así, lograba enloquecerlos todos. Permanecí ahí, viéndolo hasta que lo perdí de vista por completo. Entonces corrí a mi habitación a cambiarme rápidamente, y una vez estuve listo salí de ahí, dirigiéndome, casi corriendo, a la piscina.

Entré al salón de la piscina y lo vi dentro, a la altura de su cuello, donde trataba de recordar los ejercicios que le había puesto una semana atrás.

 

-        No los olvidaste. – anuncié mientras entraba a la piscina.

-        No, y menos después de que casi me ahogo. – dijo riendo.

-        Es irónico que antes mencionaras que siempre te salvaba yo. – dije llegando a su lado.

-        Lo sé. – dijo en tono ligeramente serio.

-        ¿Todo bien? – pregunté mirándolo fijamente.

-        ¿Exnovio? – preguntó viéndome a los ojos.

-        Oh, eso.

-        ¿Por qué no me lo dijiste? – preguntó girándose, dándome la espalda.

-        Bueno, no lo siento relevante. No me presento a la gente como homosexual. – atajé.

-        No; pero en algún punto pudiste mencionarlo. – invitó.

-        No tiene importancia. Ven, sigamos con tu nado.

 

Naruto accedió a dejar el tema por la paz. Hizo sus mejores intentos cada vez que trataba de enseñarle algo nuevo, cosa que me encantaba. Amaba ver cómo le ponía ese entusiasmo a todo lo que hacía, y como se esforzaba hasta el final hasta por el menor tema.

Luego de un rato entramos de nuevo a la parte profunda de la alberca, donde, nuevamente, sujetaba mi mano para mantenerse seguro.

Estuvimos ahí poco más de una hora, hasta que finalmente admitió que ya no podía con el cansancio.

 

-        ¿Te apetecería seguir mañana? – le pregunté cómo ofrecimiento.

-        Seguro. Oye, papá también me dijo que quiere verte a la hora del desayuno, que vendrá para tomarlo contigo, cosas del trabajo, mencionó.

-        De acuerdo, ¿nos acompañarás? – pregunté.

-        No, me pidió que fueran solo ustedes. Yo estaré arriba, luego desayunaré.

-        No, te enviaré el desayuno con el servicio, no te apures. Gracias.

 

Salimos de la piscina y nos dimos una ducha rápida ahí mismo, nos cubrimos con la toalla y finalmente nos separamos en nuestras respectivas habitaciones.

Al entrar a la habitación me quité los lentes de contacto, guardándolos de nuevo, me duché de nuevo y me puse el pijama. Me dormí de inmediato, sin problema alguno, quizá por el cansancio.

 

A la mañana siguiente me alisté deprisa y saludé a Naruto justo antes de bajar a esperar a su padre. Estando en la cocina le pedí al servicio que le llevara a Naruto su desayuno mientras que Minato y yo charlábamos sin ser molestados.

Cuando el rubio mayor llegó, entró acompañado de Yumiko, quién sólo nos entregó nuestros desayunos y luego nos dejó solos.

 

-        Hola Minato, platícame. ¿Qué tema del trabajo necesita esta reunión? – pregunté mientras él se sentaba frente a mí.

-        Ninguno. No hay tema suficientemente importante para hacer visitas a esta hora. No laborales. – atajó.

-        De acuerdo, entonces ¿qué te preocupa? – pregunté curioso.

-        Naruto, vengo a hablar de tu relación con él. – eso me había tomado por sorpresa.

-        Te equivocas, no tenemos ningún tipo de relación más que amistosa. – dije nervioso mirando el plato frente a mí.

-        Sasuke, no soy ciego. Y aún recuerdo su niñez como si fuera ayer.

-        ¿Nuestra niñez? – pregunté sin entender.

-        Desde que eran niños ambos se gustaban. Y no paraban de repetir que cuando fueran mayores serían novios. – explicó.

-        Bueno, yo no recuerdo nada de eso. – admití sonrojado.

-        ¿Entonces qué sucede ahora? – preguntó serio.

-        Nada, me enteré que nos conocimos de chicos la semana pasada. Honestamente no recuerdo nada de eso, así que no tienes nada de qué preocuparte.

-        Claro que lo tengo – habló más serio. -, yo siempre estuve de acuerdo con lo suyo. Siempre he pensado que no encontrará a nadie mejor que tú; pero no veo que nada pase entre ustedes, y, aun así, viene a tu casa, solos. – me sonrojé totalmente. El padre de Naruto, un amigo familiar, me estaba diciendo que él esperaba que yo estuviera con su hijo, el mismo que me traía loco.

-        Mentiría si te dijera que no siento nada por él; pero no es una decisión propia. Él tiene también mucho que decir del tema. – aseguré.

-        Es que ambos son idiotas, él está loco por ti, y tú por él; pero no hacen nada porque creen que no ganarán nada. Sasuke, si nunca te arriesgas en ningún ámbito, nunca ganarás nada tampoco.

 

Apenas dijo eso, Minato terminó su desayuno rápidamente y se marchó, dejándome solo con esa nueva información, en una casa donde sólo estábamos su hijo y yo. Comí lentamente, nervioso, ansioso y emocionado al mismo tiempo.

Una vez terminé abrí la puerta de la cocina, dejando entrar al servicio completo.

 

-        Señor Uchiha. – me llamó Yumiko.

-        ¿Sí?

-        Sólo quería informarle. Su invitado nos pidió personalmente preparar la habitación contigua a la suya. Mencionó que usted entendería sus motivos. – explicó apenas.

-        Gracias, Yumiko. Y es Naruto Uzumaki, nómbralo así, es más que un invitado. – expliqué.

 

Subí las escaleras consternado, cuando había saludado a Naruto por la mañana, parecía tranquilo; pero el pedir esa habitación debía ser sólo por sus terrores nocturnos. Llamé a su puerta, y al escuchar su respuesta positiva, entré.

 

-        ¿Estás bien? Yumiko me contó de la habitación.

-        Sí, estoy bien.

-        ¿Tuviste otro? – le pregunté acercándome. Lo vi guardando sus cosas en la maleta.

-        Sí; pero ya me distraje, dejaré esto así para hoy dormir allá. – me avisó parando la maleta, recargándola en la pared.

-        De acuerdo, esta noche estaré pendiente. – prometí. - ¿Qué tal estuvo tu desayuno? – pregunté inseguro, ¿qué debía hacer? No podía decirle que su padre había hablado conmigo de nuestra situación.

-        Bien, aburrido. – admitió. - ¿Solucionaron lo del trabajo? – preguntó mirándome.

-        Sí, todo está en orden, sólo me pidió unas autorizaciones, había olvidado decirle que podía pedirle a Ren que me las enviara y ya. – mentí sin problema.

-        Muy bien, y ¿qué haremos hoy? – preguntó mirándome seriamente.

-        Quiero mostrarte algo. – dije sincero.

-        Vamos.

Notas finales:

Chicos, espero que les haya gustado; pero permítanme recordarles del nuevo horario de actualizaciones que habrá.

Tampoco olviden dejar reviews, les quiero un montón, buenas a todos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).