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Segunda oportunidad. por DanTamMu13

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Notas del capitulo:

Aquí regreso al fin con el nuevo capi, espero les guste, chicos, gracias por los review :3

A la mañana siguiente desperté muy temprano, más que de costumbre, y algo llamó mi atención, ruidos, quejidos. Me concentré despertando por completo, escuchando a Naruto quejarse entre sueños. Busqué a tientas las gafas que había guardado antes, y al verlo, opté por despertarlo de la mejor manera posible.

 

-        Cht, despierta. – dije mientras lo sacudía un poco.

 

Al ver que no reaccionaba, pensé en alguna otra manera.

 

-        Naruto, te estoy hablando, idiota. – lo llamé mientras lo jalaba un poco más bruscamente.

 

Lo escuché hablar y quejarse, se movía, incluso se incorporó un poco y luego se recostó de nuevo. Sabía lo que era eso. Yo había padecido de terrores nocturnos desde pequeño, y en ese entonces me llevaba de maravilla con Itachi. Él me calmaba de una manera específica y conseguía despertarme. Pensé hasta recordar cual era, hasta que di con ella.

Me recosté a su lado, justo abrazándolo por la espalda, mientras que con una mano me dedicaba a acariciar justo la entre ceja, y al cabo de unos minutos Naruto ya estaba tranquilo, moviéndose en señal de estar a punto de despertarse.

 

Me levanté de su cama y lo observé hasta estar seguro que estaba bien; pero apenas abrió los ojos comenzó a reír sin control alguno.

 

-        ¿Qué te sucede, idiota? – pregunté al ver que se reía de mí.

 

Entonces recordé que traía las gafas puestas. Me las quité de inmediato y las arrojé a la cama sin fijarme.

 

-        Eres un imbécil, yo que estaba preocupado por tu pesadilla y tú que te burlas de mí ni bien te despiertas. – alegué incómodo.

 

Naruto siguió riendo un par de minutos más, cuando escuché ya le faltaba el aire. Caminé al escritorio y me puse los de contacto. Lo miré y se encontraba intentando calmarse, con lágrimas en los ojos de la risa.

 

-        Lo siento, Sasuke, es que te ves graciosísimo con ellas. – dijo riendo otro poco.

-        No me lo recuerdes. – le pedí.

-        Tranquilo, lo lamento, ¿de acuerdo?

-        Bueno, de menos ha servido para hacerte pensar en algo más. – comenté resignado.

-        Gracias. – dijo sonriendo.

-        ¿Por eso duermes con un poco de luz? – cuestioné al recordar la tenue luz.

-        Sí; pero creo que esta es muy tenue, últimamente me despierto entre malos sueños. – explicó.

-        Podrías poner la de mesa, no me importa. – comenté.

-        ¿Seguro? – preguntó ilusionado.

-        Claro que sí, no la veré mucho, de todos modos.

-        ¿Cómo me calmaste? – preguntó de pronto.

-        ¿Calmarte? – fingí.

-        Cuando sueño así no me calmo hasta después de varias horas. – confesó.

-        No son sueños, se llaman terrores nocturnos. Sufrí por su causa muchos años, y mi hermano tenía un método bastante efectivo, pensé que podía serte útil, y lo fue. – comenté sin mirarlo.

-        ¿Qué hiciste?

 

Tomé mi toalla, me quité la playera y los pantalones del pijama, envolví mi cintura con la toalla y luego me quité los boxers. Estaba cansado de preocuparme por ello siempre.

Naruto se levantó tan rápido como lo notó y me imitó. Salimos de la habitación, buscando darnos un baño.

Entré a una regadera común, las cuales no tenían divisiones, siquiera. Elegimos unas no tan lejanas; pero tampoco al lado del otro.

 

-        Él me abrazaba por la espalda y acariciaba mi entrecejo. Lo intenté contigo y funcionó. – admití finalmente.

-        ¿Me-me abrazaste? – preguntó nervioso.

-        Ajá.

 

Terminamos de ducharnos y regresamos a la habitación, estaba seguro que no era normal esa unión entre ambos; pero no me molestaba en lo más mínimo.

Una vez estuve listo, apenas me di cuenta que eran eso de las 6:30 am, así que salí de la habitación, buscando algo que desayunar en la habitación. Encontré únicamente pan dulce, leche, café y galletas. Me decepcioné y decidí que compraría un mini frigobar para guardar lo básico por cuando tenga ganas de comer en la habitación.

Caminé de vuelta a la habitación y encontré a Naruto hablando por teléfono, por lo que, al escucharlo, preferí esperar afuera. El único inconveniente fue escuchar un poco sin querer.

Estaba seguro de haber escuchado algo parecido a “no le diré nada a él”, seguido de un “se alejaría”, y aunque no entendía del todo, preferí no preguntar. Al escuchar que había colgado, entré a la habitación y de inmediato Naruto se mostró nervioso.

 

-        Creí que no regresarías. – comentó apenas.

-        Ayer dijimos que nos sentaríamos juntos, ¿recuerdas?

 

Pude notar un sonrojo en su rostro; pero no estaba tan seguro, no había tanta luz. Nos quedamos otro rato recostados hasta que finalmente dieron las 7:30. Salimos y fuimos a desayunar primero. Estando en la fila noté como Naruto había salido pronto y llevaba su bandeja a una mesa, me miró y me invitó con un gesto a sentarme con él, cosa que me dio gusto.

 

-        Deberías alejarte de él. – habló de pronto el mismo chico ojiblanco del día anterior, que estaba formado atrás de mí.

-        ¿Perdón?

-        Lo siento, soy Neji Huyga, estudio aquí desde hace un año. He sabido cosas de aquel chico. – dijo con calma.

-        No me importan los rumores.

-        Bueno, este no es un rumor. Yo solo sé que nadie quiere dormir en la misma habitación que él.

-        Hmp. – bufé ignorando la mayor parte.

-        Le gustan los chicos. Nadie quiere que les haga algo, quiero decir, no tengo nada contra la gente así; pero no me gustaría que un día se tome confiancitas.

 

Cuando escuché eso sentí mi rostro hervir, estaba por demás sonrojado, entonces ¿Naruto era gay? Dios, si lo era, debía haber algo a mi favor. Quizá el destino, quizá era una simple coincidencia; pero agradecía a lo que fuera. Ahora sólo debía averiguar si le gusta alguien en particular antes de pensar en intentar algo con él.

 

Seguí mi paso en la fila hasta que fue mi turno de pagar, sin fijarme realmente pagué y caminé casi deprisa al lugar al lado de Naruto, deposité la charola sobre la mesa y mis cosas en la silla vacía, sentándome a su lado.

 

-        ¿Comerás tan bien? – preguntó sorprendido.

-        Si no lo hago tendré a mi rubia conciencia repitiendo todo el día lo imbécil que soy. – dije riendo.

-        Bueno, tendría razón, tu muy bien parecida conciencia.

 

Sólo atiné a reír ante su comentario, y antes de poder decir otra cosa jalaron una silla, poniéndola frente a mí, y vi a mi hermano sentarse.

 

-        Hermanito, que bien te ves. – dijo en plan de joda.

-        Tú casi te ves como una persona, itachi. – dije mientras me separaba un poco de Naruto.

-        Me han dicho que sigues visitando a Sai. – dijo mientras fulminaba con la mirada a Naruto, que había reaccionado levantando la mirada al escuchar el nombre del menor.

-        Sí, así lo he hecho, no podría olvidarme de él. – avisé.

-        Y también supe que no has ido solo.

-        No, ayer no fui solo, ¿qué tiene eso de importante? – cuestioné antes de mencionar a Naruto.

-        Bueno, mamá no está muy feliz con ello.

-        Pues dile a mamá entonces que se queda sin un hijo. Sai no responde tanto como yo quisiera, al menos a nadie más que a Naruto. – mencioné mirando al rubio.

-        Hmm, así que tú eres el misterioso “amigo”.

-        S-supongo, yo no sabía nada de él; pero oba-chan me pidió que hablara con él mientras veían las muñecas de Sasuke. – se explicó.

-        ¿Oba-chan? – preguntó.

-        Tsunade, se han conocido de años y son casi familia. – avisé.

-        Oh, bueno, eso cambia las cosas. – avisó antes de levantarse.

-        Me enteré que Sasori vendría a verte el fin de semana. – me dijo mirándome fijamente.

-        Ajá.

-        Bueno, no más. – amenazó antes de partir.

 

No terminaba de entender como había terminado todo con un odio tan profundo cuando antes nos llevábamos tan bien.

 

-        Lamento aquello. – le dije sin mirarlo.

-        No parece el tipo de persona que cuidaría de ti cuando tienes esos sueños. – dijo de manera inocente.

-        No, no lo es ahora. Antes del incidente de Sai, lo era, créeme.

 

Naruto no dijo nada, sólo terminó de comer y me esperó a que terminara lo propio. No logré terminar todo; pero fue bastante más que de costumbre, aun así, me había logrado un recordatorio por todo el día.

 

-        Oye, Sasuke-imbécil, ¿dónde te quieres sentar? – me perguntó al entrar a clase de Fundamento de dibujo, él aún traía puesta una sudadera por ser temprano, y no podía más que esperar impaciente porque el fresco matutino se fuera.

-        Elige tú, yo soy un imbécil. – le recordé y ambos reímos un poco.

 

Él eligió unos lugares en el medio del salón, pensando en ambos, se lo agradecí más internamente, de lo que lo hice en persona. No hablamos durante las clases, sólo nos mirábamos ocasionalmente y hubo veces en que nuestras miradas coincidían, provocando que ambos desviáramos la mirada.

Una vez las dos horas terminaron tuvimos que caminar un poco para llegar al salón de Introducción a la programación I, donde, igualmente, lo dejé elegir los lugares.

Terminaron esas horas también y Naruto seguía sin quitarse la sudadera, yo ya no podía más, así que, sin otra opción, lo miré mientras caminábamos al siguiente salón.

 

-        ¿No tienes calor? – le pregunté sin mirarlo.

-        Uhm, sólo un poco, creo. – respondió Naruto.

-        Oh.

 

Y mi gran idea se había ido al caño, no sabía qué hacer para lograr que se quitara la sudadera. Finalmente terminaron las otras dos horas, sin que yo supiera ni qué materia había sido, sólo esperaba el momento en el que Naruto decidiera que era un día caluroso. Y lo era; pero parecía que Naruto no lo notaba. Justo antes de que llegaramos al siguiente salón, claro, yo lo iba siguiendo, de pronto se detuvo.

 

-        Sasuke. – me llamó.

-        Hmn. – respondí apenas.

-        Me da algo de pena quitarme la sudadera. – admitió.

-        ¿Por qué? Ya te lo dije, con ese cuerpo es muy posible que consigas de novia a la chica que te gusta. – lo dije a propósito, claro que sí. Lo estaba mirando, y aunque no había hecho ningún gesto en el momento, lo pensó un segundo.

-        Bueno, aunque no creo gustarle a esa persona. – dijo sin pronombre, sin mencionar si era chica o no, dejándome un rayo de esperanza.

-        Anda, verás que sí, para el final del día tendrás chicas a elegir.

 

En ese momento sí hizo un gesto extraño, y dudó aún más si hacerlo o no, hasta que finalmente, algo lo convenció, no supe qué; pero como lo agradecía.

Naruto se quitó la sudadera, mostrando una playera de manga larga, ligera, y pegada a su cuerpo, dejando ver los músculos de los brazos, la espalda tan bien formada, y su abdomen perfecto.

 

-        Dios. – murmuré, no había podido contenerlo.

-        ¿Qué? – preguntó de inmediato.

-        No, no fue nada, pensé en voz alta algo de la primera hora. – dije mintiendo totalmente.

-        Oh, muy bien.

 

Entramos al salón correspondiente, y el ver las miradas que le lanzaban a Naruto, y las que me lanzaban a mí por acompañarlo, me hizo sentir casi orgulloso, después de todo, no éramos nada como para sentirme de ese modo.

Terminó la hora y cuando salimos, hasta Naruto se percató de todas las miradas que se posaban en él, de mujeres y de hombres, y es que era inevitable, era jodidamente perfecto.

 

-        Sasuke, todo el mundo me mira. – anunció.

-        Lo sé, ¿no es genial? – le pregunté riendo.

 

Naruto sólo caminó detrás de mí en todo momento, sin alejarse en ningún momento, cosa que me hacía más feliz.

 

-        ¿Vendrás hoy? – le pregunté a medio campus.

-        Uhm, sí, claro.

-        ¿Tienes problema si es ahora? – ofrecí de inmediato.

-        No, vamos.

 

Salimos del campus y llegamos al auto, después de todo, no lo haría caminar mientras venía cargando.

Notas finales:

No olviden decirme qué tal les ha parecido en los review, por favor.

 

Les quiero mucho, buenas a todos.


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