Una semana después de que Sasuke hubiera llegado a vivir conmigo ya habíamos terminado de desempacar por completo, por lo que hasta la sala lucía propia de un hogar en vez de una vieja bodega. No nos estaba costando trabajo aún el estar juntos, habíamos pillado de inmediato la manera de hacerlo funcionar, cuando él entraba antes que yo a la universidad yo le preparaba el desayuno, y él tenía la misma cortesía cuando era mi turno. Saki ya se había acoplado por completo a su nuevo hogar, incluso le habíamos comprado una cama muy mona, que tenía una peculiar forma de huevo, así que no nos preocupábamos porque pasara frío. Su cama estaba en nuestro mismo dormitorio y la puerta del jardín siempre estaba ligeramente abierta para cuando ella quisiera salir a correr o tuviera que hacer sus necesidades.
- Naru. – me llamó una noche mientras preparábamos la cena, al día siguiente -viernes- teníamos ambos magna conferencia en nuestros respectivos edificios, a él le hablarían de la competencia, y a mí de un posible viaje para aquellos interesados en desempeñarse en el estudio de la vida marítima.
- ¿Qué pasa? – pregunté mirándolo unos segundos.
- Te llegó esto. – me dijo mientras se acercaba a mí, entregándome una carta de la universidad.
- Oh por Dios. – susurré.
- Tranquilo, seguro quedaste. – me dijo intentando calmarme, mientras me abrazaba por la espalda y me besaba el hombro sutilmente.
Abrí la carta con mucho miedo, cabía en las posibilidades que me hubieran rechazado, igualmente podía seguir intentando; pero no sabía cómo reaccionaría si leía eso en aquella carta. Saqué una hoja que venía dentro del sobre y la mantuve doblada unos minutos, sólo contemplándola, planteándome todas las posibilidades e intentando resolver cada una de ellas, hasta que finalmente me armé de valor y las desdoblé para leerla.
“Estimado Naruto Uzumaki:
Nos complace informarle que su solicitud para la licenciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia del Colegio Superior de Konoha ha sido aceptada. Usted ha sido seleccionado entre muchos otros aplicantes, gracias a su excelente resultado en la prueba de admisión y su carta de recomendación, para dar inicio en la generación 2016-2020.
Para conmemorar el ingreso de todos nuestros nuevos alumnos lo estaremos esperando el día 13 de junio del año en curso afuera de nuestras instalaciones, donde organizaremos un coctel de celebración con motivo de haber recibido una generación más, quiénes serán entrenados para ser líderes mundiales en su campo.
Sin más por el momento, le deseamos un excelente día.
Bienvenido.
Dirección Medicina Veterinaria y Zootecnia.
Kurenai Yuhi.”
- Estoy dentro. – susurré apenas.
- Te dije que lo lograrías. – me dijo Sasuke al oído.
- ¡Esto dentro! ¡Estoy dentro! – no pude contenerme, olvidándome por uno momento de lo que hacía, comencé a gritarlo de la emoción, me di la vuelta y le planté un beso a Sasuke, que me respondió tranquilamente.
- Deberías llamar a tu hermano. – sugirió cuando nos separamos.
Sin contestarle salí de la cocina, dejándolo con lo que yo hacía antes de leer la carta de la universidad, busqué mi celular por todos lados sin encontrarlo, como era usual en mí, por lo que decidí tomar el teléfono de la casa y marcar el número que me sabía de memoria a causa de los años.
- Sí, diga. – contestó Deidara en tono serio.
- Entré. – declaré sin pensar.
- ¿Naruto? ¿Qué pasa? ¿De qué hablas? – preguntó sin entender.
- Recibí la carta de la universidad, me aceptaron, entraré el siguiente semestre a veterinaria. – expliqué lleno de emoción.
- Muchísimas felicidades, hermanito, todos sabíamos que entrarías. – me dijo dándome más ánimos.
- Gracias, hermano, necesitaba contártelo.
- Está perfecto, si están libres mañana podemos salir a celebrarlo. – invitó.
- Te llamo mañana y te confirmo.
- Suena a un plan. Ahora disfruta tus últimos meses de libertad, que luego vivirás en la universidad. – dijo riendo.
- Pero seré feliz. – atajé.
- Sé que lo serás. – confesó al último.
Colgamos y regresé corriendo a la cocina, donde Sasuke se encargaba de la cena, afortunadamente ya casi estaba lista, porque sin pensarlo dos veces corrí hacia él, besándolo nuevamente; pero en esta ocasión fue más apasionado que cualquier otro beso, era un beso exigente, demandante, uno como nunca nos habíamos dado. Sasuke buscó a tientas la llave de la estufa, apagándola para después tomarme de la cintura, pegándome más a su cuerpo, besándome más profundamente, sentí su lengua rozar mis labios, y sin dudarlo entró en mi boca buscando la mía. Contesté ese beso del mismo modo, jugaba con su lengua como él con la mía, mientras que con su mano libre me empujaba lo suficientemente fuerte contra la pared más cercana, acorralándome, me soltó la cintura para tomar mi mano, sujetándola contra la pared mientras que con la otra levantaba un poco mi playera, pude sentir sus nervios mientras rozaba mi abdomen con las yemas de sus dedos.
Tan pronto como lo imité puso fin a ese beso, alejándose lo suficiente de mí como para dejarme más que claro que estaba nervioso.
- Perdón. – me disculpé al segundo que lo vi alejarse.
- No, no tienes nada de que disculparte. – me dijo antes de darse la vuelta, regresando a la estufa.
- No es cierto, me dejé llevar por la emoción. – expliqué parándome a su lado.
- Perdón. – se disculpó él.
- ¿Por qué te disculpas? – pregunté desconcertado.
- Uno pensaría que por ser chico no podría esperar un segundo más; pero no funciona así. – argumentó.
- Oye, está bien, sé que soy tu primera pareja, ¿por qué no habría de entenderlo? – pregunté sonriendo.
Sasuke sirvió la cena en nuestros respectivos platos mientras yo preparaba la mesa, me sentía realmente mal por lo ocurrido, sabía de Sasuke desde que comenzamos a salir, y también sabía que él nunca ha sido el típico chico caliente/pervertido como el resto de los hombres que conocía. Siempre lo había tenido muy presente hasta hacia unos minutos, donde me confíe demás por su caricia.
Cenamos casi en silencio, no había mucho que decir luego de esa escena tan embarazosa, hasta que, casi al final, él tomó la palabra.
- ¿Has estado con alguien? – preguntó de pronto.
- ¿Qué? – entré en pánico, eso tampoco lo había contado a nadie por el tema tan delicado que había sido.
- Eso, ¿has estado con alguien? Porque parece que soy el único nervioso cuando se trata de tener sexo. Yo no he estado con nadie antes, ni siquiera había besado a nadie antes de ti, porque estaba claro que te quería a ti. – aclaró.
- Sasuke, eso no importa. – atajé nervioso.
- No, sí importa, Naruto. – dijo seguro.
¿Qué debía hacer? Era evidente que debía contarle, sí; pero la situación en la aquello ocurrió, aun ahora, era bastante complicada y muy mal vista, no era algo de lo que me enorgulleciera.
- Sí. – contesté tajante, intentando cerrar el tema.
- ¿Con quién? – preguntó sin mirarme.
- No lo conoces. – aclaré apenas.
- ¿Cuándo?
- Hace algunos años, en el mismo verano que trabaje con mi tía. – confesé dejando el resto de mi cena, había entendido que Sasuke no dejaría el tema ahí.
- ¿Sentías algo por él? – a eso se reducía todo, a que Sasuke creía que podía tener sentimientos por alguien más.
- De acuerdo, Sasuke, te contaré sólo si prometes que no saldrá de esta cocina, y que no cambiará nada de lo que tenemos. – le pedí honestamente.
- No le contaré a nadie, Naruto. – dijo en tono de promesa.
- Ese verano que estaba con mis tíos, todos sabían de mi homosexualidad, y estaban de acuerdo con eso, y un día ellos hicieron una fiesta para mis primos, entre la gente que fue me topé con un chico, su nombre es Hidan, y me resultó atractivo a la vista. Luego de esa fiesta se presentó en casa de mis tíos, argumentando que quería conocerme, salimos un par de veces, bebimos un par de copas, y luego de unas salidas me confesó que tenía pareja, tenía un novio de unos pocos meses apenas y me explicó que no buscaba ninguna relación seria. No me enorgullezco, ¿de acuerdo? Se me hizo fácil aceptar su trato, sobre todo porque era una ciudad diferente, nadie me conocería más que mi familia. Un par de semanas después estábamos en su casa, aun acostados y escuché claramente la puerta principal cerrarse. Su novio había vuelto, encontrándonos en su cama, después de ese día no he vuelto a la ciudad, no quiero verlo. – expliqué suspirando, esperaba poder ocultar aquella historia, traté de enterrarla varias veces; pero sabía que no podía.
- ¿Por qué lo hiciste? – preguntó sin comprender.
- Yo sé que soy homosexual desde pequeño, Sasuke, nunca tuve duda alguna. Eres le único por el que he sentido algo en toda mi vida; pero me han gustado otros hombres. No podía negar que tenía curiosidad de eso también.
- ¿Entonces no ves a tus tíos por no encontrarte al novio de ese chico? – me preguntó curioso.
- No, no los visito por evitar a Hidan, resultó ser que al novio yo lo conocía y tardó un par de años en perdonarme, años en los que tuve que jurarle constantemente que no tenía idea que él era su novio. – dije ruborizado, no quería decirle toda la verdad; pero sabía que, si él la quería, tendría que decirle todo.
- ¿Lo conozco? – preguntó ligeramente incómodo.
- Sí, es Gaara. – me adelanté a su siguiente pregunta.
Sasuke se levantó de la mesa y salió de la cocina sin pensarlo, y yo esperé unos minutos más hasta que escuché que estaba en la sala de estar, tomé los platos y recogí la cocina, dándole unos minutos a solas. Una vez dejé la cocina limpia decidí salir y buscarlo.
- Por eso no quería decir nada. – le dije cuando noté que había ignorado mi presencia.
- ¿Cómo pudiste hacer eso? – preguntó sin comprender. - ¿Cómo pudiste estar con alguien que tenía pareja? Más allá de que fuera Gaara.
- Sasuke, ha sido la única estupidez que he hecho en mi vida, una sola que me costó mucho. Todo sucedió hace tres años y apenas consigo que Gaara me salude. No me enorgullezco en absoluto, en realidad me avergüenzo de haberlo hecho; pero lo hecho, hecho está. – le dije permaneciendo parado mirándolo.
- ¿No pudiste decírmelo antes? – preguntó sin mirarme.
- ¿Te estás arrepintiendo de esto? – le pregunté señalando la casa en general.
Sasuke se levantó nuevamente de su lugar, sólo que ahora caminó directo hacia a mí, se detuvo mirándome fijamente y evité su mirada de inmediato.
- No vuelvas a insinuar eso. – me dijo para alejarse.
- Me pides que no lo insinué; pero actúas como si te sintieras mal por haberlo querido. – atajé antes de que se alejara.
- Naruto, no esperes que sea feliz con tu noticia. – respondió mirándome de reojo.
- ¿Qué importa el pasado? Deberías preocuparte por el presente, porque ese presente eres tú; pero si sigues así no llegaremos a nada. Mi pasado y tu pasado no importan, no es como que piense regresar a él. – declaré mirándolo seguro.
- No me preocupa que hayas estado con alguien, no me da miedo que vuelvas ahí. Me molesta que no me lo hayas contado. – admitió.
- No te lo conté ni a ti ni a nadie, justo por esto. Sabía que todos reaccionarían como lo haces ahora. – expliqué.
- ¿Cómo esperas que actúe entonces? – preguntó molesto.
- Ya te lo dije, sin darle importancia a mi pasado y a lo que hice. No puedo cambiarlo, deja de reclamarme algo que sucedió hace años. No es como que lo haya hecho hace tres meses. – respondí igual de molesto.
Esta era nuestra primera discusión en seis meses, cosa que me había molestado aún más, después de todo no era ni siquiera una pelea actual, no era un error que alguno hubiera cometido apenas. Llevaba tanto de haber dejado atrás ese asunto, que pelear con Sasuke por eso me sabía mal, me molestaba más que cualquier otra cosa.
- Se suponía que estaría feliz, que debería estar celebrando, en cambio tengo que estar en esta estúpida pelea, contigo, porque no puedes entender que nada de eso importa ya. – mencioné cuando me di cuenta que Sasuke estaba en completo silencio.
Apenas lo dije me alejé subiendo las escaleras, encerrándome en mi estudio. Puse música a un volumen alto, y trabajé en cualquier deber que pudiera, con tal de pensar con más calma.