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Fan número uno. por DanTamMu13

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Notas del capitulo:

Les dejo aquí el nuevo capi :3

-        Perdona que no te haya avisado, pensé que sería una mejor sorpresa si no te decía nada. – dijo sonriendo de lado.

-        Uhm, ¿qué… haces aquí? – pregunté realmente apenado.

-        No mucho, realmente. Aun con los shows no te veo mucho, y las charlas de ebrios no son, precisamente, lo que extrañaba. – al escucharlo admitir aquello me había sonrojado, segurísimo.

-        ¿Quieres pasar? – invité inundado por los nervios, seguro que, si me veía las manos, estaba temblando.

-        O podemos ir a comer algo. – ofreció aun con su sonrisa.

-        Uhm, sí, claro, sólo…

-        ¿Estabas ocupado? – preguntó ya sin sonreír, su cara de preocupación lo delataba.

-        No, sólo adelantaría unas cosas; pero puedo salir, sólo tengo que apagar el portátil. – anuncié.

 

Sasuke entró y se sentó en un sofá, esperando que yo bajara. Me apresuré lo más que pude, cerré la portátil, dejando que entrara en modo de suspensión, no tenía tiempo para apagar y demás. Revisé como me veía, y no me veía mal, por lo que accedí a bajar así. En cuanto Sasuke me vio, se levantó de golpe, se acercó a la puerta y la abrió, dejándome salir. Claro, no sin antes tomar mis llaves y la cartera.

 

-        Vaya que me has sorprendido. – confesé sin dudarlo.

-        Esa era la idea. – replicó sonriendo, nuevamente, de lado, y al ver que no lo miré, volvió a hablar. - ¿Qué sucede? ¿Te molestó que apareciera así?

-        ¿Estás de joda? – pregunté sin pensarlo, aunque afortunado era por detenerme, ya que estaba a punto de decir algo mucho más vergonzoso. – Claro que no me ha molestado. – expliqué sin verlo, otra vez.

-        ¿Seguro? Porque no te veo feliz, tampoco. Si era un mal momento podemos regresar y puedo buscarte otro día. – Sasuke se había detenido en seco en plena calle al decir eso.

-        Détente, idiota. Vamos, ya. – alegué yendo por él, tomando su muñeca y jalándolo para caminar.

 

Caminamos unas calles, las suficientes para apartarnos un poco de los mismos sitios a los que antes íbamos todo el tiempo. No por malos, sino que, queríamos conocer.

 

-        ¿Qué se te antoja? – preguntó contemplando cada restaurante en el camino.

-        ¿Italiana?, ¿china? – pregunté dándole a entender que eso quería yo.

-        ¿Comes ese tipo de comida? No es muy propio de ti. No podía quitarte el ramen, antes. – dijo riendo.

-        Sí; pero luego un idiota dejó de contestar y tuve que pasar tiempo con Deidara. Nos llevamos mejor, y él me enseñó esa comida. – confesé.

-        Lo lamento, los primeros meses apenas tenía tiempo para mí. – se disculpó.

-        Lo entiendo; pero dime, ¿te gusta la comida italiana? – le pregunté en señal de perdón.

-        Seguro, y conozco un muy buen lugar. – atajó.

 

Caminé siguiéndolo, confiando ciegamente en él, después de todo, era Sasuke, incluso podía haberme dicho que no se le antojaba y buscaría yo otras opciones. Realmente estaba feliz por pasar tiempo con él; pero ¿qué? ¿se suponía que lo mostrara sin más? No, sería demasiado obvio.

De repente, sin más, Sasuke se detuvo en un establecimiento chico, casi escondido, las mesas estaban pegadas a otras, apenas había espacio para caminar, cosa que me extrañó mucho, ¿a Sasuke le gustaba este sitio? No era el único que había cambiado en cuestión de meses.

 

-        Itachi y yo lo encontramos unos días después de que él terminara con su novio, desde ese día, no deja de molestarme con que quiere volver conmigo a ese lugar. – me explicó sin que se lo pidiera en cuanto nos sentamos.

-        ¿Han vuelto? – le pregunté sonriendo.

-        No, no aún.

 

Eso ya iba más lejos aún, ¿no ha regresado con su hermano y me trae a mí? Estaba de coña, seguro soñaba, no me había despertado en realidad, seguro apenas eran las 10 del domingo por la noche.

 

-        ¿Qué es lo que más te gusta? – me preguntó mirando el menú.

-        Lasagna, es mi platillo favorito hasta el momento. – contesté sin pensarlo.

-        Es muy rica, ¿has probado las pastas? – preguntó ahora mirándome.

-        No, ninguna.

-        ¿Quieres probar? – cerró el menú antes de preguntarlo.

-        No lo sé.

-        Vamos, pruébala. Si te gusta, te comparto, sino, me la como solo. – dijo con una sonrisa más dulce que la usual.

-        E-está bien. - ¿cómo negarme a esa sonrisa?

-        Y, perdón que te haga esto; pero hoy sin alcohol, ¿te parece? – me preguntó cuándo el mesero llegaba con copas de vino.

-        Vale, me parece. – accedí nuevamente, y de inmediato el mesero regresó por donde vino, dejando las copas en su sitio.

-        ¿Cómo te ha ido hoy? – preguntó acomodando sus brazos, cruzándolos levemente sobre la mesa, para apoyarse.

-        Fatal – admití. -, Neji me dejó plantado en el almuerzo, así que comí solo. Y durante las clases de hoy no he entendido nada. Tampoco puse atención; pero a lo que iba. – respondí rápidamente.

-        ¿Tan mal? Bueno, me alegra haber elegido este día para verte. – aseguró con la misma sonrisa dulce de antes.

 

Llamó a un mesero y le pidió de manera atenta que nos llevara una jarra con agua del sabor que hubiera ese día, y al darle varias opciones, les pidió de la que más les quedara. Eso me había hecho gracia, Sasuke no era así, no antes; pero me gustaba.

 

-        ¿A ti cómo te ha ido? – pregunté honestamente cuando llegó la jarra de agua, nos tocaría sabor Jamaica.

-        Mal, también. No he podido concentrarme en clases, así que no he pillado nada de lo que me han dicho hoy; pero va en mejoría. – anunció mirándome fijamente.

-        Me alegro. – le dije sin preguntar motivos.

-        ¿El tuyo va mejorando o tengo que intentar con más fuerzas? – preguntó sonriendo nuevamente.

-        Uhm, va mejorando. – admití.

 

Me había sonrojado, y no supe si él lo había notado o no, sólo siguió platicando y preguntando cosas de mi vida. Seguimos hablando por horas, había probado la pasta que él había pedido y me había encantado, y entonces noté que, quizá sin querer, parecíamos pareja. El plato de la pasta estaba al centro, igual que de lasagna, y ambos comíamos así, compartiendo del mismo plato sin problema alguno, aunque bueno, años de amistad podían explicarlo bien.

Dejé de alucinarme, intentando estar más concentrado en la charla, que en lo que imaginaba que pasaría, o lo que quería que sucediera.

 

Al terminar de comer notamos que ya era tarde, al menos para él, que al día siguiente madrugaría por hacer una práctica, harían un robot que pudiera realizar tareas motrices básicas. Me explicó algunos conceptos, que no entendí en absoluto, y él lo sabía; pero me divertía escucharlo.

Pidió la cuenta, que llegó al poco, y vino lo más extraño de toda la tarde.

 

-        ¿Cuánto es? – pregunté mientras él la examinaba.

-        No te diré. – declaró, poniéndose de pie, entregó algo a la chica, que después me di cuenta que era la tarjeta donde sus padres le daban dinero mensual.

-        Sasuke, dime, ahora. – pedí en un tono algo más exigente.

-        Que no, te he buscado yo, de sorpresa. Pensaba invitarte de cualquier manera, hicieras lo que hicieras. – declaró.

 

Cuando intenté discutirle aquello la mesera se rio y dijo algo parecido a esto: “Aprovecha, que pocos quedan como él, déjalo que te invite cosas. Que te consienta. Todas buscamos a un hombre que haga eso por nosotras y tú dejando ir a uno”. Yo me había sonrojado demasiado, y sin esperar salí del restaurante y seguí caminando, buscando tranquilizarme.

 

-        Naruto. – me llamó cuando estuvo a mi lado. - ¿Todo bien? – preguntó de verdad preocupado.

-        Sí, vamos.

 

Caminamos de vuelta, un poco más en silencio que antes. La chica había logrado incomodarme en serio, ¿cómo decía esas cosas?

 

-        Perdona, no esperé que dijeran algo así. – habló de repente sin mirarme.

-        No, no es tu culpa. Está bien.

-        ¿Seguro? – preguntó buscando verme a los ojos.

-        Sí, mejor dime, ¿cuándo tocarán de nuevo? – pregunté mirando hacia el frente, fingiendo intentar reconocer el camino.

-        Mañana, me parece; pero no es seguro.

-        Vale.

-        Te confirmo mañana por mensaje, si se hace te recojo. – me informó mientras indicaba que habíamos llegado a mi casa.

-        Hasta pronto, Sasuke. – me despedí.

-        Todavía tengo un poco de tiempo. – avisó, frenando mi despedida.

-        ¿Seguro? – cuestioné dubitativo.

-        Bastante. – me aseguró sonriendo.

-        Vale, pasa.

 

Entramos a la casa, y le ofrecí un poco de té, el cual aceptó. Me encontraba en la cocina buscando la tetera para poner el agua hervir y al mismo tiempo pensaba en lo mucho que me gustaba tener a Sasuke aquí, y lo poco que quería dejarlo ir.

 

-        ¿Te puedo ayudar? – preguntó Sasuke de pronto, estando parado detrás de mí.

-        No, está bien, aquí está. – avisé tomando al fin la tetera.

 

Me puse de pie y la llené de agua, y antes de que pudiera darme la vuelta Sasuke se acercó a mí, tomando la tetera él mismo, haciendo que nuestras manos rozaran, cosa que me obligó a soltarla de inmediato.

 

-        Lo siento, lo lamento, yo… - comencé a excusarme a ver que Sasuke se daba la vuelta.

-        Tranquilo, si no la agarro yo, hubieras hecho un reguero. – habló acercándose a la esfufa, abrió la llave y puso a hervir el agua.

-        Gra-gracias.

-        Por nada, en realidad venía a decirte algo. – aventuró.

-        Dime. – me tranquilicé un poco al ver que no se había acercado demás nuevamente.

-        La verdad es que mañana sí hay una presentación programada; pero me daría algo de vergüenza que me vieran. – explicó.

-        ¿Por qué? – pregunté sin entender.

-        Gaara se ha enfermado de la garganta, no podrá cantar, así que tendría que cantar yo todo el tiempo; pero estaríamos sólo Shikamaru y yo.

-        ¿Y qué tiene? – pregunté sin entender.

-        Es sólo música acústica. Y es uno de los restaurantes más endemoniadamente melosos de la ciudad.

 

No pude evitar soltar una carcajada, no podía imaginarme a Sasuke Uchiha cantando música cursi todo el tiempo, y sólo acompañado de guitarra, en un ambiente de romance. De verdad, no podía, no me cabía la imagen en la mente, era demasiado para poder procesarse.

 

-        ¿Lo ves? Es ridículo. – atajó.

-        Por favor, quiero ver eso. – supliqué entre risas.

-        Vale – suspiró resignado, sabía que no me detendría hasta que me dejara. -; pero con una condición. – contestó después.

-        ¿Condición? ¿Qué condición? – pregunté sorprendido.

-        Mañana te la diré, necesito pensarlo bien, pueden ser tantas cosas. – dijo con una sonrisa que sólo ponía cuando tenía una travesura en mente cuando éramos niños.

-        ¿Qué tramas, Sasuke? – pregunté preocupado.

-        Mañana lo sabrás. – declaró.

 

Le rogué y le supliqué mil veces que me contara lo que planeaba; pero, como siempre hacía, me mando a freír espárragos. Bebimos una taza de té antes de que finalmente tuviera que irse. Vi el reloj y marcaba las 11:30.

 

-        Sasuke, ya, que mañana madrugas. – comencé a molestarlo hasta que finalmente accedió.

-        Hasta mañana, Naruto. – se despidió susurrándome esas palabras al oído.

-        Largo de aquí, idiota. – contesté nervioso y frustrado.

 

Apenas salió, cerré la puerta, estaba volviéndome loco, me recargué en la puerta de la manera más silenciosa que pude, y cuando hubieron pasado un par de minutos, me alejé. Entré a la sala para acomodar lo poco que movimos y pude ver su chaqueta, olvidada en mi sofá individual. La cogí y corrí a la calle, aunque, obviamente, ya no se veía ni un alma. Me resigné y entré a la casa nuevamente, casi por inercia la tomé con ambas manos y la acerqué a mi rostro, oliendo la colonia que Sasuke usaba a diario, misma que me sabía de memoria por su culpa. Olía delicioso. Olvidé lo que tenía que recoger, apagué las luces y subí a mi habitación con la chaqueta de Sasuke entre las manos. Me puse el pijama de manera rápida, me cepillé los dientes y regresé con urgencia, acomodándome para dormir, tomé su chaqueta y la abracé a mí, quedándome dormido con el aroma del azabache que me encantaba.

Notas finales:

¿Qué les ha parecido? Espero sus opiniones abajo, por favor (:

Les quiero un montón, buenas a todos.


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