A la mañana siguiente no logré despertarme para mis primeras dos materias, y como ese día sólo tenía 3 clases, decidí ya no ir. Busqué entre las cobijas la chaqueta de Sasuke para volver a abrazarla a mí, su aroma me calmaba demasiado.
Apenas había pasado media hora de haber vuelto a la cama cuando llamaron a la puerta. Me levanté a regañadientes y me asomé por el ojillo, era Neji. Abrí, aun en pijama, y lo dejé entrar.
- ¿Qué te ha pasado que has faltado? – preguntó caminando a la sala. – Oh, ¿noche larga? – preguntó sonriendo pícaramente.
- No, no es lo que crees. Ayer vino Sasuke y me llevó a comer, charlamos y fue divertido, volvimos tomamos té juntos, mientras seguíamos hablando.
- ¿Y por qué no recogiste? ¿Qué te entretuvo? – no quitaba su mirada y sonrisa pícara.
- Olvidó su chaqueta, cuando lo noté él ya no estaba y me concentré en ella. Dejé todo y me fui a dormir. – hablé más bajo de lo normal.
- ¿Has dormido con ella? Porque sería el único motivo, fuera de sexo, para que apestes a Sasuke. – dijo riendo.
- Sí, lo he hecho. – admití apenado.
- Eres tan lindo. – dijo en un suspiro. - ¿Sabes que hoy tendrá presentación? Sólo irá él con Shikamaru. – dijo sonriente.
- Espera, ¿cómo sabes eso? – pregunté de inmediato. Noté como su sonrisa se desvanecía y le entraban los nervios. - ¡Bastardo! ¿Estás saliendo con Shikamaru? – pregunté atónito.
- Quizá, digamos que no salimos, no todavía.
- ¿O sea?
- Hemos salido sin definir. – confesó.
- Maldito, ¿por eso no fuiste? ¿Para qué no te retrasara en verlo? – pregunté tentón.
- Lo hubieras hecho, admítelo.
Charlamos lo suficiente mientras que llevábamos las cosas a la cocina y me ayudaba acomodando mientras yo hacía los trastos.
- Sabía porque me invitó. – admití.
- ¿Te invitó? – sonrió de oreja a oreja.
- Bueno, parecido. Le pedí una sola vez que me dejara ir y accedió al instante.
- Yo iré a ver a Shikamaru, después de eso cenaremos, no sé si allí o en otro sitio. – admitió.
- Bueno, que te vaya de maravilla. – le deseé.
Él me deseó lo mismo y luego se marchó, yo subí las escaleras, entré a la habitación y me percaté que el reloj ya marcaba las 2:34, por lo que me apresuré. No tenía idea de a qué hora vería a Sasuke; pero necesitaba apresurarme, ya estaba nervioso. Y justo antes de entrar a la ducha sonó mi celular incesablemente.
- Diga. – atendí sin mirar.
- Naruto, ¿estás bien? Me dijeron que no viniste. – respondió Sasuke, la verdad es que una parte de mí lo esperaba.
- Sí, sólo me quedé dormido.
- Eso no es justo, me corriste de tu casa anoche para que me presentara hoy, y tú no vienes. – alegó.
- Yo no tenía proyecto.
- Igual no me parece; pero, de cualquier modo, llamaba para saber qué harías ahora.
- ¿Justo ahora? Estaba por ducharme. – admití riendo.
- ¿Quieres comer? – ya, dos días seguidos era demasiado, ¿qué le estaba ocurriendo al orgulloso Uchiha?
- Uhm, seguro, sólo deja me alisto y te veo… ¿dónde te veo? – pregunté dubitativo.
- Tienes media hora, te recojo en tu casa. Y ponte algo semi formal, que seguramente de ahí vayamos a la presentación.
No me dio tiempo a responder cuando él ya había colgado. Me duché en cuestión de diez minutos, y eso porque de verdad necesitaba unos minutos de calma. Terminé y me vestí casi corriendo, me cepillé los dientes y me arreglé el cabello. Tomé mis cosas y justo en ese momento llamaron a la puerta.
- Como relojito, de veras. – le comenté cuando le abrí la puerta.
- Sólo soy puntual. – dijo riendo. – ¿estás listo?
- Sí, vamos.
Salimos y yo iba pensando en la clase de lugar al que iríamos vestidos de ese modo; pero lo seguí sin preguntar hasta que llegamos al sitio en cuestión. Este era un sitio grande, ostentoso, pomposo y lujoso, de inmediato me sentí extraño, y más cuando escuché que él tenía reservación hecha a su nombre a esta hora. Como si de verdad hubiera previsto que faltaría a la universidad.
Nos dieron la mesa que nos tocaba, una mesa relativamente escondida, seguramente por mi culpa, donde Sasuke me dio el lugar en el que se veían aún menos las personas.
- ¿Reservación? – le pregunté, mientras él se estaba sentando.
- Vale, me atrapaste. Planee esto desde ayer. – dijo sin mirarme.
- ¿Por qué? – pregunté muy nervioso.
- No, no te responderé eso. – aseguró.
- Sasuke, dímelo.
- No es nada, ¿de acuerdo? Te lo diré al rato, por ahora comamos y déjame contarte como nos fue con el robot. – pidió en tono suplicante.
- De acuerdo, ¿cómo te fue? – le pregunté mientras el mesero nos servía una copa de vino, que ahora no negamos.
- Bien, logramos que hiciera lo necesario. Tenía que poder sostener algo, como si tuviera un pulgar oponible, además, obedece algunas órdenes. No tuvimos tiempo de integrarle muchas de las más comunes.
- ¿En verdad? ¿Algún día podré verlo? – pregunté esperanzado.
- ¿Seguro que quieres verlo? Me refiero, nunca sabes de lo que te hablo.
- Voy entendiendo de a poco, y sí, quiero verlo.
- ¿Qué te parece si hacemos algo diferente a eso? – preguntó bajando la voz un poco.
- ¿Qué? – en mis ojos seguro se notó un brillo, que él siempre me dijo, me nacía cuando me sentía ansioso.
- El siguiente proyecto te pondré en la lista del equipo. Sólo nos ayudarás con cosas básicas, pasarnos herramientas y materiales, que te puedo enseñar. Así tienes permiso de faltar a tus clases y ves todo el proceso. – ofreció.
- ¿En serio puedes hacer eso? – le pregunté sorprendido.
- Sí, Shikamaru lo hizo con tu amigo Neji. Él nos ayudó un rato hoy, hasta que declaró que se sentía mal, aunque nos contó que iría a asegurarse que estuvieras bien. – dijo riendo.
- No tenía idea.
- Y Neji lo llevará a su próxima práctica, al viaje que tienen pronto.
- ¿Lo dices para que te invite? – le pregunté inseguro, y él sólo ser rio por lo bajo. – Hecho, estás invitado; pero no a esta que viene, en esta ocasión iremos a ver a las ballenas en Baja California, en México, me parece. – le expliqué.
- Será un viaje largo.
- Bastante, es un día de ida y un día de vuelta en puro vuelo.
- Y luego ¿a dónde irán?
- Al mismo sitio; pero veremos tiburones blancos. Quiero entrar en la jaula. – anuncié emocionado.
- Cierto, que adoras a esos animales. – dijo riendo.
- Bastante, entonces mejor vas conmigo a ver los tiburones, las ballenas no me hacen tanta ilusión. – admití desganado.
- Déjame ver si tenemos proyecto entonces, quién sabe, a lo mejor y te puedo librar de tu viaje. – dijo para luego guiñarme el ojo. Y en ese instante me puso rojo cual tomate.
- Gra-gracias, Sasuke. – respondí totalmente apenado.
Nos tomaron la orden, y luego de eso seguimos platicando de cosas menos importantes, tales como lo que había hecho por la mañana, así que tuve que mentir diciendo que había estado trabajando en la tarea que no había adelantado. Comimos juntos, y finalmente llegó la hora de marcharnos, ya pasaban de las 7:20 y Sasuke debía llegar antes de las 8 al restaurante. Él pagó todo, nuevamente, cosa que me molestaba demasiado; pero no parecía preocuparle eso.
Llegamos y nos dejaron pasar de inmediato, tendría la mesa justo frente a Sasuke, esperando por él mientras cantaba un rato. Al final habían conseguido un reemplazo de Gaara, una chica llamada Ino Yamanaka, al parecer, amiga de Shikamaru. No tendría que esperar tanto a Sasuke.
El salón estaba completamente limpio, o daba esa impresión. Sus paredes blancas, con un alfombrado rojo, las mesas haciendo juego con la decoración, había un gran ventanal justo detrás del escenario, donde lucía una fuente hermosa, y la localización obligaba a todas las parejas a mirarla. En el centro de las mesas podías encontrar un par de velas, una roja y una rosa, que juntas hacían un olor extraño; pero delicioso, apostaba por rosas y manzana con canela, aunque se mezclaban tanto que podía tratarse de otra combinación. Las luces eran tenues, abriendo paso al romance en un santiamén. Ese salón era un sueño completamente.
- ¿Te gustó? – preguntó Sasuke.
- Sí, cumple su propósito. – admití riendo.
- Supongo que esa era la idea principal.
- Sí; pero muchos encuentran difícil trasmitir sus emociones a través de colores. – confesé.
- Sé cuánto amas tu carrera; pero nunca dejaré de recordarte lo mucho que amas también el diseño. – replicó de pronto.
- No lo he negado; pero no me apetece estudiarlo. – confesé.
- Bueno, esa decisión es tuya, vamos a sentarnos.
Nos sentamos que la mesa que nos habían dado, y no tardaron en llegar Neji y Shikamaru, y luego de saludar, nos imitaron tomando lugar en su mesa. Sasuke me contó que Shikamaru llevaría a cenar a Neji a un lugar parecido; pero que terminando el show saldría corriendo de aquí, cosa que me hizo reír.
La chica, amiga de Shikamaru, llegó a último minuto, donde las mesas ya estaban llenas y nos miraban raro a Neji y a mí por estar solos, ya que Sasuke y Shikamaru habían tenido que hacer unas cosas antes de que dieran la entrada al resto de la gente.