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El amor que nace en el festival por Ellie Blanch

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Notas del fanfic:

Los personajes son propiedad de Sensei Fujimaki, como lo dije antes corresponde a la tercera semana, pero por algunos problemas no lo pude publicar a tiempo...  Gomen!!

 

Sin mas que decir espero les guste.

 

 

Después de salir del baño tras haberse tomado una larga ducha para tranquilizar su acelerado corazón,  observó la ropa que estaba preparada pulcramente sobre su cama, era una hermosa yukata blanca con diseños de líneas celestes  ¿Qué es lo que lo había llevado a usarla? Bueno la verdad es que fue debido a sus compañeros de equipo quienes deseaban ir al festival que se realizaría en el templo, pero la entrenadora puso la condición de que todos fueran en su traje tradicional, entonces ¿Cuál era el motivo de sus nervios? Obviamente ver a su luz en aquella ropa, lo más de seguro luciría mucho más varonil que él debido a su porte y físico.

 

Así es Kuroko Tetsuya estaba enamorado de su luz, lo descubrió hace un tiempo atrás pero no era capaz de decirlo, no estaba dispuesto a perder su amistad por una estupidez, estaba seguro que los sentimientos eran algo pasajero o al menos eso quería creer por el momento se conformaría con mantenerlos ocultos hasta que desaparecieran, cuando estaba perdido en sus pensamientos alguien tocó la puerta.

 

 

—Adelante — Dijo Kuroko mientras arreglaba el obi en su cintura.

 

—Vaya, vaya miren que guapo ha quedado este muchachito — Habló una señora de cabellos canos y ojos celestes ingresando a la habitación con un cachorro de Husky en sus brazos.

 

— ¿Obaa-chan que has hecho con Nigou? — Preguntó el joven mirando a su pequeño amigo quien llevaba una yukata hecha a su medida color azul.

 

—Mira luce tan guapo como tú — Sonrió contenta mostrando al can en todo su esplendor quien comenzó a mover la colita demostrando lo feliz que estaba.

 

—Gracias Obaa-chan es cierto Nigou luce muy bien — En los labios del joven también se formó una sonrisa viendo lo contento que estaba su amigo.

 

—Tet-chan debes peinarte y atar bien tu obi ¿Acaso no eres japonés? — Le dijo poniendo al can en el suelo quien de forma inmediata comenzó a jugar con la pelota de basket que estaba en la habitación mientras la anciana se acercó a su nieto para comenzar a ayudar con los detalles que quedaban.

 

—No estoy acostumbrado a esto, sabe que pocas veces lo uso — Comentó mientras su abuela arreglaba sus ropas luego llevó las manos hacia el cabello celeste del muchacho arreglando con ellas sus mechones desordenados — Luces hermoso Tet-chan.

 

—Obaa-chan eso no es algo que debas decirle a una un chico — Se sonrojo por esas palabras, sabía que ella lo hacía de buena forma.

 

—Pero si es cierto no hay nada que pueda hacer — Acarició su mejilla — Tu piel pálida, tus cabellos y esos ojos celestes me recuerdan a la princesa de hielo.

 

—Se está burlando de mí ¿Cierto? — Se atrevió a preguntar.

 

—Claro que no ¿Acaso no crees en las palabras de esta ancianita?

 

—…. — No fue capaz de responder a la pregunta sólo la observó atentamente con su rostro serio.

 

—Está bien muchacho insolente es hora de que te vayas antes de que llegues tarde — Tomó la mano de su nieto — Diviértete mucho con tus amigos.

 

—Lo haré — Sin más beso la mejilla de su abuela para tomar a su can en brazos y partir rumbo al festival.

 

                          ~*~                           

 

Caminaba por las calles pasando desapercibido por todos como siempre mirando a las parejas que iban al festival dispuestos a pasar un momento agradable. “Que ganas de pasear junto a Kagami-kun de la mano como ellos” — Pensó el peliceleste algo cabizbajo a lo cual Nigou levantó la vista y comenzó a gimotear.

 

 

—No te preocupes son cosas mías — Le hablo al cachorro mientras le acariciaba la cabeza, iba tan distraído que no se dio cuenta que había un desnivel en el piso, su pie se enredó y casi fue a dar al suelo si no hubiese sido por alguien que lo alcanzó a agarrar.

 

—Fíjate por donde vas Tetsu — Se escuchó la voz de su amigo, era Aomine Daiki quien fue hace un tiempo atrás su luz en el basket, un joven de tez morena y unos ojos y cabellos de un fascinante color zafiro, vestía al igual que él una yukata, la diferencia es que la de él no tenía diseños era negra por completo y el obi de color azul.

 

—Gracias Aomi…

 

— ¡Tetsu-kun! — Ahora era la voz de una chica quien interrumpió al muchacho mientras se abalanza sobre él cayendo los dos al piso.

 

—Por dios Satsuki ¿De qué me sirve salvarlo si tú lo botas?

 

—Lo siento, pero es que se ve tan bien así además mira que adorable hace juego con el pequeñín — Intento acariciar la cabeza del can pero este se alejó, Aomine ayudó a ambos a ponerse de pie y fue entonces cuando Kuroko se dio cuenta de que la chica pelirosa también vestía un hermoso yukata blanco con diseños de flores de cerezo.

 

—Luces muy bien Momoi-san — La chica se puso completamente roja y comenzó a balbucear palabras sin sentido.

 

—Linda la has hecho Tetsu, ahora la tendré el resto de la tarde en la luna — Comentó mientras intentaba en vano hacer regresar a la chica a la realidad — Será mejor que no vuelvas a hablar o te juro que si se desmaya la tendrás que cargar tú.

 

 — ¿Tetsu-kun me dirá algo lindo? — Sus ojos brillaban pensando en esa posibilidad.

 

—Creo que Aomine-kun ha cavado su propia tumba — En su rostro inexpresivo apareció una leve sonrisa.

 

—Lo estas disfrutando maldito — Una venita en la sien del moreno resaltó.

 

—Eso no es cierto Aomine-kun, fue un gusto verlos pero me están esperando — El fantasma de Seirin hizo una leve inclinación de cabeza.

 

—Pero si vamos al mismo lado, a nosotros también nos deben estar esperando — El moreno tomó del brazo a la pelirosa para comenzar a caminar los tres rumbo al festival.

 

 

Conversaban amenamente de cosas de la vida mientras Momoi estaba enfrascada en que Nigou quien se encontraba en los brazos de Kuroko la tomará en cuenta.

 

 

— ¡Kuroko! — Escuchó a uno de sus compañeros llamarlo, volteo a todos lados buscando el lugar de donde provenía la voz.

 

—Creo que es allá — Fue Aomine quien lo ayudó — Veo al idiota de Kagami — Agregó.

 

—Yo quiero saludar — Salto Momoi feliz.

 

—Rayos Satsuki no encuentro el motivo para hacerlo sabes que lo odio — Comentó la ex luz pasando su mano por los azules cabellos.

 

— ¡Vamos Dai-chan!

 

 

La verdad es que no pudo  negarse a las súplicas de su amiga por lo cual no le quedó más remedio que acercarse al grupo de Seirin.

 

 

—Buenas tardes — Saludo el peliceleste llegando junto a los integrantes de su equipo.

 

— ¿Kuroko que haces llegando con ellos? — Kagami fue el primero en hablar molesto por la situación.

 

—Me encontré con Aomine-kun y Momoi-san mientras venía en camino — Explicó el chico a su luz.

 

 

Riko la entrenadora quien ya se encontraba en el lugar junto a Hyuuga y Kiyoshi observó a  la pelirosa con odio.

 

 

—Miren Nigou también viene con su propio yukata — Furihata se percató de este pequeño detalle llamando la atención de todos y calmando de cierta forma la tensión.

 

— ¿Para qué lo has traído? Sabes lo que odio a los perros — El pelirrojo estaba haciendo una rabieta y Kuroko lo sabía.

 

—No puedo creer que te asuste un pequeño cachorro además de que él es parte de tu equipo — Aomine estaba intentando cabrear al pelirrojo.

 

—Tu cállate no estoy hablando contigo — Apuntó con el dedo al as de Touou.

 

—Kagamin es de mala educación apuntar con el dedo y mucho más no saludar a la gente — La pelirosa saltó en defensa de su amigo.

 

— Ustedes son los que vienen llegando, no tengo porque saludar yo — Volteo su vista avergonzado de que la chica lo estuviera regañando.

 

—Tetsu-kun lo hizo y aun así no lo has tomado en cuenta — La chica infló sus mejillas en clara señal de molestia, a lo cual la mayoría de los presentes la miraron con una sola palabra en sus pensamientos “Adorable”

 

 

La castaña a pesar de no decir una sola palabra observó a todo su equipo como indicando que esa se las pagarían con sudor aquel atrevimiento.

 

 

—Mientras esperamos que llegue el resto iré a ver las tiendas cercanas — Expresó llevándose consigo a su capitán y al pívot quien con un movimiento de su mano indicaba el adiós para la pelirosa y el moreno.

 

—Satsuki será mejor que nos vayamos antes de que se nos pegue la idiotez de Kagami.

 

—Maldito… ¿¡Demonios Kuroko que te pasa!? — Exclamó enojado tras sentir un golpe en sus costillas.

 

—Este no es lugar para pelear — Explicó con su cara de póker.

 

—Bueno fue un gusto pero debemos irnos o sino nuestro capitán le dará una buena paliza a Dai-chan — La chica sonrió mientras empujaba a Aomine.

 

—Wakamatsu jamás podrá tocarme lo sabes bien — Reclamaba mientras era arrastrado.

 

 

Finalmente desaparecieron dejando solo a los chicos de Seirin, quienes se miraron un momento preguntándose por dónde deberían comenzar, mientras esperaban a Mitobe, Koganei, Izuki y Tsuchida.

 

Pasado un momento y cuando todos estaban juntos decidieron ir por los puestos de juegos, ya que sabían que si partían por uno de comida Kagami arrasaría con todo y no le dejaría a nadie.

 

Kawahara, Fukuda e Izuki  estaban completamente entretenidos con los juegos de tiro al blanco, mientras tanto Mitobe, Koganei y Tsuchida estaban en los puestos de máscaras, también se encontraban Riko, Hyuuga y Teppei en el puesto para capturar peces dorados, mientras que Kagami observaba fijamente el puesto de comida.

 

 

— ¿No crees que está un poco extraño el cielo? Pareciera que fuese a llover — Comentó Kuroko mientras miraba el cielo nocturno.

 

—Estás loco está despejado unas pocas nubes no provocarán lluvia — El tigre ya no aguanto más el hambre y se fue en busca de algo seguido siempre por su fiel sombra.

 

—Si pero en ocasiones ocurren sucesos poco comunes — Continuó la charla.

 

—Calla no quiero saber de lluvia y por favor intenta no perderte en esta multi… ¿Kuroko? — Se extrañó cuando volteo y no lo encontró.

 

—Estoy aquí Kagami-kun — Habló el joven a su lado.

 

—Dios deja de ser tan invisible — Estaba algo cabreado, la verdad es que le molestaba bastante el hecho de no poder tener en su vista a ese chico.

 

 

Después de un momento se encontraban en unas bancas lejanas con un Kagami con sus manos llenas de comida mientras que Kuroko compartía una porción de takoyaki con Nigou, quien movía su colita feliz.

 

 

— ¿Eso es todo lo que comerás? — Pregunto el pelirrojo tras ver que él ya casi había terminado por completo sus platos más Kuroko aun iba por la mitad, observo como el chico llevaba lentamente una de aquellas bolitas de carne de pulpo hacia sus boca — Creo que iré por un poco más después aún no me encuentro satisfecho.

 

—Eso es porque Kagami-kun tiene un pozo sin fondo por estómago, los vendedores estarán felices —  Respondió Kuroko con su rostro inexpresivo.

 

—Eres un maldi… Ohh~ veo que este chico rudo ni siquiera sabe comer — Las palabras de enojo fueron  silenciadas cuando vio que aquella sombra quien siempre intentaba mantener su rostro estoico con una mancha de salsa de takoyaki en la comisura de sus labios, sonrió divertido ya que se veía infantil.

 

— ¿A qué se refiere Kagami-kun? — Pregunto ladeando un poco la cabeza no entendiendo a qué se refería.

 

 

“Que tierno” — Pensó el as de Seirin, no se dio cuenta en qué momento su cuerpo decidió actuar en forma propia llevando una mano hasta el rostro sucio de su sombra limpiando de forma suave, Nigou observaba la escena con emoción hace mucho tiempo sabía que su dueño estaba enamorado de ese miedoso pelirrojo.

 

Las mejillas de Kuroko no tardaron en tornarse de un hermoso color carmesí, los latidos de su corazón tampoco podían faltar pero estaba seguro de que a pesar del ruido que existía en el lugar Kagami los podría escuchar.

 

 

—Kagami-kun… — Susurro bajito avergonzado.

 

—Lo siento mucho yo solo… mí… mano… yo….

 

—Kagami-kun la verdad… es que yo… — No sabía por qué estaba diciendo aquellas palabras, algo en su interior le gritaba que se callara de una vez, pero no quería hacer caso — Yo…

 

 

Fue en ese momento cuando algunas gotas comenzaron a caer llamando la atención de todos los presentes y deteniendo las palabras de Kuroko.

 

 

—Vamos a buscar refugio — Comento Kagami poniéndose de pie, Kuroko hizo lo mismo agarrando a su perro, pero antes de que pudiera hacer algo el tigre ya se encontraba jalándolo de la mano en busca de algún lugar — No quiero que te pierdas nuevamente.

 

—Yo… no me perdido — Kuroko no levantaba para nada la vista avergonzado de lo que estaba pasando.

 

 

Llegaron hasta un rincón donde se encontraba un pequeño techo que los cobijaría de las gotas que hace un momento habían comenzado a caer, Kagami colocó a Kuroko lo más pegado a la pared mientras él se ponía frente a él cubriendo por completo del agua a su sombra.

 

 

—Kagami-kun luce muy varonil en yukata — Fueron las palabras que escaparon de sus labios tras permanecer en silencio algunos minutos “¿Que estoy diciendo?” — Pensó de inmediato tras decir aquellas palabras, pero es que ahora que lo tenía frente a frente se daba cuenta que esa yukata azul se le veía bastante bien junto con el diseño de su obi.

 

—No digas cosas vergonzosas, pero sabes hace un momento también quería decirlo… También te queda muy bien… creo que la entrenadora dio en el blanco cuando nos obligó a utilizarlas — Observó hacia el lado para que aquellos ojos celestes tan penetrantes no lo miraran — Por cierto ¿Qué es lo que me ibas a decir hace un momento?

 

—… — Unos pequeños segundos de silencio los cuales parecían horas — Solo lo diré si Kagami-kun es capaz de mirarme a los ojos — Fueron las palabras de la sombra mientras llevaba una de sus manos a las mejillas de su luz, aquel contacto hizo que el chico se sobresaltara y observará de forma inmediata a su sombra.

 

 

Sus ojos se encontraron y el silencio se hizo presente durante unos segundos que no fueron para nada incómodos, ahora eran las mejillas de Kagami las cuales se tornaban de ese singular color carmín, pero es  que los ojos celestes del pequeño siempre habían llamado su atención la profundidad en ellos y todas las cosas que eran capaces de demostrar.

 

 

—Siempre me han gustado los ojos salvajes de Kagami-kun — Expresó sin quitar la vista ni por una milésima de segundo de Kagami, sentía que si lo hacía la valentía que tenía en estos momentos se esfumaría, se podría decir que incluso el pestañear lo llenaba de pavor— Creo que estoy enamorado de Kagami-kun.

 

 

Ahí estaban aquellas palabras de las cuales no quería que nadie se enterara, pero por alguna razón tenía la seguridad de que nada perdería en esta oportunidad si las confesaba, a pesar de que solo un par de horas atrás se juraba que no las diría jamás, mientras pasaron los segundos toda esa seguridad se fue por la borda cuando no recibió ninguna respuesta de su luz, Nigou entre los brazos de Kuroko observaba a ambos jóvenes con atención preguntándose por cuánto tiempo podrían permanecer de aquella forma.

 

 

—Lo siento yo… — El peliceleste bajó la vista apenado por lo que acababa de ocurrir, pero casi de una forma instantánea una mano de Kagami se posó  en su mentón levantando nuevamente su rostro.

 

— ¿Puedes repetirlo? Creo que no escuche bien… — Una bella sonrisa apareció en sus labios —...La lluvia lo impidió.

 

 

El pequeño observó tras aquel chico que le tapaba la vista hacia el otro lado sonriendo en el proceso pues se dio dado cuenta que solo había sido una pequeña nubada, ahora todo era como en un principio con mucha gente en todos lados disfrutando del festival, debido a la cercanía ni siquiera se habían dado cuenta cuando las gotas se detuvieron.

 

 

—Está bien si lo escuche — Hablo el as al ver la cara de reproche de Kuroko — ¿Y sabes una cosa?... Creo que me pasa lo mismo — Confesó alegre pues aquellos pensamientos también estaban comenzando a invadir su mente hace mucho tiempo.

 

 

Fue entonces cuando el pequeño saltó a los brazos de su tigre feliz por esas palabras, estaba realmente contento por todo lo que estaba ocurriendo, sus labios se juntaron en un pequeño beso lleno de cariño demostrando que sus palabras eran reales, su amor era mutuo quizás no era convencional pero con el esfuerzo de ambos afrontarían todo lo que viniera adelante.

 

 

—Kuroko Tetsuya ¿Serás mi novio desde ahora? — Pregunto una vez que se separaron.

 

— ¡Wan Wan! — Ladro el pequeño Nigou tras aquellas palabras.

 

—Hey bola de pelos a ti no te pregunte.

 

—Creo que él está respondiendo que sí, no tienes por qué pelear con tu hijo Kagami-kun — Kuroko levantó al cachorro y lo puso frente al rostro del pelirrojo.

 

— ¿Hijo?...

 

—Por supuesto eres el padre de este muchacho desde hoy  ¿No es así Nigou?

 

— ¡Wan! — Respondió mientras el peliceleste lo acercaba mucho más a Kagami y este comenzaba a lamer su rostro.

 

— ¡Basta!... Ya basta… Kuroko…

 

 

Kagami encontró el momento para apartarse y salir corriendo, pero obviamente  Kuroko y Nigou comenzaron a perseguirlo mientras la noche se iba haciendo más oscura y  las nubes desaparecían para mostrar un hermoso cielo estrellado para aquel par de enamorados.

Notas finales:

Bueno como siempre espero haya sido de su agrado y cualquier cosa no duden en comentar.

Aunque siempre tardo en responder... Gomen de nuevo!!

 

Un saludo gigante a todas las personitas que se atrevieron a leer hasta este punto :D


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